El susurro de la Candelaria La segunda Batalla Rubens Romanelli
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© Rubens Romanelli, 2019
Diseño de la cubierta: Equipo de diseño de Universo de Letras Imagen de cubierta: ©Shutterstock.com
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Primera edición: 2019
ISBN: 9788418036279 ISBN eBook: 9788418034770
…«si una lesión tiene que ser hecha a un hombre, debe ser tan severa que la venganza no deba ser temida».
Nicolas Machiavello
7 de marzo de 2017 Papenburg – Alemania
Thomas Metzler saboreaba su copa de Cognac Louis XIII de Remy Martin— Edición Especial—, con la misma devoción y sensibilidad con que un catador profesional juzga la calidad y las características de un buen vino después de ser embotellado, agudizando al máximo sus sentidos de vista, olfato y sabor. Al mando desde 1984 de los Astilleros Metzler Ltd, una empresa familiar que abarcaba ya seis generaciones desde que fue fundada en 1781 en Papenberg a orillas del río Elm, Thomas asistía a la concreción de su último proyecto con el que pensaba devolver a los viajes por mar, aunque en forma limitada para un específico y exclusivo núcleo social, el mítico glamour de las épocas doradas de los primeros grandes «Transatlánticos» como se los denominaba entonces. Su visión consistía en adaptar el lujo sofisticado y de excelsa elegancia que determinan los gustos y costumbres de esa clase social de moderna élite, definidas por la interacción de las variables de riqueza, poder y prestigio, con el pragmatismo y sentido de la ubicación propios de quien pretende el equilibrio perfecto entre refinados gustos y funcionalidad. Rechazaba visceralmente ese lujo desmedido, absurdo, de mal gusto y hasta obsceno del que se rodeaban esos efímeros líderes de ciertas repúblicas africanas o de las riberas del Pérsico con títulos rimbombantes, también de buena parte de la oligarquía rusa que simplemente heredaron o generaron fortunas inconmensurables de dudoso origen y a los que rodearse de excesos materiales solo les satisface sus hipertrofiados egos. —Acompáñame —, le dijo Thomas a su gran amigo Herman —, disfruta conmigo este momento. Una hermosa azafata cuidadosamente seleccionada para contribuir a esa imagen de buen gusto, fina elegancia y modernidad que se pretendía caracterizara e identificara al proyecto, impecablemente vestida con uno de los exclusivos modelos que Karl Lagerfeld había diseñado para vestir a la tripulación de la
nueva cubierta del Freya Göttin II, y cuya nueva colección completa sería exhibida por primera vez a bordo durante la travesía inicial, presenta a Herman Blumer una copa de Louis XIII cuidadosamente servida desde la licorera de cristal ahumado especial Baccarat fundida a mano especialmente para cada una de las exclusivas y únicas setecientas ochenta y seis botellas producidas por la Bodega, cada una con su respectivo número de serie y con un costo de siete mil Euros la botella de 750 ml . Casualmente descubierto en el 2004 por Pierrette Trichet, la encargada de la Bodega, durante una prueba de los barriles añejados de Louis XIII, este licor fue evaluado personal y constantemente por ella hasta que en el 2009 estima que la bebida estaba en un perfecto balance y el nivel de alcohol en un 43.8 por ciento, una cifra asombrosa. —Sabía que fuiste uno de los pocos privilegiados en acceder a alguna botella de este elíxir —, le responde Herman. — Muy pocas —, contesta Thomas Metzler sin revelar exactamente el número—, pero momentos como este, bien lo merecen.
30 de Julio de 2017 Bremen – Alemania
—La decisión está tomada, los infieles sentirán la furia de Alá, «Alá Akbar»—, gritó Rahman Hakme, el inmigrante eritreo de 29 años de edad líder de la recientemente creada célula de ISIS en Alemania, «Fi Tariq Allah «, que significa, «en la senda de Alá». —Alá Akbar !!— respondieron al unísono y con los ojos inyectados en sangre los demás integrantes de la célula, momentos antes de que Rahman les trasmitiera las directivas recibidas días atrás en Moabit, un barrio marginal de Berlín, cuando le fue comunicada la decisión de la cúpula de ISIS. El endurecimiento de los controles fronterizos en Europa y particularmente en Alemania, había traído aparejado un cambio en el modus operandi de ISIS en este país. La planificación y ejecución de ataques a gran escala organizados y apoyados desde niveles estructurales era prácticamente imposible debido a la carencia de las llamadas «redes yihadistas» bien asentadas y con relaciones establecidas con organizaciones delictivas y criminales locales facilitadoras de apoyo logístico, como lo estaban sus pares en Francia y Bélgica gracias a la laxitud de los controles fronterizos y a la política abierta respecto a los inmigrantes refugiados. Se debía en las actuales condiciones, aplicar la estrategia del «Lobo Solitario», adoptada por el yihadismo internacional con el nombre de «Yihad Individual», una especie de resistencia mundial sin jerarquías, operando en forma independiente. Si bien los controles de ingreso al país eran estrictos, la política impulsada por la Cancillería alemana de puertas abiertas a la inmigración era muy resistida no solo desde la oposición política, sino desde dentro de las propias organizaciones y fuerzas de seguridad gubernamentales que entendían que los refugiados eran la mejor vía para introducir terroristas al país, situación agravada aún con el hecho de que de los más de ochocientos islamistas alemanes que habían ido en los
últimos años a combatir a Siria e Irak, cerca de trescientos habían regresado, y de ellos, cien aproximadamente habían adquirido gran experiencia de combate. ISIS estaba desde el 2014 dispuesto y en condiciones de extender el terrorismo en suelo europeo. La revista sa Dar al Islam, portavoz de ISIS, expresó claramente la doctrina a ser empleada, que no era otra que la conocida Aufstragstaktik que aplicaba el Ejército Alemán, se le establecía un Objetivo a una determinada célula y se le asignaba un tiempo para la ejecución de la operación, pero se le otorgaba absoluta libertad táctica para hacerlo. De este modo cada célula terrorista tenía total autonomía, al tiempo que la compartimentación impedía que aun cayendo algún escalón de la organización, este ignoraba cuándo y cómo se ejecutará el próximo atentado. Alemania pasó a ser un claro y definido objetivo de ISIS desde que se había involucrado militarmente en Afganistán contra el Talibán y suministrado armamento a los Pershmerga kurdos que combaten a ISIS en Irak, además de haber contribuido con medios navales y aéreos al bombardeo contra la Daesh en Siria. —Atacaremos a Alemania y a sus intereses en suelo alemán o en el extranjero, los infieles no estarán a salvo —, continúo Rahman Hakme hablando con ira y reflejando el odio propio de un estado de alienación mental que no conoce límites morales a la hora de matar inocentes en aras de un delirante fundamentalismo religioso. —Alá los alcanzará donde quiera que estén, Alemania, sus aliados y los amigos de sus aliados, serán alcanzados por la justicia divina —, siguió bramando exageradamente Rahman, esta vez será un ataque contra un objetivo que hará que ningún infiel se sienta a salvo aún en el más recóndito lugar del planeta en que se encuentre. Rahman Hakme, Muhahid Kattib, el responsable en esta nueva célula terrorista de la coordinación con las organizaciones delictivas que proveen el apoyo logístico básico para la organización, aunque manteniendo la necesaria reserva que no permitía a nadie ajeno tener indicios de las futuras acciones directas de la misma, además de Fahir Habun de gran experiencia militar y responsable táctico de las operaciones de acción directa en Alemania, permanecieron luego que a los
restantes de Fi Tariq Allah se les ordenara retirarse. —Hermanos, la yihad individual es insuficiente, se ha decidido y así se me ha confiado, la opción de un ataque contra un importante objetivo alemán el cual les será revelado en su momento, no necesariamente en suelo alemán que es donde lo pueden esperar, sino lejos, donde también será castigado como ejemplo para todo el mundo, un amigo de nuestro enemigo infiel, alguien que levanta la mano para imponer sanciones a nuestros países hermanos a cambio de intercambios comerciales con Estados Unidos y varios países de Europa, alguien que no duda a cambio de intereses comerciales, en enviar tropas e integrar contingentes que bajo la bandera de las Naciones Unidas someten, esclavizan y roban a nuestros hermanos de África, alguien que es sumiso a los mandatos del imperialismo infiel —, así, Rahman daba las primeras pautas del futuro ataque a sus más directos y confiables integrantes de su grupo.
Mayo de 1985 Papenburg – Alemania
Thomas Metzler era un joven y calificado Ingeniero Naval de 34 años que se desempeñaba como Jefe de Proyectos, Investigación y Desarrollo de los Astilleros Metzler Ltd, cuando su padre y Presidente Jürgen Metzler muere trágicamente en un accidente de helicóptero en el verano de 1984. Experto en Hidrodinámica, Física, Ingeniería Naval y Resistencia de materiales, había sido tentado poco tiempo atrás por el Astillero Mitsubishi Heavy Industries Ltd. (MHI). Su gran devoción y compromiso familiar con Metzler Ltd. lo habían llevado a rechazar la oferta, además de la aparición de Kristiane, cosa que solo confesaría ante su círculo de amistades más íntimo que seguramente entendería que atrás del cerebral profesional había un hombre de 34 años absolutamente cautivado por la belleza, personalidad e inteligencia de una joven y brillante economista que al igual que él, estaba comprometida con la poderosa metalúrgica Meyer dirigida por su padre, cuando sin dudas hubiera sido una exitosísima modelo internacional. A pesar del escepticismo de varios del Directorio de Metzler Ltd, sus Maestrías en Organización Industrial y gestión de Flotas Navieras, y por supuesto las claras reglas sucesorias de la familia Metzler, ubicaron a Thomas en la Presidencia del Directorio. Quiso el destino que este joven Ingeniero asumiera la Presidencia y Dirección del Astillero en una situación coyuntural si bien no difícil desde el punto de vista financiero, si potencialmente compleja a mediano plazo según su propio análisis, ya que el masivo desarrollo de Astilleros en Japón, China y Corea y sus bajos costos operativos, comenzaban a acaparar la mayoría de la demanda de construcción de barcos de mediano y gran porte. El Astillero Metzler Ltd ubicado sobre la ribera del río Elm, próximo a las costas del mar del Norte, era uno de los sobrevivientes de los más de veinte que funcionaban al final del Siglo XIX.
Empezó su actividad construyendo barcos de madera, para pasar a barcos de hierro con motores a vapor en 1880. El «Freya» fue botado en 1882, un siglo después de la fundación del astillero, y fue el primer barco de pasajeros construido por Metzler Ltd con casco de acero y propulsado por máquinas a vapor. Fue bautizado así por su entonces Presidente, Löthar Metzler, en honor a la Diosa de la mitología nórdica dominadora del amor, las posesiones materiales finas, la fertilidad , pero también con influencia en la magia, la profecía, la riqueza, la guerra y la muerte. Entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, el Astillero concentró su actividad en la construcción de barcos pesqueros medianos y de pequeños transportes de pasajeros para navegaciones de cabotaje. Más adelante en el tiempo, su padre y antecesor había impulsado exitosamente la construcción de Cruceros de gran porte para diferentes navieras, llegando a tener en su plantilla más de 2500 calificados técnicos y operarios. En este escenario asume la Presidencia Thomas, con el Astillero dedicado a construir, reparar y modificar embarcaciones de gran porte y con un interesante contrato de mantenimiento y reparación de las Unidades de la Deutsche Marine desplegadas en el Mar del Norte. Entre sus más destacados desarrollos se encontraban el «Empire of The Seas»y el «Solace of The Seas» ambos entregados a la Compañía Naviera Royal Caribbean Cruises. Thomas Metzler era de la clase de personas que una vez que han alcanzado sus objetivos y ubicado en esa suerte de meseta de confort y estabilidad, disfrutan en su justa medida y tiempo, y pasan inmediatamente a la visualización de siguientes escenarios. Estaba convencido que el dinamismo de los mercados mundiales y la volatilidad de las situaciones políticas en determinados y claves lugares del mundo, no da muchas veces demasiado tiempo para adaptación a drásticos cambios, y si una Empresa de la envergadura de la que el dirigía no tenía una respuesta adecuada tanto en tiempo como en forma a esos cambios de escenario, estaría condenada a desaparecer. —Nos está costando mucho esfuerzo mantenernos posicionados ante la competencia de nuestros gigantes connacionales —, había manifestado Thomas
en una de sus primeras reuniones con su Staff a poco de asumir la Presidencia del Astillero refiriéndose a Blohm + Voss y a Lurssen, que acababa de construir a un costo de doscientos millones de Euros para un magnate árabe, el mega yate «Aljana» de ciento ochenta metros de eslora, —, además los asiáticos cada vez ganan más mercados a base de buena calidad y bajos costos operativos. — Debemos tener la capacidad de proyectarnos y tener cursos de acción adecuados en respuesta a los escenarios que racionalmente se pueden presentar y los mejores posibles para aquellos que vayan más allá, hay situaciones dependientes de voluntarismos, de intereses personales, o de las grandes corporaciones conocidas y también de las que actúan desde las sombras, que no se pueden prever.
15 de Julio de 2017 Complejo de Viviendas Schlange, barrio de Moabit – Berlín – Alemania
—As Salam Alaikum— saluda Umair al Gadaff. —Alaikum-as Salam —, responde respetuosamente y con un gesto de reverencia Rahman Hakme. Un recóndito y caluroso apartamento de los cuatrocientos que componen el Complejo de Viviendas Schlange era el lugar elegido donde Umair al Gadaff, lugarteniente responsable de las operaciones de ISIS en Alemania y directamente subordinado a Abú Bakr al Baghdadi, trasmitiría a Rahman en su calidad de Líder de la nueva célula Fi Tariq Allah, las decisiones superiores del Califa. Moabit, inicialmente barrio comunista antes de la Guerra, se había transformado en un importante centro cosmopolita. Cientos de tiendas de la más amplia gama de productos atendidas por vendedores de las más variadas nacionalidades y religiones, abundaban en un barrio que había visto notoriamente incrementada su población musulmana luego de la política aperturista del gobierno hacia la inmigración. El complejo Schlange había sido construido en 1999 para vivienda del personal de la istración Federal, pero no fue recibido con entusiasmo debido a que su construcción sinuosa provocaba una incómoda aglomeración de familias. Eso determinó que más adelante fuera abierto al resto de la población mayormente inmigrante que necesitaba viviendas. Allí vivía Muktar Zidan, un inmigrante libio de 58 años, establecido desde hacía ya 3 años y propietario de una frutería en el propio Moabit. Su edad y trabajo, así también como sus antecedentes de comerciante en Libia y el hecho de estar establecido con su familia, lo quitaban de la vigilancia y seguimiento de las Unidades de Inteligencia.
Lo que las autoridades no sabían era que uno de sus cuatro hijos había muerto en un bombardeo durante la intervención militar en Libia en el 2011 bajo el amparo de ONU y a partir de ahí juró odio eterno a todo lo que representaba occidente y su acción sobre el mundo musulmán. ISIS lo reclutó como informante y fiel colaborador, y su casa libre de sospechas, era ideal como punto de reunión y coordinación de actividades terroristas. Muktar no participaba de la reunión ya que carecía de algo fundamental, no cumplía con un precepto cuya estricta observancia era considerada la clave del éxito en este tipo de acciones terroristas, no tenía necesidad de conocer. Era imprescindible mantener en un mínimo el número de personas en conocimiento de los futuros atentados. A medida que se fuera avanzando en la planificación, se irían paulatinamente incluyendo en esta e incorporando a la estructura orgánica de la célula, a quienes participarían de algún modo en la operación, pero siempre manteniendo la disciplina de que cada uno sepa lo que necesita saber y no más, y en el momento necesario, ni antes ni después. La compartimentación era vital. Así, en este contexto, Umair al Gadaff iba revelando los detalles que entendía que Rahman necesitaba saber hasta este momento, y ante su atención y excitación por saberse elegido para servir directamente a los intereses del Califa, terminó diciendo; —Rahman, tú y tu jefe militar Fahir Habun conducirán directamente la acción. Solamente dos meses atrás, en uno de sus itinerantes refugios en Irak, el Califa Al Baghdadi y sus principales lugartenientes, el Consejero Militar, el Consejero de Inteligencia y el Consejero de Medios, después de evaluar minuciosamente muchas alternativas sobre acciones, objetivos, lugares y momentos apropiados para la ejecución, habían decidido al respecto, y asignado a la célula Fi Tariq Alláh la responsabilidad de la acción principal sobre el blanco seleccionado. Dispusieron también que Rahman y su gente debían tomar o de inmediato con el objetivo a efectos de empezar cuanto antes las imprescindibles acciones de preparación para el futuro ataque. El hecho de que la célula estuviera asentada en la ciudad de Bremen pero fundamentalmente que Rahman trabajara como un calificado técnico en la Siderúrgica Meyer, eran elementos claves en el plan que el Califa y sus lugartenientes habían concebido.
El blanco seleccionado y las condiciones donde se ejecutaría el ataque, habían determinado la necesidad de recurrir a remotas organizaciones simpatizantes a miles de kilómetros de distancia para que proveyeran información sobre un lejano teatro de operaciones que hasta ahora no había sido considerado de interés militar para ISIS. Los informes recibidos por la cúpula de ISIS le habían permitido identificar y seleccionar un lugar increíblemente vulnerable que parecía estar ignorante de la realidad del mundo, y que era aliado ideológico, político y comercial de quien era su principal enemigo. Inmediatamente después de tomada la decisión, directamente desde la propia cabeza de la organización se coordinarían las necesarias acciones de preparación y apoyo previas a desarrollarse en el lugar donde se ejecutaría el ataque y que necesariamente debían llevarse a cabo por otro grupo perfectamente conocedor del lugar. Una vez que el objetivo estuviera en condiciones de ser atacado y ambos grupos convergieran sobre él, compondrían una sola Unidad Operativa bajo el mando de Rahman Hakme. —Las Agencias de Inteligencia están haciendo su máximo esfuerzo sobre potenciales objetivos y nuestros movimientos en Europa y Estados Unidos, sabemos que han intentado infiltrar informantes dentro de nuestras filas —, en estos momentos Umair hizo una deliberada pausa mientras endurecía la mirada y hacía aún más adusto y amargo el gesto ensayado en su cara arrugada que aparentaba más años de los que tenía, y siguió, esta vez fijando su mirada en Rahman: —Por eso debes ser extremadamente cuidadoso respecto a impartir la información justa y necesaria y solamente a quienes necesitan conocer y en el momento apropiado. —Has comprendido claramente Rahman?—, inquirió Umair. —Perfectamente hermano. —Alemania y toda Europa están alertas, así que golpearemos donde jamás se lo esperarán, en un país que ni se imagina ni piensa en la posibilidad de ser objeto de un ataque, donde sus fuerzas militares están reducidas a la mínima expresión
por viejas disputas ideológicas. —Solamente una pequeña Unidad de la Marina prevé ataques contra blancos como el elegido, pero su Gobierno no toma en serio este tipo de amenazas porque ellos se consideran dogmáticamente neutrales y amigos de todo el mundo, y no belicistas.
Abril de 1983 Hamburgo – Alemania
—Concéntrate — se dijo a si mismo Thomas — Eres no solo el Jefe del Departamento de Proyectos, Investigación y Desarrollo de Astilleros Metzler Ltd, sino también el hijo del Presidente y su heredero seguro en el cargo, ha trascendido tu profesionalismo y hay muchas expectativas sobre tu presencia en este 2do Foro sobre «Tecnología en la Industria Siderúrgica « aquí en Hamburgo. Alemania se había posicionado como primera potencia industrial en Europa y tercera a nivel mundial atrás de Estados Unidos y Japón, y Metzler Ltd presentaba a este joven Ingeniero como representante de una nueva generación de líderes altamente calificados, que se sienten no solo cómodos y adaptados ante el vértigo del desarrollo tecnológico constante, sino que son capaces de impulsarlo para enfrentar los desafíos que imponían sus visiones y proyectos. Thomas no podía evitar que su atención, como la de la mayoría de los presentes, se desviara hacia la presencia de otra representante de su generación. Si no supiera de quien se trataba, podía pensar que se trataría de una cuidadosamente seleccionada periodista de alguna cadena internacional de televisión de las varias que cubrían el evento, o bien de alguna azafata de las que atienden los diferentes Stands promocionales de las empresas, contiguos a la Sala de Eventos. Se trataba de Kristiane, la hija de Frans Meyer dueño de la mayor Empresa Siderúrgica de Bremen a quien solamente conocía a través de leer sus magníficas ponencias y artículos en publicaciones especializadas. A sus 32 años, su sensualidad, su fina elegancia y belleza contrastaban con la rudeza de los grandes hornos y la maquinaria pesada de Meyer Stahl entre los que ejercía su eficiente tarea. Justo ese había sido el efecto cuidadosamente buscado y logrado en el artículo y
reportaje publicado en la revista especializada TransAktuel, donde su clara exposición conceptual y una excelente composición fotográfica, posicionan a Kristiane Meyer como la perfecta combinación de femineidad y capacidad de gestión y liderazgo al frente del área Comercial de una mega Empresa metalúrgica. —Hubieron comentarios de toda índole — recuerda Thomas, ya que la serie fotográfica había resultado premeditadamente osada, principalmente una de las fotos que jugó con un contraluz de su figura, de pie frente al resplandor de los hornos vertiendo metal derretido incandescente, y que permitió delinear el contorno de su cuidada y retocada silueta detrás de la semi transparencia justa de su vestido de diseño. Comentarios de la propia revista dejaron claro que ella misma había elegido el vestido y sugerido el tema de la foto, elementos que hacían volar la imaginación de cualquiera. La elección del vestuario y rios con que se presentó Kristiane a la cena estaban en la misma línea que la comentada foto, apostaban al delicado equilibrio entre lo sugerente y lo explícito, entre mostrar lo necesario para ello y tal vez un poco más, y que la imaginación haga el resto. Una pollera perfectamente ajustada hasta quince centímetros por encima de la rodilla izquierda, confeccionada de forma tal que junto a su fina textura permitían resaltar y lucir su perfecta cola formada con glúteos redondos y firmes, y sus piernas esculpidas en intensas sesiones de gimnasia localizada y aparatos, se acortaba sutilmente hacia el lado derecho y terminaba con un corte sobre el perfil de su pierna que era un imán para las miradas, ya que la perfecta armonía del corte y la delicadeza y delgadez de la tela ajustada dejaban ver unos muslos con la tonicidad y volumen justos como para que la imaginación humana de ambos sexos, no pueda evitar considerar ese morboso y sugestivo toque de cierta masculinidad que la hacían extremadamente sensual y desafiante. No escapaba a las miradas el hecho de que aun siendo ajustada a la piel, su pollera no evidenciaba ni por delante ni por detrás el contorno de la ropa interior, lo cual creaba la excitante duda de si llevaba o no. La blusa y elegante chaqueta permitían lucir no solo su cintura, sino también unos senos firmes y en armonía con su cuerpo. A pesar de su juventud y trabajo
físico, había sido necesario un pequeño retoque quirúrgico para lograr su perfección. Sus delicadas facciones solo necesitaban un sutil maquillaje para resaltar sus ojos castaños, y el pelo claro y lacio peinado sencillo, completaban la obra. La cena brindada por la organización del evento al nivel gerencial de las Empresas y Entidades tanto públicas como privadas participantes, estaba cuidadosamente planificada de acuerdo a un estricto protocolo en lo que respecta a distribución de las mesas. Como es usual en este tipo de actividad, la organización prevé determinados cambios solicitados de común acuerdo entre los involucrados interesados en que la cena sea una extensión de las conversaciones del día, o bien una oportunidad distendida y propicia para iniciar o detallar algún tema particular. Thomas Metzler y Kristiane Meyer fueron ubicados en mesas diferentes, por lo que la cena solo pudo permitir entre ambos furtivos cruces de miradas las que no pasaron desapercibidas para Frans Meyer. A sus cincuenta y cinco años, este rudo y aún apuesto alemán que con tan solo veintiuno de edad se había convertido en padre de Kristiane, era consciente de que la mayoría de las miradas se centraban en esta pareja padre-hija que conducían con firmeza a un gigante de la industria teutona. —Si hija, ustedes pertenecen a la generación que proyectará nuestras empresas e industrias al futuro —, dijo Frans proféticamente. — El joven Thomas convenció a Jürgen y a su escépticos Directores, a aplicar la técnica de corte con equipos de plasma en ciertas etapas de producción en astillero, lo que les permitió acceder al último contrato con la Royal Caribbean —, continuó Frans, provocando la sonrisa cómplice y un teatral e histriónico ¡ oohhh !, por parte de Kristiane, que no se preocupó en ocultar que ella también sabía bien de quien se trataba. El o, al menos visual, ya estaba establecido y Thomas estaba decidido a pasar a la siguiente etapa, debería presentarse de acuerdo a su estilo y personalidad, sin caer en inmaduras frases hechas, convencido, pero sin llegar a ser avasallante ni atrevido. No fue necesario seguir un plan, simplemente la casualidad o la ley de la atracción, obraron para que ambos quedaran frente a frente cuando al final de la cena todos se levantaron y saludaban celebrando el fin de una buena y
productiva jornada profesional. Kristiane afirmaría más adelante que fue ella quien tomó la iniciativa con un simple, — «Hola, es un placer conocerte personalmente»— , mientras que por el contrario Thomas sostiene que fue el, con algo parecido a — «Excelente tu reportaje en TransAktuel» — , un cliché, pero honesto al fin. Lo cierto es que Thomas propuso una copa en el Art-decó Atlantic Bar, del Hotel Atlantic Kempinsky Hamburgo, donde ambos se alojaban, a lo que Kristiane aceptó de buena gana. Los salones del Hotel eran el lugar adecuado para cerrar una velada, su perfecta combinación entre elegancia y lujo, y el cuidado equilibrio entre lo clásico y lo moderno, los presentan como ideales para aquellas personas de refinados gustos pertenecientes a una clase social para quienes la ostentación no condice con su estilo de justa sobriedad, pero que a su vez aman la belleza de las cosas finas y de las formas de trato. Esta impresión y sentimiento que súbitamente inspiró a Thomas, fue sin proponérselo, el tema de su primera conversación y que tomó gratamente por sorpresa a Kristiane, quien según confesara, temió previamente que el mismo fuera una continuación aunque distendida, de algo referente al Foro o relativo al trabajo, o porque no, alguna banal y detallada carta de presentación personal resaltando méritos, logros o proyectos, cosa para ella muy superficial aunque a veces eficaz, en un ambiente donde los egos o intereses son factores determinantes en eventuales relaciones inter personales. Ella estaba acostumbrada a este tipo de abordajes. La noche en el Atlantic Bar transcurrió en forma natural y fluida, donde a la indisimulada atracción física que comenzaban a sentir uno por el otro, se le agregaba una especie de iración y reconocimiento mutuo por sus respectivas cualidades y capacidades personales y que tanto contribuyen significativamente a esa especie de atracción tántrica entre las energías de ambos. Solamente demoraron en ponerse de acuerdo aunque deliberadamente y en el marco de un actuado y provocativo juego de palabras, en cuál de las habitaciones iban a amanecer juntos. El solo hecho de trasponer la puerta de su habitación con Kristiane, provocó en Thomas una excitación física tan inmediata como sorpresiva, tanto así que le
causó una incomodidad no prevista y la molestia de no poder tomar control sobre ella. El perfecto corte y entallado de su pantalón sobre su cintura, zona pélvica y piernas, no permitían evitar que se evidenciara que su masculinidad había adquirido un volumen importante. Se avergonzó de solo imaginar que Kristiane pensara que se encontraba frente a un hombre que reaccionaba como lo haría un precoz adolescente ante la inminencia de su primera experiencia sexual. Ella lo notó enseguida, e internamente disfrutó con esa sensación de saber la excitación que le causaba a su acompañante y con la tranquilidad de que si bien ella estaba sintiendo algo similar, hasta el momento podía controlar sus emociones y sus reacciones físicas, o al menos eso era lo que ella pensaba, ya que sus naturalmente firmes y erectos pezones se mostraban más turgentes aún bajo la delicada tela de su blusa. Ambos debieron controlar sus instintos básicos e impulsos iniciales de no arrancarse la ropa y penetrarse salvajemente, ya que con la misma pasión querían explorar sus cuerpos en un erótico juego previo, seguros de que el placer sería aún mayor, al fin y al cabo, los dos tenían experiencias al respecto. Kristiane estaba tan elegante y sensualmente vestida y su actitud era tan premeditadamente provocativa, que invitaba a hacerle el amor ahí mismo corriendo o quitando las prendas necesarias sin llegar a desnudarla completamente. Thomas le quitó la chaqueta y ella se desabotonó y dejó caer la blusa, sus pezones se endurecieron aún más cuando el con extrema delicadeza y luego de desabrocharle el pequeño sostén, los mantuvo entre sus dientes y rozaba con la punta de la lengua. La mano izquierda de Thomas se deslizó por del corte lateral de la pollera y acarició primero con la yema de los dedos y luego con toda la mano, la piel suave casi aterciopelada de la pierna de Kristiane, para seguir sutilmente hacia atrás donde sus firmes y perfectos glúteos en forma marcada pero armoniosa se unían con la pierna. Fue un poco más arriba, hasta donde la confección ajustada de la pollera lo permitía, creyendo por un momento haber encontrado la confirmación de que no llevaba allí, ropa interior. Kristiane alivió la presión que la masculinidad de Thomas ejercía sobre su ropa desabrochando y abriendo su pantalón lo necesario para que su mano tomara
firmemente su pene y acompañando con un irresistible y provocador gesto de morderse el labio inferior. En el borde de la cama y cuando ella se terminó de quitar la pollera, su intimidad quedó solamente cubierta por el pequeño triángulo que conformaba la parte delantera de una excitante prenda de lencería casi erótica, y que se continuaba con dos delgadísimas tiras laterales casi imperceptibles en un diseño tan cavado que subían por ambos lados hacia la parte superior de la cadera para unirse casi en mitad y un poco más abajo de la base de la espalda en otro pequeño triángulo, y continuar en una tira que desaparecía dentro de su anatomía dejando libre su cuerpo al o con la sutil tela de la pollera. Ella se contrajo y gimió sin contenerse cuando sitió el o de la lengua de Thomas en sus labios interiores y durante las siguientes horas, quedarían ambos sin aliento varias veces en una noche que fue ganando en desinhibición y osadía a medida que se acercaba el amanecer.
Mayo de 2017 Desierto de Irak
El Califa y sus lugartenientes comprendían la complejidad que implicaba la ejecución de un ataque que marcaría un antes y un después en la guerra contra los infieles, ya que mostraría al mundo entero que no hay lugar fuera del alcance de su organización. —No tenemos en el lugar una célula orgánica ni siquiera una organización ya estructurada a la que le podamos confiar semejante responsabilidad —, había afirmado Hamid Al Rashid, consejero militar de Baghdadi, siete meses atrás cuando en una austera carpa en el desierto, le presentó los esbozos y análisis de los primeros Cursos de Acción para algo de tal envergadura que se ejecutaría a más de trece mil kilómetros de distancia, y complementó; —Tampoco es seguro desplazar a un comando completo desde esta región sin despertar sospechas aunque se infiltren en pequeños grupos y en tiempos distintos. Todo se había confirmado durante estos meses de planeamiento, las apreciaciones iniciales eran correctas. Lo más estructurado en materia de extremistas islámicos en el continente americano, eran los chiitas de Hezbollá apoyados por Irán y apadrinados por Venezuela. El diario alemán Die Welt indicó oportunamente que el extinto Presidente Chávez había firmado en octubre de 2010 un convenio con Teherán para el establecimiento de misiles Shahab 3 y Scud en Paranaguá y en la Isla Margarita. También en enero de 2015 Al Massae Morocco Newspaper informó de un vínculo entre las FARC colombianas y Al Qaeda que permitiría a la organización guerrillera devenida en narcotraficantes, ingresar cocaína a Europa a través del Magreb africano, a cambio del pago del quince por ciento del valor de la carga.
Más al sur, en la triple frontera Argentina-Paraguay-Brasil, existen redes islamitas que se dedican a recolectar fondos para apoyar a Hezbollá y otras organizaciones musulmanas. Argentina fue el único país Sudamericano que sufrió dos atentados de extremistas islámicos, uno contra la Embajada israelí en 1992 y otro contra la mutual judía AMIA en 1994, ambos en la ciudad de Buenos Aires, pero este último no fue planificado y ejecutado por una célula aislada ni siquiera con una organización atrás, sino con el mismo gobierno Irani . —Estoy de acuerdo —, había afirmado entonces Hamid Al Rashid el consejero militar—, debemos aprovechar de ellos el conocimiento del lugar y deben ser quienes consigan los materiales y medios para la operación, y los coloquen en tiempo y forma en el objetivo. —Nosotros financiaremos no solo los costos de esta operación sino que apoyaremos a los hermanos locales como forma de asegurarnos su lealtad. La decisión estaba tomada y un detallado plan se ponía en marcha, un reducido grupo de hermanos combatientes yihadistas iría a la región lejana y coordinaría en el lugar la ejecución de esta fase clave de la operación. Todo debía estar perfecto a la llegada de Rahman Hakme al área. Hamid Al Rashid, Consejero Militar del Califa y hombre de su mayor confianza, coordinaría desde su base de Operaciones en Irak, el desarrollo de las acciones que ambos grupos, el de apoyo logístico y operativo en tierras lejanas, y el de Rahman en el propio Objetivo, hasta que ambas unidades se juntaran y éste último asuma el control de toda la Operación. Asumían que no iban a tener inconvenientes en insertar en esa región y particularmente en el país elegido, tres ó cuatro yihadistas de segunda línea, de esos que no están en la mira ni en el ojo del satélite de las grandes Agencias de Inteligencia. —Allá no existen Agencias que hagan Inteligencia estratégica, dependen ciento por ciento de informes que puedan recibir del extranjero, para ellos, la guerra terrorista y las amenazas son problemas de otros.
7 meses antes Octubre de 2016 Desierto de Irak
El refugio que ocupaba el Califa aún no estaba totalmente acondicionado y las incomodidades y carencias eran demasiadas aún para un Al Baghdadi curtido por el desierto y por los años de guerra. Ningún refugio de los tantos que había ocupado, desde carpas hasta cuevas, pasando por casas de adobe escondidas y disimuladas en medio de poblados campesinos, lo había sido por más de unas pocas semanas. La gran capacidad de adquisición de información proporcionada por los más variados y sofisticados equipos que estaban el poder de los Estados Unidos y sus aliados europeos era tan letal como las traiciones de su propia gente tentada por grandes recompensas materiales, por ello, el Califa variaba permanentemente de campamento o refugio como un verdadero nómade en los durísimos desiertos iraquíes. Cada refugio seleccionado y ocupado debía estar preferentemente a cubierto de los ojos de los satélites capaces de ver casi lo que se escribía en un papel en la superficie, también debía proveer o estar cerca de una adecuada cubierta física ante amenaza de ataque aéreo, sumado a adecuadas vías de escape por tierra en caso de detección de una aproximación enemiga. Muchas veces como en este caso, el lugar no reunía todas las características deseadas, por tanto esta vez la carpa se había instalado en las afueras de un pequeño poblado de agricultores y criadores de cabras, al pie de una cadena montañosa llena de cuevas y recovecos de rápido para ocultamiento y protección de ser necesario. En ese lugar y con la presencia del mismo Califa Abú Bakr al Baghdadi, la cúpula de ISIS se reunía a pedido de los lugartenientes para presentar una propuesta que contribuiría a la complejísima planificación y ejecución del ataque al objetivo seleccionado por el propio Califa, y que por su sensibilidad y sorpresa, causaría un impacto mundial que pondría nuevamente a ISIS en la
ofensiva y con ventaja sicológica por la vulnerabilidad que mostraría no solo Europa sino en el resto del mundo. —Habla Hamid —, dice vehementemente Baghdadi. Hamid al Rashid su consejero militar, comienza su exposición diciendo: —Califa, su plan y el objetivo seleccionado son realmente impactantes y sin duda significarán un antes y un después en nuestra yihad mundial. —Pero la realidad hoy nos muestra que los Servicios de Inteligencia alemanes y el apoyo que reciben de Estados Unidos e Inglaterra, no nos han permitido hasta ahora desarrollar y contar con una célula capaz de tal acción, prácticamente todos nuestros hermanos plantados en Europa incluyendo a los más de cien ciudadanos alemanes que regresaron al país luego de combatir por nuestra causa en Siria, tienen un ojo encima, estamos reducidos a la yihad individual, a lo que los infieles llaman «lobo solitario». —Continúa, hasta ahora no me dices nada que no sepa —, interrumpe autoritariamente el Califa visiblemente incómodo por el agobiante calor y por la molesta cantidad de moscas que se colaban por las aberturas. —Lo hemos conversado mucho con el hermano Abú Muslím —, continúa diciendo Hamid como tratándole de resaltar que lo que estaba por proponer contaba con el consenso y aprobación de quien es el principal lugarteniente del propio Califa en Irak. —Debemos insertar en Alemania y lo más cercano posible al propio Objetivo, a alguien con la capacidad técnica y liderazgo necesarios como para reunir y preparar una unidad operativa y planificar y ejecutar su plan Califa. —Debe ser alguien que no esté en las miras de los Servicios de Inteligencia y sin relación ni vínculos familiares o personales con ejecutantes de acciones anteriores. —Dada la premura de tiempos y la complejidad de la operación, nuestro hombre debe ser capaz de ganarse rápidamente la confianza de todo el estamento relacionado con el Objetivo. —Continúa —, repitió Al Baghdadi esta vez con una actitud un poco menos
confrontativa y desafiante, sino interesada por el pragmatismo con que su asesor le planteaba la situación e iba desarrollando su idea, pero a la vez, sin quitarle los ojos de encima a un moreno africano a quien no conocía, pero que su más directo lugarteniente le había pedido que lo aceptara en la reunión ya que entendía que podía hacer un gran aporte a la causa. —Creo que tenemos a la persona indicada Califa. —Quien es? — replicó inmediatamente Al Baghdadi. —Se trata de un joven hermano muy comprometido con nuestra causa que reúne todas las condiciones y cualidades personales que estamos buscando. —Es un calificado y reconocido Profesional Universitario, cosa que facilitará su inserción en una organización directamente relacionada y ligada al Objetivo. —Hemos invitado a su presencia Califa, al hermano Abdul Quadir Minin, líder de la organización hermana Al Shabaab en Somalia y que juró lealtad a nuestra causa hace ya casi dos años. —El nos hablará del hermano Arefaine Rahman Bekit Hakme. —As Salam Alaikum —, saluda sumisa y respetuosamente Quadir Minin. —Alaikum-as Salam —, asiente Baghdadi. —Habla hermano —, le ordena Hamid Rashid. Durante la siguiente media hora el somalí Quadir Minin describió detalladamente al eritreo Arefaine Bekit, sus raíces y antecedentes familiares, su destacada carrera universitaria y cómo y porqué fue contratado por su gobierno en la ferroviaria estatal. También sus inicios en la lucha revolucionaria contra el gobierno etíope que si bien fueron incentivados inicialmente por razones familiares, pronto tomó un cariz político a raíz de su desacuerdo con la política regional adoptada por el propio Presidente eritreo. Fue específico respecto a su afiliación y compromiso con la organización que el lideraba y por último relató con detalles y sin escatimar elogios, sus últimas dos
acciones contra objetivos militares dentro del propio territorio etíope tan meticulosa y perfectamente planificados y conducidos, que lograron jaquear las relaciones entre ambos gobiernos cuyos servicios de Inteligencia no fueron capaces de determinar por si solos quien estuvo detrás de los ataques. —Alá lo ha puesto en nuestro camino hermanos —, interrumpe eufóricamente Hamid, es egresado de la Universidad como Ingeniero Mecánico y Eléctrico, con las mejores calificaciones de la historia de esa Universidad, y de acuerdo a lo que hemos conversado con nuestro hermano Umair al Gadaff en Alemania, él tiene los os necesarios para su ingreso en la Siderúrgica Meyer, principal proveedor de acero y aliado y socio comercial de Astillero Metzler. —Veo que estás de acuerdo —, dice el Califa dirigiéndose a su hombre de confianza Abú Muslim,— y que ya han estado planificando. —Si Califa —, contesta Abú Muslim, antes de presentarle a usted nuestra idea para llevar a cabo su visionaria decisión, hemos analizado varios cursos de acción y nos permitimos presentarle nuestra recomendación para su consideración. —Creemos necesario infiltrar ya mismo al hermano Arefaine Bekit, aún sin darle ningún indicio de la operación que se ejecutará, le diremos que por decisión de nuestra cúpula y con su aprobación Califa, será responsable de organizar una nueva célula que llevará a cabo acciones en Alemania primero y en el resto de Europa después, con esta responsabilidad asignada estará altamente motivado. —Es necesario que se gane la confianza de gerentes y directores de las empresas que nos interesan, es clave en el curso de acción que desarrollaremos detalladamente durante ese tiempo. —¿Cuál es el plan que me proponen mis principales asesores? —, pregunta Al Baghdadi. Seguidamente Hamid Rashid presenta un ambicioso plan que se desarrollaría simultáneamente en 2 fases, una en Alemania liderada por Arefaine Bekit y otra en Sud América desarrollada por unos pocos hermanos yihadistas que se infiltrarían en la zona elegida en grupos y coordinarían la logística con las Organizaciones locales leales a la yihad islámica.
Faltaba la ingeniería de detalle del plan pero la idea general estaba delineada, solo faltaba la aprobación de Al Baghdadi. El plan no era simple, tenía demasiados elementos y acciones intermedias que debían necesariamente salir bien, pero contaban con el factor sorpresa, nadie se imaginaba una acción de este tipo y menos en el lugar del mundo elegido, un lugar que era considerado por su propio gobierno, como ajeno a los conflictos y por tanto no tenían ni los medios ni la disposición a considerar tal amenaza más allá de livianos y complacientes discursos. —¿Ustedes piensan que este hermano Arefaine está capacitado para liderar semejante plan y que merece depositar en el nuestra confianza?. —Aún tenemos que solucionar una situación Califa, sucede que Arefaine ha asumido la responsabilidad de cabeza de su numerosa familia y responsable de su sustento y no será fácil sacarlo de Eritrea—, agrega Quadir Minin temeroso de una represalia por ser el quien presente una dificultad o traba a un plan. Luego de un tenso silencio que pareció eterno, y con las cómplices miradas tanto de Rashid como de Muslim que sabían de esta situación pero dejaron que el somalí se expusiera, el Califa con una fingida calma pregunta nuevamente a sus asesores, —Respóndanme la pregunta que les hice respecto a que si Arefaine es la persona indicada para asegurar nuestro éxito. —Sí —, casi al unísono respondieron sus asesores. —Pues entonces nada está por encima de nuestra guerra contra los infieles, nada puede entorpecer nuestra cruzada, así que busquen la manera de poner al hermano Arefaine en Alemania, que haga su parte, no me importa cómo, pero háganlo, quedó suficientemente claro?. —Si Califa —, fue la única respuesta posible. —Lo más importante, solamente se le irá revelando información a medida que sea necesario para la operación, debemos mantener estrictamente la compartimentación, por ahora solo debe saber que se hará cargo de una nueva célula en Alemania y que se lo infiltrará en una importante empresa siderúrgica como pantalla.
—Tenemos mucho trabajo por delante, hagámoslo.
Enero de 1986 Papenburg – Alemania
El año 1986 encuentra a Astilleros Metzler Ltd. en una relativa zona de confort, había ampliado su contrato con la Deutsche Marine para el desarrollo y construcción de tres Patrulleros Oceánicos del Tipo OPV 80 de 1.500 Tn. y ochenta metros de eslora, además de continuar con el de mantenimiento y actualización de los cruceros Solace of the Seas y Emperor of the Seas. Fiel a su línea de pensamiento, Thomas proyectaba a Metzler Ltd, a los próximos quince o veinte años. Habían tenido la necesidad, y lo habían hecho bien, de efectuar cierto proceso de reconversión, pero se sabía a ciencia cierta que no se eliminaban definitivamente los problemas de competitividad del sector frente a los astilleros asiáticos, por el contrario, estaba convencido que cada vez sería menos factible acceder, según las condiciones y situación que el proyectaba, a nuevos contratos para construcción de grandes Cruceros. Sumado a esto, estaban las propias normas de la Comunidad Económica Europea que, al menos en teoría, obligaban al sector a adaptarse ya que se abría el mercado interior al resto de los constructores europeos. —Hemos venido analizando cuidadosamente desde tiempo atrás las múltiples variables, entre las que racionalmente se pueden considerar, y su potencial afectación a nuestro sector en los escenarios resultantes a mediano y largo plazo —. Así comenzaba Thomas Metzler la reunión del Directorio del astillero de la que en esta oportunidad también participaban los primeros y segundos escalones de los diferentes Departamentos. Ya había dejado claro en sus primeras reuniones como Presidente, su clara intención de evaluar permanente de la situación a efectos de prever las eventuales afectaciones a su sector. — En los últimos tiempos hemos tomado importantes medidas para hacer frente a los problemas con que nos confrontamos, lo hemos hecho bien, y hoy gozamos de una buena estabilidad —, continuó Thomas —. Pero tenemos que ser conscientes y realistas, solamente
hemos ganado tiempo para reflexionar, para evaluar la situación a mediano y largo plazo y tomar en tiempo y forma las decisiones necesarias de manera activa y sin temor. —Los riesgos en nuestro sector siguen siendo elevados y créanme, la situación no es tan sólida como aparenta. Tenemos claras tanto las reglas con que se mueve el mercado asiático como las impuestas por la Comunidad Económica Europea. Luego, tras la exposición de su apreciación cargada de pragmatismo y convicción, concluye: —Vamos a trabajar sobre tres cursos de acción, el primero, determinar cuáles son, en caso de ser necesarias y por menores que sean, las acciones a tomar en el inmediato plazo para minimizar y prever potenciales riesgos y mini crisis principalmente en el orden laboral y recursos humanos. —El segundo, determinar potenciales áreas de crecimiento a la luz de futuros escenarios, y el tercero y de la mano con lo anterior, determinar qué elementos externos a nuestra empresa pueden contribuir a este eventual crecimiento, me refiero concretamente a analizar a posibles alianzas estratégicas, fusiones, convenios o cualquier otro tipo de relacionamiento con terceras partes. —Si Metzler fue capaz de mantenerse por doscientos cinco años superando las crisis resultantes de dos Guerras Mundiales, otras regionales y globales de la más variada índole y gravedad, caídas de mercados, revoluciones, etc, ha sido por la capacidad de análisis, de evaluación y de toma de decisión de quienes nos precedieron, y es nuestra obligación estar a su altura, hoy es nuestra responsabilidad. Atrás de cada montaña escalada, aparece otra más alta que hay que escalar. Su alocución termina impartiendo a los presentes y al mejor estilo de un elaborado plan de operaciones militar, un cronograma para la presentación de los cursos de acción claramente fijados. Al regreso de Hamburgo la relación entre Thomas y Kristiane se consolida rápida y definitivamente. Los escasos noventa y cuatro kilómetros que separaban sus respectivas residencias y lugares de trabajo permitían el diario ida y vuelta que se intercalaba con una ida y una vuelta al otro día, para culminar con la convivencia y residencia compartida en sus amplias, modernas y sobrias casas en
Papenburg y Bremen respectivamente. Desde un principio la fuerte atracción física que existía entre Thomas y Kristiane, se vio complementada con una suerte de iración mutua por sus personalidades y por la alta inteligencia emocional que cada uno percibía en el otro. Desarrollaron una inmediata empatía y se sorprendieron por la manera en que rápidamente se expresaban y compartían sus emociones y sentimientos, como si hubieran estado hasta ahora esperando la persona justa con quien hacerlo. Cuando tocaban temas profesionales ambos se reconocían gran capacidad de disociación para ver las situaciones desde distintos puntos de vista para encontrar la mejor solución, del mismo modo comprobaron que ambos eran proactivos y no reactivos. — Que fácil sería trabajar juntos —, había dicho Thomas una vez, sin imaginar lo que el futuro depararía a sus respectivas empresas. — No me cabe ninguna duda —, complementó Kristiane.
Rahman Hakme, nacido en 1988 en la ciudad eritrea de Masawa con el nombre Arefaine Rahman Bekit Hakme en el seno de una familia de clase media, vio como su vida cambiaba drásticamente y nacía su visceral odio al pueblo de Etiopía, cuando su padre Sebhat Bekit, moría en combate durante uno de los tantos conflictos en que se vio inmerso su país durante prácticamente toda su historia contemporánea, tenía doce años. En el año 1952, Naciones Unidas definió a Eritrea como Entidad Autónoma Federada con Etiopía, no obstante, en 1983 estalla un conflicto armado entre ambos países, hasta que finalmente en 1987, estando el territorio de Eritrea controlado por el Frente de Liberación de Eritrea de mayoría musulmana y que entonces integraba Sebhat Bekit, la República Popular y Democrática de Etiopía los declara como Región Autónoma. En 1993 Eritrea ve reconocida internacionalmente su Independencia y la familia Bekit goza de prestigio y de un pasar acomodado en la ciudad de Masawa. Sebhat Bekit planificaba la educación de sus hijos incluyendo al menor de cinco años, el pequeño Arefaine que ya cursaba el pre— primario, el primero de los cinco niveles educativos del sistema de enseñanza de Eritrea. La frágil paz fue efímera, en 1996 surge un conflicto territorial con Yemen y más adelante en 1997 estalla nuevamente la guerra con Etiopía, siendo aquí en el año 2000 y poco antes de finalizar, donde se produce la muerte de Sebhat. Cuando Arefaine recibe la noticia de parte de su propia madre, sintió que el mundo se rompía en pedazos y solamente atinó a preguntar: —Quien mató a mi padre?. —Los de Etiopía —, le responde la madre. La profunda tristeza y dolor que sintió este jovencito de doce años que ya se destacaba académicamente por sobre el resto en el tercer nivel educativo, quedaron minimizados ante una sensación que nunca antes había conocido, el odio, pero si bien hasta un nivel que le quemaba el estómago hacia todo lo que significaba Etiopía, también hacia un sistema que por supuesto no entendía, pero que le había quitado a quien más amaba y iraba.
Arefaine Rahman Bekit cursa los cuatro primeros niveles educativos con un nivel superlativo, interrumpiéndolo a los diecisiete años para cumplir con los tres años del Servicio Militar Obligatorio dispuesto por el régimen de Isaías Afewerki. Su elevado coeficiente intelectual no solo lo destacan del resto de su contingente, sino que naturalmente lo transforman en un líder natural. Sus jefes militares instructores lo alientan para continuar la carrera militar, pero Arefaine está convencido y decidido a especializarse en lo que es su gran pasión y vocación, la ingeniería mecánica. Desde un primer momento durante su Servicio militar Arefaine Bekit sorprendió por su destreza con las armas, una vez que entendió su principio de funcionamiento, todas las variantes de armamento empleado por las Fuerzas Armadas le resultaron de una sencillez tal que daba la impresión de que el mismo las hubiera diseñado, a punto tal, que pasaba gran parte del tiempo en el taller de armas del Batallón reparando el armamento orgánico de la fuerza. Lo mismo sucedía con motores y generadores, los entendía, con solo escucharlos podía diagnosticar eventuales problemas y solucionarlos eficientemente. —¿Donde has estudiado? —, le preguntaban reiteradamente sus jefes militares. —En ningún lado,…aún —, decía con la intención de dejar en claro que no seguiría la carrera militar —. Solo sigo mi instinto. Por el respeto que se le tenía por su padre muerto en combate, por su apoyo a los talleres del Batallón y por su alta capacidad intelectual, Arefaine Rahman Bekit se había ganado la confianza de la politizada estructura militar.
Junio de 1986 Papenburg – Alemania
Existen diferentes clases de líderes según sean o predominen las aptitudes, la capacidad, la personalidad y el carácter de ellos. Thomas presentaba características de varios de esos diferentes tipos de líderes, autocrático por el estilo de su firmeza en la toma de decisiones, democrático por fomentar la participación de todo su staff y mandos medios, y también tenía rasgos del líder definido por James MacGregor como transformacional, es decir, aquel que apela a altos niveles de comunicación trasmitiendo a sus subordinados su visión estratégica de forma clara e inequívoca e efectos de facilitar eventuales cambios dentro de la organización y también fomentar el compartir ideas, apostando al surgimiento de algunas que de otro modo hubieran quedado sin desarrollar. En una gran Organización del tipo que sea, los resultados óptimos se consiguen cuando se crea un sentido de pertenencia de parte de los diferentes estamentos para con la misma, y cuando las directivas o políticas se siguen por convencimiento y convicción de que son las mejores y no solo por simple imposición jerárquica. Había sido muy claro y conciso a la hora de presentar su estudio y apreciación de la situación, pero siendo muy cuidadoso de no condicionar las recomendaciones o líneas de acción que requirió a sus jefes subordinados. Si bien tenía en mente el rumbo que debería seguir el astillero en los próximos tiempos, Thomas confiaba mucho en la capacidad analítica de su staff y de varios de sus jefes de Departamento, estaba seguro que los análisis y recomendaciones que se le presentarían en las diferentes áreas, contribuirían sin dudas a una mejor toma de decisión. Esta no iba a ser una reunión de trabajo más, sino que tenía carácter de extraordinaria por la importancia de lo que se definiría, el futuro de astilleros Metzler. Thomas necesitaba imbuir a los participantes en una atmósfera y en un estado emocional tal que los hiciera sentir como que el destino los puso a cada uno en
un momento y lugar clave en la rica historia de la Empresa y debían estar plenamente conscientes y convencidos de eso. Debía además, crear el entorno y escenario que contribuyera a ese estado de ánimo. Para ello, decidió que la Reunión Extraordinaria para Análisis de la Situación y Toma de Decisiones, como la denominó, se llevaría a cabo en las instalaciones del Kedi-Papenburg Hotel, un lugar que al ser diferente a las habitualmente usadas amplias salas de reunión del propio astillero, marcaba la pauta de que esta no sería una reunión más. También lo necesariamente cerca como para un ida y vuelta diario desde las residencias de los concurrentes. Desayunos, almuerzos y coffee-breaks complementarían una atmósfera de dedicación integral a la tarea. En una primera reunión preparatoria con sus directos asesores, Thomas Metzler había preparado un documento que se destinaría a los futuros concurrentes a la reunión extraordinaria, donde prácticamente se repetía lo expresado en oportunidad de exponer sus tres líneas de trabajo. En la segunda, se redactó otro documento donde se le especificaba a cada jefe de Departamento o área, hacia donde debía cada uno enfocar y enfatizar sus respectivos análisis y recomendaciones, y en una tercera reunión preparatoria, se elaboró el esquema sobre el que se iba a desarrollar la reunión extraordinaria. Así, durante tres extensas jornadas, se expusieron claros estados de situación y enriquecedores análisis, se formularon y reformularon propuestas permanentemente retro alimentadas por los diferentes enfoques y ópticas con que se evaluaban desde áreas técnicas, istrativas, contables y jurídicas. Todos habían dado lo mejor de sí, profesionalismo, convicción, sentido de pertenencia y responsabilidad fueron el común denominador. Thomas estaba seguro de haber logrado poner sobre la mesa, todas y cada una de las opciones posibles frente a los escenarios esperables. Ahora era la hora de la Toma de Decisiones. La tarde de la tercera jornada y la mañana de la cuarta, fueron usadas por Thomas Metzler y su staff para ordenar y consolidar el importante volumen de información presentada y discutida, y para preparar y exponer lo medular respecto a las conclusiones y recomendaciones a que habían arribado la reunión.
Luego del protocolar pero verdaderamente muy sentido reconocimiento a todos los participantes por el profesionalismo y dedicación puestos al servicio de la causa común que significa el futuro del Astillero, Thomas pasó a presentar en forma concreta y pragmática las conclusiones a las que se había arribado. —Un documento con las presentaciones individuales, con los análisis respectivos, y demás aportes surgidos de las discusiones y con las conclusiones a las que hemos arribado, será entregado a cada uno de ustedes, y tendrá el carácter de Restringido a nuestro ámbito de trabajo, hasta que se desarrollen los Cursos de Acción para implementar los cambios y proyectos que correspondan —, comenzó exponiendo Thomas. —Ya cada uno de ustedes tiene a esta hora la idea del rumbo que hemos de navegar de aquí en más, pero a modo de cierre formal de este evento, los expondremos en forma resumida pero clara. —Hemos concluido que las condiciones que ha empezado a imponer el mercado asiático de astilleros, sumado a la gradual generalización de la liberalización comercial y financiera, el impulso a la privatización de empresas públicas, la creciente presencia en el escenario mundial de empresas transnacionales y el intenso avance en tecnologías de las comunicaciones y del transporte, harán que astilleros Metzler no sea competitivo ya en el mediano plazo, con su actual infraestructura y orientación. —Astilleros Metzler tiene un capital que no está dispuesto a perder o afectar de alguna forma, sus más de dos mil quinientos operarios y nuestro activo intangible más valioso, el conocimiento, técnicas, información privilegiada muy valiosa y exclusiva, teorías e incluso datos privados sobre clientes o proveedores. La construcción del Solace y del Emperor nos han consolidado ese know-how, pero debemos asumir que no será factible acceder a futuros contratos similares, y reafirmamos, no perderemos ese potencial. —Los Cruceros seguirán siendo una industria floreciente y altamente rentable, así que buscaremos mantenernos en ella efectuando los cambios necesarios, ya sea en nuestra propia estructura orgánica, como también explorando de entenderlo necesario, adecuadas formas de alianzas o asociaciones con terceros —. —Construiremos y operaremos nuestros propios Cruceros.
—Mantendremos una pujante ofensiva para mantener y acrecentar nuestra operación en el mercado interno, específicamente los contratos con la Deustche Marine y con la industria pesquera.
En el 2008 con 20 años de edad, y prácticamente a pocos días de finalizado el Servicio Militar Obligatorio, Arefaine Rahman Bekit Hakme ingresa sin dificultad y ayudado por las buenas recomendaciones de algún integrante del sistema político-militar, al Colegio de Ingeniería y Tecnologia, uno de los tres Colegios que junto con el de Ciencia y el de Educación integran el Eritrea Institute of Technology (EIT), cursando primeramente la cátedra de Mechanical Technology donde obtiene el título de «Bachellor of Science» con el mejor promedio académico de la historia del Instituto. En forma casi simultánea, cursa la cátedra de Electric Engineering obteniendo el «Advanced Diploma». Así al final del 2011, con 23 años de edad se gradúa en tiempos mínimos obteniendo las más altas calificaciones en cada una de las asignaturas de la totalidad de los programas que componen las carreras cursadas, por lo que recibe inmediatamente una oferta de trabajo en la Empresa Estatal de Ferrocarriles en la Capital, Asmara. Por dos razones rechaza la oferta, la primera que es la que le trasmite a las autoridades: —Al menos en los primeros tiempos, debo permanecer en Masawa ya que soy el principal y único soporte de mi familia —, explicaba. —Desde la muerte de mi padre ha debido afrontar tiempos difíciles sin poder contar con mi apoyo debido a las ausencias por el tiempo pasado en el Servicio Militar Obligatorio primero y como estudiando en el EIT después —, continuó. Su familia lo había apoyado en su decisión de ingresar al EIT, y sentía la obligación de devolver ese apoyo y ayudar a recomponer la situación familiar, principalmente la parte económica. Lo que Arefaine no le dijo a las autoridades del Colegio y al funcionario del gobierno que le ofreció el trabajo en la Estatal ferroviaria, era que estaba en profundo desacuerdo con lo que el entendía como pasividad y aceptación del Statu Quo por parte del Presidente Afewerki respecto a Etiopía a quien consideraba un enemigo irreconciliable.
A pesar del cese formal de la guerra con Etiopía, el Presidente Afewerki había continuado solapada e indirectamente su conflicto con el país vecino, financiando a toda organización que atentara contra su gobierno. Tanto el Frente de Liberación Nacional del Ogadén como el Frente Oromo de Liberación, fueron financiados por el gobierno de Eritrea, así también como la más radical milicia islamista de la región, Al Shabaab, que estaba en plena campaña de desestabilización del gobierno etíope. Pero para ese entonces y presionado por Naciones Unidas, el régimen de Afewerki había disminuido su apoyo a Al Shabaab. Al Shabaab, que significa «La Juventud» en árabe, había surgido en la vecina Somalia en el 2006 fundada por Hasan Adan Ayro un ex miembro de Al Qaeda. Inicialmente había sido concebido como el brazo armado del Consejo Islámico de Tribunales Somalíes apoderándose de gran parte del sur del país justamente a finales de ese año. Mientras estaba cursando el Instituto de Tecnología, Arefaine manifiesta en reuniones informales, su descontento con lo que el mismo califica como pasividad del presidente Afewerki respecto a Etiopía. Es así que a través de organizaciones estudiantiles de la Universidad, toman o con él varios de Al Shabaab en Asmara, quienes le manifiestan coincidir con su pensamiento y también su descontento por lo que entendían una disminución casi total del apoyo que recibían del régimen de Afewerki, al tiempo que también le cuestionaban lo que calificaban como «ablandamiento» respecto al Etiopía. Para entonces Al Shabaab se había dividido. En octubre de 2015, un miembro de alto rango y líder espiritual de esa organización llamado Abdul Quadir Minin, de postura radical, le prometió lealtad a ISIS, a pesar de que tres años antes los líderes fundacionales de la organización le habían prometido lealtad a Al Qaeda. Como resultado de esta escisión, cien de los casi mil cuatrocientos de la organización, desertaron a ISIS, que resultaba mucho más atractivo fundamentalmente para los más jóvenes descontentos con el Statu Quo.
