Rafael Navarro Pulido
La Oficina Abandonada
Portada: “El renacer de la esperanza” de María Esthela García Sotelo. Edición y corrección: Julián López Muñiz Impresión:
Prólogo Ícaro Montoya un joven extravagante, inteligente, quien gusta del arte, aprendiz de investigador privado, y con una gran capacidad analítica. Se enfrenta a su primer caso importante, una violación. Esta se da a Beatriz, joven que caminaba por una calle oscura rumbo al hospital, dónde cuidaba a su papá. Mientras se desarrolla la investigación, surge otra violación a una joven llamada Susana, la cual fue atacada en las mismas circunstancias del caso anterior, lo que los pone en alerta ante un posible violador en serie. La trama se desarrolla en Culiacán, dónde Ícaro dijo alguna vez “La realidad está allá afuera, solo hace falta querer verla.” El impacto psicológico recibido por las damas ultrajadas hacen que la mayoría no quiera repetir el trauma a las que las sometieron, por lo que se tiene que usar mayor imaginación y talento para que puedan aportar datos que le permitan al investigador llegar a esclarecer estos crímenes. Con el apoyo de Ruby Gallagher, una joven astuta e inteligente van desarrollando las investigaciones en conjunto con Juan y Santiago, unos oficiales de la policía, logran resolver los casos. 1
Pasando unos días, aparece un caso distinto, un violento intento de asesinato de la señorita Paola López hace revivir un crimen ocurrido años atrás dejando por victima a una joven de nombre Erika Hernández, haciendo pensar que podría ser del mismo atacante. Después de concluir con un capítulo de aspecto sobrenatural, termina esta narración, antes de cerras La Oficina Abandonada con una memorable frase: “El amor va de la mano de la esperanza. Cuando uno se enamora, lo primero que siente es la esperanza de que la otra persona sienta lo mismo por uno.”
Mario Niebla Álbarez.
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Primera parte: Silencio
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I Culiacán, Sinaloa, México. Una hermosa joven, de nombre Beatriz Gómez, sale de su trabajo al caer las 9:30 pm. Las oscuras calles del centro son sumamente peligrosas, pero su necesidad de trabajar para poder ayudar a la economía de su familia y padre enfermo era lo que la forzaba a trabajar, una joven muy valiente. Cómo pocas. Y, cómo muchas, sufrió un terrible crimen esa noche. Caminando por la calle Antonio Rosales, a pocos metros después de dejar el pequeño local donde ella trabajaba, Beatriz caminaba a paso apresurado, la calle cada vez estaba más solitaria y el ambiente se sentía cada vez más denso. Ella jamás había tenido una sensación así, había caminado por esa calle a esas horas de la noche antes, esta calle con acabados antiguos, formaban un escenario sumamente siniestro. Los largos y delgados tacones de Beatriz resonaban formando un eco. Hacía frio, aún con una pequeña chamarra, Beatriz se abrazaba a sí misma para tener un poco más de calor. Aproximadamente cada tres pasos, giraba la cabeza para ver si alguien la seguía. Escuchaba pasos, pero se decía a si misma que era el 4
sonido de sus tacones golpeando el piso. Pero fue entonces que al llegar a la esquina de la calle J. María Morelos, una sombra grande su posó en su camino. Un hombre. El cual portaba un arma en sus manos. Este apuntó el arma hacia la cabeza de Beatriz. Ella estaba en shock, no sabía qué hacer, intentó gritar, pero en cuanto ella abrió la boca, el hombre puso el arma en su boca. -Si gritas, te mueres, ¿Entendiste puta?- Exclamó el hombre acercando su rostro al de Beatriz. Él comenzó a lamerla y ella empezaba a sufrir uno de los crímenes más violentos existentes. Nunca nadie escuchó ni un solo grito. Por la mañana, un hombre de edad avanzada, encontró a la joven Beatriz desmayada en uno de los pilares del mercado Garmendia. El hombre se acercó a ella para ver que le pasaba, al acercarse notó un aroma a sangre, que corría de entre sus piernas. -Señorita… ¿Está usted bien?- preguntó el hombre, pero al no tener respuesta, acercó su mano a la cara de Beatriz, la cual estaba cubierta con de su mismo cabello. Pero antes de que este la tocara, ella abrió repentinamente los ojos y dejó
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salir un grito aterrador y profundo, que hacía resonar el centro de la ciudad. Por la tarde llegué a mi casa, en la puerta había un sobre con la información del caso, mis fuentes siempre son precisas. Cuándo hay un sobre de manila en la puerta de mi casa, significa que ha ocurrido un crimen grave. Leí brevemente el reporte, subí a mi automóvil y me dirigí con la única persona que sé que podría resolver algo como esto. Existe una plaza comercial olvidada de la ciudad. Con fachada
antigua,
comúnmente
conocida
como
“La
Galería”. Estacioné mi auto y entré a la vieja plaza, un lugar muy tétrico, un sin número de locales abandonados. Pero buscaba uno en especial. Una oficina, una oficina abandonada. En el segundo piso de esta plaza está dicho lugar, entro a la oficina, subo unas pequeñas escaleras, y como siempre ahí está él. Un crimen horrible ha sido cometido en Culiacán. Y, como es de costumbre, mi amigo, Ícaro Montoya estaba dormido en su vieja oficina abandonada. -¿Dormiste hasta tarde, Ícaro? -No- contestó balbuceando- sólo estoy algo drogado.
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-Encantador.- Dije con tono sarcástico- Hay trabajo que hacer, así que ve a lavarte la cara. Te necesito en tus cinco sentidos. -¡Maravilloso!- dijo Ícaro saltando de su asiento- me has traído un nuevo caso, justo cuándo pensé que esta aburrida ciudad había perdido su interés. Últimamente no hay nada más que muertes entre traficantes. Te aseguro, mi querida Ruby, no estoy en mis cinco sentidos, estoy en seis. -¿Vez gente muerta?- pregunte irónica. -¡Mejor aún!- replico- mi habilidad deductiva esta más amplia, mi punto de partida es más grande ahora, mi mente se expande cada vez que consumo este tipo de alucinantes. -Ícaro… -¿Si? -Estás gritando. Tu sentido auditivo se ha desvanecido, esto probablemente es a causa de marihuana. ¿Por qué haces esto? -Pensé que lo habías explicado ya, grito porque perdí mi sentido auditivo. 7
-Me refiero al consumir esas cosas. -Ya veo. Te incomoda, ¿no es así? -Mucho. -Mis más sinceras disculpas, no fue mi intención hacerte sentir incómoda. Iré a sentarme un momento y fumaré algo de tabaco para que el efecto desaparezca de mi sistema más pronto. Ciertamente, Ícaro sacó de su bolsillo unos cigarrillos, se sentó en un rincón cómo un niño que acaba de ser regañado y mandado a pensar en lo que ha hecho. Calenté agua y me dispuse a servir dos tazas de café, no suelo tomar café cargado, sin embargo Ícaro lo toma muy cargado y con una cantidad absurdamente grande de azúcar. Al cabo de unos diez minutos, Ícaro regreso en sí. -Ya estoy listo- dijo seriamente. -Te prepare un café. -Te lo agradezco mucho Ruby- dijo tomando la taza¿Serías tan amable de mostrarme lo que traes en el sobre?
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Entregué el sobre a Ícaro, lo tomó cuidadosamente, sacó del Sobre todos los documentos, los estudió cada uno con sumisa atención, mientras los veía sacó otro cigarrillo y empezó a fumar. Después de tanto silencio, Ícaro bebió lo último que tenía en su taza, miró hacia el techo y dejó escapar un suspiro. -Interesante- dijo con tono deprimido. -Lo sé… conoces bien esa calle y este tipo de crímenes. -Al menos Beatriz sobrevivió. -Algunas veces eso es peor. -Tal vez. Pero sea como sea, no debo ligar este caso con ella, Sarah- dijo triste Ícaro viendo una foto- es un caso pasado. Retomando esto, hay un dato curioso. -¿Qué? -Cuándo elaboraron este informe, Beatriz estaba en estado de shock, no podía hablar, sólo gritaba y pataleaba. Hay una lista aquí de lo que había dentro de la cartera de Beatriz, no portaba identificación alguna. Eso es raro. De no ser que sus padres no reportaran el hecho de que ella 9
jamás llego a su hogar, no sabrían quién era. Ruby- dijo poniéndose de pie y tomando su elegante saco negroTenemos que hablar con Beatriz. II Justo, cuando Ícaro y yo nos disponíamos a partir de la oficina, apareció un oficial de policía. -Señorita Ruby- dijo con sorpresa- qué alegría verla. -Bastante oportuno, Santiago. Le presento a Ícaro. -Mi nombre es Santiago Muñiz- dijo estirando su mano hacia Ícaro- veo que no exageró cuando me dijo que es extravagante- concluyó burlonamente. Ícaro lo miró con desdén, sacó un cigarrillo, procedió a encenderlo e ignoró el saludo de Santiago. -La señorita me dijo que era alguien joven -continuó Santiago- pero no esperaba que fuera tan joven. Su…interesante oficina, dice mucho de usted, al igual de su vestimenta y su curioso look de cabello. -¿De verdad?, por favor, dígame, ¿Qué es lo que dice de mí todo eso? 10
-Su oficina, prácticamente escondida de todos, en una plaza comercial que nadie recuerda más, eso dice que quiere cierta privacidad, quizás porque lo que usted hace no es precisamente legal, o sus métodos de investigación van más allá de lo permitido por la ley. Su vestimenta, de traje, muy formal y elegante, una persona viste así para que la gente le muestre respeto, debido a su escasa edad me imagino que es una gran limitante para usted, quiere verse más maduro, es por eso que incluso se tiñó canas en el cabello. Pero, el por qué hace esto, bien, esa mi incógnita prioritaria. Pero para serle honesto, no me interesa. Lo que me interesa es que se ha cometido un crimen en la zona que yo vigilo y quiero llegar al fondo de esto. Ruby afirma que usted es el mejor en lo que hace. Por eso he venido aquí. En ese momento, apareció un hombre mayor, de unos sesenta años. -Santiago, por favor, no hostigues al muchacho. -No es hostigamiento en lo absoluto, usted es el detective Juan Muñiz, ¿No es así?
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-Es correcto en cierto punto no soy más detective. Usted es Ícaro, debo suponer. -Así es, ¿Va a arrestarme? -¿Por qué debería hacerlo? -Por nada en especial. Ahora, si me permite oficial Santiago, déjeme sacar mis deducciones sobre usted.Ícaro se dio la vuelta mientras inhalaba un poco- El oficial Muñiz es su padre, ¿No es así, oficial Santiago? -¡¿Cómo ha deducido eso?!- preguntó impactado Santiago. -Fue muy fácil, lo primero y más evidente, las formas un tanto triangular de los lóbulos de sus orejas, son iguales, al igual que la forma recta de ambas cejas, lo que los hace familiares. Pero el color del iris de sus ojos, color miel claros, son raros por estos lugares, ese tipo de señas en particular los hacen familiares muy cercanos, hermanos, muy posible, pero por la edad son Padre e Hijo. Además, para fomentar mi teoría. La manera que él se dirigió a ti con una orden y la forma sumisa en la que preferiste quedarte callado, habla de que él tiene más autoridad que tú- No sólo oficialmente, sino también por respeto familiar. 12
-¿Que eres?- preguntó Santiago. -Detective, psicoanalista, mentalista, sociólogo, actor, luchador… soy muy versátil. -Impresionante, joven Ícaro… es muy impresionante y acertado, justo como nos informaron.- Dijo el oficial Juan a Ícaro– Su compañera la señorita Ruby fue quien nos ó con usted. “-¿Cree usted en las apariencias, oficial Muñiz? -En lo más mínimo. -Conozco a alguien cuyo intelecto es formidable, él se encuentra siempre en una oficina abandonada por la calle Ángel Flores 317 Pte., en el segundo piso de esa olvidada plaza, reconocerá el lugar pronto, es el mejor en su clase. Pero de nuevo, no se deje llevar por las apariencias…” -Ya veo. Pero me temo que Ruby es demasiado injusta, no soy el mejor de mi clase, conozco mejores, pero sólo yo estoy abierto al público en general. ¿Díganme, en que puedo ayudarlos?
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-Imagino que ya está usted al tanto del asunto que ha perturbado esta ciudad hace unas horas, una joven ha sido brutalmente violada, cerca de aquí. -Es correcto, Ruby me puso al tanto. Estaba a punto de ir a visitar a la joven en cuestión, he leído un par de cosas que se me han entregado. Sin embargo, he deducido muy poco de mis observaciones. ¿Han examinado lo que la joven tenía cargando consigo? -Me temo que no, ¿Encontró algo? -Nada que sea revelador, sólo especulaciones y de esas nos debemos mantener al margen, no nos podemos basar en eso. Pero para sostener mis teorías, necesito complementar mis evidencias ¿Hay manera de que pueda analizar lo que llevaba Beatriz esa noche? -Será complicado- interrumpió Santiago- dado el hecho que tú no eres policía, no podrás acceder a ese tipo de cosas. -Pero nosotros si- continuó Juan- dígame que es lo que tenemos
que
buscar,
encontraré
proporcionársela. 14
la
manera
de
-¡Estás hablando de robar evidencia!- gritó indignado Santiago- espero no lo digas en serio. -Hijo- dijo Juan acercándose a Santiago- Sabes bien que a este tipo de crímenes nuestra policía no le presta la importancia debida, si no dejamos que Ícaro investigue bien esto, ese desgraciado seguirá en las calles. No podemos permitir eso. -Está bien- suspiró Santiago- pero si algo sale mal, será tu culpa. Tras decir eso, Santiago bajó las escaleras y salió de la oficina. -Lamento que tengan que ver este tipo de cosas. Santiago es muy firme en los códigos policiacos. -Algunas veces hay que cambiar esos códigos para hacer justicia, Juan- Dijo Ícaro intentando calmarlo. -Tiene razón. Dígame, ¿Qué es lo que necesita de las evidencias?
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-Su billetera, por favor, tráigamela. O mejor aún, Ruby y yo iremos a charlar con Beatriz, me comenta Ruby que se encuentra en el hospital. -Ya no, su madre la sacó de ahí hace un par de horas, está en su casa en estos momentos, le daré la dirección y lo veré allá tan pronto consiga la billetera de la joven. III Tras la charla, Ícaro y yo subimos al auto, rápidamente, sacó de su bolsillo un cigarrillo nuevo. -No se fuma en mi auto. -¿Y si bajo la ventana? -No se fuma en mi auto, Ícaro. -Cielos… perdón, mamá.- dijo entre dientes Ícaro. Este procedió a ponerse el cinturón de seguridad. -¿Qué se supone que estás haciendo?- pregunté con cierto malestar. -Me abrocho el cinturón de seguridad. -¡Puedo ver eso! 16
-Si lo puedes ver ¿Qué objeto tiene el que me lo preguntes? -No me refiero a la acción, me refiero al porqué haces eso. -Entonces la pregunta correcta sería ¿Por qué te pones el cinturón de seguridad?, No ¿Qué se supone que estás haciendo? Preguntas la acción, no el por qué lo hago. -¡Está bien!- dije molesta- ¿Por qué te pones el cinturón de seguridad? ¿No confías en cómo conduzco? -¿Es acaso una pregunta retórica? -No lo es. -Bien, me lo pongo por seguridad, me amo demasiado como
para
terminar
mi
vida
por
un
choque
automovilístico. Pero no digo que vaya a ser causado por ti. Verás, confío en tus dotes como conductora aunque, generalmente, rebases el límite establecido en la calles. Pero no confío en los dotes de los demás automovilistas. -Bueno, tienes razón- dije sin más y me puse también el cinturón de seguridad. Tras un lapso largo de viaje llegamos a una de las colonias más pobres de la ciudad, las calles de tierra llenas de 17
baches hacían brincar mucho el auto. Cuando llegamos a la dirección que nos dio el oficial Muñiz, sentí un nudo en la garganta al ver las condiciones de la casa. Una vieja malla oxidada era la puerta, los techos de lámina y paredes de ladrillos de cemento sin pintar, daban un aire demasiado triste para mí. Es difícil ver como hay personas que viven en ese tipo de condiciones. Todos sabemos que hay gente que vive así, pero es más fácil ignorar la realidad. Además, no podemos tapar siempre el sol con un dedo. Ícaro dijo una vez “La realidad está allá afuera, solo hace falta querer verla”. -Esta es la casa- dijo Ícaro. -Qué deprimente condición en vive esta joven. -Hay más gente de la que crees viviendo así, incluso en condiciones más deplorables. Ícaro bajó del auto y, con gran naturaleza, tocó la reja de la casa con sus llaves, una mujer joven apareció. -¿En qué les puedo ayudar? -Buenas tardes, ¿Es esta la casa de la joven Beatriz Tirado?- preguntó Ícaro. 18
-Ella no se encuentra disponible.- dijo secamente la joven. -Por favor, señorita, somos los detectives privados Ícaro Montoya y Ruby Gallagher. Estamos investigando el caso de la joven, es de suma importancia… -¡Déjalos entrar, Ana!- interrumpió alguien dentro de la casa. -¿Estás segura?- preguntó la joven. -Sí- dijo en voz baja. La joven se acercó a la reja y nos dejó entrar, se identificó con nosotros como Ana Tirado, hermana de Beatriz. Cuando entramos, encontramos la casa muy sucia, y la joven Beatriz acostada en una pequeña cama. -Señorita Beatriz, seré breve, necesito saber… -¿Cómo me violaron?- interrumpió Beatriz -Sí. -Mi padre está en el hospital -Narraba mientras sus ojos se inundaban en lágrimas- está muy enfermo. Él siempre ha cuidado de nosotros, y ahora que pensé que yo lo podía 19
cuidar, fracasé y vaya manera. Como les dije a los policías, estaba muy oscuro y no pude ver su rostro. Me dijo que si gritaba me mataría. Él… me lamió el rostro, después me arrancó la ropa interior y… ¡Me violó!- fue entonces que detonó en llanto. -Lamento mucho lo que te sucedió. -No lo entiende… yo era virgen. Ícaro bajó la cabeza, se quedó sin habla. De repente llegaron los oficiales Muñiz. -¿Mas policías?- preguntó irritada su hermana. -Vienen con nosotros- le comenté. -Buenas tardes- dijo el oficial Juan Muñiz- Joven Ícaro, aquí está lo que me pidió. -Excelente trabajo, Juan- dijo Ícaro tomando la bolsa de plástico con la cartera de Beatriz, se colocó un par de guantes de látex y abrió la cartera- Por favor. Señorita. Sacaré todo lo que usted traía dentro de su cartera, dígame si falta algo. -Está bien. 20
Cuando Ícaro sacó absolutamente todo lo que estaba dentro, Beatriz volteó a vernos confusa. -Falta mi credencial de elector. -Muy bien, eso será todo, señorita Beatriz- dijo Ícaro guardando todo exactamente en su lugar.- Muchas gracias por su cooperación. Tras lo ocurrido, salimos de la propiedad pero la hermana de Beatriz, Ana, nos siguió hasta la entrada. -Hagan lo que hagan, encuentren a ese hijo de puta. -No se preocupe, lo encontraremos.- dijo Ícaro, con gran seguridad. -Bien, niño maravilla- dijo irónico Santiago- ¿Ahora qué? Le dijiste a la joven que lo encontraríamos, así que deduzco que sabes algo. -Es correcto, hay una gran posibilidad de que el violador hubiese tomado la credencial de Beatriz, quizá cómo trofeo. Siendo así, en la cartera pueden estar sus huellas digitales. También están los rastros seminales que
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encontraron
en
Beatriz.
