COMENTARIO DE LA CATEDRAL DE LAS PALMAS 1.- DESCRIPCIÓN DE LA OBRA.Es una catedral cuya fachada es de estilo neoclásico. Tiene planta de cruz latina. El crucero no resalta demasiado y está coronado por un cimborrio. El muro, realizado con mampostería tiene una función de soporte. Aparece articulado en dos niveles con pequeñas aberturas y ventanales sobre los arcos formeros de las capillas laterales. Las ventanas son concebidas como huecos en el muro y no como amplios ventanales. Se aprecian dos tipos de soportes: por un lado columnas exentas, diez en total, que separan las naves laterales, con forma cilíndrica. El otro grupo de soportes lo forman la veintena de pilares adosados a los muros laterales. Son cruciformes con capiteles corridos. Aparecen pilastras de orden clásico en el interior de las naves y columnas renacentistas. Los arcos de las capillas son apuntados. Los de las bóvedas aparecen rebajados y van perdiendo su apuntamiento gótico. Las cubiertas están realizadas con bóvedas de crucería en las naves centrales y laterales. El cimborrio situado en el crucero que da paso a la capilla mayor tiene un tambor con ventanales, cúpula y linterna. Los arbotantes tienen menor desarrollo debido a que no cumplen su función de descarga en las naves laterales. Las naves son de la misma altura (planta de salón). Los nervios, con líneas semicirculares se abren a modo de palmeras en la parte superior de los soportes. Las fases constructivas:
El siglo XVI. La catedral de Santa Ana no se levantó de una sola vez, sino por fases. La primer abarca desde 1504 hasta 1570, fecha en la que se paralizan las obras. En esta etapa intervinieron maestros foráneos (sevillanos, cántabros, vascos), pues Canarias no contaba aún con artífices capaces de realizar un edificio de tal entidad. Los trabajos se realizaron desde los pies hacia la cabecera, para así permitir el uso de la antigua sede mientras se elevaba del nuevo edificio. El modelo que siguió esta obra fue, sin duda, la catedral sevillana, elevada en el siglo XV sin girola y con bóvedas de nervios combados. Aún en el siglo XVI, la obra de Santa Ana llegó hasta los pilares previos al cimborrio, y aquí pararon los trabajos. Según el primer proyecto, el edificio iba a contar con tres naves y dos más de capillas, a desigual altura, esto es, la central más alta que las laterales. Luego se decide dejar las tres principales a una elevación similar. Si deambulamos por el interior del recinto observamos bóvedas nervadas de terceletes, todas iguales, y una estrellada de nervios combados, éstos propios del gótico final, como se advertía en la catedral sevillana. Los pilares, despliegan delicados baquetones. En el exterior percibimos los
contrafuertes y pertinentes arbotantes, éstos de escasa inclinación, habida cuenta de la igualdad de altura en las naves principales. Los materiales empleados en la obra fueron la cantería (gris, amarilla y parda), así como piedra pómez, presentes en ciertas zonas de bóvedas, habida cuenta de su escaso peso. La fachada lució dos torres octogonales, elevadas ya en el siglo XVI, de claro recuerdo portugués, hoy evidentemente desaparecidas. Nos queda, sin embargo, un testigo, la copia que se realizó, a principios de siglo XVIII, para la iglesia del Pino en Teror. Las ventanas se cierran con arcos apuntados, mientras que las primitivas, hoy ciegas, presentan arcos de medio punto. Las vidrieras que luce el edificio son posteriores a 1920. En su momento, el cabildo catedral planteó encargar algunas a Flandes, pero resultaban excesivamente caras, por lo que tal proyecto fue aparcado. Los siglos XVII y XVIII. El siglo XVII y la primera mitad del siguiente suponen un largo paréntesis, hasta que llega a Canarias el racionero (religiosos secular que ocupa un cargo en el Cabildo Catedral) Diego Nicolás Eduardo (Tacoronte, 1798), quien había aprendido los rudimentos de la arquitectura a su paso por Granada y Segovia. Decide entonces este religioso continuar el edificio. En vez de acudir a las pautas neoclásicas, imperantes hasta entonces, realiza la ampliación hasta la cabecera actual siguiendo las estructuras góticas, para mantener así la uniformidad de la obra. El edificio constituyó entonces una planta de cruz latina, con tres naves a igual altura y dos más de capillas, y en el crucero se elevó el sorprendente cimborrio con linterna. En la zona sur quedaba el Patio de los Naranjos, que permitía el al edificio a