Muchas veces quien tiene la responsabilidad de la toma de decisión, cae en el error de hacerse una especie de trampa al Solitario, en alusión al juego de naipes, cuando teniendo la convicción luego de un proceso individual de razonamiento y análisis aséptico y profesional, o también la necesidad, y por diferentes razones, de cual debe o tiene que ser la solución a determinado problema, condiciona a través de sugerencias indirectas las respuestas o recomendaciones que quiere recibir de sus asesores. Thomas Metzler había sido muy cuidadoso al respecto en ocasión de su presentación al Directorio a poco de asumir la presidencia del astillero. Expuso cuales iban a ser las líneas de acción sobre las que se iba a trabajar sin dejar entrever sus propias conclusiones, que si las tenía, y muy convencido de ellas por cierto. Ni falsa modestia ni ego complacido, solo satisfacción y objetiva tranquilidad. Esas sensaciones sintió Thomas al finalizar la reunión extraordinaria de su Empresa en el Kedi Papenburg Hotel y comprobar que los análisis de situación y recomendaciones formuladas por sus calificados asesores, coincidían con las suyas. No solamente se había verificado una correspondencia entre las ideas y visiones estratégicas de Tomas Metzler y sus asesores, sino también con las de Kristiane, en su calidad de cabeza responsable de la conducción económica y financiera de Siderúrgica Meyer. Dos pragmáticos profesionales de la envergadura de Thomas y de Kristiane habían encontrado en el seno y fortaleza de su estable relación, los tiempos y espacios suficientes como para plantearse e intercambiar puntos de vista sobre intereses comunes a sus respectivas empresas. —Astilleros Metzler se expandirá como armador naviero, es decir, además de construir nuestros propios barcos, pertrecharlos, prepararlos y nombrar a las tripulaciones, nos encargaremos de su gestión operativa —, así Thomas le había resumido a su esposa, cuál sería la materialización de la principal conclusión arribada en la reunión extraordinaria de la Plana Mayor de astilleros Metzler en el Kedi . También les había presentado a efectos del correspondiente estudio detallado de
adecuabilidad, factibilidad y aceptabilidad, su propuesta de asociación con Siderúrgica Meyer a efectos de hacer a su vez también factible, el objetivo estratégico de operar su propia flota de cruceros. En caso de aprobarse debería formularse una propuesta y plan de negocios a afectos de su presentación formal a Meyer. —Mi padre y la unanimidad del directorio ven con entusiasmo la propuesta —, había exclamado en tono exultante Kristiane una noche al regreso de Thomas a su casa, y continuó —. Está en su línea estratégica de acción y esperan la propuesta formal de Metzler para iniciar los procesos de análisis correspondientes. De la misma manera que sucedía con Metzler, Siderúrgica Meyer transitaba por esos tiempos de estabilidad donde los buenos ejecutivos responsables de la conducción de las grandes empresas u organizaciones, con la calma y sin las urgencias de alguna crisis, evalúan en forma corriente todas las variables que pueden potencialmente afectar o influir su propia operativa. Si bien la situación de su sector y el suyo propio no requería de urgencias respecto a eventuales ajustes o cambios, un reposicionamiento estratégico que no comprometía ni su presente ni su futuro desde el punto de vista financiero, pero que además les posibilitaba una opción de expansión a bajo riesgo, se presentaba como muy favorable. Por tal motivo la propuesta de Kristiane, si bien sorpresiva, generó gran entusiasmo y expectativa en la siderúrgica, y luego de varios meses de ajustes técnicos y jurídicos, se constituiría Metzler-Meyer Ltd., un t Venture entre el astillero y la siderúrgica que contribuiría a la adecuación firme de ambas empresas hacia los proyectados escenarios futuros.
2015 Masawa – Eritrea
En 1994 el presidente eritreo Isaías Afewerki determinó que la reconstrucción del sistema ferroviario era una prioridad para la nueva nación. Fue una especie de causa nacional, se rechazó ayuda internacional y se dispuso que la reconstrucción se hiciera con la mano de obra y recursos disponibles del propio pueblo eritreo. Mientras un grupo de trabajo comenzó con la reconstrucción de la estación de Asmara y a desarrollar la terminal en Masawa, la ciudad donde vivía la familia Bekit, otro grupo se dedicó a la restauración de las once viejas locomotoras a vapor remanentes de la guerra, de las cuales lograron poner en servicio solo la mitad. También hubo que echar mano a las sobrevivientes Fiat Littorina y a dos viejas Krupp1957 Diesel. El sistema de rieles construido por los italianos permanecía intacto. —Estamos buscando a Arefaine Rahman Bekit —, dijo secamente el funcionario del gobierno cuando Sheila su hermana, abrió la puerta. —Está trabajando —, respondió la mujer, y antes de que le preguntaran más, continuó, — fue al puerto a reparar el motor de un barco pesquero. —¿Trabaja siempre en el puerto? —, continuó preguntando el funcionario. —No —, responde Sheila,— Mi hermano arregla máquinas en diferentes lados. —Bueno, por favor dile a Arefaine que quisiéramos hablar con el para ofrecerle un buen trabajo fijo en la Empresa Ferroviaria, aquí, en los talleres de Masawa. Al atardecer, cuando Arefaine regresa a su casa, su hermana Sheila le comenta la visita recibida y lo que el funcionario le había pedido que le trasmitiera. —Me vienen a ofrecer el mismo trabajo que rechacé cuando me lo ofrecieron a mi egreso del Instituto —, cuestionó Arefaine esta vez frente a la presencia de su
madre y de su hermano mayor. —Pero ahora es aquí, en Masawa — , expresó la madre con un tono que parecía querer decir que esta vez debería aceptar —, en nuestro propio pueblo. Esa noche el joven ingeniero mecánico no pudo conciliar el sueño, no estaba de acuerdo con el Gobierno y por lo tanto no quería, por principios, trabajar para una empresa estatal, pero su responsabilidad como cabeza de una familia y la memoria de su padre para quien la familia y su bienestar y educación fueron prioridad absoluta, lo ponían en una incómoda disyuntiva. Bekit además de su trabajo zafral reparando maquinarias, estaba apoyando a una incipiente célula de Al Shabaab que se había establecido en el centro y sur de Eritrea con la intención de usar su territorio como santuario y base para desde allí infiltrarse y conducir acciones directas contra Etiopía y regresar luego a refugio seguro dentro del país. Al Shabaab ya estaba establecida en Asmara y su intención era operar desde esta ciudad Capital, pero la cúpula del movimiento consideraba sumamente importante para la operativa de la célula, el pequeño puerto de Asab, a seiscientos kilómetros al sur de Masawa muy cerca de la frontera con Etiopía. Los controles marítimos en el espejo de agua que baña la costa Este de Eritrea sobre el Mar Rojo hasta Djibouti eran pobres, y por sus aguas podían navegar embarcaciones de mediano porte sin ser detectadas, por tanto, en lugar de atravesar Djibouti desde el sur, navegar las descuidadas aguas aseguraba la logística desde las bases principales en Somalia. Asab era una excelente puerta de entrada para los abastecimientos de pertrechos militares para la célula extremista a Eritrea, y desde ahí se debían encarar posteriormente los traslados hacia Asmara. La carencia de infraestructura vial determinaba que tanto las personas como las armas y equipos provenientes de Asmara para dotar a la facción en Asab, como a la inversa, el traslado a la Capital del equipo entrado por Asab, debían pasar por Masawa, y las únicas vías de comunicaciones terrestres entre ésta y la capital, eran el ferrocarril y la carretera, ambas muy controladas por el régimen de Afewerki que no estaba dando apoyo a operaciones contra Etiopía ejecutadas por Al Shabaab, y menos si abiertamente se basaban en su territorio.
Hasta hacía un par de años, viajar en camión desde Masawa hasta Asab podía demorar entre tres y cinco días. Actualmente la mayor parte de esos kilómetros fueron mejorados, pero aun así se emplean más de veinticuatro horas para atravesar el inhóspito desierto de Danakil. Para el ala radical liderada por Abdul Quadir Minin, no había opción. —Alá nos envió esta oportunidad, es clave para nosotros que el hermano Arafaine Rahman Bekit esté dentro de la empresa Ferroviaria en la terminal de Masawa —había resuelto convencido.
La vieja locomotora Breda 0-4-OT a vapor, liderando un convoy de media docena de prolijos pero históricos vagones, ya venía anunciando su proximidad desde kilómetros antes de la terminal de Masawa. En el silencio del caluroso atardecer desértico, las columnas de vapor se elevaban casi verticales a la locomotora debido a su baja velocidad y a la escasez de viento. La formación, que parece sacada de un museo, se detiene cansinamente al final de las vías. Un puñado de operarios supervisados directamente por Bekit sigue el meticuloso procedimiento impuesto por el Jefe quien sube primero, controla la carga verificando que coincidan con los manifiestos recibidos previamente y luego suben ellos a los vagones que específicamente se les indica para proceder a descargar sobre la pala elevada del montacargas que se ubicó en la compuerta de cada vagón, las bolsas de granos que son inmediatamente transportadas treinta metros hasta el depósito contiguo a la Estación. La operación se repite idénticamente hasta que cada vagón de carga es vaciado. Ordena que las dos grandes cajas marcadas con repuestos para el motogenerador e inyectores para los motores de una de las Krupp que venían en el último vagón, permanezcan en su interior durante la noche, ya que por su tamaño y peso iban a ser descargadas con el turno de la mañana siguiente. Arefaine mismo con una gran uña metálica, las había abierto, verificado su contenido y vuelto a cerrar golpeando la tapa de madera con los mismos clavos.
Dispone y controla cada movimiento, a los operarios les sorprende lo que consideran un exceso de celo y de control de su parte, no es necesario para descargar y estibar un par de toneladas de granos y unas cajas de repuestos, pero era el estilo del recientemente designado Jefe Operativo de la Estación y Encargado del Mantenimiento General y nadie iba a poner en tela de juicio las decisiones o conducta de quien fuera designado por el Poder Político y que además era experto técnicamente. El depósito se cierra, la Estación también, a las nueve de la noche solo queda el Guardia de Seguridad que dentro del propio depósito recibe largas y detalladas instrucciones de parte de Arefaine, innecesariamente largas y detalladas para custodiar algo de tan poco valor que no justificaba un eventual robo, pero al igual que había sucedido con la descarga previamente, era lo que disponía el jefe. Mientras esto sucedía, cuatro hombres en forma cuidadosa y silenciosa, suben al último vagón, levantan la tapa de madera de cada una de las cajas de repuestos y extraen bolsos que son bajados sigilosamente. Luego de atravesar unos matorrales a tres metros de la vía, los bolsos son subidos a una vieja camioneta que estaba oculta de la vista desde la Estación ya vacía, excepto por Arefaine que seguía calculadamente impartiendo instrucciones al Guardia de Seguridad. La clandestina operación había salido a la perfección, armas y explosivos habían sido introducidos a las cajas de repuestos durante su descuidado depósito en la terminal de Asmara, y la prolijidad y meticulosidad de los procedimientos impuestos por Arefaine incluyendo la distracción al guardia impartiéndole largas y exageradas instrucciones para la noche, habían permitido el éxito. Solo restaba la última y no menos riesgosa parte, el traslado hacia Asab, pero Arefaine había planificado todo, la ruta, los horarios y el chofer que haría el viaje. No habrían controles de que preocuparse. El equipamiento llegaría a la célula en Asab y Arefaine estaba cumpliendo con su convicción, apoyaba la lucha contra Etiopía, la que su propio gobierno había detenido.
Agosto de 1990 Papenburg – Alemania
—«Bautizo a este barco con el nombre de Freya Göttin II, que los dioses protejan a sus tripulaciones y a quienes viajen a bordo»—, expresó emocionada Anke Meyer su madrina de bautismo, instantes antes de cortar la cinta de seda que sostenía la botella de Champagne que calculadamente y en forma precisa, describiría un arco en el aire para estallar finalmente contra la proa para alegría y tranquilidad de los más supersticiosos marinos. Mientras la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen ejecutaba diferentes sinfonías de Ludwig van Beethoven, un sentimiento de orgullo y medida euforia imbuía a los presentes ante la satisfacción de la obra que culminaba. Toda la ceremonia, meticulosamente planificada estaba saliendo de acuerdo al más estricto protocolo y tradiciones marineras. El día anterior y con la presencia del Canciller Helmut Kohl se había procedido a la ceremonia oficial de entrega del barco por parte del Astillero al t Venture que operaría a la nave, y al arriado e izado respectivamente del banderín de astillero y la bandera alemana. También Thomas Metzler en su carácter de CEO de la novel naviera, había entregado al mando del Freya Göttin II a su Capitán Walter Weizsacker. Thomas estuvo tentado a romper o al menos transgredir varias de las tradiciones que rodean a los bautismos navales, pero fue debidamente asesorado acerca de no tentar la eventual ira de alguna de las variadas deidades que han regido los destinos de los marinos por siglos. —Sabes Kristiane—, había comentado Thomas a su esposa cuando su gente de protocolo le presentó el proyecto de ceremonial de bautismo del barco—, los hombres de mar son supersticiosos, muy supersticiosos, y sus ceremonias y ritos así lo demuestran—, continuó. —Desde tiempos inmemoriales las ceremonias paganas exigían algún sacrificio
humano o animal para evitar que los dioses cobraran otras víctimas y parece que Odín era de los más exigentes al respecto—, siguió diciendo Thomas luego de la cena y ante la mirada del pequeño Thomas Jr. de dos años, que desde su silla parecía estar atento al diálogo de sus padres, a lo que Kristiane divertidamente comentó: —Pero tal parece que con el tiempo los marinos han venido negociando con los dioses y ofreciendo otras cosas menos extremas pero que igual los satisfacían. —Es tal cual —, dijo con una sonrisa Thomas—, los griegos estaban a mano con Poseidón ofreciendo ánforas de vino, los romanos incorporaron el vino espumoso a sus ceremonias, pero lo más pintoresco por llamarlo de alguna manera me lo comentó el Capitán Wieizsacker. —¿Qué es? —, preguntó Kristiane llena de curiosidad por estas historias tan lejanas al pragmatismo profesional en el que se desenvolvió toda su vida profesional. —Me ha contado Wieizsacker que tal parece que allá por 1610, Enrique Estuardo, Príncipe de Gales, tras el brindis arrojo la copa, que era de oro con piedras incrustadas, por sobre la borda hacia la muchedumbre diciendo que quien la atrapara se la quedaba. —El hecho fue furor y se siguió haciendo, pero fue una época de auge de la construcción naval y no se sabe bien si fue por el elevado valor de las copas o por las peleas para quedarse con ella, que ese ritual se suspendió y solo se realizaba el brindis. —Propio de los ingleses —, replicó Kristiane, al tiempo que mostrando que no permanecía ajena a este evento tan importante en sus vidas y que ella también había estado investigando al respecto, sorprende a Thomas preguntando de de manera natural: —¿ Es verdad lo que se dice respecto a que cuando se bautiza un barco particular se le debe poner el nombre de la prometida, esposa o amante, ya que de esta forma se fortifica la verdadera unión entre el barco y su dueño? . —Es cierta esa versión mi amor —, contesta Thomas, para luego continuar sin mucho convencimiento y ensayando una suerte de improvisada justificación ante la sorpresa de la pregunta —, pero tengo la interpretación de que se refiere a
pequeñas embarcaciones privadas de uso doméstico, no a grandes cruceros corporativos, jaja. Ambos rieron, a lo que se sumó Thomas Jr. Kristiane ya se sentía sumamente orgullosa y agradecida de que la madrina de bautismo fuera su querida abuela Anke con la que había construido un vínculo sumamente especial e íntimo. En la enorme carpa para más de mil personas, levantada en el muelle donde estaba atracado el flamante buque, se ubicaban hombres y mujeres de negocios, políticos, empresarios de las más variados rubros que habían sido seleccionados como proveedores de los más variados insumos y equipos para dotar al buque, representantes de los diferentes departamentos del astillero que lo construyeron, medios de prensa, representantes de países amigos acreditados ente el gobierno alemán, y muchos simplemente amigos, frente a todos ellos se presentaba en sociedad y a los mares del mundo a esta maravilla. El Freya Göttin II, bautizado con el mismo nombre del primer barco de pasajeros construido en 1882 por el astillero Metzler y con el cual Thomas pretendió honrar a todos su antecesores, desplazaba 165.000 toneladas repartidos en 310 metros de eslora y 43 de manga, las pruebas de mar comprobaron los cálculos de diseño y permitieron alcanzar una velocidad de crucero standard de 22 nudos. Tenía capacidad para 5.700 pasajeros atendidos por 1.600 tripulantes, 2.200 camarotes standard más casi 200 suites del más variado confort y rios, 11.000 metros cuadrados de spa, 11 restaurantes, 21 bares y 4 piscinas, un centro médico de 400 metros cuadrados dotado con CTI, 440.000 metros cuadrados de superficie de los cuales 32.000 son comunes, 2 aletas laterales estabilizadoras y equipos de navegación y seguridad de última generación. Se emplearon 33.000 toneladas de acero provistos por Siderúrgica Meyer, e insumió 26 meses desde el simbólico primer corte de acero y puesta de su quilla, hasta su entrega a un costo de casi 950 millones de Dólares.
Enero de 2016 Frontera Etiopía – Eritrea
Tanto Eritrea como Etiopía mantenían destacamentos de sus respectivos Ejércitos desplegados a lo largo de sus casi mil kilómetros de una frontera en muchos lugares confusamente delimitada y motivo de permanentes disputas, reclamos y conflictos desde la fijación de la vieja «frontera colonial», una línea trazada a principios de siglo entre el reino de Italia y el imperio de Etiopía. Si bien la ciudad portuaria de Asab está ubicada más cerca de la frontera con Djibouti que de la de Etiopía, su mayor infraestructura edilicia y desarrollo social permiten esconder más fácilmente a los combatientes de la célula yihadista disidente de Al Shabaab . La geografía sobre la que transcurre la ruta P7 en dirección Este— Oeste entre Asaab y la frontera etíope, permite usarla como eje de referencia sin necesidad de transitarla directamente, e ingresar a pie al territorio de este país cerca de la localidad de Buré por los espacios existentes entre los puestos de control fronterizos etíopes, aletargados de día por las altas temperaturas y arropados en las noches cuando esta desciende bruscamente. Además, la mayoría de los soldados encaraban esta vigilancia como una rutina dispuesta por decisión política ya que de hecho se había acordado un cese de las hostilidades. Quince combatientes armados con fusiles AK-47 y equipados con viejos y confiables visores nocturnos rusos PNV-57E de primera generación pero con especificaciones militares, desatan un mortífero y sorpresivo ataque sobre el puesto de control etíope acantonado en una ladera a escasos ciento cincuenta metros de la virtual línea demarcatoria de la frontera con Eritrea cerca de la localidad de Buré, a escasos quinientos metros al sur de la intersección de la ruta P7 eritrea con la 1 etíope. Las brasas de los cigarrillos en las bocas de los centinelas delatan su posición en cada aspirada, casi no hacían falta los visores nocturnos. Muchos centinelas
tienen a sus fusiles AK-47 recostados sobre las barandas de las garitas de observación y las ametralladoras PKM están si dotar. Desde la posición para el asalto, los atacantes extremistas de Al Shabaab que habían cruzado la frontera desde Eritrea, también podían escuchar las radios con que los centinelas trataban de sobrellevar las horas de guardia en esa desolada región fronteriza. El factor sorpresa fue totalmente aprovechado y el fuego sorprende a los incautos soldados etíopes, y solamente cuando los atacantes asaltaban las posiciones de los soldados etíopes para rematar a los pocos que habían sobrevivido al fuego inicial, se escucharon los únicos y escasos disparos defensivos efectuados desde la profundidad de alguna posición a retaguardia, pero sin blancos definidos ni puntería. De acuerdo a lo planificado, un segundo grupo, que inicialmente estaba apostado a los flancos del grupo de asalto, listo a cubrir y proteger su movimiento por el fuego en caso de ser detectados mientras se arrastraban hasta la distancia adecuada para desencadenar el fuego cercano y asaltar las posiciones etíopes, abandonó su posición y se dirigió a colocar en un depósito de combustible y en la base de una torre de comunicaciones donde estaba instalado un equipo retransmisor, las cargas de C4 que habían recibido solamente pocos días atrás desde Asmara vía Masawa. Hasta la cadena logística había funcionado a la perfección. La retirada fue igualmente bien planificada y ejecutada, Arefaine Rahman Bekit había hecho un trabajo profesional y metódico en la planificación y en la ejecución de todas las fases de la operación, desde el propio desembarque de la munición y explosivos en la terminal de Masawa, el traslado nocturno hacia Asaab y la propia planificación y conducción personal del ataque. —El gobierno de Eritrea niega enfáticamente tener algún tipo de relación con el ataque al Puesto de Control fronterizo —, expresaba contundentemente una de las frases de la Nota que la cancillería eritrea remitió a su par etíope en respuesta de la que esta le cursara en términos sumamente duros y amenazadores respecto a una eventual relación con el cruento ataque del que fuera objeto el Puesto de Control fronterizo etíope dentro de su propio territorio y que se saldara con 17 soldados muertos y varias instalaciones destruidas entre ellas el depósito regional de combustible y una Estación retransmisora de comunicaciones . —Nuestro gobierno acata incondicionalmente lo dispuesto por Naciones Unidas
y por tanto no apoya ni directa ni indirectamente a ningún movimiento o grupo terrorista, ni permite el uso de su territorio como refugio o zona de tránsito —, continuaba diciendo la Nota oficial eritrea también remitida al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Paralelamente al cruce de Notas reversales, las Agencias de Inteligencia de ambos países comenzaban a tratar de determinar quién estaba atrás de este repentino ataque.
7 de marzo de 2017 Papenburg – Alemania
—Debo reconocer que cuando me comentaste por primera vez tu idea respecto a este potencial público «objetivo» a ser captado para los Cruceros si se efectuaban ciertas modificaciones e incorporaban determinados criterios de servicio a bordo, no estuve muy convencido — , así, Herman Blumer magnate de los medios de comunicación, le confesaba a Thomas su inicial escepticismo al respecto. Blumer era el fundador, propietario y director ejecutivo del Grupo Blumer, con participación en cable, televisión, internet, trasmisión de televisión directa por satélite, deportes, editoriales y dos periódicos, que tiene a su cargo una plantilla de casi cinco mil empleados, más de ocho mil producciones de TV en archivo y casi treinta mil horas de Series repartidas diversos canales de televisión. De hecho, esa nueva clase de público de alto nivel efectivamente se había sentido entusiasmado, y ya estaban completas las veinticuatro reservas para los dos tramos de la primera travesía a Río de janeiro, Punta del Este y la Antártida. —Te debo gran parte de este éxito inicial Herman, la reconocida objetividad y credibilidad de tus medios han sido muy importantes para trasmitir la confianza y entusiasmo necesarios a la élite a la que apuntábamos. Tiempo atrás, Thomas y Kristane se habían regalado mutuamente como parte de los festejos de sus bodas de plata de matrimonio, un tramo de la travesía que el Freya Göttin II, realizaba por el mar Báltico cuando la temporada de huracanes en el Caribe obligaba a estos barcos a navegar otros mares más calmos. Ocupando el mejor camarote suite y gozando de la excelencia y esmero extremo con que la tripulación asignada atendió al matrimonio Metzler— Miller, disfrutaron un maravilloso viaje que inspiraría y daría vuelo a la idea de un nuevo enfoque dirigido a incorporar a una selecta y exclusiva clase de cruceristas de alto nivel social.
—Tanto Kristiane como yo tuvimos la misma sensación — , continuaba Thomas la conversación con Herman —, los cruceros están masificados, por expresarlo de alguna manera, casi todo el mundo puede acceder a viajes con más o menos servicios a bordo, mayor o menor espacio exclusivo, más largos a más cortos. Esta masificación ha alejado a un público tal vez deseoso de mayor exclusividad, y privacidad, de atención más personalizada, de espacios casi privados. —Por cierto los ultra millonarios o bien tenían sus propios mega yates o simplemente los alquilaban para los pocos días que suelen tener libres durante el año — , siguió diciendo Thomas sobre su visión de entonces. A su regreso y fuertemente motivados y convencidos de su visión, encargaron un estudio a la Consultora Red Marketing Berlín, que arrojó sorpresivos resultados que permitieron comprobar su instinto. Los propietarios de los mega yates los utilizan exclusivamente para vacaciones o placer personal o familiar solamente unos pocos días en el año, el resto de las veces lo hacen eventual y puntualmente para celebrar reuniones de negocios o agasajos a clientes o amigos como una suerte de lujosa y extremadamente cara extensión del lugar de trabajo en tierra firme. Por lo demás, las embarcaciones permanecen atracadas en algún puerto del mundo o fondeadas la mayor parte del tiempo. El mantenimiento de la embarcación y el costo de la tripulación, contra su uso tan acotado, hacen de los mega yates privados sean en la mayoría de los casos, una excentricidad para personajes con super egos necesitados de reconocimiento público. El Estudio también puso al descubierto, que por más equipamientos y rios exóticos y lujosos con que estén dotados, aún los más grandes mega yates por más majestuosos que parezcan en puerto, no dejan de ser una cáscara de nuez en la inmensidad e inestabilidad del océano, por lo que la incomodidad muchas veces lleva a no poder disfrutar a pleno tales lujos. —Planificar una travesía familiar puede resultar una mala experiencia si no se tiene suerte con las condiciones meteorológicas, y eso no es un detalle menor para aquellos que imaginan un paraíso de sol y aguas cristalinas. —Tambien estudiamos proyectos como el del crucero de super lujo The Word, también llamado «el barco de los millonarios»— agregó Thomas,— en él, los
pasajeros son los dueños de verdaderos departamentos flotantes cuyo costo oscila entre uno y medio y siete millones de dólares, ellos viven ahí. —Conozco el proyecto —, contestó Blumer, aunque en realidad sus propietarios lo usan cuatro o cinco meses al año. —Nuestra idea apunta a que nuestros s vivan su viaje con la misma privacidad y lujo, pero sin ataduras a lo que decidan los demás copropietarios del condominio flotante, además que difícilmente cuenten con cuatro o cinco meses al año para viajar. Thomas Metzler había dispuesto posteriormente que el Departamento de Proyectos llevara adelante todo el proceso, desde el estudio de factibilidad hasta la ingeniería de detalle tendiente a efectuar en el Freya Göttin II las modificaciones necesarias para incorporar un sector exclusivo y limitado para una clase élite. Desde su botadura y bautismo en 1990, el Freya Göttin II había sido cuidadosamente mantenido y actualizado. No solo los mantenimientos programados de diseño fueron seguidos a rajatabla, sino que fue incorporando tecnologías, equipamiento y mobiliario moderno. Su sistema de propulsión y de comunicaciones estaba de acuerdo a los más altos y estrictos estándares mundiales que impone la OMI. Tanto su primer Capitán Wiezsacker como los sucesivos, hasta el actual Capitán del buque Joachim Müller, han sido celosos y expertos profesionales del mar y aseguraron el nivel óptimo del buque y de todos sus sistemas. Es así que solo siete meses después de atracar a muelle de armamento, el Freya inaugura su nueva cubierta superior, dotada de veinticuatro extraordinarios camarotes de dos niveles de confort extremo, doce sobre cada banda del barco, cada uno con spa propio y terraza al mar, dos restaurantes temáticos y exclusivos sobre babor y otros dos sobre estribor, cada uno con doce mesas dentro de un diseño que le permite a cada comensal o su grupo la intimidad y reserva que desee, dos piscinas climatizadas abiertas y otras dos cerradas sobre la crujía del buque entre las dos alas de camarotes, sala de cine y teatro y bares exclusivos y hasta un simulador de golf y cancha de tenis de tamaño reglamentario. Los pasajeros de esta cubierta tendrán de así desearlo, a la totalidad de las instalaciones y actividades del barco, incluyendo sala reservada en el casino y
palco en el principal salón de espectáculos. Un Centro de Comunicaciones de última generación asegurará a los pasajeros comunicaciones directas y seguras por la vía que elijan tanto para sus actividades privadas como personales a cualquier ciudad del mundo, mediante la incorporación de un sistema de ultra rápido e ilimitado a Internet desde cualquier punto del océano. El barco ya contaba con un servicio médico excepcional en recursos humanos e infraestructura, así que no se entendió necesario duplicarlo para atender a la nueva cubierta, pero si se instaló un centro de primeros auxilios y farmacia exclusivos para estos pasajeros. Se mejoró el helipuerto ya existente en la cubierta superior trasladándolo inmediatamente a popa del área de nuevos camarotes, aunque para su uso se debían desmontar alguna antena y rios, y se desarrolló otro para helicópteros de menor porte sobre la proa. —Salud mi amigo — , le dijo Herman a su amigo Thomas, mientras bebían otra copa de Louis XIII de Remy Martin—, por el éxito de este proyecto. Herman Blumer ya tenía su camarote reservado para el tramo de Río de Janeiro a Punta del Este junto a su mujer, hija mayor y yerno, e hijo menor.
Julio 2016 Ciudad de Rama – Etiopía
La localidad de Rama situada en el norte de Etiopía a escasos siete kilómetros de la frontera con Eritrea, se erige en una de las zonas más fértiles de la región del Tigray. En setiembre de 1988, unidades del llamado Frente patriótico para la Liberación del Tigray, mataron veintiún soldados y mantuvieron cautivos a otros ochocientos noventa y cuatro, determinando que el Derg («Coordinating Committee of the Armed Forces, Police and Territorial Army»), enviara tropas para recuperar este importante enclave situado en medio de la ruta hacia Asmara, la Capital de Eritrea. Posteriormente en 2005, la Misión de Naciones Unidas en Etiopía y Eritrea, reportó la remoción de minas terrestres sembradas en los s a la ciudad de Rama durante la pasada guerra entre ambas naciones. En la actualidad, Rama con sus siete mil ochocientos habitantes, es el principal productor frutícola de la región, industria desarrollada luego de la puesta en funcionamiento de una represa construida sobre un arroyo afluente del Mereb a efectos de formar un embalse y reserva de agua con fines específicos del riego. La tranquilidad y silencio de la noche en esta pequeña ciudad agrícola, fue brutalmente interrumpida cuando una serie bien coordinada de explosiones que alumbraron su cielo estrellado, hirieron de muerte a la instalación que había hecho posible y mantenía su principal modo de vida, la represa de riego. La Operativa había sido similar a la concebida para el puesto militar en Buré pero esta vez la ruta logística fue inversa. Decenas de kilos de C-4 y Semtex ingresaron clandestinamente al puerto eritreo de Asaab provenientes de Somalia y transportadas por una lancha rápida de bajo francobordo que como habitualmente sucedía, había burlado fácilmente los controles costeros de Djibouti y de las aguas de la franja costera sur de Eritrea.
Arefaine Rahman Bekit había planificado, coordinado y conducido hasta el último detalle el transporte carretero hasta Masawa, el embarque en el tren para Asmara y la descarga y ocultamiento temporal del cargamento de explosivos que sería usado para volar la represa en Rama. Dos camiones similares a los que habitualmente transportan fruta por esa ruta, transportaban esta vez ocultos bajo un aparente desorden de cajones vacíos y lonas desparramados de tal manera de desalentar alguna revisión inesperada de algún control carretero, su carga de quince combatientes, dos botes inflables y casi una tonelada de explosivos y detonadores repartidos en mochilas de espalda para su transporte hasta el objetivo. Arefaine Rahman había dispuesto y su gente aceptado sin titubeos, de que en caso que se hubiera dado un operativo de control carretero y la revisión fuera exhaustiva y delatara la operación, se eliminaría inmediatamente al personal a cargo, la célula se retiraría y se re planificaría la operación en su conjunto. No se podía permitir que tempranamente en estas primeras fases de la ofensiva de la célula se delataran su existencia y objetivos, ya que comprometería todo lo planificado de futuro y la seguridad de los integrantes. Todo quedaría como un grave incidente con contrabandistas. La ruta es firme, oscura e inconvenientemente silenciosa, tanto como para que los ruidosos motores de los camiones se escuchen a mucha distancia. El GPS indicaba que estaban a menos de quinientos metros del recodo de la ruta que desemboca en el puente sobre el rio Mereb que delimita la frontera con Etiopía, era el punto donde se debería salir del camino principal y seguir a campo. —A la izquierda, despacio, solo luces de posición y activar visor nocturno — ordenó firmemente Arefaine al chofer del camión que marchaba a la cabeza, y por radio VHF de corto alcance al líder del vehículo de atrás, esta sería de acuerdo a lo planificado, la última comunicación por radio, no se podía correr el riesgo de escuchas ni del lado propio ni del enemigo. Los camiones salieron cuidadosa y lentamente del camino principal, siguieron a campo traviesa pisando un terreno arenoso pero firme, de vegetación baja y separada que permitía un zigzag sobre la dirección elegida evitando cualquier posibilidad de avería o demora por un obstáculo.
A los pocos metros cruzaron el arenoso lecho seco de algún viejo arroyo e inmediatamente retomaron el terreno con vegetación. No se encontraban ni caminos ni sendas, era lo esperado. Solamente había que andar aproximadamente doscientos cincuenta metros describiendo un amplio e imaginario arco hacia la derecha hasta llegar a la margen norte del río Mereb, aunque se debía ser lo suficientemente cuidadoso como para no llegar al final de la vegetación costera, era imprescindible estar siempre a cubierto de la observación de alguna eventual patrulla que recorriera a pie la margen sur sobre territorio etíope. —Alto—, manda Arefaine, su camión se detiene y el de atrás hace lo propio. Se apagan los motores. En forma metódica y disciplinada, tal era la característica que su líder le había impuesto a la unidad, los ocho combatientes ocupantes del primer camión y los siete del segundo, comienzan a bajar la carga. Arefaine y su segundo al mando, se desplazan entre la vegetación los escasos veinticinco o treinta metros que los separan de la margen del río a afectos de reconocer mediante la observación con visores nocturnos y la escucha, algún indicio de actividad de patrullaje etíope. Como era esperado, no se detecta nada. Era el lugar apropiado para el cruce, aun así se debía mantener el máximo sigilo. Los dos botes inflables son trasladados a pulso hasta la margen del río. Los dos choferes armados, dotados de equipos de visión nocturna y con órdenes de establecer comunicación por radio solamente en caso de emergencia, se apuestan en sendas posiciones de seguridad a efectos de custodiar los camiones mientras se desarrolla la operación y asegurar lo que será el punto de reunión de la célula al regreso de su incursión a suelo etíope. Una vez que los botes llegan a la margen del río, los hombres vuelven en grupos a buscar las mochilas cargadas de explosivos, se las calzan a la espalda y tercian sus AK47 sobre el pecho sostenido por el porta fusil a efectos de tener sus manos libres para cargar y lanzar los botes al agua, abordarlos y remar los escasos veinte metros de ancho que tiene en el lugar elegido para el cruce. Todo se hace en silencio, tal cual había sido ensayado y repasado por Arefaine
Rahman. Casi no fue necesario remar, ambos equipos abordaron los botes con el agua a la cintura y a cinco metros de la orilla, solo había que remar quince metros por un río calmo y con escasa corriente. Rápidamente alcanzan la otra orilla y con la misma celeridad desembarcan arrastrando los botes hasta dejarlos ocultos en la vegetación. —Revisen el equipo — ordena Arefaine— Amir, tu quedas aquí como planificamos, asegura el lugar para nuestro regreso, comunicaciones solo en caso de emergencia, llegaremos acá mismo siguiendo el procedimiento que acordamos, alguna duda ?. —Ninguna hermano —, contesta Amir,— Ala los acompañe. El terreno del lado etíope era más despejado, pero no se registraban casas o viviendas temporales que hubieran significado habitantes y con ello un potencial riesgo de detección. El reconocimiento hecho por Google Earth durante la planificación no mostraba viviendas, pero siempre estaba latente el riesgo de algún campamento transitorio instalado de improviso. Las órdenes en caso de haber encontrado alguno eran tan claras e implacablemente duras como lo habían sido para el caso de haberse topado con un control carretero durante la ruta hacia la frontera, no podían dejar atrás testigos que pudieran delatar la procedencia de los a atacantes, ni menos huir y alertar de lo que se venía, serían eliminados. Todo el operativo resultaba sorprendentemente sencillo por una razón fundamental, el meticuloso procedimiento de planificación que llevada a cabo Arefaine antes de cada operación. Consideraba cada detalle por mínimo que pareciera, evaluaba las contingencias adversas que visualizaba potencialmente factibles de suceder y para cada una, sus correspondientes contramedidas. También consideraba como podía sacar provecho de cualquier circunstancia y hacerla favorable. Sus operaciones aún no eran de gran envergadura, pero sus habilidades ya habían llegado a oídos de Abdul Quadir Minin, el líder de Al Shabaab en Somalia, y pronto también se conocerían en Irak.
Los doce combatientes se desplazaban con disciplina y con la metódica observancia a las técnicas básicas militares que Arefaine había aprendido durante su Servicio Militar, a través del terreno etíope semi despejado, de vegetación baja y suelo convenientemente arenoso que apagaba los ruidos de las botas mientras marchaban. Formados en doble columna abierta, desplazándose sin correr pero a paso vivo, con combatientes asignados a la guardia de flancos, con otros al final caminando casi de espaldas cuidando la retaguardia, y Arefaine guiando desde la vanguardia, el grupo de combatientes va cerrando distancias con el objetivo. Una zona despejada completamente, sin vegetación y de unos ciento cincuenta metros de diámetro, se aparece al frente. —Alto — ordena Arefaine casi susurrando hacia atrás, al tiempo que adopta posición rodilla en tierra y levanta su puño izquierdo. Luego de unos instantes, se junta con él llegando desde unos metros atrás, Tembo, un joven guerrero somalí más inteligente que fuerte físicamente, además de ser un rápido y sagaz observador, que había sido designado por Arefaine para secundarlo en esta fase del ataque y eventualmente suplantarlo en caso de necesidad. —Tembo, con dos hombres más, cruza el claro, revisa y asegura el otro lado y luego envía a alguien a buscarnos, nada de ruidos, ni luces ni gritos. Esa área despejada no había estado tan clara en el reconocimiento del terreno hecho por Google Earth, pero allí estaba en medio de la ruta establecida, y no había tiempo para rodearla con seguridad y retomar la ruta original, así que simplemente había que seguir los procedimientos tácticos adecuados y cruzar con seguridad. —Comprendido hermano —, contesta sin titubeos Tembo. Mientras Arefaine mantiene al resto del grupo en posición de cuerpo a tierra y vigilantes hacia afuera, Tembo cumple a la perfección, cruza el claro, reconoce y asegura el otro lado y envía a Hakim hacia atrás para confirmarle a Arefaine que el terreno está libre y pueda cruzar todo el resto del grupo de combatientes. Una vez que todos cruzaron seguros, Arefaine en silencio, con señales de brazo
y manos, sabiendo lo que estaba haciendo e inspirando y trasmitiendo confianza al resto, ordena rearmar la columna y seguir a paso firme hacia el objetivo. No había tiempo que perder, la noche avanzaba y con ello la oscuridad que debía enmascarar la totalidad de la operación, inclusive la retirada ya desde suelo eritreo. El terreno solo estaba alumbrado por la luz de las estrellas, pero los ojos del grupo ya estaban perfectamente adaptados y se movían sin dificultad. No había viento actuando sobre la vegetación y ningún ruido externo podría tapar los producidos por el avance de la célula terrorista, pero además de la ventaja del suelo arenoso, la disciplina y el sigilo con que se movían eran propios de una patrulla SEAL. Casi sin detenerse, la columna avanzó por casi cuarenta y cinco minutos hasta alcanzar el punto elegido, un pequeño bosque en el extremo sur-este del embalse, a ciento cincuenta metros de la represa. Era el punto elegido para verificar que todo estaba de acuerdo a lo planificado, organizarse allí y lanzar el ataque. Siguiendo un procedimiento similar al usado por las patrullas de Comandos militares previo al ataque a su objetivo, Arefaine detiene y oculta a su grupo, pero esta vez será el personalmente quien conduzca el reconocimiento detallado sobre el objetivo. No se esperaban guardias armados ni vigilantes, así lo habían dejado claro los lugareños cuando días atrás fueron preguntados por combatientes que se hicieron pasar por simples viajantes vendedores de frutas. La represa no generaba energía eléctrica, la pequeña sala de bombas que alimentaba la línea principal de riego que distribuía el agua a toda la red de líneas secundarias de la región, era cuidada y mantenida por un par de técnicos solamente durante horas diurnas. En caso de corte de energía eléctrica, estos operarios tenían que presentarse a la hora que fuera y arrancar los motogeneradores que permitían la operación de emergencia de las bombas.
—Tembo, quedas aquí a cargo, Hakim, vienes conmigo —, dijo claramente Arefaine. La noche y la vegetación raleada le permitieron acercarse hasta veinticinco metros del estribo sur de la represa, suficiente para comprobar que nadie vigilaba. Hacía cuatro años el gobierno etíope había apoyado la construcción de la represa en la localidad de Rama, a efectos de posibilitar el desarrollo de la agricultura en la región de Tigray, una decisión que había transformado radicalmente la economía de los pobladores y comerciantes locales. Un pequeño arroyo afluente del Mereb, fue el cauce elegido para construir una presa que almacenaría el agua necesaria para irrigar los plantíos en el área al formar un embalse de cuarenta mil metros cuadrados de superficie. Un pequeño canal para escurrimiento transcurría sobre uno de los lados de la construcción de cemento de diez metros de largo y cuatro de altura hacia aguas abajo, hasta engancharse nuevamente con el curso del arroyo. Arefaine observa, piensa, no dice nada. Hakim a su lado espera en respetuoso silencio, pero nota algo de contrariedad en los gestos de su líder. —Regresemos Hakim — solamente dice Arefaine luego de varios minutos que a aquel le parecieron inexplicablemente largos. —Tembo, la construcción de la represa parece más sólida de lo que los informes indicaban, cambiaremos lo planificado —, señaló a su gente al regresar al monte donde esperaba la unidad. —Pienso que repartir los explosivos en ambos estribos será insuficiente, colocaremos todos en un solo extremo, alcanzan y hasta sobran si los concentramos en un solo lugar. Tembo y Hakim además colocarán cargas en la sala de bombas. —La represa será igualmente destruida y agregaremos las bombas. —Preparen las cargas y los detonadores de tiempo, salimos en cinco minutos. Agazapados y con disciplina militar, el grupo siguió a su líder hasta la cabecera
elegida. Había que ser muy ordenado y profesional y Arefaine inspiraba confianza en su gente. Llegó primero, y detalladamente controló la colocación de cada una de las cargas, corrigió detalles respecto a la ubicación y disposición de los bloques explosivos y la unión entre ellas con cordón detonante. Sintió algún alivio cuando se dio cuenta de que ese cambio de planes le permitió supervisar personalmente cada carga, ya que un par de hombres había colocado la suya erróneamente y no causarían el más mínimo daño. —Tembo y Hakim ya deben haber hecho lo suyo y colocado las cargas en las bombas —, pensó al consultar su reloj. Cuando las cargas estuvieron correctamente ubicadas y afirmadas para ocasionar el mayor daño posible, controló personalmente la colocación y activación de los dispositivos de tiempo, cuarenta minutos eran suficientes para permitir una retirada segura y alcanzar nuevamente el río Mereb y los botes. Ya conocido el terreno, durante la retirada se iba a avanzar casi corriendo, casi, pero sin descuidar detalles de seguridad ya que aún estaban en suelo etíope. Los explosivos aún no habían detonado y seguían expuestos en lo que respecta a su propia seguridad física, y si caían, sería inevitable la identificación de la célula, cosa que Arefaine consideraba clave que no sucediera. —Mierda —, exclama Arefaine con la contrariedad propia de quien cuida hasta el más mínimo detalle, — rápido, cinta aisladora. Los detonadores temporizados eran muy modernos, pero una vez activados, una pequeña luz led parpadeaba en cada uno, suficiente como para que con un poco de mala suerte, algún desvelado agricultor pasara por ahí y los viera. Una luz parpadeando cuarenta minutos era demasiado tiempo y a él no le gustaba tentar al azar. —Tapen los led con un trozo de cinta, y otro trozo arriba aún para asegurar, rápido, al punto de reunión de donde salimos en el monte. Mientras la gente dejaba la cabecera de la represa, Arefaine supervisó una por una las cargas y los detonadores ya con la luz led oculta. Una vez que lo hizo siguió al grupo.
Una vez todos en el monte, se reunieron con Tembo y Hakím que ya habían hecho su trabajo. —Tembo, ¿viste el tema de la luz led de cada detonador? — pregunta Arefaine. —Si hermano, pero los colocamos bajo cada bomba, son imperceptibles desde afuera y aun desde adentro, a no ser que alguien se tire bajo el enrejado que las sostiene para inspeccionar —responde su segundo al mando. —Por Alá que nadie vaya a controlar esta noche. —Revisen sus pertenencias, no debemos dejar evidencias de nuestra presencia aquí, tenemos tiempo suficiente, en un minuto salimos, columna doble, sigan mi paso. Todo estaba saliendo tal cual lo había planificado e íntimamente estaba repasando la decisión de cambiar la colocación de las cargas, a cada metro que avanzaba, más convencido estaba de que había adoptado la decisión correcta. El desplazamiento de regreso fue a paso vivo pero controlando la ansiedad que puede llevar a desatender la disciplina y la seguridad, nada indicaba que pudieran haber sido detectados y menos aún perseguidos. Controlaba su reloj, iban treinta y cuatro minutos desde la activación de los detonadores y ya casi alcanzaban el punto donde debía estar Amir custodiando los botes. No hubo ninguna comunicación de emergencia, lo cual hacía presumir que todo estaba en orden. —Alto—, acá quedamos, Tembo, Hakim, avancen en esa dirección, cincuenta metros adelante tiene que estar Amir, verfiquen y regresa Hakim —. —Entendido hermano —, responde Tembo instantes antes de salir con Hakim a establecer o. —Amir, Amir, estás ahí? —, susurra Tembo una vez que llegó al lugar donde habían dejado a su compañero. —«Mijad»— suena una voz en las sombras.
—«Ubdi»— responde Tembo «Gloria-Eterna», era el viejo método de santo y seña que Arefaine había determinado usar para comprobar el o seguro con elementos propios. —Adelante hermanos —, replica Amir— el lugar está seguro. —Hakim, regresa y dile al resto que el lugar está seguro— le dijo Tembo a su compañero. En el preciso instante en que Hakim se a nuevamente con Arefaine, un sonido de explosión estremece la noche, un instante antes, el resplandor había iluminado el casi despejado horizonte en la dirección del pueblo de Rama. Ahora sí, se había perdido el factor sorpresa y era necesaria la rapidez. —Tembo, dos hombres a la orilla para asegurar el cruce, el resto, botes al agua. —Cruce seguro —, grita Tembo cuando llegan los dos grupos portando los botes. —Todos arriba, crucen. Había pensado en cruzar a pie remolcando los botes, eran apenas veinte metros, pero por los recodos del río y efectos de la corriente justo contra la margen etíope no se daba pie, así que no quiso arriesgar y todos abordaron los botes para cruzar. Del otro lado, los dos choferes armados y con los visores, comprobando que la unidad de Arefaine cruzaba segura y de acuerdo a lo planificado, alistaron los camiones para su rápida carga y regreso. Todo resultó con perfección militar, aún no había amanecido y la célula estaba transitando en sus dos camiones de regreso a Masawa.
Diciembre de 2016 Adis Abeba – Etiopía
Un total hermetismo rodeaba la reunión que con carácter de urgente se había concertado en Adis Abeba, para la cual el Presidente eritreo Isaías Afewerki había dispuesto la presencia de sus Ministros de Asuntos Exteriores Osman Saleh Mohammed y de Información Yemene Gebremeskel. Hubiera deseado haber tomado antes la decisión y que el Ministro de Defensa también estuviera presente, pero por razones internas y pujas de poder, aún no se había hecho el nombramiento y el cargo estaba vacante. La situación entre ambos gobiernos estaba en estado de tensión debido a las acusaciones cruzadas respecto a la responsabilidad que cada uno creía que tenía el otro en los atentados terroristas ejecutados en suelo etíope y que causaran la muerte de diecisiete soldados de un puesto de control fronterizo, además de la destrucción de la represa de la ciudad de Rama que acabó con el embalse y reserva de agua e inutilizó del sistema de riego de toda la región de Tigray. Los daños económicos para los campesinos y en la infraestructura eran incalculables y tomaría años restablecer la normal operativa agrícola. También se había desencadenado una crisis política interna en Etiopía debido al surgimiento de movimientos y sublevaciones campesinas exigiendo la renuncia del Primer Ministro Haile Desalegne. El Presidente Afewerki negaba rotundamente cualquier responsabilidad de su gobierno en tales ataques, al tiempo que sus asesores no descartaban las hipótesis de un auto atentado etíope como justificativo para desatar una guerra entre ambos países. —Presidente, estamos manejando información muy confiable acerca de quiénes pueden haber sido los autores intelectuales y materiales de los graves atentados terroristas en nuestro territorio —, había dicho el Presidente etíope Geram Wilde-Georgis a su par Afewerki dos días atrás cuando lo llamó personalmente.
Si bien el Presidente de Etiopía no tiene poder real ya que el mismo recae en la figura del Primer Ministro, entendió que por razones de protocolo y dada la gravedad institucional que esta situación conllevaba, asumió la convocatoria. Además, habían sido sus Servicios de Inteligencia quienes habían recibido la información. —Solo puedo adelantarle Presidente que la información que manejamos deslindaría de responsabilidad en parte a su Gobierno como Institución, pero serían ciudadanos eritreos los responsables y algunos allegados a esferas estatales. Geram Wilde pudo percibir hasta la contracción en la respiración que experimentó Afewerki al oír eso. —No puedo adelantarle nada más Presidente, invito a quien usted disponga a reunirse con mi Primer Ministro y otras autoridades directamente relacionadas, espero su confirmación a la mayor brevedad posible. La misma no se hizo esperar demasiado, en cuestión de horas Afewerki confirmó la asistencia a la reunión y la presencia de su Ministro de Asuntos Exteriores y de Información. —Ministro, hemos recibido información a la cual calificamos como «Alfa-2», por supuesto de fuentes que no vamos a revelar, que nos confirman que una nueva célula de la Organización Al Shabaab en Somalía y que responde al radical Quadir Minin militante de ISIS, ha comenzado a operar en Eritrea liderada por un ciudadano eritreo estrechamente ligado a su Gobierno. Así, sin protocolares presentaciones ni exageradas muestras de una amistad que en realidad no existía, el Ministro de Inteligencia Mengistu Zenawi, abrió la conversación bilateral. —Según la información que manejamos —, continuó Zenawi ante el estupor de la delegación eritrea, este ciudadano no actuaría ni amparado ni apoyado por su gobierno, sino que estaría usando su relevante puesto y las facilidades que eso trae aparejado para llevar a cabo su propia cruzada, algún tipo de movimiento revolucionario pretendiendo algún objetivo que no tenemos del todo claro aún. —Por eso la clasificación «2» de la información, porque nos falta un cien por cien de comprobación, y ese debe ser el trabajo de su Gobierno señores
Ministros, determinar rápidamente quien está atrás de esta cruzada, y desarticularla inmediatamente —, agregó con tono autoritario el Ministro Desalegne, antes de que continuara exponiendo el Ministro Zenawi. —Hemos seguido el rastro sobre la procedencia de los explosivos usados en ambos atentados y de las vainas de las municiones de los fusiles AK, todo procede de Somalia y fue transportado por agua ante la falta de controles de su Marina, hasta el puerto de Asab . —Allí fue desembarcada la carga y trasladada a Masawa primero y a la propia Asmara después. De su ciudad Capital partió la célula terrorista que atacó la represa de Rama. —Sin dudas es alguien relacionado a medios de transporte y que sabe perfectamente donde y cuando hay controles y cuando no los hay, y maneja los tiempos de manera precisa. La gravedad de la información y la contundencia de los datos, fueron expuestas con demasiada autoridad y convicción como para dar lugar a cuestionamientos por parte de la delegación eritrea. Era tiempo de poner a trabajar a su propia maquinaria de Inteligencia.
Diciembre de 2016 Asab – Eritrea
—¿Por qué razón Abdul Quadir Minin lo ha convocado a una reunión urgente y cara a cara en Asab? —¿Por qué el en persona se arriesga a un viaje a territorio eritreo para una reunión de «vital importancia para la seguridad y futuro de la Organización», según el mensaje recibido? Todo eso se preguntaba Arefaine Bekit mientras manejaba por la oscura ruta en dirección sur hacia la ciudad portuaria. Sin dudas debía ser algún asunto muy grave, tanto como para justificar haber roto los estrictos códigos y procedimientos de compartimentación al trasmitir personalmente y sin usar mandos intermedios alguna directiva, porque seguramente de algo así se trataría dado el secretismo y urgencia de la reunión. La noche ya había caído y la actividad en la ciudad portuaria era casi nula, los botes que habían salido a pescar de día ya habían regresado, y los pescadores artesanales nocturnos aún no habían zarpado. La ausencia de una red de iluminación pública hacía aún más fantasmal la zona aledaña al puerto, solo el reflejo de algún farol que salía del interior de alguna choza permitía una tenue penumbra puntual que quebraba la negrura de las angostas sendas. Arefaine dejó el auto entre las destartaladas camionetas que llevaban el pescado desde los botes hasta el mercado, y de ahí recorrió a pie la cuadra y media que lo separaban de la casi ruinosa choza donde lo esperaba nada menos que el mismo líder de Al Shabaab en Somalia. Un hombre salió de la nada y lo intercepta a poco de llegar a la choza a la que se dirigía y que el conocía perfectamente. Arefaine esperaba este encuentro desde que dejó su auto, estaba seguro que Quadir Minin debía haber desplegado un
sistema de seguridad y alerta. El hombre lo identifica y le franquea el paso hasta la misma puerta donde otro hombre de seguridad lo detiene mientras golpea y entra, seguramente para avisar de su llegada al líder. Instantes después se abre nuevamente la puerta y Arefaine entra cruzándose con el guardia que se apostaría nuevamente fuera de la choza. —As Salam Alaikun. —Alaikun as Salam — intercambiaron ambos. —Hermano Arefaine, algo sumamente grave ha ocurrido y tenemos que actuar rápidamente, tu propia seguridad, la de tu familia y hasta la propia organización están en juego —, dijo sin más preámbulos Quadir Minin. Un frío helado recorrió la espalda del eritreo, esperaba cualquier cosa menos algo así. Quadir Minin hablaba visiblemente nervioso, casi susurrando, inquieto, mirando de reojo a un lado y hacia el otro, como si estuviera alerta a algún intento de escucha o presencia indeseada. Sus dos guardaespaldas estaban afuera de la oscura y austera casa de adobe cercana al puerto, nadie escuchaba ni se acercaba a ellos, sin embargo la penumbra y el halo de misterio y peligro inminente que trasmitía la escena, multiplicaba la gravedad de lo que se decía. —Hermano, el gobierno de Etiopía ha recibido información de que un ciudadano eritreo con un cargo dentro del Estado estaría detrás de la planificación y ejecución de los recientes ataques al Puesto de Control Fronterizo y a la represa y embalse de la ciudad de Rama. —En estos momentos las autoridades etíopes le están pasando la información recibida a sus pares de tu país—, continuó Quadir, siempre hablando y actuando nerviosamente. —Pero tienen alguna información concreta que los relacione conmigo?— preguntó Arefaine una vez repuesto del shock inicial.
—No lo sabemos con precisión hermano, pero por tu propia seguridad y la de tu familia—, repitió insistentemente Quadir—. y por lo que ello significa para nuestro movimiento, el mismo Califa ha ordenado que sea yo personalmente quien te trasmita sus directivas. —¿El Califa en persona ha tomado cartas en este asunto tan local teniendo un frente abierto prácticamente con todo occidente?—, fue la primera pregunta que se le vino a la mente a Arefaine, aunque a Quadir le formuló solo la mitad. —El propio Califa ha dispuesto directivas precisas? de que se trata, cuáles son? — preguntó. —Hermano, debes salir inmediatamente de tu país, es inminente tu identificación y que tomen las más duras represalias contra ti y contra tu familia. —Imposible —, replica Arefaine sin más —.De ninguna manera dejaré mi país y a mi familia, podemos detener temporalmente todas las acciones hasta que las investigaciones se diluyan, podemos además hacer una campaña de desinformación para confundirlos, acusar al propio gobierno de Etiopía—. Arefaine lanzaba las ideas que se le iban apareciendo en la mente como queriendo poner a dudar a su interlocutor. —Hermano, la información que tienen incluye un seguimiento a la ruta de los explosivos y municiones desde su embarque en Somalia, la entrada a Asab, el traslado a Masawa y a Asmara, también sospechan del primer traslado por tren hacia Asab antes de tu primer ataque al puesto de control fronterizo . —Es cuestión de horas o de un par de días a lo sumo que descubran tu identidad, debes poner a resguardo a nuestra Organización antes que todo, el Califa no duda de tu lealtad, o acaso debe hacerlo? . Arefaine acusó el golpe bajo de la amenaza, sabía que traicionar a ISIS era mucho más grave y traería peores consecuencias que haber sido descubierto y apresado por el gobierno, aún en las peores condiciones en las que podía imaginarse preso por traición a la patria. —De ninguna manera ni tu ni el Califa pueden dudad de mi lealtad y compromiso a la Organización hermano, pero juré hacerme cargo de mi familia luego de la muerte de mi padre y eso es lo más sagrado para mí —, contestó esta vez Arefaine Bekit tratando de recomponer su estado.
—Hermano, la organización está segura de eso, por esa razón y porque se te considera muy valioso, el Califa ha dado órdenes concretas a sus lugartenientes para ponerte a ti y a tu familia a salvo y bajo protección, pero debemos actuar muy rápido, ya está todo arreglado. —Ya? cuál es ese arreglo? como puede haberse precipitado todo tan rápido?, que el gobierno de Etiopía reciba información tan precisa y que con la misma rapidez haya sido trasmitida a mi Gobierno, que la cúpula de ISIS haya tomado conocimiento casi simultáneamente, y más aún, que ya hayan decidido y planificado en detalle una solución? —, el cerebro de Arefaine trabajaba a máxima velocidad, y siguió pensando, — más habiendo sido yo tan cuidadoso?, acaso alguno de mis hombres fue capaz de pasar esa información?. No lo creía posible, todos habían sido seleccionados por él y sus lealtades eran indudables, solo su directa línea de mando hasta la cúpula de ISIS sabía de su célula y de sus acciones. De donde habrían obtenido los mediocres e ineficientes servicios de inteligencia de Etiopía, la información tan exacta? — reflexionaba cada vez más profundamente Arefaine a medida que iba retomando el control de sus emociones y su mente volvía a funcionar con la lucidez que lo caracterizaba. Las respuestas no le llegaban, aún. —Que es lo que han pensado y decidido para mí y mi familia —, por fin pregunta Arefaine aceptando la situación. —Los sacaremos del país inmediatamente a través de Libia, luego cruzarán el Mediterráneo hacia el destino final que será Alemania. Allá los recibirá un hermano, Umair al Gadaff, quien se encargará de darles una nueva vida legal. —Eritrea es uno de los países con mayor migración hacia Europa, ustedes serán unos refugiados más que huyen de un régimen opresor y corrupto y de la pobreza. El asilo se les concederá sin mayores problemas en poco tiempo, Umair ya lo ha hecho y tiene los os necesarios. —Tu aún no estás en la mira ni en los registros de los Servicios de Inteligencia, eres un profesional universitario graduado en una reconocida Universidad y tus
registros están en la Internet. Umair los insertará en la sociedad y tu familia contará con la protección y el apoyo de nuestra comunidad. Tómalo como una muy especial muestra de reconocimiento del Califa Al Baghdadi . —Lleva toda tu documentación que te acredita como Profesional Universitario, tus diplomas facilitarán las cosas, habrán algunos cambios de los que luego te enterarás, pero mientras te afirmas dentro de la vida cotidiana de la sociedad, tendrán un trabajo legal , trabajarás en tu especialidad. Todo resultaba aún más difícil de entender para una mente tan analítica como la de Arefaine, luego de haber escuchado lo que había resuelto ISIS para el y su familia. —¿La organización había hecho todos los arreglos para su traslado y el de su familia desde Eritrea hasta Alemania en tan poco tiempo?, aún si la misma cúpula de ISIS se hubiera enterado de la filtración de la información al mismo tiempo que el gobierno etíope, lo cual no resultaba lógico ya que la información debía haber sido adquirida por algún mando medio y luego hecha llegar al propio Califa, según lo había dicho Quadir, recién a partir de ahí Baghdadi debió evaluar la situación, tomar una resolución, luego comunicarla a sus directos lugartenientes para que ellos coordinaran los traslados, todo parecía haber sucedido demasiado rápido. Por más redes informales encubiertas que hubiera desarrollado, ninguna organización que no puede operar abiertamente, parecería capaz de planificar y coordinar un proceso de extracción de una familia entera desde país africano y su inserción en otro del primer mundo europeo, tan aceleradamente. Las dudas y el temor, más por su familia que por la suya propia, dominaban los pensamientos de Arefaine, se sentía avasallado y desbordado por la situación. —No es el momento de buscar estas respuestas —, se dijo, ahora debo acatar, no tengo otra opción mejor habida cuenta de los tiempos que me están imponiendo. Había perdido el control de la situación y la iniciativa por primera vez, y realmente sintió miedo por el poder de una organización y de un sistema que no había valorado en profundidad.
