Ideario Pedagógico de Simón Rodríguez “Hay ideas que no son del tiempo presente, aunque sean modernas; ni de moda, aunque sean nuevas. Por querer enseñar más de lo que todos saben, pocos me han entendido, muchos me han despreciado y algunos se han tomado el trabajo de ofenderme”. SIMÓN RODRÍGUEZ La historia de Venezuela en materia educativa, exige detenerse y reflexionar sobre el pensamiento pedagógico del Maestro Simón Rodríguez, en particular, el aporte de sus ideas educativas/ pedagógicas en la concepción de la visión educativa de América y el mundo. Visión, evidentemente adelantada. De allí, el impacto y trascendencia en el actual proceso de cambios y transformaciones en y, para el accionar pedagógico. Son sus ideas educativas/pedagógicas, eje transversal que caracteriza el entretejido de su elaborada obra escrita. Además hace de éstas su máxima, tanto en el discurso, como en la actitud ciudadana y docente, entre otras obras, se tienen: Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras de Caracas y medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento , Sociedades Americanas en 1828, El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas 1830, Luces y Virtudes Sociales 1831, Hegemonía cultural y política en América Latina (1833-41) y Consejos de amigo dados al Colegio de Latacunga 1851. Ideas educativas/ pedagógicas, consideradas bases teóricas y prácticas de la educación popular. Ideas, de elevada conciencia social/popular promovida por una educación con sentido para la vida, el amor a la libertad que implica responsabilidad y el verdadero significado de la política como medio para materializar el bien común. Por tal razón, se pretende mediante el desarrollo del presente ensayo, a manera de reflexión, comprender, en parte, el contenido y vigencia de las ideas educativas del maestro de Simón Bolívar, el maestro para América, el reformador utópico, el filósofo y ex temporáneo pensador. Reflexión orientada y sistematizada mediante las respuestas a las siguientes interrogantes ¿Se ha originado el despertar de las ideas educativas/pedagógicas de Simón Rodríguez? ¿Es posible el materializar la función social de la educación desde el ideario Robinsoniano? ¿Es deber de los facilitadores y participantes de la UNESR empoderarnos de las Ideas educativas/pedagógicas de Simón Rodríguez? A saber: ¿Se ha originado el despertar de las ideas educativas/ pedagógicas de Simón Rodríguez? El despertar del adormecido ideario Robinsoniano, es el despertar del sueño de muchos latinoamericanos conscientes de la pertinencia de un proyecto educativo construido del diagnostico de una experiencia de la realidad social, histórica, política, natural y cultura latinoamericana -aún sin superarla totalmente hoy día- precisamente, debido a que: El legado de Simón Rodríguez, no se perdió, sino quedo configurado como una deuda, como lo que se debió haber hecho pero no se hizo, como el proyecto que llevaría hacia la libertad, la verdad, la de los ricos y los pobres, haciéndolos iguales, el proyecto cuya potencia fue advertida casi exclusivamente por los poderosos, y por esta razón, arrinconado, combatido, acallado.” Puiggrós ,2005: 50 Esa visión adelantada de proyecto emancipador, genero suspicacia y gano desacuerdos radicales, bloqueando de esta manera la materialización de estas ideas en el cambio y la transformación socioeducativa, política, en efecto, histórica. Ciertamente, uno de esos bloqueos se vislumbra por el tratamiento dado a la información sobre estas ideas, por ejemplo, durante más de cien años se ha escrito mucho sobre la vida y obra de Simón Rodríguez, pero la historiografía se encargo de convertirla en anécdota, como mito, como una leyenda, evitándose abordar su obra, para verla realmente tal como es. (Luque, Guillermo, 2001), impidiendo así, se asumieran fielmente los planteamientos de la educación popular y la escuela social, los pensamientos de libertad e igualdad constitutivos del paradigma político