través de una puerta de rasgos renacentistas elevada en el siglo XVII. Mientras, el costado norte estaba reservado para realizar la capilla del Sagrario, obra nunca construida. Siglos XIX y XX. Es necesario adentrarse en el siglo XIX para ver concluida una parte de su fachada y el exterior del testero, ahora sí en estilo bajo pautas clasicistas. La construcción continuaría a principios del siglo XX, momento en que se realiza el templete. Esta fachada nos muestra la superposición de órdenes, pilastras corintias y compuestas y un frontón curvo que engulle a otro triangular, solución que ya habíamos visto en la cúpula de San Pedro del Vaticano (Miguel Ángel) o la fachada de la iglesia de Il Gesú (della Porta), ambos ejemplos renacentistas. La zona central del segundo cuerpo acoge un rosetón, verdadera antesala del que, realizado en el siglo XVI, se observa desde el interior del edificio. La zona interna de la fachada nos deja ver, tras el adecentamiento que experimentó el recinto en los primeros años del siglo actual, los s que tenían las ya indicadas torres caracoles u octogonales, derribadas para hacer el frontispicio actual. En el hueco que se abre en el lado del Evangelio cuelga una campana, regalada por la colonia neerlandesa en la ciudad, en rememoración del ataque a la ciudad que, en 1599, llevó a cabo el pirata de ese origen Pieter van der Does, quien se llevó las que tenía entonces el edificio 2. ESTILO.-
EL interior de esta catedral se puede encuadrar dentro del estilo gótico. El gótico supone un cambio radical en la manera de construir. En cuanto a los elementos arquitectónicos más característicos de este estilo son: la utilización del arco apuntado u ojival, decorados con tracería (decoración calada); la bóveda de crucería; el muro pierde importancia frente al vano, cuyas dimensiones aumentan. Como elemento sustentante se emplean gruesos pilares con baquetones, sobre los que descansan los capiteles. Todo este complejo sistema constructivo está reforzado en el exterior por contrafuertes, en los que descansan los arbotantes (que son grandes arcos que envían el empuje a los contrafuertes). Esto permite crear en el interior espacios más diáfanos. Sobre los contrafuertes aparecen los pináculos, su función es la de ejercer una fuerza vertical que neutralice los empujes laterales transmitidos por los arbotantes a los contrafuertes. El edificio gótico es estilizado y de gran altura invitando al creyente a elevar su mirada al cielo. Las catedrales góticas van a ser unas de las construcciones más repetidas durante esta época. La obra que se está comentando no es totalmente gótica, solo el interior y por lo tanto hay algunos elementos característicos de la arquitectura gótica con los que no cuenta. LOS CONCEPTOS GÓTICO Y GÓTICO-MUDÉJAR: A. Gótico: estilo artístico que se da en la Europa occidental desde la segunda mitad del siglo XII hasta el siglo XV. Este último siglo supone ya en Italia la aparición de las pautas del Renacimiento. El término gótico comenzó a aplicarse durante este período, el Renacimiento, con sentido despectivo. B. Mudéjar: estilo arquitectónico que se extiende por la España cristiana entre los siglos XI y XV. Tal estilo muestra una mezcla de elementos cristianos, propios del arte románico y gótico, con otros musulmanes (utilización de madera, ladrillo, yeso y cerámica vidriada). El término mudéjar, en su origen, se refería a los musulmanes que vivían en zonas cristianas, pues la etimología de la palabra responde al árabe mudeyyen, esto es, aquellos a los que se les permite quedarse. Es en el siglo XIX cuando comienza a utilizarse el vocablo para aludir a las labores constructivas. 1.C. La arquitectura canaria hasta las últimas décadas del siglo XVIII. Las construcciones canarias hasta finales del Setecientos vienen encuadradas en lo que se conoce como el modo de construir mudéjar (gótico-mudéjar, renacimiento-mudéjar, barroco-mudéjar). Los rasgos propios de estos estilos europeos quedan limitados a determinadas zonas del edificio, en tanto que el resto sigue las pautas mudéjares. Contadas excepciones existen a esta situación, tales son la iglesia de los jesuitas de Las Palmas de Gran Canaria, o la de la Inmaculada Concepción en La Orotava, la primera alzada a mediados del siglo XVIII, la otra concluida en 1788, ambas de esquemas barrocos, y la espléndida fachada de lo que fue el Cabildo Civil palmero, hoy Ayuntamiento de la capital de la Isla.
