Actividad Integradora. Ensayo Argumentativo 3p471s

Nombre: Miguel Alejandro Hernández Campos Matricula: A07144704 Nombre del curso: taller de lectura y redacción I Nombre de la actividad: Actividad integradora. Ensayo argumentativo Nombre del tutor: Marisol López Solís Fecha de entrega: 25/11/2016

¿De qué manera nos afectan los errores que cometemos cuando escribimos? Introducción Cuando escribimos ya sea para comunicarnos con alguien más, para dar a conocer información o por algún interés personal, en nuestra redacción llegamos a cometer muchos errores ortográficos sin darnos cuenta y a veces esos errores hacen que el receptor no comprenda por completo el mensaje que nosotros intentamos trasmitirle. Por eso he decidido hacer este ensayo para así poder explicar cómo saber cuándo se cometen errores en la redacción. Este ensayo va dirigido a los estudiantes de diferentes índoles o grados, para que de esta forma puedan cambiar su escritura y tener un excelente trabajo. 2.- Errores más comunes en la redacción Nuestra lengua española, al igual que diversas lenguas tiene reglas que guían la forma correcta de la escritura y la pronunciación; sin embargo al desconocer u olvidar tales normas, se producen resultados graves en una redacción, he aquí algunos errores en la escritura: Solecismo: es un vicio que se genera debido a una deficiente construcción gramatical causada generalmente por:     

Un mal uso de preposiciones Uso y colocación inadecuados de pronombres personales Empleo incorrecto de partículas gramaticales Ideas incompletas Falta de concordancia

Anfibología: es el vicio que se produce en ciertos enunciados causando una doble interpretación, es decir, se produce cierta ambigüedad en el texto debido al empleo incorrecto de cierta preposición o a la colocación que se le da a ciertos elementos dentro de la construcción. Barbarismo: este vicio presenta las siguientes dos variaciones:  

La primera se refiere al uso de voces extranjeras cuando es innecesario, es decir, cuando existe una palabra equivalente en el español. La segunda consiste en el empleo de palabras mal pronunciadas y por lo tanto mal escritas en español; omisión o adición de ciertas letras en algunas palabras.

En el habla es más frecuente este vicio, pero hay que evitarlo pues constantemente se lleva a la escritura lo que denota pobreza de vocabulario y desconocimiento del idioma. Monotonía: consiste en el uso repetido de las mismas palabras en un escrito; también se le llama pobreza de vocabulario. Hay que buscar las palabras que eviten esta repetición sin perder el sentido que se quiere transmitir. Redundancia: es una repetición viciosa, producto de la pobreza de vocabulario, del automatismo expresivo o de la verborrea repetitiva. Debe distinguirse de la repetición artística o enfática; también se le llama pleonasmo. Cacofonía: sonido repetido que se produce en un escrito cuando coinciden las mismas letras o palabras. Etimológicamente esto viene de caco = malo, Fonía = sonido, o sea un mal sonido. Las cacofonías deben evitarse en los escritos formales o textos objetivos. En las canciones o poemas es frecuente ver o escuchar estas coincidencias de sonidos, pero en estos casos tienen otra función, es decir existe una licencia poética o artística ya que el texto así lo requiere, no está sujeto a las mismas reglas que un texto formal. Puntuación: Con respecto a la puntuación, como norma general, la coma señala una pausa breve, el punto y coma indica una pausa entre dos periodos que no son claramente autónomos, y el punto señala el fin de una oración. Es importante recordar que el abuso de la coma suele complicar el texto de modo innecesario. También cabe insistir en que el sujeto y el predicado han de ir juntos, no se han de separar por coma ni en el caso de que el sujeto sea largo. Valor de las palabras en determinados vocablos: Es importante asegurarse del valor de las palabras con determinados vocablos que la sociedad acostumbra a utilizar mal. Por ejemplo, se usa de forma errónea el adjetivo “listado” en lugar del sustantivo “lista”, como se abusa del verbo “visionar” en vez del sencillo “ver”. También, es común confundir ciertos sustantivos con disciplinas científicas, como “clima” con “Climatología”, o “densidad demográfica” con “Demografía”. Huelga recordar que, por ejemplo, en la Prehistoria no existían ni la Climatología ni la Demografía, pero sí se puede de hablar de clima o de densidad demográfica. Asimismo, en ocasiones la acentuación puede hacer que confundamos las palabras. En una transcripción paleográfica, por ejemplo, si consta una rúbrica hay que indicar su presencia con el sustantivo “rúbrica”; en cambio, si se escribe sin acento, la palabra es un verbo, “rubrica”, la tercera persona singular del verbo rubricar. Mal uso de preposiciones: Asimismo, se ha de huir de usos preposicionales incorrectos y vulgares como “en base a” (y sustituir la expresión por algo correcto como “sobre la base de”), “en relación a” (dígase en vez de “con relación a”, “en relación con”, o “con respecto a”), o “por contra”, que une de dos preposiciones modo incorrecto (lo correcto sería decir “por el contrario”). 3. Importancia de una buena redacción Si lo primero que ve la persona que lee un contenido, es un tsunami infinito de letras se asustará y cerrará de inmediato. Es importante que el texto no sea monótono a nivel visual. Se debería acompañar de una estructura agradable e imágenes (sin excederse) y resaltar lo más importante, de forma que, además de indicarle el contenido clave, el lector pueda leer la página de un vistazo y sepa qué contiene.