Agosto 2017 Bremen Alemania
—Rahman Hakme, Herr Meyer hará esta mañana una de sus habituales recorridas por la planta, a las diez en punto estará en la sala de motores y ha dicho que quiere conocerte. Quince minutos antes debes estar en la oficina de tu jefe —, así le trasmitió esta mitad información y mitad orden, Klauss Reiner integrante de la secretaría de la presidencia de la metalúrgica Meyer, el gigante industrial donde el eritreo se desempeñaba de manera muy eficiente, lo que le había permitido obtener en poco tiempo el reconocimiento de los técnicos y mandos medios en la sala de motores. A pesar de que llevaba ya casi ocho meses en Alemania como refugiado, aún no reaccionaba naturalmente al escuchar el nombre y apellido por el cual lo llamaban. La idea y decisión de Al Gadaff el más alto miembro de ISIS en Alemania había sido tan simple e ingeniosa, como eficaz y segura había resultado. Umair había recibido órdenes muy específicas de Abu Muslim de recibir y asegurarse por los medios que sea necesario, que el hermano Arefaine extraído desde Eritrea junto a su madre y a su hermana, sea ingresado como refugiado en Alemania e insertado en la sociedad de la manera más rápida y segura posible. Con un profundo conocimiento de la situación y de los controles existentes, Umair entendió que la forma más segura debía ser la más cercana posible a la legalidad, de acuerdo a la popular frase, «el lugar más seguro para esconderte y donde no te irán a buscar será bajo la luz de un farol»—. Así, dispuso que Arefaine, cuyo nombre completo y tal cual constaba en su documentación oficial y en sus diplomas y menciones universitarias que había traído consigo, era Arefaine Rahman Bekit Hakme, se presentara ante las autoridades migratorias y llenara los correspondientes formularios como Rahman Hakme, omitiendo su otro nombre Arefaine y su apellido paterno Bekit. Simplemente diría que el apellido paterno Bekit era en realidad un tercer nombre de pila y su único apellido era Hakme. Así, Rahman Hakme se presentó ante las autoridades
alemanas que desconocían detalles respecto a nombres y apellidos de origen eritreo y su forma de asentarlos en los documentos. Además, el hecho de haber presentado documentos oficiales expedidos por las autoridades eritreas eliminaba sospechas sobre una eventual falsificación de tales documentos y sustitución de identidad. Rahman Hakme no aparecía en ninguna lista de requeridos internacionales por terrorismo, de hecho, en Eritrea no tenían idea hacia donde había partido quien ellos conocían como Arefaine Bekit. Rahman Hakme pasó entonces a ser uno de los miles de refugiados eritreos que huyen de su país, y esta vez uno muy calificado por cierto, en busca de una nueva vida y oportunidades en Europa de acuerdo a sus capacidades y expectativas. Todo muy verosímil para los alemanes. —Todo había sido tan rápido —, reflexionaba una y otra vez Rahman. Después de la reunión clandestina con Quadir Minin en Asab, en menos de 48 horas estaba cruzando la frontera hacia Sudán y luego a Egipto. No había seguido ni la ruta empleada ni los medios de transporte que normalmente usan los africanos del norte para huir hacia Europa, las frágiles y vulnerables embarcaciones precarias con que se lanzan a cruzar el Mediterráneo con la esperanza de que en realidad sean interceptados por la Marina italiana, para luego esperar el largo calvario del proceso que determinará la aceptación del status de inmigrante, o que simplemente se los deportara a su país de origen. Su caso había sido diferente, junto a su familia fueron embarcados en un carguero que se dirigía a Marsella, para luego desde ahí llegar vía terrestre a un aislado pueblo fronterizo cercano a la ciudad alemana de Karlsruge donde fue recibido por el propio Umair al Gadaff. Este fue quien se encargó personalmente del traslado final hasta Bremen. —Tanto era reconocido por el Califa como para que fuera objeto de una operación de tal magnitud y precisión para extraerlo de Eritrea? —, no cesaba de repetirse el ahora conocido como Rahman Hakme. Muchos detalles no parecían ser lógicos. Solo seis meses habían pasado desde su última acción militar en Rama hasta que había sido citado por Quadir Minin en Asab, y en todo ese tiempo y justamente a causa de las graves repercusiones que
había tenido el atentado, cesó por completo toda acción, toda reunión y toda comunicación. Se había dedicado por completo a su trabajo en la ferroviaria estatal y por más que revisaba, no encontraba ningún indicio de que alguna sospecha recayera sobre el. Sabía que en estos países las revueltas populares, las asonadas y también los atentados, eran bastante comunes y tienden a ir quedando relegados y casi olvidados a medida que otras acciones van sucediendo. —¿Que flanco había quedado expuesto? — se preguntaba una y otra vez. Nunca se imaginaría que el mismo Califa Al Baghdadi, una vez que escuchó la convencida y firme recomendación de sus asesores respecto a que Rahman debía hacerse cargo de las operaciones en Alemania ya que el éxito del plan dependería en gran medida de la capacidad militar y de liderazgo de este hombre, y que ante la negativa del eritreo de abandonar su país, había ordenado filtrar la información a la Inteligencia etíope y posteriormente montar todo el falso escenario de la reunión de diciembre pasado en Masawa donde Quadir Minin le informa que estaba a punto de ser descubierto y forzando la salida de Eritrea. Había sido traicionado por sus propios hermanos.
La oficina del Jefe de Máquinas de la Plana Siderúrgica Meyer era en realidad una suite con todas las comunidades, desarrollada en una de las esquinas de la amplia Sala donde se encuentran los dos grandes motogeneradores y los importantes tableros de distribución eléctrica que alimentan a toda la planta y los talleres de energía. Con s desde el exterior, un amplio ventanal le permitía a Karl Bauman estar en o visual con el lugar donde se había desempeñado como Jefe del Departamento hasta cuatro años atrás cuando fue designado como Jefe de Máquinas de toda la Planta Industrial. Una amplia sala de recepción y la secretaría de esta jefatura ocupaban la planta baja, mientras que en el entrepiso se ubicaba su despacho y un pequeño dormitorio con kitchenette y baño incluidos. Allí pernoctaba cuando un trabajo de gran envergadura se estaba llevando a cabo y requería horarios extraordinarios de trabajo. Bauman afirmaba que durante los siete meses que insumió la modificación del Freya Göttin II fueron más las noches que pasó en la siderúrgica que en su casa. Puntualmente quince minutos antes de las diez de la mañana Rahman estaba allí, tratando de dominar su ansiedad. —¿Acaso habría alguna resolución sobre su solicitud?— , se preguntaba. —¿Habría surgido algún problema con las autoridades de Migración?—, siempre temió que más temprano o más tarde el Gobierno de Eritrea descubriría su paradero y su nueva identidad, y se pusieran en alerta todos los servicios de Inteligencia. Rahman sabía que Herr Meyer era un hombre sensible y consustanciado con los inmigrantes que huían de sus países por razones humanitarias y así se lo había trasmitido tiempo atrás a su Jefatura de Recursos Humanos. El mismo había establecido una clara política de integración de inmigrantes que demostraran cierta idoneidad, pero por sobre todo voluntad de trabajo, buena conducta y compromiso para con la Empresa. Obviamente el personal no lo sabía, pero Herr Meyer había impartido directivas
reservadas respecto a lo que bien se pueden denominar operaciones de contrainteligencia, destinadas a observar y conocer las conductas y hábitos privados, así como los entornos familiares del personal inmigrante contratado. Trataba de minimizar riesgos ya que entre los miles de inmigrantes que llegan a Europa, muchos son perniciosos delincuentes que solo huyen de la Justicia de su país o bien terroristas encubiertos. Rahman Hakme cumplía con creces los requisitos laborales, su currículo universitario y su desempeño habían impresionado a sus jefes, y hasta ahora no había evidencias sobre conductas o relaciones inapropiadas fuera de la Siderúrgica. Desconocía si Eritrea había descubierto sus actividades y activado los mecanismos para su requisitoria internacional, pero hasta ahora, el juego de nombres y apellidos ideados por Umair al Gadaff había resultado perfecto. Muchas veces durante todo este tiempo en Alemania, Rahman debió dominar su ansiedad de comunicarse con sus amigos en Eritrea, no solamente dudaba respecto a quien podía haberlo traicionado, sino que era muy factible que sus os estuvieran monitoreados, no podía correr riesgos. Con precisión alemana, a las diez en punto Franz Meyer transpuso la puerta de ingreso a la Secretaría acompañado por Karl Bauman que protocolarmente lo había esperado en el punto donde se detuvo el vehículo que lo había conducido desde su propia oficina en el edificio central de la planta. —Buenos días — saludó Meyer acompañando sus palabras con una cálida y amable sonrisa. Alto, delgado, dejando entrever la fortaleza física que tuvo siempre y que sin dudad le habían permitido llegar a sus 85 años erguido, andando con paso firme, expresándose con voz clara y con una mente lúcida y aún proficua,… imponía autoridad y respeto. —Buenos días Herr Meyer—, respondieron todos los presentes casi al unísono como si hubiera sido ensayado, sorprendiendo a un Rahman que tuvo que reaccionar rápidamente y hacer lo propio con un par de segundos de retraso. Meyer continuó su marcha, manteniendo la iniciativa sin esperar la invitación de Bauman, acompañado por éste, por su Jefe de Recursos Humanos Werner Klose y por su secretario Klaus Reiner. La comitiva subió las escaleras que conducían a la oficina del Jefe de Máquinas
y se ubicó en los confortables sillones que conformaban un pequeño pero acogedor sector aunque sin separaciones físicas con el lugar donde estaba el escritorio del Jefe. Rahman percibió que Franz Meyer apenas lo miró de reojo sin reparar especialmente en su presencia que era la única ajena a la Secretaría. — ¿Es esto una buena o una mala señal? —, se volvió a preguntar, habida cuenta de que hasta ahora nadie le había dicho el motivo exacto por el cual la máxima autoridad de la Empresa lo quería ver personalmente. Tampoco se había atrevido a preguntarlo en forma explícita cuando fue citado a primera hora de la mañana, ni aún ahora mientras aguardaba en la secretaría. La reunión privada entre los cuatro jerarcas llevaba ya cuarenta minutos cuando sonó el intercomunicador del escritorio de una de las secretarias. La joven se lleva el auricular al oído y luego de escuchar a su interlocutor durante dos o tres segundos, dirige la mirada a Rahman quien inmediatamente intuye que había llegado su momento. —Herr Meyer lo espera —, le dijo la señorita mientras ponía nuevamente el auricular en su lugar y se ponía de pie a efectos de guiar al eritreo hacia la oficina en el entrepiso superior. Era innecesario, la escalera y la puerta al final eran la única vía de a la oficina donde se llevaba a cabo la reunión, pero por una cuestión de formalidad, la secretaria debía golpear la puerta, anunciarlo y esperar la correspondiente autorización para indicarle al invitado que podía ingresar. Franz Meyer tal cual su costumbre tomó la iniciativa, se puso de pie del confortable sillón que ocupaba y avanzó hacia el mientras los demás permanecían sentados y extendiendo su mano derecha le dice para su mayor sorpresa: —Salam Alaikum . —Alaikum Salam — responde un tanto sorprendido Rahman, al tiempo que responde estrechando su mano. Saludar a un musulmán de la misma manera que se saludan entre ellos, era una aceptada y protocolar forma de cortesía. Franz Meyer no improvisaba y sabía perfectamente lo que estaba haciendo y lo que podía esperar.
Es obligatorio que los musulmanes devuelvan el saludo «Salam» aun cuando se le hace inicialmente por parte de un no musulmán, es mandato de Alá. Respecto a estrechar las manos, Meyer sabía que tal vez no hubiera reciprocidad por parte de Rahman y no debía ofenderse si así sucediera, ya que estrechar las manos de personas no musulmanas está prohibido entre algunos musulmanes chiitas y no significaba que existiera alguna animosidad personal sino que estaba siguiendo sus preceptos religiosos. El viejo alemán recibió con beneplácito y una amplia sonrisa la devolución del saludo de manos. Repuesto de la sorpresa Rahman sintió una sensación de alivio, la actitud de Herr Meyer era de confianza y camaradería imponiendo un ambiente distendido, evidentemente no era el preámbulo de una situación tensa o desagradable. —Es un honor conocerlo señor —, fue la respuesta de Rahman, una frase que ya había elegido previamente. —Por favor, siéntese — indicó el alemán señalándole una silla vacía entre las ocupadas por los otros participantes de la reunión. — Su conocimiento del idioma alemán es muy bueno considerando que lleva solamente ocho meses entre nosotros, muestra su espíritu de integración a nuestra sociedad y por supuesto habla muy bien de su capacidad. — A propósito, ¿ cómo está su madre?, se ha adaptado?. La pregunta tomó absolutamente por sorpresa a Rahman, ¿era una pregunta meramente protocolar o en realidad Herr Meyer era una persona de gran sensibilidad y humanismo tal como le habían dicho sus compañeros de trabajo?. Umair al Gadaff le había inculcado durante todo este tiempo que la sociedad occidental era el «infiel al que hay que destruir y eliminar de la faz de la Tierra», que los grandes empresarios eran de un capitalismo explotador de los pobres y que particularmente los empresarios alemanes financiaron la intervención de sus fuerzas militares en Afganistán y suministraban armamento a los Pershmerga kurdos que combatían a ISIS en Irak con el objetivo de hacerse con los recursos y riquezas de esos lugares y lograr ventajosos contratos para la reconstrucción de lo que ellos mismos habían destruido. Sostenía también que estos mismos empresarios conformaban lobbies internacionales que fomentaban y apoyaban la intervención militar en países musulmanes y recalcaba una y otra vez la cantidad de muertos causados por lo
que el denominaba bombardeo indiscriminado contra la población civil. Rahman había sido permeable a esta prédica constante y un sentimiento de rechazo, resentimiento y hasta odio hacia todo lo que representara al hereje infiel occidental, había germinado en el. Por tal motivo no dudó un instante cuando Umair le comunicó, poco tiempo después que haberlo hecho ingresar a la metalúrgica Meyer: — Rahman, ha llegado el momento que sepas que tenemos en Alemania una célula dormida, Fi Tariq Allah. Hay dos hermanos integrándola, Muhahid Kattib y Fahir Habun. Queremos que te hagas cargo. —Por suerte está bien Herr Meyer —, ensayó como respuesta —. Gracias por su preocupación. En realidad estaba agradecido a la cúpula de ISIS y a su organización en Alemania liderada por Umair que le habían conseguido una vivienda y apoyado económicamente hasta que el cobrara su primer salario en la planta Siderúrgica donde el propio Al Gadaff había logrado su ingreso.
Febrero de 2017 Londres – Inglaterra
—Cuando se comenzó a usar el término «Globalización», este se refería exclusivamente a las relaciones económicas financieras internacionales. —El concepto se amplió inmediatamente, entendiéndose la globalización como un fenómeno unificador de mercados mundiales, culturas y sociedades, sustentado por los cada vez más grandes y masivos medios de producción, comunicación y transporte. ¿Pero qué sucede a finales del Siglo XX?, pues que este concepto comenzó a incluir a otro actor, el terrorismo internacional. Si, hoy día el terrorismo se ha globalizado. —Son los medios empleados o los objetivos seleccionados como blanco, las variables que la doctrina ha manejado para clasificar a los diferentes tipos de terrorismo a efectos de desarrollar las estrategias correspondientes y adecuadas para enfrentar a cada uno. —Sin embargo, a esta larga lista, hoy le debemos agregar una nueva modalidad que ha aparecido y se ha expandido rápidamente, una modalidad que combina los medios empleados y los blancos seleccionados por los clásicos tipos de terrorismo, nos referimos al terrorismo religioso, que también se ha globalizado. Así introducía el Prof. Richard Caine, titular de la cátedra de Ciencia Política de la Universidad del Ulster, Master en Estudios Estratégicos y Seguridad Internacional y miembro fundador del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET), su alocución en el «IV Word Congress on Security and Defense»— Assessment and Response to the Threats of 21st Century—, que se llevaba a cabo en Londres, reservado a los más calificados Directores de Servicios de Inteligencia, Comandos militares y Operadores políticos. Entre los asistentes se encontraba el Ministro de defensa de Alemania Karl-Josef Leyen y el General Peter Schneider, Inspector General de la Fuerza de Defensa de Alemania— Bundeswehr-
—El terrorismo religioso conceptualmente se define como, «aquel ejecutado en defensa de una fe o una creencia de estar cumpliendo designios divinos», y su gran peligrosidad radica en que combina la búsqueda del poder mediante la destrucción de las estructuras políticas, económicas y sociales de un estado, tal cual lo hizo por ejemplo el terrorismo revolucionario que asoló Latinoamérica en la década de 1960 con una intención de lograr las reivindicaciones sociales propias del justamente del llamado terrorismo social. —También vemos características propias del terrorismo de Estado, cuyo fin es la conservación del poder por parte de un grupo dominante al mejor estilo Hitler, Mao o Stalin. —Pero, ¿qué otros elementos lo transforman en una gran amenaza hoy día?— preguntó al auditorio para luego de un par de segundos, responder el mismo —Por primera vez tenemos un actor terrorista que es en sí un Ejército y un pseudo-Estado, con una definida y clara estructura de mando y un sistema de financiamiento de alcance global, nos referimos a ISIS, por ser hoy la máxima expresión del terrorismo religioso. Es el primer grupo terrorista que no opera en la clandestinidad y que ataca intereses vitales de los Estados sembrando terror en espacios públicos. —Es transnacional, las fronteras ya no son un sistema eficaz de defensa contra este flagelo, es terrorismo que lleva su lucha fuera de las fronteras de un Estado. Por más que ISIS comenzó haciendo una reivindicación nunca vista hasta entonces por parte de alguna organización terrorista, esto es, auto adjudicarse un determinado espacio geográfico, no lo hacía para promover su independencia, sino para ejercer poder sobre él, e imponer sus propias leyes. —Otro fenómeno que agrava aún más el problema, es que este mismo concepto de transnacionalidad que hemos mencionado, ha sido empleado por estas organizaciones terroristas para establecer enlaces con otros grupos terroristas del mundo y han logrado su adhesión aún sin pertenecer al conglomerado musulmán árabe, las células terroristas se relacionan entre sí sin necesidad de compartir objetivos comunes. —Esto les ha permitido una mayor flexibilidad y capacidad logística y operativa a distancia sin necesidad de moverse de sus bases o refugios seguros, evitando exponerse a posibles detecciones por parte de los controles migratorios o
aduaneros que inmediatamente pondrían en alerta a los servicios de Inteligencia. —Por supuesto que estas organizaciones han accedido a comunicaciones de última tecnología, lo que sumado a lo anteriormente mencionado respecto a la transnacionalidad, han transformado al terrorismo religioso globalizado en imprevisible, el lugar, la fecha y los blancos son ilimitados e incontrolables. El Prof concluye su ponencia expresando, —Abu Bakr al Baghdadi, el Califa, líder de ISIS, va aún más allá de todo lo que puedan suponer en materia de acciones terroristas, el considera que cometer un acto violento es un acontecimiento divino, afirma que la divinidad libera a los ejecutantes de cualquier tipo de limitación ética o moral. La violencia está por encima de todo, no hay ningún acto violento por mayúsculo que sea que no pueda o no deba ser ejecutado ya que es un mandato divino. Como de costumbre, y por una razón que ya a nadie sorprendía, ningún representante sudamericano asistía a este Congreso. La razón era que para sus gobiernos el terrorismo no representaba una amenaza real, ni siquiera potencial, y menos inminente. Destinar recursos en desarrollar una capacidad de inteligencia estratégica propia, no estaba dentro de las prioridades de la mayoría de estos gobiernos. Menos aún lo estaba el contar con fuerzas especiales equipadas y entrenadas en operaciones anti y contra terrorismo, salvo pequeñas unidades concebidas para enfrentar eventuales contingencias menores en el orden doméstico. Seguramente, aún influenciados por la irrupción militar en los gobiernos en la segunda mitad del siglo XX, los líderes políticos seguían, más de cuarenta años después, mirando con desconfianza a sus Fuerzas Armadas y relegándolas a un rol ambiguo entre lo bélico, lo policial, y lo asistencial ante contingencias humanitarias o sociales.
El plan ideado por Hamid al Rashid era muy ambicioso y de gran envergadura, tanto como para que paradójicamente no se despertara ninguna sospecha en los organismos de inteligencia, directamente nadie se podía imaginar que algo así se estuviera tramando. —No tenemos en ese lugar del mundo ninguna organización propia como para confiarles la planificación y ejecución de algo de tal magnitud, así como tampoco existe una célula u organización hermana capaz de suministrar la totalidad de la logística requerida para ejecutar nuestro plan, deberemos servirnos de varias fuentes y eso agrega complejidad a la situación. —No podemos pensar en mover la logística de personal y material desde nuestras bases y santuarios hasta ese lugar tan lejano, es demasiado riesgo, deberemos descentralizar la ejecución de la fase logística pero manteniéndola bajo nuestra estricta supervisión y control —. De esta manera había enfatizado el propio consejero militar respecto a esta parte crítica del plan, cuando en octubre de 2016 esbozó sus primeras apreciaciones sobre el ataque propuesto por el Califa. Desarrollar el plan de ataque le había insumido semanas que luego se hicieron meses, pero desde un principio tuvo claro que a pesar de la alta tecnología y seguridad con que contaba su sistema de comunicaciones, las diferentes fases de la compleja logística que demandaba su plan, debían ser conducidas personalmente por hermanos yihadistas de su mayor confianza y probada lealtad, enviados a tales efectos a diferentes lugares de Sud América. Allí debían asegurarse a través de las células y organizaciones locales la obtención de los recursos necesarios y ponerlos en tiempo y forma en el lugar donde más adelante se ejecutaría al ataque al objetivo. La comunicación con los diferentes líderes de las células en Sud América coordinando el o con sus enviados, fue una de las primeras acciones ejecutadas por Al Rashid una vez que el plan se puso en marcha. Solamente se había limitado a informarles que deberían recibir a un enviado personal del Califa Al Baghdadi y brindarle todo el apoyo que este iba a requerirle, y que los costos serían cubiertos ampliamente. En un principio dudó en nombrar a la máxima autoridad de ISIS como
directamente involucrado en la situación, no era recomendable desde el punto de vista de la seguridad, ya que la más mínima filtración de su nombre pondría en alerta al sistema de inteligencia internacional de que algo importante se estaría gestando, pero al final lo entendió necesario para asegurarse la atención de líderes a los que realmente no conocía en forma personal. —Los tres van a lugares diferentes y con tareas diferentes, pero deberán converger en un momento y lugar específico con la máxima precisión y secreto —, fueron parte de las directivas impartidas por Abú Muslim y Hamid Al Rashid a los hermanos designados para viajar a Sud América. —Deberán cumplir estrictamente con dos premisas fundamentales, ningún integrante de las organizaciones hermanas incluyendo a sus jefes, deberá saber el destino final o el objetivo donde se utilizará el material que ellos suministrarán, así como tampoco deben saber que otro grupo en otro lugar está proveyendo otro tipo de materiales. La compartimentación es vital para el éxito.
Youseff Douala y Thabet Otman, dos de los tres enviados a Sud América con la misión de conjuntar y equipar al contingente que ejecutaría el ataque y diagramar la ingeniería de detalle para su alistamiento final, aguardaban el paso de las horas en un improvisado refugio ubicado campo adentro en territorio brasileño a escasos cien metros de la frontera con Uruguay. Se había agregado Karim Handal, un brasileño incorporado como cuarto integrante al equipo y que como local y conocedor del terreno, había seleccionado el punto de reunión de los dos grupos y planificado la infiltración a Uruguay, El núcleo poblado más cercano estaba a quince kilómetros al sureste sobre la misma frontera pero bajo jurisdicción uruguaya, se llamaba Aceguá. El miembro restante, Salim Adaief, se había quedado al mando del contingente recientemente reunido en un refugio en el pueblo de Dom Pedrito. Los dos grupos, el proveniente de Colombia que había atravesado Brasil de noroeste a sureste recorriendo más de tres mil kilómetros, y el que había partido desde Ciudad del Este, llegaron casi simultáneamente dos días atrás, en tiempo y forma, la planificación había resultado perfecta. Con la guía de Karim Handal, habían ensayado cruzar la frontera la noche anterior a las pocas horas del arribo al área, a efectos de comenzar a familiarizarse con las rutas y caminos que usarían para su ingreso a Uruguay y comprobar las llamativas facilidades con que se podía hacer debido a la ausencia de controles fronterizos en esta región. Lo hicieron sin ser detectados, pero lo habían hecho recién caída la noche, y mientras estaban agazapados observando el terreno y las condiciones de luz, una vieja camioneta de carga había circulado por el camino que transcurre coincidiendo con la línea divisoria entre ambos países. La línea demarcatoria en ese sector específico fue definida políticamente como una imaginaria línea recta de treinta y cinco kilómetros que une geométricamente el poblado de Aceguá con el Río Negro al noroeste, sin seguir ningún accidente geográfico como un río, un arroyo, o simplemente una línea de alturas. Una cosa era cruzar solos con la posibilidad de esconderse entre la vegetación que aunque baja y escasa en esa zona, así lo permitía si algún vehículo circulara,
pero muy distinto sería que ese vehículo pasara mientras lo que cruzaba perpendicularmente la línea fronteriza, eran un par de camiones y de automóviles cargados. Nadie sospecharía que era lo que realmente transportaban esos camiones, pero los informes que se poseían revelaban que era una zona de contrabandistas de escasa monta y una denuncia y presencia posterior de alguna unidad móvil de control traerían graves consecuencias. Así entonces Youseff , Salim y Karim, probarían las condiciones de cruce más entrada la noche con alguna medida de seguridad adicional. Ninguno de los asiáticos hubiera imaginado estar operando en este recóndito lugar del mundo tan alejado de sus orígenes y de sus costumbres, pero eran parte clave en el mega plan elaborado por la cúpula de ISIS y de su trabajo bien hecho dependía gran parte del éxito, se sentían elegidos por Alá. Durante su detallada planificación, Hamid Al Rashid había recibido confiables informes de parte de os musulmanes radicales residentes en el sur de Brasil, acerca de la vulnerabilidad y permeabilidad de la frontera con Uruguay. No existen puestos de control fronterizos permanentes ni una fuerza específica destinada al patrullaje de los puntos más alejados, tampoco cuenta Uruguay con eficientes medios electrónicos de vigilancia de su espacio terrestre y aéreo. El Ejército uruguayo cuenta con una dotación de cinco unidades de vigilancia terrestre móviles montadas sobre vehículos Land Rover. Cada unidad está compuesta por un radar ASELSAN ACAR diseñado para vigilancia, detección, reconocimiento e identificación de blancos, con capacidad de detección de un convoy a cuarenta km. de distancia, a veinticinco a un helicóptero volando bajo y a escasa velocidad, a veinte a un vehículo mediano y hasta a doce km. de distancia a una persona. Cuentan además con una cámara térmica, otra de TV diurna y un telémetro laser. Operan elevando una señal al satélite Venesat 1 propiedad de Venezuela, éste la baja hasta una estación receptora en la capital Montevideo desde donde a su vez se retrasmite vía fibra óptica al Comando General del Ejército donde se evalúa la situación y se ordenan las acciones pertinentes. Estas unidades se despliegan aperiódicamente y fundamentalmente a los efectos disuasorios que no resultan tales, ya que los eventuales contrabandistas o ilegales
que cruzan la frontera son alertados por los movimientos previos e incluso por anuncios de prensa. Los informes con que se contaba indicaban que no se preveían despliegues de estas unidades en estos días.
Ni la partida desde Johanesburgo ni la entrada a San Pablo por Guarulhos habían despertado sospecha alguna. Además de haber usado pasaportes falsos de primera calidad y vestimenta y aspecto occidentalizados elegidos ex profeso para mimetizarse con el enorme flujo de personas que circulaban de un lado a otro dentro de las terminales, el hecho de haber elegido para sus movimientos dos aeropuertos caracterizados por la heterogeneidad de nacionalidades, razas y religiones de los viajeros, contribuyó aún más a que nadie les prestara la más mínima atención. Primero viajó Youseff Douala, no solo porque su labor iba a requerir más tiempo de trabajo de campo, sino que de acuerdo a la meticulosidad y extrema seguridad con que Samid Al Rashid diagramó su plan, viajar en forma individual y separados en el tiempo, iba a dificultar algún sagaz o inclusive azaroso intento de relacionar a los viajeros entre si. Además, mientras Youseff seguiría una larga ruta hasta la frontera colombiana, Salim que llegaría dos semanas más tarde viajaría al sur hasta la zona de la triple frontera con Argentina y Paraguay, en tanto que Thabet Otman que a su vez arribaría a San Pablo tres días después que Salim, haría conexión en el mismo aeropuerto y volaría en una línea regional hasta Montevideo, capital de Uruguay. No iba a existir o entre ellos en territorio brasileño sino hasta que cada uno hubiera cumplido sus misiones específicas y sería solamente para la consolidación de los tres cursos de acción de esta fase logística y la convergencia coordinada al área donde sería atacado el blanco elegido.
El acuerdo de cese al fuego permanente negociado y firmado entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-FARC— y el Gobierno del Presidente Santos, había dejado demasiadas heridas abiertas y mucho de resentimiento en importantes sectores de ambos bandos. Gran parte de la población civil lo rechazó en un referéndum a que fue sometido por parte del gobierno, alegando que el tratado era demasiado benevolente para con quienes habían causado centenares de miles de muertos. Si bien y a consecuencia de este rechazo que sorprendió a un gobierno que daba por descontada la aprobación, se modificaron determinadas concesiones a la guerrilla, las condiciones seguían siendo muy indulgentes a entender de muchos ciudadanos. Las organizaciones para militares y de extrema derecha, ambas de gran influencia en la vida política y social de Colombia coincidían en esta tesitura. Pero este controvertido acuerdo de cese al fuego permanente, tampoco satisfizo a la totalidad de los integrantes de las FARC, para muchos de los cuales significaba no solo abandonar objetivos políticos, sino una pérdida de su fuente de ingresos. Las FARC, la guerrilla más antigua de Sud América, habían nacido como una organización insurgente y terrorista de extrema izquierda de inspiración marxista leninista, y sembró el error en Colombia bajo el mando de sus tres históricos y referentes líderes, alias «Tirofijo», alias «Alfonso Cano» y alias «Timochenko», siendo este último quien suscribió junto al Presidente Santos el «Acuerdo de La Habana» que determinó un cese al fuego de carácter permanente entre la guerrilla y el Gobierno. Aunque inicialmente las FARC actuaron como autodefensa y guerra de guerrillas contra el Estado, a partir de la década del 80 incursionaron decididamente en el narcotráfico, inicialmente mediante una especie de acuerdo o apoyo mutuo mediante el cual el narcotráfico financiaba a la guerrilla a cambio de protección armada a sus operaciones de cultivo, procesamiento y distribución de la cocaína ya elaborada. De a poco, pero fundamentalmente a partir de los 90 en la llamada «Zona de Despeje» acordada y concedida por el entonces Presidente Pastrana, la propia
guerrilla fue incrementando sus actividades de cultivo de hojas de coca y producción y tráfico de cocaína a través de la selva hacia países limítrofes, para culminar a principios del 2000 con un acuerdo con Al Qaeda para ingresar cocaína a Europa vía Marruecos. La guerrilla se había prostituido por completo y el narcotráfico era su principal actividad. Si bien Hezbollá fue la organización que inicialmente usó la región para conseguir fondos, Al Qaeda primero e ISIS más adelante, habían ingresado en el continente y relevado el control de estas operaciones. Alias «Estanislao», lideraba el grupo de guerrilleros rebeldes en desacuerdo con el tratado de cese al fuego y se había refugiado en la selva con un grupo de ciento cincuenta hombres fuertemente armados y equipados. —Retomaremos la guerra revolucionaria o lanzaremos una nueva —, había dicho Estanislao a su gente cuando se internó en la selva. —No abandonaremos nuestros principios revolucionarios y honraremos a nuestros caídos que jamás hubieran estado de acuerdo con dejar las armas sin haber conseguido nuestros objetivos—, tal era parte de su discurso habitual. Pero este veterano guerrillero de 55 años de edad aunque con un aspecto más envejecido aún por la dureza y vicisitudes pasadas en más de 25 años viviendo precariamente en la selva, a pesar de su anacrónico y radical discurso exigiendo al gobierno conceder a las FARC una Zona Liberada al estilo de la «Marquetalia» de los años 50, en realidad se resistía a perder su lucrativo negocio de explotación y tráfico de cocaína. Estanislao era el actual o y enlace con ISIS y quien manejaba un lucrativo negocio que le dejaba grandes ganancias a pesar del quince por ciento que le cobraba esta organización para facilitar y asegurar el ingreso de la droga a Europa. Tanto Hamid Al Rashid como Abú Muslim consideraban a Estanislao como un mercenario ambicioso y corrompido por el dinero y poder del narcotráfico y que había abandonado sus principios políticos, si es que alguna vez los había tenido. Además tenían claro que no tenía ningún tipo de compromiso moral o religioso con el yihadismo. Su relación, primero con Al Qaeda y ahora con ISIS, se debió al acuerdo que en su momento se formalizó con el entonces líder de las FARC,
alias Alfonso Cano, cuando Estanislao era el Jefe militar de la región de mayor producción de hojas de coca. Inmediatamente a la caída de Osama Bin Laden y al consecuente repliegue de Al Qaeda, Al Baghdadi rápidamente ó con las FARC y formalizó un acuerdo con doble propósito, obtener una fuente de ingresos complementaria a la ya enorme derivada de la venta clandestina en el mercado negro del petróleo de las zonas de Siria e Irak bajo su control, y «poner pie» en Sud América para futuras acciones. Al Rashid sabía que respecto a Estanislao, solamente debían dar con el precio para lograr su apoyo, y tener cuidado de no revelar ningún detalle de la operación principal. Como mercenario que era, su moral estaba al servicio del mejor postor, y por más que se lo ajusticiara si en algún momento revelaba información que comprometiera a la misión, el secreto se habría perdido. —«En minutos aterrizaremos en el Aeropuerto Internacional de Tabatinga, la temperatura es de 28 grados, el cielo está parcialmente nublado y la hora local es 14.35 pm»—se escuchó en la cabina del avión que lo transportaba. Youseff Douala podía hablar y comprender el castellano con un nivel medio, de hecho, este fue uno de los elementos que consideró Al Rashid para designarlo para esta misión ya que no necesitaría intermediarios que oficiaran de intérpretes, lo que significaba menos gente involucrada. La relativa similitud con el idioma portugués le iba a permitir sin dificultades mayores, las comunicaciones básicas necesarias para viajar internamente, alojarse y desenvolverse durante su específica estadía en Brasil. El viaje de cinco horas y media desde San Pablo en la aerolínea local Azul que incluyó una escala en la ciudad de Cuiabá, le había permitido a Youseff repasar mentalmente sus próximos pasos y evaluar las posibles alternativas para una negociación que podía llegar a ser complicada. Tabatinga es una ciudad de sesenta mil habitantes ubicada sobre la frontera con Colombia y Perú en el Estado de Amazonas al oeste del país. Del otro lado de la frontera, ya dentro de Colombia y separada por escasos cuatro kilómetros, se encuentra su ciudad hermana llamada Leticia, aunque la gran cantidad de viviendas construidas en los alrededores de los primeros cascos urbanos prácticamente ha unido a las dos urbanizaciones.
El tránsito de personas es constante en ambos sentidos ya que el comercio doméstico de bienes de consumo es corriente y aceptado por las autoridades de las dos ciudades. Los habitantes de Tabatinga acceden fundamentalmente a los electrodomésticos libres de impuestos por parte de Colombia, y también a determinados alimentos muy caros y a veces escasos en su ciudad por los altos costos de transporte desde los lejanos lugares productores. La población de esta ciudad es mixta, en ella viven brasileños, colombianos, peruanos e indígenas de diversas etnias, todos con familias en ambos lados de la frontera, lo que aumenta por este motivo el flujo diario además de las razones comerciales. Si bien Tabatinga, al igual que todas las ciudades fronterizas, son consideradas de gran valor estratégico por Itamaratí según su doctrina de «Fronteras Vivas «, y por ello cuentan con un importante contingente militar, este tránsito doméstico es libre y no se controla con rigurosidad. Las órdenes de Youseff eran claras, debía alojarse en el Hotel Takana, enviar un breve correo electrónico en los términos ya acordados y esperar el o. Los taxímetros se alineaban estacionados a la salida de la terminal aérea como sucedía a cada arribo de un vuelo, por lo que Youseff no tuvo dificultades para acceder a uno de ellos. —Al hotel Takana por favor —, dice seriamente Youseff al chofer, empleando un castellano lo más claro que pudo para asegurarse la comprensión del hombre. —Si señor—, responde el taximetrista también en castellano, — ¿quiere poner su equipaje atrás?. —No gracias, está bien —. Su equipaje consistía de una simple maleta de mano y una mochila de espalda, entre ambas podía llevar lo necesario siempre consigo sin necesidad de despachar maletas a bodega de aviones o eventualmente autobuses durante sus traslados. Afortunadamente para él, durante el corto viaje de poco más de tres kilómetros el chofer se mantuvo callado, situación que le resultó cómoda ya que en caso contrario se hubiera visto obligado a no contestar, prefería quedar como descortés antes que despertar alguna sospecha.
El Takana le impresionó a primera vista como demasiado pomposo, hubiera preferido algo más modesto para pasar totalmente desapercibido, al fin de cuentas no iba de vacaciones. El procedimiento de registro resultó más simple de lo que esperaba, la única pregunta que tuvo que contestar fue respecto al tiempo que estimaba iba a estar alojado, a lo que respondió; —Entre cuatro o cinco días. No se le preguntó el motivo de su visita a Tabatinga, si se lo hubieran hecho tenía ensayada la respuesta, negocios. Youseff a su vez solo se interesó por la clave de al Wi-fi. Una vez alojado en la habitación, lo primero que hizo fue extraer su laptop de la mochila de espalda, la conectó e impacientemente realizó el procedimiento para conectar a Internet. También tenía consigo un teléfono celular satelital pero solo debía utilizarse en caso de emergencias. Las comunicaciones deberían parecer rutinarias, así que desde una dirección de correo que se le había abierto y asignado antes de su partida desde Irak, redactó el mensaje simple y de apariencia normal que se había acordado, dirigido a otra dirección que tenía registrada en el directorio del sitio de correo y respaldada en una libreta de apuntes junto a su documentación de viaje. —«Nuestro encargado de negocios ha arribado, aguardamos respuesta para iniciar conversaciones, saludos». Lo releyó para asegurarse y luego satisfecho oprime «enviar». Había hecho su parte hasta ahora sin ningún inconveniente y de acuerdo a lo planificado, había llegado a Tabatinga, estaba en el hotel coordinado por sus líderes y enviado la comunicación convenida, solo restaba esperar. Miró por la ventana, ubicó los puntos cardinales de acuerdo a la altura del sol y la hora y determinó la dirección de la Meca hacia donde más tarde iba a orar fervientemente. Youseff se duchó y antes de recostarse consultó ansiosamente su correo electrónico en busca de la respuesta a su mensaje. Solamente había transcurrido
media hora, imaginaba que aún no había sido recibido o al menos preparada y enviada la respuesta, pero aun así lo hizo. Nada había llegado, y a pesar de su pensamiento acerca del poco tiempo desde que envió el suyo, se molestó, pensó que si él estuviera del otro lado aguardando una comunicación en este tipo de circunstancias, estaría de guardia permanente frente a la pantalla listo a contestar de inmediato. Se acostó bajo el ventilador de techo, la habitación era calurosa inclusive para el que estaba acostumbrado al clima desértico, la diferencia aquí era la alta y pegajosa humedad. Dormitaba en estado de semi alerta y sin noción del tiempo transcurrido cuando la computadora que había dejado encendida y abierta sobre la mesa de luz al costado de la cama, emitió la señal sonora de «mensaje entrante». Sobresaltado y excitado abrió la bandeja de entrada y ahí estaba su respuesta. —«Recibido, mañana a primera hora nos pondremos en o con usted en el hotel. Saludos». El sonido del teléfono de la habitación sobresaltó a Youseff , el Jet Lag que aún seguía afectando su reloj biológico y el rezo temprano hacia la Meca, no habían permitido que descansara plenamente. Tampoco se había alimentado de acuerdo a su costumbre y horarios desde su partida de Irak y todo eso lo tenía incómodo. —¿Señor Douala?, una persona lo aguarda en la sala de espera aquí en planta baja —, le dice su interlocutor desde la recepción. —Gracias, en un momento bajo —, responde, e inmediatamente procede a cerrar su computadora portátil y a tomar su teléfono satelital con intenciones de llevarlo consigo. También guarda en uno de sus bolsillos una libreta de apuntes personales para finalmente dar una exhaustiva mirada a la cama y mesa de noche verificando que nada potencialmente comprometedor quedara a la vista. Afortunadamente su laptop cabía en el cofre se seguridad y no tuvo necesidad de pedirle al recepcionista que se lo guardada en algún cofre del hotel. Desconfiaba de la lealtad del personal de servicios, que aunque escaso, en algún momento deberían efectuar el servicio de habitación. La escalera desde el primer piso donde estaba la habitación de Youseff desembocaba inmediatamente al costado de la recepción, se detiene por un instante mirando el entorno y es ahí cuando el encargado, con un gesto de su
mano derecha y girando su cabeza, le señala el lugar donde la persona que se había anunciado, lo aguardaba sentado en uno de los cómodos sillones. El visitante ve esta escena y asumiendo que ese hombre enjuto, de piel cetrina y barba cortada al ras, era la persona con la que se venía a reunir, se incorpora del sillón y ensaya un ademán con su mano derecha parecido a un tímido saludo, pretendiendo llamar su atención. Youseff Douala lo mira, obviamente no esperaba reunirse con Estanislao allí mismo y menos que fuera el solo y en persona a establecer el o sin un básico procedimiento de seguridad previo, pero este hombre que lo aguardaba se parecía más a un oficinista que a un guerrillero de la selva. Mientras se dirigía hacia él, rápidamente reflexionó bajo la óptica de la seguridad y concluyó que estaba bien pensado, nadie iba a suponer que en realidad ese hombre de gruesas gafas de aumento, camisa blanca de manga corta, afeitado y peinado prolijamente y con un físico relativamente pequeño, era en realidad un combatiente que oficiaba de enlace con el Comandante guerrillero más buscado de la zona. —¿Youseff? —, preguntó el hombre formalmente, al tiempo que le extendía la mano para saludarlo. —Si —, responde devolviendo el apretón de manos. Por supuesto no esperaba ningún protocolo de saludo árabe. —Perfecto, bienvenido, puede llamarme Valentín, estoy en condiciones de conducirlo ante la presencia del Comandante Estanislao. Si está usted listo podemos partir inmediatamente o si necesita ir hasta su habitación por algún detalle podemos tomarnos unos momentos, pero no mucho ya que entenderá que el Comandante no puede estar mucho tiempo en el mismo lugar, comprende usted el castellano verdad?. —Si claro — responde Youseff —, y podemos ir ahora mismo. A juzgar por la vestimenta del o, Youseff entendió que la reunión sería relativamente cerca y en una zona urbanizada, no tenía el hombre aspecto de venir o estar preparado para internarse en la selva y llegar hasta un escondido campamento.
Ambos salieron caminando del hotel de forma natural, nadie había reparado especialmente en sus presencias y todo aparentaba ser una reunión normal de trabajo entre dos personas comunes y corrientes. Youseff caminaba callado mirando todo a su alrededor, nunca preguntó a qué lugar se dirigían o a que distancia quedaba, solo caminaba sin perder detalle del entorno. Observaba detenidamente cada casa, cada persona parada o sentada en alguna silla de los pequeños bares que abundaban en las calles, tratando de ver si alguien los observaba o seguía sus movimientos. Valentín lo notó. —Calma, nadie nos vigila, somos unos más dentro de este flujo de personas que van y vienen, es normal a esta hora. En determinado momento y luego de poco más de media hora de marcha, llegaron a una despejada y ancha calle con un cantero central en el medio de ambas sendas vehiculares. Cuando se aprestaba a cruzarla, Youseff se detiene bruscamente, observa de un lado una bandera brasileña y del otro lado una colombiana. —Que significa esto? —, pregunta visiblemente molesto, — ,es Colombia del otro lado?, vamos a cruzar la frontera?, la reunión debía ser en Tabatinga, así fue coordinado. —¿Que pretendes, que el Comandante Estanislao cruce? —, contesta en tono desafiante Valentín. —Es el comandante militar de toda la región y pone los términos y condiciones para cualquier reunión, su captura fue solicitada por el gobierno de mi país y por tanto hay un tema de seguridad que se debe respetar, pero despreocúpate, no habrá dificultad en cruzar la frontera, regresaremos en horas de luz, no hay controles en estas horas — terminó diciendo bajando el tono y la tensión. La situación para nada conformaba a Youseff, se dio cuenta que había perdido la iniciativa y el control de la situación, aunque en realidad nunca lo tuvo, le estaban imponiendo las condiciones y los tiempos. Estaba convencido que la sola mención o referencia al Califa Bagdhadi o a Abu Muslim, o el hecho de que el fuera su enviado, iba a determinar que todos se iban a subordinar a sus planes. Evidentemente no era así en estos lugares del mundo.
A medida que avanzaban ya oficialmente por la ciudad de Leticia, Youseff Douala comprobó para su relativa y al menos momentánea calma, que la situación se venía desarrollando tal cual Valentín se lo había dicho. Cruzar la calle que separaba a ambos países fue lo mismo que cruzar cualquier otra anteriormente dentro de Tabatinga y tal como estaba sucediendo ahora mismo en Leticia a medida que se adentraban en esta ciudad colombiana, nadie había reparado en ellos. Paulatinamente se iban alejando de la zona céntrica y del intenso movimiento peatonal y vehicular, las calles angostas, las casas más precarias y algunas un tanto descuidadas y la ausencia de comercios y bares, eran las características de esta zona. Pese a su atención constante, Youseff no había reparado que un hombre en bicicleta los venía siguiendo a una distancia prudencial, sino hasta el momento en que doblaron hacia un callejón e instintivamente miró para atrás. Valentín sin titubear y a un paso un poco más firme, tomó por ese callejón que terminaba bruscamente cien metros más adelante en una zona de profusa vegetación. La bicicleta se detuvo en la esquina, sin doblar por la misma ruta ni seguir su camino. Youseff lo notó. —Ese hombre en bicicleta nos estuvo siguiendo y ahora se detuvo y nos observa —, le dice seriamente a Valentín. —Es nuestra gente —, le contesta el colombiano—. el precisamente se está asegurando que nadie nos esté siguiendo, vive aquí y notaría inmediatamente a cualquier persona ajena a la zona que nos hubiera seguido u observando apostado en algún lugar de nuestra ruta. —Nadie lo ha hecho, de lo contrario nos hubiera alertado ya que aquí, justamente es nuestro destino. Se detuvieron frente a una modesta pero prolija vivienda típica de la periferia de un pueblo. Dos perros de mediano porte que estaban atados a un poste, comenzaron a ladrar agresivamente, sin dudas eran una buena alerta temprana para los moradores en el interior. Parados aún sobre la calle y sin intentar cerrar la distancia de cuatro o cinco metros que separaban a ambos hombres de la puerta de a la vivienda,
Valentín golpeó dos veces sus palmas anunciando su presencia. Más alertado por los ladridos de los perros que por batido de palmas, alguien en el interior corre la cortina que cubría una pequeña ventana y observa a los visitantes por algunos segundos antes de volver a cerrarla. Instantes después aparece por uno de los costados de la casa una señora de mediana edad y se dirige a los animales, los toma a ambos por sus collares y los calma susurrándoles algo y acariciando sus cabezas. En ese momento se abre la puerta. —Vamos, entremos —, dice Valentín a Youseff. La sala de entrada a la casa era austera, sencilla. Un viejo sillón de dos cuerpos, una pequeña mesa de patas cortas y dos sillas, componen el mobiliario además de un televisor blanco y negro encendido pero sin volumen. Solo se escucha el sonido de una radio proveniente de otra habitación transmitiendo música local, hasta que el ladrido de los perros recién soltados comienza nuevamente contra la puerta como una especie de amedrentamiento a los recién ingresados y lo tapa. —Aguarda aquí —, habla nuevamente Valentín—, no me sigas —, agrega encaminándose hacia una puerta opuesta a la de entrada que conducía al interior de la casa. Pasaron veinticinco minutos durante los cuales Youseff estuvo acompañado solamente por el tenue sonido de una música que le resultaba desagradable y que se escuchaba nuevamente tras el silencio de los perros en el frente, cuando la puerta interior se abre nuevamente y reaparece Valentín. —Sígueme, te espera el Comandante Estanislao. Cruzan un angosto corredor interior a cuyos lados hay dos puertas enfrentadas que supuestamente comunicaban con habitaciones hasta desembocar en la cocina, ésta a su vez tenía en la pared opuesta y en la misma dirección del corredor, otra puerta que comunicaba con algún espacio abierto a juzgar por la luz que se veía a través de un cuadrado de vidrio esmerilado en su centro. Al trasponer esta puerta efectivamente salen a un pequeño patio abierto de
aproximadamente cuatro metros, a cuyo fondo había una habitación como anexo a la casa principal. Youseff pudo notar mientras cruzaba ese patio exterior, que ese anexo al que se dirigía lindaba en su parte de atrás directamente con el monte, pero también algo que cambiaba radicalmente el escenario, dos hombres, estos si con aspecto de rudos combatientes de selva, de gesto adusto y armados con fusil AK47 y pistola a la cintura, custodiaban al ocupante en el interior. Sin dudas, alguno más debía estar en la parte de atrás, cubriendo tanto el como un eventual escape hacia el interior del monte. Valentín se detiene en la puerta, golpea la misma dos veces con los nudillos y aguarda. —Que pase — , se escucha desde el interior. El colombiano abre la puerta y le indica a Youseff que entre, el no lo hará, aguardará afuera, Estanislao había resuelto que se reuniría en privado con el enviado desde Irak. —Vienes desde muy lejos, seguramente algo muy importante se estará planificando. Tus líderes con quienes mantengo una excelente relación, me han pedido apoyo, así que te escucho, siéntate por favor — Estanislao había tomado la iniciativa en la reunión, hablaba sentado tras una mesa y envuelto por una masa de aire viciado, con olor a alcohol y de tonalidad gris azulado por el denso humo de los cigarros. Youseff se tomó unos instantes para adaptarse a este escenario y a su interlocutor. Su aspecto al igual que el de los custodios en el patio, era el de un duro guerrillero castigado por años de vida en la selva colombiana. Aparentaba alrededor de sesenta años, su cara estaba surcada por profundas arrugas y al igual que sus manos, con marcas de heridas mal cicatrizadas. Vestía una mezcla de uniforme de combate y ropa campesina. Un pantalón camuflado, botas de goma altas, y a pesar del calor, una campera gris desteñida, le daban un aspecto en ciertamente carismático. Se incorpora levemente sin llegar a pararse y le extiende a su visitante la mano a modo de saludo.
—Gracias —, responde simplemente Youseff devolviendo el saludo de manos para luego sentarse a su frente. —Mis líderes valoran mucho sus relaciones y la marcha del acuerdo, y creen que ha llegado el momento de que podamos pasar a la acción directa juntos. —El Califa y Hamid Al Rashid que es con quien usted se comunica, han decidido ejecutar una gran operación militar contra un blanco muy importante en esta región y que significará algo más grande que París o Londres, e incluso hasta mayor que el 11/S porque le mostrará al mundo su vulnerabilidad ante la voluntad de Alá. —Por obvias razones de lejanía y de seguridad no podemos desplazar hasta acá a nuestros propios combatientes, ni las armas y los demás equipos necesarios sin despertar sospechas. Los servicios de Inteligencia están con sus ojos sobre nuestros hermanos. —El hermano Hamid Al Rashid confía en que un combatiente como usted Comandante, entenderá que por estas estrictas razones de seguridad no revelaremos más detalles en este momento, pero si sucederá más adelante ya que nuestro líder confía en su lealtad. Youseff Douala se adelantaba con este discurso preparado cuidadosamente con la doble intención de evitar la obvia pregunta por parte de Estanislao respecto a detalles del ataque, y también ensalzar su ego haciendo mención a la aparente confianza que tenía la cúpula de ISIS en su persona. Resaltar la confianza y la lealtad era importante, ya que ni siquiera el poderoso Estanislao podía desconocer el poder de ISIS ni la magnitud de una eventual represalia por traición, aún a miles de kilómetros de distancia. Estanislao permanecía inmóvil y en silencio, el contenido del concreto discurso de Youseff lo había abrumado momentáneamente. Este lo notó y sintió como que estaba equilibrando la balanza, había dejado claro que no era solo un mensajero pidiendo ayuda, sino el representante de una poderosa organización de alcance mundial que no sabe de límites cuando se propone algo o cuando no se le es leal. —Ahora dime, en qué consistiría nuestro apoyo, cuál es su requerimiento —, atinó a contestar Estanislao.
—Necesitamos quince buenos combatientes, armados con fusiles de asalto y primera línea de munición, en el sur de Brasil contra la frontera con Uruguay dentro de veinte días, en un punto preciso que le informaré una vez hayamos acordado los términos. La operación será a su vez siete días después. —Si entiendo bien, la acción directa como tu la llamas, será de ejecución puntual y específica contra un objetivo, pero necesitas estar varios días previamente en el lugar. —Exactamente, desde que lleguemos al área hasta la ejecución de la acción, el Comando estará completamente protegido y a cubierto, aguardando el momento exacto para atacar, solo queremos evitar los movimientos previos que son muy peligrosos, y una detección o sospecha puede hacer fracasar toda la operación. —El riesgo no será mayor al que usted y sus combatientes enfrentan día a día en la selva en los enfrentamientos contra el Ejército y contra esas organizaciones civiles armadas que ustedes llaman para militares, nuestra acción será sorpresiva y fulminante, no esperamos enfrentar oposición firme. Estanislao escucha inmóvil, mirando a Youseff a los ojos mientras analiza esta sorprendente propuesta. Algo de enormes proporciones se estaba planificando y rápidamente de acuerdo a la información que le brindó Youseff, el guerrillero colombiano entendió que el mismo y su grupo serían casi que imprescindibles. Hamid Rashid no hubiera solicitado su apoyo si lo hubieran podido hacer solos. —Bien, y que nos ofrecen como contrapartida por este apoyo —, se apuró a preguntar Estanislao. Youseff esperaba este planteamiento y estaba listo a pasar a la etapa de negociación. —Nuestra organización está dispuesta a rebajar durante un año del quince por ciento actual al diez por ciento del valor de la carga, el pago por asegurar la entrada y distribución de su cocaína a Europa —, es la respuesta inmediata de parte del enviado. Estanislao no esperaba esta propuesta y no tenía los números exactos en su cabeza, por tanto no podía evaluar en ese momento cuanto iba a significar en
dinero esta reducción en el porcentaje que actualmente pagaban, no obstante tenía claro que eran muchos los millones de dólares que su grupo iba a dejar de pagar y que por tanto lo que aumentarían sus ganancias. —Déjame organizar y evaluar esta propuesta y mañana estaremos en condiciones de avanzar o concretar algo, te parece?, Valentín pasará por ti a la misma hora mañana. Tal fue la respuesta del veterano guerrillero, algo que Youseff había considerado que sucedería. No hubo ni una negativa tajante ni una contrapropuesta desmedida presentada inmediatamente, lo cual significaba que Estanislao no se dejaba atropellar ni por la importancia ni por la procedencia de alguna propuesta, la negociación podía llegar a ser difícil pero Hamid Rashid le había dado pautas claras y margen de negociación. Al otro día, excepto la ruta seguida dentro de Leticia, todo lo previo a la segunda reunión entre el Comandante Estanislao y el enviado de Hamid Al Rashid a Sud América para negociar apoyo militar y logístico con la rama aún activa de las FARC, fue idéntico al día anterior. Valentín fue a recoger a Youseff al hotel a la misma hora y la ruta que ambos siguieron a pie dentro de Tabatinga hasta la calle que marca la frontera, fue la misma. Era necesario ya que pasaban desapercibidos entre la cantidad de gente circulando. Luego y ya dentro de Leticia, Youseff notó inmediatamente que el camino que tomaban era diferente y lo primero que pensó fue que Estanislao por razones de seguridad, había cambiado de refugio. A las pocas cuadras volvió a ver al hombre en bicicleta que los seguía al igual que el día anterior, por lo que esta vez no le causó el mismo grado de alerta que entonces A los quince minutos de marcha desembocaron, desde otra dirección, en el mismo callejón con piso de tierra que conducía a la casa donde se desarrolló la anterior reunión. A partir de ahí todo fue igual, los perros ladrando alertando de la presencia de extraños, y la señora que primero mira por la ventana y luego calma a los animales para permitir el de Youseff y Valentín. Fueron los mismos casi veinticinco minutos los que esperó en la sala para luego de atravesar el patio al fondo donde estaban los mismos dos guerrilleros de guardia, entrar a la pieza trasera y encontrarse con el Comandante en la misma escena. El ambiente saturado de humo de cigarros y olor a aguardiente también
era idéntico. —Buenos días Youseff —, lo recibió cordialmente Estanislao—, siéntate por favor. —Buenos días Comandante —, responde del mismo modo cordial. —Junto con mis inmediatos Comandantes de campo, hemos evaluado la propuesta que nos has trasmitido —, empezó diciendo sin preámbulos. —La magnitud de tus requerimientos, los tiempos que ustedes están manejando para llegar a la frontera con Uruguay, los riesgos que implica atravesar más de tres mil quinientos kilómetros por carretera dentro de un país extranjero cargando armas y municiones, los riesgos que obviamente debe implicar para mi gente una operación que no nos has revelado pero que sin dudas será grande, y por último, la incertidumbre de cómo y cuándo regresaremos a nuestro territorio, necesariamente agrega otros elementos y otras condicionantes que necesariamente debemos discutir. Youseff escuchaba atenta y silenciosamente, sin hacer el más mínimo gesto ni interrumpir a su interlocutor. Sin embargo no le había pasado desapercibido el uso del plural cuando Estanislao expresó, regresaremos. —Estás de acuerdo Youseff, entiendes lo que te estoy planteando?—, interrumpe Estanislao su propio discurso. —Si, lo sigo escuchando Comandante. —Voy a ser concreto Youseff, los tiempos apremian y no sé si tu tienes la completa autoridad para decidir o debes consultar con Hamid, así que seré muy específico y directo. —Llegar hasta la zona que nos pides dentro de veinte días implica salir en no más de una semana. Debemos ar y arreglar con nuestra gente en Brasil no solo el transporte, sino fundamentalmente asegurarnos llegar a destino sin interferencias y sin riesgos, y esto en tan corto tiempo tiene determinados costos que son altos, hay que pagarle y bien a determinadas autoridades para que nos aseguren estar libres de interferencias o controles en la ruta. —También deberemos coordinar refugios seguros en la ruta para descanso y
alimentación, y esto también tiene su costo. Youseff inmediatamente entendió el rumbo que estaba tomando la contrapropuesta de Estanislao. —La propuesta de reducción del porcentaje por facilitar la entrada y distribución de cocaína a Europa es muy generosa, pero entenderás que los beneficios los veremos más adelante en el tiempo y los costos que implica todo lo que te acabo de mencionar hay que pagarlos hoy día. —Hay algo también muy importante, mis hombres estarán fuera de sus hogares y de sus familias por mucho tiempo y deben asegurar su manutención y bienestar mientras dure la operación y hasta un regreso que no sabemos cuando será, y eso causa mucha incertidumbre. —Ya habrás entendido Youseff, así que seré concreto, requerimos cinco mil dólares por hombre a entregarse a cada uno previamente al despliegue y veinticinco mil dólares para asegurar el transporte sin riesgos hasta el punto de destino. Estanislao hizo una deliberada pausa esperando la respuesta de Youseff. —Como se imaginará Comandante, yo no tengo dinero en efectivo en mi poder ni puedo aceptar o denegar su contrapropuesta, lo deberé trasmitir a Hamid Al Rashid —, contestó simplemente. —Hay algo más —, continuó el Comandante—, mis Comandantes subordinados y yo entendemos el secreto que debe exigir esta operación, pero no vemos posible que mis hombres vayan a lo desconocido bajo órdenes de líderes sobre los cuales no saben nada, y que a su vez esos líderes que los van a comandar a ellos en combate, no saben de su idiosincrasia ni de sus capacidades o limitaciones. Esto si sorprende a Youseff que atina a preguntar; —¿Que quiere decir Comandante?, —Quiero decir que mis hombres solo se desplegarán si los comanda alguien de su entera confianza, y ese alguien debo ser yo personalmente.
La sorpresa de Youseff era mayúscula. — ¿Este veterano combatiente, otrora guerrillero de selva devenido en narcotraficante, pretendía tener un rol de liderazgo protagónico en la operación concebida por Al Baghdadi? —, se preguntó tratando de disimular su estupor. —Esto es una condición innegociable y requerirá un adicional de quince mil dólares también previos al despliegue. Estanislao sabía perfectamente que con los tiempos que se estaban manejando y a pesar de la poca información que se le había revelado, la organización extremista islámica conducida militarmente por Hamid Al Rashid dependía cien por ciento de su apoyo. —Dile a Hamid que le pasaría cuatro números de cuentas bancarias pertenecientes a empresarios que nos blanquean el dinero acá en Colombia y podrá hacer las transferencias inmediatamente. Hay que poner en marcha cuanto antes toda la operativa. —Mañana Valentín te ará en el hotel como hasta ahora, si tienes la respuesta, el me comunicará y yo vendré hasta aquí para reunirnos —, culmina diciendo el Comandante como aclarando que la casa era solamente un punto de reunión y no un refugio permanente. Inmediatamente a su regreso a la habitación de hotel y mediante un mensaje cifrado a través de un canal seguro previamente acordado, Youseff trasmite a su líder la contrapropuesta recibida. Debía hacerlo ya que la misma excedía largamente su autorización de negociación. Youseff Douala no esperaba esta audaz contrapropuesta, pero tanto Hamid al Rashid como Abu Muslim si habían considerado en requerimiento de dinero, sabían que estaban negociando con un mercenario. El planteamiento del Comandante Estanislao era excesivo, pero contra balanceado con la importancia de asegurar el éxito de la acción planificada, era atendible. Además, el imponente monto de dinero que produce el tráfico internacional de cocaína, permitirá a ISIS recuperar largamente estos gastos. Había otro elemento clave a considerar a la hora de aceptar o no la contrapropuesta, a pesar de la escasa información que Youseff había tenido que revelar, este viejo líder regional de las FARC ya sabía que algo muy importante
iba a pasar en algún lugar de la región próximo a la frontera de Brasil con Uruguay, y por tanto o lo tenían como aliado de su lado o simplemente se lo debería eliminar inmediatamente para evitar el riesgo de que negocie la información con alguna agencia de Inteligencia. No hubo necesidad de postergar una tercera reunión ya que Youseff había recibido esa misma noche la respuesta de aceptación por parte de Rashid desde Irak. Restaba trasmitírselo a Estanislao y solicitarle los números de las cuentas bancarias para efectuar los traspasos a Colombia lo más rápido posible, además debía coordinar los medios de comunicación y los códigos establecidos para que los colombianos informen de su partida y cada cuarenta y ocho horas durante la ruta hacia el sur dentro de Brasil. Antes de despedirse, Youseff le entregó al Comandante las coordenadas exactas del punto de reunión hacia donde se debería dirigir cerca de la frontera donde harían o con él mismo y con otros efectivos que conformarían la Unidad de ataque. 30*58’ 58’’ S - 54*40’23’’ WW, Dom Pedrito— Brasil. Su tarea estaba hecha, ahora regresaría al sur de Brasil donde convergerían los otros dos ejes de acción antes de cruzar la frontera hacia el objetivo final.