pedagógico construido del saber y sentir pedagógico necesario en Latinoamérica, consecuencia de ello, fue destinado a vagar espectralmente entre las posibilidades latinoamericanas de una educación popular, siempre latente. Puiggrós ,2005. En la actualidad emerge en Venezuela el paradigma educativo fundamentado en las ideas educativas/ pedagógicas de Simón Rodríguez, es decir, inspirado en su paradigma político pedagógico, el cual entre otros elementos interpretativos, parte de la idea de ver a la educación como una potencialidad creadora capaz de revertir el orden establecido. Asegura que para tener República hay que comenzar por hacerlos republicanos, por formar pueblo, por crear una mentalidad, al formarlos como ciudadano que habitan un país en constante crecimiento a fin de que sean capaces de construir la república, en y desde la escuela. (Rumazo González, 2006). Sin duda, este paradigma político pedagógico, no de manera declarativa, pero si subliminal, es transversal a la interpretación y enunciados del preámbulo y demás elementos de la estructura de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (C.R.B.V) 1999. En este sentido, al pretender en Venezuela el desarrollo de profundos cambios y transformaciones en la sociedad, desde el punto de vista político, económico y social, que por supuesto repercute en lo educativo. Esa transformación descansa sobre las bases de todo un arsenal de ideas, extraídas de libertadores y libertadoras, pero sobre todo, tiene como centro, el ideario de Don Simón Rodríguez, hombre con gran sentido social y a mi entender profundamente humanista, que en su carácter de sabio, exhibió un pensamiento de avanzada, para dejar todo un legado, que hoy, asumen los pueblos, entre ellos, el pueblo venezolano, con propósitos de buscar la libertad, la emancipación, mediante la construcción de “una sociedad democrática, participativa, protagónica, multiétnica y pluricultural” (C.R.B.V, ibídem). De allí, el quehacer educativo venezolano, por un lado, exige el desarrollo de una educación que ayude a la gente a mitigar sus dificultades y mejorar sus condiciones de vida, permitiéndosele al pueblo el valerse por sí mismo y en la misma medida, serle útiles a los otros para que la realización particular vaya de la mano con el desarrollo del país. La reforma de los países se puede lograr por medio de la educación. Es sólo problema de tiempo. Las costumbres de los particulares se forman por medio de las costumbres públicas. Y el camino para formar estas es crear Colegios "cuyas máximas, costumbres y modos, y cuyo espíritu moral (si se permite la expresión) sea capaz de desarraigar, o al menos quitar la fuerza en nuestros niños, al vicio de la primera instrucción". Lentamente al principio, más rápidamente después, las familias irán cambiando y se irán formándolos nuevos ciudadanos hasta llegar a una sociedad nueva. (Rodríguez citado por Lasheras,1994:6) Por otro lado, establecer una educación de inclusión y no discriminación, comprensión y atención del indígena e integración y participación de la mujer. En General, educar para crear en el niño, en el estudiante/ participante, mujeres y hombres una conciencia de República. (Rumazo González, op.cit) Rodríguez, apuntaba que la educación debe tomar en cuenta que vale más saber que tener. “El gobierno debe instruir. Debe obligar a adquirir la educación. Es fundamental que se conceda el tiempo para ir a un plantel. Que cada quien piense en todos para que todos piensen en él. Era intervencionista de estado en educación” (J. F. Reyes Baena en Rumazo González, 2006). Por consiguiente las ideas educativas/pedagógicas de Simón Rodríguez, como ya se ha mencionado, en Venezuela despierta totalmente desde el punto de vista teórico y operativo a través del quehacer político, social, cultural e histórico, siendo significativo el hecho de que estos planteamientos forman parte de los postulados filosóficos, orientaciones epistemológicas, sociológicas, educativas y organizadoras del Currículo Nacional Bolivariano como respuesta de la incesante búsqueda y la creación de paradigmas y enfoques del desarrollo propio, la invención de un vehículo para la verdadera