EL GÓTICO EN CANARIAS: Las manifestaciones góticas en Canarias conviven con las pautas mudéjares. Nos vamos a encontrar, pues con construcciones que amalgaman los muros de mampuesto, las cubiertas de madera en artesa (armaduras), los alfices..., con los arcos apuntados y conopiales, las tracerías góticas, los vanos abocinados y aun las cubiertas abovedadas con nervaduras. En cualquier caso, y en este contexto, sólo la catedral de Las Palmas puede considerarse un edifico plenamente gótico en conjunto, pues presenta arbotantes y bóvedas estrelladas, aparte otros rasgos propios del estilo. El resto de las construcciones muestran únicamente elementos aislados del estilo, elementos que, por lo demás, se adentran en ocasiones en el siglo XVII. Las pautas góticas, por otra parte, serían introducidas en Canarias ya, antes de acabar la conquista, por los normandos que emprendieron la conquista de Lanzarote y Fuerteventura (primeras décadas del siglo XV). 3.- CRONOLOGÍA.El estilo gótico se sitúa cronologicamente en los siglos XIII,XIV y XV y nace en Francia. Pero el gótico no arraiga en Canarias como un estilo integral. Se toman algunos elementos arquitectónicos aislados: arcos apuntados, bóvedas de crucería, etc. En cuanto a la cronología de la obra comentada, se construyó entre el s.XV y XVIII.La primera fase de la construcción fue entre 1504 y 1570. Las obras comienzan en los pies del templo, planteándose una iglesia de tres naves, con capillas entre los contrafuertes y bóvedas de crucería. En esta primera fase sólo se completaron los cuatro primeros tramos de los pies de la iglesia. La segunda etapa de la construcción continuó en el S.XVIII. En este momento se hizo cargo de los trabajos el canónigo Diego Nicolás Eduardo. Se añadieron dos tramos más a las naves, se organizó el crucero y se proyectó la cabecera, siguiendo el lenguaje goticista con el que se inició la construcción. En 1794 se acabaron de cerrar todas las bóvedas, crucero y capillas y se concluyó la nueva sacristía. La fachada se construyó en el s.XIX en un lenguaje neoclásico muy habitual en la época, trabajando en ella diversos arquitectos, entre los que destaca Francisco Jareño. 4.- FUNCIÓN Y SIGNIFICADO.La construcción de esta catedral en Canarias poco después de terminar el proceso de conquista, cumplía una función muy importante ya que se convirtió en el centro de la cristiandad en Canarias. Se convertirá en un referente para otras construcciones religiosas posteriores.
5.- ANTECEDENTES Y CONSECUENTES.-
La arquitectura gótica hereda elementos de arte románico, del arte clásico, bizantino, árabe, etc. y los adaptará creando un estilo propio .En cuanto a la influencia de este estilo, aunque en etapas posteriores como en el Renacimiento fue un estilo rechazado , más tarde fue rescatado y reivindicado por los románticos. La catedral canariense, pues, ofrece un interior de rasgos góticos, envuelto en un caparazón neoclásico, en el que despuntan los contrafuertes y arbotantes. A pesar de los intentos por dejar un espacio desahogado en torno a la sede, poco se consiguió, pues, como vemos, las viviendas se arraciman en torno al egregio recinto. Esta construcción constituye la única obra realizada con pautas del gótico culto en Canarias. Hasta el siglo XVIII no volveremos a encontramos con edificios cerrados bóvedas. El primero de ellos lo fue el templo de la compañía de Jesús en la capital grancanaria (templo de San Francisco de Borja). Algo más tarde, se emprendería la elevación de la iglesia que, dedicada a la Inmaculada Concepción, se alza en La Orotava. El resto de las construcciones acometidas en Canarias hasta entonces responden a las pautas mudéjares, por lo que muestran cubiertas de madera, las armaduras, si bien pueden ofrecernos alguna bóveda o arranques propios del gótico culto, localizados en determinadas zonas (bóveda de nervios combados que cierra el cuerpo bajo de la torre de El Salvador en Santa Cruz de La Palma, arranques ojivales localizados en el baptisterio del templo que preside Nuestra Señora de Regla en Pájara, Fuerteventura). 6.