Quince años atrás, el entonces Sub Secretario de Defensa de la istración de George W Bush advirtió, justo después del 9/11 que la región denominada «de la triple frontera» que separa Argentina, Brasil y Paraguay, albergaba a una gran población libanesa y siria que apoyaba decididamente al Hezbollá chiita. Las agencias de Inteligencia comenzaron a fijar su atención en la región centrada en la Ciudad del Este en Paraguay. Observadores y analistas internacionales llegaron a definir a esta ciudad como «un lugar sombrío donde todos los componentes de la anarquía internacional parecen converger». Una luz de alerta se prendió cuando tropas norteamericanas encontraron un poster gigante de las cataratas del Iguazú colgado en una pared de una casa abandonada por Al Qaeda en Kabul, además de folletos y mapas de la región. Los mismos analistas concluirían más tarde que los extremistas islámicos hacían causa común con los criminales transnacionales seculares que traficaban armas, dinero, personas y drogas. La región se transformaría en la nueva Libia del mundo, un lugar donde los terroristas con ideologías muy dispares, marxistas colombianos rebeldes, Hamas, Hezbollá y otros, se reunían para intercambios comerciales de conveniencia. Otras opiniones afirmaban además que, habida cuenta del estricto seguimiento de las Agencias de Inteligencia sobre las presuntas células distribuidas por Europa, la militancia islamista habría establecido en diferentes lugares de América Latina, instalaciones para reclutamiento y capacitación de combatientes. A principios del 2016 el Southcom estimó que entre cien y ciento cincuenta personas provenientes de diferentes puntos de América Latina, viajaron a Siria para unirse a ISIS. Abu Bakr Al Baghdadi, el Califa líder de ISIS, no se había mantenido al margen de esta corriente. Rápidamente a través de sus principales lugartenientes y hombres de confianza Abú Muslim y Hamid Al Rashid, estableció los os necesarios para poner pie en Sud América con el propósito inicial de difundir su ideología y reclutar tropas para ataques masivos y eventuales lobos solitarios para ataques a menor escala. «Los suníes, si bien pocos aún, están empezando a participar activamente en la
radicalización de los conversos y otros musulmanes de la región», concluía otro informe del Southcom. La cúpula de ISIS tenía claro que aún no estaban dadas las condiciones para conformar una unidad de ataque compuesta exclusivamente con gente reclutada en la región, los combatientes debían tener experiencia militar, y si bien los gobiernos locales miraban para otro lado aún a sabiendas y conscientes de las actividades y transacciones ilegales que caracterizaban a esta ciudad, los organismos internacionales de Inteligencia sí seguían en detalle lo que pasaba, y un reclutamiento masivo de combatientes no pasaría desapercibido. No sería así en lo que respecta a transacciones comerciales clandestinas, serían unas entre las miles que se producen casi a diario, y por esa razón Abú Muslim y Al Rashid enviaron a Salim Adaief a coordinar la provisión del equipamiento específico necesario para el gran ataque. Hacía cerca de tres años que Wahid Muktar se había establecido en Ciudad del Este. Este sirio sunita activo y radical militante de ISIS fue de los primeros agentes implantados América latina por Abú Bakr al Baghdadi. En agosto de 2014 el mundo se había visto estremecido por las impactantes imágenes de las decapitaciones de seis rehenes de ISIS ejecutadas por un sanguinario verdugo totalmente vestido de negro de pies a cabeza y rostro cubierto con un pasamontaña, que con un afilado cuchillo le cortaba la cabeza a sus rehenes vestidos de naranja y arrodillados. Estudiando el particular acento con el que el verdugo pronunciaba sus discursos, los analistas obtuvieron los primeros indicios que condujeron a la identificación de Mohammed Emwazi, bautizado como «Jihadista John», nacido en Kuwait y educado en la Universidad de Westminster en Inglaterra donde vivía con su familia desde los seis años. En el año 2013 la familia fue notificada por el MI5 que Emwazi había entrado en Siria y se había unido a ISIS. El trabajo de análisis de la información a partir de la identificación del «Jyhadista John», había permitido también obtener la identidad de los principales integrantes de su célula, uno de los cuales resultó ser Wahid Muktar, ciudadano sirio que se había encargado de recibirlo a su entrada en Siria y adoctrinado en la ideología y metodología de ISIS.
Cuando en noviembre de 2015 en la ciudad de Raqqa, un ataque aéreo ejecutado por un drone norteamericano eliminó a Emwazi, Al Baghdadi dispuso ocultar momentáneamente a los sobrevivientes de la célula, y encontró en Wahid Muktar a la persona indicada para implementar su plan de comenzar a operar en América Latina, disponiendo su traslado e inserción en Ciudad del Este con la pantalla de manejar uno de los tantos comercios de equipamiento electrónico cuyos propietarios son árabes de las más variadas procedencias. Era un cuadro confiable y comprometido con la causa, su trabajo de reclutamiento y adoctrinamiento estaba permitiendo el crecimiento de una célula con un poderoso potencial, aunque hasta ahora se consideraba que aún no había llegado el momento para despertar y activarse. El centro de gravedad de las operaciones de ISIS estaba en otras zonas del planeta, pero esto estaba a punto de cambiar y la célula de Wahid Muktar jugaría un importante rol en ello. Las comunicaciones eran seguras, pero aun así Abu Muslim no quiso arriesgar a una eventual o fortuita interceptación de una comunicación cuyo contenido pondría en alerta a todo el sistema de seguridad, era más seguro enviar a Salim, de procedencia siria igual que Wahid y que este le trasmitiera todos los detalles y todos los requerimientos. La comunicación generada en Irak por Abu Muslim dirigida a Wahid Muktar en Ciudad del Este, se remitió a informarle que un enviado del Califa se dirigía a establecer o con él y que debería atender incondicionalmente sus requerimientos. Salim Adaief no hablaba castellano, a diferencia de su hermano musulmán y coterráneo que en estos años lo había aprendido casi a la perfección y se desenvolvía perfectamente en esta ciudad, así que al abordar el taxi a la salida de la terminal de autobuses debió darle al conductor un papel que traía preparado con la dirección a la que debía dirigirse al encuentro de su compatriota. El hombre que manejaba tomó el papel, lo leyó y entendiendo que su pasajero no hablaba el idioma, asintió y solo respondió «ok» segundos antes de iniciar la marcha. Salim estaba cansado, el viaje en autobús desde San Pablo le había insumido casi trece horas y no había logrado dormir durante el mismo. Se había imaginado una ciudad más pequeña y más calmada, propia de una urbe
ubicada en el medio de un continente, sin salida al mar o a un gran río, y por tanto sin ese vértigo y denso tránsito que aparejaría la presencia de un puerto oceánico o fluvial. Esa idea comenzó a cambiar cuando el taxi tomó por una pintoresca calle enmarcada por frondosos árboles cubiertos de flores amarillas que también tapizaban la calzada y veredas, y se arremolinaban por el aire a medida que circulaba el automóvil. —Lapachos —, dijo el chofer del taxi que observaba por el espejo retrovisor la cara de sorpresa y la sonrisa dibujada en el rostro de su pasajero, —Lapacho — repitió —, es un árbol típico de Paraguay. El bucólico paisaje se esfumó a las dos cuadras cuando ingresaron en el microcentro comercial atiborrado de gente y vehículos. Sabía que Ciudad del Este es la segunda ciudad más importante de Paraguay con casi trescientos mil habitantes y que se caracteriza por ser fundamentalmente comercial y últimamente también industrial, también reconocida por ser una de las zonas francas más grandes del mundo. El turismo de compras había crecido exponencialmente especialmente entre los argentinos y brasileños que ingresan cruzando el llamado Puente de la Amistad. Es actualmente una de las ciudades más cosmopolitas del mundo. El taxi se detiene frente a un mediano comercio de electrodomésticos. —Aquí —, le dice el chofer a Salim girando la cabeza hacia atrás por sobre su hombro derecho. —Son cien mil guaraníes, «one hundred thousand» —, ensayando un inglés mal pronunciado a modo de idioma universal que el extranjero debería entender. —¿Dollars? — pregunta Salim. —Veinte, Twenty — responde el conductor acompañado sus palabras con un gráfico gesto abriendo y cerrando dos veces ambas manos simultáneamente, — Twenty. —ok —, responde Salim extrayendo de su billetera dos billetes de diez dólares.
Era la cifra que le habían dado como referencia. Salim Adaief desciende, atraviesa la angosta vereda y entra al comercio. Una mujer de mediana edad y algo entrada en kilos se le acerca. —Señor, buenos días, en que puedo ayudarle? — le dice bastante amablemente. Salim, que solo había entendido la palabra «Señor», atina a decir; —Wahid Muktar?. Un hombre delgado de poco más de treinta años con barba entrecana y vestido a la usanza árabe que estaba sentado atrás de la caja recibiendo el pago de los clientes, levantó la cabeza al oír su nombre con el inconfundible acento de su país. Inmediatamente se dio cuenta de que la persona que acababa de entrar a su comercio y le mencionara su nombre a la empleada, era el enviado de Abu Muslim que estaba esperando. —Salam Alaikum —. Se anticipa Salim Adaief al identificar a su compatriota con las fotos que se le habían mostrado. —Alaikum Salam hermano —, responde Muktar con un abrazo—, pasa a mi oficina, podemos beber algo y conversaremos. Salim siguió los pasos de Muktar hacia el fondo del salón de exposición y ventas donde se habían encontrado y traspusieron una amplia puerta de vaivén de hoja doble, seguramente dispuesta para pasar bultos grandes por ella. Del otro lado se abría un amplio depósito lleno hasta el techo de cajas cerradas de variados tamaños que contenían diferentes equipos e insumos para una futura venta. Inmediatamente a la izquierda, otra puerta, esta simple, permitía el a una oficina climatizada con una amplia ventana que permitía la observación hacia el salón desde el interior gracias a su lado transparente, pero no hacia adentro de la oficina debido a su lado espejado, similar a las típicas salas de interrogatorio policial. —Toma asiento por favor —, le dijo Wahid a su hermano sirio, ofreciéndole enseguida una taza de té que Salim acepta gustosamente. —Hablemos, este lugar es completamente seguro, está libre de micrófonos y un
sistema de bloqueo impide que hasta el más moderno equipo de escucha direccional tome conversaciones desde el exterior hacia aquí. Durante una hora, Salim Adaief trasmitió al jefe de la célula en América Latina los detalles del ambicioso plan desarrollado por Abu Muslim y por Hamid Al Rashid. A diferencia de lo ocurrido con Yauseff Douala en la negociación con el líder narco terrorista de las FARC, el Comandante Estanislao, a quien le compartimentó y limitó la información, a Wahid Muktar le fue revelado cada detalle de la operación. La sorpresa inicial iba dejando paso a una fanática excitación en Muktar a medida que Salim iba avanzando en el relato. Deseaba servir a Alá y al Califa, era la razón de ser de su vida. Había pedido para regresar al frente de batalla en oriente pero Al Baghdadi dispuso que permaneciera organizando y desarrollando una célula que iba a permanecer dormida hasta que fuera llamada a la acción directa contra el infiel occidental y sus aliados en América Latina. —Cual es el papel que el Califa y Hamid al Rashid han dispuesto para mi y para mi gente? —, no tardó en preguntar un ansioso Muktar. —Primero y lo más importante es que tu proveas el equipamiento imprescindible para la operación, ya que es imposible traerlo desde nuestras bases en Asia. —Los suministros deben estar en un punto de la frontera de Brasil con Uruguay que ya hemos establecido y que te será comunicado inmediatamente antes de salir para allá, en no más de doce días a partir de este momento —, explicó Salim y continuó: —Como te he explicado, los colombianos son simples mercenarios, luchan por el dinero y por las drogas, pero tienen experiencia de combate y serán empleados para repeler contraataques, como cobertura y como custodia circunstancial de rehenes. —Empecemos por las necesidades —, concretó Salim, al tiempo que procedió a enumerar los requerimientos logísticos que incluían equipos de comunicaciones VHF y UHF portátiles, inhibidores de señal de telefonía celular con rango de hasta trescientos metros y una larga lista de especificaciones técnicas, y por último trescientos cincuenta kilos de Nitrato de Amonio en estado natural y más
cien kilogramos de TNT o C4, todo acondicionado en bolsos transportables a mano. —A esto último le debemos agregar una persona idónea capaz de manipularlo en el mismo objetivo y transformarlo en ANFO. —Lo que expresamente preguntabas Wahid, tu y otros cinco hermanos combatientes que designes, integrarán la fuerza de ataque bajo el mando de Rahman Hakme una vez que todos los grupos se integren en una sola unidad. Harán el trabajo técnico y el específico que el les asigne. —Yo permaneceré contigo aquí y debo comunicar al hermano Hamid Rashid el progreso del plan, luego viajaremos juntos a reunirnos con Youseff y su grupo, y con Thabet, que está preparando todos los detalles para nuestro ingreso a Uruguay y llegar prácticamente hasta el mismo lugar en que estará nuestro objetivo con el tiempo suficiente como para realizar los preparativos finales para el ataque. —Alá nos ha puesto en su senda, honraremos al Profeta. Tú te alojarás en mi casa con mi familia. Haremos lo necesario y más aún para conseguir lo requerido — , manifestó Wahid Muktar todavía exaltado ante la inminencia de entrar en acción para servir a Alá y al Califa. —Hay algo que debo trasmitirte expresamente por orden de los hermanos Abú Muslim y Hamid Rashid. La seriedad de las palabras y el repentino gesto adusto en Salim seguido de un tenso silencio, calmó inmediatamente el estado de excitación de Muktar llevándolo a cambiar su postura y actitud, que pasó de estar semi sentado e inclinado hacia adelante con los antebrazos apoyados sobre el escritorio, a reclinarse sumisamente y descansar su torso completamente sobre el respaldo de la silla dejando solo apoyadas las yemas de sus dedos sobre el escritorio. —Debo asegurarme de que lo entiendas muy bien hermano —. y continuó : —No debes revelar a tus hombres ningún detalle de la operación que ejecutaremos, vamos a estar varios días en el área preparándonos y allí si todos sabrán exactamente qué haremos y cuál será el rol específico de cada uno. —No se tolerará ni se perdonará ni una sola filtración que pueda comprometer el
éxito del plan del Califa. —En este momento hay varios ejes y cursos de acción preparatorios en desarrollo convergiendo sobre el punto que será el objetivo, y todos ellos se están manejando con las mismas premisas de compartimentación y secreto, por esta razón yo fui enviado hasta acá al igual que otros hermanos también fueron enviados y están trabajando en otras zonas, para evitar comunicaciones o mensajes, y para coordinar en los mismos lugares que todo se vaya desarrollando de acuerdo al plan maestro. —Lo entiendo perfectamente hermano Salim, nuestros líderes pueden confiar plenamente en nosotros, ya mismo me pongo a trabajar, hay mucho por hacer y Alá estará complacido. La conversación prosiguió un rato más sobre temas banales. La casa de Muktar estaba contigua y continuaba a los fondos del negocio y allí fue alojado Salim Adaief. Habían acordado que solo hablarían de la operación o coordinarían detalles en la oficina, no solo por la protección que otorgaba el sistema de barrera electrónica de señales electromagnéticas, sino que Muktar lo iba a hacer revisar nuevamente a la mañana siguiente para cerciorarse de que no se hubieran introducido o implantado micrófonos desde la última revisión, nunca hablarían en la casa. —A primera impresión todo el equipamiento electrónico lo podemos tener disponible casi inmediatamente, veré si lo que tengo aquí en mi negocio se adapta o lo debo conseguir con algún otro comerciante, respecto al Nitrato de Amonio debo establecer o con otra organización que opera en la zona y que no hará preguntas —, había concluido Wahid. Así, cuatro días después, Muktar invitó a Salim a tomar té a su oficina, era tiempo de ponerlo al tanto de la situación respecto a los avances en la incorporación del material solicitado. —Los inhibidores de celulares que yo tenía eran de un rango de alcance limitado. He gestionado y se me ha provisto con la justificación de tener un importante cliente que deseaba instalar uno en su empresa, un equipo de 320W con un rango de hasta quinientos metros, seis antenas omnidireccionales para distribuir en la superficie y con capacidad de bloqueo GPS, 4G, Wifi, GSM, CDRA y DSC. Pesa sesenta kilos con los rios pero lo podemos distribuir
en dos bultos de cuarenta y veinte kilos. —Están listos los equipos de comunicaciones VHF y UHF tipo handie con dispositivos manos libres, bi direccionales con micrófono de cuello y auricular. Son seis de cada tipo, con adaptadores para todo tipo de corriente local y cargadores de baterías. —Excelente —, contesta Salim—, excelente. —Pienso que puede ser de mucha utilidad la incorporación de visores nocturnos. Yo tengo a disposición seis equipos de 2 x 24, con un campo visual de treinta grados y un alcance de ciento ochenta metros, estás de acuerdo?. —Estoy de acuerdo, pueden ser muy útiles, a pesar de prevemos estar poco tiempo sobre el objetivo…. ¿has pensado en el transporte?. —Efectivamente, y ya hemos comenzado algunos trabajos. —Tendremos a nuestra disposición la camioneta tipo Van que empleo para la distribución de las ventas a nivel local, con algunas modificaciones. —El equipamiento electrónico puede ir a la vista como carga normal que está siendo despachada. Mi empresa se dedica a eso y puedo preparar documentación que acredite que es una venta a determinado cliente específico y se está entregando junto con algún personal técnico para instalación y período de prueba. Esto justificará la presencia de dos o tres hermanos. —Respecto al Nitrato de Amonio, acondicionaremos un doble fondo en la Van. Deberemos ser cuidadosos ya que es muy sensible a la humedad y cualquier o con agua altera sus propiedades. No es peligroso el transporte en estado puro, pero deber estar bien aislado y acondicionado. —También preveo un automóvil de apoyo, servirá para repartir a nuestra gente, como avanzada para alertar de eventuales controles carreteros o inconvenientes en la ruta, y como respaldo en general. —Muy bien pensado Wahid, estás haciendo un buen trabajo —, lo alentó Salim. —Ya está la gente seleccionada —, prosiguió—, cinco excelentes, leales y comprometidos combatientes dispuestos y honrados en dar su vida por Alá. Uno
de ellos es experto en el manejo de explosivos y en la producción de ANFO a partir del Nitrato de Amonio. Descontamos que el Fuel Oil lo obtendremos y en abundancia en el objetivo. Muktar había cumplido con los plazos establecidos y con la obtención de los requerimientos logísticos en menos de una semana luego de la llegada de Salim. No solo alistó lo expresamente solicitado, sino que incorporó equipo complementario y acondicionó los vehículos para el transporte seguro hacia el sur, además de la previsión de contar con documentación que diera visos de legalidad al transporte de mercadería ante un eventual control. Todo estaba listo, personal y material, y así Salim Adaief transmite por canales seguros y en forma codificada la información a Abu Muslim en Irak. Solamente horas antes de la partida del convoy, le trasmitió a ambos choferes las coordenadas del punto de destino para programar los GPS. 30*58’58’’ S54*40’23’’ W, Don Pedrito— Brasil. Salim conocía a Wahid Muktar, pero fundamentalmente conocía sus antecedentes, era un fanático dispuesto a matar y morir por Alá, igual que todos y cada uno de los de la organización terrorista, pero esta operación no iba a requerir exclusivamente la disposición a matar salvajemente, sino integrar una unidad que iba a ejecutar una acción muy compleja y que le iba a demandar someterse al liderazgo y órdenes de otra persona. Necesariamente se plantearían durante la acción, instancias y situaciones que sería necesario evaluar antes de tomar decisiones extremas, y eso no iba con la personalidad de Muktar. Obviamente sus líderes Abu Musli, y Hamid Rashid también lo conocían perfectamente y aun así habían decidido su participación, al fin de cuentas la activación de la célula dormida en Ciudad del Este era la única opción que tenían y lo demás era un riesgo que se debía asumir confiando en la capacidad militar y de liderazgo de quien comandaría toda la acción, Rahman Hakme.
No había sido necesario pasar por Aduana ni por la incomodidad natural que genera un trámite de migraciones para alguien que como él, ingresa con un pasaporte legal. Thabet Osman permaneció en la Sala de Tránsito del aeropuerto de Guarulhos en San Pablo a la espera del vuelo de la empresa LATAM que lo llevaría en vuelo directo a la ciudad de Montevideo, capital de la República Oriental del Uruguay. Luego de poco menos de una hora de espera y de dos horas y media de un confortable vuelo, arribó al Aeropuerto Internacional de Carrasco. Su primera sorpresa fue la poca gente en las diferentes salas de la terminal aérea, ya que por ser la capital de un país y este su principal aeropuerto, se imaginaba un flujo mayor. Esto le causó cierta sensación de incomodidad, normalmente la aglomeración de viajeros frente a los puestos de control migratorios, determina que estos controles sean más rápidos sin reparar mucho tiempo en detalles, cosa que si podría suceder cuando los pasajeros desembarcados que ingresan al país son pocos. A los pocos minutos vio que su preocupación era innecesaria, los controles eran básicos, el funcionario que lo atendió casi ni miró su rostro, solamente tecleó algo en su computadora e inmediatamente estampó un sello en su pasaporte. Luego de recoger su única maleta en la cinta, Thabet salió hacia la amplia sala de general de la terminal y se dirigió al escritorio de la empresa de autobuses sobre la cual se había informado por internet. Allí compró un pasaje hacia el destino final de su viaje, la ciudad de Punta del Este. Punta del Este es una ciudad peninsular ubicada sobre la costa a ciento treinta kilómetros de la capital Montevideo. Cuenta con una población fija de casi trece mil habitantes los que alcanzan a medio millón durante la temporada de verano. Es reconocido internacionalmente como uno de los principales balnearios de Sud América. Bautizada en 1516 por el navegante Juan Díaz de Solís como «Nuestra Señora de la Candelaria», adquirió es status de «Pueblo» en 1907 cuando el entonces Presidente Claudio Williman así lo promulgó. Hacia la década de1980 tuvo un formidable desarrollo inmobiliario cuando mediante la inyección de capital por parte de grandes grupos inversores,
florecieron majestuosas y lujosas torres de apartamentos, complejos hoteleros y residencias particulares de elevado valor. La geografía de su costa y del lecho marino inmediato, conforman hacia el oeste de la península una amplia bahía de aguas calmas cerrada hacia el sur por una isla llamada «De Gorriti», cuyas veintiuna hectáreas extendidas por casi dos kilómetros de largo, contribuyen aún más al abrigo de sus aguas. Todo este desarrollo turístico, las características geográficas, terrestres y marítimas, sumadas a su benevolente clima veraniego, determinaron el crecimiento explosivo del turismo de grandes Cruceros. Casi doscientos lujosos buques de este tipo arriban y fondean en su bahía en la temporada estival. La planificación del viaje había sido detallada e incluyó la reserva de una habitación en un hotel cercano a la terminal de autobuses de Punta del Este, en un lugar que le permitiera mediante desplazamientos cortos y preferentemente a pie, cumplir su crucial tarea a partir del día siguiente. Thebet debía seleccionar y efectuar los arreglos necesarios para contar con una base de operaciones que además oficiara de alojamiento temporario para la fuerza de ataque que arribaría en breve. También debería asegurarse contar con los vectores necesarios para proyectar a la fuerza hacia el objetivo en la primera fase del ataque. La base a ser ocupada permitiría no solo el ocultamiento de la unidad, sino desde ella conducir los reconocimientos necesarios y efectuar todos los preparativos finales antes de lanzar el ataque. Su ubicación debería ser cuidadosamente seleccionada atendiendo todas las variables, fundamentalmente mantener el secreto y asegurar la sorpresa en la acción sin despertar la más mínima sospecha previa, aún en la fecha prevista que significaría una ciudad atestada de turistas. Thabet disfrutó el viaje por carretera hasta Punta del Este, la geografía le trasmitía una sensación de calma. Un terreno prácticamente llano donde predominaba el verde debido a la casi exclusiva plantación de praderas para pastoreo y los predominantes y los frondosos eucaliptus apenas intercalados con unos pocos pinos, fueron la constante durante el trayecto. Casi como por sorpresa y luego de una suave pendiente y curva hacia la izquierda, se abrió ante sus ojos una amplia y calma bahía con un mar llamativamente azul a su derecha y a cuyos fondos se dibujaba la silueta costera de una ciudad dominada por grandes edificios. El ómnibus que lo transportaba
recorrió una larga y ancha avenida costanera de dos carriles separados por un cantero central, y luego de unos minutos y un par de paradas, arribó por fin a su destino. Todo era calmo y lento, aún no comenzaba una temporada estival famosa en esta ciudad por su ritmo vertiginoso y su explosión demográfica. La única presencia de algunos pocos habitantes paseando sus mascotas o trotando por la costa y los escasos vehículos que circulaban, componían un escenario que le permitió a Thabet corroborar la información que poseía, Uruguay y Punta del Este parecen estar en otro mundo, aislados de la realidad, como sintiéndose fuera del alcance de los conflictos que asuelan el planeta. Casi no había policías en las calles, no vio ni un soldado u otra fuerza militar, ni siquiera controlando los arribos de pasajeros a la terminal de buses, lugares donde el mismo en otras ciudades mucho menos importantes, tuvo que pasar por controles que iban desde scaners personales hasta perros que olfateaban el equipaje en busca de drogas o explosivos, nada sucedía aquí. Con la ayuda del GPS del teléfono celular, fácilmente encontró el hotel donde la organización había hecho la reserva, estaba ubicado solamente a tres cortas calles de distancia. Una vez en él, el procedimiento de registro fue amable y sin mayores exigencias. —Máximo cuatro días—, contestó en inglés a la pregunta del recepcionista respecto al tiempo previsto de estadía. —Negocios —, agregó ante el gesto amable del funcionario satisfecho con la respuesta y que solo cumplía con llenar el formulario de ingreso. —Que tenga usted buena estadía —, le dijo al finalizar el trámite istrativo, al tiempo que le entregaba las llaves de la habitación. Thabet Otman fue conducido a una sobria y confortable habitación en el primer piso, todo estaba resultando sin inconvenientes y estaba listo a comenzar su trabajo. Inmediatamente casi sin desempacar, conectó a internet su dispositivo portátil y envió un mensaje a quien junto a él, reunirían a los dos grupos de combatientes que estaban convergiendo hacia un lugar seleccionado, lo conformarían como una unidad de la cual el mismo asumiría por órdenes expresas de Abu Muslim el
Comando circunstancial hasta el momento en que Rahman Hakme arribara al área de operaciones y asumiera el control total, los infiltrarían al país junto con su equipo y finalmente ocuparían una base segura en situación de alistamiento para el ataque final. Ese hombre que estaba esperando su mensaje desde el lado brasileño para trasladarse a Punta del Este y reunirse con Thabet Otman, era Karim Handal, un ciudadano brasileño convertido al Islam y reclutado por ISIS que residía en el seno de una gran comunidad árabe en la ciudad fronteriza de Chui. Handal iba a desempeñar un doble rol, uno de ellos y por su condición de ciudadano brasileño, ser la cara visible y la firma legal en la operativa de arrendamiento de lo que sería la base de operaciones del grupo de combatientes. La población itinerante de turistas en verano se reparte mayoritariamente entre argentinos y brasileños, por lo que no despertaría sospechas que un ciudadano de alguno de esos países adquiera o arriende un inmueble durante un determinado período de tiempo en verano. Respecto a su segundo rol, ya venía trabajando en él desde un mes y medio atrás cuando recibió sus directivas. Debía seleccionar un punto de reunión seguro dentro de Brasil y cercano a la frontera con Uruguay, con la antelación suficiente como para ser comunicado antes de su partida tanto al contingente que venía desde Colombia como al que lo hacía desde Ciudad del Este. Ambos necesitaban tiempo para planificar adecuadamente sus rutas y coordinar los detalles para el movimiento. Una vez elegido el punto de reunión, Karim debió estudiar y seleccionar las rutas más seguras para la infiltración al país y llegada a la futura base en Punta del Este. Karim y Thabet tuvieron su primer encuentro en el lobby del hotel a la mañana siguiente. Luego de los saludos protocolares, tal vez un tanto forzados a afectos de representar ante los ojos de quien pudiera presenciar la escena, una natural reunión de negocios, se dirigieron hacia dos confortables sillones separados por una pequeña mesa ubicados en un apartado rincón de la planta baja. Ese lugar estaba a cubierto de eventuales escuchas desde la recepción o mismo de los circunstanciales pasajeros que aunque escasos en esta época, entraban y salían del hotel. A Karim Handal le había sido proporcionada solamente la información necesaria
para cumplir su tarea. La misma alcanzaba hasta el evento de ocupación de lo que sería la base por parte del contingente armado completo que había sido infiltrado al Uruguay desde el punto de reunión y por las rutas que el mismo había sido responsable de seleccionar. No sabía aun cual era el objetivo ni las características del ataque planeado, se habían seguido hasta acá las más estrictas normas de compartimentación de la información y la divulgación parcial y necesaria en cada caso de acuerdo al criterio de «necesidad de conocer «. —Cuando toda la unidad haya arribado y ocupado la base de operaciones, yo personalmente te daré a todos la información detallada respecto al objetivo y al plan de acción que ejecutaremos, más todas las acciones complementarias que se desarrollarán —, le trasmitió Thabet al brasileño. —Quiero que me informes cómo has planificado la infiltración y el traslado hasta aquí —, continuó. Inmediatamente Karim extrajo de un maletín un mapa y una notebook que conectó a la red wifi del hotel. Con el mapa carretero desplegado le hizo una descripción general de la zona y de la operación, antes de entrar en los detalles con la imagen de la computadora. —Este pueblo es Dom Pedrito en Brasil, es el lugar cuyas coordenadas hemos trasmitido a los dos grupos como destino. —En principio había pensado en ésta ciudad —, expresó posando la punta de su dedo índice en un punto con la denominación «Bagé», pero por ser una zona de gran tráfico de contrabandistas, existe fuerte presencia militar y policial y cualquier movimiento importante puede caer bajo sospecha o mismo ser denunciado por algún informante. —Por esa razón y luego de estudiar toda la región cercana decidí que el lugar adecuado para reunir a la gente sería este pequeño poblado, Dom Pedrito. —También hice los arreglos para disponer de un gran depósito actualmente vacío, para esconder los dos camiones y los dos vehículos menores que componen ambos convoyes juntos. Es además un lugar con agua potable corriente, electricidad y servicios higiénicos, es adecuado para el acantonamiento hasta por lo menos de un par de días, no más, por lo que la
infiltración debe hacerse dentro de ese plazo. —Este es el punto de infiltración, y esta es la ruta que seguiremos —, decía Karim mientras desplazaba su dedo por el mapa. Nos moveremos de noche, por esta ruta no encontraremos ni peajes ni puestos de control fijos. No esperamos la presencia de controles aleatorios o móviles, directamente no existen. Seguidamente y luego de esta descripción general, abrió en su dispositivo portátil un archivo donde a una escala mucho mayor se presentaban los detalles de la localidad Dom Pedrito y la ubicación del depósito, los caminos hasta el punto de cruce fronterizo y nuevamente la ruta que le había mostrado sobre el mapa carretero pero con todos los detalles menores. —Yo ya he recorrido y probado completamente esta ruta, de día y de noche durante la última semana, también los caminos desde el depósito en Don Pedrito hasta el punto de cruce —, y continuó con los detalles. —Mi plan es que yo vaya con mi auto a la vanguardia del convoy dos o tres kilómetros adelante, así podré detectar cualquier eventual inconveniente y podremos tomar las decisiones correctas, ya sea detener y ocultar temporalmente al convoy o seguir. Todos estaremos comunicados. Así continuó un largo rato detallando los caminos, los puentes, y los poblados que cruzarían hasta llegar finalmente la entrada a Punta del Este. Obviamente faltaba la ruta desde el ingreso a esta ciudad hasta el lugar exacto que sería el destino que aún no había sido seleccionado. —Muy bien —, asintió Thabet—, la primera acción que llevaremos a cabo una vez que nos hayamos reunido en Don Pedrito, será informarlos a todos del plan de Infiltración. La información que tengo al momento es que los cronogramas de tiempo se vienen cumpliendo de acuerdo a lo planificado, el pasado 3 de diciembre salió el convoy con los colombianos y se prevé que arribe el día 16, dentro de 2 días, precisamente el 13, sale el convoy desde Ciudad del Este y llegará el día 15. Tendremos dos días para preparar el cruce, la fecha tentativa será entonces la noche del 17 o primeras horas de día 18 de diciembre —, detalló Thabet Otman a modo de consolidación de la operativa de movimientos. —Esto significa que tenemos hoy más dos días completos para nuestro trabajo acá, deberemos partir al final del día 14 hacia Dom Pedrito para recibir al día siguiente al grupo de Ciudad del Este.
—Exactamente, esta misma tarde comenzaremos, tengo tres posibles lugares que debemos visitar y evaluar. Thabet tenía en su mente lo que buscaba, a su idea original le debía agregar los requerimientos que imponía la nueva información que había recibido, la cantidad y tipo de vehículos que deberían ser acomodados en la base seleccionada. —Buscamos un lugar, una casa, un depósito o similar, que permita acomodar por un período de una semana aproximadamente a veinticinco hombres un camión mediano, una camioneta tipo Van y contando el tuyo, tres automóviles. —Si bien seremos estrictos respecto a la disciplina y los movimientos fuera de la base que serán los imprescindibles para efectuar los reconocimientos, el lugar debe estar alejado del núcleo de población más denso y de las calles o avenidas de mayor tránsito. —La ruta desde la base que estaremos ocupando hasta el puerto debe ser lo más fluida posible—, continuó detallando Thabet, dato que no pasó desapercibido para el musulmán brasileño. —Conozco esta ciudad —, interrumpió inmediatamente Karim —, eso no lo encontraremos en esta zona en particular y menos en las inmediaciones del puerto donde la concentración de personas en verano es altísima y a todas horas. Debemos buscar casi en la periferia, y afortunadamente tenemos mi auto para la búsqueda, no estamos hablando de distancias para poder hacerlo a pie y en tres días. Ambos reorientaron la búsqueda y durante el resto del día y parte de la noche consultaron todos los portales inmobiliarios que encontraron. Evaluaron bajo estos parámetros decenas de ofertas, confeccionando al final de la jornada, un listado de cinco propiedades que serían visitadas el día siguiente. Finalizada esta tarea, Thabet encaró a Karim respecto a la segunda tarea que deberían afrontar: —Karim, debemos contar en principio para la fecha del 25 de diciembre, con una embarcación con la capacidad suficiente como para transportar a nuestro contingente de veinticinco combatientes más trescientos kilos de carga distribuidos en bolsos portátiles. La pantalla será una excursión grupal de buceo y recreo.
El requerimiento de que la base tenga un fluido al puerto y esta necesidad de una embarcación, le iban dando a Karim un indicio de que la acción planeada sería sobre un objetivo costero o una infraestructura portuaria que necesitara de una traslado por agua, pero lejos, muy lejos estaba de acertar respecto a la magnitud del ataque planeado por ISIS. Los siguientes dos días fueron vertiginosos. Descartaron las dos primeras locaciones visitadas, la primera de ellas por estar en una zona a la que se consideró sería demasiado transitada en la época de mayor afluencia de turistas. Se ubicaba a medio camino entre Punta del Este y la ciudad capital del Departamento llamada Maldonado, y si bien esta última no es propiamente balnearia, la cantidad de negocios y comercios de toda índole que posee y la gran diferencia de precios con los similares de Punta del Este, determina que mucha gente se traslade a efectuar sus compras rutinarias y otras diversas actividades en ella, y esto conllevaría a un importante flujo de vehículos casi por frente a la casa. La segunda si bien se ubicaba en una zona relativamente discreta, estaba rodeada de altos edificios de apartamentos que permitían la observación hacia su interior, hacia el espacio abierto en los fondos, y a sus s. La tercera satisfizo sus expectativas, se encontraba ubicada en un barrio llamado «Pinares», a la entrada a Punta del Este llegando desde Montevideo. La construcción era antigua y ocupaba un amplio predio, y según manifestó el propietario, su intención principal era venderla a un valor relativamente accesible para lo que son los precios del mercado en ese lugar ya que la casa necesitaba un importante mantenimiento. La opción de arrendamiento le servía ya que no se habían presentado interesados en su compra. Si bien no estaba cerca del puerto, se ubicaba a escasas y cortas tres calles de la avenida costanera a través de un directo y rápido, y a su vez por esta se llegaba al puerto en un recorrido de no más de ocho kilómetros y diez minutos de duración aproximadamente según la hora y el tránsito. La zona no presentaba edificios por lo que quedaba libre de la observación desde el exterior, tampoco locales nocturnos ni centros comerciales que supusieran gran afluencia de gente. Fue determinante además en la elección, la distribución de espacios en el predio, ya que se adecuaba perfectamente a sus requerimientos.
La casa estaba construida sobre uno de los costados del terreno y del otro lado, una ancha senda diseñada para entrada de vehículos, bordeaba la casa y conducía a un amplio espacio abierto a cuyo fondo y en línea recta con la senda se ubicaba un garaje con capacidad para dos vehículos. Visualizaron que atrás de la casa se podrían ubicar tanto el camión como la Van y ambos vehículos quedarían a cubierto de la vista desde la calle. Un portón de madera sólida y una cerca de malla metálica cubierta con vegetación prácticamente ocultaban el frente de la casa dejando visible el metro superior de la pared frontal y el techo de tejas rojas. Si bien la presencia y cara visible de un ciudadano brasileño como Karim le dio un viso de transparencia y normalidad a la transacción comercial, ésta en realidad se había visto favorecida y facilitada por las propias disposiciones del sistema financiero uruguayo. El excesivo control que el Estado pretende ejercer sobre todas las transacciones y la pesada carga tributaria que recaía sobre la población, determinaba entre otras cosas, que a los propietarios de los inmuebles les fueran gravadas pesada y desmedidamente a través de impuestos, las ganancias devenidas de alquilar o vender sus propiedades. También el sistema obligaba a los arrendatarios y compradores a efectuar sus pagos a través del sistema bancario, debiendo estos justificar el origen de sus ingresos. Las consecuencias de estas medidas fueron que este tipo de transacciones se efectuaran por fuera del sistema Inmobiliario legalmente establecido y los arreglos mano a mano entre propietarios y compradores o arrendatarios fueran corrientes a efectos de evadir impuestos o incómodas declaraciones de ingresos. Ambas partes acordaron que al día siguiente firmarían un documento que establecía que Karim Handal pagaría en efectivo el monto correspondiente a la totalidad del mes de diciembre y tomaría posesión de la propiedad. La ocupación en realidad se haría efectiva el 18 de diciembre al arribo del contingente, pero ya contaban con la base para su acantonamiento. Satisfacer el requerimiento de una embarcación para la fecha requerida resultó una tarea sencilla ya que encontraron en su primera visita y en la propia zona del puerto, varias empresas que ofrecían variados servicios náuticos. Paseos, excursiones de pesca, transporte y desembarco a un par de islas en las inmediaciones, veleros y yates a motor, eran parte de la amplia variedad de
opciones al servicio de los turistas. Ni bien dieron sus primeros pasos por los muelles, una embarcación de mediano porte de aproximadamente veinticinco metros de eslora, con una cabina sobre proa que albergaba a la timonera y un espacio cubierto con sillones a cada banda, más una amplia plataforma abierta en la popa y un artesanal cartel sobre la banda de atraque que indicaba que se alquilaba, llamó la atención de Thabet. Mientas este lo observaba detenidamente, Karim ubicó a escasos metros más adelante sobre el propio muelle, una básica estructura de madera que oficiaba de oficina de la empresa que lo alquilaba. Ambos dialogaron sobre las características de la embarcación y una vez que decidieron que era la adecuada para embarcar y transportar a la gente y su equipo, se dirigieron a la improvisada oficina donde Karim con su acento portugués tan común de escuchar por la persona a cargo, le expone su preparado discurso. —Estamos procurando una embarcación para una excursión de pesca y recreo para un grupo grande de turistas que arribarán del extranjero —, expresa. —Esta nos ha parecido adecuada y quisiéramos ver su disponibilidad y si es posible ya reservarla, sería para el día 25 de diciembre. El funcionario consulta una planilla y responde a su interlocutor, —Está disponible, ¿usted la quisiera para todo el día?. Karim se sorprende con esta pregunta ya que salvo el detalle de la fecha específica que se le había revelado recién a efectos de concretar el alquiler de la embarcación, ignoraba aún los detalles de la operación, por lo que se vuelve hacia Thabet y le trasmite la pregunta en inglés. Este le responde que sí y que la quiere a partir del amanecer. Aceptar sin discusión el precio y que el brasileño pagara en efectivo la mitad del valor del alquiler, fue suficiente como para que el empleado le expidiera un documento donde constaba dicho pago y la reserva de la embarcación. El vector estaba también asegurado.
—Tus jefes me han hablado muy bien de ti Rahman y yo personalmente aprecio mucho a las personas con afán de superación y fuerza para sobreponerse a las adversidades, y tu vaya que las has tenido —. Las palabras de Franz Meyer tenían un tono paternalista que a Rahman Hakme le pareció sincero, de última, este veterano alemán no tenía necesidad de discursos demagógicos persona a persona. Si fueran en el marco de alguna reunión general del personal, podría tener ese tipo de intenciones, pero acá solo estaban presentes sus jefes y el, no había ningún otro funcionario. —Muchas gracias Herr Meyer —, respondió —. Me siento muy a gusto en esta empresa y agradecido por la oportunidad de trabajar y poder ayudar a mi familia, al menos a aquella parte que ha venido conmigo, mi madre y mi hermana. —Cuéntame un poco acerca de tu historia Rahman. Rahman ya tenía aprendido un relato convenientemente armado con medias verdades y algo de fantasía difícil de corroborar, además su historia siempre fue contada por partes y en el marco de conversaciones informales, nunca fue directa y específicamente preguntado sobre su historia o su pasado. —¿Y si Herr Meyer había sido informado por algún servicio de inteligencia y sutilmente quería corroborarlo haciendo que el mismo lo confirmara? — pensó inmediatamente. Era una posibilidad, pero también pensó que Meyer, que seguramente conocía su historial, o al menos lo que él hizo saber a través de sus mandos medios, quería oírla directamente. Mucho se hablaba de la afinidad y acercamiento al personal que practicaba Meyer, el mismo había repetido muchas veces su propia historia de sacrificios y privaciones fundamentalmente en tiempos de guerra, y que haber vivido eso, le hicieron reconocer y valorar el trabajo obrero. Rahman repitió su ensayado relato siendo varias veces interrumpido por el propio Meyer con preguntas acerca su niñez, su educación y como estaba compuesta su familia. Había omitido, no sin dolor ya que se sentía muy orgulloso de ello, la historia de su padre y de cómo murió en combate contra los etíopes. No era conveniente, podía ser un punto de entrada a su verdadera historia.
—¿Cómo decidiste entrar a la Universidad, específicamente al Colegio de Ingeniería y tecnología, siempre tuviste vocación por los motores y la electricidad?. —Desde muy joven trabajé en los barcos pesqueros en Asab, y realmente sentí que era lo que me gustaba, y mis patrones me alentaron y de alguna manera influyeron con alguna autoridad para hacer posible mi ingreso —. Luego de esta afirmación Rahman hizo una pausa tratando de percibir alguna reacción en Herr Meyer, si tenía alguna otra información sabría que en realidad su ingreso se había visto favorecido por el reconocimiento que el régimen del Presidente Afewerki tenía respecto a la lealtad de su padre. —Me imagino que después de tanto sacrificio te encontraste con un régimen muy severo y con pocas oportunidades —. Meyer le estaba sugiriendo la respuesta perfecta, que por otro lado era coincidente con su relato respecto al principal motivo de su escape del país. —Si señor, el régimen me limitaba, no me permitía desarrollar mi capacidad ni ganar más para darle bienestar a mi familia —, y continuó: —Me fue asignado un trabajo mal pagado, era lo que tenían dispuesto para mi y no me conformaba, por eso hui con mi madre y mi hermana. Mis otros dos hermanos quedaron trabajando en la pesca, ellos estaban conformes y no tenían más ambiciones, no querían arriesgarse a perderlo todo. —Es muy irable y valiente tu actitud Rahman, espero que en nuestra empresa siderúrgica hayas encontrado satisfacción para tus metas y desafíos. —Absolutamente Herr Meyer, estoy muy a gusto aquí y mi familia tiene el bienestar que yo quería para ellos. —Bueno, sin embargo quieres irte, según me trasmitieron tus superiores —. La expresión seria en el rostro del alemán sorprende a Rahman dejándolo a la defensiva y sin atinar a una respuesta inmediata. —Mi departamento de Personal me ha hecho llegar tu intención de embarcar en el Freya Göttin — , continuó Meyer. La primera reacción de Rahman fue sentir tranquilidad por el hecho de que la reunión con el dueño de la empresa afortunadamente no había transcurrido por
los carriles que el tanto temía, su verdadera historia y los motivos por los cuales Umair Al Gadaff lo había introducido en Alemania y luego en la Siderúrgica Meyer. —Señor Meyer —, empezó a decir Rahman tratando de explicar su solicitud con un también ensayado relato —, como le dije estoy muy satisfecho con mi trabajo en esta empresa y no me quisiera ir nunca, pero cuando vi el proyecto del Freya Göttin en conjunto con Astilleros Metzler, se me hicieron presentes todos los recuerdos a bordo de los barcos pesqueros en Asab, las largas navegaciones y la vida de mar. Los motores navales son mi pasión y por ese motivo me atreví a solicitar aunque más no sea una sola travesía y poder trabajar con esos grandes motores modernos —. Rahman trataba de trasmitir una convincente pasión y convencimiento con sus palabras. —Luego desembarcaría y si usted cree que lo merezco me gustaría regresar a mi puesto en la sala de motores de la siderúrgica. Franz Meyer mira de reojo a su Jefe de Recursos Humanos Werner Klose y a Karl Bauman y les pregunta: —Ustedes piensan que podemos prescindir de nuestro mejor motorista por unos meses?. Inmediatamente Rahman comprendió que su quimérica solicitud había sido aceptada, Herr Meyer solo estaba preparando y dándole marco institucional a la respuesta. La decisión ya estaba tomada, la consulta a los jefes de Departamento eran una simple puesta en escena donde estos darían su aval para su embarque. Lo confirmó cuando aún sin esperar la respuesta Franz Meyer le dijo; —Con mucho gusto accederemos a tu solicitud, te lo mereces por tu esfuerzo y compromiso con nuestra empresa. Ya mismo Werner, dijo refiriéndose al Jefe de Recursos Humanos, hará los arreglos con el departamento de Personal de la naviera —. Y luego agregó con una sonrisa; —Creo que tengo alguna influencia con mi yerno y al fin de cuentas, quiero asegurarme de tener un buen motorista si sucede alguna contingencia a bordo, mi esposa y yo haremos la segunda parte del viaje entre Rio de Janeiro y Punta del Este—.
Rahman quedó petrificado, sabía cómo se desarrollarían los acontecimientos y su eventual desenlace una vez consumado el ataque al objetivo, jamás pasó por su cabeza tener algún tipo de vínculo personal o emocional con quien iba a ser objeto de la acción que el mismo iba a liderar. Realmente sentía aprecio por Herr Meyer, no era un opresor de los pobres ni un salvaje capitalista que corrompe designios sagrados en su afán comercial, era una persona respetuosa de las creencias y costumbres de los hombres. Había establecido para su empresa una clara política de recibir y emplear inmigrantes de cualquier raza, religión o etnia y se aseguraba que todos tuvieran las mismas oportunidades que sus connacionales. —Muchas gracias Herr Meyer, y a ustedes también—, se refería a los otros dos participantes de la reunión.— haré mi mejor esfuerzo, no los defraudaré. Había logrado su objetivo, estaba a bordo del Freya Göttin II. El plan ideado por el Califa Al Baghdadi y pos sus lugartenientes Abú Muslim y Hamid al Rashid se había cumplido hasta ahora a la perfección. Ellos, pero fundamentalmente Alá, estarían orgullosos de su trabajo. No le agradaba la situación respecto a la presencia de Meyer a bordo, pero tenía claro que ningún sentimiento personal se iba a interponer a una misión sagrada. Quedaba por resolver el asunto de como ubicar al jefe militar de Fi Tariq Alá, Fahir Habun, a bordo para juntos conducir el ataque.
18 de diciembre de 2018, madrugada Frontera Brasil – Uruguay
—No es el ataque principal, pero esta fase de infiltración la debemos considerar como crítica y vital, no solo el fallo o la detección, sino cualquier indicio que podamos dejar atrás llevará al fracaso total de la operación —. Así arengó Thabet ya ejerciendo el mando del grupo, cuando comenzaba a exponer el plan de despliegue trazado para entrar a Uruguay. —Esta será la «fase uno» de todo el plan y a su vez la dividiremos en tres etapas. La primera será desde la partida desde acá hasta que lleguemos al punto de cruce en la frontera, la segunda será el operativo de cruce y la tercera será el desplazamiento por rutas uruguayas y la ocupación de la base de acantonamiento. —Estas tres fases serán desarrolladas en forma continua, sin detenciones entre cada una excepto para mínimas coordinaciones y ajustes en el lugar. El reconocimiento efectuado en la noche anterior había determinado la necesidad de incrementar las medidas de seguridad. Karim había recomendado a Thabet acerca de la conveniencia de destacar hacia ambos lados del punto de cruce, a una alerta temprana que reportara eventuales vehículos circulando hacia donde cruzaría el convoy a afectos de evitar avistamientos. Horas después el convoy abandona el refugio temporal en Dom Pedrito en silencio y en la oscuridad de la noche ya caída. A la vanguardia se ubica el automóvil del brasileño Karim Handal llevando al ahora líder Thabet como acompañante y al comando de las acciones, inmediatamente atrás en segundo lugar, el camión que transportaba al contingente colombiano de las FARC con Estanislao en la cabina, seguía la Van de Ciudad del Este que transportaba la carga electrónica y los explosivos debidamente acondicionados además de cuatro combatientes, en cuarto lugar en la columna se ubicaba el otro automóvil proveniente de la Triple Frontera con Wahid Muktar al volante y Salim Adaief a su costado. Cerrando la formación se ubicó el último automóvil, el de apoyo al camión colombiano donde se ubicaba Youseff Douala.
Se seguiría la Ruta 293 hasta la ciudad de Bagé y luego la Ruta 473 hasta la frontera con Uruguay, debiendo recorrer entre los dos tramos aproximadamente ciento treinta los kilómetros que insumirían alrededor de dos horas marchando con precaución. Hubieran preferido evitar la ciudad de Bagé, pero la red de caminos secundarios desde Dom Pedrito era muy pobre, los mismos era angostos y estaban en mal estado y sin señalización. De todas maneras el casco urbano de Bagé iba a ser rodeado transitándose por su periferia y durante un breve recorrido. —¿Todo listo? — preguntó Thabet por radio. —Listos — fueron contestando de a uno y según la secuencia acordada. —Partimos — ordenó. Lentamente y encolumnados los vehículos abandonaron el predio del depósito que los había refugiado y tomaron la ruta establecida, inmediatamente el primer automóvil se destacó algunos cientos de metros como vanguardia y alerta temprana. Los primeros sesenta kilómetros hasta Bagé fueron cubiertos sin inconvenientes en poco menos de una hora hasta que alcanzaron al primer punto crítico determinado por los primeros desarrollos de casas de la ciudad. Karim que había estudiado minuciosamente el camino, indica a Thabet que doblaría hacia la derecha a afectos de tomar por las calles perimetrales que permitirían evitar las áreas de más densa población. Inmediatamente aminora la marcha a efectos de que el camión que venía detrás cierre distancia y retome el o visual y poder ver exactamente donde girar. La noche ya estaba avanzada y las actividades comerciales y sociales eran prácticamente nulas, la calma era total. Los vehículos circulaban con la lentitud que necesariamente imponían las calles de las afueras de la ciudad sin que nadie reparara en ellos o al menos advirtiera o sospechara alguna anormalidad. Todos los vehículos del convoy eran diferentes, y aun cuando algún habitante hubiese notado su presencia no había indicios de que estuvieran relacionados entre si. Con alivio Karim divisó el cartel indicador del próximo empalme con la Ruta 473 que conducía a la ciudad fronteriza de Aceguá, se lo señalo a Thabet que asintió y solo se limitó a decir; —Bien, seguimos.
El convoy encaró el siguiente tramo de sesenta y ocho kilómetros hasta la frontera con el mismo orden, la misma calma y la misma disciplinada seguridad, el automóvil de vanguardia volvió a adelantarse casi un kilómetro como alerta temprana pero principalmente para reconocer y señalizar al resto de la columna, el lugar donde deberían dejar la ruta por la que venían y tomar por una red de caminos secundarios hasta el mismo punto de cruce. Debido a que la Ruta 473 desembocaba directamente sobre la ciudad de Aceguá y prácticamente atravesaba su casco urbano hasta llegar a la misma línea divisoria, se había evaluado adecuado cruzar por terreno abierto y descampado a efectos de evitar los riesgos de detección o sospecha al cruzar la urbanización. No obstante el cruce sería nocturno, no se quería correr ningún riesgo. El Comandante Estanislao, aún curtido por los años de guerrilla en la selva y por los muchos enfrentamientos armados en los que se vio involucrado, estaba en un máximo grado de alerta mientras se desplazaba casi a ciegas en su camión a la cabeza del cuerpo principal del convoy, sin tener circunstancialmente o visual con el automóvil de vanguardia. No estaba acostumbrado a este tipo de operaciones, se sentía cómodo en la selva operando a corta distancia, nunca en terreno abierto o desconocido, y nunca con tan largos desplazamientos. Aunque Thabet había expuesto el plan antes de salir, no tenía certeza de que tipo de amenazas se podrían enfrentar en esta fase, y lo que más le intranquilizaba era que sus tropas estaban confinadas en la caja cerrada de un camión, con su armamento oculto y sin capacidad de reacción inmediata. Algunos de los guerrilleros de las FARC se habían mostrado reacios a aceptar determinadas acciones planeadas por Thabet, debiendo Estanislao calmarlos hablando varias veces en privado con los más rebeldes. Fue en esos momentos cuando Youseff sintió que había sido una afortunada circunstancia aquella imprevista exigencia que el Comandante le hiciera durante las negociaciones en Tabatinga de integrar el grupo, y un acierto haberlo aceptado. Desconocía la idiosincrasia de esta genta a la que íntimamente despreciaba por considerarlos indisciplinados mercenarios que peleaban por dinero y no por convicciones, eran contestatarios, no aceptaban fácilmente un liderazgo de alguien que no fuera de uno de ellos. Durante este aún corto tiempo que llevaba en o con ellos, entendió que le hubiera sido muy difícil comandarlos directamente sin la presencia de Estanislao.
Los pensamientos del Comandante se detuvieron bruscamente cuando divisó a lo lejos y rompiendo la total oscuridad de la noche, los señaleros del automóvil de vanguardia titilando. Era la señal de que habían alcanzado el punto donde saldrían de esta ruta y tomarían los caminos secundarios que les permitirían evitar la ciudad de Aceguá. Habían recorrido la parte más expuesta de la ruta sin inconvenientes, ni un solo vehículo fue cruzado, las pocas casas aisladas que encontraron al costado de la ruta estaban cerradas y con alguna luz de seguridad en su fachada, lo que indicaba que sus moradores ya estaban recluidos o descansando en su interior. Nadie reparó en el paso de los cinco vehículos. Quedaban aún quince kilómetros de angostos caminos de tierra, sin señales o iluminación alguna, que deberían ser transitados con sumo cuidado ya que presentaban cerrados y bruscos cambios de dirección hacia otros de similares características. La orden impartida era de silencio absoluto de radio, solamente en caso de emergencia se podían usar las comunicaciones VHF. No obstante estar operando en terreno desconocido y la incertidumbre respecto a las potenciales amenazas que podían ir desde un simple control carretera a un enfrentamiento armado en caso de que se hubiera perdido el secreto de la operación, la confianza venía aumentando entre los hombres, todo estaba saliendo de acuerdo a lo planificado, lo que les daba la pauta de que habían sido contempladas todas las eventuales contingencias. Esta vez el auto de vanguardia no se había separado, el convoy se desplazaba compacto moviéndose a velocidad mínima pero constante. Karim al volante conocía perfectamente una ruta que el mismo había estudiado y recorrido de día y de noche, nunca dudó a pesar de la ausencia de luces y señales y que la visibilidad alcanzaba hasta donde llegaban las luces bajas del auto. Innumerables sendas y huellas de máquinas agrícolas salían a ambos lados, pero nada confundió a Karim. El vehículo se detuvo y atrás todo el convoy. Thabet descendió. —Adelántate Youseff —, ordena por VHF.
El vehículo de retaguardia que transportaba a Youseff sobrepasa dificultosamente al auto de Salim, a la Van en la que viajaban los hombres de Wahid Muktar y al camión de Estanislao, el camino era sumamente angosto y debió transitar casi por la vegetación hasta alcanzar la vanguardia. —Hemos llegado al punto de cruce, desplegaremos de acuerdo al plan. Thabet había descendido y le habla a su costado por la ventanilla abierta. Sin perder tiempo. Thabet empieza a caminar alejándose de los vehículos hasta alcanzar cincuenta metros más adelante, la intersección con la precaria carretera que transcurría en dirección general norte-sur coincidiendo con la línea imaginaria demarcatoria del límite entre ambos países. La carretera estaba desierta, oscura y en silencio, era el momento para iniciar la operación de cruce. Con su linterna hace la señal preestablecida y los dos automóviles avanzan. Sin detenerse al pasar a su lado, el auto conducido por Karim ingresa a la carretera, vira a su izquierda y toma en dirección sur hasta alcanzar un punto aproximadamente a un kilómetro más adelante. Allí observará e informará cualquier movimiento vehicular que se dirija a la zona donde el convoy cruzará la frontera. El otro automóvil con Youseff hace lo propio pero tomando hacia su derecha en dirección norte. El resto del convoy permanece con las luces apagadas y los motores encendidos y moderando, hasta esperar la señal coordinada. Unos minutos después Thabet recibe casi simultáneamente las comunicaciones esperadas. —Norte libre. —Sur libre. La carretera estaba despejada, era el momento. Se vuelve hacia el camión de Estanislao y le hace la señal de linterna que determinaba que los 3 vehículos restantes se pusieran en movimiento hacia donde el estaba. El plan era detallado, meticuloso, el camino que tomarían para entrar a Uruguay no salía exactamente frente al que se venían desplazando sino que lo hacía a
treinta metros a la izquierda. Una vez que los vehículos lo alcanzan, Thabet se vuelve y comienza a trotar por la carretera hacia adelante guiando al convoy. Todos toman la ruta limítrofe doblando a la izquierda tras el líder que sigue corriendo unos segundos hasta detenerse en un camino que aparece a su derecha, gira hacia atrás e indica con señas al camión para que doble y siga por cien metros hasta detenerse en el punto de espera que había sido fijado junto a una arboleda de eucaliptus. La Van y el auto de y Salim con Wahid al volante lo siguen, Thabet permanece sobre la ruta, acciona su Handie VHF y trasmite a los autos destacados como seguridad: —Cruce efectuado, regresen. Cuando lo alcanzan, Thabet sube a su vehículo y se dirige al encuentro del convoy más adelante. Se reorganizan y sin perder tiempo, aprovechando el ímpetu del éxito y la continuación de las circunstancias favorables, encaran la tercera etapa. La infiltración resultó un éxito, estaban dentro de Uruguay sin haber sido detectados. Solo restaba aguardar que los informes continuaran siendo todo lo acertados que habían resultado hasta ahora y se mantuviera dentro del territorio la ausencia de controles efectivos. Thabet y Karim repasan la ruta hasta su destino. El musulmán brasileño había efectuado un minucioso estudio de la red de caminos y carreteras uruguayas bajo la premisa de tratar de evitar los grandes centros poblados pero fundamentalmente lo que consideraban puntos críticos, los puestos de peajes. Contaban con la ventaja de la ausencia de controles carreteros tanto fijos como aleatorios, pero los puestos de cobro de peajes y las grabaciones de sus cámaras de TV que registran el paso de los vehículos, eran realmente peligrosos. Aún faltaban varios días para el ataque y si alguien analizaba aún por simple rutina las imágenes, podía generarse aunque más no fuera una sospecha que a su vez podía conducir a la reconstrucción del resto de la ruta seguida por los vehículos del convoy llegando inclusive hasta la propia base. Los informes proporcionados por los agentes en Uruguay en las etapas iniciales del planeamiento, indicaban que no existía tal estudio preventivo por parte de analistas, sino que se recurre a las imágenes y se investiga solo después de eventuales incidentes, accidentes de tránsito o denuncias de alguna índole, pero no como parte de una política de inteligencia a nivel estratégico u operativo.
Durante su estudio, Karim llegó a una solución de compromiso que permitía contemplar y satisfacer dos necesidades claves, una, entrar a Punta del Este y ocupar la casa alquilada para base en horas de oscuridad, y la otra, evitar los peajes. Era perfectamente posible trazar una ruta enteramente por caminos secundarios, pero implicaría recorrer más de quinientos kilómetros por pobres caminos que obligarían a una muy reducida velocidad, y en consecuencia se llegaría a plena luz del día. Así, se estableció una ruta mixta, parte por carreteras principales y parte por caminos secundarios. Cruzarían un par de ciudades importantes pero su paso sería por la periferia de las mismas y durante la noche, similar al procedimiento seguido para atravesar Bagé en Brasil. Se tomaría por la Ruta 8 hasta un pueblo llamado Noblía y luego por esta misma ruta hasta la ciudad de Melo la cual sería sobrepasada por sus afueras. Nuevamente por Ruta 8 hasta bordear la ciudad de Treinta y Tres y continuar hasta Aiguá. A partir de este punto la Ruta 39 conduciría al convoy hasta Punta del Este donde se entraría desde el norte. Si bien no se llegaría en noche plena sino cerca del amanecer y con algo de claridad crepuscular, no es hasta la mitad de la mañana que esta ciudad despierta, por tanto se podría ejecutar la ocupación de la base bajo una aceptable discreción. Todo estuvo previsto, hasta el reaprovisionamiento de combustible en la ruta en una perdida estación de servicio brasileña asegurando la autonomía hasta el destino sin necesidad de reabastecer en rutas uruguayas. Los acompañantes de cada chofer tenían consigo un GPS con el plan de ruta y los puntos clave marcados. Como procedimiento de seguridad adoptado para los deslazamientos del convoy, el auto de Karim y Thabet abría la marcha destacado un kilómetro a vanguardia con comunicaciones y listo a informar cualquier contingencia que obligara a tomar algún tipo de acción. Se habían previsto acciones que iban desde un simple alto temporario al costado de la ruta o en un camino secundario, hasta el regreso a un punto seleccionado a retaguardia desde donde podían tomar la ruta alterna que también había sido prevista.