libertad del pensamiento, cuyo producto sea una revolucionaria concepción de lo que debe ser el modelo educativo que interprete el socialismo del siglo XXI. ¿Es posible el materializar la función social de la educación desde el ideario Pedagógico Robinsoniano? Parafraseando, los argumentos sobre la concepción de la educación social planteada por el maestro Simón Rodríguez y plasmadas en sus obras, en particular Sociedades Americanas, Luces y virtudes sociales, Libertador del mediodía de América y sus compañeros de armas, Consejos de amigo dados al Colegio de Latacunga (citados por Lasheras 1994, Morales, 2005 y Rumazo González, 2006) en las que despliega la visión/concepción de sus ideas educativas/pedagógicas consustanciadas con el saber democrático, determinante de libertad e igualdad, por tanto, es muy probable haya sido él quien habló por primera vez de la profunda vinculación existente entre la escuela y la sociedad, o lo que es igual, la escuela en función social. Destaca al referirse a la educación social, el saber del ciudadano sus obligaciones sociales es el primer deber de un republicano. Nada importa tanto como tener pueblo: formarlo debe ser la única ocupación de los que se apersonan por la causa social. El objeto de la instrucción es la sociabilidad, y el de la sociabilidad es hacer menos penosa la vida, así piensa en “Consejos de amigo…” Por tal razón al indagar sobre la conceptualización de la Escuela Social, resulta reiterativo el enunciado por parte de Rodríguez de cómo será y/o perfila el hombre americano del porvenir; la iniciativa de enseñar la doctrina democrática republicana; la coeducación y/o posibilidad de recibir educación ambos sexos. Además, el resultado de entrelazar de manera armónica/simultanea la docencia y el aprendizaje de oficios, este último lo establece como la forma de ayudar a la gente a mitigar sus dificultades y mejorar sus condiciones de vida. Esta originalidad de Rodríguez resulta ser la escuela mixta, con su consecuencia: “la educación social”. La intención no era llenar el país de artesanos rivales o miserables, sino instruir y acostumbrar al trabajo, para hacer hombres útiles, asignarles tierras y auxiliarlos en su establecimiento; era colonizar el país con sus propios habitantes. Se daba instrucción a las mujeres, para que no se prostituyesen por necesidad, ni hiciesen del matrimonio una especulación para asegurar la subsistencia. Los alumnos gozaban de libertad -ni los niños eran frailes, ni los viejos presidiarios-; el día lo pasaban ocupados y en la noche se retiraban a sus casas, excepto los que querían quedarse. (en el Libertador del mediodía… citado por Rumazo González, 2006:61) La educación Social, reivindica la educación popular, vale decir, para todos los estratos sociales, así como la preferencia por las disciplinas útiles, y, explica la idea de función social comprendida como la acepción de la escuela social por y para emprender una educación popular que se fundamente en la realidad contextual, al promover una educación social en la que la experiencia es fundamental para generar pensamiento, la cual invita a pensar para descubrir. De allí, la necesidad expresada por Rodríguez sobre enseñar la lengua castellana y la originaria, la física, la química, historia natural, artes y oficio- La idea de educar para el trabajo-. Todo ello enmarcado en la realidad histórica, social cultural y natural, es decir, contextualizar el proceso educativo. Siendo la contextualización uno de los elementos característicos de la educación popular. En Rodríguez, la decisión de inquirir en lo propio, de adentrarse en una realidad de origen no ya solo hispánico, sino también indígena, a fin de que la captación y conciencia del mestizaje nuestro entreguen una integridad. Morales, 2005 y Rumazo González, 2006. En palabras de (Rumazo González, ibídem) La concepción de La Escuela Social de Rodríguez viene a constituir una complementación, una consecuencia, un perfeccionamiento interno de los Institutos-taller; una suerte de médula nutricia, para que no haya díscolos, ni arbitrarios, ni anárquicos. Si hoy se entiende lo social en un radio de acción diferenciado, de efectividad en los órdenes