Tenemos
su
semen
y
probablemente sus huellas dactilares. -Los estudios de eso toman mucho tiempo, joven Ícarocomentó Juan. -Además no sabemos cómo es él, Ícaro. Ella no lo vio- le comenté. -Ciertamente- dijo encendiendo un cigarrillo- los estudios toman tiempo, pero conozco a alguien que lo puede tener de inmediato. No sabemos cómo es él, pero pronto lo sabremos. Ruby… Hay que ar a Astorga. IV Nos dirigimos de nueva cuenta al centro. A la oficina abandonada. -Atención. Padre e hijo, Muñiz- dijo en voz alta ÍcaroVerán ahora cómo trabaja un verdadero genio en la computación. -Bien, sorpréndame- dijo Santiago irónicamente. Ícaro metió la bolsa de plástico con la billetera de Beatriz dentro de una pequeña caja, dentro de la misma, escribió 22
una pequeña carta y procedió a meterla también en la caja. Se puso de pie, encendió un cigarrillo y tomó la caja con las dos manos. -Ahora hay que enviar esta caja. -Un momento- dijo Santiago- Una cosa es robar evidencia, otra cosa es investigar a un testigo sin una orden, pero, es otra cosa que muevas evidencia a quién sabe quién. -Tiene razón, Santiago- argumentó Ícaro- pero debemos atrapar a este criminal lo más pronto posible, es probable que ataque de nuevo. Dígame, ¿Este suceso ha aparecido en los diarios? -No. -Este criminal no se ha dado a conocer, es un arma de doble filo. Es benéfico por la parte de que no se creará histeria en la sociedad. Y es perjudicial debido a que, muchas veces, un criminal de este tipo busca superioridad, la violación es un ataque de poder, busca someter a gente que sea vulnerable, quizás porque él lo sea, o simplemente engrandecer su poder como macho alfa. Es probable que vuelva atacar, y no permitiré que alguien más sufra. 23
-Ícaro tiene razón, hijo. -Cielos- suspiró Santiago- No sé cómo he caído a este punto. Muy bien, hagámoslo a tu modo, niño maravilla. Espero no te equivoques. Ícaro nos condujo a una tienda de autoservicio por la calle Domingo Rubí. Dejó la caja dentro de uno de los casilleros, introdujo una moneda y el casillero le dejó una llave. Ícaro entró a la tienda y en el área de bebés movió una gran cantidad de pañales, y puso la llave debajo de ellos. Salimos de la tienda, Santiago se quedó en shock. -¿De verdad?, ¿Ese es tu plan? Meter las cosas en un casillero y esconder la llave ¿Ese es tu plan? -Correcto. -No puedo creerlo. -Pues créalo.- dijo firme Ícaro.- Esta tarde tendremos las huellas digitales, Astorga encontrará las múltiples huellas de Beatriz en la billetera, encontrará unas huellas que no
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son de ella y si el criminal fue atrapado anteriormente, tendremos la fotografía y el nombre del criminal. -Ese Astorga, del que habla, ¿Es un hacker? -Hacker e inventor, un fuerte aliado. -Entonces, él encontrará la llave y sacará del casillero la caja y la analizará. -Excelente deducción, lo felicito- dijo sarcástico Ícaro. -Sabe- dijo serio Santiago- en otra vida usted pudo ser un buen traficante. -Y usted un buen policía. -¿Qué dijiste, mocoso?- preguntó molestó Santiago. -Está bien. Basta- interrumpió Juan- Debemos irnos, Santiago. Hay que reportarnos en la comisaria, le avisaremos si sabemos algo más, confío que harán los mismo ustedes. -Confía bien, oficial Muñiz. Juan y Santiago partieron después de eso, Ícaro y yo nos dirigimos de nueva cuenta a la oficina. 25
-Ícaro- susurré. -¿Si? -Hay posibilidad de que este criminal no esté en la base de datos de la policía. En otras palabras, que jamás haya sido arrestado anteriormente. -Sí, existe. Lo tengo presente. Sin embargo, es difícil de creer que este atentado, también hecho, sea el primero que haga este criminal. De igual manera, si las víctimas anteriores nunca denunciaron su atentado, no habrá nada. Tengo fe en que Astorga encontraré algo. Se hizo de noche, no podía ser peor para Ícaro y para mí. No había respuestas aún de parte de Astorga. Esas eran muy malas noticias. Me dispuse a llevar a Ícaro a su casa y quedarme un rato con él, por lo menos hasta que se durmiera. La casa de Ícaro es bastante fea por fuera, se ve como una casa abandonada. De hecho solía ser una librería, cuándo el compró la casa, aún había libros empaquetados. El lugar era un verdadero desorden. Claro, un hombre viviendo solo ¿Qué se puede esperar? -¿Quieres pasar?- preguntó amablemente 26
-Claro- dije con cierta alegría. Al entrar se pueden notar torres de libros y varios estantes en un gran desorden, pero a pesar de lo desordenado del lugar, estaba limpio el piso y había un agradable aroma de café y humo de cigarro. -Astorga se tomó su tiempo- dijo con cierta depresión. -Quizás estaba ocupado y no le pudo dar prioridad a esocomenté intentando animarlo. -Eso no me convence, creo que tengo un libro por aquí que puede sernos útil en la investigación de este criminal, lo buscaré. -Ícaro, debes dormir, fue un largo día. -Por favor, Ruby. Ni siquiera tengo cama en mi casa, además, no puedo tener la conciencia tranquila después del crimen que se cometió, tengo que atraparlo sea como sea. -Sé razonable, de nada nos sirves si no das el cien por ciento de ti, Ícaro. Necesitas descansar.
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-Por eso sigues aquí, ¿No es verdad?- preguntó con tono molesto- ¿Crees que haré algo como la vez pasada? ¡No soy un niño que tienes que cuidar! -¡Entonces no te comportes como tal! Dime, ¿Cuándo fue la última vez que comiste algo? -Oh… por favor… -Hace días que no comes algo, Ícaro. Sólo tus hojas de coca, marihuana, alcohol y café. Y ¿Todo eso porque? ¿Por qué estás aburrido? -No te incumbe. -¡Claro que sí, Ícaro! ¡No pienso dejarte morir por drogas, alcohol y aburrimiento! -Es hora de que te marches, Ruby. Molesta salí de su casa. A la mañana siguiente, al abrir la puerta de mi casa, encontré otro sobre. Ha habido una víctima más. V
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Tan pronto me arreglé, fui a la oficina de Ícaro. Al llegar ahí, lo vi fumando de pie con la vista perdida. Al notar mi presencia solo me vio con cierta tristeza. -Noto en tu cara arrugas, en la frente y tus cejas curvadas. Traes malas noticias. No hace falta que me digas cuáles son, sólo mira en mi escritorio. Posé mi mirada en su escritorio y vi un periódico doblado a la mitad, me acerqué, lo desdoble y leí el encabezado. “Violador en serie suelto en el centro de la ciudad, esta mañana apareció una segunda víctima.” -El caso se ha hecho público- suspiré. -Para poner un poco peor las cosas, cuando llegué encontré un paquete de parte de Astorga. No se encontraron huellas digitales en la cartera. Este criminal usó guantes. Es astuto. -Aún están los restos seminales. -Es algo, pero no hay registros de semen cómo los de las huellas digitales. Las muestras seminales nos servirían solo en caso de atrapar a un sospechoso y compararlos.
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Tenía la esperanza de que con las huellas encontráramos algo. Dime, ¿Qué dice el reporte? -El nombre de la víctima es Susana López. Fue atacada bajo las mismas circunstancias que Beatriz, salió de su trabajo ubicado por la calle Benito Juárez. Parece ser que este sujeto la espero a que saliera del trabajo, siendo que fue atacada a sólo tres metros de la tienda donde trabajaba esta joven. -¿Hay fotografías? -Solo una, es de ella. Ícaro la miró detenidamente, suspiró y devolvió la foto. -Tiene un físico delgado, estatura baja, igual que Beatriz. Busca jóvenes hermosas y vulnerables. Este hombre pone su machismo al descubierto. Busca doblegar a la gente débil, por eso busca personas que sean delgadas y pequeñas, tal vez nuestro atacante es enclenque. ¿Qué hay de su cartera? -La identificación no estaba- Dijo en voz alta Santiago mientras entraba a la oficina- Esto, sin lugar a dudas, es del mismo sujeto. 30
-Evidentemente- confirmó Ícaro- ¿Han encontrado algo? -Me temo que nada, joven Ícaro- Argumentó Juan. -Ya veo, habrá que hablar con ella. -Eso será imposible- dijo Santiago, firme- La joven en cuestión se reúsa a dar información. Dice que no quiere revivir lo que paso. -Eso es muy válido- dije- Un trauma como ese es difícil de superar, este tipo de ataques repercuten de maneras masivas en una persona, ya sea hombre o mujer. -Necesito algo, oficiales. Necesito que ustedes observen la calle donde fue este último atentado y también la del primero, hay que encontrar cosas que sean parte de algún patrón que tenga este atacante. -Muy bien- afirmó Juan llevándose con reniegos a Santiago. -¿Por qué no les dijiste lo que me comentaste? Ya sabes, eso de que el sujeto es enclenque.
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-Es lo bueno de ser privado. Al no trabajar con la policía, puedo decirles cuánto quiera y lo que quiera. Ni tampoco estoy limitado a sus normas. Bien, Rubí. Habrá que visitar a un viejo amigo mío. -Iré por el auto. -No hace falta, está aquí a la vuelta. -¿Dónde es? -Iremos con el director del archivo histórico. El doctor Alanís -¿De qué nos sirve ir con el director del archivo? -Ese hombre es una joya, todo un baúl de conocimientos históricos. Recuerda que para poder predecir el futuro hay que conocer el pasado primero. No recuerdo algún suceso en el pasado de este tipo por aquí, pero quizás el buen doctor nos explique o nos ilumine de alguna manera para poder atrapar a este criminal.
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VI Jamás antes había entrado al archivo histórico. Es enorme, sus paredes decoradas con hermosos paisajes y murales bellísimos, veo a Ícaro caminar por el lugar, mirando a todas partes, con una gran sonrisa y ojos brillosos. El lugar refleja mucha calma y sabiduría, esa vez fue una de las pocas veces que veía a Ícaro emocionado, es como si muriera de ansias de venir aquí, se mostraba impaciente mientras subía los grandes y largos escalones de piedra. Entramos a un pasillo muy elegante, Ícaro saludaba a todos con una gran calma y caminaba como si fuera su propia casa, tal vez así es como el veía este lugar, como una segunda casa. Al final del pasillo entramos a una muy elegante oficina, decorada con una hermosa pintura del mismo archivo pero de hace muchos años atrás. Sentado ahí estaba el doctor Alanís. Un hombre de edad avanzada, pero que se movía con una facilidad, que ni yo podría hacerlo. Es curioso como antes estábamos hechos para durar más, definitivamente este hombre está lleno de vida aún. -¡Joven Ícaro!- dijo con gran alegría.
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-¡Mi estimado doctor!- contestó Ícaro energético y estrechando la mano de Alanís. -Veo que trae consigo a una hermosa joven, mucho gusto, soy Gilberto López Alanís. -Es un placer conocerlo, doctor Alanís. Mi nombre es Ruby Gallagher. -El placer sin duda es mío, señorita Gallagher- dijo mientras se acomodaba en su silla- por favor tomen asiento, Díganme, ¿Qué puedo hacer por ustedes? -Me alegro que lo pregunte, doctor. Supongo está al tanto de los crímenes que están azotando el centro de la ciudad. -Me temo que sí, es una verdadera desgracia lo que les ha pasado a estas jovencitas. -Actualmente trabajamos en colaboración con la policía para dar con este criminal. -¿Usted un detective? -Es correcto, estimado doctor. -Realmente que las apariencias engañan. 34
-Tiene razón- explicó Ícaro sonriendo y reclinándose en la silla- usted es sumamente reconocido por ser un “As” como investigador de la historia. Siendo así, supongo debe estar de acuerdo conmigo, que para llegar a la verdad oculta hay que parecer de todo, menos lo que realmente somos. -En eso tiene razón, joven Ícaro. Pero aun no entiendo en que le podría ayudar. -¿Alguna vez han habido ataques similares a este que usted conozca? -Bueno,
este
tipo
de
crímenes
no
los
estudio
detenidamente, no recuerdo que antes hubiera existido alguien cómo el sujeto que buscan ustedes. -Ya veo. -Sin embargo, según he leído este tipo de criminales no hacen las cosas al azar, menos ahora que se ha hecho público. A cómo lo veo yo, este criminal puede hacer dos cosas ahora, iniciará a ser más meticuloso o dejará de hacerlo. No confíen en lo segundo, puede ser que desaparezca un tiempo y luego regrese. 35
-No lo creo, estoy seguro que este hombre tiene mucho tiempo haciendo esto. Es muy astuto, muy inteligente, no ha dejado huellas digitales en ninguna parte, hay rastros seminales, pero no tenemos sospechosos ni nada de eso para compararlos. -Si es tan inteligente cómo presumes que es, debe tener un patrón. -Sus víctimas son físicamente parecidas, delgadas y pequeñas. -Muy bien, pero no sólo digo el patrón en las victimas, Ícaro. Me refiero a un patrón de ataque.- argumentó mientras se ponía de pie. Y de entre sus libros sacó un pequeño mapa del centro de la ciudad y un marcador rojoNo sé qué tan verídico sea lo que se ha publicado en el periódico, pero tengo entendido que la primera víctima fue por esta misma calle, la Antonio Rosales, esta víctima actual fue por la calle Benito Juárez. -Entiendo- dije enérgica- es sólo una suposición, pero que tal si toma como punto de partida la calle Antonio Rosales, tres calles más arriba está la Benito Juárez, tres calles más está la Francisco I. Madero, esa calle está muy 36
poblada de comercios, sin mencionar que hay lugares abandonados ahí y no hay mucha luz en ciertas partes de esa calle. -Es justo lo que estaba pensando, señorita Ruby- dijo sonriendo- es verdad lo que dicen, que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer. -¿Cómo que detrás?- pregunté seria. -No me refería a…- dijo nerviosamente. -Creo que mas que atrás de mí- interrumpió Ícaro- está mucho mejor a mi lado, Ruby es mi mano derecha, no podría hacer la gran cosa sin ella. Es, tal vez, más inteligente y astuta que yo. Muy bien, mi estimado doctor, nos ha ayudado mucho con esta teoría, estoy seguro que podremos dar con este criminal siguiendo dicho patrón. -Ha sido un placer. Y, señorita Ruby, le ofrezco mis más sinceras disculpas, no quise ofenderla de alguna forma. -No se preocupe, doctor. Ya he olvidado el asunto. Sin más, Ícaro y yo nos dispusimos a regresar a la oficina, afuera estaban Santiago y Juan esperándonos. 37
-Mis queridos compañeros, les tengo noticias estupendas, atraparemos a este criminal esta misma noche.-Dijo con entusiasmo Ícaro. VII Ícaro dio pocos detalles a Santiago y a Juan, les mencionó y recalcó que debían ocultarse bien para no ser detectados por el criminal. El punto sería la calle Francisco I. Madero, Santiago por la parte sur, Juan por la parte norte e Ícaro por la parte central. Esto, a las 8:50 de la noche. -Han sido dos víctimas ya, joven Ícaro. ¿Está seguro que esta depredador caerá? -Tarde o temprano caerá, mi estimado Juan. -Espero no te equivoques, niño- dijo Santiago apuntando a Ícaro- Si esto no funciona… -Confía en él, joven Santiago. Quizá él es la clave para resolver este dilema. Tras esa amenaza, los oficiales partieron, Ícaro procedió a encender un cigarrillo. -¿Qué haré yo? 38
-Mi querida Ruby, tú tienes el trabajo más importante de todos. Serás la víctima. -¿Qué? -No te confundas, no te pasara nada. -Ni dejaré que me haga algo. -Es por eso que debes traer contigo a Brittany. -Nunca salgo sin ella. Brittany es mi .45 mm, han pasado muchas cosas desde que la adquirí. Sin embargo, no soy la única que guarda un arma consigo. Ícaro aún posee una en particular, jamás la ha disparado, el matar a alguien es algo espantoso para él, un crimen que deber ser pagado con todo el peso de la ley. Ahora quizás se pregunten ¿Por qué la tiene en dado caso? Me encantaría decirles que la respuesta es sencilla, pero me temo que no lo es. Cuando conocí a Ícaro, era solo un niño muy inteligente, con grandes ojeras y cabello largo, sus ojos reflejaban un gran odio y una inmensa tristeza. Cuando iniciamos a trabajar juntos, nos vimos obligados a hacer cosas que jamás me hubiese imaginado que algún día haría. El arma que tiene es, nada más y nada menos, que el arma que usaron para asesinar a 39
Sarah, el amor de su vida. Su historia y origen son sumamente trágicos. Por lo general, él siempre está deprimido, y el verlo como está ahora, con tal entusiasmo y energía, hace que me sienta bien. Sin lugar a dudas esta será una gran noche. Todos estaban en sus posiciones. El reloj marcaba las 8:50 de la noche. Tomé rumbo por la calle Francisco I. Madero. Por alguna razón, los postes de luz no estaban encendidos, haciendo el caminar por esa calle un acto muy peligroso para una mujer sola. Fue entonces que al llegar a la intersección con la calle J. María Morelos, un hombre me sujetó ferozmente del brazo, acercándome a una casa aparentemente abandonada. Al sujetarme del brazo yo lo giré a la inversa del suyo, para ahora yo sujetarle del brazo. Un poco más de fuerza y ese brazo estaría roto. –Esta no es tu noche- Dije irónicamente mientras le apuntaba con mi arma. -Excelente trabajo, señorita- Dijo Juan acercándose y apuntando su arma al sujeto. -¿Tienes permiso para portar un arma?- Preguntó Santiago. 40
-Creo que eso es lo que menos debe importar ahoracontesté molesta -¿Dónde está Ícaro? -Justo aquí- dijo apareciendo de entre las sombras- Pensé que esto tomaría más tiempo. Tan pronto Juan y Santiago lo catearon, pusieron bajo custodia al sujeto. Nosotros, Ícaro y yo, nos retiramos por esa noche. Lleve a Ícaro a su casa, extrañamente estaba muy callado. No hacia comentarios ni mostraba alegría de haber terminado un caso más. -¿Tienes humor para un café?- preguntó mirándome directamente a los ojos. -Claro.
Ícaro tenía un semblante extraño. Bueno, más extraño de lo usual. En cuánto llegamos a su casa, puso a hervir agua, y tomó lugar en el sofá donde habitualmente duerme. Él no es de los que suelen dormir mucho, por lo cual en su casa encontrarás muchas cosas, menos una cama. -Hay algo que no encaja en el sujeto. 41
-¿Qué quieres decir? -No estoy seguro. -Vamos, debe ser él. Digo ¿Cuántos violadores hay en el centro a esa hora, en ese específico lugar? -Sé que es poco probable, pero tal vez sea una coincidencia. -Pensé que no creías en las coincidencias. -Toda regla tiene excepciones, Ruby. Hasta esto. -¿Por qué crees que no es él? -Estaba muy cerca de ti cuando él te sujeto. A decir verdad, estaba dentro de la casa abandonada. Utilicé este mecanismo que Astorga me fabricó- Dijo sacando una especie de reproductor de cassette con varias agujas- Este aparato es capaz de abrir cualquier candado o cerradura en cuestión de segundos. Al momento de que tú te topaste con el supuesto violador, este no sacó ningún arma. De hecho no tenía ningún tipo de arma, cuándo Santiago y Juan lo catearon, no encontraron ningún tipo de arma. Nuestro violador utiliza una pistola. La complexión 42
delgada del sujeto y la facilidad con lo que lo dominaste no entra en el Modus Operandi de nuestro violador. Además, en temas un poco más psicológicos, su labio superior sobresale del inferior, eso indica problemas de autoestima. Este tipo de personas generalmente hace planes equivocados y provoca daños a los demás. Nuestro violador por otro lado, se siente muy seguro de sí mismo.