Puede parecer absurdo, obvio y típico, pero sorprende ver la cantidad de faltas (tanto gramaticales como ortográficas) que puede contener una página decente. Es importante que, una vez finalizado el texto, te lo repases dos veces ya que siempre encontrarás algún error o algo que no te acaba de convencer. A los lectores les molestan muchas cosas pero pocas lo consiguen de una forma más eficiente que asestar una puñalada metafórica a sus ojos. Tan solo a unos pocos autores o directores se les da bien crear obras sin estructura alguna para confluir en un final apoteósico. Por ello, es recomendable que en tus escritos sigas unas estructuras concretas y, además, mantengas dicha estructura aplicando solo pequeñas variaciones cuando sea necesario. El lector quiere tener cierta regularidad en lo que lee pero mostrando cierto dinamismo para que no parezca que visita una y otra vez lo mismo. A grandes rasgos estas son las directrices que se deberían seguir a la hora de generar contenidos. Existen otras mucho más específicas, dependiendo del tipo de información que se exponga y, por supuesto, del mensaje que quieras transmitir. La redacción ayuda a desarrollar el pensamiento y a organizar nuestras ideas. El estudiante crea sus propias estructuras lingüísticas, no reproduce las del profesor o las del libro de texto. Según Cassany (1990) un escritor competente posee las siguientes características: a) Ve la redacción como un ejercicio complejo que depende de muchos factores como el contexto y la audiencia. b) Confía en la comunicación escrita. Comprende que la redacción es un proceso, por lo tanto se siente comprometido con seguir las tareas y estrategias de acuerdo con el tipo de texto que va a componer. c) Comprende la necesidad de realizar varios borradores y revisarlos demasiadas veces. 4. Conclusión Es sorprendente el contagio pandémico de los malos usos del lenguaje. Mi opinión es pesimista al respecto: pienso que todo lo malo se pega en la lengua. Así, sucede que incluso académicos sorprendentemente cultos caen en su uso erróneo. En cambio, sería anómalo que un gañán empezase a hablar como Cervantes de un día para otro después de leerse El Quijote. Pero aún no está la batalla perdida, sólo hay que dedicarle un poco de trabajo a intentar desintoxicarse de los vicios más comunes de hoy día. Un trabajo de curso ha de ser correcto en la forma y en el fondo, con una redacción clara y concisa. Para empezar, es aconsejable hacer frases cortas, siguiendo un orden básico, compuesto por sujeto, verbo y complementos. Los párrafos también han de ser comedidos, de unas seis a diez líneas, con una idea por párrafo. La exposición de ideas ha de ser coherente, no ha de tener contradicciones y ha de seguir un orden lógico. Los verbos se deben usar evitando los bailes constantes entre el presente y el pasado en los mismos

párrafos. Eso, además de confundir al lector, convertirá en erróneas numerosas expresiones escritas. La redacción ha de seguir un ritmo ágil, que se preste a una lectura rápida. Recuérdese que se ha de tender al ahorro de palabras, a la sencillez del lenguaje, y no rellenar el texto de florituras innecesarias. Se han de evitar expresiones enrevesadas que a veces parece que ni el autor entiende. Las negaciones contribuyen a hacer el texto críptico y complican la comprensión (“No por ello ha de pensarse que el autor no decía eso”; “El presidente acudió, no sin antes haberlo leído”). Si la frase se redacta en afirmativo, se facilita su comprensión (“El autor decía eso” o “El autor no decía aquello”; “El presidente acudió tras haberlo leído”). Fuentes: Zozaya, L.. (2012). ERRORES COMUNES. noviembre, 25, 2016, de HyphotesesSyndication Feed Sitio web: http://redaccion.hypotheses.org/6-errores-frecuentes Anónimo. (2016). La redacción de párrafos. noviembre, 25, 2016, de Prepanet Sitio web: http://bbsociales.itesm.mx/bbcswebdav/institution/VDS/Prepanet_2012/tetra1/pl1008l_tlr1/v er_impresas/version_impresa_moduloIII.pdf