El convoy del ya conformado grupo terrorista marchaba a velocidad moderada, los tiempos daban y se quería evitar que la ansiedad por llegar alentada por el circunstancial triunfalismo y el suceso hasta ahora del plan, propiciara innecesarios inconvenientes como accidentes de tránsito o simples llamados de atención por excesos de velocidad o no respetar señales de tránsito. La discreción, la cautela y la seguridad eran las premisas fundamentales Las rutas estaban casi desiertas, la velocidad reducida y la distancia adoptada entre las unidades, permitía que los pocos vehículos que pretendían sobrepasar al convoy, lo pudieran hacer sin problemas incluso intercalándose momentáneamente entre los propios. Las dos grandes ciudades que se encontraban en la ruta, fueron perimetradas por sus aledaños sin dificultades, en esas circunstancias, el vehículo de Thabet aminoraba la marcha a efectos de compactar al convoy y poderlo guiar en su paso por las calles. Nuevamente en la ruta se volvía a destacar a vanguardia. Era la madrugada del 18 de diciembre y ya estaba entrada la temporada turística aunque aún no en su apogeo. No obstante el ingreso de turistas era importante y aún en esas circunstancias, los controles fronterizos y carreteros en prevención de contingencias que no fueran las rutinarias, eran prácticamente inexistentes. El terrorismo no estaba en la agenda de Uruguay. Así, recorrieron poco más de cuatrocientos kilómetros, pasaron pueblos y caseríos, cruzaron puentes, pasos a nivel, vías férreas intransitadas hacía décadas, rutas asfaltadas, de bitumen, caminos de tosca e incluso de tierra. Todo era apacible, tanto que un distendido Karim sintonizó en la radio, una emisora de FM que transmitía música local. —Este es el último pueblo relativamente importante que cruzaremos —. dijo Karim a Thabet cuando se aprestaban a dejar atrás la ciudad de Aiguá. —Karim, tu conoces perfectamente la ruta y las calles que transitaremos una vez dentro de Punta del Este. —Si claro —, responde. —Bien, necesito que selecciones un lugar a quince minutos de llegar a la casa que será nuestra base, lo suficientemente seguro y discreto como para detener el
convoy aproximadamente media hora. El procedimiento de ocupación de la casa fue motivo de preocupación para Thabet desde el momento mismo en que se concretó su arriendo. La sola idea de haber dejado abandonada la casa tantos días y ocuparla con todo el convoy en la puerta era inimaginable. Estaba seguro de no haber dejado ningún indicio ni duda que pudiera despertar algún tipo de sospecha en el dueño de la casa, pero hasta el más básico manual de instrucción militar establece como procedimiento de ocupación de una base, nunca acceder a ella con el grueso de la tropa, sin efectuar un reconocimiento previo que asegure que está libre. Varias ideas pasaron por su cabeza, había considerado regresar con un hombre desde Dom Pedrito y dejarlo apostado para asegurar la casa hasta la llegada del contingente, pero descartó esa opción inmediatamente por ser demasiado arriesgado reingresar al país, atravesarlo y regresar nuevamente, para volver a hacerlo dos días más tarde con toda la unidad. Explicó su plan a Karim, dejarían al convoy en un alto temporario en un lugar seguro y discreto y ellos irían hasta la casa. Thabet ingresaría, ya que tenía en su poder las llaves entregadas por el dueño, reconocería su interior y destacaría nuevamente a Karim de regreso al convoy para conducirlo hasta la casa. Para cuando llegaran, el los iba a estar esperando con los portones abiertos de modo que el ingreso de los vehículos hasta los garajes del fondo y al predio trasero, fuera seguro y expeditivo. Thabet ya había hablado de este plan con Salim y Youseff mientras permanecieron en el depósito en Dom Pedrito. —No tengo en la memoria tantos detalles de las calles — le responde Karim, — pero cuando vea que estemos a ese tiempo de llegar te aviso y juntos determinaremos el lugar. —Estoy de acuerdo. El convoy se acerca desde el norte, la avenida por la que se movían era ancha, de dos sendas y con un cantero central. Estaba poco transitada en ese momento, pero tenían claro que no sería lo mismo en pocas horas. No era el lugar apto para detenerse. Los límites entre las ciudades de Maldonado y Punta del Este son políticos y no
geográficos, ambas estaban prácticamente unidas. Así, bordean la capital del Departamento por el Este y se introducen a la ciudad balnearia propiamente dicha. Thabet estaba inquieto, no encontraban un lugar seguro para detener el convoy. —Mira Thabet, creo que el lugar más adecuado será en las propias inmediaciones de la casa, esa zona es tranquila, tal vez sea más cerca de lo que pretendes, pero será segura —, lo tranquiliza. —Así será si es necesario, pero no llegaremos juntos a la casa—, le responde con convicción. En determinado momento ingresan a una calle interna, con modernos chalets en un lado y un bosque de pinos en el otro, no circulaban autos y los pocos que vieron estaban subidos sobre los jardines. Todo era silencio. —Este puede ser el lugar, que te parece Thabet?—, pregunta Karim—. Estamos aproximadamente a diez minutos del lugar donde está la casa, es una zona residencial pero a esta hora está dormida y creo que podemos permanecer discretamente mientras aseguras la base. —Aquí nos detenemos — afirma Thabet. —Youseff, nos detenemos, adelántate hasta acá —, trasmite por radio hacia la retaguardia, y una vez su compañero llega continúa; —Ve a cada vehículo y explica que esperarán aquí aproximadamente media hora hasta que regrese el auto con Karim a buscarlos, haré el reconocimiento que habíamos acordado. Sin perder un solo segundo Youseff procede a informar el plan al resto de los choferes y acompañantes al tiempo que Thabet y Karim parten hacia la casa. Sin bajar de la cabina, Estanislao retrasmite a su gente el plan previsto a través de una pequeña ventana a su espalda que conectaba con la caja donde viajaban acomodados sobre colchones los guerrilleros de las FARC que integraban este contingente terrorista. —Todo parece normal — afirma Thabet una vez en la puerta. Extrae de su morral un llavero con varias llaves e inmediatamente se molestó
consigo mismo por no haber tenido la precaución de identificarlas previamente. No obstante el portón se abría desde el exterior con el control remoto que estaba en el llavero por lo que pudo ingresar al predio de la casa sin dificultad. Bordea la casa por la senda lateral hecha de pedregullo para que los vehículos transiten hasta los dos garajes del fondo, los mismos estaban cerrados con portones basculantes sin cerradura, por lo que Thabet los abre y procede a revisar su interior. Todo estaba en orden, sale de los garajes y atravesando el predio se dirige hacia la puerta ubicada en la parte de atrás de la casa. Al instante se sobresalta e instintivamente se agazapa en un acto reflejo, una luz asociada a un sensor de movimiento se enciende e ilumina todo el fondo. Inmediatamente se da cuenta que fue el mismo quien accionó el sensor con su desplazamiento, desconocía que tal artefacto estaba instalado. Ya repuesto, llega hasta la puerta, prueba sin éxito dos llaves hasta que la tercera abre la puerta por la que se accedía a la cocina y luego cruzando ésta, al resto de la casa. Ingresa a la sala principal, la oscuridad y el silencio dominan la escena y todo parece en orden, pero la casa es amplia y debe revisar cada habitación. Así recorre uno a uno cada lugar, dormitorios, baños, sala comedor. Enciende las luces, revisa los placares….todo estaba en orden. Desde adentro procede a abrir la puerta de principal de la casa sobre el frente, antes enciende la luz que alumbraba el jardín hasta la cerca frontal sobre la propia calle. Sale al exterior, cruza por el portón que permanecía abierto y le dice a Karim; —Está todo bien, la casa está libre, trae al resto. —OK, voy a buscarlos. El cielo empezaba a clarear por el Este, no había tiempo que perder. Karim llega al convoy, se detiene al costado de Youseff y le dice: —Vamos, todo está bien, Thabet nos espera. Lentamente recorren una zona residencial dominada por los grandes jardines llenos de plantas y árboles, sin rejas de seguridad y con amplios ventanales hacia la calle que solo confirman la sensación de tranquilidad que impera entre los habitantes. Al fin, doblan por la última esquina y a mitad de cuadra divisan un
destello de linterna, es Thabet indicando el lugar preciso. Cual policía de tránsito parado en mitad de la calle, indica con sus manos y brazos al primer automóvil que doble e ingrese al predio. El empieza a caminar delante, atraviesa el portón, recorre la senda lateral de vehículos y al llegar al predio del fondo, se corre hacia el costado e indica a Karim que siga y se introduzca en el garaje derecho que estaba abierto. Al auto de Youseff le indica que entre al de la izquierda, al camión de Estanislao que gire noventa grados y se coloque atrás de la casa, de frente al muro lindero con la propiedad vecina, a la Van que se coloque a su costado y por último al vehículo con Salim que quede afuera frente a los garajes. Cuando el último auto entra al predio, acciona el control remoto y cierra el portón de , todo el contingente estaba en la base, el plan había sido ejecutado a la perfección. Uruguay tenía acantonado en su principal ciudad turística a un letal grupo terrorista internacional listo a perpetrar el más grande atentado que registraría su historia sin que nadie se hubiera percatado de nada. En pocos días nada más, las autoridades de este país entenderían que son parte del mundo y que están expuestos a los mismos peligros que sufre el resto del mundo occidental frente a un terrorismo fundamentalista que no sabe ni de fronteras ni de diplomáticas declaraciones de neutralidad. El terrorismo fundamentalista extremo solo reconoce países a favor y países en contra, comerciar con las grandes potencias, albergar en su territorio a filiales de sus mega empresas o simplemente integrar contingentes de Naciones Unidas, ya los coloca en la lista de «infieles enemigos» pasibles como en este caso, de sufrir la ira de Alá.
—Señorita Johanna?, habla Pieter de la Secretaría, buenos días, el Capitán Müller desea reunirse con usted y con el Officer Hotel Director dentro de una hora en su sala de reuniones, quiere revisar todos los detalles para la recepción del Sr. Carvalho de Mello. —Disculpe usted que la llame directamente a su camarote pero no he podido comunicarme con su asistente la Srta Sophie. —No se preocupe Pieter, ya tenemos la agenda revisada y de acuerdo con las últimas directivas del Capitán, hemos trabajado hasta muy tarde y probablemente mi asistente esté profundamente dormida aún, yo me encargo, gracias por el aviso. El aroma a perfume de mujer y una música suave sonando en un equipo de audio que había permanecido encendido toda la noche, dominaban el ambiente en el camarote privado de la jefa del Departamento de Relaciones Públicas del Freya Göttin II, cuando el zumbido del teléfono al costado de su cama la sacó de un profundo y relajado sueño, ese que llega después de una intensa noche de placer. —Mmm… ¿ya hemos llegado a puerto?— ronroneó una voz joven a su lado, una voz apagada por la almohada sobre la que apoyaba su cabeza puesta de lado, mientras su cuerpo descansaba boca abajo. Johanna Fischer se volvió, recorrió con la mirada el cuerpo desnudo y semi tapado por la sábana que estaba a su lado. Se detuvo un instante irando la cola que perfectamente redonda y erguida se marcaba cubierta por la fina sábana de su cama. Se recostó a su lado, casi sobre su espalda, y pegó su cara junto a la ella para decirle al oído mientras le mordisqueaba el lóbulo de su oreja. —Aún no, pero debemos ponernos en marcha, el Capitán me ha citado para una reunión dentro de una hora y pienso que ya no voy a tener tiempo luego para prepararme para la recepción, así que debo ducharme, maquillarme y vestirme para la ocasión —, le respondió mientras acariciaba su cabello y hombros —. Tu deberías comenzar a prepararte también, a propósito, Pieter el jefe de la secretaría del Capitán, te ha estado llamando a tu camarote, le dije que habíamos estado trabajando hasta muy tarde y probablemente estés dormida. Johanna dejó de morderle la oreja y apoyó su cabeza en la misma almohada
acercando su cara a la de Sophie, giró suavemente su cabeza para que las bocas quedaran enfrentadas, le corrió el mechón de su cabello que cubría sus ojos y irando su cara solo atinó a decir casi que con fascinación… —Que hermosa eres — e inmediatamente la besó apasionadamente en la boca. Sophie respondió con la misma y desinhibida pasión, y quitándose ella misma la sábana que aún cubría parte de su cuerpo desnudo toma la iniciativa. Recuesta a Johanna y simultáneamente a besar, pasar su lengua y morder sus pezones, acaricia su pelvis como preámbulo hasta alcanzar su entrepierna. Cuando lo hace Johanna solo exhala de placer mientras susurra… —Por favor…es demasiado placer para una sola noche. Como si no la hubiese escuchado, Sophie continúa sus besos por el abdomen en una clara dirección hacia su intimidad, cuando la alcanza, introduce su lengua en su hendidura haciendo estremecer a Johanna quien luego de tan solo algunos pocos minutos alcanza un intenso orgasmo, tan fuerte como el que había experimentado apenas unas horas antes en su primer encuentro sexual con su asistente, aun cuando este estuvo potenciado por la excitación de la primera vez. Todo había resultado vertiginoso desde el mismo día previo a la zarpada desde Bremerhaven, cuando a la escultural, hermosísima y sensual Johanna Fischer, antigua integrante del equipo olímpico de hándbol de Austria, y además Licenciada en Comunicaciones, Relaciones Laborales y Relaciones Públicas, le fue presentada quien iba a ser su asistente en el Departamento de Relaciones Públicas del crucero, Sophie Schmidt de apenas 25 años. Poco tiempo atrás Thomas Metzler le había comentado a su esposa Kristiane respecto a la carencia de personal hispano y luso parlante a bordo teniendo en cuenta de que iban a tocar puertos sudamericanos. Esta recordó los elogiosos conceptos que había recibido en círculos empresariales cercanos respecto a una chica empleada en una de las empresas, que se destacaba por su perfecto dominio de varios idiomas, en complemento con su Licenciatura en Comunicaciones. A partir de ahí comenzó un proceso que terminó con Sophie contratada como asistente de la jefatura de relaciones Públicas del Freya Göttin II. Johanna quedó impactada apenas vio a la joven Sophie, era desenvuelta, irradiaba simpatía y frescura, y una inusual sensualidad.
Hacía tiempo tenía asumida su bisexualidad pero había decidido mantenerla en reserva durante la travesía. Una mujer bisexual puede tanto en hombres como en mujeres, despertar variadas reacciones que abarcan desde el rechazo hasta la excitación más incontrolable, y en un ambiente cerrado como un barco por más amplio que este fuera, las pasiones desatadas podrían crear conflictos que sin dudas afectarían la convivencia a bordo. Sophie era su asistente y por tanto el o con ella era permanente durante las largas jornadas propias del viaje inaugural de esta nueva etapa del Freya Göttin. Se sentía perturbada, le atrajo desde mismo momento en que la vio y debió hacer un esfuerzo para no evidenciarlo. La noche siguiente a la zarpada y ya con rumbo a Lisboa coincidieron al final del horario de trabajo, en uno de los bares en la cubierta de Oficiales y fue ahí que Johanna propone una conversación distendida sin abordar temas del servicio. Sophie acepta gustosamente y así, durante un par de horas y varios tragos, transcurre una animada charla acerca de sus vidas, familias y objetivos. No fue hasta cuando Johanna le preguntó a Sophie si una chica tan hermosa y preparada como ella no había dejado algún amor para embarcarse, y que ella le respondiese que hasta ahora nadie había logrado hacerla sentir algo profundo, que a Johanna le pareció percibir que la joven le sostenía la mirada directa y profundamente a sus ojos más allá del tiempo de la respuesta. —Es mi imaginación — pensó para sí—, debe ser un gesto usual en ella, no la conoces aún. Sentía que debía dar algún paso más pero luchaba contra su decisión de reservar sus gustos sexuales, además no sabía cuál sería la reacción de Sophie y si esta malinterpretaba alguna palabra o situación, las consecuencias podrían ser terribles. Pensó que debería abordar otro tema de conversación totalmente impersonal. Johanna permaneció en silencio y fue Sophie quien reanudó la conversación, y lejos de cambiar la temática, le pregunta: —¿Y tu, una mujer bellísima y irada deportista en tu país, has priorizado este trabajo ante el amor?, debe ser difícil para un hombre que una esposa o pareja como tú se embarque en un Crucero por meses.
Sorprendida por la pregunta, se tomó unos segundos para pensar su respuesta y para decidir si apostar a más, habida cuenta de la reacción percibida en Sophie. —No tengo pareja y menos esposo, tampoco he encontrado al hombre que me encienda y me haga vibrar —, le responde clavando su mirada directamente a sus ojos y sosteniéndola luego. Sophie se la mantiene y Johanna siente como una vibración recorre su cuerpo, se excita, quisiera decirle «me gustas mucho y te deseo», pero se controla. Pasan treinta segundos mirándose sin decir nada, demasiados para ser solo un gesto usual. No era necesario decir nada más, Johanna decidió jugarse todo a lo que su instinto y su experiencia le estaban indicando. Así, se levantaron, saludaron con naturalidad al barman y salieron del recinto. Sin decir nada Johanna se encaminó hacia su camarote en la cubierta inferior, su instinto no le estaba fallando, Sophie la siguió y no fue hasta que vio que no tomó por el pasillo que conducía a su propio camarote sino que continuó tras ella, que se mordió el labio inferior y entrecerró sus ojos evidenciando la excitación que comenzaba a sentir. Las luces indirectas y suaves, el delicado aroma a aceites esenciales y la melodía clásica apenas audible en el estéreo, la daban al camarote de Johanna un estilo más de íntimo departamento acondicionado para citas románticas, que de alojamiento a bordo de un barco. Lo había personalizado fiel a su estilo sensual, provocador y sugestivo. Sophie como hipnotizada caminó por la mullida moquette bajo sus pies, acarició el fino cubrecama y sin pedir permiso se sentó a un costado de la amplia cama para inmediatamente recostarse y apoyar su cabeza en la almohada. Enseguida, entrecerrando los ojos y con un gesto decididamente provocador, se lleva la almohada a la cara e inhala exageradamente el perfume que despedía mientras vuelve la mirada a los ojos de Johanna. Las cartas estaban echadas, ambas sabían hacia donde se dirigían sus gestos y sus reacciones, y ambas deseaban ese momento. Johanna se acercó a Sophie que permanecía sentada en un costado de la cama, le tomó sus manos y la atrajo hacia ella poniéndola de pie a pocos centímetros de ella, tanto que sus piernas se rozaban. Juntaron sus pelvis, las apretaron una contra la otra y sus bocas se fundieron en un apasionado beso pleno de juegos de lenguas y suaves mordiscos.
Entre ellas se fueron quitando prenda a prenda de sus ropas hasta quedar solo con la parte inferior de su lencería, la que duró en su lugar solo hasta unos instantes después hasta que ambas se tendieran abrazadas en la cama. La desinhibición de Sophie sorprendió a Johanna, pero mucho más la excitaba y la hacía vibrar. Hicieron el amor intensamente entre gemidos y gritos de placer contenidos cada vez que alguna llegaba al orgasmo, cosa que ocurrió varias veces en lo que iba quedando de la noche. Ya casi exhaustas de cansancio y placer, Johanna le pide a Sophie que no se vaya a su camarote, deseaba que durmieran juntas.
La zarpada del Freya Göttin II desde Bremerhaven estuvo acorde y reflejó las altas expectativas que toda la comunidad cifraba en este emprendimiento. Las más altas autoridades gubernamentales estuvieron presentes en el muelle tanto al largar el buque los cabos de amarre, como antes, durante el brindis con que Thomas Metzler en su calidad de Presidente de la Empresa Naviera los había agasajado a bordo. Estuvieron invitados los célebres pasajeros que ocupaban las nuevas super suites exclusivas que inauguraban esta nueva modalidad de viajar, inspirada en sumarle al viejo glamour de los primeros cruceros, la modernidad, funcionalidad, exclusividad y privacidad que imponen los nuevos tiempos y que impulsaron el desarrollo del proyecto. Dos familias muy cercanas a Thomas Metzler disfrutarían del crucero, Franz su suegro y Presidente del Directorio de la Siderúrgica Meyer y su señora, y en Rio de Janeiro embarcaría para el siguiente tramo su entrañable amigo Herman Blumer. El viaje estaba planificado para ejecutarse en varios tramos. El primero desde Bremerhaven hasta Lisboa donde recorrerían 1360 millas náuticas adecuando las velocidades para arribar al tercer día de navegación. En Lisboa estaba previsto el embarque del magnate de la industria maderera Jerónimo Carvalho De Mello, propietario de dos plantas procesadoras de madera y productoras de pasta de celulosa. La madera provenía de sus varios miles de hectáreas forestadas. La Publicación Forbes establecía su fortuna en seis mil ochocientos millones de Euros. Carvalho de 64 años, viajaba acompañado de su tercera y joven esposa Anabela y de Milton, el hijo que ambos tenían en común. Otro de los agasajados en el brindis de despedida en Bremerhaven era Bernard Etienne, que a sus 52 años era el principal accionista y Presidente del Grupo Etienne— Villier operadores en el sector farmacéutico y desde un par de años atrás en el área de fertilizantes ecológicos. Su fortuna estaba en el orden de los diez mil millones de dólares según Forbes y también viajaba con su esposa. La segunda parte de la travesía uniría Lisboa con Río de Janeiro en una larga navegación que durante ocho días cubriría las 4290 millas náuticas que separa a
ambas ciudades a uno y otro lado del Atlántico. La semana previa a la zarpada el Capitán Müller había recibido una inquietud de parte de alguno de sus selectos pasajeros de esta nueva clase. Si bien habían coordinado todo en sus respectivas empresas como para disponer del tiempo de vacaciones que insumiría la travesía, ninguno de ellos estaba jubilado o retirado, y si bien la tecnología en comunicaciones que poseía el Freya Göttin era de tal magnitud que no iban a tener ninguna limitación técnica, en realidad estaban desacostumbrados a la idea de no poder estar presentes en breve plazo en caso de imperiosa necesidad. Los destinos en sus anteriores viajes de placer por más que fueran remotos lugares del mundo, siempre permitían la posibilidad de conexión aérea casi inmediata hacia los respectivos lugares de residencia o de trabajo. Si no había líneas aéreas regulares, los aviones privados se encargaban del transporte. Aquí era distinto, en el medio del océano, los tiempos para regresar no serían los mismos ya que el barco debería acercarse al puerto más próximo o solicitar evacuación aérea por helicóptero desde a bordo. Esta situación si había sido considerada para casos de emergencias médicas, pero el barco estaba equipado para cualquier contingencia hasta llegar a distancia de Medevac. Luego de estudiar la situación, Thomas Metzler y sus asesores entendieron que era un asunto que debía ser atendido. Así, luego de analizar varias opciones se decidió por una que al menos permitiría disminuir sustancialmente los tiempos de respuesta en caso de necesidad imperiosa de alguno de los pasajeros de regresar a su país de residencia o de locación de sus Empresas. La distancia entre el punto más alejado de la costa en medio del océano y el aeropuerto más cercano, excedía la autonomía del helicóptero con mayor alcance, y aún si el barco contara con uno en su dotación, este no llegaría a la costa sino hasta que el propio Crucero acortara distancias según el alcance de la aeronave. Esta situación crítica solo duraría en el peor de los casos un par de días, esto en caso de que la emergencia ocurriera justo en el punto más lejano y hasta que el barco acortara distancias. Se evaluó que la inversión que implicaría adquirir un helicóptero para dotación a bordo no era aceptable, superaba los once millones de dólares, optándose
entonces por una solución adecuada y factible. Considerando la magnitud e importancia de los pasajeros especiales que transportaban, se decidió arrendar y tener a disposición con capacidad para decolar inmediatamente a requerimiento desde a bordo, dos helicópteros Agusta Westland AW139 Pininfarina, uno basado en el Aeropuerto Mohammed V en Casablanca— Marruecos, y otro en el Aeropuerto de Natal en Brasil. Estos helicópteros tienen una autonomía de 573 millas náuticas equivalentes a 1061 kilómetros terrestres, viajando a una velocidad de 167 nudos, unos 310 kilómetros por hora. Sus dimensiones y envergadura de ala lo hacían apto para aterrizaje en el helipuerto del Freya Göttin. En Río de Janeiro estaba previsto el embarque de Herman Blumer y su esposa, y del multimillonario brasileño Joao Dos campos Souza dueño de la mayor plantación de caucho de Brasil. La estadía prevista en este puerto era de dos días luego de los cuales zarparían nuevamente con rumbo sur hasta Punta del Este, el principal balneario oceánico de la costa Este de Sud América. La navegación era de dos días para cubrir 1000 millas. Johanna Fischer, la jefa del Departamento de Relaciones Públicas había sido designada sin perjuicio de sus responsabilidades para con los más de 2700 pasajeros que viajaban como turistas en las diferentes clases a bordo, como directa encargada de todo lo relacionado con el bienestar de los ocupantes de los veinticuatro camarotes suite de la nueva cubierta. Atendería aquellos requerimientos especiales que no estuvieran al alcance o potestades del personal regular de servicios asignado a este sector, supervisaría personalmente el desarrollo de las diferentes actividades y sería el enlace directo de estos pasajeros con el Capitán y con el «Hotel Director», el Oficial Eldwin Becker. El Freya Göttin navegaría con un promedio de 2.700 pasajeros entre embarques y desembarques en los diferentes puertos que tocaría y al igual que otros grandes cruceros, incorporaba la figura del «Hotel Director» como Jefe del Departamento. Dependía directamente del Capitán Müller y tenía la responsabilidad de management de los servicios a los pasajeros tal cual sucede en un gran Hotel. Estaba al mismo nivel jerárquico que Johanna, pero entre ellos debería existir una absoluta coordinación de actividades. Tiempo atrás, el Capitán Müller había comentado la posibilidad de implementar alguna medida de seguridad física habida cuenta de la importancia y sensibilidad
de los pasajeros que transportarían, pero no fue autorizado y se descartó todo empleo de personal idóneo equipado para contingencias extremas. Solo se entendió necesario incrementar la Policía Interna a bordo enfocada a intentos de a las cubiertas exclusivas con fines de hurto o simple invasión a la privacidad.
La alfombra de oración estaba prolijamente dispuesta para el inicio del Salat. El pequeño camarote en silencio y penumbras, estaba imbuido de la solemnidad propia del rito musulmán más tradicional que se estaba por desarrollar. Amanecía a bordo, era la hora del Fajr, el primero de los cinco rezos diarios de la fe islámica y Rahman se había asegurado acorde al rumbo que seguía del barco, cuál era la dirección exacta hacia la Alqiba. La oración hacia la Kaaba, el centro de la mezquita sagrada en La Meca, había sido cumplida con devoción extrema durante la navegación con la única excepción impuesta por los turnos de guardia en la Sala de Máquinas. Luego de la purificación higiénica previa, Rahman adopta la posición ruku, de pie con su cuerpo inclinado noventa grados hacia adelante durante unos instantes, inmediatamente vuelve, y llevándose las dos manos a la altura de las orejas expresa: «Ala Akbar, Same, allejú , leman, jameda.» — Alá es grande, Alá oye a quienes lo alaban, Oh nuestro Señor, a ti pertenece toda alabanza— . Luego, y en posición sajda, de rodillas recita el sura Al— Fatiha. El Jefe de Personal de a bordo había sido informado de la alta devoción religiosa del nuevo motorista y decidió asignarle un camarote individual, bastante pequeño, apenas cabía una cama simple y contaba con un lavatorio y un inodoro. Para bañarse debía usar alguno de los ducheros comunes asignados a la tripulación, pero para Rahman Hakme contar con un camarote al que solamente el podía acceder resultó de tremenda importancia, no solamente porque le permitía privacidad para el Salat, sino que sería perfecto para su plan luego de llagar a Rio de Janeiro. En su plegaria, agradeció a Alá lo que consideraba una ayuda divina para sus planes, luego guardó cuidadosamente su alfombra y del mismo cajón extrajo su teléfono satelital, faltaban poco para atracar y debía coordinar a través de Immarsat el embarque de su lugarteniente y segundo al mando de Fi Tariq Alláh, Fahir Habun.
21 de Diciembre de 2018 Puerto de Rio de Janeiro – Brasil
El Capitán Müller impecablemente uniformado de blanco acompañado por el Officer Hotel Director y por una deslumbrante Johanna Fischer, esperaban a bordo al pie de la compuerta ubicada sobre la banda de estribor por donde embarcan y desembarcan turistas y tripulantes. La altura de la compuerta sobre la línea de flotación casi coincidía con el nivel del muelle de atraque, lo que hizo innecesario colocar la escala real. La propia compuerta fue diseñada para rebatir sobre su base y una vez arriada apoyaba sobre el muelle y oficiaba de rampa para el embarque presentando simplemente una muy leve inclinación hacia arriba. Como una guardia de honor militar, aguardaban para recibir al distinguido pasajero que en esos momentos descendía de una lujosa Van que lo había transportado hasta el mismo costado del buque. El Primer Oficial y un par de tripulantes lo esperaban en el mismo muelle a efectos de un protocolar recibimiento, acompañarlo para subir a bordo y transportar su equipaje directamente a su camarote. Sophie, la asistente de Johanna, también había desembarcado para actuar como intérprete de ser necesario durante esos momentos, y para acompañar a Cyntia, la esposa de Joao Dos Campos Souza, el magnate brasileño dueño de la mayor red de concesionarios automotrices en Brasil que se aprestaba para abordar el Freya Göttin II. A Dos Campos de 54 años, poseedor de una fortuna que rondaba los cuatro mil millones de dólares, lo acompañaba no solamente su reputación de exitoso empresario, sino también de playboy famoso por sus múltiples conquistas amorosas, la última de las cuales había sido la modelo y su actual esposa Cyntia. Su apariencia atlética, su atuendo informal pero de acuerdo a los más modernos criterios de la moda masculina, y la amplia sonrisa en su rostro cuando saludó moviendo sus brazos y manos hacia a bordo aun cuando no reconocía a nadie desde el muelle, afirmaban esa imagen de hombre desenvuelto, relajado y conquistador.
Joao había sido entusiasmado a embarcar en esta novedosa modalidad, por su amigo italiano Michelle del Vecchio, empresario como el, pero dedicado y especializado en el desarrollo de la optrónica. Michelle, quien recientemente fuera adjudicado para proveer de un sistema compuesto de elementos laser, radar y calculadores a la Aviación Naval italiana, había embarcado junto a su esposa Lorena en Bremerhaven y ambos esperaban ansiosamente compartir con sus amigos la experiencia de la travesía en la exclusiva cubierta del Freya Göttin. Joao embarca y es recibido y saludado por el Capitán Müller y su Plana Mayor y al llegar frente a ella, no puede disimular el impacto que le causó Johanna ataviada con su ajustado uniforme blanco y sus tacos altos. La misma impresión le causó a Cyntia. —Bienvenidos a bordo—, les expresa cordialmente la Jefe de Relaciones Públicas antes de intercambiar discretos besos en ambas mejillas con el matrimonio, e inmediatamente mirando a los ojos a Cyntia continúa: —Es un orgullo para nosotros recibir a ambos a bordo, a un reconocido empresario y a una modelo tan distinguida y reconocida en Europa, como Jefa del Departamento de Relaciones Públicas estoy a vuestra disposición. Joao escuchó, sonrió y miró a Cyntia, luego dio algunos pasos más hacia su costado y se confundió en un apretado abrazo con Michelle del Vecchio que también había ido a recibirlos pero esperaba respetuosamente al final de la línea de saludo y un par de pasos atrás. —Caro amico, quanto piacere vederti. —La alegría es nuestra Michelle. —Laschia che ti accompagni alla tua cabina. Los nuevos pasajeros y su amigo haciendo de anfitrión, se retiraron, la Plana Mayor del buque permaneció un rato más en su guardia para recibir al entrañable amigo del dueño de la naviera que también embarcaba en Rio de Janeiro, el Sr. Herman Blumer. Ninguno reparó en el grupo de tripulantes uniformados de camisa blanca con el logotipo del Freya Göttin y pantalón azul, que esperaban para desembarcar un par de horas para conocer las inmediaciones del puerto de Río de Janeiro. Entre
ellos, estaba el motorista Rahman Hakme que portando una pequeña mochila de espalda, integraba el primero de los grupos de tripulantes que desembarcarían en diferentes horarios durante la estadía en puerto.
Al principio le costó ubicarlo entre la multitud de personas que circulaba por el muelle, turistas que recién desembarcaban dirigiéndose presurosa y desordenadamente a los vehículos estacionados que los transportarían a los diferentes paseos turísticos por la ciudad, vendedores de souvenirs y comidas rápidas, y cientos de curiosos que se acercaban a observar y fotografiar el majestuoso barco, hacían muy difícil localizar a una persona en particular. Por fin lo vio aunque le costó reconocerlo ya que como habían acordado desde un principio, Fahir Habun se había afeitado y estaba prolijamente peinado al mejor estilo occidental a efectos de pasar lo más desapercibido posible. —Salam Alaikum, rahmatullá barakatu— La misericordia y las bendiciones de Alá sean contigo. —Alaikum Salam, rahmatullá — con la bendición de Alá. Luego del tradicional saludo musulmán, se confundieron en un apretado abrazo. Un largo abrazo que duró lo necesario para que reflejara pero fundamentalmente para que expresara, no solo la emoción de un simple reencuentro entre dos hermanos, sino también la satisfacción porque que uno de los tantos puntos clave del plan se estaba por cumplir. Un Plan que había sido meticulosamente diseñado, un plan concebido en varios ejes de acción, cada uno ejecutándose a miles de kilómetros del otro y que durante su desarrollo debían cumplir satisfactoriamente una serie de objetivos intermedios interrelacionados entre si de modo tal que sin su logro no se podría avanzar a la siguiente etapa. Así, cada paso o acción cumplida exitosamente contribuía a la convergencia en tiempo y forma de los ejes o planes concurrentes sobre el objetivo principal. —¿Como te ha resultado todo hermano? — le pregunta Rahman. —Sin contratiempos hermano, Alá está con nosotros y nos guía, ¿como te ha ido a ti?. —También sin contratiempos, todo de acuerdo a lo planificado. Soy un miembro más de la tripulación de Sala de Máquinas, nadie pregunta nada, nadie habla de más, solo tengo que cumplir mis tareas y horarios de guardia. Todo en el barco
funciona a la perfección. Con la bendición y los favores de Alá me han asignado un camarote privado, son solamente dos días de navegación y nadie te encontrará ahí, tendrás comida y agua además de un baño para tu uso. —Es perfecto hermano, Alá nos acompaña, bendito sea Alá. —Bendito sea Alá—. —¿Como has planificado para subir a bordo Rahman?. —Mira Fahir, cada uno de nosotros tiene una ID con un chip, en este caso para desembarcar, lo he pasado por el lector óptico y el sistema registró mi salida, cuando embarque haré lo mismo y quedará registrado como que he vuelto a embarcar y estoy a bordo. —Nos han permitido desembarcar en grupos por dos horas para andar por las inmediaciones del puerto, yo acabo de bajar en el primer grupo. Tomé la ID de uno de mis compañeros de Sala de Máquinas que acababa de terminar su turno de guardia y fue a descansar, Cuando pasé mi ID por lector, también pasé la suya, o sea, para el sistema él está desembarcado. —Para el desembarque y embarque de pasajeros hay dos lectores operados esos si por tripulantes de a bordo, que reciben de manos del pasajero y presentan al lector la ID de cada uno para luego devolvérsela, pero para los propios tripulantes hay un tercer lector sin operador, nosotros mismos presentamos nuestras ID. —En mi mochila traje una camisa y un pantalón de nuestro uniforme, te los pondrás ahora en un baño público y esperaremos el momento propicio cuando terminando el tiempo de permiso, el personal embarque en masa. La idea es confundiremos con el grupo y pasar la ID por el lector. Para el sistema, mi compañero que figuraba como desembarcado, habrá regresado a bordo. —¿Nadie nos reconocerá?. —No lo creo, somos más de mil quinientos tripulantes, nadie conoce a todos, créeme, serás uno más que bajó y subió. Cuando lleguemos al camarote, yo devolveré la ID al locker de mi compañero. Fahir se cambia de ropa y se viste con el uniforme de la tripulación del Freya,
luego se dirigieron a proximidades del barco mezclándose entre la multitud y esperando el momento propicio para embarcar. El momento se da un poco antes del fin del horario de permiso de desembarque del primer grupo, cuando un contingente de más de veinte tripulantes se aproxima a la rampa para embarcar. Algunos llevaban bolsas de mano con sus recientes compras, otros simplemente caminando, algunos con sombrero y con lentes de sol por el intenso reflejo y varios escuchando música con sus auriculares puestos. Es el momento. —Toma, ponte mis lentes de sol, enmascarará más tu cara. La masa embarca y forman una apretada fila para acceder al lector óptico de a uno y presentar su ID. Una especie de guardia apostada a la entrada de la rampa los esperaba a bordo, pero solo estaba atenta a evitar eventuales intrusos sin reparar mayormente en el personal uniformado y con sus ID a la vista lista a ser presentada al lector. Les toca el turno, primero va Rahman e inmediatamente a su espalda Fahir. Como era de esperar, nadie repara en ellos, ni siquiera lo miran. Ambos se mueven naturalmente, Rahman presenta su ID frente al sensor e inmediatamente un «bip» indica que fue leído. Sigue lentamente y sin mirar atrás, solo espera que Fahir actúe naturalmente y siga el procedimiento normal. No tenía dudas que así sucedería, Fahir estaba acostumbrado a las operaciones clandestinas y a infiltrarse entre grupos y había desarrollado el temple necesario. Sintió el «bip» a su espalda, Fahir estaba a bordo. Se dirigieron por la escalera hacia la cubierta inmediatamente inferior a la cual acababan de abordar, la mayoría tomaba el ascensor ubicado al costado del control de ingresos, pero ellos prefirieron dispersarse lo antes posible. Ya en la cubierta inferior, tomaron por un angosto corredor hasta que Rahman gira y se detiene frente a una puerta a su derecha, saca del bolsillo la llave magnética y se introduce en su camarote. Fahir lo sigue y cierra la puerta, estaba hecho. Fahir Habun, operador militar de la célula Fi-Tariq-Alláh estaba a bordo. Ya con Fahir a bordo, Rahman busca un lugar discreto a cubierto de eventuales miradas inconvenientes, extrae de su mochila su teléfono satelital y a través de Immarsat envía a Thabet Otman el mensaje…»o y embarque
completados, zarpada prevista 22 diciembre al atardecer, arribo día 25 en la mañana. Espere mi señal por este medio antes de comenzar movimiento, será aproximadamente dos horas después del fondeo. Acuse recibo de este mensaje».
Tradicionalmente en navegación los barcos celebran dos veces la navidad, la primera a la hora del país de bandera y la segunda a las 24.00 horas según el huso horario local. A las 19.00 hora local y aún en aguas jurisdiccionales brasileñas, todo el Freya Göttin se empezó a transformar en una verdadera fiesta flotante para celebrar la llegada de la navidad a Europa. Los grandes salones comedores de los pasajeros lucían decorados, llenos de música y luces, las salas de espectáculos ofrecían una gran variedad de shows artísticos y todos los bares interiores y sobre cubierta estaban igualmente repletos. Muchos optaron por cenas más formales en los salones y otros por informales fiestas, algunas de ellas improvisadas y espontáneas en cubierta alrededor de las piscinas. Joao Dos Campos y Cyntia se habían confundido más temprano entre la multitud que asistía al recital que una conocida banda de rock ofreció en la Disco abierta contigua a la piscina principal en el través. Ambos participaban ahora de la reunión formal que se ofrecía en los comedores de la exclusiva cubierta que ocupaban junto a otros selectos pasajeros y sus acompañantes, pero por su particular estilo de vida y costumbres no habían podido resistirse a la tentación de escuchar y bailar rock. La cena era elegante y con toques de fina sofisticación, los excelentes músicos exclusivos de este sector, tocaban una gran variedad de estilos, los cuatro comedores estaban diseñados y configurados para brindar exclusividad, reserva y discreción a los comensales. Johanna había propuesto mantener los dos salones comedores de estribor tal cual estaban, cada uno con capacidad para doce mesas amplias y completas de manera que los pasajeros que así lo quisieran pudieran cenar privada y discretamente en una celebración íntima. Luego de iniciales sondeos de opinión y una formal consulta posterior a los pasajeros, le había propuesto al Hotel Director Eldwin Becker unir entre si los otros dos salones comedores de babor, posibilidad que había sido contemplada durante su diseño con solamente remover el mamparo central que los separaba, a efectos de celebrar la nochebuena y la navidad en forma comunitaria con los pasajeros que quisieran esta opción, en un amplio, moderno y elegante salón con ventanales hacia el mar y terrazas sobre cubierta.
Desde los brindis previos al comienzo de la reunión, durante la cena misma y en las celebraciones posteriores, los vasos de cristal con Macallan 1926 y las finas copas de Dom Perignón Rosé de Moét et Chandon eran permanentemente ofrecidos a los asistentes por los camareros, también estaban a su disposición sobre las mesas y mostradores para autoservicio por si alguien lo deseaba antes de que llegaran a ofrecerles la siguiente ronda. Los magnates Franz Meyer y su connacional Herman Blumer, ambos con sus respectivas esposas compartieron una mesa, otros invitados se movían entre la barra del bar, los sillones en los balcones sobre cubierta y los elegantes rincones donde se habían dispuesto confortables sillones y entre ellos mesas bajas como reproduciendo la sala de alguna de sus elegantes mansiones. Michelle del Vecchio, su esposa Lorena, Joao y su esposa Cyntia vestida con una presencia y elegancia tales como para que a nadie le quedaran dudas de que estaban frente a una modelo profesional, ocupaban uno de estos exclusivos rincones, aunque permanentemente se levantaban y recorrían el salón saludando y brindando con sus pares, hasta el momento en que ocuparon la mesa reservada para los platos principales de la cena. Otros que también habían elegido uno de los confortables rincones, fueron los matrimonios Blumer y Etienne, ambos se habían conocido en un Foro Empresarial celebrado en París el año anterior. Todos eran empresarios exitosos en sus respectivas áreas y profesionales de las más variadas especialidades, había economistas, ingenieros y abogados, su educación y el propio desarrollo de sus actividades a lo largo de los años los llevaba a dominar varios idiomas, por lo que las conversaciones surgían espontáneas, naturales y fluidas sobre la gran cantidad de gustos, costumbres e intereses comunes. La fiesta resultaba una especie de combinación perfecta entre el mítico glamour de las recepciones en el Palacio Grimaldi en el Mónaco de los años 70 y 80, y las lujosas fiestas privadas que ofrecen algunos excéntricos millonarios en Dubai u otros célebres lugares de la costa Mediterránea. La totalidad del personal integrante del Departamento de Relaciones Públicas estaba desplegado por todo el barco supervisando y coordinando todas las fiestas y reuniones que se sucedían durante esas horas, pero Johanna y su asistente
Sophie, aunque estaban en permanente o con su gente para atender cualquier eventualidad a bordo, estaban directamente abocadas a la recepción de nochebuena y navidad en los salones comedores de la cubierta exclusiva ocupada por estas distinguidas personalidades del mundo empresarial. El Capitán Müller se hizo presente protocolarmente ya que en esta nueva concepción de roles a bordo de los grandes Cruceros, el Capitán se concentra exclusivamente en su responsabilidad de navegación, delegando todo el protocolo, organización y detalles en la figura del Officer Hotel Director. En determinado momento, Cyntia se acerca a Johanna y tomando su muñeca le dice: —Johanna, mi esposo Joao y yo estamos encantados aunque apenas llevamos pocos días a bordo, quisiéramos invitarte cuando termines tus actividades en esta maravillosa reunión, a brindar con nosotros en nuestro camarote. Quedó sorprendida por la invitación y durante cuatro o cinco segundos solo atinó a sonreír mientras pensaba que responder. Habían intercambiado miradas varias veces con Cyntia y con Joao, y esa invitación para su sorpresa, le causaba una cierta y agradable excitación. —Muchas gracias, me encantaría y ojalá haya una nueva oportunidad, pero me temo que esta misma noche será difícil ya que ni bien termine aquí, me reuniré con Becker para ajustar detalles del arribo mañana a Punta del Este y la recepción al Ministro de Turismo y al Gobernador local —, respondió tratando de que sus deseos no la llevaran a una decisión apresurada, no sabía cuáles eran las reales intenciones de la pareja brasileña, pero se las imaginaba,….y le gustaba. A las 24.00 Hora local se celebró la segunda llegada de la navidad, los camareros volvieron a irrumpir con sus bandejas cargadas de vasos con Macallan y copas de Dom Perignon Rosé. Alguien de exquisito paladar manifestó a viva voz que cuando llegaran a la Antártida debían desembarcar en un bote y recoger un trozo de hielo antártico para el Whisky, lo que inmediatamente desató una controversia sobre se eventual salinidad y pureza. Exquisitos y refinados postres completaron el menú, aunque seguían disponibles los exóticos bocadillos que el chef de a bordo había preparado para preceder a los platos principales de la cena.
La noche acompañaba para brindar en las terrazas sobre cubierta contiguas al salón, el benigno clima del verano en estas latitudes lo permitía. El Freya Göttin navegaba a veinte nudos y hasta el momento el viaje satisfacía aún a las más optimistas expectativas. Joao y Cyntia regresaron a su camarote cerca de las dos de la madrugada, pero la celebración para ellos continuaría en privado. Pocos minutos después, alguien golpea discretamente la puerta del camarote, Joao se había quitado los zapatos y la camisa, su torso bronceado evidenciaba un metódico y disciplinado trabajo en gimnasio cuyos resultados lo llenaban de satisfacción y elevaban aún más su autoestima. Interiormente necesitaba estar en correspondencia con la perfecta apariencia física de Cyntia. Instintivamente pensó, y deseó, que Johanna hubiera cambiado de parecer y aceptado su invitación. Exactamente lo mismo pensó Cyntia, que desde la habitación contigua había escuchado el llamado a la puerta. Joao abre y se sorprende, no era Johanna quien estaba del otro lado de la puerta, en su lugar estaba su joven y sensual asistente Sophie con una botella de champagne en sus manos. —Johanna lamenta no haber podido aceptar su invitación, pero en agradecimiento me ha enviado para hacerles llegar este champagne para que celebren un brindis íntimo y privado, confía en que yo pueda representarla como corresponde. —Encantado Sophie, por favor pasa, ponte cómoda, Cyntia, mi amor, tenemos una encantadora visita — le habla a Cyntia que seguía en la otra habitación. —Permíteme la chaqueta, es sumamente elegante……y te sienta perfectamente — le dice Joao cambiando el tono del final de su frase, a la que acompañó de una provocadora sonrisa —. La temperatura aquí es sumamente agradable y nos sentiremos más distendidos. Sophie se desabrochó y quitó la chaqueta del uniforme dejando a la vista la sensual figura que se dibujaba debajo de la entallada camisa. Notó como Joao sin disimulo alguno, recorría con la mirada sus piernas que prácticamente continuaban el dibujo de la ajustada pollera que alcanzaba hasta la perfecta distancia de veinte centímetros por encima de la rodilla.
Fue en ese momento que asoma la impactante figura de Cyntia, irrumpe como entrando a una pasarela en un desfile de ropa interior erótica. Estaba claro que se estaba preparando para una noche de desinhibido sexo con Joao. Vestía un negligé transparente, escotado y atrevido, que llegaba hasta su cadera, abajo, solamente el minúsculo triángulo de la parte inferior de su ropa interior. Un portaligas sujetaba por el encaje a las medias al tono del negligé que llegaban hasta la mitad de sus muslos. No llevaba sostén y sus erectos pezones parecían querer atravesar el propio negligé. Sophie en un gesto instintivo producto de su inmediata excitación, se mordió su labio inferior y entrecerró sus ojos, fue su única respuesta a la imagen que tenía enfrente. Todos sabían que significaba ese gesto. —Bienvenida, disfrutemos lo que queda de la noche —, le dice Cyntia parándose frente a ella dándole un suave beso en su mejilla, casi como una caricia con sus labios. Joao se acerca a las dos y sabiendo perfectamente que hacer, besa en la boca a su mujer y luego a Sophie, primero en la mejilla y luego busca su boca. Sophie lo acepta y responde abriendo su boca y jugando con su lengua, también sabía a qué venía, y lo deseaba desde el momento en que Johanna se lo propuso cuando le comentó sobre la invitación recibida para seguir la fiesta privadamente en el camarote de los brasileños. Sophie se estremece al sentir la lengua de Cyntya en su cuello e inmediatamente aparta su boca de la de Joao y busca la de ella mientras sus manos acarician directamente sus senos por debajo del negligé. Siente como la mano de Joao se desliza bajo su pollera y sube por sus muslos hasta su intimidad. Entre los dos desnudan a Sophie y la recuestan en la cama. Joao y Cyntia son verdaderos profesionales en el arte del sexo en trio, ninguna variación falta, Joao poseyó a las dos mujeres, que a su vez también llegan al orgasmo entre ellas en más de una oportunidad.
25 de diciembre de 2018 Navegando proximidades Punta del Este – Uruguay
El Práctico ya estaba a bordo, la lancha que lo condujo hacia la nave cuando ésta aún estaba a varias millas de la bahía de Maldonado seguía al Freya Göttin a velocidad reducida. Los pasajeros sobre cubierta se volcaron hacia la banda de estribor para observar la silueta de una ciudad a la que casi ninguno conocía y sobre la cual habían escuchado y leído maravillas. Aproximándose desde el Atlántico, la lejana silueta de los altos edificios les daba la primera impresión de ser una clásica y agobiante ciudad hiper edificada desarrollada sobre la costa, nada aún les permitía apreciar que en realidad la construcción en altura está circunscripta a determinadas zonas por rigurosas regulaciones locales, y que el resto de la extendida superficie de la propia ciudad está compuesta por magnificas residencias parquizadas, mucha zona verde y natural, y barrios privados de altísimo lujo, todo esto recostado sobre una amplia bahía cuya natural calma da nombre a los casi ocho kilómetros de playa orientados hacia el sur y suroeste, la Playa Mansa. Inmediatamente de pasar al través del extremo más meridional de la península, área que contiene el casco histórico sobre el que se comenzó a desarrollar la ciudad un siglo atrás, se presenta a proa una frondosa isla llamada Isla de Gorriti, de un kilómetro y medio de largo por seiscientos cincuenta metros en su parte más ancha y que cierra a la bahía por el sur. Lentamente la imponente nave maniobrando bajo las precisas directivas del Práctico, rodea la isla y entra a la bahía desde el oeste por la denominada «Boca Grande». La costa es baja, domina el color verde por detrás de la franja de arena dorada, el agua es calma y transparente y a diferencia del Caribe, no presenta una tonalidad turquesa sino verdosa.
Punta del Este se desarrolló, y de ahí su nombre, a partir de una rocosa península de dos y medio kilómetros de largo que se interna en el mar en dirección suroeste, y desde allí hasta alcanzar en la actualidad una extendida superficie de un radio aproximado de ocho kilómetros desde la propia Punta. El puerto, situado en la península, solamente permite el atraque y fondeo de embarcaciones de pequeño porte tipo yates y veleros, los grandes Cruceros deben permanecer durante su estadía, al fondeo en un punto entre la isla de Gorriti y la costa Mansa. —Este es el punto de fondeo asignado Capitán —, le dice el Práctico al Capitán Müller señalando el punto en la carta de coordenadas 34* 57’04’’ Sur- 54* 37’ 51’’ W. El Capitán Müller marca el punto en su sistema de navegación que lo guiará exactamente hacia el. —Estas ya son aguas del Río de la Plata— explica—, el sur de la península marca el límite entre el Océano Atlántico y el Rio de la Plata. Lentamente y con la precisión de un ultramoderno sistema de posicionamiento y de propulsión, el Freya navega hasta llegar con exactitud al punto indicado. —Fondeo —, ordena el Práctico y aclara, dos grilletes de cadena en el agua. Mientras, en la costa, la Agencia naviera contratada para atender al Crucero, termina de coordinar el envío de las embarcaciones Tender que desembarcarán a los cientos de turistas que una vez en tierra, abordarán los modernos buses que los llevarán a diferentes destinos turísticos en la zona. También sobre la costa y confundidos como simples veraneantes que se arriman a disfrutar el tibio sol mañanero, Thabet Otman y Karim Handal observan atentamente con prismáticos la entrada del barco, mientras aguardan ansiosamente la llamada de Rahman desde a bordo. En la casa que ocupaban como base todo estaba preparado, el camión y la Van estaban cargados y listos a transportar personal y todo equipo que había sido repartido entre grandes bolsos deportivos azules con el Logotipo «ScubaDiving», y mochilas de espalda. Algunas cañas de pescar que encontraron en la casa, contribuirían a dar la apariencia de una gran excursión de buceo y pesca de
un grupo grande de amigos, tal como Karim le había manifestado al encargado de la embarcación tanto en el momento de arrendarla semanas atrás, como el día anterior cuando personalmente fue a confirmar el alquiler y asegurarse su disponibilidad, además de abonar el saldo pendiente. Veintiséis hombres armados, equipados y dispuestos, algunos de ellos despiadados fanáticos religiosos, se aprestaban a dar el golpe terrorista más grande que haya sufrido este lugar del mundo que se consideraba a si mismo libre de amenazas. La comunicación no demoró mucho, desde a bordo, Rahman y Fahir activaron su teléfono y establecieron comunicación con Thabet en tierra. —«Comiencen el movimiento y la aproximación una vez que las embarcaciones Tender hayan desembarcado a los primeros grupos de turistas, no antes, repito, no antes. Amadrinen a la rampa de estribor, ahí los espero». —Porqué permites el desembarco de turistas hermano? —, pregunta Fahir sin entender el plan de Rahman. —Hermano Fahir, transportamos casi tres mil pasajeros, he visto los dos salones donde los pensamos retener y no cabe esa cantidad, nos veríamos obligados a dispersarlos demasiado en otros lugares y sería muy difícil el control, nos insumiría muchos más soldados. En el primer desembarco bajarán cerca de mil que permanecerán en tierra, ellos se salvarán, pero podremos confinar al resto entre el salón comedor y el teatro. Desde tierra la Agencia ordena el destaque de la primera de las cinco embarcaciones Tender que desembarcarán a los turistas. Estas embarcaciones con capacidades variables que iban desde las doscientas veinte personas las más grandes hasta cien las menores, se aprestan a desembarcar a casi mil turistas en la primera ola. Calculando los tiempos, Thabet y Karim regresan a la casa para comenzar la operación. Había dado órdenes claras, seguramente en pocas horas allanarían la casa y las autoridades no deberían hallar ningún indicio de quienes y cuantos hombres la ocuparon. Lo averiguarían más tarde cuando comenzaran a analizar los registros del sistema de video vigilancia que habían visto durante sus reconocimientos de la ruta en que se moverían. Seguramente reconstruirían todos sus movimientos a partir del puerto hacia atrás e interrogarían al encargado
de la empresa que les alquiló la embarcación, pero era crucial ganar el mayor tiempo posible en las primeras etapas de la operación. Para el transporte hacia el puerto solo utilizarían el camión y la Van, los autos iban a permanecer estacionados con chofer sobre la costa en dos lugares diferentes, disimulados entre los miles que ahí se encuentran a todas las horas en esta parte del año. La Van también regresaría y permanecería a la orden en las mismas circunstancias luego de dejar a sus ocupantes en el puerto. Respecto al camión, era imprescindible llegar en él hasta el propio muelle a efectos de transportar la voluminosa carga y seguramente sus movimientos quedarían grabados por las cámaras, por lo que sería imposible ocultarlo posteriormente en forma segura. Pero la intención no era ocultarlo, al menos mucho tiempo, apostaban a que el eventual análisis de las imágenes del sistema de cámaras demorara en identificarlo lo suficiente como para que el camión cumpliera una terrorífica tarea. El Comandante Estanislao varias veces había preguntado a Thabet acerca del plan de escape. Los radicales yihadistas están dispuestos a morir por Alá, pero él y su gente no. Thabet le aseguró que existía un plan de escape pero que él no lo conocía, afirmaba que el plan había sido diseñado por Rahman y solamente le debería aportar ciertos datos referentes a la geografía de la costa y las salidas hacia el interior del territorio, además de asegurar determinada capacidad de transporte vehicular. Con ellos el líder afinaría los detalles, pero el plan estaba concebido y así se lo había asegurado una y otra vez. Estanislao no estaba completamente satisfecho con la explicación, pero el hecho de que mientras ellos ejecutaban la operación la Van y los autos permanecieran encubiertos en la costa y a la orden con chofer, le otorgaba cierto grado de tranquilidad. Igual entendía que esto no permitiría evacuar a la totalidad del grupo, debería estar atento y listo a reaccionar con su propio plan y para ello exigió conocer el lugar exacto donde estarían los vehículos. También había exigido salir con Thabet cuando éste realizó varios reconocimientos de las rutas y las inmediaciones. Otman y Salim se opusieron cuando efectuó el planteo, pero Youseff que había tratado con el en Colombia recomendó acceder, ya que de lo contrario los mercenarios colombianos narco terroristas como el los consideraba, se podrían volver poco cooperativos y difíciles de manejar, los necesitaban. Las embarcaciones Tender que obligatoriamente debieron ser contratadas a
través de la Agencia Naviera, comienzan a zarpar de a una desde el muelle construido hacía unos años para este tipo de operativa cuando el flujo de grandes Cruceros se incrementó hasta recibir cerca de doscientos cada temporada de verano. Primero zarpa «Luna», la mayor embarcación, con capacidad de transporte de doscientos veinte personas, la sigue «Ignacio», capaz de transportar doscientas, luego zarpa»Calipso» que traerá a tierra a la misma cantidad y por último las otras dos más chicas que completarán los casi mil pasajeros que desembarcarán en la primera ola. En su paso por la costanera hacia el puerto, quienes iban en las cabinas de la Van y del camión observan el intenso movimiento que rodea al muelle de los Cruceros donde más de veinte buses esperaban a los turistas. Como habían planificado durante los reconocimientos, la Van se adelantó a efectos de evitar sospechas de que estuviera relacionada con el camión, se necesitaba para el plan de escape y se debería preservar su anonimato. Así, pasa la entrada del puerto y dobla por una calle lateral deteniéndose en un lugar preciso que había sido seleccionado cuidadosamente teniendo en cuenta la cobertura de las cámaras de video vigilancia de la ciudad. Los diez ocupantes que viajaban apretados en su interior descienden sin equipo alguno y se dirigen caminando hacia la playa de estacionamiento donde un par de minutos después arribaría el camión con el resto del contingente con las armas y equipos. La Van abandona el área y se dirige al lugar asignado a la espera de la fase de evacuación. Es la mañana de Navidad, los festejos en restaurantes, salones y residencias privadas se habían prolongado hasta muy tarde como es tradicional en este tipo de ciudades turísticas, por lo que la cantidad de personas por las calles aún es reducida. Los ocupantes del camión descienden y junto a los transportados por la Van que los aguardaban en el lugar, comienzan a bajar los pesados bolsos. Alguna de las pocas personas que caminaban distendidamente por la zona, apenas si miran de reojo con algo de curiosidad, pero sin la más mínima sospecha de lo que estaban siendo testigos de los preparativos de lo que ocurriría en las próximas horas y que pondría a Punta del Este en los portales del mundo. —Buenos días, ¿está todo listo? — pregunta Karim al encargado del puesto de alquiler de embarcaciones. —Está todo listo, el Patrón los está esperando.