Se siente tan seguro que incluso juega con nosotros al quitarles sus credenciales a las jóvenes como su firma. Es bueno en lo que hace y lo sabe. Este tipo que agarramos probablemente sea un simple oportunista, sabe de la situación y la aprovecha. Estoy seguro que agarramos a alguien más. -No hay que adelantarnos, Ícaro. Hay que esperar los resultados de las pruebas seminales. -Me temo que tienes razón, solo nos queda esperar el resultado. VIII 43
Esa noche no pude dormir. Sentía una incertidumbre tremenda. Bajé a la cocina a prepararme un trago. Un buen vaso de whisky me ayudaría a dormir. Mientras bebía, mi mente divagaba sin cesar. Pero Ícaro siempre estaba en mis pensamientos. ¿Qué estará haciendo ahora mismo? ¿Estará sin dormir igual que yo pensando en el sujeto? Estoy segura que sí. Es raro cuando te deprimes al pensar en una persona. Desde que conocí a Ícaro hace apenas un año y medio, fue muy dulce y tierno conmigo. Siempre sonreía y bromeaba. Se veía muy feliz. Justo cuando pensé que era la persona más maravillosa y positiva del mundo, lo conocí en realidad. Esa alegría que portaba siempre era una simple fachada. Él me dijo que sentía una gran atracción hacia mi persona, por eso me muestra siempre cómo es realmente. No se esconde. No finge más. Siempre le agradeceré eso. Pero de vez en cuando me gusta verlo como estaba hace unas horas antes de atrapar al supuesto criminal. Cuando Sarah murió a manos de los fundadores de
“Los
Caminantes Nocturnos” el regresó a esta ciudad. Jamás se ha perdonado la muerte de Sarah. Él era un niño cuando eso pasó. ¿Se han preguntado cómo le puedes quitar la inocencia a un niño? Solo quítale lo que más quiere y destrúyeselo enfrente de él. Cuando era solo un niño, a él le 44
sucedió eso. Siempre le he tenido mucha iración y respeto a Ícaro pues, aún a pesar de todo sigue adelante. Hemos pasado muchos momentos juntos. Él me ayudó mucho cuando más lo necesitaba. Sin darme cuenta, la botella de whisky se terminó, la luz de un nuevo día penetraba mi ventana. Subí a darme un baño y, cuando estaba lista, partí a la oficina abandonada. Al llegar, en un rincón estaba Ícaro con un horrible semblante, con un cigarrillo en una mano y en la otra un vaso con whisky. -¿Que rayos haces? ¡Ícaro, son las siete de la mañana y estas bebiendo! -Fracasé, Ruby- dijo con tristeza- mira el periódico. Tomé el periódico, en la primera plana aparece un nuevo atentado. Las sospechas de Ícaro estaban en lo correcto. Habíamos atrapado a otro criminal y una nueva violación se había llevado acabo. No mucho después aparecieron Santiago y Juan. -Atrapamos al equivocado, ¿Sabes qué significa eso, pequeño idiota? ¡Por ti y tus estúpidas deducciones erróneas atrapamos a un drogadicto y no al violador en
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serie que buscábamos! ¡Somos el puto hazme reír de la procuraduría! -Cometí un error, Santiago. Lo reconozco y lo lamento mucho. -Santiago. Por favor no culpes al joven por esto. Tal vez nosotros fuimos quienes se equivocaron. -Sí, confiamos en un niño que se cree Sherlock Holmes, cuando no es más que un niño, y sólo eso. Creo que es más que obvio que estás fuera de este caso. Tú también, niña. Los dos están fuera de esto. Tras decir eso, Santiago salió de la oficina. -Lamento que esto sucediera- Dijo triste Juan. -No se lamente, oficial Muñiz. Si alguien aquí debe lamentarse por no haber hecho un buen trabajo, soy yo. Santiago tiene razón. Quizás no soy apto para esto. -Te equivocas, hijo. Tienes talento para esto. Todos fallamos alguna vez. Toma esto- dijo entregando un sobre manila a Ícaro- aquí está el reporte de esta nueva joven, su
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nombre es Isabela. Por favor léelo con mucho cuidado, hay algo en esta víctima que no cuadra. Sin decir más, Juan partió de la oficina. Rápidamente, Ícaro sacó los documentos, su mirada triste cambió drásticamente a una mirada de asombro. -Ruby… esta joven… en el periódico mencionan que fue atacada sexualmente, y que se cree que fue una víctima más del violador del centro, pero lo que no dicen es que esta víctima es diferente. -¿A qué te refieres? -En el reporte que me entregó Juan, dice que la joven está en el hospital gravemente herida. El infeliz casi la mata a golpes. -Pero entonces, ¿Hay otro violador? -No, sin duda es el mismo, en el reporte se menciona de nuevo la pista clave de la credencial. A esta joven le robaron también la suya. Tiene que ser el mismo. -No entiendo porque hizo eso, el no actúa así.
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-Correcto, Ruby. Él no suele hacer esto. Además mira esta foto, se puede apreciar claramente el horario de la Boutique, tiene un horario de 11 am a 8:30 pm. Quien encontró a la joven fue su padre Ramón Estrada a las 10:25 pm tras que ella no contestara su celular, por lo cual fue a buscarla él mismo. -No entiendo a lo que vas. -El violador ataca únicamente de noche, cuándo el negocio al que atacará va a cerrar. Siempre lo hace a las 9:00 pm. A esa hora la Boutique ya estaba cerrada, ¿Cómo entró entonces? -Supongo que ella le abrió. -¿Por qué lo haría sabiendo que hay un violador por el área? -Bueno, supongo entonces que le abrió la puerta porque él no parecía un violador. -¿A qué tipo de hombre le abrirás tú la puerta de ser ella? -A un hombre bien vestido o guapo. ¿Supones que…?
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-Correcto, Ruby. No todos los monstruos son feos. Estoy seguro que nuestro violador es un hombre apuesto. -Me parece algo difícil de creer, Ícaro. -No debería. Muchos violadores no hacen eso a sus víctimas necesariamente porque sean feos, esto se trata de poder, de mostrar quien tiene el control. Debemos hablar con la nueva víctima. Si esta joven casi muere a manos de su atacante significa sólo una cosa, ella logró ver su rostro. IX -Aun no entiendo cómo esperas hablar con esa chica. ¿Sabes quién es Ramón Estrada? Es el dueño de la mayoría de las gasolineras de la ciudad. No creo que a buenas y a primeras te deje entrar a hablar con ella. Además, recuerda que no tenemos el respaldo de la policía para poder acercarnos a la víctima. -Cuento con eso. Necesito completa libertad de tratar a la chica. Por eso, haré que su padre me contrate como investigador privado, así tendré la libertad de moverme bajo la autorización del padre de la chica en cuestión. 49
Ícaro terminó de fumar y se sirvió una taza de café muy cargado y espeso. Como por arte de magia, mi amigo Ícaro Montoya regresó en sí, me sujetó de la mano y me miró fijamente. -Ruby… llévame al hospital, debemos hablar con Ramón primero. Tan pronto llegamos al hospital, ahí se encontraban los oficiales Santiago y Juan. -¿Qué están haciendo aquí?- cuestionó tajantemente Santiago –No tienen nada que hacer aquí, saben bien que no pueden hablar con la chica. -Disculpe, oficial Santiago, pero no vinimos por la chica, estamos aquí por el señor Ramón Estrada.- Aclaró Ícaro. -Hijo- susurró Juan tomando el brazo de Santiago –A nosotros nos interesa la chica, no su padre. Por favor déjalos en paz. -Papá… Está bien, pero si esto se sale de control… -Tomaré la responsabilidad. El señor Estrada está en la cafetería del hospital. 50
-Gracias, oficial Muñiz. En la cafetería se encontraba un hombre de aspecto intimidante, con barba cerrada y con enormes brazos, estaba sentado en una mesa con un vaso desechable con café, tenía la mirada perdida y el ceño fruncido, le daba fuertes y salvajes sorbos al café. De manera arbitraria y como si lo conociera Ícaro, tomó la silla frente a él y se sentó en ella. -Señor Estrada, mi nombre es Ícaro Montoya y ella es Ruby Gallagher, Soy un investigador privado y he estado siguiendo el caso del monstruo que le hizo esto a su hija. -¿No crees que eres muy joven para esto? -En lo absoluto, créame que estoy muy enfocado en este caso y puedo encontrar al que le hizo eso a su hija. -¿Por qué lo dice? -Porque estoy casi seguro de quién es. Al decir eso, mi piel se erizó. ¿Sería posible que Ícaro ya resolviera el caso?
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-Joven Ícaro, usted y su compañera, ¿Podrían venir conmigo? Hay que charlar esto en privado, mi casa sería un lugar idóneo. -Por supuesto. El señor Estrada nos condujo a su lujoso Pick Up, era enorme y sumamente cómodo, sentía que podía quedarme dormida ahí. Fui tan cómoda que no me di cuenta que habíamos llegado a una de las zonas más privadas de la ciudad, un fraccionamiento llamado “La Primavera”. Al llegar, nos dirigimos a una de las casa más grandes que he visto en mi vida, mi casa entera era del tamaño de su cochera.
-Por favor, esperen en la sala. Pónganse cómodos, están en su casa. -Gracias- comenté impresionada al ver su inmensa sala, y en el centro había una pintura, una exquisita pintura, era como una especie de amanecer. En ella parecía haber un hombre encima de una cúspide. Sobre él, el cielo caía luz, pues debajo estaban las tinieblas. Ícaro estaba tan atraído a 52
ese cuadro cómo yo, que no dudo en correr a verlo de cerca. -Hermoso- dijo suspirando. -Veo que le gusta el arte, joven Ícaro. -Es verdaderamente exquisito. -Mi difunta esposa lo compró, una amiga de ella lo hizo, la artista es de esta ciudad a decir verdad, María Esthela es su nombre. -Me temo que aún no gozo con conocerle, pero esta obra en especial me ha fascinado. -Esta casa está llena de varios cuadros que mi difunta esposa compró. En especial ella sentía mucho apego a esa obra, se llama “El Renacer de la Esperanza”. Un nombre inspirador, sin duda. -Sin duda alguna. -Joven Ícaro, quiero contratarle. Pero le diré mis condiciones, toda información que usted tenga me la dará únicamente a mí y cuándo encuentre a ese hombre, me lo entregará solo a mí. 53
-Me temo en ese caso que no hay trato. -¿Disculpa? -Verá, soy detective privado, eso me hace trabajar extraoficial de la ley, por tanto podría traerle al criminal en cuestión, o le podría decir donde está sin problema alguno, pero no trabajo así. Cuándo encuentre al responsable, lo entregaré a la policía, tendrá un juicio justo, y una condena también justa. Pero lo que le suceda en prisión… bien, ahí usted puede ser creativo, tiene bienes muy costosos, sé que ese no será el problema para alguien de su posición. -¿Cuánto quiere? -No hago esto por dinero. -¿Quiere que lo contrate y no le pague por eso? -El saber que un criminal más esta tras las rejas es el mayor pago que puedo tener. -Si usted lo encuentra, le daré medio millón. -¿Qué opinas, Ruby?
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-Me parece un buen trato. -Muy bien, lo haré, pero no lo hago por el dinero. -Como guste… pero si me entero que usted es una farsa… deseará no haber aparecido frente a mí jamás. Repentinamente el teléfono del señor Estrada sonó, había noticias del hospital Isabel había despertado. X Rápidamente, llegamos al hospital de nuevo. Entramos a la habitación de Isabel y rápidamente Santiago nos bloqueó el paso. -No pueden pasar. -Está bien- dijo el señor Estrada- vienen conmigo. Entre regañadientes, Santiago nos dejó pasar. Fue una escena muy conmovedora, el padre abrazando a su hija, ambos con lágrimas en los ojos. Es siempre en los momentos difíciles en los que nos damos cuenta cuánto amamos a nuestra familia, y lo desdichados que seríamos al perderlos. Ramón Estrada lo sabía desde hace cuatro años, cuándo su esposa Olivia Estrada falleció en un 55
choque automovilístico después de que un conductor ebrio la embistiese y ambos perdieran la vida. Esa vez no pudo hacer nada más que ver cómo enterraban a la mujer que le juró amor eterno. Isabel, perdió a la mujer que más iraba y amaba en el mundo. Ambos sufrieron mucho esa vez y la desdicha había azotado sus vidas una vez más. Pero a diferencia de aquella vez, Ícaro estaba aquí para ayudarles y confío firmemente que lo hará. -Hija… él es el detective Ícaro, lo contraté para que atrape al bastardo que te hizo esto. -Señorita Isabel, por favor, dígame ¿Vio a su atacante? -Si… bueno… no muy bien, todo fue tan rápido… recuerdo que era alto- Justo cuando inició a dar una descripción, uno de los policías que estaban ahí iniciaron a hacer un retrato del atacante- era delgado pero tenía buen cuerpo, se veía trabajado, pero su rostro era aparentemente cacarizo, traía unos lentes cómo de aviador, y una gorra negra con algo amarillo escrito en ella. -¿Recuerdas su ropa?
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-Era color negro, algo ajustado, tenía algo bordado en los brazos… pero no recuerdo qué… disculpen… me duele mucho la cabeza. -Esté bien. Es todo por hoy- comentó el señor Estrada – Ícaro, señorita, necesito hablar con ustedes en privado. Rápidamente nos dirigimos al pasillo solo con el señor Estrada, este estaba sollozando y mordiéndose el labio inferior con rabia. -¿Concluyeron algo? -Señor Estrada, quiero decirle que necesito colaboración con los oficiales Santiago y Juan. Mañana por la noche, le aseguro tendrá al culpable. -¿Seguro? -Absolutamente, solo necesito confirmar un par de sospechas pero estoy seguro que serán correctas y el culpable para mañana por la noche estará en una celda. Tras decir eso, nos marchamos y buscamos a los oficiales. -Santiago, Juan. Necesitamos de su ayuda.
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-¿Por qué habríamos de dártela? -Por qué es sólo así que este criminal saldrá a la luz. Sé que es cuestión de tiempo para que ese retrato salga a la luz pública y haga que nuestro sospechoso vista de manera diferente. Por tanto no pueden guiarse con ese retrato y escasos detalles para dar con él. Sin embargo, yo estoy casi seguro de quien es, asé que les explicaré mi plan, necesito que estén en la calle Ángel Flores, justo enfrente de la Galería a las nueve y quince de la noche. Ahí ustedes arrestaran al sujeto, pues no tengo autoridad para entregarlo pero ustedes sí. -¿Qué nos dice que no fracasarás cómo la vez anterior? -Nada, sólo les pido, por última vez, su apoyo. Si fallo, jamás sabrán de mí otra vez, se los prometo. Al final aceptaron. Ícaro y yo volvimos a la oficina una vez más. -¿Qué haré yo?- Pregunté. -Tú, mi querida Ruby, necesito que estés con Santiago y Juan y los mantengas ocupados y no se desesperen.
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Principalmente Santiago, puede ser una molestia algunas veces. -¿Realmente sabes quién es? -Cuando hablé con el señor Estrada tenía un setenta por ciento de seguridad, después de la descripción se elevó a un noventa y ocho por ciento, pero aún necesito confirmar ese dos por ciento restante. Aún ese dos por ciento puede hacer que todo se venga abajo, por eso se debe tener muy en cuenta. -¿No necesitas mi ayuda? -Te lo agradezco, de verdad, pero solo entretén a los oficiales. -Está bien. -Este caso está a punto de ser cerrado, Ruby. Mañana por la noche todo habrá acabado. XI A la noche siguiente, nos encontrábamos los oficiales Santiago y Juan, afuera de la Galería, tal como lo solicitó Ícaro. 59
-Esto es estúpido- renegaba Santiago - ¿Cómo fue que confiamos en él otra vez? -Hijo, por favor. Sé paciente, confió en el chico. -¿Por qué? -Veo sus ojos… hay algo en el que me hace sentir que puedo confiar en él. Siento el deseo de justicia corriendo por sus venas, hay esperanza en todo su ser. Él no gana nada haciendo esto, de hecho está arriesgando su credibilidad e incluso su vida, ¿Por qué alguien como él haría eso? Es sólo un niño con mucho futuro, y que haga esto no tiene mucho sentido, a menos que algo o alguien lo motive- dijo volteándome a ver y sonriendo. -Sólo por curiosidad, y ya que estamos haciendo tiempoexpresaba Santiago -¿Qué relación tienes con el chico de cabello plateado? -Él…es mi amigo, el mejor que he tenido. -¿Sólo tu amigo? -Sí.
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-Es una lástima- expresó el oficial Juan –Serían una linda pareja. -Aun cuando lo conocí, ya era tarde para eso. -Ya es la hora- dijo secamente Santiago –Creo que tu amigo nos dejó plantados. -No lo creo, jamás hace eso.
Repentinamente, apareció un sujeto muy apestoso, con ropas muy sucias, con un cabello largo y grasoso que lo hacía brillar con las luces de los postes, pero fumando en una muy fina y elegante pipa y arrastrando a un hombre detrás de él. -¡Quieto!- Ordenó Santiago apuntándole con su arma. -No hace falta que dispare…- dijo el sucio sujeto. Su voz… su inconfundible voz. -¿Ícaro?- pregunté sorprendida. -No pensé que pudieses entretenerlos tanto tiempo, Ruby. 61
-¡Idiota! Casi te disparo. -Creo que eso le hubiese agradado, cuál sea el caso, oficiales- argumentaba Ícaro quitándose la peluca y arrojando al hombre que venía arrastrando, este estaba inconsciente- aquí está el violador del centro. -No…no puede ser…- dijo impactado Santiago. Me acerqué a verlo y note que la descripción de Isabela era perfectamente igual a la del sujeto, Santiago seguía impactado al verlo y Juan sonreía con mucho gusto. Una vez bajo custodia y en la delegación, el sujeto identificado como Ernesto Mendoza estaba en una sala de interrogación, detrás de un vidrio templado estábamos nosotros. -Por favor, necesito hablar con él- suplicaba Ícaro a Santiago. -Está bien, pero que sea rápido, no se supone que deberías estar aquí, de entrada. -Será rápido.
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Con rapidez increíble, Ícaro entro con el sujeto en cuestión. Sentándose seriamente frente a él, este impactado al verlo sonrió. -Te vez muy diferente sin la peluca- Dijo al verlo – ¿Realmente fuiste tú quien me atrapó? -Sí, ¿Realmente te cuesta trabajo creerlo, verdad? -Eres solo un niño, ¿Cómo me atrapaste? -Me alegra que pregunte. Me tomó tiempo descifrar sus métodos.
Pero
usted
seguía
un
patrón y
elegía
perfectamente bien a sus víctimas, eso hablaba de que usted vigilaba a las jóvenes. ¿Pero cómo saber quién es? Jamás nadie sospecharía de un guardia de seguridad. Y además, usted es bastante apuesto, utilizó eso para no crear sospechas. Pero no contaba con que yo dedujera eso. Inicié a sospechar de un guardia de seguridad desde un inicio porque son los únicos que siempre están cuidando de inicio a salida los locales del centro, por tanto sabían la hora de salida de la mayoría de las jóvenes. Pero fue hasta que cometió su más grande error. Había una chica en particular que tenía entre manos. Isabel. Se ocultó bastante bien con esa gorra y lentes. Eso hizo que no le 63
reconociera, su equivocación fue que utilizó la gorra de su uniforme. Con ese error que cometió y porque ella lo pudo ver, la golpeó hasta que pensó que la había asesinado, ése fue su error. Pensó que ella estaba muerta. Con la descripción que ella dio de usted y el retrato hablado que salió hoy por la mañana me dieron la pista que necesitaba, el día de hoy usted fue a trabajar curiosamente sin la gorra y sin lentes, siendo que usted siempre utiliza esos rios. Solo necesitaba acercarme a usted, es por eso que me tomé todo el día disfrazado de esta manera. Usted no es el único astuto, nadie sospecha de un limosnero. Cuando salió a comer lo vi, me encaminé a usted, ¿Recuerda? Me contestó de manera déspota “Lárgate de aquí”, lo pude ver de cerca y ver como reaccionaría ante alguien en estatus inferior a usted. Los de su tipo suelen ser muy desalmados con la gente inferior y su mismo machismo hace ver a las mujeres como inferiores al igual que a la gente de la calle. Y hablando de machismo, lo de utilizar guantes de látex para sacar sus trofeos de las carteras de las víctimas fue muy inteligente, pero muy estúpido de su parte el no usar látex en otra parte.