-LOCALIZACIÓN Y CONTEXTO HISTÓRICO.Esta catedral se encuentra ubicada en el Barrio de Vegueta, en Las Palmas de Gran Canaria (Canarias). La obra que nos ocupa se eleva en la capital grancanaria veinte años después de acabar su conquista, y apenas ocho desde que culminó el dominio de Tenerife (1496). El lugar escogido por los conquistadores para establecer su primer campamento (El Real de Las Palmas) fue la zona próxima a la ermita de San Antonio Abad (zona trasera de la catedral), lugar éste que presentaba suelo firme, a diferencia de los arenales propios de La Isleta y Alcaravaneras, así como abundante agua, que llegaba desde las medianías y cumbres de la Isla a través del barranco de Guiniguada, hoy cubierto en su tramo bajo por la carretera que nos permite el al centro de la Isla. Aunque el gótico nace en Francia y la orden del Císter es quien se encarga de extenderlo por toda Europa durante los siglos XIII, XIV y XV, como ya he comentado llega a Canarias tardíamente. Con la conquista de las islas en el S XV se introdujo también el bagaje cultural europeo y con él los rasgos del estilo imperante en aquella época. El gótico llega a Canarias cuando en el resto de Europa ya está en decadencia. Este estilo fue un referente para los constructores de las islas durante bastante tiempo. Hoy los rasgos del estilo arquitectónico ojival se reparten en los viejos cascos históricos de algunas villas y ciudades de Gran Canaria, testimonio de un primer estilo cuya difusión hizo nacer el arte posterior a la conquista en Canarias. El gótico no fue nunca un arte integral, como ya se ha comentado, como lo fueron el barroco o el neoclásico. Sus soluciones llegaron como elementos arquitectónicos aislados: ventanas, arcos apuntados, portadas, bóvedas de crucería, arbotantes.
Las islas desde su incorporación a la Corona de Castilla en el S. XV mantuvieron fuertes relaciones con Flandes. A través de los intercambios comerciales arribaron numerosas obras de arte. Desde mediados del siglo XVI comenzaron a llegar a los puertos de Amberes navíos procedentes de Canarias que transportaban azúcar, y será a cambio de dicho producto por lo que nos llegarán obras de todo tipo. A partir del S.XVI tuvieron una mayor presencia los talleres peninsulares, especialmente los sevillanos. Surgirán entonces las personalidades que conducirán la cultura barroca en Canarias. 7.- NOMBRE DE LA OBRA Y AUTOR.Es el interior de la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria. El primer maestro de obras que interviene en la catedral, Pedro de Llerena, fue contratado en Sevilla en 1504. Éste diseña una nave central, más alta, y otras laterales más bajas, hacia las cuales se abrían capillas. Las obras se paralizan más tarde por falta de dinero, y serán reemprendidas por Juan de Palacios, natural de Santander. Dicho maestro cambia el esquema de Llerena, pues realiza unas trazas que suponen la elevación de las naves laterales hasta dejarlas a la altura de la central y realiza pilares de sección circular, al tiempo que levanta las primeras bóvedas nervadas. A mediados del siglo llegan los vascos Martín de Narea y Pedro de Narea. El primero sigue levantando bóvedas de terceletes y estrelladas, mientras que Pedro muestra ya rasgos del Renacimiento, como son los capiteles de la capilla de la Antigua. El ingeniero militar italiano Próspero Cassola realiza la fachada clasicista, flanqueada por las dos torres caracoles. El siglo XVII supone pocos añadidos, prácticamente el patio de los Naranjos y la llamada Puerta del Aire, ya plenamente renacentista, debidos a Juan Lucero. Habrán de transcurrir más 150 años hasta que se reanuden las obras, dirigidas por Diego Nicolás Eduardo, a quien ya citábamos. Este religioso se decanta, para el exterior, por los rasgos neoclásicos. Diseña, así, una fachada y cabecera en este estilo. La primera fue comenzada realmente por José Luján Pérez, quien la dejó inacabada. Las últimas intervenciones se deben a los arquitectos Laureano Arroyo y Fernando Navarro. Este último dirige la construcción del templete (principios del siglo XX).