Bolsos y cajas son embarcados, casi ni hablan entre ellos, se mueven rápido intentando estar el mínimo tiempo posible expuestos en esta situación, la adrenalina fluye y los gestos son adustos, no dan la imagen de ser un distendido grupo de turistas que se aprestan a una jornada de aventuras entre amigos. El Patrón lo nota pero no le da mayor trascendencia al hecho, solo lo comenta con su único tripulante ayudante, que además de encargarse de los motores, suelta los cabos de amarre y ayuda en cubierta. —Son raros, y algunos hablan un idioma que no reconozco — le dice. El grupo termina de embarcar todo el equipo a cubierta y se sientan disciplinadamente sobre las bandas. —Sí —, responde el tripulante—, observaste que no traen conservadoras de bebidas?, normalmente estos grupos traen más cervezas que equipo —, continuó su comentario con tono de cierta sorpresa. Largan cabos de amarre y comienzan a navegar lentamente por entre los yates amarrados a la mediterránea que dejaban apenas un angosto canal para pasar entre las marinas. Ya fuera de la zona de muelles, aún deben pasar por entre una complicada zona donde cientos de embarcaciones permanecen fondeadas, antes de salir a mar abierto. —¿Hacia donde quieren ir? — pregunta el patrón al timón de la embarcación. —Dirígete al Crucero que acaba de llegar, queremos verlo de cerca. —OK ustedes mandan —, responde el timonel con una complaciente sonrisa y en un tono como para trasmitirles la disposición de estar a su orden, e inmediatamente reporta por radio al Control portuario su zarpada y destino general: —»Navegando por la bahía»—. Existía la política general de ser complaciente con los turistas y preguntar poco. Rahman Hakme y Fahir Habun observaban ansiosamente con prismáticos hacia el puerto, la operación largamente planificada por el Califa Al Baghdadi y sus lugartenientes, que marcaría un punto de inflexión y el resurgimiento de ISIS en el mundo, estaba comenzando. Sabían que Baghdadi estaba pendiente y
aguardando su comunicación, sentían que Alá estaba con ellos y no iban a fallar. El puerto está lejos y aún no divisan la embarcación que ya navegaba en aguas abiertas. La última Tender con pasajeros ya había dejado el costado del Freya Göttin, y lo que consideraban debido a la voluntad de Alá, ninguno de los millonarios empresarios de la cubierta exclusiva había desembarcado, aguardaban una lujosa embarcación especialmente contratada para su movimiento después del almuerzo. La embarcación de recreo con el Comando terrorista avanzaba proa al Crucero. Rahman y Fahir ya la había visto y se dirigieron cubiertas abajo hasta la inferior, aquella que accede a la compuerta lateral que se encuentra rebatida y casi horizontal a poco más de un metro sobre el nivel del agua, que hace de muelle y atracadero para las embarcaciones menores. Le habían colocado candeleros en sus laterales con finos cabos entre ellos formando una especie de baranda para seguridad de los pasajeros que la usan para abordar o desembarcar. Debían actuar de manera rápida y precisa, y mucho más aún cuando abordaran, pero después todo iba a depender además de la actitud, de los planes que Rahman hubiera diseñado. —¿A esta distancia está bien? — pregunta servicialmente el Patrón, tomando un rumbo paralelo al Crucero a cincuenta metros de distancia de su banda de estribor. Thabet Otman hace la seña y con Salim abren discretamente una de los bolsos y toman una pistola 9mm cada uno. Sin mediar palabra, se acercan a los dos tripulantes y le apoyan el caño contra los riñones. —Al barco —, le dice—, pégate a la rampa, si hacen algo mueren instantáneamente. El Patrón y el marinero quedan petrificados, el primero presa del terror solo atina a responder: —No me maten por favor, no me maten. —Cállate y atraca cuidadosamente. Los demás integrantes del Comando abren los bolsos y se aprestan a tomar cada
uno un fusil. Se trataba de una de las variantes del AK47, el AKMSU, acrónimo de Fusil de Asalto (Avtomat, en ruso), Kalshnikov, Modificado,-Skladvaushiisya (con culata plegable), Ukorochenniy (acortado), calibre 7.62 x 39 ampliamente usado en la guerra de Afganistan. Con un cargador de treinta proyectiles, se había elegido expresamente de culata plegable por ser más idóneo para uso en espacios reducidos como lo son los que normalmente se presentan en los barcos. Aún no los exhiben, faltan cincuenta metros para la rampa y deben evitar ser vistos por alguien que circunstancialmente los pudiera estar observando desde a bordo. Un par de tripulantes del Crucero asoman curiosamente sus cabezas observando a la embarcación que se aproximaba, Rahman y Fahir están a sus espaldas. Nadie debía actuar fuera de tiempo, ni un segundo antes ni uno después. Uno de los tripulantes sala a la rampa para tomar o con la embarcación que se aproxima con intenciones de atracar, no esperaban a ninguna, asumen que seguramente sean turistas en paseo de recreo a los cuales no se les permitirá el atraque y menos embarcar, simplemente se les diría que deben retirarse del costado y seguir su navegación. La precisión militar con que el Comando terrorista ejecuta la acción y el factor sorpresa son determinantes. Como se había planificado, los cinco Comandos que conformaban la célula dormida de Ciudad del Este con su líder Wahid Muktar al mando, sacan sus fusiles y saltan a la rampa como rayos, al mismo tiempo Rahman y Fahir extraen de entre sus ropas sendas pistolas que el primero había embarcado y mantenido ocultas en su camarote durante la travesía, y entre todos reducen a los tripulantes que estaban a bordo en inmediaciones de la rampa de . —Apaga el motor y amarra el bote a la rampa — ordena Thabet al Patrón, y luego se dirige a Karim, — Hazte cargo y luego embarca a los dos. Rahman sabía que este momento era crítico y había planificado muy bien cada movimiento y cada paso, el éxito dependería del shock creado por la violencia de la acción y la rapidez de los movimientos. Tomar y mantener la iniciativa y la ofensiva eran factores claves ya que anularía toda capacidad de reacción por parte del personal del Crucero. Su capacidad de planificación y conducción se enfrentaba al más difícil de los
desafíos, ejecutar un plan que pasaba directamente de la fase de concepción en su mente a la acción, no solo sin pasar por alguna etapa de ensayo y ajuste de detalles, sino también sin haberlo podido trasmitir directamente a quienes lo ejecutarían, a quienes tampoco conocía personalmente. —¿Tu eres Thabet? — gritó Rahman a quien le pereció identificar como el que estaba al mando a bordo de la embarcación. —Si hermano. —Rápido, cinco hombres ya!!, con Fahir a tomar el control de la sala de Máquinas, el los conducirá. —Comandante, rápido, embarque cinco de sus soldados y sigan al que los llevará a controlar Sala de Máquinas — le comunica Thabet a Estanislao quien al instante designa al personal que salta a la rampa y se introduce en el Crucero. —Salim, tú con Wahid Muktar y los técnicos, desembarquen el equipo bloqueador de señales, tomen un rehén como guía y suban hasta la cubierta superior para instalarlo y ponerlo a funcionar, lo necesitamos operativo inmediatamente —, fue la siguiente orden impartida por Rahman. —Otros cinco para asegurar este lugar y cuidar el resto del equipo que sigue en el bote, el resto me sigue. Rahman sigue a rajatabla el guion del libreto que había preparado cuidadosamente, sabía perfectamente que hacer. El próximo paso era la toma del Puente de Mando con del Capitán y los Oficiales, y de la sala de Comunicaciones. Estanislao, veterano combatiente no se deja ganar por el vértigo de las acciones y su cabeza analiza cada paso. Aunque este escenario era completamente diferente al selvático donde siempre se movió, tanto su instinto de supervivencia como su capacidad para actuar bajo presión lo mantenían en calma y alerta. Rápidamente designa y distribuye a su gente de acuerdo a los requerimientos de Rahman y sigue al nuevo Líder del Comando, había decidido que iba a estar al lado y seguir de cerca al que tomaba las decisiones. Rápidamente y siguiendo la ruta que tenía estudiada, recorrida varias veces y definida, Rahman llega al Puente de mando donde aún estaban el Capitán
Müller, el Práctico que aguardaba la lancha que lo devolvería al Puerto, el Oficial de guardia de Puente y cuatro tripulantes entre el radarista, radio operador y un par más sin un rol definido. —Al piso, al piso todos, el barco está bajo control de Fi Tariq Alá perteneciente de ISIS, el que no haga exactamente lo que digo muere instantáneamente —, grita Rahman con fuerza. —Capitán, ordene que todos los que están a bordo, pasajeros y tripulantes, vayan inmediatamente al comedor principal y al teatro, los de la cubierta de empresarios millonarios al salón comedor de estribor. —Estanislao, toma a dos rehenes de acá y con alguno de tus hombres, cuatro serán suficientes, vayan a la cubierta exclusiva de los millonarios, sáquenlos de sus camarotes si es preciso y confínenlos en el salón comedor de babor. El colombiano obedece y poniendo su pistola en la nuca de un tripulante se hace conducir junto a otros combatientes que seleccionó. La puerta de la sala de comunicaciones de última generación del Freya Göttin es abre violentamente e irrumpen tres guerrilleros armados al mando de Youseff ordenando a los presentes que se tiren al piso inmediatamente. La sala de Comunicaciones es en realidad un verdadero Puesto de Mando, además de una impresionante variedad de equipos de comunicaciones y terminales de computadora, un con decenas de pantallas de TV presentan las imágenes de las cámaras instaladas prácticamente en todo el barco. Se escucha por el circuito general de audio, la orden de que todos se dirijan inmediatamente a los lugares que había indicado Rahman. La orden se repite en varios idiomas. Se oyen los primeros gritos a medida que los pasajeros empiezan a enterarse y tomar conciencia del ataque terrorista que están sufriendo al ver hombres armados en actitud sumamente agresiva gritándoles y empujándolos por los pasillos. —Thabet, vuelve con un par de hombres y algún rehén a la embarcación y toma y reparte los equipos de comunicaciones, quiero estar comunicado inmediatamente con Muktar y sus técnicos instalando el bloqueador de señales, con la Sala de Máquinas, con las custodias del comedor y teatro donde estamos confinando a la gente y con el comedor de los millonarios.
Rahman Hakme ordenaba firme y confiadamente, trasmitía la seguridad propia de quien paulatinamente iba tomando el control del barco tal como lo había planificado. Transcurrían veinte minutos desde el momento del abordaje, no había sido necesario disparar un solo tiro ya que no hubo casi resistencia. Solo fue necesario algún golpe a un par de tripulantes rehenes que no avanzaban con la velocidad que sus captores pretendían cuando eran usados como guía. De todas maneras no les iba a temblar el pulso si debían ejecutar a alguien, es más, estaba ordenado expresamente si no se cumplía alguna de las exigencias que se trasmitirían a las autoridades locales y a la misma tripulación. Se vuelve a repetir la orden de dirigirse a los salones, por las cámaras de TV en la sala de comunicaciones Youseff ve como comienza el flujo de pasajeros moviéndose por los pasillos y a alguno de los del Comando terrorista amenazándolos para que se apuren. Aún no es momento de comunicarse con las autoridades del país para identificarse como unidad y organización responsable de la operación y establecer las condiciones que deberán seguirse de aquí en adelante, el plan establecía que primero debía comunicarse con las autoridades del Estado Islámico mediante la telefonía satelital y a partir de ahí ellos subirían a Internet y enviarían a los Gobiernos alemán y uruguayo, y a la ONU, además de a las principales cadenas de noticias del mundo incluyendo a las televisoras locales, un video con un mensaje que ya estaba preparado y cargado en los servidores listo a difundirse al mundo. No se trataba de un simple secuestro de un barco por más magnitud y espectacularidad que tuviera la acción, Baghdadi en realidad no preveía, a pesar del mensaje que estaba por enviar al mundo, ni negociación ni intercambios o cesiones mutuas para bajar el nivel de intensidad ni menos para desactivar la operación. A los dos países seleccionados en esta oportunidad como objetivo se les exigiría, tal como si se tratara de un secuestro clásico y convencional, una rápida e incondicional aceptación de las exigencias del Estado Islámico si querían evitar una catástrofe de enormes proporciones y la mayor cantidad de víctimas jamás causadas antes por un ataque terrorista. El Estado Islámico tenía perfectamente claro que las potencias dominantes se mantendrían intransigentes y presionarían en este caso a Uruguay para no
conceder sus exigencias, cosa que lograrían, pero tanto los países que iban a sufrir en esta oportunidad en carne propia las consecuencias del brutal ataque terrorista, como todos los demás países del mundo, entenderían que podían también ser víctimas de aquí en más y comenzarían a quitarles el apoyo político en los organismos Internacionales y dejar de darle legitimidad y status de Coalición Internacional a verdaderas Fuerzas de Tarea imperialistas, integrándolas simbólicamente con pequeños contingentes de tropas como sucede en la actualidad. El Estado Islámico demostraría a todos no solo su plena vigencia y capacidad operativa, sino su expansión y capacidad de organizar y conducir ataques de consecuencias catastróficas en cualquier lugar del mundo ejecutadas por elementos leales aliados que pasaban ser una inagotable fuente de reclutamiento de «shahids». El Califa pretendía dar una gran demostración de fuerza. Al Baghdadi y sus lugartenientes Abú Muslim y Hamid Al Rashid habían discutido mucho acerca a de la conveniencia de este cambio en el modus operandi de la organización, cuyas acciones hasta ahora se habían caracterizado por ser brutales, sorpresivas y despiadadas, y luego de consumadas se reivindicaban en nombre de Alá. Sin dudas hubiera sido más sencilla una única acción que causara la inmediata destrucción del objetivo, la vulnerabilidad que en todos los aspectos presentaba la política de seguridad uruguaya lo hacía posible, hubiera bastado con algún cohete o misil lanzado desde la costa o un ataque suicida chocando una embarcación cargada de explosivos contra el casco del Crucero que estaba completamente vulnerable y sin protección mientras estaba fondeado en la bahía, pero la concepción y objetivos de esta operación eran diferentes y más estratégicos,…. algo verdaderamente diabólico había sido concebido en esta oportunidad por Baghdadi. El salón comedor principal y el teatro se iban rápidamente llenando de gente. Aterrados, los pasajeros y tripulantes siguieron sumisa y obedientemente las directivas ordenadas a través del circuito interno de altavoces. —Se sientan en el suelo, nadie habla, si alguno intenta algo o pretende usar un teléfono celular será muerto de inmediato —, se alternaban vociferando los dos terroristas parados frente a la amplia puerta de al salón comedor, al tiempo que apuntaban amenazadoramente con sus fusiles a las personas a la
altura del pecho. —Rápido, adentro —, repetían una y otra vez. Otros tres terroristas desde adentro ubicados en una especie de balcón interior que les permitía dominar desde lo alto al salón, completaban el amedrentador escenario y recibían a la gente con la misma arenga: —Todos al suelo, ninguno habla, si intentan algo abrimos fuego —. Similar situación se vivía en la sala de teatro. La conmoción en la cubierta de los empresarios fue mayúscula apenas tomaron conocimiento y conciencia de la magnitud de lo que estaba pasando. Cada uno internamente entendía que de alguna manera, ellos eran el objetivo, no eran gente común sino un símbolo del mundo capitalista y occidental, acérrimos enemigos del yihadismo radical islámico. Alguno recordaba haberle planteado al Capitán la posibilidad de contar con algún grupo de tripulantes especialmente entrenados y equipados para funciones de seguridad ante contingencias o amenazas, aunque jamás se imaginaron que fueran de esta magnitud. La mayoría tenía verdaderos cuerpos de seguridad propios que los custodiaban a ellos y a sus familias durante sus desplazamientos y lugares de trabajo, y sin embargo habían emprendido este viaje sin protección. Inmediatamente comprendieron las consecuencias de tan grave error. Aún no habían identificado la procedencia de los atacantes, pero escucharon y reconocieron el idioma árabe que usaban algunos de ellos y entendieron el origen de la amenaza, era el peor escenario posible. Como le sucedió al resto de los pasajeros, también los empresarios y sus familias fueron prácticamente arrastrados hasta el salón comedor de babor donde hacía pocas horas estaban celebrando la navidad. Muchos de los ocupantes de los veinticuatro lujosos camarotes suites estaban aún durmiendo y fueron sobresaltados por el casi derribo de las puertas, entre ellos la del camarote donde Joao Dos campos, su esposa Cyntia y Sophie aún permanecían en la amplia cama desnudos y semi tapados, reponiéndose de la intensa noche de champagne y sexo en trío. —Bueno bueno !!, se acabó la fiesta, salgan —, les grita para su sorpresa el
terrorista colombiano que segundos antes había forzado la puerta de un empellón. —Tranquilo, tranquilo — atinó a responder Joao —. Solo permita que se cubran, calma, ya salimos. Que está pasando, quienes son ustedes? Youseff Douala y Fahir Habun habían tomado el control de la sala de Máquinas con relativa facilidad. Fahir uniformado de tripulante había salido de su escondite en el camarote de Rahman el día anterior y reconocido el camino y las entradas a la sala. A pesar de la majestuosidad de la sala de Máquinas del Freya Göttin todo se controla remotamente desde una Central en la propia Sala dejando a esta prácticamente vacía. Fahir ordenó cerrar desde adentro las entradas directas a la Sala desde las diferentes cubiertas, de modo que solo se podía acceder a través de la sala de Control que ellos ocupaban y que estaba además custodiada con una guardia armada por fuera que impedía el ingreso. Lo que Rahman consideraba los tres centros neurálgicos del Crucero estaban bajo su control, Puente de mando con su Capitán, la Sala de Máquinas y la Sala de Comunicaciones. Faltaba completar el confinamiento de los pasajeros y tripulantes, pero se estaba cumpliendo aún más rápida y fluidamente que lo que había pensado, había resultado todo un acierto la decisión de permitir el desembarque de casi mil personas para asegurar el control de los restantes. Thaber Otman estaba en plena tarea de distribución de los equipos de comunicaciones portátiles y aún no había recibido el reporte de operatividad del equipo bloqueador de señales que estaban instalando Muktar y su gente. Estos mismos hombres eran imprescindibles para la siguiente tarea de preparar el ANFO, instalarlo y dejarlo listo a detonar cuando fuera el momento. La amenaza de la voladura del crucero lleno de gente y en medio de la bahía tendría un efecto disuasivo ante intentos de recuperación. Era el momento para comunicarse con la cúpula del Estado Islámico. —«En el nombre de Alá el compasivo y misericordioso, el objetivo está capturado y bajo control del Estado Islámico— Alá es grande«—. Tal fue el mensaje enviado a través de Inmarsat hacia algún lugar en la frontera Irak-Siria. También había llegado el momento de comunicarse con las autoridades locales.
Mientras el Califa y su gente conducían la situación estratégicamente a nivel global, Rahman debía establecer las condiciones a nivel táctico y lo más importante, tenía autoridad delegada para tomar las más drásticas y extremas decisiones si no se cumplían sus condiciones. La acción final estaba decidida y simplemente él la podía adelantar, no le estaba autorizado a negociar ningún término, su cadena de Mando iba directamente al Califa Baghdadi. —«El Freya Göttin está bajo el control de Fi-Tariq-Allah perteneciente al Estado Islámico— —Su gobierno recibirá instrucciones del Califa Abú Bakr Al Badhdadi— —A partir de este momento, ninguna embarcación de ningún tamaño podrá navegar en la zona y ninguna aeronave podrá sobrevolarla — —Cualquier movimiento así como cualquier intento de acercamiento o abordaje determinará la inmediata destrucción de la nave y la muerte de todos sus ocupantes — —No habrá ningún tipo de negociación con Fi-Tariq— Alá ni por este medio ni por ningún otro, solamente deben cumplir las condiciones que se establecen en este comunicado y en el que recibirán del Califa Baghdadi— —Deben permanecer a la escucha permanente de este canal y aguardar nuestras comunicaciones, no serán respondidos sus llamados— —Ala Akbar— Alá es grande»— Los dos funcionarios que estaban apostados de servicio en la central del Control Portuario se miraron sin entender lo que acababan de escuchar en un distorsionado idioma castellano. Acostumbrados a escuchar y trasmitir formales y esquematizados mensajes ajustados al mismo formato, ni prestaron atención a las primeras frases de la trasmisión del comunicado que Rahman Hakme había preparado, escrito en castellano y ahora leía en el idioma local. —Que dijo? — preguntó uno de ellos —. Debe ser algún bromista que sigue bajo los efectos del alcohol— acotó, solo recordaba que dijo «Freya Göttin». —«Freya Götin»este es Control Portuario Punta del Este»— trasmitió el otro operador por el canal de VHF establecido para las comunicaciones de tráfico
marítimo locales. Seis segundos de silencio de radio precedieron al comienzo de una segunda trasmisión donde la misma distorsionada voz, volvía a repetir en el mismo tono y acento extranjero. —Llama inmediatamente al Oficial de Guardia —, le ordenó el que parecía estar a cargo del turno de guardia a su compañero de tareas que inmediatamente se levanta de su consola y corre en su búsqueda. —Señor, hemos recibido una extraña comunicación, aparentemente del Freya Göttin, el Crucero que acaba de fondear, nos dicen que está en manos del Estado Islámico. El techo pareció desplomarse sobre la cabeza del Alférez que demoró diez segundos en recobrar el aliento. —¿Está seguro de lo que me está diciendo?, verificó la llamada?. —Si Señor, tratamos de establecer o con el barco y no contestan, solamente repitieron el mensaje. —¿Copiaron en mensaje?. —No Señor, pero está grabado, lo podemos volver a escuchar. Una vez en la sala de Control, el Alférez escucha azorado la grabación del mensaje y lo vuelve a escuchar por segunda vez, para el mismo tomar el micrófono en la consola y trasmitir presa de la ansiedad: —» Freya Göttin, este es el Control Portuario del puerto del Punta del Este, me escucha? — No recibe respuesta. —Señor —, dice el funcionario que había permanecido en la sala cuando su compañero había ido en busca del Jefe —, tampoco me contesta el Práctico que está a bordo con su propio equipo operando en otra frecuencia. Siguiendo el protocolo establecido ante emergencias graves que superen la capacidad de decisión del Oficial de Guardia, el Alférez se comunica con el Jefe de la Unidad que se encontraba en su domicilio por el feriado de Navidad y le
informa de la alarmante situación. —¿Que me está diciendo? —, fue la respuesta recibida en un tono casi agónico y desesperado —, está seguro?. —Si Señor, y ordenaron que nadie navegue en toda la bahía ni vuele ninguna aeronave bajo amenaza de volar el barco y matar a toda la gente. —Voy para allá, cierre inmediatamente el Puerto, que nadie salga a navegar hasta que yo llegue y veamos qué carajo está pasando, está claro?. —Si Señor. A bordo del Crucero, Rahman ya con el control de la nave, se dispone a ajustar todos los detalles inherentes a la asignación específica de roles y tareas a cada componente del Comando terrorista, considerando además la duración prevista para toda la Operación hasta su desenlace. Con Youseff Douala como responsable ante él de esta área en particular, asigna al Comandante Estanislao y a su grupo de mercenarios, la tarea de organizar y conducir la custodia de los pasajeros y los tripulantes en el salón comedor principal y sala de teatro, y en el comedor de babor de la cubierta de los empresarios millonarios. También le correspondería el patrullaje sobre cubierta y la vigilancia del espejo de agua. Salim Adaief y Wahid Muktar al mando de los hombres de Ciudad del Este, se encargarían del control de la Sala de Máquinas y la delicada tarea manipular el Nitrato de Amonio, combinarlo con el Fuel Oil en las proporciones justas para transformarlo en el letal y destructivo ANFO que causaría la devastación en el momento indicado. Pocos minutos antes, el propio Muktar y sus técnicos habían concluido la tarea de instalar y poner a funcionar el sistema bloqueador de señal de telefonía celular. —Hermano Rahman, está listo y funcionando, ninguna llamada de teléfonos celulares puede ser hecha ni recibida desde el barco —, había comunicado el radical sirio sunita otrora allegado al salvaje «Jyhadista John», apenas Thabet le entregó su equipo handie.
—Puedes comunicarte normalmente por VHF con el Control Portuario y con tu satelital, el equipo bloquea señales superiores a 800 Mhz que es la frecuencia más baja del rango que usan los teléfonos. Fahir Habun y Karim Handal el brasileño, son asignados al control del Puente de Mando donde deberían establecer una cobertura de radar sobre la superficie y coordinar con Estanislao para el complemento visual y coordinación de la respuesta armada inmediata ante cualquier intento de aproximación por mar. Por último Thabet Otman ejercería el segundo Comando del grupo terrorista además de estar específicamente a cargo de la Sala de Comunicaciones de la nave. El puesto de Rahman iba a ser básicamente la propia Sala de Comunicaciones donde mantendría cautivo al Capitán Müller y al Práctico del Puerto. Había pasado poco más de una hora luego de la acción de abordaje, la célula FiTariq-Allah de ISIS tenía el completo control del Freya Göttin,
Desde uno de los servidores remotos desde los cuales el Estado Islámico lanza sus proclamas y reivindica sus ataques, ubicado en una de las itinerantes bases de operaciones que emplea ISIS a afectos de evitar su localización, se sube a You Tube y se envía por correo a una cuidadosamente seleccionada lista de destinatarios entre los que se destacaban además de los gobiernos de Alemania como país de bandera del barco y de Uruguay donde se desarrollaba el ataque, el Pentágono, MI6, Mossad, CIA, SVR, y la «Direction Générale de la Sécurité Extérieure» sa, el video grabado y cargado con el mensaje del Califa Al Baghdadi. La imagen es la usual, un hombre encapuchado, vestido de negro aparecía sentado atrás de una mesa, flaqueado por otros dos igualmente ataviados y parados a cada lado con sus fusiles terciados. Atrás, una bandera de ISIS.
—«En el nombre de Alá el compasivo y misericordioso señor de todas las palabras» — —«El poder de Alá es infinito y su justicia alcanza a los infieles donde sea que ellos estén sobre el mundo» — —«Hay gobiernos empeñados en no reconocer la voluntad de Alá y evitar la existencia del Estado Islámico que prontamente y con su bendición abarcará todo el mundo» — —«El Estado Islámico es voluntad de Alá» — —«Alá castigará no solamente a los países que deciden y conducen la guerra contra sus hijos, sino también a todos aquellos que de alguna manera los apoyan y que por ello son iguales de culpables»— —«El aliado del enemigo de Alá es también enemigo de Alá»— —«A los infieles no le interesa el bienestar de los pueblos a los que dicen ayudar, solamente quieren sus riquezas y se valen de falsedades para ocuparlos y oprimirlos con el apoyo y beneplácito de otros países, decimos nuevamente, a ellos también les llegará el castigo de Alá»—
—«Hemos tomado el control de lo que es la representación más clara del desprecio a los preceptos de Alá, y esto es el principio de una serie interminable de acciones contra quien no los respeten ni los acepten en su tierra»— —«Cada día nuestras filas se fortalecen con la llegada de nuevos hermanos procedentes de todas partes del mundo que aceptaron a Alá para que los conduzca por el camino recto»— —«En 48 horas a partir de las 12.00 de hoy, el gobierno de Alemania debe anunciar su retiro de la coalición que lidera Estados unidos en Siria»— —Estados Unidos debe liberar en 48 horas a todos los hermanos combatientes integrantes del Estado Islámico que mantiene presos en sus cárceles»— —«En 24 horas a partir de las 12.00 de hoy, el gobierno de Uruguay debe anunciar su retiro de todos los contingentes desplegados bajo la bandera de Naciones Unidas. Estos contingentes son solamente operadores al servicio de los grandes capitales del mundo que solo buscan las riquezas materiales de tierras lejanas. Ellos son los que promueven y mantienen los conflictos regionales étnicos, tribales, religiosos y políticos para justificar su intervención y aprovechándose del caos social, robar los recursos naturales.»— —«En 48 horas a partir de las 12.00 de hoy, Alemania debe transferir el equivalente a seis mil millones de Euros en criptomoneda, repartidos en partes iguales a las tres cuentas que aparecen al pie de este mensaje. Varias de las Empresas propiedad de los selectos pasajeros que viajan en la exclusiva cubierta, financian encubiertamente las intervenciones en África y Medio Oriente, ahora deben pagar»— —«Si al finalizar el plazo establecido no se cumple alguna de Las exigencias del Estado Islámico, nuestros shahids acabarán con el barco y todos sus ocupantes»— —«Alá, dueño del Día del Juicio Final a ti solo veneramos. Guíanos por el camino recto, el camino de los que has favorecido y no por el camino de los que son motivo de tu ira ni el de los extraviados»— —«Alá Akbar»—.
Desde el retorno al sistema democrático pleno en el año 1985, los gobernantes electos en Uruguay han aplicado sucesivamente una clara política de reducción de las Fuerzas Armadas. Recortes en las asignaciones presupuestales y no permitir llenar las vacantes naturalmente generadas, ocasionaron una paulatina disminución de sus capacidades militares hasta un actual nivel de mínimas capacidades operativas y aun así, en específicas y puntuales áreas de misión. Este proceso había comenzado en principio en forma cautelosa, habida cuenta de que la novel democracia aún no estaba todo lo fuerte que debería, y que la mayoría de los principales actores del anterior proceso cívico militar instalado a partir de la aparición de la guerrilla de inspiración marxista a finales de los años 60, todavía estaban en actividad y mirando expectantes el proceso de transición. Los primeros gobiernos fueron prudentes, priorizando la armonía, el equilibrio de fuerzas y la gradualidad de todas las medidas tomadas, concepto que se sintetizaba en el principal slogan de la campaña presidencial que proclamó al primer Presidente, «Un cambio en Paz». Pero todo se precipitó al acceder al gobierno una coalición de izquierda que aglutinaba una variopinta y heterogénea mezcla de grupos, incluyendo entre los más radicales, a algunos que habían sido derrotados militarmente por las Fuerzas Armadas en su intento de acceder al poder por las armas. Desde el año 2005, los sucesivos gobiernos de izquierda fuertemente condicionados por la ideología y cierto espíritu de revancha de muchos de sus integrantes, favorecidos además por la complacencia de determinados sectores del Poder Judicial, comenzaron una masiva campaña de desprestigio, persecución y minimización de las Fuerza Armadas. A pesar de que algunos actores políticos bregaron directamente por su desaparición, aún con la oposición de varios de sus propios integrantes, el Poder Ejecutivo mantuvo aunque en una mínima expresión a las Fuerzas Armadas, pero más que por estar convencidos de su necesidad, por considerar que su eliminación supondría la pérdida genuina de fuentes de trabajo y el consecuente aumento en el porcentaje de desocupación, ambos elementos no deseados por sus altos costos políticos. Se entendía además en las esferas de gobierno, que no se podía perder la
capacidad de respuesta ante determinadas contingencias medio ambientales o conflictos internos de baja intensidad, que solo la barata, disciplinada y obediente mano de obra de los soldados, puede proporcionar. Particularmente la Armada ante la prácticamente nula asignación presupuestal para la adquisición de buques adecuados, debió recurrir en la última década y media, casi a la caridad internacional incorporando naves desclasificadas y casi desechadas por Armadas de primer orden. Así y contrariamente a lo que indica la doctrina, esta Fuerza debió adecuar su misión y tareas al material disponible cuando debería ser al revés. Tampoco faltaron voces desde ambos sectores, que sostenían que la coyuntura global tendía a que los pequeños países no tuvieran Fuerzas Armadas clásicas y convencionales, sino una especie de Guardia Nacional dedicada al combate del narcotráfico internacional, dejando a cargo de determinadas potencias su defensa en caso de amenaza militar. Sin aceptar expresamente esta posición, en Uruguay lentamente se tendía a asignar a las Fuerzas Armadas cada vez más roles policiales en desmedro de sus capacidades militares. En este contexto, mantener las capacidades operativas requería un esfuerzo titánico de parte de sus Comandantes que debían muchas veces casi enmascarar sus ejercicios de adiestramiento bajo la excusa de estarse preparando para Misiones de Paz o Ayuda humanitaria, para que el Gobierno autorizara su ejecución o eventuales salidas fuera de fronteras para entrenamientos combinados con Fuerzas de otros países. Recientemente se había creado el Estado Mayor de la Defensa, una figura sin tropas propias asignadas ni mando, de carácter puramente asesor del Ministerio político. Todos los esfuerzos realizados por su novel Jefe para conjuntar operativamente a las tres Fuerzas, nunca pasaron de ejercicios teóricos y de aula. Otra figura existente en Uruguay es el llamado Sistema Nacional de Emergencia, un órgano meramente coordinador de medios civiles y militares orientado a atender contingencias climáticas o medio ambientales. En resumen, no existe ningún organismo ejecutivo con capacidad real de conjuntar esfuerzos de carácter militar para enfrentar a una amenaza a la seguridad nacional. Tampoco contaba Uruguay dentro de su limitado sistema de seguridad, con algún organismo o equipo propio dedicado a la colección de información, al
análisis de la misma y la posterior producción de inteligencia estratégica. Las agencias uruguayas se valen exclusivamente de fuentes abiertas y de eventuales informes que reciban de países amigos, y hasta ahora ninguno había hecho llegar nada que permitiera considerar la posibilidad de un ataque de ISIS en algún lugar de América del Sur. Pero lo que más afectaría la capacidad de respuesta de este país era la ingenuidad, que algunos actores políticos más críticos calificaban como irresponsabilidad, de una clase política gobernante que no solo no consideraba sino que descartaba de plano la más mínima posibilidad de ser objeto de alguna amenaza terrorista. Tarde entenderían sus errores, tarde comprobarían que determinadas acciones políticas como su reciente condena en los foros internacionales al traslado de la Embajada de los Estados Unidos desde Tel Aviv a Jerusalén, o abstenerse de condenar regímenes totalitarios de signo radical, no iban a ser suficientes si por otro lado se integraban contingentes bajo bandera de Naciones Unidas que intervienen en países de África y Medio Oriente, o se aceptaban a las grandes multinacionales otorgándoles generosas concesiones fiscales para que se instalaran en su país. Dentro de este complejo panorama, solamente un par de pequeñas sub unidades mantenían cierta capacidad operativa, unidades de esas que mayormente basan su capacidad militar en el liderazgo agresivo de sus jefes, en la preparación individual de los combatientes y en un equipamiento que sin llegar a considerarse básico, su costo resulta insignificante si se lo compara con el valor de reposición o adquisición de un avión de combate o de un buque de guerra. Una de esas unidades que mantenían la capacidad operativa en su área de misión era la unidad de Infantería de la Armada, llamada Cuerpo de Fusileros Navales. Esta fuerza había desarrollado a partir de la incorporación de la capacidad de abordaje a buques pesqueros infractores pescando ilegalmente en aguas jurisdiccionales, la capacidad y los medios para interceptar, abordar y recuperar buques de gran porte cuyo control hubiera caído en manos terroristas o irregulares. Nunca fue una tarea específica asignada por un Poder Político que jamás consideró tal amenaza, sino que todos los esfuerzos se debieron a los impulsos y esfuerzos de los sucesivos Comandantes de la Unidad que de por si entendieron
la potencialidad de la ocurrencia de tal contingencia. Dentro de este Cuerpo existe una sub unidad de escasos 30 hombres llamada SECRON por el acrónimo de «Sección Reconocimiento», cuyos líderes e integrantes iniciales fueron Comandos entrenados por reconocidas fuerzas de Elite como los Comandos de la Infantería de Marina de Chile, el US Marine Corps y los Buceadores Tácticos de la Marina de Brasil, últimamente además toda la unidad fue adiestrada por los SEALs específicamente en técnicas y tácticas de abordaje y combate en espacios reducidos. Aún mantenían con gran esfuerzo su capacidad a pesar de los continuos recortes presupuestales.
25 de diciembre 2018 – 16.00 horas A 20 horas del vencimiento del plazo otorgado a Uruguay
El Consejo de Defensa Nacional fue convocado de urgencia, aunque ubicar al propio Ministro de Defensa Nacional, al Jefe del Estado Mayor de la Defensa y a los tres Comandantes en Jefe que también habían sido citados, no resultó tarea fácil el día de Navidad. El video con el mensaje de ISIS había llegado y conmocionado a todo el sistema político y al estamento militar. La sociedad iba paulatinamente tomando conocimiento a medida que pasaban las horas, ya que la impactante noticia se iba trasmitiendo casi de boca en boca. El glamoroso ambiente veraniego de Punta del Este estaba en estado de shock, era imposible que un conflicto de estas características se estuviera desarrollando en su propia bahía. La última acción de carácter bélico en esta área había ocurrido el 13 de diciembre de 1939, hacía pocos días se habían cumplido 79 años de la llamada «Batalla del Río de la Plata» que enfrentó al acorazado alemán Graff Spee a los cruceros ingleses Ajax. Exeter y Achiles. —«Estamos frente a la segunda Batalla del Río de la Plata»— titularía un medio de prensa escrita en la mañana siguiente, aún sin saber cómo sería el desarrollo y cual el desenlace de este ataque terrorista. —¿Que información tenemos hasta este momento? — Así abrió la sesión el Presidente de la República. —Sr Presidente, no hemos podido establecer comunicación con el Freya Göttin — se apresuró a contestar el Ministro de Defensa que acababa de ser informado por el Comandante en Jefe de la Armada —. No contestan nuestros llamados y ellos tampoco han intentado comunicarse. —¿Que hay respecto al mensaje de los terroristas, qué medidas se han tomado?.
—Hemos cerrado el puerto y desviado hacia otros puertos a las embarcaciones que estaban fuera, también hemos cerrado el espacio aéreo sobre una amplia zona con centro en Punta del Este. —Estamos en o con el Embajador de Alemania Sr Presidente, está en camino, el gobierno alemán también recibió el video con el mensaje y la Canciller tuvo un primer o con el —.Quien hablaba ahora era el Ministro de Relaciones Exteriores. —General, — Esta vez el Presidente se dirigía al Jefe del Estado Mayor de la Defensa —. ¿Cuál es la situación de las Fuerzas?. —Sr Presidente, el Comandante de la Armada ha puesto en alerta y ordenado el alistamiento inmediato de la Unidad especializada en operaciones antiterroristas en el medio ambiente naval, para el caso de que sea decidida la Acción Directa. Aún no se ha ordenado el despliegue fuera de su base. También se está alistando la única nave de guerra que aunque con limitaciones puede llegar a empeñarse en un combate naval, está surta en Montevideo a seis horas del área. Estamos muy limitados en medios aéreos, la Aviación Naval si bien está basada casi en el propio lugar de los hechos, cuenta con escasos medios. En este caso también hemos puesto en alerta a la Fuerza Aérea y a la unidad antiterrorista del Ejército. —General —, lo interrumpe el Presidente—, ¿Que evaluación primaria tiene su Estado Mayor?. —Nuestros analistas están evaluando el video de ISIS y el mensaje de los terroristas a bordo, pero en primera instancia ya apreciamos que no es este el estilo usual de las acciones del Estado Islámico, ellos jamás, hasta ahora al menos, pidieron rescate en dinero u otro tipo de condiciones para desistir de sus acciones. Atacan por sorpresa y luego se adjudican el ataque. Estamos en o con Agencias Internacionales amigas recabando sus propios análisis. —Canciller, que me puede decir respecto a las Leyes Internacionales, quien tiene jurisdicción sobre el barco si es necesario tomar acción. —Sr Presidente, el barco es de bandera alemana y todo lo que pasa a bordo está sujeto a sus leyes, pero al estar dentro de nuestra jurisdicción territorial, Uruguay puede accionar militarmente si considera que la consumación de la amenaza puede causar una gran pérdida de vidas o incluso un irreparable daño físico o medio ambiental —, y continúa ;
—De todas maneras Sr Presidente, el plazo de 24 horas que ISIS otorga a Uruguay para anunciar su retiro de los contingentes ONU y las 48 horas que otorga a otros países para cumplir con sus exigencias antes de consumar la eventual destrucción, es demasiado corto como para que algún equipo o fuerza especializada alemana o de otro lado llegue hasta acá, evalúe la situación y conduzca un ataque, de hacerlo, lo deberemos hacer nosotros. —Sr Presidente —, interrumpe un secretario —, está lista una video llamada con la Canciller de Alemania que desea hablar con usted, tenemos un equipo de traducción simultánea listo en la Sala de Comunicaciones. Cuando el Presidente se retira, los participantes de la reunión comienzan entre ellos y desordenadamente, cada uno a dar su opinión y a plantear apresurados cursos de acción propios de la casi desesperación e incredulidad por lo que estaba pasando. Las improvisadas propuestas lanzadas a viva voz abarcaban todo el espectro de posibilidades. —Hay que negociar —, dijo un Ministro. —De ninguna manera, hay que atacar y recuperar el barco, — llegó a decir otro. El veterano General del Ejército que ocupaba la jefatura del Estado Mayor de la Defensa, se levanta de la mesa, toca el hombro del Comandante de la Armada que estaba sentado a su lado y con un gesto le indica que lo siga hacia un par de sillas que estaban en un rincón de la sala. —Almirante, le recomiendo que apenas tenga el equipo de su Sección especial listo, lo destaque a la base de la Aviación Naval y en todo caso terminen su alistamiento ahí. La base está prácticamente sobre el objetivo, a casi diez kilómetros, y cada minuto que se gane de aquí en más puede ser crucial. —Ok General, puede gestionar a través de la Embajada que nos hagan llegar los planos del barco?, serán imprescindibles llegado el caso de tener que abordar y cuanto antes los podamos estudiar, mejor. —Bien, hábleme más en detalle de esos Planes de Contingencia que me mencionó.
—General, —, comienza su respuesta el Almirante Naval —, hace ya varios años mis antecesores decidieron incorporar a cada unidad de superficie que se destacara a ejecutar operaciones de control de aguas jurisdiccionales, una dotación de asalto de la Sección Reconocimiento de los Fusileros Navales con capacidad de abordaje en pleno océano y en navegación, a los buques pesqueros en infracción que no detienen su marcha al ser detectados y ordenados a hacerlo. Los patrones de estas embarcaciones saben de las limitaciones que tienen los Comandantes y las eventuales consecuencias legales que pueden sufrir si ordenan abrir fuego, y ponen rumbo fuera de nuestras aguas desobedeciendo la orden de parar máquinas. Estas dotaciones incluso han debido abrir fuego con armas no letales desde el propio costado del pesquero cuando el timonel viraba bruscamente tratando de desestabilizar el bote neumático — y continúa explicando; —A partir de esta situación se fueron paulatinamente incrementando las capacidades de esta sub unidad, tendientes a lograr el nivel de alistamiento necesario para enfrentar contingencias mayores como esta en particular a la que nos enfrentamos. En la jerga naval internacional estas operaciones se denominan «Operaciones de Interdicción Marítima» y apuntan a abordar cualquier tipo de embarcación y de diferente porte, pueden ser buques mercantes o también de pasajeros. Mientras escuchaba al Comandante Naval, el General con un gesto indicó a los Comandantes del Ejército y de la Fuerza Aérea que se acerquen y unan a la improvisada reunión de la cúpula militar. —Esta Unidad se ha ejercitado y preparado para abordar buques en todas las circunstancias posibles —, continúa detallando el Almirante ahora también a sus pares de las otras Armas—, ya sea que el barco objetivo esté atracado a muelle, fondeado o inclusive navegando. El Equipo está capacitado para abordar mediante un asalto vertical desde helicópteros, desde lanchas rápidas o mediante buceadores, también mediante una combinación de todos estos métodos de acercamiento y abordaje. —Los llamamos «Planes de Contingencia», solamente hay que seleccionar el más adecuado a cada situación en particular e introducirle las especificidades del caso, son un excelente punto de partida. El personal está familiarizado con el diseño interno de los buques, los espacios reducidos, los lugares claves hacia dónde dirigir las primeras acciones luego de abordar, y tal vez lo más
importante, con un Procedimiento de Comando y Control por parte del Líder de la Operación y de sus líderes subordinados desarrollado considerando la dificultad que presenta el propio diseño de un barco donde inmediatamente las diferentes grupos se dispersan luego de abordar y no se puede mantener ni control directo ni o visual entre ellos, además de la dificultad en las comunicaciones. Un tanto sorprendido por la detallada explicación respecto a esta capacidad que tenía la Armada a través de sus Fusileros Navales, el General expresa a los tres militares: —Señores, los políticos son los que tendrán la decisión final, pero mi intuición y experiencia, solamente por estudiar y analizar los escenarios bélicos actuales, los conflictos asimétricos y el accionar de las diferentes organizaciones terroristas que asuelan al mundo actual, me llevan a pensar que es muy alta, casi diría que no habrá otra opción que la acción directa contra estos terroristas y que la decisión será tomada a último momento, y si esperamos hasta entonces para comenzar el alistamiento y el despliegue será muy tarde. Comandantes…,— hace una pausa —, ustedes personalmente manejarán la situación con sus Comandantes subordinados y solamente con aquellos que tengan la necesidad de conocer y aun a ellos, les darán la orden de mantener el alistamiento en secreto, … repito,…en secreto militar. —Almirante, proceda como acordamos y aliste los medios aeronavales de que disponga y entienda que va a necesitar para la posible operación, General, le ordena a su colega al mando del Ejército, — aliste y también despliegue hacia la Base Aeronaval, a su Compañía Antiterrorista para apoyar o complementar a la SECRON de los Fusileros según vayan surgiendo los requerimientos de la planificación detallada,…usted General, se dirige ahora al Comandante de la Fuerza Aérea—, aliste a sus helicópteros y destáquelos a la Base Aeronaval para ser usados como vector de transporte para eventual inserción vertical sobre el objetivo.
25 de diciembre de 2018 – 19.00 Horas A 17 horas del vencimiento del plazo otorgado a Uruguay
Una verdadera multitud había llegado hasta la costa, la franja de dunas estaba repleta de gente y los automóviles se alineaban estacionados a lo largo de los casi ocho kilómetros de la rambla costanera prácticamente pegados uno con otro. El panorama se asemejaba al que presentan las grandes ciudades costeras cuando los festivales de luces y fuegos de artificio de fin de año congregan millones de espectadores. Entre la gente, centenares de trípodes portando cámaras fotográficas con potentes teleobjetivos y cámaras de TV de canales locales, enfocaban sus lentes hacia el Freya Göttin que permanecía inmóvil fondeado a escasas dos millas de distancia y con su proa apuntando hacia el oeste, tratando de obtener detalles de lo que estaba ocurriendo a bordo. Los edificios presentaban un panorama similar con las ventanas y balcones atestados de personas, pero en todos lados la sensación era idéntica, el silencio reflejaba la tensión que se estaba viviendo, todos habían olvidado las tradicionales tertulias navideñas y las comunes y diarias reuniones en la playa para observar la puesta del sol. A bordo, Rahman Hakme preparaba la noche, una vez que estabilizó la situación, se dispuso a efectuar una recorrida personal por cada uno de los lugares neurálgicos sobre los que había montado su dispositivo de control. Así, deja a Thabet al mando de la Sala de Comunicaciones, lugar donde había dispuesto que permaneciera cautivo el capitán Müller al que le había colocado un precinto que juntaba sus muñecas y las fijaba al respaldo de una silla recostada sobre el mamparo de popa. Un guardia armado dentro y otro afuera aseguraban el lugar. Antes de abandonar la Sala, Thabet le hace saber a Rahman que no dominaba ni el castellano local ni el inglés que normalmente se usa en comunicaciones, tampoco el alemán para comunicarse con los rehenes. Sin poder ocultar un leve gesto de fastidio, Rahman interroga al Capitán Müller acerca de algún personal que pueda oficiar de traductor o intérprete. El capitán instintivamente nombre a
la Jefa de Relaciones Públicas Johanna Fischer como la persona indicada, pero inmediatamente se arrepiente por la sola idea de exponer a una mujer y que además era llamativamente bella ante inescrupulosos terroristas que tal vez no vacilarían y serían capaces de cualquier abuso. Pero ya era tarde, Rahman se comunicó con Youseff Douala que estaba a cargo del control de los rehenes millonarios en el comedor de babor de su nueva y exclusiva cubierta, y ordena localizar a la mujer y conducirla a la sala de Comunicaciones. Minutos después irrumpe un custodio con Johanna quien pese a la lógica angustia y temor por los que atravesaba y por este traslado en particular, mantenía su magnífico porte impecablemente vestida con su uniforme blanco. Sin dejarse llevar por algún tipo de sentimiento o consideración, Rahman la precinta por sus muñecas y la fija a una silla tal como había procedido con Müller. —Usted hablará solamente si mi Hermano se lo ordena, está claro?— le dice autoritariamente a lo que Johanna asiente con un gesto de su cabeza. Dejando ahora si a Thabet al mando, abandona la sala y se dirige por una escalera hacia la cubierta superior donde estaba el Puente de Mando de la nave. La puerta estaba cerrada y con un guerrillero armado afuera controlando los s. Lo satisfizo, se estaban cumpliendo las medidas dispuestas. Entra, y dentro del amplio Puente de Mando que abarcaba de banda a banda, Karim Handal armado con su AK y otros dos guerrilleros colombianos, mantenían cautivos a los cuatro tripulantes que dotaban el Puente al momento de la captura. —Karim, debemos prepararnos para la noche, vamos a establecer a partir de este momento una guardia de radar permanente —, tal fue la primera directiva que impartió. —Tú dime el nombre de otro tripulante asignado al radar para alternar la vigilancia durante la noche — . Esta vez el destinatario de la orden fue el joven que circunstancialmente ocupaba la posición de radarista durante la entrada a la bahía. El hombre le indica el nombre del otro radarista el cual es trasmitido a Youseff Douala para que lo localicen entre los rehenes del comedor principal y lo conduzcan al Puente.
La segunda orden fue dirigida al Oficial que aparentemente estaba apostado de Guardia. —Tú, ordena apagar todas las luces exteriores, solamente deja encendidas las que apunten al espejo de agua, está claro?, entiendes lo que te ordeno?— le expresó agresivamente —, No quiero una sola luz prendida sobre cubierta. —Si, entendido, yo me encargo. —Tú radarista, informa inmediatamente cualquier movimiento que detectes, te queda claro?, si no lo haces mueres al instante, entiendes?. —Si, está claro señor —, Responde aterrorizado el joven tripulante. Rahman toma un par de prismáticos, sale al exterior por la banda de estribor y observa detenidamente el espejo de agua, la costa y el puerto, también hacia el cielo. Todo parece tranquilo y bajo control, divisa a la multitud sobre la playa pero no le preocupa mientras no intenten acercarse al barco. —Cual es el punto Karim? , cómo estará señalizado»?. Karim también toma unos prismáticos y apunta hacia una zona específica a su frente, casi en el punto más cercano en la costa, e identifica un edificio en particular que había tomado como referencia debido a que la playa no ofrecía puntos notables como para orientarse. —Aquel edificio, el más alto de ese lugar, el que tiene su fachada completamente de vidrio, lo ubicas?, a su frente la Van hará señales de luces hacia los botes. —Lo identifico claramente, asegúrate de que los demás también lo tengan claro, mantente alerta Karim, responde y repele cualquier intento de acercamiento tal como planificamos, Estanislao y su gente desde cubierta se sumarán con sus armas. Sin perder un minuto, sin titubear, siguiendo mecánicamente el plan que tenía grabado en su cabeza y que estaba funcionando con una precisión casi de relojería, Rahman se dirigió a la Sala de Máquinas, la conocía perfectamente ya que allí trabajó desde la zarpada de Bremerhaven y lo que en ella sucediera en poco más de un día determinaría en gran medida no solo el éxito táctico de la
operación, sino el posterior posicionamiento político y estratégico de toda la organización. Salim Adaief junto al sirio sunita Wahid Muktar y su gente habían hecho un rápido y eficiente trabajo, primero instalaron el bloqueador de señales que estaba funcionando perfectamente y luego tomaron el control de la imponente Sala de Máquinas, habiéndose valido de rehenes para transportar desde la lancha y a través de estrechos pasillos y compuertas, la letal carga del Nitrato de Amonio básico más los iniciadores que se transformarían en el devastador ANFO en combinación con el combustible. Wahid era un experto explosivista sobre el cual Rahman sabía que debía poner especial atención, estaba convencido de que era un fanático radical irracional que había sido mano derecha del sádico Mohamed Emwazi, el «Yihadista John», su avidez por matar no encajaban en una compleja operación que requería mucho análisis y pragmatismo a la hora de tomar decisiones. No obstante reconocía en el a un extremadamente buen técnico. Lo primero que vio cuando el guardia armado le franqueó la entrada fue al Jefe de Máquinas y al Primer Oficial atados y amordazados en el suelo recostados contra un mamparo. La sorpresa de ambos Oficiales cuando lo vieron fue mayúscula. Rahman se agachó y le quitó al Jefe la mordaza. —Hijo de puta ¡!!, traidor,!!! qué haces?— fue la inmediata reacción del Oficial acompañada de un intento de incorporarse con las dificultades propias de tener las manos atadas a la espalda. También fue instintiva y brutal la reacción de Wahid, un puntapié en la cara lo devolvió al piso con el labio y la nariz partidos y comenzando a sangrar. Rahman lo miró con odio y lo tomó del cuello. —Contrólate, yo digo cuando y a quien castigar, tu obedece y haz tu trabajo. Lejos de aceptar este mandato y con la necesidad de mantener su autoridad frente a su gente, con un rápido movimiento de su mano izquierda Wahid quita de la Rahman de su cuello al tiempo que con su mano derecha extrae de sus ropas un cuchillo y lo pone en el cuello del Líder. —Solo Alá me podrá castigar, no te mato ahora mismo porque obedezco al
Califa, pero será la única vez. —Hermanos, Alá nos ha conferido una misión —, intercede Salim — El Califa confía en nosotros, calma. Wahid quita el cuchillo del cuello de Rahman que luchaba internamente por controlar sus deseos de matarlo, la misión estaba por delante de todo. —Limpien al Oficial, por ahora es un prisionero de guerra y lo necesitamos con vida — continuó, y luego se dirige a Wahid como si nada hubiera sucedido, —¿Está listo el Plan de Explosivos?. —Listo, preparado el ANFO y listo a detonar cuando sea indicado. Por el momento le alcanzaba la respuesta, era lo que venía a averiguar y aún sin bajar hasta las tapas de visita de los tanques de combustible y demás puntos donde se habían dispuesto los explosivos, decidió retirarse y continuar su inspección. Estanislao tenía la situación bajo control, tal vez era la suya la parte más complicada ya que debía mantener a casi dos mil quinientas personas retenidas y bajo vigilancia, pero las configuraciones y diseño tanto del salón comedor principal como del teatro facilitaban la tarea. Tres guerrilleros armados con AK ubicados en los puntos altos que presentaban una especie de balcones elevados, eran capaces de mantener el control visual y un buen campo de tiro sobre todo el salón. Otros tres cubriendo desde afuera los s completaban el dispositivo. El Teatro había requerido empeñar a otros dos guerrilleros. Lo que dejaba un número de nueve hombres para patrullar la cubierta, el vigilar el espejo de agua, y para la custodia del comedor de babor de la cubierta exclusiva donde estaban cautivos los millonarios. —Es poca gente par una gran superficie de cubierta — se quejó el Comandante colombiano a Youseff Douala, quien asintió calmándolo diciendo que la operación no se extendería más allá de cuarenta y ocho horas. —Oye Youseff — el tono de Estanislao sonaba un tanto impaciente —, queremos saber sin más demoras cómo será el Plan de Escape.
—Confía Comandante, está bien planificado, apenas termine la recorrida acompañando al Hermano Rahman, te lo explico en detalle para que lo trasmitas a tu gente. —Te espero —, fue su única respuesta. A pesar del convencimiento respecto a la misión encomendada y su disposición a cumplir cabalmente lo ordenado, y que al igual a cuando condujo los sangrientos ataques contra el puesto de control fronterizo etíope tiempo atrás, no tenía remordimiento alguno en matar siguiendo los preceptos de Alá y del Califa Baghdadi, Rahman había dejado para el final su visita al comedor de babor de la cubierta exclusiva donde estaban recluidos los magnates. Odiaba todo lo que significaban, estaba convencido de que con sus millones fomentaban y subvencionaban guerras entre sus hermanos para lograr posteriores beneficios económicos, pero uno de ellos le parecía diferente, Frans Meyer. El viejo alemán cobijaba a sus hermanos refugiados sin importar su raza o religión, dio trabajo a musulmanes aún contra la opinión de muchos y varias veces sin estar necesitando personal, igual les encontró un lugar en su Empresa. Los rehenes estaban todos sentados en el suelo, la mayoría eran de avanzada edad y se les había permitido recostarse contra los mamparos. Se veían débiles, vulnerables, sin la más mínima capacidad de reacción. Entre ellos y tomado de la mano de su mujer, estaba Frans Meyer. Rahman instintivamente lo buscó con su mirada, y al verlo sintió un nudo en el estómago. El veterano Alemán al reconocerlo pareció desmoronarse aún más, su gesto primero de sorpresa y estupefacción, rápidamente se transformó en decepción y profunda tristeza. —Que todos los prisioneros se sienten en las sillas, Youseff, ordénalas de tal manera que se pueda mantener el control, pero todos sentados. —Si Hermano — le respondió un tanto sorprendido por esta consideración, aunque no se atrevió a cuestionar lo ordenado. Mientras tanto, en el muelle de Cruceros la situación era caótica. Más de mil turistas que habían desembarcado para efectuar los diferentes tours ofrecidos, se enteraban de la situación a medida que bajaban de los buses y se dirigían a embarcar en los Tender que supuestamente los llevarían de regreso a bordo. El Oficial Naval y el funcionario de la Agencia Naviera que atendía al Freya Göttin
apenas si podían brindarles alguna respuesta que les resultara satisfactoria debido la escasa información que ellos mismos poseían. Algunos estaban aterrorizados por el hecho de que parte de sus familias permanecían a bordo debido a que habían decidido o bien no desembarcar y continuar gozando de las comodidades del barco, o hacerlo en el siguiente viaje de las lanchas Tender. Anochecería rápidamente y deberían ser alojados en algún lado, la mayoría solo vestía la ropa ligera con la que decidieron bajar a tierra en esa calurosa tarde veraniega. Aquellos que tenían en su poder teléfonos celulares, se enteraban de los hechos a través de familiares y amigos en diferentes lugares del mundo que ya estaban al tanto o habían visto el video difundido por ISIS. También por ellos se enteraban de la imposibilidad de comunicarse con quienes permanecían en el Crucero.
25 de diciembre – 21.00 horas A 15 horas del vencimiento del plazo otorgado a Uruguay
Aún sin la autorización expresa del Ministro y sin tener autoridad orgánica para hacerlo, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa había coordinado con los Comandantes en Jefe el destaque de sus Unidades antiterroristas a la base Aeronaval ubicada en proximidades de donde el Crucero permanecía en poder de los terroristas islámicos. La decisión se había tomado en el íntimo convencimiento de que era imprescindible estar listo cuanto antes, habida cuenta de lo exiguo de los plazos otorgados por ISIS para cumplir sus demandas y que la conducción política demoraría excesivamente antes de tomar su propia decisión. El Comandante de la Armada ya le había dado al Líder de la Sección Reconocimiento una orden Preparatoria de carácter estrictamente reservada, donde lo autorizaba a efectuar de manera encubierta sin ostentación de uniformes y vehículos militares, todos los reconocimientos del área que necesitara para ajustar su plan de recuperación del Crucero, tomando como punto de partida el plan matriz que ellos ya tenían diseñado previendo este tipo de contingencias. —Ni Estados Unidos ni Alemania están dispuestos a ceder a las demandas del Estado Islámico —, tal fue la información que el Ministro de Relaciones Exteriores había recibido oficialmente y que trasmitió a quienes aún permanecían en la sede del Gobierno donde funcionaba el Consejo de Defensa Nacional. —Entendemos que paralelamente se están llevando adelante conversaciones diplomáticas a varios niveles — continuó el Ministro—, Israel está investigando todo lo referente a ésta célula que llaman Fi-Tariq-Alláh, los informes preliminares estarían apuntando a que los líderes serían árabes y el grueso del grupo fueron reclutados localmente. Estamos en o permanente con la
embajada de Israel y apenas tengan más información nos la trasmitirán. El Mossad es muy eficiente. —Estados Unidos ofreció el envío de una Unidad completa SEAL — concluyó el Canciller a sabiendas de que esto sería motivo de gran controversia. —Señor Presidente, enfáticamente recomiendo no aceptar, no solamente significaría una pérdida de soberanía sino que además y considerando los tiempos que estamos manejando, nunca llegarían a tiempo como para tomar cabal conocimiento de la situación y del lugar, y proceder a la acción directa. Nuestras fuerzas tal vez no tengan el equipamiento idóneo debido a la falta de presupuesto que vienen sufriendo desde hace años, pero complementado con equipo del Ejército y de la Fuerza Aérea, sumado al conocimiento y al entrenamiento específico, la Sección de los Fusileros puede ser tan o más eficiente que los norteamericanos. —Esperemos no tener que ejecutar ninguna acción militar General — replicó el Presidente visiblemente molesto por la crítica que acababa de recibir del alto jerarca militar —, trataremos de resolver esta crisis por la vía diplomática. —Ojalá sea así Señor Presidente, pero es mi deber asesorarlo leal y profesionalmente y la verdad, no creo que la diplomacia funcione con el Estado Islámico. —Se lo agradecemos General, pero déjenos hacer nuestro trabajo —, interrumpió fastidiado el Ministro de Defensa, un Universitario de izquierda activo militante desde sus tiempos estudiantiles designado políticamente sin tener la más mínima idoneidad profesional para el cargo y que pregonaba una política anti belicista a ultranza, siendo además muy criticado por los mandos militares debido a su falta de apoyo a sus requerimientos presupuestales. Su molestia se acrecentaba aún más por quedar en medio del intercambio de opiniones entre el Presidente y el General, sin tener argumentos políticos ni militares para opinar con propiedad sobre las diferentes posturas. —Entiendo Ministro —, le contestó el General, le informo que a través de nuestro Agregado de Defensa en Alemania hemos gestionado y ya tenemos en nuestro poder, los planos del Crucero, el Jefe de la SECRON ya los está estudiando. El malestar del Ministro se acrecentó visiblemente, apretó sus puños, endureció
la mordida de sus mandíbulas, y luego de respirar hondo ruidosamente le respondió: —General, le ordeno que no haga absolutamente nada más sin mi expresa autorización o la del Señor Presidente, veo que luego de superar esta crisis, como realmente sucederá, deberemos rever algunos puntos. La amenaza del Ministro de Defensa a su General tensó aún más el ambiente. Al jerarca militar no le importó, era demasiado grave lo que estaba sucediendo y más aun lo que él estaba convencido que iba a pasar, y prefería afrontar las consecuencias de sus acciones inconsultas antes que lamentar bajas por inacción o un fracaso operativo por improvisar a última hora cuando inevitablemente se tomara la decisión que estaba seguro se iba a tomar. —Señor Presidente, ¿cuál es su posición respecto a la exigencia a nuestro país de retirarnos de los contingentes ONU?, el plazo que nos otorgaron vence en pocas horas. El Canciller había dudado hasta ahora en formularle esta pregunta al Presidente, no quería comprometerlo o apresurarlo con una respuesta, hubiera preferido que fuera el quien se expidiera, pero cuando amaneciera ya casi expiraba el plazo. —Canciller, no creo que los terroristas cambien sus planes según nosotros cedamos o no, creo que la amenaza va dirigida a Estados Unidos y a Alemania, esperemos sus negociaciones. Las dudas y el escepticismo ganaron a todos los presentes excepto al Ministro de Defensa que sumisamente exclamó: —Concuerdo Señor Presidente. Entendiendo que durante la noche la situación permanecería incambiada, el Presidente dispone levantar la sesión ordenándole a los presentes que se establezca un equipo integrado con representantes de cada uno de los organismos presentes a efectos de mantener atención a cualquier comunicación con el exterior y con las autoridades navales en Punta del Este.