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Supongo fue porque no se siente igual, ¿Verdad? Esperé a que fuera por su siguiente víctima. Estaba esperando a la joven de la zapatería de la Ángel flores, el orden meticuloso que usaba cada dos calles cada dos noches, muy astuto pero predecible, aunque por un mal cálculo hizo que su captura se retrasara un poco. Aún así usted no me tomó importancia cuando pasó a un lado mío. Simplemente bastó que al caer la noche me acercase a usted y lo paralizara con mi Taser. Ahora es sólo cuestión de tiempo para realizarles las muestras seminales y que coincidan con las suyas. Lo único que me lamento es no haber podido reunir las evidencias y las pistas suficientes como para haberlo atrapado antes. Así hubiera sido menor su victimario. Pero cuando esté en prisión estoy seguro que usted sabrá lo que es ser víctima ahí dentro. -Impresionante… ¿Qué edad tienes niño? -Tengo apenas diecinueve años. -Eres bueno en esto, pero déjame te cuento que si creías que esas chicas eran las únicas, estás muy equivocado. El por qué hice lo que hice fue por la simple razón que, por favor, sólo ve a las mujeres de la ciudad, te aseguro que le 65
debiste ver el culo redondito y duro a esas zorras que violé, tal vez pienses que ese no es motivo de hacer lo que hice. Las jovencitas de hoy en día se toman fotos casi desnudas, como si fueran viles putas, se visten y caminan como putas, incluso hablan como tal. ¿Qué clase de respeto quieren que le tomen? -Ninguna de las jóvenes que atacaste vestía así y aunque lo hicieran ellas, no lo hacen para ti, ni siquiera existes para ellas. -Me ven cuándo pongo mi cara frente a ellas y les lamo su carita tersa, me ven incluso cuando se tragan mi semen, ¡Ellas me ven!... Éstas del centro sólo fueron un pasatiempo, unas más en mi repertorio. Unas putas más en mi lista… Hay algo más interesante aún. Sabes, ninguna de ellas gritó jamás, quizás es parte de los genes sumisos de las mujeres, se dejan penetrar por quien sea y por cualquiera. Solo recuerdo una que me dio una verdadera pelea, un viejo amigo me prestó su camión de urbano. Ella tenía puesto su uniforme de secundaria. Todos los pasajeros se habían bajado ya, sólo estábamos ella y yo en el camión, tenía puestos sus audífonos, tenía un moño rojo 66
que contrastaba muy bien con su oscura y larga cabellera. Morena, delgadita, y bastante bien dotada la mocosa. No se dio cuenta que me salí de la ruta, apagué las luces del camión y lo estacioné. La puta encendió la pantalla de su teléfono celular. Antes de que se diera cuenta, ya estaba sentado a un lado de ella, se asustó y saltó. Ingenuamente, me preguntó “¿Ya llegamos al centro?”. ¡La estúpida no sabía que estábamos a kilómetros del centro! Le jalé la blusa del uniforme pero ella me aruñó con gran fuerza muy cerca del ojo izquierdo, la tomé del cuello para cortarle la respiración y así dejase de moverse, no sé cómo pero ella me mordió muy fuerte hasta sacarme sangre, me pateó al grado de tirarme al suelo, corrió intentando salir de camión, pero la estúpida no pudo abrir las puertas. Por su insolencia le destrocé su culo redondo y duro. Lo mejor de todo… la puta era virgen. -Es usted una verdadera bestia… una aberración de la humanidad. Sólo le puedo garantizar algo a una basura como usted, y es que va a pagar por lo que ha hecho. Las palabras de ese monstruo me dejaron completamente helada. No me di cuenta de cuando llegó el señor Estrada, este estaba por mi lado, pude notar que una lágrima se 67
derramó de sus ojos llenos de ira. Ícaro salió de la sala y vio al señor Estrada junto a mí. -Lamento que escuchara eso, señor Estrada. -No… lo necesitaba… ese hijo de puta jamás saldrá de la cárcel y voy hacer todo lo que pueda para que pague por lo que le hizo a mi hija y a las demás jóvenes. -Sé que lo hará. -Por cierto, le tengo el cheque, pero me tomé la libertad de investigarle un poco. Lo curioso es que no encontré a nadie con el nombre de Ícaro Montoya que coincidiera con su edad. Tengo la certeza de que ese no es su verdadero nombre.
-Tiene razón, no lo es. -Pues necesito saber el nombre al que estará el cheque. Ícaro sonrió y caminó solo con el señor Estrada, este lo abrazó y le dio las gracias. XII 68
A la mañana siguiente, tomé el diario y una buena noticia encabezaba la primera plana. La captura del violador del centro. Encantada y como todos los días me dirigí a la oficina con mi amigo. Dentro de ella estaban Santiago y Juan. -Buenos días, Ícaro, oficiales. -Buenos días Ruby- saludaron unánime. -Nos alegra anunciarles que ahora somos el inspector Santiago e inspector Juan- dijo orgulloso Santiago. -Mi hijo y yo queríamos agradecerles. Gracias a ustedes nos ascendieron. -Fue un placer, se merecen eso y más.- dijo serio Ícaro. -Bien, tenemos que irnos, papá… andando.- Tras decir eso ambos partieron dejándonos solos a Ícaro y a mí. -Así que… somos medio millón más ricos ¿Eh?- pregunté ansiosa. -Tenemos otro tipo de riqueza. -Que quieres decir… ¿Qué hiciste con el dinero? 69
-Esta donde pertenece, con Beatriz Gómez, si no fuera por su denuncia, jamás hubiésemos sabido del caso y un criminal estuviera en las calles aún, además su padre necesita una operación y con ese dinero estará más que bien por mucho tiempo, aun así el señor Estrada nos dio un regalo más, necesito de tu ayuda para subirlo pues es algo grande.
Al llegar al estacionamiento de la galería noté que era y sin lugar a dudas, no podía ser mejor. La pintura de la sala del señor Estrada: El Renacer de la Esperanza. Ésta experiencia me enseñó mucho… Un criminal estaba suelto en la ciudad, pero ya no más. Se ha hecho justicia y estoy muy feliz por eso, estoy segura que Ícaro también lo está, si bien no se encontraba sonriendo, pero en su rostro serio veo una inmensa satisfacción. No suelo beber mucho ni tampoco fumar, pero esa vez hice una excepción, un brindis sin decirnos nada el uno al otro, solo beber un par de vasos y fumar unos habanos con mi amigo, gozando en silencio ese hermoso cuadro que ahora decora la oficina abandonada y le da un distinguido 70
toque al lúgubre y triste lugar que habita Ícaro todos los días. Quizás todos necesitamos eso para cambiar nuestras tristes y lúgubres vidas, un momento para pensar en los goces, cómo el goce de haber ayudado a atrapar a un criminal, el goce de un ascenso, el goce de la estabilidad económica, el goce de estar vivos o algo tan simple cómo darnos cuenta que la esperanza resurge. Quizá de la persona menos esperada o de la manera menos esperada, pero es sólo la esperanza la que algunas veces no hace romper el silencio.
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Segunda Parte: La Sangre Familiar. 72
I La familia… todos teneos una familia peculiar, quizás están los sobreprotectores, que siempre están checando cada movimiento que hacemos. Tal vez estén también los desobligados, son los que ni siquiera se percatan que tienen hijos. Pero hay un punto intermedio en todo esto. Mi familia. Pase lo que pase, mis padres siempre serán mis padres y yo su hija, pero parece en ocasiones que olvidan 73
eso y están más ocupados en el divorcio. Tal por ese motivo viajé a mi ciudad natal Portland, Oregón de visita. No los aburriré con los mezquinos detalles de la disputa que acontecía entre mis padres. Al final y cómo siempre, se llegó a un acuerdo ganar/ganar para ambos y todo se resolvió, mi papel ahí fue únicamente, y en pocas palabras, evitar que se mataran unos a otros. Exhausta y con sólo dos cosas en mente llegue a Culiacán de nuevo. Es justo cuando escucho a la voceadora anunciar mi nombre “Ruby Gallagher, se le espera con… éxtasis en la salida B del aeropuerto.” Eso alegró mis pensamientos, sólo hay una persona tan zafada y dedicada para hacer ese tipo de cosas… Mi amigo Ícaro Montoya, él me estaba esperando. Podía ver su icónico cabello plata desde lejos, me hace sonreír que me espere con tal entusiasmo, agitando los brazos arriba y abajo, con una peculiar sonrisa en su rostro. Si algo debo reconocer de él, es que su sonrisa hace que ilumine a cualquier persona. -¡Ruby, que alegría verte! -Ícaro… a mí también me da…
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-Si lo sé, soy maravilloso y difícil de dejar, oye… afuera está el taxista que me trajo aquí y olvidé traer efectivo conmigo… ¿Podrías pagarle? -¿De verdad? -Vamos, son sólo trecientos. -¡¿Trecientos?! -No pensaba subirme a cualquier taxi, además estoy aquí para recibirte y no llegues sola. -Qué considerado. Tras pagarle al taxista, Ícaro y yo nos dirigimos a mi auto. -Gracias por eso, Ruby… quiero que sepas que de verdad te he echado de menos, he estado muy aburrido en estos… ¿Cuantos días te fuiste? -Seis- respondí molesta. -¿Seis? Vaya, pensé que sólo fueron tres… apenas he notado tu ausencia en ese caso… cómo sea, tengo boletos para la Ópera “La Flauta mágica” de Mozart, vendrá la
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próxima noche al teatro de Pablo de Villa Vicencio y tengo dos entradas en palco, ¡Sera maravilloso! -Ahora que lo mencionas, tengo algo mejor. -¿De verdad? No me digas… ¡Tienes un caso nuevo! ¡Sí! Al fin, es justo lo que necesitaba. -No es un caso, es algo mejor. -¿Mejor que la ópera y que un caso? -Completamente- dije abriendo la cajuela de mi autoponiéndole una gorra de Tomateros en la cabeza- Tengo boletos para el baseball. -¡Oh!… suena… genial…sí. Ícaro no mencionó palabra alguna en todo el camino, lo dejé en su casa y se llevó puesta la gorra todo el tiempo. Pero había algo de lo que tenía que hablar con él, ese juego de baseball era sólo una trampa. Hay un chico con el que he estado saliendo, Javier Álamos, un politólogo. Nuestra relación va en serio… Ícaro y yo tuvimos un pasado, ´pero es sólo eso, pasado. Dudo siquiera que él piense en mí como algo más, es por eso que por mi lado vi en Javier una 76
oportunidad de salir adelante y no estar siempre haciendo esto. Claro, que el estar con el significaría mi salida de la oficina abandonada. La verdad me pesa dejar a mí amigo, pero el tiempo corre y no puedo quedarme siempre con él. Siendo honesta, necesito vivir mi vida. Ícaro también. Tarde o temprano encontrará a alguien y dejará todo esto, lo único que espero es que cuando lo haga, no sea demasiado tarde. II La noche en el estadio fue bastante normal, me emociona y fascina el baseball, quisiera decir que Ícaro siente lo mismo, pero odia los deportes, aun así él estaba ahí conmigo. Bueno, en cierta forma, el aburrimiento que le causaba el juego lo hizo hacer su actividad favorita cuando está aburrido, beber alcohol. Han sido pocas las veces que lo he visto ebrio por cerveza y esa noche fue una. A pesar de que el juego estaba muy interesante, no pude notar que en mi celular llegaba un mensaje, no cualquier mensaje, ni de cualquiera, sino de Javier, preguntándome cómo estaba mi noche, siempre que me enviaba mensajes sentía como mis piernas temblaban y sudaban mis manos, pero sobre todo me hacía feliz el hecho de que él se mensajera 77
conmigo. El juego se terminó e Ícaro se quedó dormido, bastó con despertarle y decirle que su martirio había terminado y que el equipo local había ganado, aunque eso signifique poco para él. Esta noche pretendía decirle de Javier, pero en su estado actual no tendría sentido alguno, seria para otra noche. Nadie imaginaba que esa misma noche en cuestión, ocurriría algo infinitamente impresionante, ni tampoco Ícaro y yo pensábamos que esa noche en cuestión marcaría el inicio del final para nosotros. Eran alrededor de las tres de la madrugada, una noche de octubre. Sergio Hernández daba una vuelta por el boulevard Rolando Arjona a un costado de la Universidad de Occidente, conduciendo a una baja velocidad. Cuando de repente, una siniestra figura caminaba tambaleándose de un lado a otro, con la cabeza echada hacia atrás. Sergio encendió las luces altas de su auto para ver bien a la figura, se aterró al ver que era una mujer muy joven completamente desnuda y con sangre en todo su cuerpo. Rápidamente, Sergio bajó de su auto para ir con la joven. -¡Señorita! Dios mío… ¿Está usted bien?
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La joven siguió caminando, como si ignorara siquiera la presencia de Sergio. Tembloroso, la sujeta del brazo y esta, de manera violenta, baja la cabeza y dirige su mirada directo a los ojos de Sergio, y deja escapar un ensordecedor y espeluznante “Auxilio”. A la mañana siguiente, al salir de mi casa, encuentro un sobre manila. Hay un nuevo caso, quizá justo lo que necesito, algo en que pensar para poder aclarar mis ideas más adelante acerca de lo que le diré a Ícaro. Solamente me bastó un pequeño vistazo al documento para darme cuenta que hay algo muy siniestro detrás de esto, quizás el caso más siniestro que habíamos tenido hasta ese entonces. Sin pensar mucho, sabía a dónde dirigirme. Una vez en la oficina, encuentro vacío. Ícaro aún no había llegado, pero la puerta de la oficina estaba abierta. Aproveché la oportunidad para ver las cosas que Ícaro tenía en su escritorio, y cómo era de esperarse, todo estaba con llave, pero había algo en su escritorio que siempre me hacía pensar, una foto. Siempre al verla me llena de escalofríos y me invade cierta tristeza, era la fotografía de Sarah, Ícaro atesoraba esa foto. -¿No tienes resaca?- preguntó Ícaro llegando a la oficina. 79
-Yo no tomé. -¡Ah! Ya veo… -¿A dónde fuiste? -Necesitaba algo de birria… sentía mi estómago revuelto, detesto la cerveza. -Preparare Café, espero que tu estómago esté mejor, pues hay un caso nuevo y es verdaderamente vomitivo. -Excelente para la cruda. Ícaro tomó el sobre e inició a estudiar el reporte. Tan pronto le serví su taza de café, este la bebió de un solo trago, como si estuviese bebiendo un trago de tequila, frunciendo el ceño de vez en vez hasta que terminó el reporte. -Increíble… la naturaleza humana es increíble, Ruby. Rápidamente uno se da cuenta que tan apto es para vivir y quién no, la voluntad y las ganas de vivir se notan. Pero en este caso, es más allá de eso. Esta joven es un caso insólito, verdaderamente insólito. Digo, que alguien
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sobreviva a veinticuatro apuñaladas es verdaderamente insólito. -¿No crees que sea un milagro? -Pueden ser muchas cosas, quizás un milagro, quien sabe. El hombre que la encontró. El señor Sergio Hernández. Habrá que hablar con él, me parece sospechoso que estuviese a esa hora, solo y sobrio cuándo encontró a la joven… Paola López. -Llamaré a los inspectores para que nos puedan ayudar con eso. -Excelente idea, Ruby. -Ícaro… hace un momento, estaba viendo su foto. Me has contado mucho de ella, pero me gustaría saber cómo fue que la conociste. -Debo suponer que crees que en esta ciudad sólo hay males. No te culpo, cuando llegaste es lo único que encontraste, eres nueva en este lugar. Puede ser que en este pantano al que llamamos Culiacán crezcan flores preciosas, ella era eso, ella era como el rayo de luz en la más oscura noche. 81
-Sé que lo que haces es por ella. Pero, ¿No crees que sea momento de que dejes todo esto y busques tu propia felicidad? Estoy segura que a ella le gustaría eso. -Todos buscamos la felicidad. Es nuestra meta de vida, encontrarla y vivir a través de ella. Yo la encontré años atrás. Mi felicidad incluso tenía un nombre, un nombre tierno, un nombre que puede ser susurrado por el viento, un nombre profundo, un nombre que al ser pronunciado sientes incluso que tu alma descansa. Sarah. Aún recuerdo cuando la conocí, siento como si hubiese sido ayer. Fue en la plazuela Rosales. Ella estaba sentada en una banca en el centro de la plazuela, a unos metros del quiosco. Fue en una fresca tarde de otoño. Corría una suave brisa que hacia caer las hojas secas de los árboles, estaba inmóvil leyendo un libro, era de Hemningway, “Adiós a las Armas”. El viento hacia que su cabellera cubriera su rostro. Su cabellera… era larga y de color rojo. Me acerqué a ella con la intención de simplemente verla mejor. Fue entonces cuando movió su cabellera y dejó al descubierto su rostro. Juro por mi vida que jamás había visto una belleza tan pura y encantadora como la de ella, sus rasgos eran muy finos, piel blanca como la nieve y ojos 82
color verdes como esmeraldas, unos labios delgados y rosados. Al verme, ella sonrió y sentí como si todos mis problemas
hubiesen
desaparecido,
sentí
como
mi
perturbada alma, por fin encontrara la paz. Y mi vida encontró esa felicidad que tanto había buscado. Jamás había creído en el amor a primera vista, hasta que la conocí. -La felicidad, Ícaro, puede ser que la hubieses encontrado en Sarah, pero no puedes cerrarte a las demás maravillas y bellezas de mundo, sólo vez lo peor de la sociedad. Necesitas ver también las cosas buenas de la sociedad. -Ruby, me resulta difícil ver las cosas cómo me pides que las vea. Tengo que observar y vivir siempre en lo peor de la sociedad y pensar como ellos para poder atrapar a los culpables de los crímenes. Lamento no poder darte el gusto de ver las cosas como me las pides, pero por favor, no nos desviemos del tema. Ha ocurrido un crimen terrible y debemos investigar quien causó eso, tenemos que hablar con el señor Hernández. -¿Cómo es posible que tomes esto tan fácilmente?