político-económicos, no se descarte por ello esta captación de Rodríguez que, si nutrida aún en la doctrina liberal y no todavía dentro de un real socialismo -estamos en 1828-, apela a una estructuración de entendimiento de unos con otros, a un sistema de articulaciones en maridaje. Su valía radica, así, en la innovación que se introduce en el concepto escuela, antes que, en este caso, en la valoración de la problemática general en lo social. Esta originalidad de Rodríguez plantea la escuela mixta, con su consecuencia: “la educación social”, se volverá, después de él, norma universal. Los centros salesianos, las Escuelas de Artes y Oficios, las Universidades Populares y otras entidades de la laya, en los siglos diecinueve y veinte, constituyen aplicación de las formulaciones creadoras del caraqueño. Habla de la República, es decir de todos dentro de una nación republicana, y, que la mayor fuente de prosperidad y felicidad e igualdad de oportunidades emana de allí, de La Instrucción. Dependerá de la instrucción/formación de todos los individuos, la formación de la sociedad en que se viva, y, el Estado recogerá los frutos de la buena educación que reciban los ciudadanos. Propone la educación para todos, en particular la escuela primaria, al respecto el maestro Simón Rodríguez, supone/ reflexiona: ”Todos generalmente la necesitan porque sin tomar en ella las primeras luces es el hombre ciego para los demás conocimientos. Sus objetos son los más laudables, los más interesantes: disponer el ánimo de los niños para recibir las mejores impresiones, y hacerlos capaces de todas las empresas. Para las ciencias para las artes, para el comercio, para todas las ocupaciones de la vida es indispensable”. (Rodríguez, citado por Lasheras, 1994:18)
Reflexión General Las ideas educativas/pedagógicas del Maestro Simón Rodríguez, son planteamientos provocadores de posibilidad para el empoderamiento colectivo para transformar en, y para la conquista ideológica y pedagógica del país, debido a que a través del discurso educativo/pedagógico se produce conciencia colectiva, orientada a la búsqueda de producir felicidad socioeducativa, ideológica y política. Lo expresado, mediante la respuesta a las preguntas que orientaron el presente ensayo, precisamente, en este momento histórico que estamos viviendo ya no es retorica, ni mito o leyenda estas ideas, pero si, son transversales al acontecer educativo, político, social, cultural e histórico emergente en Venezuela, el cual impacta y trasciende latitudes. Sí, la deuda con el maestro esta apenas iniciándose en las primeras cuotas, el trabajo es arduo, pero la decisión está en el día a día de profundizar en la concepción y accionar, continuar derribando obstáculos hasta se internalice entre otros postulados el arte de educar: “Instrucción social, para hacer una nación prudente; corporal, para hacerla fuerte; técnica, para hacerla experta; y científica, para hacerla pensadora” el arte de gobernar “Para tener República hay que comenzar por hacerlos republicanos, por formar pueblo, por crear una mentalidad, vamos a formar ciudadanos de un país en crecimiento, vamos a convertirlos en la gente capaz de realizar esa República, en la escuela” y, el arte de aprender ” no sólo poner a disposición de todos la Instrucción, sino dar medios de adquirirla, tiempo para adquirirla, y obligar a adquirirla”. Evidentemente, estas ideas, las desarrolla el maestro, tomando en cuenta el contexto histórico del momento y lo relaciona estrechamente con los factores políticos, sociales, filosóficos y económicos; todo girando en torno a sus ideas republicanas. Estas, en la actualidad cobran vigencia y reclaman su aplicación, en particular, las relativas a la educación popular, cuyo objetivo es “instruir y acostumbrar al trabajo, para hacer hombres útiles y construir patria con sus propios habitantes”. Postulados que se materializan de forma real y especifica, en los ejes integradores del diseño curricular educativo venezolano, al establecer “el trabajo Liberador”, fundamental en / para la comprensión de la función social de la educación. Todo ello, exige a la escuela promover el vínculo entre la teoría y la práctica, desde una perspectiva social; en este contexto, debe existir una unión indisoluble entre la
educación y el trabajo como una dimensión humana, que lleve a reflejar desde la praxis, el modelo de sociedad productiva y solidaria. Entonces, estos son los caminos a recorrer, con las ideas de Simón Rodríguez, cabalgando por todos los rincones venezolanos, fraguando esperanzas y forjando futuros de manera original, tal como fue su sueño. ¿Dónde iremos a buscar modelos? La América Española es original. Original han de ser sus Instituciones y su Gobierno. Y originales los medios de fundar unas y otro. O inventamos o erramos. SIMÓN RODRÍGUEZ