26 de diciembre – 07.00 horas A 5 horas del vencimiento del plazo otorgado a Uruguay
Hacía poco que había clareado, el grueso de la Sección Reconocimiento se disponía a descansar un par de horas, mientras su Jefe, un Capitán de Corbeta que operaba bajo el seudónimo «Orión», junto a sus cuatro Sub Oficiales líderes de Equipo, «Diablo», «Cheko». «Griego» y «Pirata», se dirigían vestidos de civil y en el automóvil particular de un Oficial de la Base Aeronaval donde estaban acantonados desde pasada la medianoche, a efectuar un reconocimiento del área objetivo. Desde que se les habían empezado a encomendar tareas de control y represión del narcotráfico en la frontera fluvial, por obvias razones de seguridad personal y preservar sus identidades, los de esta Unidad de Elite de la Armada operaban bajo seudónimos. La actividad desde su llegada había sido intensa y sin pausa, preparación y mantenimiento de armas, visores ópticos, equipos de comunicaciones, y todo aquel equipamiento complementario que decenas de prácticas habían determinado que podían ser útiles o necesarias según cual fuera el esquema de maniobras seleccionado luego de planificar en detalle cada operación en particular. Así, equipos de buceo, arneses y cabos para autodescenso por rappel, cabos gruesos para inserción vertical desde helicópteros empleando la técnica denominada «fast rope», fusiles de francotirador, granadas aturdidoras y fundamentalmente los botes neumáticos rápidos y sus motores. Debían prepararse para cualquier método de aproximación e inserción en el objetivo que se resolviera. También y de acuerdo a sus tradicionales costumbres, una maqueta del área estaba siendo construida a escala. A pesar de las posibilidades que hoy día permite la tecnología para representar en pantalla imágenes de despliegues tácticos de tropas y ejes de avance, la tradicional «mesa de arena» como se la denominaba, permitía al Líder impartir su orden claramente como si se estuviera
viendo la escena desde el aire. Lo primero que visualizaron los cinco Fusileros apenas estuvieron frente al abierto y amplio panorama que presentaba la bahía con el Crucero fondeado, fue que sería muy difícil mantener el secreto de la aproximación si los terroristas tenían aunque sea un básico dispositivo de vigilancia. —No descartemos que los terroristas hayan dejado apostados observadores con comunicaciones en diferentes lugares de la costa a afectos de detectar una eventual salida de los botes de asalto desde la playa frente al barco, particularmente en el punto de menos distancia —. La observación partió de Diablo, el Sub Oficial Comandos que lo seguía en el mando de la Sección. —Es cierto —, complementó Cheko, otro Sub Oficial recientemente llegado de un período de entrenamiento con los SEALs en Estados Unidos, y mientras señalaba hacia la alta península que cerraba la bahía por el Oeste, denominada «La Ballena» por su similitud con la silueta de un cetáceo nadando en superficie, complementa —, también veo que desde esa línea de alturas se puede divisar la Base Aeronaval y con ello cualquier decolaje de helicópteros. Orión anotaba en su libreta todos los detalles que iban surgiendo. Recorrieron toda la extensión de la costa deteniéndose varias veces en diferentes puntos para observar al Crucero desde distintos ángulos. Así hubiera algún observador terrorista infiltrado entre la gente, nada hacía sospechar que estos cinco hombres no fueran unos más de los cientos de curiosos que ya desde temprana hora de la mañana habían vuelto a las playas, aunque en realidad no todos se habían retirado durante la noche. —Es importante hacia donde apunte la proa cuando se lance la fase de aproximación, la bahía es poco profunda, calma y sin corrientes propias, lo que significa que un barco de tal porte y con tanta superficie de obra muerta, se orienta proa al viento. Así que debemos saber que viento hay y habrá en las próximas treinta y seis horas. Luego de esta reflexión, Orión apunta «dirección y fuerza del viento» en su libreta. —¿Habrán apostado observadores en la isla? —, preguntó Griego —, está muy
cerca del Crucero, creo que ni ellos ni nosotros debemos dejar de considerarla, permite muchas posibilidades, desde una base de observación o fuego hasta ocultamiento para aproximaciones desde el Sur. Esta vez el Líder además de anotar esto en su libreta, saca una carta náutica de la bahía que traía doblada en su bolsillo y observa en detalle el perfil de la Isla de Gorriti y sus medidas. —Excepto si empleamos buceadores o nadadores para alguna fase, deberemos definir ejes de avance a cubierto y me imagino que una aproximación ya sea por helicópteros o botes de asalto, deberá ser desde el Este a cubierto por la propia Península de Punta del Este y desde el Sur a cubierto por la isla. —De acuerdo — , asintieron casi al unísono los demás. La entrada al recinto portuario estaba bloqueada por efectivos de la Prefectura, decidieron no identificarse para entrar ya que no solo no lo necesitaban en esta instancia de reconocimiento, sino porque supondría una evidencia de que algo se estaba planificando, algo que nadie aparte de ellos mismos tenía necesidad de conocer, ni siquiera sus pares del resto de la Armada. —Jefe — dice Diablo —, vayamos a reconocer toda la costa hacia el Este que es la que queda a cubierto de la observación directa desde el Crucero, tal vez hallemos un buen punto para lanzar los botes si es que lo decidimos. —Estaba pensando exactamente lo mismo, vamos hacia allá. La costa de la península hacia el Este es totalmente diferente a la de la bahía, se presentaba rocosa con pocas y angostas playas de arena, al menos hasta donde la propia geografía la transforma en una interminable franja de arena que se perdía de vista a muchos kilómetros. El problema era que las distancias entre esas playas continuas luego de las rocas y el objetivo eran enormes, lo que incrementaba el riesgo de perder el factor sorpresa. Si se lanzaban los botes desde ese sector, debía ser desde algún pequeño espacio entre las rocas de la costa inmediatamente contigua a la península. Los cinco militares se detuvieron frente a una saliente rocosa que limitaba una de las escasas y pequeñas zonas de arena, bajaron del auto y caminaron por la misma que se adentraba casi cincuenta metros en el mar. Orión y sus hombres miraban en silencio y pensaban, se imaginaban ejes de avance, observaban las
salidas de playa y estudiaban el rompiente de ola, inclusive consideraban hasta el perfil que presentaba la línea de edificios costeros. Con cada observación y con cada análisis, iban comprendiendo la extrema complejidad de una eventual operación de asalto y recuperación del buque secuestrado por los terroristas. Las claves del éxito en este tipo de operaciones tipo Comando, son la sorpresa y la violencia inicial, imprescindibles para lograr y mantener la iniciativa siempre de su lado, cualquier titubeo o pérdida de alguno de esos elementos significaría el fracaso y la muerte de mucha gente. —No podemos fallar en ninguna de nuestras decisiones, ni en la ejecución de las acciones principales o de apoyo una vez que lancemos el ataque….está difícil. Otra de las premisas que Orión tenía clara, es que un plan para que sea exitoso debe ser lo más simple posible, con pocos elementos o acciones a ejecutar que si fracasan individualmente, lo comprometan de forma casi decisiva. Entendía que el éxito de cada fase era imprescindible para poder pasar a la siguiente y en este caso además había muchos factores que ellos no controlaban. No sabían cuántos terroristas habían tomado el barco, ni siquiera cuál era su armamento. Todo esto estaba en su cabeza mientras en silencio, observaba el entorno. El Griego, un experto buceador, paracaidista, entrenado recientemente en el Naval Special Warfare Command en Coronado— California en el manejo táctico de embarcaciones menores, caminaba por la saliente rocosa buscando posibles puntos de lanzamiento, cuando repentinamente sintió una suave voz de mujer, un susurro sobre su oído que le decía….»Confíen, tengan fe, yo los protegeré». Sorprendido gira bruscamente su cabeza, no había nadie,… ¿quién había hablado?, donde estaba?,…. no vio a nadie. A la distancia observa una especie de santuario construido de piedras, se acerca y comprueba que efectivamente era un santuario dedicado a la Virgen da la Candelaria, patrona de Punta del Este. —Es posible que de ella hubiera provenido la suave voz que escuchó? —, se preguntó tratando de sobreponerse a un inexplicable escalofrío que acababa de recorrer su cuerpo. En ese instante siente una especie de inspiración y recuerda, sin entender cómo y porqué vino a su mente, una situación que décadas atrás vivieron sus camaradas argentinos. —Jefe —, le dice a su Líder a quien saca bruscamente de sus pensamientos—,
recuerdo que cuando la Fuerza de Tarea Naval argentina se dirigía a recuperar las Islas Malvinas, un temporal azotó las aguas del Atlántico sur castigando duramente a las tripulaciones de los buques, a punto tal de que consideraron regresar a tierra firme. Un Coronel, devoto católico cuyo nombre no recuerdo, se presentó al Comandante Naval y le sugirió que bautizara la operación de recuperación de las islas como «Operación Rosario», en homenaje a la virgen del Rosario. El Oficial Naval aceptó e inmediatamente y como por arte de magia, la tormenta cesó, las aguas se calmaron y la Fuerza de Tarea pudo continuar navegando hacia su destino —, y ante la atenta escucha de su Comandante le propone: —¿Qué le parece si bautizamos a nuestra Operación, como «Operación Candelaria», por algo nos paramos precisamente acá sin proponérnoslo, no será una señal?, total…no perdemos nada. — Había omitido comentarle acerca del inexplicable susurro que estaba convencido de haber escuchado cerca del santuario. Orión y los demás lo miraron primero a él y luego se miraron entre ellos, trataban de procesar lo que Griego había narrado y propuesto. A diferencia de la fuerzas Armadas argentinas, las uruguayas estaban completamente separadas y hasta alejadas de cualquier religión, y Orión además era bastante escéptico al respecto, pero por alguna razón este inesperado planteo lo conmovió, tal vez por la sensibilidad que experimentaba producto de la tensión por la situación y por lo que iba a suceder en horas cuando condujera y liderara la única y real operación militar a la que se viera enfrentado el país en épocas contemporáneas. —Muy bien Griego, si ejecutamos la operación de recuperación del Crucero, se llamará Operación Candelaria.
26 de diciembre – 11.00 horas A 1 hora del vencimiento del plazo otorgado a Uruguay
El nerviosismo de los integrantes del Consejo de Defensa Nacional aumentaba a medida que se acercaba el vencimiento del plazo otorgado por el Estado Islámico a Uruguay para que anuncie su retiro de los Contingentes de Paz de Naciones Unidas. A pesar de que Presidente y el Ministro de Defensa Nacional sostenían que la crisis se resolvería mediante las negociaciones que seguramente estarían llevando adelante y en secreto las grandes potencias involucradas, y que Uruguay no se vería particularmente afectado más allá de evidente daño y perjuicios ya causados al turismo internacional que tomaría cabal conciencia de la falta de seguridad del país, la tensión y la preocupación había aumentado cuando una hora atrás el Embajador de Israel les había trasmitido la información adquirida por su eficiente servicio de inteligencia Mossad. En su parte medular el informe expresaba;
…«El grupo terrorista estaría liderado por Rahman Hakme Bekit, un ciudadano eritreo reclutado por ISIS e insertado en Alemania como refugiado y donde desarrolló la célula llamada Fi-Tariq-Allah»… …«Según nuestros informes fue forzado a abandonar Eritrea por filtraciones de información acerca de sus actividades terroristas contra el Gobierno. La información habría partido desde la misma cúpula del Estado islámico para forzar su salida»… …«Este es el comienzo de la expansión del Estado Islámico en América Latina y para ello se valieron de reclutar mercenarios colombianos de las FARC que no se adhirieron al Tratado de Paz, y de la activación de una célula dormida en Ciudad
del Este»…. …«Evaluamos que ambos plazos otorgados son simplemente una excusa para concretar sus amenazas a sabiendas de que sus exigencias no serán negociadas ni por Estados unidos ni por Alemania»… …«Esto es una especie de mensaje al resto del mundo de su vigencia y disposición y capacidad de atacar en cualquier lugar del mundo»… …«Israel pone a disposición del Gobierno y de las fuerzas Armadas de Uruguay el personal y el material que puedan contribuir a la resolución de esta crisis».
—Señor Presidente —, interrumpió sorpresivamente un secretario luego de golpear por compromiso la puerta y entrar sin esperar autorización. — Señor Presidente, acabamos de recibir un video por correo, también fue subido a Internet y en este momento está siendo reproducido por todas las cadenas internacionales de televisión —. Ante un gesto del Presidente, un ayudante enciende el televisor que tenían en la sala para seguir en tiempo real al menos las imágenes del área y del Crucero que los canales estaban trasmitiendo ininterrumpidamente junto a entrevistas y opiniones de varios actores sociales. El propio Presidente había ordenado apagarlo antes de comenzar la sesión molesto por la cantidad de lo que el denominó… «desinformadores a la opinión pública que solamente alarman a la población». El video que estaba siendo reproducido en este caso por la cadena CNN en español, mostraba en primer plano a un hombre maduro, hablando en alemán y traducido simultáneamente al castellano por el canal. Un impreso al pie de la imagen indicaba que se trataba de Thomas Metzler, Presidente de la Naviera propietaria y armadora del Freya Göttin.
«A pesar de la negativa de nuestro Gobierno y el de los Estados Unidos a negociar con el Estado Islámico, mi Empresa ha acordado con las Empresas cuyos propietarios y sus familiares se encuentran a bordo y hemos aceptado
depositar en las cuentas indicadas el dinero requerido por los secuestradores.» «No tenemos forma de comunicarnos directamente con las autoridades del Estado Islámico así que esperamos que a través de la difusión masiva este mensaje llegue en tiempo a ellos, y por su intermedio a quienes lideran la acción en el barco». «Repito una vez más, en nombre de los Empresarios secuestrados y de sus familias, y con la autorización de las autoridades que permanecen a cargo de las Empresas, aceptamos los términos y estamos en disposición de efectuar en forma inmediata la transferencia a las cuentas indicadas». «Solicitamos la liberación inmediata de los pasajeros que viajan en las nuevas instalaciones del buque y que ustedes hacen referencia en su comunicado».
La sorpresa era mayúscula, alguno esbozó una sonrisa de aprobación y hasta se atrevió a sugerir que esto contribuiría decididamente a desarticular la crisis. ¿Cómo afectaba esto al informe categórico y casi lapidario elaborado por el Mossad?,— se preguntó alguno, — ¿aceptaría ISIS esta negociación por fuera de los Gobiernos? —Señor Presidente, falta menos de una hora para que venza nuestro plazo, quiere que preparemos un proyecto borrador de un comunicado? — el Ministro de Relaciones Exteriores dejaba entrever cierta impaciencia ante lo que íntimamente consideraba una inacción por parte del Gobierno, entendía que en un sentido u otro, algo había que hacer o decir. Un influyente periodista había calificado a este silencio como «parálisis del Gobierno». —Nada categórico Ministro, presénteme un borrador que resalte que estamos siguiendo con cautela la situación y en permanente o con los países directamente involucrados para una toma de decisión de consenso. El General Jefe del Estado Mayor de la Defensa entrecerró los ojos y frunció su ceño como tratando de entender que es lo que había escuchado, no pudo ocultar su incredulidad ya que la parálisis y la inacción a las cuales se había referido el periodista eran exactamente lo que estaba pasando. No se estaba en permanente o con nadie, solamente se esperaba recibir algo de información o alguna
comunicación de decisiones ya tomadas. Miraba impacientemente su reloj, quería equivocarse pero tenía la intuición de que algo sucedería en breve tiempo.
26 de diciembre Puerto de Punta del Este 11.30 horas, a 30’ del vencimiento del plazo otorgado a Uruguay
A pesar de que el punto focal de la crisis estaba en el mar, la Jefatura de Policía del departamento conducía un intenso y agresivo patrullaje por las calles de la ciudad balnearia. Las multitudinarias concentraciones de gente sobre diferentes puntos de la costa tenían intranquilo al Jefe, pensaba que con la atención puesta en el Crucero, el resto de la ciudad estaba vulnerable a un ataque secundario. Había pensado en evacuar la costa y que la gente se recluyera en sus domicilios, pero en verano la población flotante supera el medio millón de personas y esa medida era impracticable, además del pánico general que seguramente provocaría. Sus hombres estaban más atentos que nunca al expandido y eficiente sistema de cámaras de vigilancia instalado por toda la ciudad. En determinado momento mientras miraba las imágenes de la cámara instalada a la entrada del puerto algo llamó su atención, retrocediendo las imágenes grabadas hasta poco antes del ataque al Crucero, vio claramente como un numeroso grupo de individuos transportando pesados bolsos y cajas, bajaban de un camión y se dirigían por el muelle a abordar la embarcación de paseo. Esos eran los terroristas, pero la presencia del camión abandonado en el estacionamiento de entrada al Puerto lo inquietó, su instinto de viejo Policía le indicaba que algo no estaba bien. Decidió alertar de inmediato al Jefe de la Prefectura, e inmediatamente le pidió a un subalterno la comunicación con el Jerarca Naval mientras continuaba observando la imagen de la pantalla a su frente. Un instante después la pantalla quedó en blanco, la violenta explosión del camión cargado de explosivos hizo desaparecer la cámara instalada en una columna a pocos metros. La onda expansiva cargada de metralla y esquirlas no
solamente destruyó todos los vehículos estacionados en las inmediaciones, sino que pulverizó la garita de guardia y el puesto de control donde los marineros bloqueaban el al puerto. La devastadora explosión alcanzó también a una gran cantidad de mesas y sillas repletas de gente que los restaurantes ubicados en la calle portuaria normalmente ubican sobre la vereda del otro lado de la angosta calle que bordea al puerto. Los bares y restaurantes portuarios estaban atestados de turistas en ese caluroso mediodía de verano y una vez que se empezó a disipar el humo y el polvo, la catástrofe se mostró en toda su magnitud. Los gritos de terror se mezclaban con los de dolor, los cuerpos mutilados sobre la vereda y el fuego que brotaba de las masas de metal retorcido en que se habían convertido los autos, constituían un dantesco panorama digno de la más cruda escena de una película de cine catástrofe. El terrorismo acababa de mostrar su más terrible e inmisericorde versión, eran las 12.00 en punto del mediodía, ISIS había cumplido su amenaza.
La imagen que trasmitía la cadena CNN era la misma desde temprana hora, la silueta del Freya Göttin presentando su banda de estribor y su proa apuntando ligeramente a Oeste-Suroeste. El puesto de trasmisión estaba ubicado en el punto de la costa más cercano al barco casi en la mitad de la bahía, y así gracias al potente teleobjetivo de la cámara, la imagen permitía a los televidentes observar detalles y los escasos movimientos a bordo que seguramente serían de los terroristas. Súbitamente la imagen cambió, el camarógrafo giró la cámara hacia su izquierda y se observó una confusa imagen, pero la nube de humo y polvo en forma de hongo no dejaba ninguna duda respecto a que se trataba. —¡Acabamos de escuchar una gran explosión! — exclamó el periodista—, es en la zona del puerto. Fueron escasos segundos los que demoró la onda sonora en recorrer toda la costa de la bahía y llevar el aterrador ruido de la explosión a lo largo de la Playa Mansa. La calma, que aunque tensa reinaba en la gente a lo largo de la costa, se transformó en caos. Todos empezaron a correr cruzando la costanera para alejarse de la playa, tal vez sin saber hacia donde, pero corriendo. Otros también corrían pero paralelo a la costa, tal vez buscando sus vehículos estacionados en algún lugar en las inmediaciones. Los automóviles empezaron a circular por la rambla costanera a alta velocidad, la gran mayoría en dirección al oeste como abandonando apresuradamente la ciudad. El caos, el miedo y los gritos conformaban una situación absolutamente fuera de control. Los del Consejo de Defensa Nacional encabezados por el Presidente, acababan de escuchar el mensaje de Thomas Metzler y debatían al respecto cuando la transmisión en vivo de la CNN los enmudeció. Algunos se pusieron de pie, otros se agarraron la cabeza y maldijeron a viva voz, ninguno estaba dando crédito a lo que veía.
26 de diciembre – 15.00 horas Base Aeronaval
La actividad en la Base Aeronaval era intensa, después de la explosión del camión en el puerto, el Presidente había dado luz verde para la preparación de la operación de recuperación del Crucero. El comunicado oficial emitido poco antes solamente se refería al repudio al acto terrorista que causó un número de víctimas aún no determinado con precisión, mencionó que se estaban evaluando los pasos a seguir conjuntamente con los otros países amenazados, y por obvias razones de seguridad no hacía referencia a ningún detalle respecto a una eventual operación militar por parte de Fuerzas Especiales para recuperar el control del buque secuestrado. El Jefe del Escuadrón de Helicópteros ponía a Orión en conocimiento del estado de alistamiento de los últimos dos helicópteros Bolcow que aún quedaban Operativos. —A ambos les quedan diez horas remanentes antes de ser puestos Fuera de Servicio —. Se refería al tiempo de vuelo disponible antes de ser sometidos al imprescindible y mandatorio mantenimiento programado, aunque el Jefe tenía claro que no se llevaría a cabo por la falta de asignación presupuestal para la adquisición de las piezas que obligatoriamente deberían ser sustituidas, lo que significaba y toda la Fuerza tenía asumido, que los últimos dos helicópteros serían definitivamente radiados del Servicio. —Será una última y digna misión para estas nobles máquinas —, afirmaba orgulloso el Piloto Naval. Estos utilitarios helicópteros ligeros bimotor de origen alemán, en su versión militar PAH-1, habían sido adquiridos por la Aviación Naval uruguaya en el año 2007. Anteriormente habían pertenecido a la Bundeswehr donde tenían asignados el rol antitanque armados con seis misiles HOT cada uno, los cuales no se incluyeron en la compra. En Uruguay fueron asignados a la tarea de reconocimiento y vigilancia del mar territorial ya sea operando desde la propia
Base Aeronaval o desde una única plataforma flotante que posee la Fuerza de Superficie. Una de las características de la Armada uruguaya es que muy pocas veces en su historia incorporó Unidades específicamente idóneas para la tarea, debiendo adaptar permanentemente los medios a los que podía acceder, a sus reales necesidades. Estas adaptaciones permitieron al binomio «Fusilero — Helicóptero» desarrollar varias capacidades, entre ellas, la inserción vertical de hasta una sub unidad de entidad Grupo o Cuadrilla de cuatro Fusileros mediante la técnica de rappel, adaptando un sistema especial de anclaje a bordo. También mediante el diseño y colocación de dos plataformas exteriores, una a cada banda, se posibilitó el transporte de dos Fusileros sentados completamente equipados por banda en condiciones de descenso inmediato, y por último, y considerando la gran estabilidad que presentan estos helicópteros tanto en vuelo horizontal como estacionario, se confeccionaron arneses que aseguraban y permitían a Francotiradores el disparo desde el aire. —El plan es emplear los dos Bolcow exactamente igual a como lo hicimos en el último ejercicio de adiestramiento cuando sirvieron de plataforma aérea para el disparo preciso de los Francotiradores. Hemos alcanzado un alto nivel de eficiencia en esta técnica y es precisamente como pienso hacerlo esta vez. Orión comenzaba a esbozar su plan de ataque en la Sala de Operaciones del Grupo de Escuadrones, a su frente sobre una amplia mesa, acababa de desplegar los planos del Freya Göttin que habían sido impresos luego de haber sido recibidos desde el Astillero en Papemburg. También se encontraba presente el Mayor de la Fuerza Aérea a cargo de los dos UH1H que habían sido destacados a disposición de la Operación. A diferencia de los Bolcow con los que se tenía experiencia en trabajos conjuntos a bordo de buques, los UH no habían sido usados nunca para inserción vertical por parte de los integrantes de la SECRON de los Fusileros. Hasta poco tiempo atrás, empleaban como vector el majestuoso Wessex de la Aviación Naval, pero ya era una pieza de museo. —Mayor, no hemos hecho esto nunca antes juntos, ustedes si han hecho inserciones verticales sobre objetivos terrestres con soldados del Ejército innumerables veces, pero no tenemos experiencia en hacerlo a bordo de buques, están ustedes en condiciones de ponernos en posición de descenso por «fast
rope»?. —No le quepan dudas, nuestras tripulaciones están perfectamente entrenadas para poner a su gente en posición de asalto vertical sobre la cubierta. Todavía no se había autorizado la ejecución de la operación de asalto por parte del Presidente y menos aún establecido la hora exacta, la única autorización otorgada era para efectuar el planeamiento detallado y el alistamiento general de personal y material. También se había logrado autorización para movimientos previos hacia algún lugar conveniente, luego de explicarle acerca de la necesidad de mantener el secreto y no evidenciar intenciones con apresurados desplazamientos a último momento. Desde el primer momento se evidenció una limitación, ninguno de los helicópteros estaba en condiciones de operar en horas nocturnas y en oscurecimiento total. Los pilotos de los UH informaban que consideraban demasiado riesgoso aproximarse y estacionarse a diez metros de altura sobre cubierta en oscurecimiento total sin conocer detalladamente el plan de antenas y la red de cables de luces u otros adornos colgantes que normalmente despliegan los Cruceros y que no figuran en los planos de diseño. Tampoco los Francotiradores que iban a disparar desde los Bolcow a ambas bandas del Crucero disponían de equipamiento nocturno en sus miras, por tanto en caso de efectuarse el ataque, debería ser con luz diurna. Una dificultad adicional. —Señores, — Orión se dirigía a ambos Pilotos, al Naval y al Fuerza Aérea —, dos de mis hombres, Diablo y Cheko comandarán cada uno de los Equipos de Asalto vertical desde los UH, otro, Griego, será el encargado de la operación de los Francotiradores embarcados en los Bolcow, ya los estoy destacando para efectuar los preparativos y los ajustes de equipo necesarios, por favor que sus tripulaciones los reciban. —A las 20.00 horas decolarán los cuatro helicópteros rumbo al que será nuestro Punto de reunión Inicial y posterior Punto de partida para el ataque, el aeropuerto local El Jagüel — y continuó; —A las 17.30 horas en las afueras de esta Sala de Operaciones donde hemos construido el modelo del terreno, impartiré la Orden de Operaciones final detallada. Esperamos la presencia del Jefe del Estado Mayor de la Defensa y de los tres Comandantes en Jefe que ya están en camino hacia acá.
—Mayor — esta vez Orión se dirigía específicamente al oficial del Ejército a cargo de la Sección Antiterrorista que al igual que el Contingente de la Fuerza Aérea, había sido puesta a su disposición de acuerdo a los requerimientos resultantes del planeamiento —, necesito insertar esta misma noche a dos de sus equipos de Francotiradores de .50 en la Isla Gorriti y que estén en condiciones de batir blancos a bordo desde la costa para apoyar y cubrir el asalto, la distancia al barco es aproximadamente quinientos metros, ¿lo están?. —Si, estamos en condiciones — contestó inmediatamente,— como serían insertados en la Isla?. —El plan es que salgan con uno de nuestros botes en la noche, desde el otro lado de la península y aproximarse desde el Sur para no ser detectados ni visualmente ni por radar desde el barco. Hay buenos puntos de desembarco que mis patrones de bote conocen perfectamente. —¿Como sabemos si los terroristas no han apostado gente en la isla y no solamente caeríamos en una emboscada sino que se perdería totalmente el factor sorpresa — El Mayor, también Comandos, visualizaba todos los riesgos posibles. —Que me sugiere? —, le consultó Orión. —Mi Comandante en Jefe me mencionó que la Embajada de Israel ofreció apoyo de material, tenemos conocimiento de que el equipo de seguridad de la Embajada posee un Dron de última generación, silencioso, indetectable y con capacidad de visión nocturna, intensificadores de imagen y visores térmicos e infrarrojos. Fácilmente podría sobrevolar la isla inmediatamente antes de nuestra aproximación y detectar cualquier presencia humana en la superficie, aún si están escondidos entre la vegetación. En pocas horas puede estar acá junto a personal técnico idóneo en su operación. —Excelente idea, ya mismo pido el apoyo a través de mi Comandante el Jefe. —Pirata, alista las dos Lanchas rápidas neumáticas, tu liderarás una, yo la otra. Deben estar listas y en condiciones de ser transportadas por camión junto a los respectivos Equipos de Asalto por superficie. También alista un tercer bote en condiciones de insertar al equipo de Francotiradores del Ejército,… Griego, cambio de planes…., comandarás esa incursión. Listos a partir desde esta Base a las 20.00 horas, destino, la playa que seleccionamos en proximidades del
santuario de La Candelaria. —Señores, no hay tiempo que perder, repito, reunión general a las 17.30 horas frente a la maqueta del terreno. De esta manera Orión impartía su Orden Preparatoria a fin de que sus mandos medios alistaran al personal y al material, mientras él personalmente terminaba de ajustar los detalles de un arriesgado plan que no podría ser ensayado y probado como establece la doctrina.
26 de diciembre – 22.00 horas
La Fase Uno, la primera de las tres en las que Orión había estructurado su Plan, se había cumplido. Apenas cayó la noche los dos helicópteros Bolcow y los dos UH transportando cada uno a sus respectivos Equipos de Francotiradores y de asalto vertical, decolaron rumbo al aeropuerto local denominado «El Jagüel». Su pequeña pista solo permitía la operación de avionetas y de helicópteros aunque siempre en horas diurnas ya que carecía de la iluminación reglamentaria en la pista. La decisión de emplear este aeropuerto se debía a su ubicación a pocos kilómetros al Noreste de la Base Aeronaval, pero fundamentalmente porque desde allí se podían trazar rutas de vuelo hacia el Crucero a cubierto de la observación desde a bordo y también desde La Ballena si algún terrorista había quedado apostado como alerta temprana. Volando bajo y sobre la costa Este, prácticamente se estaría sobre el objetivo cuando las aeronaves entraran dentro de su campo visual. La ruta de vuelo desde la Base Aeronaval hacia El Jaguel también fue cuidadosamente trazada para no ser detectada desde el área de la bahía. Diablo y Cheko, designados para conducir el asalto vertical con los UH, habían organizado a su gente en dos grupos denominados Equipo 1 y Equipo 2 de ocho Comandos cada uno, que descenderían a la cubierta mediante la técnica denominada «Fast rope» de a cuatro por banda, usando gruesas cuerdas fijadas a los ganchos exteriores situados sobre ambas puertas del helicóptero. Las cuerdas ahora estaban convenientemente adujadas a bordo y listas a desplegarse cuando estuvieran sobre el punto exacto de descenso sobre cubierta. El equipamiento de los integrantes de estos Equipos era ligero, solamente portarían un chaleco antibalas, los pequeños equipos de comunicaciones portátiles dúplex con micrófono de cuello y auricular interno, y el subfusil HK MP5 en su versión AS. La potencia de fuego y la rapidez de movimientos eran esenciales una vez en cubierta. Solamente una vez se pudo ensayar con los helicópteros en tierra incluyendo las
coordinaciones con los pilotos, y una vez la práctica cuando las aeronaves estaban a punto de aterrizar en El Jagüel. Segundos antes de tocar tierra se estacionaron a escasos cinco metros de altura y cuando el piloto lo indicó, los Equipos de Comandos lanzaron las cuerdas hacia afuera por ambas bandas e inmediatamente ellos mismos se deslizaron hacia abajo. Ese era el procedimiento y no habría más oportunidades de ensayo, la próxima vez sería tal vez bajo fuego. Los tres botes neumáticos de asalto también habían completado la Fase Uno. El desplazamiento por tierra había sido largo ya que debieron elegir y transitar una ruta por el medio de la ciudad para llegar a la costa al Este de la península evitando la costanera de la bahía. Dos camiones con remolque fueron necesarios para el transporte de botes y motores, además de los veinte hombres que compondrían los dos Equipos de Asalto por Superficie y los dos Equipos de Francotiradores de .50 del Ejército que tendrían la riesgosa y crítica primera misión de incursionar en la Isla Gorriti, atravesarla y apostarse en lugares adecuados que les permitieran campo de tiro claro para batir blancos a bordo. No fue necesario asegurar el camino o el Punto de Reunión en esa pequeña ensenada entre la rocosa costa al Este de la Península, las autoridades habían ordenado cerrar los comercios y cualquier otro lugar público que pudiera congregar gente ante el peligro de atentados como el del Puerto, por lo tanto la circulación era casi inexistente a esa hora. El equipo técnico israelí que operaría el Dron estaba terminando de ajustar todos los detalles. No era el conocido dron militar UAV de ala fija, se trataba de un ultra sofisticado hexacóptero sistema Orión de Alistair. Esta versión tenía diez horas de autonomía, una capacidad de detección humana hasta diez kilómetros y 200 Mb/s de trasmisión de datos. Sus potentes zoom diurno X30 y digital nocturno X4 brindaban a través de sus sensores térmicos e IR, una altísima precisión y capacidad de detección. A pesar de sus seis rotores era absolutamente silencioso y sigiloso. Una vez conectado a su Unidad de Control, el operador lo puso en el aire a efectos de probarlo y mostrarles a los militares uruguayos su funcionamiento. Todos quedaron sorprendidos con la precisión con que el Dron registraba y enviaba la señal de video que se presentaba en pantalla. Desde los cincuenta metros de altura y los casi cien mar adentro donde se estacionó en vuelo estático, ni se veía ni se oía, los militares que serían liderados por Griego sintieron por un
lado la tranquilidad de contar con una invalorable ayuda para su aproximación segura a la isla, pero por otro lado todos sintieron cuan vulnerables habían estado siempre frente a un eventual enemigo que contara con esta tecnología casi comercial. Todo estaba listo, solo se aguardaba la orden de Orión para la ejecución de la Fase Dos, el despliegue e inserción de los Francotiradores .50 en la isla. La Operación se desarrollaría tal como fue diseñada por Orión y su gente, los tres Comandantes en Jefe habían aprobado el Plan presentado horas atrás y así lo informaron al General Jefe del Estado Mayor de la Defensa quien también dio su aprobación a la ya oficialmente denominada «Operación Candelaria».
27 de diciembre – 01.00 horas
—Señor Presidente — comenzó diciendo el norteamericano, la reunión del Comité de Defensa Nacional había sido fijada para las 22.00 horas de la noche anterior, pero fue postergada a solicitud de la Embajada de Estados Unidos debido a que aguardaban el último informe de Inteligencia —, hemos recibido hace minutos el último informe producido por nuestro equipo de analistas basado en la información proporcionada por nuestros sensores y por diferentes fuentes amigas. Faltaban escasas 11 horas para que expirara el plazo máximo y solo pensar en la catástrofe que significaría que ISIS cumpliera su amenaza tal como lo había hecho al mediodía anterior, hacía que los del Consejo estuvieran dominados por la incertidumbre respecto a que decisión tomar. Tenían claro que tal decisión dependía de la información que estaban a punto de recibir y que inevitablemente quedarían expuestos a las consecuencias de cualquier acción o inacción. —Estamos en condiciones de asegurar que no ha habido ningún tipo de comunicaciones de parte de la cúpula del Estado Islámico hacia Rahman Hakme el líder de los terroristas a bordo del Freya Göttin. Esto significa que o bien la cúpula del Estado islámico no recibió el mensaje que les envió el alemán Metzler, cosa que no creemos debido a la difusión mundial que tuvo, o lo que si asumimos que es que lo van a ignorar, ya que no han impartido orden alguna de liberar rehenes. —Nuestros analistas concluyen que los diferentes plazos dados a los países víctimas son solo una excusa para cumplir con sus amenazas a sabiendas de que no serían satisfechas sus demandas. Tal vez no tenían previsto que los representantes de los Empresarios aceptaran pagar el rescate, pero tampoco lo consideraban ya que por más imponente que nos parezcan los seis mil millones pedidos, esta cifra no es fundamental para financiar su movimiento, ni siquiera es significativa si consideramos que su fuente de financiamiento principal es la venta en el mercado negro del petróleo extraído de las zonas bajo su control en Siria e Irak que les reporta decenas de millones de dólares.
—Nuestras fuentes confirman el informe elaborado por el Mossad respecto a la integración del grupo terrorista mayormente compuesto por colombianos. ¿Qué significa esto?, que los colombianos no están dispuestos a convertirse en mártires y morir por Alá, o sea, deben tener previsto un plan de escape al menos para ellos, y dejar para los radicales yihadistas islámicos el rol de shahids. —No se puede descartar que tengan apoyo en tierra. Hemos reconstruido la ruta de ingreso de los terroristas desde Brasil y son varios los vehículos que integraban el convoy. Desconocemos la cantidad total de personas que transportaban, por tanto lo del principio, no tenemos certeza respecto a la eventualidad de que alguno permanezca en tierra para apoyo. —Las investigaciones primarias respecto a la explosión de ayer en el Puerto, arrojan que se utilizó un dispositivo de tiempo y nuestros sensores lo corroboran ya que no se registraron señales de radio hacia el camión en el momento de la explosión. Esto claramente significa que así Uruguay hubiera aceptado la demanda de anunciar su retiro de los contingentes de Paz de Naciones Unidas, la explosión hubiera sucedido igual, estaba programada.
27 de diciembre – 03.00 horas
La MK IV HD de Zodiac estaba lista. A bordo, Griego los dos Equipos de Francotiradores de 12.7 mm del Ejército y el patrón de la embarcación, esperaban la orden de partida. Los tiradores portaban convenientemente guardados en sus fundas para protegerlos del agua salada, a sus fusiles McMillan Tac A1, cada uno portando una mira Schmid & Bender 5-25x56. Confiaban en el liderazgo de Griego y en la pericia de Castor, un Cabo experto en la operación táctica de botes neumáticos. La ruta trazada hasta su objetivo estaba dividida en tres tramos de navegación por agua y uno por tierra. Desde el punto de partida en inmediaciones del Santuario de la Virgen de la Candelaria navegarían paralelo a la costa con rumbo general Suroeste por 1.7 Kmts. hasta alcanzar la punta sur de la Península, desde ahí otros 2.29 Kmts. con rumbo Oeste hasta quedar a cubierto de la observación desde el Crucero y por último, alcanzado este punto, se navegaría 2.11 Kmts. con rumbo Norte hasta alcanzar la playa en la Isla del lado opuesto al Crucero. Serían aproximadamente 6 kilómetros de navegación que demandarían entre 18 y 20 minutos a 15 nudos. Una vez en la playa, Griego y los dos Equipos de Francotiradores desembarcarían para inmediatamente proceder a cruzar la isla a lo ancho recorriendo 600 metros hasta identificar y seleccionar dos puntos donde se apostarían con campo de tiro y distancia clara como para batir por el fuego los blancos hostiles a bordo. En ese momento el bote conducido por Castor regresaría por la ruta inversa hasta el punto de partida inicial a afectos de constituirse en reserva de los dos Equipos de Asalto por Superficie que operarían en la Fase Tres. A las 03.30 am, Orión instalado en la carpa levantada por los técnicos israelíes para montar y operar la Unidad de Control del Dron, imparte la orden a Griego, «Ejecute Fase Dos«. El Dron se eleva y comienza a volar en apoyo al zodiac. Durante un minuto lo
sobrevuela a cincuenta metros de altura y casi cien a su proa a modo de prueba y coordinación, hasta que se destaca a cumplir su misión de reconocimiento de la Isla Gorriti, tenía dieciocho minutos para detectar posible presencia humana en tierra. El mar estaba calmo y el bote neumático navegaba sin inconvenientes, la pata larga del motor fuera de borda y el revestimiento silenciador que lo recubría, lo hacía por demás sigiloso. Rápidamente alcanza el extremo Sur de la península y se alista a virar hacia el Oeste, en el preciso momento en que el Dron se estaciona a ciento cincuenta metros de altura y casi a la misma distancia de separación de la costa de la isla en su extremo Sur. En la carpa, el operador israelí acciona un par de mandos remotos en la Unidad de Control y apunta las cámaras del Dron hacia la costa. La imagen enviada primero a través del intensificador de luz y luego por el visor térmico es clara y no presenta evidencia de humanos. Así se lo trasmite a Orión quien hace lo propio a Griego que aún navega hacia el Oeste. El Dron comienza su desplazamiento paralelo a la costa con la cámara térmica activada, la nitidez es increíble, el zoom permite ver detalles aún más claros que si uno estuviera allí mismo. El hexacóptero continúa reconociendo y mostrando cada metro de la costa y la franja adyacente hasta que finalmente alcanza el extremo Norte sin revelar presencia humana. Aún faltaba tiempo para la llegada de Griego y debían asegurarse, desciende a la altura de la copa de los árboles y comienza a efectuar el recorrido inverso para un segundo reconocimiento visual. El resultado es el mismo, no hay presencia humana en la isla. El zodiac ya había virado con rumbo norte apuntando a embicar en la playa, Orión y el técnico operador deciden estacionar al Dron justo sobre el punto de desembarco para obtener imagen en tiempo real. —«Playa, Punto de desembarco y área próxima libres» —, trasmite por radio Orión a Griego. —«Recibido, procedo a embicar» — contesta. Son momentos de tensión a pesar de la relativa tranquilidad que brindaba la cobertura del Dron. Castor con la ayuda de su propio visor nocturno, escoge el punto y lanza su bote. El fondo es arena fina y la rompiente era prácticamente inexistente, baja la velocidad, acaso también para disminuir aún más el ruido.
Griego mira hacia arriba y ni aun así logra divisar al Dron, realmente era sigiloso, pensaba cuan letal podía ser si a ese sigilo se le agregaba la capacidad de estar armado. La fuerza hostil que estuviera en tierra jamás se enteraría desde donde le había llegado la muerte. La pantalla de la Unidad de Control muestra al bote acercándose a la playa y alterna esa imagen con de la playa. A diez metros Castor apaga y levanta el motor para evitar o de la hélice con alguna piedra en el fondo, con la arrancada alcanzaba para embicar sobre la costa. El zodiac suavemente toca fondo con su roda de goma reforzada, los cuatro Soldados cargando cuidadosamente a sus McMillan enfundados desembarcan junto a Griego y automáticamente siguiendo la doctrina corren hasta la primera línea de vegetación para tomar cubierta y organizar la siguiente etapa de atravesar la isla. Durante el tiempo que insumiera el cruce a pie, el bote permanecería embicado por si fuera necesario evacuar al grupo antes de que alcanzaran su objetivo y quedaran a cubierto. Recién en ese momento Griego le trasmitiría la orden de retirarse. Orión observa toda la escena como si estuviera viendo una película bélica por televisión. Las dudas que se le habían generado cuando el visor térmico del Dron no mostraba nada, se le disiparon cuando veía con nitidez asombrosa las siluetas de sus cinco hombres moviéndose sigilosamente entre la vegetación de la isla. Acompañando el desplazamiento de los militares, el Dron verificaba la zona inmediatamente a su frente y el área adyacente a ambos flancos, y al igual que en la franja costera, no se detectaban humanos en la zona. Desde el momento en que el zodiac zarpó del punto de partida bajo la cobertura de la noche y fundamentalmente del Dron israelí, la cabeza operativa de Orión visualizó una variante a su plan original, pero entendió prudente observar cómo se desarrollaba y culminaba de la Fase Dos para tomar la decisión. Griego no se dejó ganar por alguna forma de exceso de confianza ante la cobertura del Dron, e igualmente condujo los desplazamientos con el mismo sigilo que lo hubiera hecho en territorio enemigo y sin contar con su apoyo y cobertura. La vegetación no era frondosa, la isla es un paseo turístico y se mostraba sumamente cuidada y limpia, el grupo debía atravesar espacios abiertos sin cubierta ni camuflaje y la manera de hacerlo era arrastrándose contra el suelo tomando todas las precauciones necesarias.
El plan de Griego era que los dos Equipos de Francotiradores se movieran juntos hasta alcanzar el punto tentativo que habían seleccionado contra la línea de vegetación de la costa frente al Crucero, una vez ahí se separarían y desplazarían hacia un extremo y otro de la isla buscando los puntos precisos con adecuados campos de tiro como para estar en condiciones de batir blancos hostiles, fundamentalmente en la zona de proa donde se encontraba el Puente de mando y sobre el través y popa para apoyar las inserciones helitransportadas y por superficie. Un elemento clave estaba jugando a favor de la Fuerza de Asalto, el viento seguía soplando suave desde el Oeste y el Freya Göttin se continuaba presentando paralelo a la isla facilitando los campos de tiro y el esquema de aproximación en la siguiente Fase Tres. —Alto —, ordena en voz baja Griego al percatarse que apenas veinte metros más adelante estaba el lindero del monte y al frente el gran espejo de agua de la bahía con el Crucero fondeado a quinientos metros —, debemos asumir que los terroristas cuentan con visores nocturnos y seguramente deben tener observadores cubriendo la isla, tal vez no cuentan con la cantidad suficiente de efectivos como para haber dejado apostados a algunos acá, pero no pueden haber dejado sin considerar esta costa, así que nos moveremos con las mismas precauciones y técnicas como si fuese de día. El punto tentativo que había sido elegido era casi perfecto, solamente uno de los Equipos debería desplazarse apenas cincuenta o sesenta metros hacia el Sur para quedar enfrentado al través y al área de popa del barco, el otro Equipo podría quedarse aquí mismo. Griego destaca al Equipo que denominó «Dos» al Sur mientras el permaneció con el «Uno» preparando la posición de tiro de forma tal que le proporcione a los tiradores un total camuflaje. Luego de casi veinte minutos de lento y cuidadoso movimiento hacia el Sur, el Equipo Dos informa: —Punto seleccionado, setenta y cinco metros al Sur de su posición, quince metros de la línea de agua, comienzo preparación de la posición de tiro. La Fase Dos estaba cumplida, Griego procede a efectuar dos comunicaciones: —«Orión este es Griego, Fase Dos completada, Equipos en posición y listos». —«Castor, proceda al Punto de Partida»,
—«Recibido» — fueron las idénticas respuestas que oyó por su VHF. En ese preciso instante Orión tomó su decisión, llamó a Pirata a su presencia y le informa: —Pirata, alista a los dos Equipos de Superficie, zarpamos en media hora, he decidido aprovechar las pocas horas de oscuridad que quedan y la cobertura del Dron y modificar nuestro esquema de maniobras, estableceremos un punto de reunión intermedio en la misma playa donde acaban de desembarcar los francotiradores, esperaremos a cubierto y coordinaremos con los helicópteros la convergencia sobre el crucero. En horas diurnas estaremos más expuestos, la navegación de Griego fue perfecta y segura y quiero aprovechar esta coyuntura táctica. —Como coordinaremos con los helicópteros? — preguntó Pirata, a lo que su jefe le contesta: —Ya mismo me pongo en comunicación con Diablo y con los pilotos, y les comunicaré el cambio en el plan original que será solo de nuestro eje, los helicópteros decolarán a mi orden y seguirán la misma ruta planificada, solamente nos uniremos al movimiento cuando pasen por el Sur de la isla, sin dudas esto contribuirá a aumentar el factor sorpresa. Orión sabía que no tenía el consentimiento del Jefe del Estado Mayor de la Defensa ni de su propio Comandante en Jefe, pero no podía arriesgarse a una negativa, asumiría la responsabilidad e incluiría esta decisión en la autorización primaria recibida para…»efectuar los desplazamientos y alistamientos necesarios ante la eventualidad de que le sea asignada la autorización para el asalto»… Comunicaría la actual situación desde su nueva ubicación en la Isla Gorriti.
27 de diciembre – 04.30 horas
Las coordinaciones estaba hechas, ni los Pilotos aeronavales de los Bolcow ni los de la Fuerza Aérea al mando de los UH plantearon objeciones, por el contrario, les favorecía. Según el plan original, debían volar los casi ocho kilómetros desde El Jagüel hasta la vertical del punto de partida original de los botes y luego los restantes seis de modo tal de converger coordinadamente sobre el objetivo, lo cual iba a resultar extremadamente complicado principalmente para mantener el factor sorpresa habida cuenta de la gran diferencia de velocidades entre el eje aéreo y el de superficie. A las 04.30 am en punto las dos lanchas rápidas transportando a los respectivos Equipos de diez hombres cada una zarpan desde el punto de reunión en la costa, Orión activa una red de comunicaciones con el operador del Dron y con Griego a efectos de que ambos informen respecto a alguna amenaza u otro tipo de cambios en la situación que afectara este nuevo esquema de maniobras. La navegación de las embarcaciones menores fue perfecta, navegaron a velocidad reducida para minimizar ruidos y riesgos, la ausencia de comunicaciones significaba que la playa permanecía segura ya que eso era lo que se había coordinado con el israelí operador de la Unidad de Control del Dron y con Griego, solo se rompería el silencio de radio en caso de constatarse una amenaza. Los terroristas no sospechaban de este movimiento, aparentemente su atención debía estar centrada en aproximaciones desde la costa y no desde el mar. Las embarcaciones embicaron una al lado de la otra y los Fusileros Navales desembarcaron rápidamente. Había un problema, la franja de arena tenía seis metros de ancho y los botes eran demasiado pesados como para subirlos a rastro hasta la línea de vegetación y camuflarlos como indica la doctrina en una incursión, tampoco era recomendable por más que el Dron no revelara presencia de terroristas en la costa, dejarlos tan expuestos. Rápidamente se decidió navegarlos unas decenas de metros hacia el Norte donde la terminaba la arena y pasaban a predominar las rocas, allí los patrones buscarían un hueco donde ubicar a los dos botes, el mar estaba calmo y las defensas de goma eran
suficientes como para protegerlos del roce lateral contra las rocas. Mientras tanto, los veinte hombres ya en tierra se mimetizaban con el entorno, a la espera de la próxima Fase de la operación de recuperación del Crucero de manos terroristas.
—Capitán, ordene por los altavoces que los tripulantes que operan las lanchas salvavidas se identifiquen a sus custodios —. De inmediato el Capitán Müller dio trámite a la directiva recibida de Rahman y emitió por el circuito interno la directiva. —Youseff, se van a identificar los tripulantes que se encargan de arriar las lanchas salvavidas, que sean conducidos hasta la lancha más a proa sobre babor, has entendido?. Eran las 9 de la mañana, faltaban solamente 3 horas para el desenlace del Plan que tan detalladamente había concebido, y debía seguir su cronograma, pero durante la noche algo sucedió en su interior que lo llevó a tomar una inesperada determinación que no solo no estaba dentro de los planes y nunca había considerado antes, sino que se contraponía a la carencia de principios y de humanidad que caracterizaron siempre los ataques de ISIS, donde cuanto mayor resultaba la cantidad de víctimas civiles más exitoso era considerado. Rahman Hakme había sentido espontáneamente algo que no pudo explicarse, una especie de sensibilidad y sentimiento hacia determinadas personas que habían confiado en el, personas que eran respetuosas y solidarias con el prójimo a pesar de profesar diferente fé y que tal vez no fuera voluntad de Alá que allí murieran. Al menos este pensamiento le sirvió de justificación o interpretación de esa extraña sensibilidad que estaba experimentando. —¡Eso había pasado! —, se auto justificó,….Alá le manifestó su voluntad de esa forma, sensibilizándolo espontáneamente e induciéndolo a ese sentimiento y determinación. —Youeff, que busquen a Frans Meyer y a su familia y los conduzcan a la primera lancha de proa sobre babor. —Salim, quiero al Jefe de Máquinas en la lancha de proa a babor. También dile a Wahid que confirme el alistamiento y programación el sistema del ANFO para que se active a las 12.00 en punto, que clausure la Sala de Máquinas y venga con su gente para acá, está todo claro?. —Si hermano, comprendido — fue la casi simultánea e idéntica respuesta de ambos.
Mientras tanto en el reunido Comité de Defensa Nacional, la novedad trasmitida por el general Jefe del Estado Mayor de la Defensa respecto a los movimientos tácticos hechos en la noche por el Capitán de Corbeta a cargo de la Operación de Asalto y recuperación del Crucero, había causado crispación en unos y nervios en otros. —¿Que atribuciones piensa que tiene ese Capitán?, acaso cree puede obligarnos a tomar la decisión de atacar por el hecho de acercarse irresponsablemente al barco? — La airada pregunta fue formulada al aire por el Ministro de Defensa negado desde un principio a cualquier acción militar. —Señor Ministro, aunque no le parezca, fue una medida acertada y prudente, se movió en la noche sin riesgos y sin ser detectado, permanece a cubierto y esperando órdenes. —Decidió correctamente, — continúa el General —, según el Plan original debía navegar en los zodiac cargados de personal una gran distancia, a la luz del día y sin el más mínimo margen de error, ahora la complicada coordinación de velocidades y tiempos con los cuatro helicópteros para que todos converjan juntos al objetivo, ya no va a ser necesaria, de ejecutarse se juntarán prácticamente sobre el barco. —Tengo comunicación con el Capitán por teléfono celular a efectos de que reciba directamente a través mío las órdenes que el Presidente emita desde esta misma Sala. Las palabras del General calmaron a los presentes que sintieron que volvían a tener el control de la situación. Si bien el General apoyó la decisión de Orión, entendió que en este caso en particular, seguir la natural cadena de mando dificultaría la toma de decisiones y las comunicaciones en tiempo real, así que coordinó con el Comandante de la Armada presente en el área, que el Presidente ejercería una suerte de Comando Operacional según las escalas y definiciones de Comando y Control, y él personalmente trasmitiría sus órdenes e informaría de la situación recibida directamente de Orión. Sin dudas todo el sistema Político-Militar estaba improvisando sobre una situación que jamás previeron ni pensaron que sucedería y él debía al menos organizar los procedimientos.
El Freya Göttin estaba dotado con diez modernas lanchas salvavidas por banda, capaces de transportar a doscientos pasajeros cada una, y otros seis botes con capacidad de cien personas cada uno. El sistema de arriado era moderno y rápido mediante un sistema de pescantes eléctricos. Como había dispuesto Rahman, los tripulantes encargados del arriado de las lanchas fueron reunidos en la primera de babor. Les ordena sentarse en el piso y les imparte hablando en alemán, claras directivas sobre lo que deberían hacer cuando les fuera ordenado. —Cuando se les ordene zarpar, cada uno se dirigirá al punto de la playa que se le muestre y siguiendo un rumbo directo desde el barco, se alguno se desvía, será batido por el fuego. Alguno tiene dudas sobre lo que les dije? — Los atónitos tripulantes negaron tener dudas sobre la extraña orden que acababan de recibir, nadie se atrevió a decir ni una palabra. —Quien es Franz Meyer?— gritó en castellano el colombiano apostado a la custodia de los empresarios retenidos en su exclusivo salón comedor de babor. El veterano alemán reaccionó al reconocer su nombre aunque muy mal pronunciado y sentado en su silla, levantó su mano sin hablar. El guerrillero llegó hasta el y lo tomó del brazo mientras señalaba a la mujer sentada a su lado. —Esposa?….esposa?….»wife» terminó diciendo en inglés. —Wife — respondió el alemán. Con un gesto de cabeza en dirección a la puerta y tomándolos a ambos del brazo mientras mantenía su AK colgado del hombro, el hombre les indica que deben levantarse y salir con el. Sin objetar, con calma y sin miedo a pesar de que por su cabeza seguramente pasó la idea de que habían sido elegidos para algún fusilamiento, Meyer se levantó y caminó hacia la puerta de salida a cubierta. La prestancia que caracterizaba a Franz pese a su edad, pareció haberse desmoronado en cuestión de horas, caminaba encorvado y la barba blanca producto de dos días sin afeitarse lo avejentaba aún más. Su esposa le sirvió de sostén mientras caminaba hacia su incierto destino. Al llegar al costado de la lancha reconoció al antiguo motorista de su Siderúrgica
que terminaba de dirigirse a los tripulantes a los que aún no se les había impartido órdenes de retirase. Desde la popa llegan casi al mismo tiempo Salim Adaief y Wahid Muktar que arrastraba a los empujones al golpeado Jefe de Máquinas cuya cara estaba cubierta de su propia sangre seca luego de la golpiza que le propinara su custodio. —¿Quien maneja esta lancha? —, preguntó Rahman al grupo. Uno de los hombres se adelantó. —Prepárala y arríala, llevarás a estos rehenes a la isla— le dijo señalando al matrimonio Meyer y al jefe de Máquinas —. Veo un muelle allá, ahí te dirigirás. Si sigues de largo aunque sea un solo metro, mato inmediatamente a todos estos acá, has entendido?. —A la lancha — Rahman Hakme había decidido que su viejo empleador en la siderúrgica y su esposa, al igual que su Jefe durante su desempeño como motorista, desembarcaran y se pusieran a salvo de los que sucedería a bordo en poco tiempo. Inesperadamente Wahid Muktar reacciona e increpa a su Lider. —¿Que haces, que es esto, porque bajas a estos infieles?. —Es mi decisión y no tengo porqué darte explicaciones, tu obedece mis órdenes. —Nadie va a desembarcar, todos los infieles morirán, tal es el deseo de Alá y de nuestro Califa —, desafió abiertamente el sirio sunita antiguo lugarteniente del «Decapitador Jihadista John», al tiempo que llevaba un proyectil a la recámara de su fusil. —Baja ese fusil y obedece mis órdenes, ustedes, embarquen a los rehenes y bajen la lancha —, retrucó con un grito Rahman tratando de imponer su autoridad. Súbitamente, inesperadamente, y si decir una palabra más, Muktar disparó impactando en el pecho del Jefe de Máquinas que murió instantáneamente antes de pegar pesadamente contra el mamparo y caer inerme a cubierta. Una gran mancha de sangre se estampó en la pared, y como si sus ropas hubiesen sido un
grueso pincel, su cuerpo mientras caía trazó un largo y macabro rastro que llegaba hasta la cubierta. Todos se agazaparon instintivamente, excepto Rahman que tal vez por instinto y esperando algo así, también disparó al siguiente segundo, pero con su pistola y a la cabeza de Muktar que también murió en al acto. Inmediatamente apuntó a los otros cinco árabes de su grupo: —¿Algún otro va a desafiar mi autoridad?, alguno va a desobedecer mis órdenes?— Ninguno se movió. Miró a su anterior Jefe de Máquinas que yacía sobre cubierta, y un profundo sentimiento de congoja y de ira lo invadió, el hombre al que pensaba salvar como agradecimiento por como lo había recibido a bordo, pero fundamentalmente por la manera en que lo había respetado ordenando que se arreglaran sus turnos de guardia para que no afectaran sus rezos del Corán, estaba muerto. —Llévenselo de aquí — ordenó tratando de recobrar su compostura y el control de la situación. —Qué esperan, embarquen a los rehenes y bajen la lancha, ya mismo.
—«Orión, este es Griego, se oyen disparos a bordo, grupo de gente reunida cerca del bote salvavidas más a proa en babor»— la inmediata comunicación VHF desde la posición de Francotiradores número Uno. —¿«Puedes ver algún detalle»?— fue la respuesta del Líder desde el lado opuesto de la isla. —«Negativo, dos disparos, no puedo identificar víctimas…veo que una de las lanchas salvavidas se está arriando»— —¿«Están liberando rehenes?». —«Negativo, solo un bote se mueve y no veo embarque de pasajeros». De mala gana, ya que entendía que aunque significativa, esta era aún muy poca información y solo iba a contribuir al desconcierto en sus superiores, pero consciente de que su movimiento inconsulto en la noche a la isla había causado malestar en los mandos, decidió poner al tanto al General de esta situación. —«Capitán, está usted en el altavoz, el Presidente lo está escuchando, puede repetir lo que me acaba de informar?»— respondió el Jefe del Estado Mayor, motivando la reiteración del relato por parte del Marino al que ya identificaban como Orión. Segundos después de que Orión informara al Consejo de Defensa Nacional, nuevamente Griego transmite» —«Orión, la lancha se dirige hacia esta isla, confirmo, no está con pasajeros a bordo, a pesar de que es cerrada no se observó embarque en cubierta»— —Mierda!!,— masculló Orión — o los terroristas detectaron nuestra presencia y lo vienen a corroborar, o entendieron la importancia estratégica de la isla y decidieron apostar alertas asumiendo la inminencia de un ataque de nuestra parte . Tal vez no haya sido buena idea habernos desplazado a la isla anoche, perderemos el efecto sorpresa. Decidió no informar esto último, pensó que si el mismo dudaba cuál sería su próxima acción, desde atrás de un escritorio a más de cien kilómetros de
distancia, podía salir cualquier cosa. Esperaría. La lancha ya despegada del costado del Crucero navegaba hacia la isla, pero no directamente hacia la posición del Equipo Uno de Francotiradores, sino más hacia el Sur. —«Pasan a nuestro frente, no parece que sospecharan de nuestra presencia»— informó Griego prácticamente enterrado en la arena y cubierto de hojas, y continuó: —«Acaban de pasar frente al Equipo Dos, tampoco los detectaron». Solo unos segundos después de pasar navegando pegado a la costa de la isla frente al Equipo Dos, la lancha vira a la derecha y se dirige al muelle que normalmente utilizan las embarcaciones de recreo en sus paseos a la isla. Tras una dificultosa maniobra de aproximación debido al desconocimiento del y de la poca maniobrabilidad de este tipo de embarcaciones, el mismo tripulante que manejaba la lancha salta hacia el muelle y procede a amarrarla a una pequeña bita. —«Equipo Dos, lo tienen bajo visual?». —«Lo tengo, ha bajado un hombre uniformado de blanco, desarmado, no parece un terrorista, más bien un marinero del barco. Ahora baja un anciano y atrás una señora también mayor, aparentemente no hay nadie más en el bote. Ahora los tres toman por una senda y se adentran en la isla». Orión escuchaba atentamente la comunicación entre Griego y el Equipo Dos de Francotiradores. Analiza rápidamente esta inesperada situación y toma su segunda decisión importante en pocas horas. Estaba convencido de que esta gente no desembarcaba circunstancialmente para luego reembarcar. Por alguna razón que ignoraba, estas personas quedaban fuera de situación, y eran su única opción para obtener información respecto a lo que estaba sucediendo en el Crucero antes de tener que lanzar un ataque a ciegas. Decidió hacer o, era una baraja que valía la pena jugar. Cabía la posibilidad de que fueran señuelos, el marinero bien podía ser un terrorista disfrazado con un equipo de comunicaciones, ya lo había dicho Sun Tzu hacía dos mil quinientos años, «el arte de la guerra se basa en el engaño», y en esta guerra asimétrica de hoy día gana el más inteligente. De todas maneras
no le pareció que este fuera el caso, no a tan poco tiempo de vencer los plazos y luego de un aparente incidente a bordo. Orión y Pirata salen a su encuentro, esperan a que las personas entren a la vegetación y queden fuera de la observación desde el Crucero. Desde una posición apenas cubierta los observan, no parecen pretender otra cosa que buscar un lugar donde cobijarse, ni siquiera prestan atención a los alrededores. Cuando quedan a pocos metros, los dos militares saltan de su posición: —Alto —, les grita Orión, a lo que los tres quedan petrificados — Quietos, de rodillas — ,continúa ordenándoles en castellano, e inmediatamente dándose cuenta de que no entendían, les hace una seña bajando reiteradamente la palma de su mano mientras la otra se apoyaba amenazadoramente en la pistola Glock que portaba en su cintura. —Speak spanish?. —No spanish, german and english. —Ok, english — acuerda Orión, y comienza preguntando: —¿Quienes son ustedes, que hacen acá?. Por diez minutos el tripulante dominado por los nervios y la ansiedad, trató de explicar al Capitán de Corbeta lo que él pudo apreciar respecto a lo sucedido en torno a la lancha salvavidas, lo que les fue comunicado por el líder de los terroristas cuando los reunió en el bote, y las confusas circunstancias en las que uno de los terroristas mató al Jefe de Máquinas y el líder lo mató a él. Explicó que la discusión entre ambos fue en árabe por lo que no pudo entender el motivo del violento altercado. —¿Pero porqué están ustedes acá? — insistió. El veterano alemán Meyer levanta su mano derecha y con voz calmada se adelanta a lo que podría responder el tripulante. —Creo que pretendía salvarnos, conozco personalmente al líder de los terroristas, es un antiguo trabajador de mi empresa en Alemania que solicitó embarcar como maquinista. Supongo que por alguna razón me quiso salvar junto
a mi esposa, y también al Oficial, pero otro terrorista se opuso y sucedió lo que relató el tripulante. —¿Cuantos terroristas son? , cuáles son sus intenciones?, lo sabe?. —No con seguridad, pero más de veinte. No sé cuáles son sus intenciones. —¡!Explosivos!!, pusieron explosivos — se descargó casi desesperado el tripulante —, van a explotar el barco —. Orión y Pirata se miraron y ambos consultaron sus relojes, en una hora y media se cumpliría el plazo máximo otorgado por el Estado Islámico, una catástrofe de inimaginable magnitud estaba a punto de suceder en aguas uruguayas. Luego de ordenar toda la información proporcionada por los aparentemente liberados rehenes, Orión se puso inmediatamente en comunicación con el General en el Comité de Defensa Nacional y lo puso en conocimiento de la extrema gravedad de la situación. —Señor Presidente —, toma la iniciativa de la palabra el General luego de que todos escucharan por el altavoz del teléfono el informe proporcionado desde la misma Isla Gorriti por el Oficial Naval —, esta información corrobora todo lo que expusieron las agencias norteamericanas e israelíes, ISIS cumplirá su amenaza cuando venza el plazo, se hayan cumplido o no sus exigencias, recomiendo firmemente ejecutar inmediatamente , repito, inmediatamente, la Operación de Asalto sobre el Crucero, debemos hacer todos los esfuerzos necesarios para evitar esta catástrofe, recomiendo además, activar el Sistema de Emergencia Nacional a efectos de rescatar y atender a los cientos de víctimas que resultarán de esta tragedia, trasladarlas a hospitales y brindarles atención médica. Mi opinión es que ya es tarde, pero si actuamos inmediatamente al menos podremos reducir los efectos de lo que inevitablemente sucederá. La contundencia de la exposición del General y los propios hechos acaecidos, dejaron sin respuesta a los detractores de la acción militar que hasta evitaron la mirada del Presidente conscientes de su mala apreciación de la situación. Esta vez la reacción del Presidente de la República no se hizo esperar y de inmediato expresó frente a todos los presentes: —General, autorizo en este momento la ejecución de una operación militar por parte del personal de la Armada para recuperar el control del Crucero de manos
terroristas. Ordénelo ya mismo —, al tiempo que continuó: —Ministro de Salud, disponga el alistamiento inmediato de todos los centros de Salud regionales y de los especializados a nivel Nacional a efectos de ponerlos en condiciones de recibir víctimas. Destaque al área a la mayor cantidad posible de Unidades Móviles para traslado de heridos. —Ministro de Defensa, ordene a la Armada que se aliste para una operación de rescate masivo de los tripulantes y pasajeros del Crucero. —General, active todos los medios de comunicaciones necesarios para que me llegue a esta misma sala la información en tiempo real de lo que está sucediendo. El General sabía que esto marcaría un punto de inflexión en la historia militar del país, de aquí en más nada sería igual. Uruguay estaba a punto de aprender con sangre la lección, entendería el error político y estratégico cometido al considerarse por fuera del alcance de los conflictos que asuelan al mundo. La misma experiencia profesional que desde hacía dos días le estaba permitiendo arribar a conclusiones y a visualizar los acontecimientos que inexorablemente se estaban cumpliendo, le indicaba que sería muy difícil evitar cien por ciento la catástrofe, pero al menos confiaba en que una impecable y casi perfecta ejecución de la Operación, minimizaría su alcance y gravedad. —«Orión, son las 10.50 hora local, retrasmito del Señor Presidente de la República, ejecute Operación Candelaria sobre el objetivo». —«Recibido General, ejecuto Operación Candelaria» —«Capitán, las comunicaciones no son las adecuadas, pero agote los medios para poder mantener por mi intermedio informado al Presidente y al Consejo. No obstante intentaremos establecer y activar alguna red secundaria de comunicaciones»— —«General se me ocurre una posibilidad, el Dron israelí que nos apoyó anoche tiene prestaciones excepcionales, presenta imágenes en la Unidad de Control en tierra, tal vez esas imágenes puedan ser retrasmitidas hacia algún enlace de Internet, al menos tendrá imagen de lo que está pasando»— —«Excelente idea Capitán, ya mismo hago las coordinaciones a través del representante de la Embajada»—
Tanto Orión como el Jefe de la Unidad de Helicópteros de la Aviación Naval y el Mayor de la Fuerza Aérea a cargo de los UH, tenían claro que a medida que se acercara el mediodía, la posibilidad de una orden de último momento y la consecuente activación inmediata de los medios aéreos aumentaba, así que tanto las aeronaves como los combatientes estaban listos, a minutos de decolar. Volarían en formación de ataque desde el principio, siguiendo las rutas estudiadas y establecidas para mantener el secreto el mayor tiempo posible y así contribuir al factor sorpresa. Las dos lanchas neumáticas rápidas transportando a los Equipos de Asalto por Superficie se integrarían al dispositivo en su pasaje por el punto sur de la isla de Gorriti donde estaban en espera. Todos los de la Unidad, especialmente los Líderes de los distintos Equipos, sabían que el éxito de esta operación dependía de que cada hombre tuviera claro y supiera exactamente cuál era su tarea y el momento preciso en que la ejecutaría en coordinación con las demás, como si cada una fuera un engranaje de una perfecta maquinaria de relojería que debía funcionar sin la más mínima falla. Eso, más la violencia y agresividad de la acción, el liderazgo firme y la capacidad de toma de decisión hasta el más bajo nivel, serían claves para tomar y mantener la iniciativa en este ambiente de incertidumbre extrema que enfrentaban. La velocidad de crucero actual de los UH era de 200 Km/h, similar a la de los Bolcow, pero por razones de seguridad debido a baja altura a la que volarían y con mucho personal a bordo, decidieron hacerlo a 150 Km/h. A la hora 11.15 am exactamente, las cuatro aeronaves decolaron e inmediatamente adoptaron formación de ataque. Los dos UH transportando a sus respectivos Equipos de Asalto Vertical liderados por Diablo y Cheko volaban en columna con un Bolcow y sus Francotiradores a cada flanco. La formación volaba a escasos treinta metros de altura y a bordo, los Fusileros estaban listos a entrar en combate y poner a prueba todo su adiestramiento previo. «Candelaria» estaba en marcha. La ruta establecida estaba dividida en cinco tramos. Desde El Jagüel, 2.3 Kilómetros con rumbo Sureste hasta alcanzar la costa en el denominado «Punto Uno», luego virarían al Suroeste para volar 6.03 kilómetros hasta alcanzar el
«Punto Dos» en el extremo Sur de la Península. En este punto se tomaría un rumbo franco al Oeste recorriendo 2.32 kilómetros a efectos de quedar a cubierto de la observación desde el Crucero, y desde ese «Punto Tres» mar afuera, hacer la aproximación final navegando 2.18 kilómetros con rumbo Noreste hasta alcanzar el «Punto Cuatro» en la costa de la isla, finalmente sobrevolarla por 900 metros hasta llegar a la vertical del Freya Göttin, todo el movimiento insumiría aproximadamente 6 minutos. El Piloto del UH de vanguardia lideraba la formación durante esta Fase, seleccionaría el punto exacto sobre cubierta e indicaría a los Equipos el momento exacto para deslizarse a bordo. Mientras tanto Orión había desplazado a sus dos lanchas zodíac con los Equipos de Asalto por Superficie hasta el sur de la isla manteniéndose a cubierto hasta que la formación de helicópteros pasara por su vertical. En ese momento se destacarían a máxima velocidad hasta alcanzar la popa del Crucero desde donde se procedería al abordaje. Ambos líderes habían aprovechado estos minutos desde que Meyer y el tripulante habían dado información, para estudiar la copia impresa de los planos del barco que habían llevado consigo e identificar la ubicación exacta del Comedor principal, del Teatro y del salón comedor de la nueva cubierta exclusiva donde se encontraban retenidos los pasajeros, los tripulantes y los millonarios empresarios. El camino desde la popa hasta esos lugares debería ser el más directo y rápido posible. La tensión en el Consejo de Defensa Nacional era máxima, no existía la posibilidad de escucha de las comunicaciones entre los diferentes Equipos y el Líder de la Operación, el celular de Orión era la única opción para enterarse de que estaba aconteciendo y una vez que comenzara el asalto y el combate a bordo obviamente cesarían estas comunicaciones. Solamente sabían que los helicópteros habían decolado y se dirigían al encuentro de las lanchas para converger sobre el objetivo. En ese momento irrumpe el Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, que integraba el Consejo en representación de su Comandante en Jefe quien estaba en el área de operaciones: —General, Señor Presidente, permitan por favor que ingrese un técnico en
comunicaciones a efectos de instalar en esta sala un equipo de HF que nos permitirá comunicaciones con el Piloto del UH, al menos tendremos información en tiempo real. Dentro de la incertidumbre, un poco de calma llegaba a la reunión del Consejo de Defensa Nacional, además de esta posibilidad que presentaba la Fuerza Aérea, luego de la rápida gestión del Jefe del Estado Mayor de la Defensa, la Embajada de Israel había coordinado con los operadores del Dron, que el hexacóptero fuera enviado a sobrevolar el Crucero y enviara señales de video de la operación a la Unidad de Control, las que serían reenviadas digitalmente a un terminal en la sala del Consejo. —«Orión, este es Halcón Líder, Punto Tres alcanzado, a 50 segundos de su vertical’— la comunicación del piloto líder de la formación indicaba que comenzaba su aproximación final. —«Halcón Líder este es Orión, recibido estamos en posición y listos»— Apuntó sus prismáticos en dirección al mar y divisó casi al ras del agua a la formación de helicópteros. Recordó la frase de Julio César al cruzar el río Rubicon, «Aleaiacta— est»— , la suerte está echada, y esperó. Los dos motores de 90 HP de las lanchas estaban moderando y listos a dispararlas hacia el objetivo. —«Griego este es Orión, a mi orden, fuego a discreción sobre blancos de oportunidad que identifique como terroristas»— —«Este es Griego, recibido, Equipos Uno y Dos listos a batir blancos en el objetivo»— El viento suave de componente Oeste era una bendición, no solo mantenía al Crucero paralelo a la isla y presentando la popa a la dirección de aproximación por aire y superficie, sino que contribuía a alejar el sonido de los rotores de los helicópteros. Irrumpieron como rayos a la bahía desde atrás de la isla, los UH se alinearon al eje de crujía del enorme Crucero y entraron por la popa mientras los Bolcow se abrieron a ambas bandas hasta alcanzar la línea y altura del puente de mando, y ahí mismo quedaron en vuelo estacionario. —«Griego este es Orión, autorizado fuego a discreción sobre blancos hostiles a bordo».