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-Nunca lo hago, Ruby. Me duele ver este tipo de cosas, es muy difícil, pero no puedo mostrar horror, sorpresa o lástima por este tipo de cosas, la gente me perdería cierta confianza, no sería profesional de mi parte ser así. Justo cuando estaba por llamar a los inspectores, éstos aparecieron en la oficina. -Jóvenes, ha ocurrido un incidente- dijo algo agitado el señor Muñiz. -¿Están al tanto, verdad?- preguntó serio Santiago. -Sabemos un par de cosas, pero nada, o más bien poco de la persona que tienen en custodia. -¿Cómo es que saben que tenemos a Sergio bajo custodia? -No lo sabíamos completamente, solo lo deduje y tú lo confirmaste, Santiago. -Tan arrogante cómo siempre, mocoso. -Jóvenes, ¿Creen que puedan apoyarnos con este caso?preguntó humildemente el señor Muñiz. -Por supuesto que sí- dije firme. 84
-Magnífico, vengan con nosotros. Los llevaremos a la Procuraduría, ahí se encuentra Sergio. Fue la primera vez en toda mi vida que me subía a una patrulla. Tan pronto llegamos a la Procuraduría, tomamos lugar frente a la sala de interrogaciones. Dentro de ella se encontraba Sergio Hernández, un hombre de baja estatura, tez morena, cabello negro y cacarizo. Había algo en sus ojos, esa mirada triste pero a la vez excitada, me transmitía cierta lástima. Santiago entró a la habitación para preguntarle cómo fue que encontró a la joven Paola López. -Tengo entendido que usted es padre de Erika Hernández. -Es correcto. -Antes de hablar de la joven Paola, por favor, hábleme de su hija. -Mi esposa, que en paz descansé, me dejó solo con mi pequeña tiempo antes de eso, me dijo, antes de fallecer por el cáncer, que le atormentaba que ella siempre viviría a través de mis recuerdos y, sobre todo, de mi pequeña hija. Lo único que me mantenía en vida era Erika, tenía los mismos ojos y sonrisa de su madre. La amaba, oficial… siempre la amé con todo mi corazón… jamás imagine que una noche cambiaría toda mi vida… fue hace ya tres años, ella sólo tenía diecinueve años. Un día que ella regresó de 85
la escuela, me pidió permiso para salir por la noche con sus amigas, a lo que yo le dije que sí, sólo con la condición de que no llegara después de las doce. Todo estaba bien. Pero fue cuando, al meterse a bañar, dejó su mochila en la sala. La tomé y al levantarla encontré una bolsa de cocaína en ella, mi mundo se vino abajo. Espere a que ella saliera de cambiarse, la esperé en la sala, tuvimos una larga discusión hasta que ella le puso final abofeteándome y diciéndome que me odiaba y que la muerte de su madre era mi culpa. Oficial… jamás le había tomado importancia alguna a las palabras hasta aquella vez… Uno nunca sabe cuándo serán las últimas palabras que le dirás a alguien, lo último que le dije a mi hija es que me había decepcionado… ella salió de la casa, para no regresar nunca más. Pero fue a las tres de la mañana que sentí algo horrible en mi interior, así que le llame a su celular, pero nadie contestó jamás. Llamé a la policía inmediatamente e inició la búsqueda de casi dos días, hasta que ella apareció, en el boulevard Rolando Arjona, desnuda y sin vida, con múltiples apuñaladas en todo el cuerpo, y el rostro destrozado. Mi bebé… había muerto. Cuando perdí a mi esposa me hice viudo, pero dígame, ¿Cómo se le dice a un padre que ha perdido a uno de sus hijos? No existe palabra para describir eso, es un dolor tan grande… Aun escucho esa discusión y veo como mi hija sale de por la puerta de la casa, mi vida perdió sentido desde ese momento, oficial. Estoy seguro que ella murió a las dos de la madrugada, justo cuando tuve ese sentimiento horrible aquella noche. Desde entonces, todos los días recorro esa calle, con la esperanza de que algo cambie, de encontrar 86
al miserable que le hizo eso a mi hija. Y fue esta madrugada, que haciendo mi patrulla diaria, encontré a la joven, pero ella corrió con mejor suerte que mi niña, ella nos puede decir quién le hizo esto. Oficial, de verdad siento que hay luz al final del túnel, sé que esto acabara pronto… y que el responsable pagara por lo que ha hecho. Su historia me hizo sentir unas inmensas ganas de llorar, sentía que el aire se me agotaba, miré de reojo a Ícaro, se encontraba inmóvil, sin mostrar sentimiento alguno, como si careciera de ellos. Santiago agradeció la participación de Sergio y lo acompañó a la salida, prometiéndole que se le avisaría si encontraban algo. -¿Qué opinan, jóvenes?- preguntó el señor Muñiz. -Poco podemos hacer hasta que esta joven despierte. -Se encuentra en recuperación, está estable. La verdad me asombra su gana de vivir- añadió Santiago. -Gracias a dios- dije suspirando. -Estudiaré bien esto. ¿Hay algo más que deba saber? -Conocemos lo mismo que ustedes. Confiamos que si saben algo, nos lo dirán tan pronto como sea posible. -Puedes contar con eso, Santiago. III
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Pronto y sin aviso previo, apareció un hombre. Robusto, de tez morena y amplio bigote negro, con la cabeza afeitada. Era enorme. -Inspectores, ¿Que hacen esos niños aquí? -Comisario… un placer verlo aquí. -Deje a un lado los halagos, inspector, le he hecho una pregunta. -Ellos son asesores- comentó el inspector Muñizayudaron a la captura del violador del centro. -Eso es fascinante, pero no tienen nada que hacer aquí un par de niños cualquiera, esto les puede costar su reciente ascenso. -Le aseguro, no somos “niños cualquiera”. El hecho de que usted llegue con su escasa educación y modales intentando intimidar a la gente con su puesto de comisario, no lo hace menos cualquiera que nosotros los “niños”. – argumentó ofendido Ícaro. -Comisario Eduardo Montaner para ti. Te crees demasiado y tienes muchas agallas para hablarme de esa manera, pequeño pendejo. Ustedes los jóvenes creen que por su juventud tienen más criterio e innovación que los adultos, déjame darte una lección gratis, respeta a tus superiores. -Primero éramos “niños”. Ahora se refiere a nosotros como jóvenes, creo que el que aprendió algo aquí es usted, 88
sea cual sea su edad o rango, no dice nada de su madurez. Podría usted argumentar que por su trayectoria tiene más madurez que yo, si bien desconozco lo que ha hecho usted, pero conozco a la gente de su tipo. La parte de arriba de las orejas son virtualmente separadas de la cabeza, ese tipo de rasgo se manifiesta en personas con falta de constancia, fidelidad y conductas perezosas, el borde exterior de los ojos se inclina hacia abajo y si su iris lo tiene hacia arriba es señal de una persona arrogante, de las del tipo que sólo buscan beneficio propio. El color oscuro profundo de sus ojos denota una persona sumamente corajuda, pero sabe cómo mantener la compostura cuando es necesario. Sin embargo, eso lo convierte también en una bomba de tiempo. Sus pestañas cortas indican una persona temperamental, a menudo violenta. El tono en su tez morena con tintes amarillentos muestra una persona con problemas en el hígado, posiblemente hepático, dado tal vez por una mala alimentación o mejor aún, alcoholismo. Así que, si me permite también le daré una lección gratis; usted es quien no me conoce. -¡Los sacaremos de aquí, Comisario!- dijo rápido el inspector Muñiz Por mi lado, cuando estábamos fuera de la Procuraduría, apenas podía contener mis ganas de echarme a reír. -Eso no estuvo nada bien, joven Ícaro. -A mí me pareció genial, mocoso- añadió Santiago. 89
-Tome- señaló el inspector Muñiz- en el sobre hay más información del caso, si saben o encuentran algo más, por favor, avísennos. Sin más, regresamos a la oficina, tenía una plática pendiente con Ícaro que debía hacerse. -¿Qué opinas de este caso, Ruby?- preguntó encendiendo un cigarrillo. -Es muy inusual, pero concuerda la historia de años atrás de Sergio. ¿Realmente crees que sea el mismo? -El modo de operar es muy similar pero, ¿Porque esperar tres años en volver a atacar? -Quizás esperó a que todo mundo lo olvidase. -Quizás… necesito un tiempo solo, quiero dedicarle completa atención a este reporte y las fotos que el inspector nos dio, en estos documentos. También está el caso de la hija de Sergio, la joven Erika, una vez que los analice a fondo podré saber si es la misma persona o lidiamos con un nuevo personaje. -Está bien. -Ruby… con respecto a tu duda, realmente aprecio mucho que te preocupes por mí. Conozco un restaurante de comida Italiana al sur de la ciudad, sirven un excelente vino y una magnífica pasta… Dime… ¿Te gustaría? -Me encantaría. 90
-Magnífico, nos vemos aquí a las nueve. Una cita con Ícaro. La verdad, desde que lo conozco solo he salido una vez con él, aún recuerdo ese día, ese baile, ese final… Ese día, ambos dejamos de ser niños. El hecho de pensar en que saldré con él me hace sentirme emocionada, y a la vez, confundida. Amo mucho a mi amigo, creo que le debo decir la verdad acerca de que salgo con alguien más y que dejaré esto para siempre. La hora llegó. Puntual cómo siempre, estaba Ícaro esperándome afuera de la galería, fuimos a un restaurante de comida Italiana cerca del aeropuerto. Ícaro vestía de manera muy fina, si algo es icónico de él, es que siempre ha sabido cómo vestir. -Encontré varias cosas en el reporte de la joven Erika y de la joven Paola que coinciden demasiado para ser sólo una coincidencia. -¿Crees que es el mismo? -Sin duda alguna. -Pero, ¿Por qué esperar tres años para volver a actuar? -Aún desconozco eso, pero creo que esta persona no trabaja solo. -¿Por qué lo crees? -Los patrones son muy elaborados, además una persona cómo lo es él no puede pasar desapercibida. 91
-¿Cómo él? -Estamos hablando de una persona muy fea, Ruby. Sólo velo de esta manera, esta persona hace daños en todo el cuerpo pero, tanto Paola como Erika, fueron brutalmente atacadas. Sobre todo en el rostro, ambas jóvenes muy hermosas, este tipo de ataques son por ira, sin mencionar el tono sexual de estas. -¿Sexual?, Pero Paola no fue violada. -Tampoco Erika, existen tipos de psicopatías sexuales que crean placer no sólo por el hecho de la penetración, existe gente que tiene placer por hacer sufrir a alguien. Sin duda alguna, esta o estas personas tiene placer al hacer esto. -Cielo santo… -Es verdaderamente perturbador, lo sé bien. -Casi lo olvido, Ícaro. Hace un momento llamó el inspector Muñiz, el padre de Paola llegó a la ciudad hace unas horas, su nombre es Roger López. -Tiene nombre de extranjero. -Lo es, según me comentó el padre, es canadiense. -Ya veo… bien, aún y a pesar de estos incidentes hay motivos para celebrar. -¿De verdad? ¿De qué se trata? -¿No lo recuerdas, Ruby? 92
-Lo siento. -Hoy, hace dos años, nos conocimos. Hacía mucho que no pensaba en eso… aún recuerdo cuando nos conocimos en aquella escuela, yo sólo lo veía cómo un chico retraído y muy alegre. Aunque quizá no lo crean, el solía reír mucho, pero me extrañaba demasiado ese hecho, al final resultó ser más que una fachada de él, sólo para conseguir información de unos alumnos de ahí para los “caminantes nocturnos” creó es el capítulo más negro en la vida de Ícaro. -Es verdad… dos años ya. -De verdad pasan volando los años cuando estas en buena compañía. Sabes, Ruby, no tiendo a decir este tipo de cosas, pero realmente valoro y amo mucho el tiempo que pasas conmigo, sé que no soy una persona fácil de tratar. Un brindis por ti, Ruby. Que me has soportado por dos años ya. -Por nosotros, Ícaro. Por todo el tiempo y las aventuras que hemos vivido y, por supuesto, por la oficina abandonada. Tan pronto terminamos el brindis, la comida llegó y entre risas, bromas y anécdotas la noche pasó, fue así como de nueva cuenta no fui capaz de decirle la verdad a Ícaro. Estaba por dejar a Ícaro en su casa cuándo una llamada nos hizo callar a los dos, Paola López había despertado. 93
Rápidamente fuimos al hospital, donde nos encontramos con los Inspectores. -Jóvenes, buenas noches- saludo el inspector Muñiz. -Buenas noches, inspectores ¿Ha dicho algo la joven López? -No hemos tenido oportunidad de hablar con ella, su padre está adentro, solo ha hablado con él.- comentó Santiago. -Es de esperarse, la familia siempre es primero. Sin embargo, este tipo de cosas no pueden esperar mucho, los detalles más importantes son los pequeños y, dado a eso, son los primeros en olvidarse. -Tienes razón, hablaré con el padre. En ese momento, el señor Roger salió de la habitación y se dirigió con nosotros. -Ustedes cuatro son los investigadores, ¿No es así? -Es correcto- añadió Santiago –Nosotros somos los inspectores Santiago y Juan Muñiz. Y ellos son los detectives Ícaro y Ruby. -Escuchen bien, dejaré que ella les cuente lo que pasó, pero después de eso, no quiero a ninguno de ustedes aquí, he contratado ya a una agencia de seguridad privada para que vigile a mi hija. -Está bien, señor. 94
-Bien, adelante. Una cosa es ver las fotografías de la víctima, pero verla en vivo era algo impactante. La pobre chica verdaderamente fue mutilada del rostro. Sin lugar a dudas había sido lo más difícil de ver en toda mi vida. Santiago se acercó a ella. -Joven Paola, somos los inspectores Santiago y Juan Muñiz. Y ellos son los detectives Ícaro y Ruby, estamos aquí para ayudarte y dar con el responsable que te hizo esto, ¿podrías por favor contarnos que fue lo que pasó? Sus ojos cristalinos empezaron a derramar lágrimas y asentó con la cabeza. -Fue por la tarde… caminaba hacia mi casa en el fraccionamiento “Villas del Rio”, cuando vi a un hombre con un el brazo enyesado batallando para juntar las llaves de su auto por el boulevard, así que me acerqué a ayudarle. Era un hombre alto, de cuerpo redondo, recuerdo su párpado izquierdo, estaba caído y tenía algo raro en el labio, una especie de enfermedad también lo tenía caído, era como si hubiese sufrido una embolia facial. Le dije que me dejara ayudarle, él me contestó “Muchas gracias, corazón, eres muy amable” junté las llaves y al momento que volteo a dárselas él me dice con una horrible voz, cómo de película de terror “Nunca hables con extraños, pendeja”, justo después me golpeó con el brazo enyesado. No recuerdo nada más. Lo otro que logro recordar es estar sentada en un cuarto muy oscuro, las paredes eran parecidas a las de 95
un baño, el olor de ahí, fue horrible… el hombre comenzó a arrancarme la ropa, gritaba y gritaba pero nadie aparecía para ayudarme, era como si nadie pudiese oír dónde estaba, había un silencio ensordecedor, sentía que moría a cada segundo que pasaba. El hombre se volteó y me mostró una caja: “Te daré la bienvenida a mi caja de juguetes” – Después de decir eso, la joven Paola estalló en llanto. -Creo que ya fue demasiado para mi hija. Por favor retírense- solicitó el señor López. -Pobre chica, todo esto debe ser muy traumático para ella. -¿Ha podido deducir algo, joven Ícaro? -Muy poco, inspector Muñiz. Hay unas cosas que le quiero preguntar a la joven. -Me temo que eso no será posible –Interrumpió el señor López- El día de mañana la trasladarán a un hospital mejor en Canadá, así estará cerca de su familia también. -Entiendo, señor. Pero, por favor, es muy importante que le haga unas preguntas más a su hija. -Pero nada, jovencito. Contrataré a una agencia de seguridad privada para que nadie se le acerque a mi hija, les permití hablar una vez con ella y vean lo mal que está, lo último que quiero es que sufra más. -Si no me deja hablar con ella, otras chicas pueden sufrir lo que su hija. 96
-No me interesa. -¿Por qué no deja que su hija decida? -Ella decidió vivir aquí sola, por lo visto sus decisiones no son muy acertadas. -Y usted decidió dejarla ir, creo que sus decisiones tampoco son muy acertadas. -No toleraré que un mocoso como tú me diga cómo criar a mi hija. No se los pediré otra vez, largo de aquí. Una vez fuera del hospital, vimos llegar a un par de camionetas de lujo completamente negras al lugar, por un costado de la misma decía “Seguridad privada”. -Tal parece que llegaron los escoltas de la joven- dijo Santiago. -¿Ha podido deducir algo con esto y los documentos, joven Ícaro? -Un par de cosas, pero una muy significativa. -¿Qué cosa? -La hija de Sergio Hernández, la joven Erika, fue víctima del mismo atacante de Paola. Quizás quiera informarle al señor Hernández de esto. -Lo llamaré por la mañana. -No hace falta, está justo en la acera de enfrente. 97
Ciertamente, había un auto estacionado frente al hospital, Santiago se dirigió al auto y dentro del mismo estaba el señor Sergio. -Buenas noches- dijo bajándose del auto y algo avergonzado. -¿Qué hace aquí, señor Hernández? -Este asunto es muy importante para mí… quiero estar siempre atento a todo esto, por favor… no soy un mal hombre, sólo estoy muy preocupado y si existe la posibilidad de que este monstruo que le hizo eso a esa joven es el mismo, tengo el derecho de saberlo. -Señor Hernández… tenemos cierta confianza de que es el mismo. -Claro que lo es- dijo con lágrimas en los ojos –Tienen que encontrar a ese bastardo, por favor. -Lo haremos, váyase de aquí y trate de dormir. -¿Cuál es el plan?- pregunté a Ícaro. -El problema de esto, jóvenes, es que si esa chica se va del país, no tendremos testigos que puedan declarar en contra de este atentado, podríamos hacerlo con las pruebas del crimen pasado, pero aun así, sería muy difícil. -Se me ocurrirá algo luego, no se preocupe- dijo Ícaro – Ya es tarde, será mejor que descansemos, mañana será un 98
largo día. Ruby, debo hacer un par de cosas antes, nos vemos mañana en la oficina a las siete de la mañana. -Claro. Justo después de eso, Ícaro me abrazó y me besó en la mejilla, gesto que me sorprendió, pero he de itir que me gustó. En camino a mí casa, estaba un retén, no dudaron en detenerme. -Buenas noches, señorita- dijo el policía. -Buenas noches. -Esta es una simple inspección de rutina, ¿Me permite su licencia de manejo, por favor? -Claro que sí. Fue en ese momento que me di cuenta de algo, mi cartera la traigo siempre en una bolsa de mi gabardina, cuando Ícaro me abrazó y beso, fue meramente una distracción para sacarme mi cartera. -Disculpe, oficial. No traigo conmigo mi licencia. Y cómo era de esperarse, obtuve una gran multa. IV Eran justo las siete de la mañana cuando llegué a la oficina. E Ícaro se encontraba dentro fumando de su pipa. -Buenos días, Ruby. 99
-Mi cartera – dije molesta. -Vaya, te diste cuenta, después de todo. -¡Me multaron ayer de regreso a casa! -Eso te pasa por conducir rápido. -¡No conducía rápido, miserable ladrón! Había un retén y no traía mi licencia. -¡Oh! Ya veo… lo siento, pero tu cartera me fue muy útil, toma- dijo entregándomela. -Había mil pesos dentro de la cartera, Ícaro. -Que materialista eres, las ventajas de ser budista es que nosotros pensamos que los bienes materiales conducen a la infelicidad, necesitas ser más feliz, Ruby. -¡Vete al diablo! En fin… ¿Qué hiciste con mi dinero? -Me alegra que preguntes. Verás, justo ayer por la noche cuando todos se fueron, volví al hospital. -¿Para qué? Si no podías entrar a ver a Paola. -Por favor, permíteme explicar. -Más te vale que sea bueno, me costaste mil pesos en sólo una noche, más novecientos de multa por mi licencia. -Es magnífico, de hecho. Porque estoy por resolver este caso. 100
-Eso espero. -Bien… justo después que robé tu cartera, volví a entrar, escuché a un chico antes de salir que lo que pagaban en el hospital era poco, así que me acerqué a él y le di los mil pesos para que me prestara su ropa de interno, me hice pasar por un médico y esos gorilas ni se percataron de quién era yo, eso es justo lo que pasa cuando vas al gimnasio y lees poco. En fin, logré entrar y hablé con Paola. -Señorita Paola, soy el detective Ícaro, de hace un momento, necesito preguntarte algo importantísimo. -¿Qué es? -Dígame, ¿Cómo era el auto? -Era un Charger cómo el que sale en la película Rápido y Furioso que maneja Vin Diesel, es cómo un clásico. -Un Charger del ‘70, ¿De qué color era? -Rojo, era bellísimo. -¿Recuerda alguna otra persona además de ese hombre? -Cuando estaba sentada, creo haber visto a alguien sentado en la sombra, había muy poca luz y estaba asustada, no estoy muy segura. -¿Recuerdas que instrumentos utilizó? 101
-Eran cuchillos como de cirugía, unas pinzas extrañas, la verdad no recuerdo mucho eso. -Muchas gracias, joven Paola. -Ícaro… por favor, háganlo pagar por lo que me hizo. -Lo haremos. Tan pronto me fui de ahí, regrese con el interno y le devolví la ropa. -Un Charger del ‘70… no creo que existan muchos de esos aquí- dije sarcástica. -Sólo hay tres en la ciudad. Registrados, sólo uno, asumo que nuestro asesino no lo habrá registrado pero aun así es digno de hacerle una vista. Astorga me dio las direcciones de donde se encuentran estos autos. – Respondió Ícaro. -Hay que ir a buscarlos. -Antes de eso, debemos ir con el doctor Alanís. -¿Por qué? -Recuerda lo que dijo la joven Paola acerca de del ensordecedor silencio, es un detalle fundamental, puede ser que esta joven estuviese bajo tierra, algo así como una habitación de seguridad. -Buscaremos los registros catastrales en el archivo histórico. 102
-Excelente deducción, Ruby. Pero voy por algo más clandestino aún, existe la leyenda que bajo toda la ciudad hay túneles, quiero ver la extensión de estos, pues puede ser que sea desde ahí donde se hicieron estas atrocidades. De existir estos túneles, el buen doctor podrá darme un par de ideas de las extensiones de los mismos y buscar si alguna dirección de las que nos proporcionó Astorga concuerda. Sin charlar más, nos dirigimos al archivo histórico para hablar con el doctor Alanís. -Jóvenes, bienvenidos ¿Qué puedo hacer por ustedes? -Mí estimado, doctor. Hay un nuevo caso de que supongo debe estar ya enterado, la joven que encontraron a las cercanías de la universidad de occidente. -Correcto, estoy informado de eso, ¿Cómo está ella? -A punto de dejar el país, me temo. Su padre la sacará hoy del hospital. Por lo tanto, estamos contra reloj, mi estimado doctor. Verá, me contaron en la Facultad de Sociología que bajo la ciudad existen ciertos túneles, ¿Es verdadero eso? -Es verdadero. Existen desde, quizá, el natalicio de la ciudad. Estos eran usados por los políticos en caso de emergencias, pero se dice que ya no existen. -¿Tiene usted algún registro de ellos o algún mapa? 103
-Me temo, joven Ícaro, que incluso en el mismo archivo histórico hay secciones que ni yo tengo a ellas. Así como vez estas instalaciones antiguas, existen zonas con una increíble tecnología, bóvedas, las cuales muy pocos tienen a esa área. Pero aquí entre nos… sé bien que estos túneles dan casi a las afueras de la ciudad, he escuchado incluso que hay casas que están conectadas directamente a estos túneles.
-Ya veo… Una cosa más, ¿Me podría dar una copia de los nombres de todos los políticos que han tenido algo que ver con el gobierno de Sinaloa de los últimos seis años? -Claro, dame un par de minutos y te imprimo el documento, es algo extenso. -Estoy seguro que sí. Al salir del archivo, Ícaro tenía un gran número de hojas dentro de un sobre manila con la información que le dio el doctor Alanís. -¿Para qué es eso? -Sólo una teoría poco importante. Ruby, necesito que vayas a verificar al dueño del auto que está registrado, yo me encargare de los clandestinos. Te llamaré en cuanto termine. 104
Sin perder el tiempo, Ícaro tomó su camino y yo el mío, el dueño de aquél auto clásico era Octavio Flores, me di cuenta que vivía cerca de mi casa. El hecho rápido hizo que me dieran nauseas, no me imagino que un monstruo cómo ese viva cerca de mi casa. Noté que era una casa muy antigua y en la cochera estaba el auto, al tocar la puerta tarda en salir un hombre en una andadera, era muy viejo, tenía casi que gritarle para que me escuchara, definitivamente, este no era nuestro sujeto el verlo apenas caminando hizo que me diera mucha lastima, parecía que vivía solo. No quise perder más el tiempo, asá que cuando estaba por regresar al auto, un BMW negro se puso en mi camino, los vidrios estaban polarizados, no se podía ver quien conducía el auto, fue hasta que bajaron el vidrio y escuche una voz familiar. -Creo que esta no es tu casa, amor. -¡Ya estaba a punto de dispararte, Javier! Javier… mi novio. -¿Por qué tan nerviosa? -Es un caso en el que Ícaro y yo trabajamos. -Pensé que habrías hablado ya con él. -No es tan fácil, Ícaro siempre está muy ocupado y no puedo llegar como si nada para decirle que dejaré esto. -Amor, ¿Segura que es sólo eso? 105
-¿Qué quieres decir?
-Me refiero a que quizás tú quieras seguir estando con él. Sabes que no me molesta. -Yo sé que no, Javier. Pero no quiero que esto sea más grande que nosotros, debo aclarar las cosas con él. -¿Aclarar? Sólo le dirás que no harás más esto, a menos que exista algo más que debas aclarar con él. -Debo irme, Javier. -Entiendo, llámame cuando puedas y podamos ir por un café o, tal vez, cenar algo ¿Qué te parece? -Me encantaría. -Te amo. -Yo te llamo en cuanto sea posible, Javier. Odio que tenga razón, hay algo más que debo aclarar con él. Es sólo que… todo esto es muy complicado, subí a mi auto y noté que tenía un mensaje de voz y cuatro llamadas pérdidas de Ícaro. Mi corazón latía a mil por hora, llamé rápido a Ícaro pero no contestaba, escuché su mensaje de voz. “Ruby, ve a la oficina inmediatamente, ya lo tenemos”
106
Tan rápido como pude, llegué a la oficina. Dentro de ella estaban los inspectores y el señor Hernández. Ícaro estaba limpiándose la sangre que tenía en la cabeza. -¡Ah! Ruby, bienvenida, estábamos esperándote. -¿Qué te sucedió? -Estaba por contarlo. Verán, justo después de que Ruby y yo salimos del archivo- Explico Ícaro- me encontré con el señor Hernández, que ofreció amablemente llevarme a las direcciones de los propietarios de los autos sospechosos. -Momento- interrumpió Santiago- ¿Qué autos? La joven no explicó qué autos. -Una larga historia, Santiago. Pero las preguntas al final, por favor. -Imbécil- señaló Santiago. -Hijo, por favor, déjalo hablar- reprendió el inspector Muñiz a Santiago.
-Gracias, inspector. En fin, cómo comentaba… llegamos a la primera, pero sin nada interesante ni relevante. La segunda nos conducía al sector Campiña, un sector bastante alto en cuestión de gente que vive ahí, pues por lo general es gente con buenos ingresos la que vive en esta 107
zona. En lo particular había un edificio que de lejos captó mi atención. Este era un cilindro gigante, pero no eran departamentos, no, esta era una sola casa, al acercarnos a ella noté que las puertas tenían sellos de CLAUSURADO por parte del Gobierno del Estado. Justo esa casa era la dirección que se me fue proporcionada, el nombre del registro estaba a nombre de una agencia llamada IMS, el panorama pintaba por demás, siniestro. Pedí que el señor Hernández se quedara en el auto y no lo apagara en caso de salir rápido, busqué la forma de meterme a la casa. -¿Estás diciendo que allanaste una casa? -¡Hijo! Por favor. -¡Es delito! Y discúlpame pero esto está pintando muy mal para nuestros empleos, si el comisario Montaner se entera de esto… -Pasará lo que tenga que pasar, hijo. Ambos tenemos familia y debemos pensar en que cualquiera de ellos podría ser la siguiente víctima. Por favor, joven Ícaro, continúe. -Gracias. Logré entrar abriendo la chapa de la puerta trasera de la casa. Una vez dentro, noté rápidamente la gran ausencia de muebles, el lugar estaba casi vacío, lo cual la hacía ver aún más grande. En la cocina solo había latas de atún, sopa enlatada y cangrejo enlatado. Pero fue en el lavabo donde encontré esto- dijo mostrándonos una bolsa con una blusa cortada a la mitad, con gotas de sangre 108
en ella- Estoy muy seguro que esta prenda le pertenece a la joven Paola, ella no debe tardar en irse. Debemos ir rápido con ella para que identifique la prenda. -No hay tiempo que perder, vamos.- dijo Santiago. Hernández se fue en su propio auto, al igual que los inspectores, Ícaro y yo justo detrás de ellos. -Nos contaste lo que encontraste, pero no lo que te pasó a ti.- señalé mientras conducía. -Tienes razón, omití eso. -¿Por qué?
-No tenía importancia al caso y perderíamos más tiempo. Verás, después de que guarde la prenda, escuché un fuerte golpe desde el baño, con mi Taser en mano, me escondí esperando a que alguien saliera. Esperaba ver al hombre con parálisis facial, pero en su lugar encontré a un hombre diferente, un hombre muy grande, de cuerpo atlético este portaba una .45mm con silenciador. Así que en cuanto pasó por donde estaba yo, a como pude me escabullí por donde entré, pero este hombre miró hacia abajo, el piso marmoleado. Fue cuando supe porque a ausencia de muebles, ese piso tan brillante, era un espejo 109
para él, para ver todo el panorama completo y no exista lugar para cubrirse. Disparó, pero me pude lanzar de nuevo a la cocina, este se acercó rápido pero pude emboscarle para tumbarle el arma. Sin embargo, me lanzó por la puerta de cristal que daba al patio cómo si fuera yo un juguete de trapo, el corrió por su arma y aproveché la oportunidad para escapar, de no ser que Hernández estaba afuera con el auto encendido, posiblemente ambos hubiésemos muerto. -Cada vez nos arriesgamos más en esto, Ícaro. -Sé que es difícil, Ruby, pero hay que hacerlo. -No… no debes aferrarte a Sarah, ella… si ella estuviese aquí, se preocuparía por ti, casi mueres hoy. -Estoy seguro, que ella estuviera orgullosa, no sólo de mí, también de ti. Sé bien que estamos sacrificando mucho los dos. En realidad tú no deberías estar sufriendo esto. Sin embargo, aquí estas, siempre lo has estado. Sonará extraño, pero realmente amo mucho hacer esto contigo, no imagino un escenario sin ti. Bien ya llegamos al hospital. -Adelántate, iré a estacionar el auto. Necesitaba un momento a solas, había mucha presión en mi vida. Ahora, sólo deje escapar un profundo suspiro y bajé del auto. En cuanto entré al hospital escuche una gran discusión en uno de los pasillos, Ícaro siempre es muy sutil con todo eso, así que me dirigí ahí. 110
-¡Mi hija no responderá nada más! -Señor López, por favor, es muy importante que su hija…argumentó el inspector Muñiz -¡No me importan sus estúpidas razones, ella ya tuvo suficiente!- gritaba mientras sacaban la camilla de la habitación. -¡Papá!- gritó la joven Paola- ¡Basta! Yo quiero ayudarles. -No se trata ya de lo que quieras, eso se acabó.
-¡No, no se ha acabado! No puedes ordenarme nada, yo no soy mamá. Quizás a ella si la puedas engañar y manipular a tu modo, pero no a mí. Acepté irme a Canadá de nuevo, pero antes quiero ayudar a los detectives a atrapar al maldito que me hizo esto, ¿O es que quieres que viva siempre con miedo cómo mamá para que puedas manipularme también? No te tengo miedo, he visto el miedo en sí y sobreviví a él, es hora de que el miedo sepa lo que es sentirse atrapado. -Tienes cinco minutos.- dijo el señor Roger al marcharse. -Lo siento, díganme, ¿En qué les puedo ayudar? -Sólo una cosa, jovencita- dijo el inspector mostrándole la bolsa con la blusa adentro- ¿Esta es la blusa que llevabas puesta el día del ataque? 111
Sus labios empezaron a temblar, no pudo siquiera contestar con palabras y solo acento con la cabeza. -Nos comentaste que él te arrancó la ropa, ¿No es así?preguntó Ícaro. -Si…- contestó en voz muy baja. -Muchas gracias.- dijo Santiago. Mientras salíamos del hospital Ícaro hablaba con los inspectores. -Deben haber huellas digitales del agresor en la blusa de la joven Paola. -Las llevaremos a analizar. -Hay un detalle que omití por el tiempo, había un hombre en la casa, estaba armado, aún debe estar en la casa. -Debemos ir a detenerlo antes de que se escape. ¿Por qué omitiste algo tan importante cómo eso? -Porque sé que él no ira a ningún lugar, no sin que yo me entere. Deje en el perímetro de su casa cuatro de estasdijo mostrándoles unos pequeños cuadros. -¿Qué son esos? -Cámaras. Observen – dijo sacando un celular – esta es la casa, no tuve tiempo de poner una más dentro de la misma debido a que el sujeto apareció, sabe que lo vi bien, puedo reconocerlo. 112
-Muy bien, mocoso. Tú y yo iremos a detener al sujeto. Papá y Ruby, vayan al laboratorio para que les den las huellas, este hijo de puta caerá esta noche. V Después de que el inspector Muñiz y yo entregáramos la blusa al laboratorio, no quedaba más que esperar por los resultados en la procuraduría y esperar noticias de Ícaro y el inspector Santiago. Pero había alguien que se interponía en todo esto. -¡Inspector Muñiz! ¿Qué significa todo esto del análisis?llegó demandando respuestas el comisario Montaner. -Comisario, encontramos la blusa de la joven López. Es una pista clave, señor, pueden haber huellas del atacante. -¿Dónde consiguió eso? -Los jóvenes, dieron con un posible paradero del hombre en cuestión, señor. -Yo no autoricé ninguna búsqueda, inspector. -Pero, señor. Un crimen ha ocurrido, es nuestro deber atender el siniestro. -Su deber es obedecer órdenes, inspector. Recuerde que ya no está más en esta directo en calles porque yo autoricé su 113
ascenso, si yo le digo que actué, usted lo hará, de lo contrario usted se quedará quieto. Tal vez fue un error ascenderlos a usted y a su hijo tan pronto. -Muy bien, basta ya.- dije molesta. -Tú, de nuevo, no te reconocía sin el pequeño estorbo que tienes a un lado. -Él no es un estorbo, le aseguro que el dio con este criminal haciendo algo que usted no hace, el querer atrapar de verdad a un criminal. No intimidando a su equipo de trabajo. -¿Quién eres tú para decirme estas estupideces, pequeña idiota? -No toleraré que me llame de esa manera. -Ni yo toleraré que sigas aquí, fuera de mi vista antes de que te ponga en barandillas. -Está bien, joven Ruby, no hay problema.- dijo sumiso el inspector Muñiz. Justo en ese momento, Ícaro y el inspector Santiago llegaron con un hombre esposado. -Comisario- dijo orgulloso el inspector Santiago- Tenemos al responsable, se le deben tomar las huellas inmediatamente. -Hágalo- ordenó el Comisario al inspector Muñiz. 114
-A la orden, señor.- respondió llevándose al hombre esposado. -Inspector Santiago, quiero hablar con usted en privado. Ícaro y yo nos quedamos en el pasillo. -Ese infeliz- dije refiriéndome al comisario- me dijo idiota. -Conserva la calma, Ruby. Esto aún no termina. -¿Qué quieres decir? Ese sujeto es el claro culpable. -Claro que no. De hecho, estoy seguro que sus huellas no coincidirán con las de la blusa. -¿Qué?- pregunté desorientada. -Solo recuerda lo que la joven nos dijo acerca de su atacante, recuerda el defecto en su rostro. -Tienes razón, había olvidado la parálisis facial que describió la chica. -Siempre me imagine que esta persona no trabajaba sola, pero nunca me imaginé que estábamos hablando de hermanos. -¿Hermanos? -La sangre familiar, Ruby. Dos hermanos que comparten los mismos fetiches sexuales, pero como uno es llamativo a la vista, siempre es el otro el que hace el trabajo sucio. 115
-¿Pero entonces porque Paola López nos describió al otro? -Por la misma razón por la que esperaron cuatro años para volver a atacar, protección del uno al otro. Fue así que deduje que serían posibles hermanos. Pero el tiempo exacto… tres años más tarde, volvió a hacerlo, me hace pensar que hay algo más allá que sólo protección de hermanos. -¿Qué piensas? -Protección política. -¿Crees que un político está detrás de todo esto? -Desde luego, estoy casi seguro que incluso estos hermanos filman sus actos y se los dan a políticos igual de enfermos que ellos. -Sigo sin entender bien esto… -La lujosa casa, la privacidad que sólo una casa clausurada otorga, y piensa en esto: ¿Cuál es la única organización que puede clausurar una propiedad? -El Gobierno del Estado… cielo santo. -Cada tres años hay cambio de gobernador municipal, de igual manera hay cambio de diputados, suena muy curioso cuando lo vez de esa manera. Estas personas tienen a todo tipo de archivos secretos, incluso mapas 116
restringidos o también dichos “inexistentes” para gente sumamente preparada cómo el doctor. Fue entonces que vi caminando por el pasillo al señor Hernández. -Jóvenes- dijo excitado- Lo encontraron, ¡De verdad lo encontraron! -Todos lo encontramos, señor Hernández- dijo sonriendo Ícaro. -Sé que en algún lugar Erika se los está agradeciendo. Me sentí muy mal cuando dijo eso, si lo que piensa Ícaro es verdad, el hombre que arrestaron es el equivocado, pero en la mirada en los ojos del señor Hernández se veía cierta paz y alegría que tal vez ya le hacía falta en su lúgubre vida. -Jóvenes- dijo el inspector Muñiz caminando hacia nosotros.- Señor Hernández, supongo está aquí para celebrar. -Mas que nada, inspector, quiero asegurarme que ese miserable pague por lo que le hizo a mi hija. ¿Dónde está él? -Lo tenemos bajo custodia, pasara aquí la noche hasta que los resultados estén listos. -No se necesitan los resultados, la ropa de esa joven estaba ahí, en la casa de ese bastardo. 117
-Hay que estar seguros, señor Hernández. -¿De qué? ¡Es obvio que es él! -Señor, entiendo que está desesperado por… -¡Es él!- interrumpió eufórico al inspector Muñiz. -¡¿Qué está pasando aquí?!- gritó el comisario Montaner. -No es nada, señor.- dijo temeroso el inspector. -Vamos, señor Hernández- dije tomándole el brazomañana se resolverá todo esto. -Mañana aquí estaré.- dijo en voz baja mientras caminaba rápidamente. Ícaro y yo, después de ver esa escena, sin decir nada, nos retiramos del lugar. Llevé a un muy callado Ícaro a su casa. Cuando él habla, escucho lo que tiene que decir, pero es su silencio el que me hace pensar. -Gracias por tráeme a casa, Ruby. -Ícaro… ¿Estás bien? -En estos momentos me encuentro en una encrucijada, Ruby. Es difícil contestar eso. Si me disculpas, debo estudiar los documentos que me dio el doctor. Nos vemos en la Procuraduría a las siete de la mañana. -Trata de dormir, te ves terrible. 118
No contestó, no esperaba que lo hiciera. Sea como sea, fue un largo día, lo único que quería era llegar a casa y dormir, pero es entonces que alguien me esperaba afuera de mi casa, era Javier. -Mi amor, no llamaste, marqué varias veces a tu celular y me mandaba a buzón. -Javier, ahora no estoy de ánimos, estoy muy cansada. -También he tenido un día difícil, Ruby. Mi novia aún no supera a su ex y es muy molesto que ella pase más tiempo con su ex que conmigo. -Ícaro no es mi ex. -¿Siguen siendo pareja? -¡No! Es sólo que es complicado. -¿Complicado? Ruby esto no debe ser así. -Javier, por favor… mañana hablamos. Solo cerré la puerta detrás de mí y no volteé la mirada. No entiendo porque es tan difícil todo esto. Tomé unas pastillas para dormir y deje de saber del mundo hasta la mañana siguiente. Justo a la hora pactada yo me encontraba en la procuraduría y, en una banca por el pasillo, estaba Ícaro sentado cabizbajo. -Los inspectores me comentaron que dejarán ir a Israel Mendoza, el sospechoso. 119
-¿Qué? Justo en ese momento, el comisario nos abordó. -Jóvenes, por favor, pasen conmigo hacia aquella sala. Ambos nos sentamos en un extremo y el comisario en otro, este sacó una carpeta llena de documentos. -¿Qué hacemos aquí?- pregunté. -Como pienso, los inspectores hablaron ya con ustedes, sabrán que dejaremos ir a Israel Mendoza Salazar, el sujeto que llegó aquí ayer por la noche. -Déjese de rodeos- dijo furioso Ícaro- Sé lo que está pasando y por qué le asignaron este caso y ha intentado sabotear todo desde el inicio, Israel Mendoza Salazar era un diputado que se hizo de o con otros políticos hace tres años, se hizo de cierta fama e inició a vender videos Snuff a diferentes de la política y familiares de los mismos, estos videos valen miles en el mercado negro, por eso necesitaba el anonimato. Cuándo terminó su tiempo en el Congreso del Estado, se hizo de una propiedad en la Campiña bajo el nombre de una agencia llamada IMS, que no son más que las iniciales de Israel Mendoza Salazar, con ayuda de uno de sus clientes hicieron pasar la casa como clausurada, para evitar llamar la atención. Sin embargo, quien muestra la cara siempre es Israel, pero quien hace los videos es el hermano de Israel, Luis Mendoza Salazar, del cual hay muy poca información, más que fue profesor de primaria en una 120
zona rural al sur de Sinaloa, pude encontrar una imagen de él, es justo igual a su hermano, pero este tiene parálisis facial. Obviamente, este caso debería al final traspapelarse, pues hay posibilidad de que algún día este hombre, Israel, vuelva a la política, esta vez no al congreso, si no a algo más grande: Gobernador Municipal. Puesto que a usted le conviene que él tome el puesto para obtener un rango más alto. -Eres muy listo, muchacho, de verdad. Es una lástima que la sabiduría puede matar si no se utiliza adecuadamente. Sea como sea, sigues siendo un niño y tomé tu palabra cuando dijiste que no te conocía, así que inicié a buscar de ti, de ambos, de hecho. ¿Recuerdan a los caminantes nocturnos? -Bastardo- dije con ira. -Asesinaron a cinco personas, las quemaron vivas. Creo que ambos hacen esto para intentar limpiar sus conciencias. -¡Ellos traficaban mujeres!- respondió salvaje Ícaro. -Cierto, tenían cargos de asesinato, violaciones y trata de blancas. Si bien cuidaron todo de sus huellas e identidades, de hecho, incluso tengo tu verdadero nombre en esta carpeta muchacho, sé que tu familia vive en el extranjero y viviste con tus tíos en Sonora. ¿Qué crees que les pueda pasar a ellos si comunicara a ciertas personas tu paradero? No creo que la pasen bien ellos, hay gente que 121
te está buscando, muchacho. Incluso el mismo inspector Muñiz, el antes solía ser Inspector General, pero como jamás pudo dar contigo, fue degradado a oficial, tal vez el inspector lo tome bien, pero Santiago… él es muy rencoroso, tiene un historial muy violento. Piensas que no tienen ninguno de los dos mucho que perder, pero es cuestión de tiempo y de buscar bien para atar los cabos sueltos. Además, la única persona que podía identificar a Israel está ahora en Canadá, y las huellas no coinciden con las de Israel. Miren, ahí está él caminando hacia la libertad. Ciertamente, Israel caminaba pacíficamente hacia la salida. -Tenemos que irnos, Ruby. -Y muchachos… no se metan en problemas, la próxima no seré tan amable como ahora. Al salir de la sala, Ícaro sólo miraba el suelo. Pero repentinamente escuchamos a un hombre gritar. -¡Tiene un arma! Corrimos para ver lo que pasaba, era el señor Hernández apuntando con un arma a Israel, los inspectores llegaron de inmediato y desenfundaron sus armas. -Señor Hernández- dijo Ícaro tratando de calmarlo- por favor, baje el arma.