Rahman miraba su reloj, faltaba poco más de media hora para que venciera el ficticio plazo otorgado a sus víctimas para que cumplieran las exigencias que desde un principio sabían que no serían aceptadas, y que aún si lo hubieran hecho, no habría impedido que la intención del Califa y el estado final deseado, se concretaran igual. —Thabet, que comiencen a arriar los botes salvavidas, asegúrate de que quedan sobre el agua pero firmes aún a los pescantes hasta que se ordene la zarpada. Mata al que no cumpla. Que el primer bote de estribor no baje aún. —Youseff, dile al Comandante Estanislao que proceda a clausurar y sellar el Salón Comedor, el Teatro, y el comedor de los millonarios, que se asegure que no se pueda abrir desde adentro y que nadie pueda salir. Que comience a replegar a su gente hacia el primer bote de estribor. Cuando Hamid Al Rashid y Abú Muslim operacionalizaron la intención del Califa Al Baghdadi, tuvieron que aceptar la realidad que les indicaba que al no poder ejecutar la operación enteramente con hermanos yihadistas dispuestos a convertirse en mártires «Shahids», debían permitir que los atacantes esta vez pudieran escapar vivos. Era imprescindible si se quería contar con ellos en futuras acciones hasta que la necesaria cantidad de yihadistas estuvieran implantados en Sud América. Por más que se les asegurara enormes cantidades de dinero a sus familias, ellos también eran infieles que no estaban dispuestos a morir por Alá. Eran infieles necesarios. Rahman tuvo que planificar como salir, como escapar de una situación tácticamente tan expuesta como lo era el haber atacado a un objetivo aislado en medio de una bahía y seguramente rodeado en tierra por fuerzas militares y policiales. La opción que visualizó era simple, era la única, crear una situación de caos y aprovecharla para escapar en medio de ella. El caos surgiría cuando el Crucero sufriera la brutal y devastadora explosión prevista en sus entrañas que lo comenzaría a consumir por el fuego. Cientos de víctimas inmediatas y otro tanto que se irían produciendo rápidamente, muchos desesperados y en pánico tratando de escapar como fuera, tal vez hasta algunos arrojándose al agua, y en ese caos, los botes salvavidas saliendo desde el costado del barco como un abanico en todas direcciones hacia la misma playa donde
embicarían en la arena. Los botes estarían vacíos, pero nadie lo sabría con certeza al menos en los primeros y necesarios momentos, tal vez asumirían que muchos pasajeros se estaban poniendo a salvo. La realidad sería otra, los únicos a bordo iban a ser los terroristas mercenarios que debían escapar hacia un lugar predeterminado en la costa donde la Van y los autos los estarían esperando para sacarlos del área. —«Helicópteros, nos atacan»! — gritó por el equipo de radio uno de los terroristas sobre cubierta alertando a Estanislao que inmediatamente se lo retrasmitió a Youseff Douala. Rahman también fue alertado en la sala de Comunicaciones donde había establecido su puesto de comando. Consultó su reloj, poco menos de media hora era lo que debían resistir el ataque hasta que se creara su particular y específicamente planificado, caos. Mientras llegaba ese momento, ejecutarían lo planificado para la eventualidad de recibir un contraataque como finalmente estaba sucediendo, causar la mayor cantidad de bajas posible a los atacantes. Evaluaría como era el ataque y desde donde venía el esfuerzo principal, y a partir de allí, ejecutaría alguno de los cursos de acción que había previsto. Rahman abandonó la Sala dejando a cargo a dos de los hombres de Wahid Muktar a quien había matado poco antes, asumía que estaría más expuesto y vulnerable, pero debía comandar sabiendo fehacientemente que estaba sucediendo.
El primero en abrir fuego fue un colombiano cuyo disparo astilló el parabrisas del Bolcow de estribor, pero se expuso lo suficiente como para que el Francotirador accionase su Sig Sauer SSG 3000 y lo batiera al primer disparo. Los siguientes dos disparos provinieron desde la isla, los Francotiradores .50 que ya tenían a dos terroristas en sus miras Schmidt & Bender mientras esperaban autorización de abrir fuego, dispararon casi simultáneamente sus McMillan. Al primero, que estaba de pie sobre la cubierta buscando posición para dispararle a un helicóptero, el preciso disparo le arrancó el brazo, mientras que al otro terrorista que asomaba sobre la baranda en el alero exterior del puente de mando, el balazo lo hizo desaparecer, pero la enorme salpicadura de sangre en el mamparo indicaba claramente que había sido baja. —«En posición, salten !!, salten!!»— gritó el piloto del UH de vanguardia. Las cuerdas de descenso que estaban adecuadamente arrolladas sobre las piernas de los Comandos que viajaron sentados en la puerta, fueron lanzadas hacia abajo quedando afirmadas al gancho sobre la puerta lateral. Los chicotes alcanzaron rápidamente la cubierta ocho metros más abajo en el mismo momento en que los dos primeros hombres se deslizaron uno por cada banda. El último en bajar fue blanco de un disparo en pleno descenso, lo que motivó que se soltara y cayera pesadamente sobre cubierta. Cuatro de los hombres que ya estaban abajo rodilla en tierra, dispararon simultáneamente sobre el terrorista acribillándolo al instante, al igual que a un segundo hombre que venía en su apoyo. —«Orión este es Halcón Lider, Equipo Uno sobre cubierta, abandono área»— fue la comunicación del Piloto informando sobre esta acción puntual, cosa que fue ratificada con la siguiente comunicación recibida por el Líder, esta vez de Diablo. —«Orión este es Diablo, Equipo Uno en cubierta»— El segundo UH aún estaba peligrosamente expuesto estacionario a diez metros sobre cubierta sin haber podido lanzar a su Equipo. Una verdadera red de guirnaldas le impedía estacionarse sobre la única zona despejada que visualizaba. El Piloto pensó rápido, al oír que el UH de vanguardia ya había cumplido su tarea y abandonaba el área, decidió adelantarse y lanzar al Equipo Dos sobre el mismo punto, que además, ya estaba asegurado. Así, desplazó su
aeronave cincuenta metros hacia adelante y alcanzó el punto. Seis segundos después todo en Equipo de Asalto vertical Dos estaba sobre cubierta. Instantes después tanto el Piloto, Halcón Dos, como Cheko el líder del Equipo Dos, se lo confirmaban por radio a Orión. El segundo UH también abandonaba el área luego de cumplir su misión. Una sorpresiva ráfaga de AK alcanzó al Bolcow de estribor dañándolo seriamente a punto tal de hacerlo perder estabilidad y casi caer al agua. —«Halcón Líder ese es Halcón Tres, me dieron, helicóptero en emergencia, aborto misión, me dirijo hacia la playa»— fue la casi desesperada trasmisión del Piloto. El Francotirador había sido gravemente herido y estaba caído hacia adentro atendido por su asistente. Milagrosamente la aeronave logró cruzar el espejo de agua hasta llegar a la costa donde el piloto con gran pericia lo posó pesadamente enterrando sus patines en la blanda arena ocasionando que se ladeara y sus palas la batieran antes de que su rotación se detuviera. Mientras el Copiloto se apresuraba a accionar el extinguidor de incendios para neutralizar el fuego que comenzaba a brotar desde la base del rotor principal, el Piloto simbólicamente besó el tablero de instrumentos. —Fue una honrosa última misión para esta nave — atinó a decir. En cubierta Diablo rápidamente reunió y reorganizó a los Equipos, estaban prácticamente sobre la vertical del salón Comedor principal y del Teatro donde se encontraban confinados los rehenes y esa había sido marcada como una prioridad, salvaguardar la mayor cantidad de vidas humanas posibles. —«Orión este es Diablo, Equipo en cubierta, procedo hacia Comedor y Teatro»— dicho esto, divide a su personal en dos grupos e ingresa al interior del Crucero. El segundo disparo desde la isla efectuado por el francotirador Uno, fue una obra de arte del empleo de su arma. Observando que uno de los terroristas se protegía por la baranda del alero del puente para dispararle al Bolcow en babor, cargó su McMillan con un proyectil perforante. El terrorista había adoptado la posición de rodilla en tierra mientras apuntaba su fusil AK hacia el vulnerable helicóptero estacionario, su cuerpo estaba cubierto, pero por sobre la baranda se veía el caño
del fusil en dirección a la aeronave. El tirador imaginó la posición del hombre tras la baranda y le disparó como si lo estuviera viendo. Su apreciación fue acertada, el poderoso proyectil .50 perforante atravesó la chapa y partió al terrorista en dos, haciendo que su sangre y trozos del cuerpo quedaran estampados sobre el mamparo exterior del puente de mando. El saldo hasta ahora era de dos bajas propias, seis terroristas abatidos y un helicóptero destruido, muy alto para ser recién los primeros minutos de combate. Las lanchas rápidas alcanzaron la popa del Crucero y tomaron posición cada una ligeramente hacia las bandas. Las dotaciones venían preparadas para abrir fuego durante la aproximación, pero afortunada y sorpresivamente no hubo oposición de parte de los terroristas. Aparentemente el shock del ataque helitransportado fue tal que no consideraron que también habría otro eje de incursión por superficie. No obstante aún restaba la difícil maniobra de abordaje durante la cual estaban muy vulnerables, los terroristas podían reaccionar y los campos y líneas de tiro desde abajo eran demasiado limitados. Evaluando la situación y a la luz de que el Asalto Vertical se había ejecutado en un tiempo asombrosamente corto, y que tres de los helicópteros ya habían abandonado el área, Orión ordena: —«Halcón Cuatro, desplácese a popa de su posición y cubra por el fuego del Francotirador mi embarque desde superficie»— Con gran pericia el piloto del Bolcow que aún quedaba volando sobre el objetivo, comenzó a desplazar a su aeronave hacia atrás asegurándose de que el Francotirador tuviera siempre línea de tiro clara hacia el barco. Retrocedió los cien metros que separaban su estación actual de la zona de popa y se estacionó, permitiendo que entre su tirador helitransportado y el Francotirador 12.7 mm número Dos desde la isla, la riesgosa operación de abordaje estuviera cubierta por el fuego. Un hombre en cada una las embarcaciones se puso de pie sobre la proa, simultáneamente ambos apuntaron sus fusiles lanzacabos hacia arriba y dispararon. Los ganchos volaron los siete metros de francobordo hasta la primera cubierta de popa donde se encontraban los guinches y la cabullería de amarre del barco, desenrollando tras de si las finas cuerdas por la que treparían dos ágiles hombres una vez que los ganchos quedaran firmes en la baranda. Dos elegidos,
que tenían la habilidad de trapecistas de circo para subir sin aparente dificultad por la cuerda, treparon llevando en su espalda una escalerilla confeccionada con lingas de acero. Una vez a bordo y con la precisión adquirida en decenas de prácticas previas en variados tipos de barcos, desenrollaron las escalerillas y las afirmaron a bordo, lanzando el otro extremo nuevamente hacia las lanchas. Uno a uno y simultáneamente por ambas bandas, los dos Equipos de Asalto por Superficie liderados por el propio Orión abordaron al Crucero. Afortunadamente la potencial amenaza considerada por los Pilotos respecto a la posibilidad de que los terroristas contaran con misiles Tierra-Aire portátiles tipo Stinger, no se había consumado. La Unidad de Asalto completa estaba a bordo, mientras los helitransportados insertados verticalmente minutos antes ya estaban desplegados en pos de la liberación y protección de los rehenes cautivos en el Comedor principal del Crucero y en el Teatro, el Elemento de Superficie se reorganizaba en la popa. El plan indicaba que se dividirían en tres grupos, uno al mando del propio Orión tomaría el Puente de Mando donde supuestamente se encontraría el Lider terrorista, un segundo grupo liderado por Pirata que procedería a liberar a los empresarios confinados en su Salón comedor exclusivo y un tercer grupo retomaría el control de la Sala de Máquinas y efectuaría una búsqueda casi contra reloj de los explosivos con los que intentaban volar el Crucero. Todavía retumbaban en la cabeza de Orión las advertencias del tripulante que llevó el bote a la isla…»explosivos, colocaron explosivos, van a volar el barco». Cuanto explosivo se necesitaría para destruir tan enorme objetivo?. Se le ocurrieron solamente dos posibilidades, o trajeron algún dispositivo de un poder inimaginable, o era solamente el que acarrearon en las cajas y mochilas y lo ubicaron donde más daño pudiera causar…y ese lugar era uno solo, la Sala de Máquinas y los Tanques de Combustibles. —El tiempo es mínimo y los riesgos enormes, traten de encontrar los explosivos, evaluar la situación y decidiremos si es posible desactivarlos o solamente deberemos tratar de minimizar la cantidad de víctimas — Esa fue la incómoda directiva que Orión impartió a Tigre su experto en explosivos, y a sus otros tres hombres que conformarían el tercer grupo. Con los centros neurálgicos del barco bajo control y los rehenes seguros, se
procedería a combatir a los focos terroristas individuales que podrían quedar aislados en diferentes lugares. Así estaban fijadas las prioridades. Mientras la gente completaba esta rápida y planificada reorganización, Orión se tomó un instante para comunicarse con el General: —«General, toda la Unidad de Asalto a bordo, helicópteros fuera del área, prosigo operación según lo planificado» — La respuesta fue inmediata: —«Recibido Capitán, tenemos imagen desde el Dron»— —Muchachos,…estamos en vivo — comentó jocosamente en voz alta el Líder — Vamos, recuperemos el barco.
El sol que brillaba ese mediodía de verano y todo el maravilloso entorno natural compuesto de aguas transparentes y calmas, de playas de arenas doradas, y de los verdes jardines de las magníficas residencias costeras, parecían querer negar esta dramática realidad tan diferente a lo que este paraíso estaba acostumbrado a vivir. Al escuchar el sonido de los helicópteros primero, e inmediatamente ver a las lanchas surgir como bólidos de atrás de la isla y dirigirse hacia el Crucero, la gente inmediatamente comprendió que una operación militar de rescate se había puesto en marcha. El generalizado miedo que había causado la explosión del camión en el puerto el día anterior, pareció haber desaparecido de repente. Tal vez esa curiosidad un tanto morbosa, ya que todos tenían la certeza de que a poca distancia tal vez ya se estaban produciendo muertes, más la irresistible tentación de ser testigos de algo que solamente habían visto o leído en películas y novelas de aventuras, determinó que como hormigas saliendo de su hormiguero, miles y miles de personas comenzaran a llegar a la costa y ocupar la franja de dunas a lo largo de toda la playa. Unos miraban con prismáticos, otros insólitamente filmaban con sus teléfonos celulares tal vez queriendo dejar un registro de su cercana y personal presencia durante la Operación. El locutor de uno de los canales de televisión, inevitablemente hizo una analogía con la situación vivida 75 años atrás cuando miles de ciudadanos se acercaron hasta la costa de Montevideo para presenciar primero la zarpada del acorazado alemán Graff Spee y luego de su explosión a unas pocas millas de distancia.
Los hombres del equipo de Diablo ingresaron al interior del barco desde la cubierta superior luego de haber accedido a ella deslizándose por cuerda desde el UH. Los pasillos eran anchos, mucho más que los de los barcos de la Armada donde normalmente entrenaban. No obstante, los procedimientos establecidos para desplazamientos tácticos por espacios reducidos se cumplían a rajatabla. Descendiendo por escaleras y transitando por corredores tapizados por alfombras que apagaban el acostumbrado ruido de las botas golpeando el suelo, los Comandos se acercaban al amplio palier ubicado tres cubiertas más abajo donde una gran puerta doble de madera, metal y cristal, permitía el al imponente salón comedor principal del Crucero. La puerta principal estaba tapiada, al igual que las otras puertas del comedor que comunicaban con la cocina y con el corredor de babor. Los tres terroristas a los cuales se les había encomendado custodiar el ya bloqueado hasta tanto fueran llamados a replegarse sabían lo que hacían, no eran esos clásicos centinelas parados fuera de la puerta esperando ser sorprendidos y batidos por el fuego. Estos experimentados combatientes habían tomado adecuada posición a cubierto en una especie de recodo del mismo palier frente a la puerta del comedor, desde donde podían cubrir no solo la propia puerta, sino también el eventual desde la cubierta superior por donde se aproximaría un posible ataque. Los dos marinos que accedieron al palier cuidándose de las amenazas frontales, fueron sorprendidos por un inesperado fuego desde sus espaldas, las ráfagas simultáneas de los tres AK los abatieron al instante. El resto del sorprendido Equipo se agazapó y tomó cubierta tratando de reponerse del impacto de ver a sus dos compañeros acribillados a pocos metros. Durante algunos minutos sobrevino un tan intenso como ineficaz intercambio de disparos ya que los Comandos prácticamente no tenían ni sector de tiro ni visual clara hacia la posición de los bien protegidos terroristas. Diablo evaluó la situación, este intercambio de disparos se iba a prolongar sin resultados y el tiempo no estaba a su favor, desconocía si adentro del comedor los rehenes estaban o no amenazados por algún terrorista que hubiera permanecido en el interior con órdenes de comenzar a matarlos en caso de ser atacados. Tomó la decisión e hizo una señal a su gente, sacó una granada de
mano de su arnés, le quitó el seguro y la lanzó hacia la posición de los terroristas mientras sus hombres disparaban sin apuntar, solamente para que sus oponentes se cubrieran y no se percataran del lanzamiento. La granada cruzó el palier, rebotó en la pared del sector donde estaban parapetados los terroristas y cayó dentro. Apenas tuvieron tiempo de ver que era ese objeto que les cayó a sus pies cuando explotó. Disparando a ciegas entre el humo en dirección a los terroristas, los hombres de Diablo cruzaron el palier y sin cesar de disparar irrumpieron en su posición. Allí se encontraron con dos hombres acribillados por la metralla de la granada, el tercero había podido cubrirse a tiempo y escapar por una puerta trasera. Conteniendo las ganas de salir en su persecución, los militares se enfocaron en su prioridad, la salvaguarda de los rehenes. La puerta estaba sellada con barras de hierro atravesadas con la clara intención de que nadie pudiera salir, parecía improbable que en tales circunstancias hubiera terroristas adentro, pero igualmente debían tomar todas las precauciones, uno o varios fanáticos yihadistas perfectamente podían estar dispuestos a convertirse en Shahids y explotarse matando a los rehenes. No tenían tiempo para buscar y reconocer otros s al comedor, sobre los cuales seguramente los terroristas habrían tomado los mismos recaudos que con el principal. Quedaba la única opción, emplear pequeñas cargas de explosivos que solo romperían las bisagras y los encastres en los marcos, haciendo que la puerta doble cayera enteramente hacia adentro. Luego todo debería ser extremadamente eficaz, ver, evaluar y disparar, ese adiestramiento repetido cientos de veces en el polígono cuando el tirador se enfrenta sorpresivamente a una silueta que unas veces correspondía a un terrorista pero muchas otras a rehenes, y debe tomar decisión casi inmediata. Todos los integrantes de esta Unidad de los Fusileros Navales dominaban las técnicas de las detonaciones controladas para brechar paredes y aberturas ya que el combate en áreas urbanas era una de sus especialidades. La explosión fue perfecta, casi quirúrgica, la puerta cayó hacia atrás y prácticamente en el mismo instante en que tocó el suelo, los hombres irrumpieron con sus fusiles listos a abrir fuego desde el hombro. Los seis traspusieron el enorme boquete en el mamparo y se posicionaron mecánicamente rodilla en tierra a derecha e izquierda gritando:
—Todos al piso!, todos al piso. Con los dedos índices ejerciendo una leve presión sobre la cola del disparador de sus HK, todos recorrían con sus miras el enorme salón donde cientos de hombres y mujeres estaban apiñados uno contra el otro en el suelo. Era prácticamente imposible que cumplieran a rajatabla la orden de tirarse al piso ya que no había espacio para tenderse. A pesar de eso todos se agacharon lo más que pudieron, la intención era poder identificar más claramente a algún terrorista entre ellos y dispararle. —Al suelo — repitieron un par de veces más. Al fin, uno de los rehenes cercano a la entrada gritó: —No hay terroristas, nos encerraron y se fueron, no hay secuestradores acá adentro. —¿Hay explosivos?, vio si colocaron explosivos acá?. —No al menos desde que nos encerraron. —No se muevan, quédense donde están — les gritó Diablo, para inmediatamente comenzar a recorrer todo el Comedor pasando entre los rehenes, mientras dos hombres se apostaban afuera custodiando en prevención de una eventual contraataque. —«Orión este es Diablo, comedor liberado, rehenes asegurados y bajo control»— Informó omitiendo hacer mención a las dos bajas propias sufridas. —«OK, si el lugar está seguro, manténgalos ahí por el momento»— En tanto Cheko y su grupo llegaron al teatro cuya puerta principal al igual que la del Comedor, estaba cerrada y bloqueada por fuera para que nadie pudiera salir. A diferencia de lo que le había sucedido a Diablo, para su sorpresa no encontraron oposición. La evaluación de la situación que hizo Cheko fue idéntica a la de su camarada en el comedor, los terroristas podían estar dentro dispuestos a detonarse y convertirse en mártires causando la muerte de los cientos de rehenes allí confinados. El procedimiento también fue idéntico, se procedió a la voladura
controlada de la puerta de para inmediatamente irrumpir en el interior listos a disparar. Aplicaron el mismo sistema doctrinario para identificar rápidamente a eventuales terroristas y abatirlos, el resultado también fue igual al del Comedor, no los había en el interior del Teatro. —«Teatro asegurado, rehenes a salvo»— fue la comunicación que recibió la misma respuesta de mantenerlos seguros mientras se continuaba la operación en el resto del buque.
La sala de Máquinas era imponente, imposible saber a dónde ir sin haber estudiado exhaustivamente los planos. La planta contenía los cuatro motores Diesel eléctricos de 16 cilindros cada uno más 2 turbocompresores, que proporcionan una potencia de 22.000 caballos. Los motores están conectados mecánicamente a su correspondiente generador eléctrico que a través de conmutadores alimentan a los transformadores que a su vez suministran electricidad a los 2 azipods que propulsan al Freya Göttin. El enorme consumo de más de 100.000 litros de combustible diarios, determinaba la necesidad de llevar almacenados en sus tanques la cantidad de 32.000 metros cúbicos. Ahí estaba la única posibilidad de que se pudiera ocasionar un daño extremadamente grave a partir de la relativamente poca cantidad de explosivos que transportaron y embarcaron los terroristas. El gran problema era el mecanismo de detonación que habían instalado, no tenían dudas de que sería un mecanismo de tiempo al que primero deberían identificar y luego evaluar la posibilidad de su desactivación a tiempo. La Sala de Control de Máquinas desde donde se controlaban más del noventa por ciento de todos los sistemas mediante remotos que debían ser permanentemente atendidos, estaba vacía. Evidentemente los terroristas no tenían preocupación por ello y menos aún de que el Crucero volviera a navegar. Descendieron hasta llegar a las tapas de visita de los tanques de combustible y ahí encontraron lo que buscaban. Tigre lo reconoció inmediatamente, los terroristas habían preparado ANFO a partir de Nitrato de Amonio potenciado por TNT. El ANFO era un devastador explosivo que genera una temperatura superior a los 300 grados cuando detona y muy usado por el terrorismo internacional debido justamente a su gran poder destructivo a partir de poco peso necesario de transportar hasta el objetivo. Tigre recordaba perfectamente algunos ejemplos que sus instructores le mencionaron durante sus cursos de explosivos, como la destrucción de la sede de la AMIA en Argentina ocasionada con tan solo trescientos kilos de ANFO, o la una furgoneta con dos mil kilos que causó en 1995 la destrucción de un edificio gubernamental en Oklahoma.
Lo que vio luego lo dejó congelado. Un sofisticado sistema de iniciación combinado con detonadores temporales y mecánicos anti remoción, hacía prácticamente imposible desactivarlo en los pocos minutos que faltaban para el mediodía donde expiraría el plazo fijado por los terroristas del Estado Islámico. Si aún a alguien le quedaba la duda de que si tal vez aceptando las exigencias se lograba que los terroristas no cumplieran su amenaza, esto era la comprobación fehaciente de lo contrario. La explosión estaba decidida desde un principio, se cumplieran o no las demandas. No había otra opción posible, debía comunicar esta dramática situación, abandonar inmediatamente la Sala de Máquinas y prepararse para lo inevitable, una devastadora explosión de incalculables consecuencias. La comunicación a Orión fue inmediata.
A pesar de la desconfianza que le generaban, Rahman dispuso que dos de los hombres del grupo de Wahid Muktar quedaran custodiando a los empresarios rehenes. No le preocupaba tanto su predisposición y frialdad para matar, sino su radicalismo exacerbado que les impedía razonar en que momento hacerlo. Los consideraba implacables cumplidores de órdenes extremas pero carentes de criterio e incapaces de discernir por cuenta propia. Desde un principio entendió que los colombianos eran mejores combatientes a la hora de enfrentarse con los Comandos militares, y los quería a todos en ese rol bajo el mando de su líder natural el Comandante Estanislao. Uno de los terroristas estaba parapetado tras el enorme macetón con una palmera, que adornaba la elegante terraza a cielo abierto diseñada sobre la cubierta contigua al Salón Comedor, mientras que un segundo hombre apostado en el interior controlaba a los rehenes. Desde el mismo instante en que comenzó el asalto, este último fue ganando en nerviosismo y en una peligrosa inestabilidad emocional que exteriorizaba en continuas amenazas a los rehenes a pesar de que estos se mantenían en una actitud sumisa y defensiva. Dos certeros disparos abatieron al hombre tras el macetón. Su compañero vio la escena a través de una ventana y decidió que era el momento de hacer lo que quería haber hecho hacía rato. Giró hacia adentro, quitó el seguro de su AK y se lo apoyó en la cintura aprestándose a vaciar su primer cargador sobre los indefensos rehenes. Joao Dos Campos percibió la intención de terrorista, hasta ahora se había mantenido controlado esperanzado en una exitosa operación de rescate o en una negociación que permitiera su liberación, pero ya no sucedería, y el hombre a su frente se disponía a matarlos a todos. Aprovechó un instante en que no lo estaba mirando directamente y se abalanzó sobre él tomando su fusil en un último y desesperado intento de neutralizarlo. El forcejeo solo duró unos segundos, el yihadista más ágil y entrenado en el combate cuerpo a cuerpo giró su fusil y con la cantonera lo golpeó en la zona baja del estómago, haciendo que el brasileño lo soltara y se contrajera del dolor doblándose sobre si mismo, al tiempo que retrocedía dos pasos hacia atrás y generara el tiempo y especio suficientes como
para que el terrorista le disparara casi a quemarropa. Levantó nuevamente su fusil dispuesto a abrir fuego pero no tuvo tiempo, la ráfaga corta de tres disparos de HK atravesó el vidrio de la ventana y lo mató sin que supiera de donde provenía. Una violenta patada sobre la puerta la abrió de par en par permitiendo que el grupo liderado por Pirata ingresara al lugar. El procedimiento táctico fue el usual, todos al piso tratando de identificar a los eventuales terroristas y generar la necesaria línea de tiro clara como para disparar. No los había, los rehenes estaban a salvo excepto Joao que aún permanecía vivo pero desangrándose a raíz de la rotura de la sub clavia que le había producido el impacto del proyectil del AK.
El diseño del Crucero complicaba el asalto al último bastión sostenido por los terroristas desde donde estaba su Líder comandaba la operación. Los s al Puente de Mando eran varios, pero todos desde interiores. La amplia sala desde donde se conducía físicamente al buque abarcaba de banda a banda y a su frente, la línea continua de grandes ventanales permitía una observación panorámica hasta el horizonte desde más de veinte metros de altura. Dos aleros abiertos que continuaban al Puente cerrado prolongándolo tres metros a cada banda de la línea lateral de la superestructura, permitían al Capitán o a quien estuviera de Guardia, observar los costados de la nave durante las maniobras de atraque o el arriado de los botes salvavidas. Orión planificó la operación de al Puente desde dos direcciones, en una acción que debía ser coordinada y ejecutada con una absoluta precisión y simultaneidad. Un grupo bajo su mando accedería desde el interior del Crucero hasta una de las puertas ubicada en el mamparo de popa del Puente, mientras que el otro grupo accedería desde el techo, saltando hacia los aleros laterales. Este techo aparecía debido a que por su diseño, el Puente estaba lanzado hacia proa rompiendo la línea aerodinámica del frente de la superestructura que presentaba una inclinación hacia atrás. Parecía un cajón apenas abierto de un ropero mientras los demás estaban cerrados. Los cuatro integrantes del grupo del techo tuvieron que remover los vidrios de los ventanales del gimnasio ubicado en la cubierta superior al Puente para acceder al mismo. La remoción en realidad significó su rotura ya que además de ser fijos, el grosor no permitía otra opción rápida y eficaz. Los dos grupos estaban en posición, ajustando por radio el último detalle de coordinación, cuando sucedió… Una impresionante explosión en las profundidades del majestuoso Crucero hizo temblar a la gigantesca estructura de más de cien mil toneladas. El aterrador sonido y la onda energética se propagaron a través de los mamparos y las cubiertas paralizando a todos a bordo. Orión la esperaba, acababa de ser alertado por Tigre. No obstante y por un momento, en su cabeza surgieron varias dudas. —Que estaba pasando allá afuera?, porqué no hay terroristas custodiando y defendiendo a su Líder impidiéndoles llegar hasta el Puente?, acaso estaban en
combate contraatacando a sus Equipos?, cuantos hay adentro? — Era imposible mantener un control centralizado en este tipo de acciones, desde un principio consideró imprescindible que sus mandos subordinados tuvieran muy claras lo que en la terminología militar se conoce como «Intenciones del Comandante», el estado final deseado y las reglas de enfrentamiento. A partir de ahí y con esos parámetros como premisa, cada uno tendría la libertad para ejecutar tanto las acciones ordenadas como otras que decidiera en cada momento según se desarrollara la acción y de la forma que fuera necesario. Debía confiar, todos sabían «que» hacer, el «como» y el «cuando,» serían su decisión. Inmediatamente se volvió a enfocar en el asalto. —«Ahora, asalten» — gritó por su radio a ambos grupos. El escopetazo que hizo volar la cerradura de la puerta coincidió con una segunda explosión en sala de máquinas que hizo que se apagaran todas las luces interiores. Esta vez no fue solo un temblor, sino que todo el barco se sacudió a un lado y otro como si hubiera experimentado unos segundos de un violento terremoto. Al ruido de la explosión, le siguió el crujido inconfundible de las cuadernas que sonó como el doloroso lamento de un barco que se sabía herido de muerte. El hecho de que dentro del Puente hubiera terroristas y rehenes, hizo que en esta oportunidad tuvieran que identificar y discernir entre unos y otros antes de disparar. Ese único segundo que el experimentado y entrenado Comandos que entró primero necesitó para observar, evaluar y que sus reflejos pudieran accionar la cola del disparador, fue apenas unas décimas más largo de lo que necesitó el terrorista para dispararle. Los dos disparos impactaron en su chaleco antibalas haciéndolo perder levemente el equilibrio y que sus dos disparos errasen al blanco. Quien no falló fue Orión que ingresó inmediatamente atrás y le colocó al terrorista un disparo en la frente haciendo que parte de su masa encefálica se incrustara contra el ventanal a su espalda. Ese yihadista muerto era el mismo Fahir Habun. Cinco terroristas ocupaban en Puente, entre ellos Rahman Hakme y el musulmán brasileño Karin Handal que fue el segundo en morir al recibir un balazo en la nuca disparado por el primer hombre que apareció en el alero de babor, luego de
haberse descolgado desde el techo. Instintivamente, el tripulante radarista, el Práctico del Puerto y el Oficial de Guardia en el momento de producirse en secuestro que aún permanecían de rehenes en el Puente, se tiraron al suelo tratando de evitar ser heridos en el caótico intercambio de disparos de fusil que se desató inmediatamente. No había donde tomar cubierta ni tiempo para buscar protección, a lo sumo se podía reducir la silueta expuesta tomando posición rodilla en tierra mientras se disparaba sin cesar. Fueron solo treinta segundos que para ambos bandos parecieron una eternidad, era casi imposible no recibir un impacto cuando varios fusiles disparan en ráfaga a tan corta distancia y en un recinto cerrado. Orión recibió un primer impacto en el chaleco antibalas y un segundo en el brazo izquierdo, mientras que el marino que entró tras el recibió un disparo en el costado de su cuello que lo sacó de combate. A los tres terroristas restantes le costó unos instantes decidir entre enfrentar a quienes habían ingresado por la puerta y quienes lo habían hecho desde el techo al alero, y ese titubeo les fue fatal, fueron acribillados prácticamente desde ambas direcciones. Los disparos cesaron, el humo de la pólvora y trozos de hojas de los libros y publicaciones náuticas del Puente picados a balazos aún estaban en suspensión en el aire, mientras que el piso aparecía cubierto de pedazos de vidrio y astillas de las ventanas y muebles destrozados por el impacto de los proyectiles. El joven Oficial alemán desde el piso y sin incorporarse, gira su cabeza en todas direcciones y recorre el Puente con su mirada para asegurarse que la batalla había terminado, recién ahí lentamente se incorpora sacudiéndose los trozos de vidrio y astillas de su uniforme. —El Capitán Müller está prisionero en la sala de Comunicaciones — dijo dirigiéndose a Orión a quien identificó como el Líder de la Unidad militar. Un tanto molesto consigo mismo por no haber considerado esa posibilidad y un poco bajar la guardia, toma su equipo de radio: —«Pirata, este es Orión, diríjase a la Sala de Comunicaciones, rehenes mantenidos cautivos allí — Probable presencia de terroristas». —«Comprendido Orión».
—Jefe, las lanchas salvavidas se están yendo — informa uno de los hombres que permanecía en el alero de estribor. Tal como Rahman había ordenado bajo amenaza a los tripulantes, estos habían zarpado en las direcciones dispuestas. Ya despegadas del costado, las diez embarcaciones menores navegaban hacia la costa abriéndose en abanico. Estanislao no había esperado la orden de Rahman, apenas consideró que el combate a bordo estaba decidido y el gran objetivo de destruir el barco estaba prácticamente consumado luego de las destructoras explosiones en los tanques de combustible y que el fuego originado ya se estuviera extendiendo a lo largo y ancho del Crucero, decidió que era el momento de escapar. El experimentado combatiente hizo además otra pragmática evaluación de la situación, los Equipos de Asalto militares se habían abocado cada uno a la liberación de los rehenes y a la neutralización de Rahman, lo habían logrado y estaban en fase de asegurar su integridad, no solo en prevención de un contraataque, sino considerando que sobre cubierta se podrían seguir desarrollando enfrentamientos armados y no era seguro exponer a los pasajeros intentando una evacuación sin tener la situación bajo control. En cualquier momento además y a raíz de las explosiones e incendios, se podía poner en marcha una masiva operación de rescate y evacuación desde tierra. Era el momento, ordenó a su gente dirigirse inmediatamente al bote salvavidas número uno de estribor. Esperó unos minutos al cabo de los cuales solo acudieron diez hombres, nueve de los suyos más Youseff Douala, los otros habían caído en los diferentes enfrentamientos. A las órdenes de Estanislao abordaron la embarcación, el colombiano le puso la pistola en la sien al timonel y le ordenó zarpar señalándole con el brazo y su dedo índice extendidos, la dirección precisa donde debía dirigirse. —«Diablo, Cheko, Pirata, este es Orión, interrogativo si están evacuando pasajeros»— —«Negativo Comandante»— respondieron los tres casi simultáneamente. —«Recibido, informo, Buque bajo control propio, repito, objetivo bajo control la fuerza terrorista fue neutralizada».
—Oficial, tiene comunicaciones con los botes salvavidas? — fue la pregunta al marino alemán. —No Señor, todos los equipos de los botes fueron removidos por los terroristas. Pirata, que había sido enviado a la Sala de Comunicaciones irrumpe en el Puente y atrás suyo, el Capitán Müller. —Comandante, la Sala está libre, no había terroristas dentro, solo tripulantes encerrados. —Capitán, está usted al mando de su nave nuevamente, la amenaza terrorista fue neutralizada — Tras esta formalidad, Orión le trasmite al Capitán Müller la información que tenía hasta ese momento recabada de sus líderes subordinados que acababan de liberar a los distintos grupos de rehenes de manos de sus captores. Sufrió las dos explosiones como si hubieran ocurrido en su alma y los crujidos de la estructura le dolieron como si hubieran sido su propios huesos, pero ahora que acababa de percibir una leve inclinación de la nave hacia babor, el Capitán Müller sintió la más dolorosa sensación que puede experimentar un marino, saber que el barco bajo su mando estaba perdido irremediablemente. Una comunicación de Diablo interrumpió la conversación entre ambos jerarcas: —«Orión, este es Diablo, debemos evacuar inmediatamente, el Comedor y el Teatro están con espeso humo y la última explosión ha fracturado el piso y los mamparos del salón»— El fuego iniciado en la Sala de Máquinas comenzaba a subir hacia las cubiertas superiores avivado por la enorme cantidad de material combustible del decorado y mobiliario, mientras que el negro y pesado humo empezaba a salir al exterior por las aberturas que permanecían abiertas. La falta de viento en la zona no permitía su dispersión, haciendo que paulatinamente el Crucero fuera adoptando una apariencia difusa y casi fantasmal. Percatándose de que todos los sistemas y equipos del Puente estaban sin energía, fundamentalmente los equipos de radio y el circuito interno, el Capitán Müller solicitó apoyo a Orión.
—Señor, necesito que me apoye con sus comunicaciones, es la única manera de coordinar rápidamente una evacuación ordenada con los medios que tenemos. Así, Müller le trasmite al jefe militar sus intenciones, para que este se las retrasmita a sus líderes de Equipo. —«Diablo, Cheko, Pirata, este es Orión, evacúen a toda la gente hacia la cubierta superior, excepto a aquellos que tienen asignados los botes de babor para evacuación, esos pasajeros deben dirigirse a los mismos, solo esos. Una vez organizados en cubierta, los tripulantes del barco que ya se están dirigiendo hacia allá, los conducirán en grupos hacia la rampa de embarque de estribor donde embarcarán en las Tender para ser evacuados a tierra». Müller también había pedido al Práctico el apoyo de su VHF. —«Control Punta del Este, este es el Práctico que llama, retrasmito solicitud del Capitán del Freya Göttin, el buque ya está bajo control, se ha neutralizado a los terroristas, envíen inmediatamente a las lanchas Tender y a todas las embarcaciones disponibles para evacuación de pasajeros por la banda de estribor, repito, por estribor«— —«Este es Control Punta del Este, recibido, enviamos embarcaciones». Sorpresivamente y como un rayo, Orión toma nuevamente su VHF: —«Control Punta del Este, este es Orión, las lanchas salvavidas de estribor fueron destacadas por los terroristas sin pasajeros, probablemente como maniobra de distracción, pero puede haber alguno de los terroristas a bordo tratando de escapar, intercéptenlas, se dirigen a varios puntos en la playa»— Estas eran una de las tantas cosas que deberían ser corregidas pensó, las comunicaciones y la estructura de mando, no puede ser que estuviera dependiendo operacionalmente de un General a 130 kilómetros de distancia, y tuviera que pedir apoyo directo a través de una red istrativa a una unidad por fuera de la organización operativa. Podía haber seguido la vía natural, pero entendió que la pérdida de tiempo hubiera sido excesiva, necesitaba alcanzar a esos botes salvavidas. Le quedaba una comunicación táctica para hacer;
—«Halcón Líder, este es Orión. Solicito Medevac sobre la cubierta del Crucero, dos helipuertos en condiciones de recibir sus UH». —«Recibido Orión, procedemos, aliste señaleros» La comunicación telefónica con el Jefe del Estado Mayor de la Defensa en la reunión del Consejo de Defensa Nacional fue dejada para el final, era una simple información de la situación. —¡Comandante! — Grita uno de los Comandos navales,— este terrorista está vivo!!.
Ni en sus pensamientos más optimistas consideró que el escenario llegara a presentar el nivel de descontrol y confusión que imperaba en ese momento. Crear y aprovechar una situación de «caos», aún sin definirlo específicamente de esa manera, fue lo que Rahman había concebido como casi la única posibilidad de que al menos una parte de su grupo lograra escapar, tal cual era la intención estratégica del Califa Baghdadi de cara a futuras operaciones con terroristas locales. Esta concepción táctica había sido lo menos ortodoxa y semejante a cualquier doctrina militar imaginable, pero había resultado perfecta. Las diez lanchas salvavidas de estribor navegaban en direcciones diferentes ya casi alcanzando la playa ante el desconcierto general mientras las de babor se alistaban para el traslado a tierra de la primera ola de pasajeros. Las embarcaciones Tender zarpaban desde el muelle rumbo al Freya Göttin, así como también lo estaban haciendo con un loable espíritu de solidaridad y colaboración, decenas de embarcaciones particulares de diferentes portes que humanitariamente querían colaborar con el rescate. El humo y las llamas, pero fundamentalmente el derrame de combustible que se comenzaba a producir por el rumbo en el casco que había ocasionado la segunda explosión, presagiaban un desastre ecológico catastrófico para las hasta ahora impolutas costas uruguayas. El espejo de agua de la bahía pasó en cuestión de minutos de estar desierto a raíz de las exigencias de los terroristas, a ser el escenario de un descontrolado tráfico de decenas de lanchas y botes navegando en diferentes direcciones en medio de una mancha de combustible cada vez más extensa. Cuando a bordo todo parecía estar comenzando a desarrollarse bajo cierto control dentro de lo crítica que era la situación general, sobrevino la tragedia; Una tercera explosión arrasó con la sección del través sobre estribor, dos cubiertas más abajo de la compuerta que oficiaba de rampa de atraque de las embarcaciones y donde cientos de pasajeros se estaban juntando para embarcar a medida que se arrimaran las improvisadas lanchas de salvamento. Muchos murieron instantáneamente, otros fueron arrojados malheridos al agua por la fuerza de la explosión y muchos que habían resultado ilesos se arrojaron al mar presas del pánico ante la posibilidad de una nueva explosión.
La dantesca escena estaba siendo trasmitida en directo al mundo desde las cámaras de TV de las cadenas internacionales apostadas en la costa, cuyos potentes teleobjetivos registraban hasta el más mínimo y dramático detalle de lo que sucedía a su frente. Mientras algunas embarcaciones recogían gente del agua, otras al mando de valientes timoneles se amadrinaban de a una por vez al casco lo más cerca que podían del gran agujero que había quedado luego de la explosión. Afortunadamente, la compuerta que una vez rebatida hacía las veces de rampa da embarque, permanecía unida al casco con una de sus grandes bisagras, permitiendo el paso de los pasajeros hacia las lanchas. A tono con el resto del sistema, el Puerto de Punta del Este no estaba preparado para responder ante grandes emergencias. A pesar de recibir a más de doscientos grandes Cruceros en temporada alta, no contaba con embarcaciones capaces de combatir grandes incendios ni masivos derrames de hidrocarburos. Fue necesario movilizar de urgencia a dos de los remolcadores que operan en apoyo a las maniobras de descarga de petróleo en un terminal flotante a casi treinta kilómetros de distancia, y que casualmente estaban surtos en este Puerto. Su capacidad era muy limitada y los cañones lanza agua apenas alcanzaban a las cubiertas superiores, era un hecho, el incendio terminaría consumiendo al barco varios días después.
—Ahí Comandante!! — gritó uno de los colombianos a bordo del bote salvavidas al divisar la señal de luces que hacía la Van que los espera sobre la costanera subida a la vereda de frente al mar.
Paulatinamente y bajo las órdenes del Capitán Müller, los Oficiales y tripulantes comenzaron a conducir lo más ordenadamente posible las únicas acciones que podían hacer dentro de la irreversibilidad de la situación, la evacuación de la totalidad de los pasajeros y la atención primaria de los heridos por la última explosión. El sistema de lucha contra incendios no funcionaba, ni siquiera se activaron los rociadores automáticos dispuestos por todos los interiores. Con gran pericia y celeridad, los tripulantes designados arriaron manualmente las lanchas salvavidas de babor que comenzaban sus viajes hacia el puerto atestadas de pasajeros. Afortunadamente la compuerta-rampa de babor, gemela a la de estribor que estaba siendo usada en el momento de la explosión, también había podido ser abierta y rebatida horizontalmente en forma manual mediante el sistema de poleas de respaldo. Las primeras embarcaciones particulares que se acercaron recogían a los pasajeros que se habían lanzado al agua por estribor, ninguno tenía puesto su chaleco salvavidas, así que rogaban porque la totalidad de los que se tiraron aún permanecieran a flote, era imposible tener certeza de ello. Orión en tanto, reunió a la totalidad de su Unidad en el Puente y fue ahí cuando tomó conciencia de lo que lamentablemente es previsible en enfrentamientos militares pero que un Líder naturalmente se resiste a aceptar, las bajas propias. Tres muertes que pudieron ser más de no haber sido por la impresionante velocidad con que el Equipo de Tigre llegó a la Sala de Máquinas, encontró y analizó el mortífero explosivo y su sistema de detonación y logró escapar solo un minuto antes de la primera explosión que arrasó la Sala lo hubiera hecho con ellos también. Dos heridos importantes incluyendo a quien lo precedió en el asalto al Puente y que había recibido un disparo en el cuello que por milímetros no le arrancó la carótida. Afortunadamente se lo pudo estabilizar antes de ser conducido al helipuerto para Medevac. Su propia herida en el brazo era insignificante comparado con esa, nunca había estado en combate real y menos recibido dos disparos, aunque uno haya sido en el chaleco antibalas. Se dio cuenta de que su dolor no era físico sino emocional y debió hacer un gran esfuerzo para no desmoronarse y llorar frente a su personal. Pensó — ….«a los
protagonistas de las películas no les pasa, siguen combatiendo a pesar de las heridas, y la satisfacción por la victoria final parece más relevante y más fuerte que el dolor de ver a sus propios hombres muertos en una acción que el mismo comandó…»— Uno de sus Sub Oficiales al verlo se le acercó y tocándole el hombro ensayó lo que pretendió ser una especie de satisfacción grupal por haber derrotado a una fracción del peor enemigo que el mundo tiene actualmente. Orión lo miró y sonrió forzadamente mientras le vino a la memoria la frase de Pirro— Rey de Epiro apodado «Águila» por sus soldados, al ser felicitado por su victoria en la batalla de Ausculum cuando su Ejército causó más de seis mil muertes al enemigo pero perdió tres mil quinientos de sus hombres…»Otra victoria como esta y deberé volver solo a casa…»
Cuando el improvisado grupo de dos patrulleros policiales que había sido destacado a pedido de Orión para llegar hasta los botes salvavidas embicados en la arena y verificar en cada uno la posible presencia de terroristas pretendiendo huir, llegaron por fin hasta el que estaba más lejos del puerto, comprobaron que efectivamente había sido esta embarcación la que transportó y desembarcó a tierra a los guerrilleros. Era tarde, ya no estaban en la zona. Luego de analizar las imágenes registradas por las cámaras del sistema de video vigilancia de la ciudad, dieron con la Van y los dos automóviles abandonados en la periferia de la ciudad. El astuto Comandante de las FARC tenía su propio plan de escape. Durante su estadía en la casa previamente al asalto al Crucero, había establecido o en secreto con un viejo y conocido ex guerrillero local con quien años atrás había compartido ideales y objetivos comunes durante el auge de los movimientos subversivos revolucionarios marxistas en América Latina, y este le había organizado una segunda alternativa de escape.
El 9-11 fue definido por muchos analistas como, «el día que cambió al mundo», aunque el mundo que en realidad cambió fue el de las grandes potencias, de las beligerantes de primera línea y de las beligerantes de apoyo. Un mundo con intereses tan grandes que elevó la altura de la vara de los límites a la hora de adoptar todas las medidas necesarias, no solo para sobreponerse al daño físico y a la ofensa moral sufrida, sino que basados en una inmensa capacidad económica y peso político internacional, fueron capaces de implementar un colosal contraofensiva política y militar contra quien se atrevió a desafiarlos en su propio territorio. Al Qaeda había superado los límites existentes hasta entonces, pero aun así, su líder Bin Ladden no tuvo en cuenta la frase de Maquiavelo,»Si una lesión tiene que ser hecha a un hombre, debe ser tan severa que la venganza no debe ser temida». La herida que causó el ataque a las Torres Gemelas fue terrible, pero no tan severa como para que la venganza no haya sido aún más terrible y despiadada, tanto que terminó con la aniquilación física de la organización terrorista y de sus líderes. Sin embargo en este 25-12, ISIS introdujo una variante en la concepción estratégica de los conflictos asimétricos. Una gran potencia, puede ser representada como un hombre muy fuerte y musculoso con obvia capacidad para caminar solo, pero a quien en realidad esa movilidad se le hace más fácil si se apoya en bastones, que no son otra cosa que los países aliados ideológica y comercialmente que avalan y legitiman sus acciones votando a su favor en los diferentes organismos internacionales y muchas veces integrando coaliciones aunque sea en forma simbólica con un puñado de efectivos o equipamiento. El Califa Abú Bakr Al Baghdadi había decidido patearle los bastones al hombre fuerte, y empezó pateando uno de los más débiles y frágiles, uno que no esperaba ser pateado. Seguramente de aquí en más, varios países se replantearían su rol de bastones de alguna gran potencia, y ese era precisamente el gran objetivo político estratégico que había logrado Baghdadi, el gigante ya no caminaría tan arrasadoramente por sobre el mundo al no tener el apoyo de sus bastones. Una profunda huella sicológica y el miedo casi paralizante de saberse vulnerable, cambiaron radicalmente la idiosincrasia de este pequeño país
sudamericano, que al igual que muchos otros, se sentía fuera del alcance de las terribles amenazas que asuelan al mundo contemporáneo. La industria del turismo colapsó, los grandes Cruceros replantearon sus rutas y puertos de destino eligiendo a aquellos que les proporcionaran estrictas medidas de seguridad, y como impactados emocionalmente por la tragedia y el temor, los turistas optaron por lugares menos expuestos y más discretos. También colapsaron los comercios, las empresas inmobiliarias y la hotelería, al otrora balneario cosmopolita solamente arribaban curiosos que en silencio observaban los restos del Freya Göttin semi hundido, apoyado sobre el lecho de arena de una bahía cuya escasa profundidad no había permitido su completa desaparición bajo la superficie. Se demoró meses en tomar la decisión entre el desguace en el lugar o hacerlo en algún dique regional, para lo cual era necesario previamente, una casi inviable operación de reflote que lo dejara en condiciones de ser remolcado. El ataque terrorista tuvo como era lógico, graves consecuencias políticas, como medida inmediata, el Presidente removió a toda la organización de Defensa Nacional, que fue usada como chivo expiatorio frente a los graves e históricos errores y desatenciones hacia el estamento militar. La creación de nuevos y propios organismos de Inteligencia y la suscripción de acuerdos de cooperación con sus pares de varios países, fue una de las primeras medidas del nuevo Gobierno que asumió solo meses después. También fue ordenada una revisión profunda de la doctrina de empleo conjunto de las Fuerzas Armadas y Policiales a las que luego de años de ser postergadas, les fueron asignadas un presupuesto acorde. Durante meses, mientras el líder yihadista Rahman Hakme se reponía de las gravísimas heridas sufridas durante la recuperación del Crucero, el mundo siguió atentamente todo el proceso desde que el gobierno alemán pidió su extradición para ser juzgado por los crímenes cometidos en la jurisdicción alemana que significaba un barco bajo su bandera. También Uruguay lo sometió a juicio por los crímenes en su país, no solo tres Comandos Fusileros de la Unidad de Reconocimiento habían caído en combate — afortunadamente aunque incapacitados de futuro para el Servicio Activo, se habían recuperado tanto el que cayó de la cuerda cuando descendía del UH como
el francotirador herido a bordo del Bolcow que aterrizó de emergencia en la playa —, sino también murieron tres marineros y catorce civiles víctimas de la explosión del camión en el estacionamiento del Puerto.
Los políticos que acceden al gobierno tienen como responsabilidad primaria, lograr y asegurar el bienestar de su pueblo, y parte del bienestar es brindarle seguridad ante las múltiples amenazas internas y externas que sobre él se ciernen. La calificación de «Estadista» está reservada para muy pocos, la mayoría de los gobernantes se limitan a istrar su propio período o acaso a considerar objetivos al mediano plazo que significa la posibilidad de una reelección o bien la continuidad con otros actores, de su mismo sector político. Escasean aquellos con la visión y agallas necesarias como para entender que la amenaza terrorista es global y atemporal, y que disponer recursos para la seguridad es velar por la integridad de los habitantes y propender a su bienestar, y que por ende no es malgastar recursos en algo que los desinformados o irresponsables definen como «la utopía de una improbable agresión». Dos frases, dichas con más de cuatrocientos cincuenta años de diferencia deberían ser las citas de cabecera de los gobernantes, la primera, la más reciente en el tiempo, la pronunció Winston Churchill: «Los Políticos deben ser capaces de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y si es necesario, de explicar porqué no ha sucedido», y la segunda es la más antigua, …dijo Nicolás Maquiavelo: «Si quien gobierna no reconoce los males hasta que los tiene encima, no es realmente sabio».
Índice
7 de marzo de 2017 Papenburg – Alemania 9
30 de Julio de 2017 Bremen – Alemania 11
Mayo de 1985 Papenburg – Alemania 14
15 de Julio de 2017 Complejo de Viviendas Schlange, barrio de Moabit – Berlín – Alemania 17
Abril de 1983 Hamburgo – Alemania 21
Mayo de 2017 Desierto de Irak 27
7 meses antes Octubre de 2016 Desierto de Irak 30
Enero de 1986 Papenburg – Alemania 36
Junio de 1986 Papenburg – Alemania 41
2015 Masawa – Eritrea 49
Agosto de 1990 Papenburg – Alemania 54
Enero de 2016 Frontera Etiopía – Eritrea 58
7 de marzo de 2017 Papenburg – Alemania 61
Julio 2016 Ciudad de Rama – Etiopía 65
Diciembre de 2016 Adis Abeba – Etiopía 76
Diciembre de 2016 Asab – Eritrea 79
Agosto 2017 Bremen Alemania 85
Febrero de 2017 Londres – Inglaterra 93
18 de diciembre de 2018, madrugada Frontera Brasil – Uruguay 146
21 de Diciembre de 2018 Puerto de Rio de Janeiro – Brasil 169
25 de diciembre de 2018 Navegando proximidades Punta del Este – Uruguay 181
25 de diciembre 2018 – 16.00 horas A 20 horas del vencimiento del plazo otorgado a Uruguay 206
25 de diciembre de 2018 – 19.00 Horas A 17 horas del vencimiento del plazo otorgado a Uruguay 212
25 de diciembre – 21.00 horas A 15 horas del vencimiento del plazo otorgado a Uruguay 219
26 de diciembre – 07.00 horas A 5 horas del vencimiento del plazo otorgado a Uruguay 223
26 de diciembre – 11.00 horas A 1 hora del vencimiento del plazo otorgado a Uruguay 229
26 de diciembre Puerto de Punta del Este 11.30 horas, a 30’ del vencimiento del plazo otorgado a Uruguay 233
26 de diciembre – 15.00 horas Base Aeronaval 236
26 de diciembre – 22.00 horas 241
27 de diciembre – 01.00 horas 244
27 de diciembre – 03.00 horas 246
27 de diciembre – 04.30 horas 252