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-No… ¡No! He esperado este momento por tres años, ver al miserable que asesinó a mi hija, por fin lo atrapan y lo dejan ir… ¡Lo dejan ir! -Por favor, todo mundo baje las armas, el señor Hernández es una buena persona, una persona racional, nadie matará a nadie… -Lo siento, muchacho… -Señor Hernández, por favor- comentaba Ícaro mientras se acercaba lentamente a él- deme el arma. En ese momento, el señor Hernández, en un ataque de histeria, dispara contra Ícaro y fatalmente contra Israel. Los policías, incluso los inspectores, dispararon juntos contra el señor Hernández, acabando violentamente con su vida. Corrí por Ícaro, este presentaba sólo una rozadura de la bala. -Sergio… lo siento.- susurró Ícaro. Rápidamente llegaron las unidades de protección, llevándose los dos cadáveres de la Procuraduría. Un médico fue a atender a Ícaro. -No es mucho lo que le ocurrió, joven. Fue por fortuna una rozadura pequeña- comentaba el médico- pero de igual manera no debe moverse mucho hasta que la herida este completamente cicatrizada. -Entiendo, de igual forma no hay mucho que hacer ya. 123
-Jóvenes- dijo el inspector Muñiz acercándose a nosotroslamentamos todo esto. -No se lamente, inspector, hizo lo que debía hacer. -Fue difícil tener que dispararle- comentó triste Santiago. -Era un buen hombre, sólo quería hacer justicia por su hija- comenté. -Esto no puede acabar así- explicó Ícaro- Inspectores, los veo en la oficina, esto aún no ha terminado. -Correcto- contestaron unánimes los inspectores. Una vez en la oficina, Ícaro tomó una botella de whisky y la bebió como si de agua se tratase. -No debes culparte por esto- dije seria- lo que pasó con los caminantes… en sí tú no… -Suficiente, Ruby, por favor. Esto no es más por ellos, un muy buen hombre acaba de morir de una manera, por demás, injusta y violenta. Lo menos que podemos hacer es honrar su memoria atrapando al verdadero culpable. -¿Pero de que servirá si el Comisario no determinará su arresto? -Lo hará, expondré la verdad. Cuando lo atrapemos, buscaré las evidencias y si he de mostrar y aniquilar a gran parte de la política Sinaloense, lo haré. -Pero sabes que el comisario Montaner nos expondrá. 124
-No, me expondrá a mí. -Pero Ícaro… -No, Ruby. Quien incendió esa casa y asesinó a esas personas fui yo. Sólo yo. Tú no sabías nada de eso, simplemente me has acompañado desde el caso del violador del centro, ese fue el primer y único caso. -No puedo permitirte hacer eso. -No puedo permitir tampoco que alguien que amo sufra por mi culpa. No puedo perderte como perdí a Sarah. Justamente en ese momento llegaron los inspectores. -¿Cuál es el plan, niño?- preguntó Santiago. -Por favor, tomen asiento. Verán, sabemos bien que no contaremos con el apoyo del Comisario, pero eso no importa. Si hacemos esto bien, tendremos suficiente evidencia para atrapar al hermano de Israel Mendoza, a quién buscamos es al profesor Luis Mendoza. -¿Profesor?- preguntó el inspector Muñiz. -Exacto, solía dar clases en una zona rural al sur del estado, es a él a quien buscamos, ambos tienen conexión con la política, así que debemos ser cautelosos y recopilar todo material para que sea evidencia concluyente y todos los involucrados estén tras las rejas. Mi teoría es que este hombre aún sigue dentro del lugar, mis cámaras no han 125
captado a nadie salir de ahí, pero existe posibilidad de que este hombre esté bajo la casa. -¿Bajo la casa?, ¿Cómo un cuarto de seguridad?preguntó Santiago. -Es correcto, cuando entré a su casa escuche ruidos que provenían de lo que creo era un baño, posiblemente exista un compartimiento o una habitación secreta con desde ahí. Si esta persona vive debajo de la casa, explicaría por qué hay comida enlatada con largas fechas de caducidad, esto significaría que más que su socio, Luis Mendoza era la mascota violenta de su hermano Israel, que le lleva inocentes jóvenes para ser asesinadas en esa habitación y cumplir sus deseos enfermos, filmándolas y vendiendo las copias de esos crímenes a gente igual de retorcida que ellos, gente con dinero que podría pagar ese tipo de entretenimiento. Cuando Israel fue parte del Congreso del Estado conoció a gente pudiente, políticos con deseos de ese tipo de entretenimiento. -Entonces debemos entrar a la casa y buscar esa habitación- comentaba el inspector Muñiz. -No sólo eso, estoy seguro que tiene también una ruta de debajo de la casa, los famosos túneles de Culiacán. Así que aún hay probabilidad de que esta persona no esté más en la casa, pero las cosas, la evidencia, todavía deben estar ahí. -Santiago y yo entraremos- expuso el inspector Muñiz. 126
-Iré también con ustedes. -Mi padre tiene razón, estás herido y no podrás moverte tan rápido como nosotros en caso de que tengamos que salir rápido de ahí. -Puedes guiarlos con las cámaras- sugerí- esas pequeñas cámaras que tienes y unos radios, para estar comunicados con ellos fuera del lugar. -Magnífica idea, Ruby. Bien no hay tiempo que perderdijo Ícaro mientras les daba a los inspectores las cámaras y los radios.- Los radios funcionan con estos auriculares, de esa manera será más fácil comunicarnos y no comprometer la situación. Inspectores, esto puede ser muy peligroso, no olviden sus armas. -Debemos reportarnos primero en la Procuraduría, tardaremos alrededor de una hora en llegar a la casa. -Está bien. Ruby y yo nos adelantaremos y vigilaremos el perímetro de la casa, los veremos allá más tarde. Ícaro y yo nos dirigimos a la casa en cuestión, nos estacionamos a una cuadra de la misma, Ícaro no dejaba de ver las cámaras que colocó la vez que estaba con Sergio aquí, en su teléfono celular. Mientras sentía que no podía más y debía decirle la verdad a Ícaro. -Ícaro… hay algo que debo decirte. -¿Qué sucede?- preguntó seco y con la mirada fija en el celular. 127
-No sé cómo decirlo… es que… conocí a alguien. - Todos conocemos a alguien alguna vez. -No, me refiero a alguien especial. -¿Puede volar? -No, no es eso… Ícaro, tengo un novio. -Ya lo sabía. -¿Qué? -Tenía mis sospechas de que salías con alguien hace unos meses, pero no sabía que tan formal era hasta que fuimos al juego de baseball. Mirabas mucho tu teléfono y vi un mensaje de él, no sabía que decía pero te vi sonreír, conozco tus sonrisas, Ruby. Esa sonrisa de que estabas ansiosa de hablar con él, recuerdo bien esas sonrisas. -Pensé que estabas ebrio. -Jamás me pongo ebrio sólo con cerveza, imaginaba que ese momento era para que me contaras eso, pero si estás con él, significaría que te irás de la oficina y no trabajaríamos más juntos, soy egoísta a momentos, Ruby, simplemente no quería que me dijeras eso. -¿Por qué nunca dijiste nada? -Javier Álamos ¿Ese es su nombre, verdad? -¿Cómo lo sabes? 128
-Sé muchas cosas de él, sé que es politólogo, que le fascina el baseball, que no bebe ni fuma, que maneja un BMW negro que le regaló su padre antes de morir. -¿Cómo sabes todo eso? -Los he visto juntos. Detesto la política, odio el baseball, bebo y fumo mucho, apenas sé conducir. Pero Javier y yo tenemos algo en común, el mismo gusto en chicas. -Ícaro… yo… -No hace falta que digas que no es por nada de eso, entiendo bien como soy, pero pensé en verdad, por un momento, que viviría mi vida junto a ti. Realmente te amo, Ruby. -No digas eso… -Te remuerde la conciencia, porque me habías ocultado eso desde hace meses, es normal. -Dejaré la oficina, Ícaro. -Entiendo. Pero solo contéstame algo, si tenías meses con este chico, ¿Por qué hasta ahora decirlo?, ¿Por qué seguiste conmigo durante todo este tiempo? -¡Por qué sentía que te debía algo! Me ayudaste como nadie lo había hecho antes… me hiciste ser mejor persona, me sacaste de ese agujero oscuro del que pensé que jamás saldría. 129
Ícaro no dijo nada, pero vi en sus ojos una mirada perdida, esa mirada con la que lo conocí. Jamás me había sentido más mal en mi vida. En ese momento, los inspectores llegaron y se estacionaron justo enfrente de la casa, Ícaro bajó del vehículo. -Necesito que te quedes aquí, hay probabilidad de que alguien más venga. Avísame si algo o alguien sospechoso llegan al lugar. Solo asenté con la cabeza, cuando Ícaro se fue, no pude evitar llorar. Cuando me tranquilicé, encendí mi radio y empecé a escuchar lo que decían. -Muy bien, me quedaré afuera y los guiaré por la casa lo más que pueda, los estaré viendo a través de mi celular. -Enterado, chico. No pude ver mucho desde donde estaba pero vi que Santiago portaba una .45mm y el inspector Muñiz una escopeta. Ícaro se plantó justo enfrente de la casa y los inspectores entraron en ella. -Muy bien, al entrar notarán que casi no hay muebles, por tanto no hay lugar donde cubrirse, casi no hay luz, más que los faros de las calles. Sin embargo, proyectan cierto reflejo en el suelo, pueden usarlo también en contra de algún atacante, no se confíen aun así. Por el pasillo a su izquierda verán una puerta, cuidado al abrir. -Yo la abriré, papá. 130
-Adelante hijo, te cubro. -Despejado. -Busquen alguna puerta, vean debajo del tapete. -No hay nada aquí, mocoso. -Busquemos en otra habitación. -No, esperen… tomen algo del jabón para manos y póngalo alrededor de la tina. -¿Para qué hacer eso? -Si existe un túnel debajo de la tina, habrá una corriente de aire, si el jabón burbujea, ahí está la entrada. -Correcto, burbujea… ¿ahora qué? -Los botones de la tina, uno de esos debe abrir el túnel. -¡Carajo! Esta cosa rebotó. -Entren con mucho cuidado, nuestro hombre puede estar al final del túnel. Entonces alguien golpeó la ventana del auto, y me hizo brincar del susto. Era el comisario Montaner. -Buenas noches, jovencita. -Comisario- dije asombrada- ¿Qué sucede? -Justo eso quería preguntarte, ¿Dónde está tu amigo? 131
-No lo sé. -Oh, creo que sí lo sabes. Baja del auto. Al bajar de auto, me quitó el radio y lo puso en alta voz lo único que pude oír es a Ícaro desesperado por qué aparentemente había perdido comunicación con los inspectores. -Lamento mucho esto, niña- dijo sonriendo el comisario sacando su radio – Tenemos una situación crítica, envíen a las fuerzas armadas, dos inspectores comprometidos. -¿Qué ha hecho? -Dentro de unos minutos, las fuerzas armadas vendrán y terminarán esto. Espero tu amigo no esté dentro de la casa, ellos están autorizados a disparar a todo aquél no uniformado en estas situaciones. Intenté correr por Ícaro, pero el comisario me sujetó muy fuerte de los brazos y me estrelló contra mi auto. -¡Suéltame! -Te estoy dando una oportunidad, niña, de que salgas limpia de esto. No te metas o te arrestaré por obstrucción a la justicia. Por su lado, Ícaro, al no tener respuesta de los inspectores, entro a la casa. Fue cuando escuchó un disparo de una escopeta, seguido de dos de un arma corta a una larga distancia. Cuando pasó por el túnel, Ícaro describió el lugar 132
cómo un pasillo completamente laminado y sin nada de luz, al fondo podía ver una puerta entre abierta, con escasa luz. Los inspectores no salían, no emitían ni un solo ruido. Con sólo un Taser en las manos y una linterna, Ícaro entró a la habitación, los inspectores estaban en el suelo. Santiago, con sangre en el brazo derecho y apunto de desmayarse, corrió con él, sujetó su cabeza y este lo agarró con fuerza del brazo. -Mi padre… -¡Joven Ícaro!- gritó el inspector Muñiz- ¡Detrás de usted! Detrás de Ícaro se encontraba Luis Mendoza con un enorme mazo, este intentó golpear a Ícaro con él, pero solo consiguió golpearle el brazo haciendo que su Taser callera lejos. -Ustedes no tienen idea mi trabajo- dijo sonriendo Luis – Mi hermano y yo estamos haciendo un nuevo tipo de arte. La muerte es algo hermoso, y ahora tengo a tres lienzos para crear un hermoso cuadro. -Entonces te tengo noticias, tu hermano ya es arte. Murió esta mañana. -No… ¡No puede ser verdad! -Si lo es- decía Ícaro mientras se acercaba a una mesa con varios tipos de cuchillos- su sangre hizo todo un picazo por el suelo. -¡Cállate!- gritó corriendo a él con el mazo. 133
Este estrelló el mazo contra la mesa, mientras Ícaro encajaba uno de los cuchillos en su espalda, el inspector Muñiz lo golpea para lanzarlo al suelo. Cuando el sujeto cayó al suelo, sacó el arma de Santiago y apuntó a Ícaro, pero rápidamente, el inspector Muñiz lo hace a un lado y el recibe los disparos, hiriéndole de muerte. Seguido Luis corre huyendo por el túnel, Ícaro ve a los inspectores en el suelo y decide perseguir a Luis. Mientras el comisario y yo vimos que salía un en el Charger a toda velocidad. -Unidades armadas, sigan a un Charger del setenta, dirigiéndose a la isla Musalá- ordenó el comisario, mientras corría a su unidad. Repentinamente, mi auto se encendió e Ícaro estaba dentro de él. Aceleró antes de que pudiera decir algo, corrí hasta llegar al centro comercial de la Campiña y pude ver Pick Ups gigantes y una del ejercito persiguiendo al Charger. Entre medio de ellos estaba Ícaro, fue hasta pasando el puente para entrar a la isla Musalá que chocaron el auto donde venía. Ícaro para hacerlo a un lado, perdió el control y se estrelló contra una palmera de la avenida. Cubierto de sangre y con mirada borrosa lo último que pudo ver Ícaro fue como disparaban contra el Charger y este explotaba con Luis adentro, poco después cayó desmayado. Corrí a buscarlo, cuando llegué a él estaba ya desmayado. Acto seguido, el comisario apareció. -Ya viene la ayuda.- dijo en tono seco –todo acabó.
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En el hospital, dieron rápidamente de alta a Ícaro, fueron sólo unos golpes en la cabeza y boca, pasé la noche entera junto a él. Salí por un café a la Cafetería, escuché a unos médicos decir lo que yo, en ese momento, desconocía, el inspector Muñiz había muerto, Santiago recibió un fuerte golpe en la cabeza y un disparo en el brazo cuando forcejaba con Luis, estaba estable, pero desecho por la muerte de su padre. Mandó llamarnos a la mañana siguiente, su esposa y madre estaban en el pasillo, la madre estaba llorando descontrolada mientras la esposa de Santiago intentaba tranquilizarla. Ícaro y yo entramos a la habitación viendo a un destrozado Santiago en la cama. Ícaro se acercó a la cama de Santiago, con los ojos rojizos. -Santiago, yo… -Cállate… el comisario vino hace unos momentos, me contó lo que sucedió hace años atrás y la relación que tenías con mi padre. La primera vez que llegamos a la oficina, tú preguntaste si venía mi padre a arrestarte, ¿Por qué? -Fue por el caso de los caminantes nocturnos. -Fuiste tú todo este tiempo… cuando degradaron a mi padre, el entró en una depresión que casi le cuesta la vida, pero salió adelante. Él te idolatraba, confiaba en ti… ¡Confiaba en ti! Antes de desmayarme vi como él te empujaba para que vivieras, le salvó la vida a un maldito que casi lo mata. Era un buen hombre… tu debiste morir 135
ahí… no quiero verlos, a ninguno de los dos otra vez. ¡Lárguense a la chingada de aquí! Sin decir palabra alguna, salimos de la habitación y caminamos por el pasillo, seguí caminando hasta que noté que Ícaro no estaba más a mi lado, se había quedado atrás. Este se recargó en la pared del pasillo y se dejó caer, corrí por él. Fue la primera vez que veía a Ícaro llorar, no sabía que hacer o decir, solo lo abracé y escuché su doloroso y profundo llanto. La familia… todos tenemos un tipo de familia. Pero, son en casos de tragedia cuando la familia se une más, es triste pensar que tiene que pasar algo así para unirse. Casos como este, que destrozaron familias, familias inocentes que habían sufrido ya la pérdida de uno de sus volvieron a perder a alguien más, y se queda uno solo y perdido. Familias cuyos buscaban sólo hacer justicia y hacer del mundo un lugar mejor, se vieron azotados por la tragedia de uno de sus más importantes. Familias que incluso buscaban solo dañar a los demás. Cual éxito fue alcanzado pero pagado con sus vidas y las vidas de inocentes… pero es entre todo el dolor que dos amigos se hacen ahora familia.
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Tercera Parte: En las Manos de un Ente.
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I A menudo pasan por mi mente ciertos pensamientos extraños, cómo por ejemplo, ¿Qué fuera de mi vida si jamás hubiese conocido a Ícaro? ¿Habría sido más feliz si mi vida la pasara junto a él? O más aún, ¿Qué siento por él?, ¿Sera ya muy tarde? Siento miedo por las interrogantes que yo misma me hago. No es tanto por la respuesta, sino por la reacción que pudiesen traer esas respuestas. Ha pasado casi un mes de la última vez que Ícaro y yo trabajamos juntos, las cosas han sido muy difíciles para él y también para mí. La verdad es que siento que he perdido a mi amigo por ser honesta sobre lo que sentía y lo que pasaba conmigo, sé que es una persona fuerte. Sin embargo, todos tenemos un punto de quiebre, un momento en el que sabemos que no hay nada más que hacer, más que resignarse y dejarse vencer y caer en las manos del destino. Pocas semanas después del caso de los hermanos asesinos, se hizo la orden de destruir esa casa y junto con ello toda evidencia posible de ahí, Ícaro cayó en una gran depresión, 139
dejó de hablarme por mucho tiempo y decidimos alejarnos un poco, él siguió en la oficina y yo me encontraba en Portland, ayudándole a mi madre a mudarse de casa de mi padre tras el divorcio. Ciertos fantasmas regresaban a mí, era esa una casa embrujada cuyo fantasma era el de una familia feliz; mi familia feliz. A pesar de contar con algo más de que la mayoría de edad y haber vivido todo lo que he vivido, ver a mi familia desintegrarse es algo muy doloroso… uno jamás está listo para enfrentar algo así. Debido a eso, al checar mi bandeja de correo electrónico encontré un e-mail de Ícaro, justo lo que necesitaba para escapar un poco de la triste realidad y sumergirme en un correo de mi amigo. Lo curioso de este es el título del mismo correo “En las Manos de un Ente”. Era un título muy singular, pese a que Ícaro es escéptico en cuestiones sobrenaturales, a pesar de ser un devoto budista siendo que estos creen en vibras y cosas por el estilo. El e-mail tenía un documento, este era como una especie de relato por parte de Ícaro. “Mi estimada Ruby, te escribo estas páginas como una manera de ponerte al día con la oficina. Siendo que terminamos de una manera algo desventurada, quiero que sepas que entiendo y apoyo tu decisión. Te deseo lo mejor con Javier. En contraste, quiero solicitarte una petición la cual pondré al final de estas páginas pues para entender lo que te pediré necesitas saber el por qué te hago esta petición, y por qué tome la decisión que he tomado. Todo inició hace apenas seis días atrás, me encontraba solo en la oficina. Cuándo una chica de unos veintisiete años entró a 140
la oficina, cabello negro, no muy alta de piel blanca y llevaba puesto un vestido rosado. -Buenas tardes. -Bienvenida, buenas tardes, ¿Qué puedo hacer por usted? -He escuchado por la plaza que usted es una clase de Consultista. -Ha escuchado bien. -Mi nombre es Rosalba Solano. -Ícaro Montoya, un placer. -Verá, no espero mucho de usted, pero… es la última opción que tengo. -¿De qué se trata? -¿Usted cree en dios? -Soy budista. A decir verdad, creo que existe algo que nos creó, o a ALGUIEN que nos creó. No niego ni afirmo mucho ese tema. -Eso explica su aura. -¿Aura? -Sí, su aura… es completamente distorsionada, para ser budista tiene poco o espiritual. -¿Qué quiere decir? 141
-Hay demonios con usted. -Mis demonios y yo estamos en cierta armonía, no se preocupe. -¿Qué me dice de su culpa? -¿Cuál culpa? -Veo en usted un gran sentimiento de culpa, quizás una pérdida, o pérdidas. -Disculpe, ¿Es que usted se cree gitana o algo así? -No, nada de eso… sólo fueron un par de comentarios al azar. -Ya veo… -Espero no haberle ofendido. -Claro que no. Por favor, exponga el caso que la ha traído a su última opción. -Muy bien… han pasado casi siete meses ya desde el primer ataque, estas presencias cada vez se hacen más fuertes. -¿A qué se refiere con presencias? -Entes… -¿Entes? Creo haber leído de eso tiempo atrás… son cómo fantasmas pero de energía, ¿No es así? 142
-Es correcto. Mire, no espero que me crea pero puedo probarle la existencia de ellos, mire esto- dijo levantándose su vestido y mostrando una gran cantidad de moretes en las piernas- Pero eso no es todo. Ayer por la noche me hicieron esto- se levantó aún más el vestido dejando ver cerca de su sexo una profunda mordida. -¿Usted es soltera? -Soy casada. -Sea honesta conmigo… esas marcas, ¿No fueron parte de algún juego sexual o abuso por parte de su marido? -El jamás me pondría un dedo encima. -Ya veo… -¿Aún no me cree, verdad? -Le garantizo, no es eso. Confió que usted no me contrataría sólo para jugar conmigo. -Cuento aun con algo más. -Por favor, muéstrelo. -Tengo fotografías de ellos.- dijo dándome una gran cantidad de fotografías- en algunas estoy sola y en otras con mi esposo o con mi hermana, pero se dará cuenta que las figuras solo están detrás de mí.
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Ciertamente, en las fotografías se podían observar figuras muy tenebrosas, algunas solo como rasgos de luz y otras con formas humanoides, e incluso rostros. -Hace un momento comentó “ellos”, ¿Piensa que es más de uno? -Completamente, a veces siento que uno toma de los brazos otro, cómo si se sentara arriba mío. Uno más que me toma de las piernas. Entre todos ellos me… me violan. -¿Disculpe? -Suena increíble pero se lo juro, en verdad… he ido con ginecólogos y encuentran rastros de violación pero nada de semen o algo así, ellos al final piensan que me masturbo de manera salvaje. -Si no le molesta, me quedaré un poco con las fotos para analizarlas en busca de evidencia. -¿Aceptaré el caso? -Desde luego, llegaremos al fondo de esto. -Jamás pensé que alguien me creyera o tomara esto enserio. -Le garantizo que tomo toda palabra que me ha dicho en serio. -¿Qué edad tiene? -Diecinueve años. 144
-¿Cómo alguien tan joven como tú hace esto? -Alguien tiene que hacerlo. -Claro que sí. -La veré mañana a esta misma hora para contarle mis deducciones y un posible plan. -Muchas gracias- dijo levantándose y caminando a la salida sin voltear –ella estaría orgullosa de ti, Ícaro. No entendí a qué se refería con eso, aun así un posible crimen se había cometido y ahora yo estaba en el caso. Era hora de llamar a Astorga y ver qué tan verídicas eran las fotografías. Justo cuando llego con él, le explico brevemente el caso. Debo itir que su trabajo como perito judicial nos ha ayudado siempre y su buen ojo para la cámara sería una verdadera ayuda. Sin embargo, siempre que te ha mandado los reportes antes de que se notifiquen a la policía tienen cierto grado de fascinación y amor al escribirlos. Aún así, jamás había visto a Astorga tan emocionado. -¿Fantasmas? -Entes, más bien. -Jamás pensé que este tipo de cosas las atendieras, siempre que le envió los reportes a Ruby, son de casos físicos. -Este también lo es. 145
-Bien, me refiero a casos no sobrenaturales como esté. Vamos, Ícaro, ¿Qué diablos pretendes con este caso? -Llegar a la verdad, como siempre. Rosalba me dio estas fotografías de estos entes- dije entregándole las fotos- me gustaría saber tu punto de vista y saber si son un montaje o algo por el estilo. -Cielos- comentó sorprendido-no estoy seguro de estas fotos en verdad… de ser un montaje es increíble, un verdadero trabajo de un experto. Por otro lado, el color de las orillas y los matices… esta foto fue hecha con una cámara de rollo, una Trip 35 de Olympus con una película Velvia. -¿Cómo sabes eso? -Un verdadero fotógrafo sabe distinguir, además esa es única en su tipo, tiene un nivel de detalle impresionante. Es más, comúnmente usada para paisajes resalta mucho los colores rosados. Incluso Photoshop tiene una herramienta llamada así. -¿Crees que sea un montaje? - Lo dudo. A decir verdad, no he conocido a ningún diseñador gráfico tan bueno como para hacer este tipo de montajes. Sin embargo, habrá que investigar más afondo este caso. Sabes, será la oportunidad ideal para poder usar mi material sobrenatural. -¿Material sobrenatural?, ¿De verdad? 146
-Claro, soy un gran fanático de este tipo de cosas incluso, tengo una subscripción al canal de DrossRotzank en YouTube. -Creo que tienes mucho tiempo libre, Astorga. -¿Realmente crees que no existen este tipo de cosas? -Me niego a creerlo. Creo que lo muerto, muerto está. Vivimos ya en una brecha entre el cielo y el infierno todos los días en esta ciudad. Existen quienes hacen el bien y quienes hacen el mal, ahí están tus ángeles y demonios sin necesidad de meter alguna religión en especial. -¿Tu eres budista, no? -Así es. -Entonces ¿Qué hay del nirvana? -El nirvana es un estado de liberación espiritual. En otras palabras, paz. -¿No es ese el cielo para ustedes los budistas? -Algo así, pero el nirvana puede llegarse a él sin necesidad de estar muerto. -¿No existen cosas malas en el budismo o algo asé, digamos… entes? -Existe algo parecido, se llaman “Tulpas”, son una entidad creada por el pensamiento estos pueden ser creados por una larga meditación. Sin embargo, como son 147
parte de nuestro pensamiento, estos seres pueden llegar a ser muy peligrosos, ya que conocen nuestros pensamientos y miedos, obtienen incluso formas que nos aterran. -Estas criaturas, entes, tulpas o lo que sea… ¿Pueden ser destruidos? -No estoy muy seguro. -De ser esas cosas lo que le sucede a esta chica, ¿Qué harás al respecto? -No lo sé… pero sea cual sea lo que sucede, en este caso llegaré al fondo de todo. -Correcto. Mira, te prestaré este kit que he diseñado yo mismo en casos de este tipo de cosas- argumentaba Astorga abriendo una gran maleta- Hay una linterna convencional con batería recargable, una linterna de luz ultra violeta, un detector de partículas, este último es para detectar niveles altos de energía, de ser un ente este pequeño aparato detectará algo. También te incluiré una cámara térmica, si esas cosas son invisibles, con esta cámara los podrás ver. -Fantástico, te devolveré todo en cuanto me sea posible. -Una cosa más… si hay actividad paranormal ahí, por favor, documenta todo lo que puedas, me encantaría saber más de ese caso. Sin perder más el tiempo, regrese a mi casa e inicié a investigar todo lo que encontraba acerca de casos de esta 148
naturaleza. Un sin fin de películas y libros sobre el tema, al final fue una muy larga noche cultivándome sobre estos fenómenos. Al día siguiente, puntualmente llegó Rosalba a la oficina, pero esta vez con su esposo. -Buenas tardes, joven Ícaro. Él es mi esposo Eduardo Galicia. -Un placer- dije saludando. -El placer es todo mío. -He de suponer que está al tanto de lo que acontece con su esposa. -Así es, fui yo, de hecho, quien la impulsó a buscar ayuda, pero solo encontrábamos burlas y negatorias. Incluso fuimos con tipos que leen cartas y hacen limpias pero nada ha dado resultado, hasta que ella vio este lugar y dijo que sentía algo en este lugar que la podía ayudar… a usted. -Entiendo. Hice un par de búsquedas e investigaciones por su caso, no he encontrado nada sólido aún. Dígame, comúnmente, ¿A qué hora ocurren estos ataques? -Siempre es por las noches- comentaba Rosalba con la cabeza hacia abajo- Verá, actualmente hemos estado peleando demasiado, así que no había estado en casa y me había estado quedando en casa de mi hermana, ya que ella no está en la ciudad. Pero aun que me salga de esa casa, es lo mismo, aun con él a mi lado, sufría ataques. -¿Usted no la ayudó? 149
-Jamás he estado despierto para ayudarle, por extraño que parezca. -¿Y no siente que su esposa se mueve mucho en la cama? -Sé lo que está pensado- interrumpió Rosalba- él cae en un estado de trance, inducido por ellos, no siente ni escucha jamás algo. -Nunca le haría daño a mi esposa… la amo con todo mi ser, por favor, ayúdenos. -Lo haré. He conseguido un par de artículos para estudiar más de cerca su caso, señor Galicia. Necesito pasar una noche con su esposa en su habitación para buscar más herramientas para poder concluir exactamente a que me estoy enfrentando. -Entiendo, tiene todo mi consentimiento, joven. -Y, señorita Rosalba, me quedaré despierto a su lado toda la noche cuidándole. -De acuerdo. -Muy bien, señorita Rosalba, necesito hablar a solas con su esposo si no le molesta. -Claro que no- dijo seria- te espero afuera. Eduardo solo acento con la cabeza y esperó a que Rosalba se fuera. -Joven Ícaro…usted no le cree, ¿No es así? 150
-No es lo que yo crea lo que me interesa, señor Galicia. Me interesa lo que usted cree. -¿Es usted creyente en Dios? -No. -¿Por qué? -Las creencias siempre han sido un tema que he evitado. Pero dado este caso, contestaré su pregunta. Verá, me niego el creer en un ser que controla a su juicio el mundo, esto es porque sin lugar a dudas he sido testigo y víctima de gente inocente que ha muerto de maneras muy injustas. -Dios trabaja de maneras misteriosas, joven Ícaro. Tal vez de no ser víctima o testigo de lo que sea que le ha pasado, usted no estaría aquí para ayudarnos. -¿A qué quiere llegar, señor Galicia? -Creo que existe Dios, por eso mismo también creo que existe el demonio. Cuando conocí a Rosalba, ella trabajaba en el mercado con su hermana Teresa, yo en ese entonces era un simple ayudante de carnicero. Cuando la vi por primera vez, fue como una energía muy intensa, algo así como un paro al corazón. Con el tiempo empezamos a salir y ella me contó su vida. Ella y su hermana fueron sobrevivientes de un accidente de autobús. Sus padres y ellas venían de Durango a esta ciudad con el fin de mejorar sus vidas, trágicamente el conductor se quedó dormido en el trayecto y el autobús perdió el 151
control, todos los pasajeros, incluso el conductor, murieron esa noche excepto por ellas dos. Desde ese accidente las dos quedaron desamparadas y siempre se ayudaban la una a la otra, pero Rosalba siempre hablaba de seres que la visitaban por las noches, aunque estas presencias jamás habían sido violentas con ella hasta el día que ella quedó embarazada. Fue entonces cuando iniciaron las presencias más fuertes, los primeros meses solo eran cosas que caían o golpes en las puertas, pero un día la golpearon muy fuerte en el vientre y eso hizo que abortara, eso último fue hace siete meses. De ahí hasta ahora, cada vez se hacen más salvajes y yo no puedo verlos, no puedo sentirlos, no puedo hacer nada… la han violado muchas veces ¡Y yo no puedo hacer nada! Han ido sacerdotes a bendecir la casa, ella ha ido a hacerse limpias pero nada parece funcionar, fuimos a la policía y se rieron de nosotros. Por eso cuando ella dijo que usted podría ayudar, me hace sentir que no estamos tan solos. Por favor, haga lo que tenga que hacer, se lo ruego, ayúdenos. -Haré todo lo que pueda, señor Galicia. Pudiese ser que todo sea un montaje, pudiese ser que sea una especie de negación ante unas extrañas fantasías sexuales entre ellos, también pudiese ser histeria colectiva, pero ¿entes?… lo dudo. Por eso mismo, esa noche en casa de ellos y cumpliendo su palabra, Eduardo se quedó solo en la sala de tv mientras yo estaba en la habitación donde los supuestos entes atacaban 152
a la joven Rosalba, tan pronto instalé las cámaras y el resto del equipo que me brindó Astorga. Noté rápidamente en el detector de partículas una fuerte cantidad de energía que radicaba en el armario. -¿Puedo ver en el armario? -Por supuesto. Al abrirlo, me di cuenta que era un armario común y corriente, no había fantasmas ni espectros o entes dentro. -Me quedaré dentro del armario un par de minutos para ver si algo se manifiesta dentro de él. -¿Estás seguro que quieres estar solo ahí adentro? -Claro, no creo que suceda algo extraño dentro del armario pero, de igual manera, quédese conmigo ahí y manténganse platicando, de lo que usted quiera. Esto es para asegurarme que estará bien y nada le estará pasando mientras yo estoy dentro del armario. -Correcto. Tan pronto entré al armario, me senté y me puse cómodo. Coloqué la linterna entre mis piernas para ver dentro del armario. -¿Cuánto tiempo lleva casada, señorita Rosalba? -Eduardo y yo llevamos cinco años casados. -¿Cómo es el matrimonio? 153
-Es bello, a su manera. Pero molesto a momentos, también. Hay algo que me llama mucho la atención de las relaciones, cuando uno está junto a alguien por mucho tiempo solo ve la felicidad de aquellas personas que están solas, y es en viceversa cuando uno está solo. -Hay una frase que dice “No hay parejas felices, hay personas felices que hacen pareja”. -¿Has estado enamorado alguna vez? -Dos veces de hecho. -¿Qué ha pasado? -La primera la dejé sola, la segunda me dejó solo. -Eso suena cruel. -Lo es, en verdad. -¿Crees amar una tercera vez? -No. -¿Por qué? -Imagino que cuando uno ama al grado que lo he hecho yo, la mente se niega a volver a tener sentimientos de ese grado para mantener la cordura. -¿Piensa que amar es de locos?
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-No, todo lo contrario. Uno ama con especial locura, locura que nos ayuda a encontrar una luz de esperanza al final del día. Si uno no ama, no solo se niega a tener esa esperanza, también acepta vivir en las sombras el resto de su vida, cómo un loco solitario. -Joven Ícaro, quiero decirle algo. -Dígame- En ese momento mí linterna empezó a parpadear muy rápidamente y el contador de partículas llegó hasta su tope. -Si algo me llega a pasar, hay una carta dentro del tercer cajón de mi tocador, está dentro de una caja de madera, por favor, désela a mi esposo. En ese momento mi linterna se apagó. -Usted estará bien- dije intentando consolarla, tras decir eso mi linterna se encendió de nuevo y el contador de partículas bajó bruscamente. Después de eso decidí salir de ahí. -Bien, es casi media noche, debería dormir. -Usted se temerosa.
quedará
despierto,
¿Verdad?-
preguntó
-Le estaré observando y cuidando, le aseguro que nada malo le pasará. Los minutos pronto se convirtieron en horas, nada pasaba. Pero pronto, y sin previo aviso, al hilo de las tres y media 155
de la madrugada, por inexplicable que parezca, la temperatura descendió de manera increíble, me abrazaba a mí mismo para poder soportar ese endemoniado frio. Rápidamente fijé mi vista en el ducto de aire acondicionado, posé mi mano ahí para ver si el helado aire provenía de ahí, pero incluso los metales del ducto estaban tibios, eso era imposible. Rosalba dormía pacíficamente, como si no sintiera el frio. Fue entonces que tomé la cámara térmica para poder ver si había alguna presencia ahí, pero nada aparecía. Me dispuse a tomar varias fotografías para ver si había algo que no noté y volví a tomar la cámara térmica y esta vez apunté a Rosalba, la temperatura de su cuerpo aumentaba significativamente hasta verse completamente en rojo. Cuando la temperatura corporal sube a ese grado es cuando el cuerpo está muy excitado, pues la sangre fluye más rápido. De alguna forma, Rosalba está teniendo un orgasmo. Pocos minutos más tarde, la temperatura del ambiente y el de ella regresaron a la normalidad. Nada más pasó esa noche. Por la mañana siguiente, cuando Rosalba despertó, volteó a verme. -¿Vio algo? -Me temo que no. -¿Las cámaras captaron algo? -Desconozco eso, debo llevarle las muestras a un colaborador mío y esperar a ver que dice. 156
-Ícaro… soñé que pasaba de nuevo, pero esta vez fue diferente. -¿Cómo diferente? -Dijo que moriría la próxima noche. II -Escuche, nada de eso va a pasar. Debo ir a examinar el material, quédese con su esposo todo el tiempo posible y váyase de esta casa. -Mi hermana llega mañana a la ciudad, podemos ir a su casa. Pero le digo que ellos me siguen. -Dice que los ataques son por las noches. Para entonces, yo me quedaré con usted de nuevo. -¿Qué hará cuando ellos estén aquí? -Aun no lo sé, pero se me ocurrirá algo. Rápidamente me fui de ahí para ir con Astorga y ver juntos el material. Conectó velozmente todo el equipo a varias computadoras. -Bien, veamos que captaste esta noche, Ícaro. Pasaron varios minutos y los atentos ojos de Astorga apenas parpadeaban mientras observaba cada fotografía… hasta que llegó a la última. -¿Encontraste algo? 157
-No… no encontré nada. -Pero… el medidor de partículas se movía como loco y la linterna parpadeaba mucho también. Además, lo de la temperatura… es demasiado raro. -Ícaro, no hay nada en los radares, las fotos no revelan nada. -No puede ser… -Bueno, eso es algo bueno, ¿No? Digo, tenías razón. No hay actividad paranormal ahí. -Por favor, revisa nuevamente, y más tranquilamente, las fotos, debo ir a escribir el reporte de lo ocurrido. -Pareciera como si realmente quisieras que existiera algo sobrenatural ahí. -No lo sé… esto es demasiado confuso. Por favor, llámame en cuanto termines. -Claro. Por cierto, Ícaro, no tienes buena pinta. Deberías dormir un poco, pareces loco. -Debo resolver esto primero. Nada tenía sentido… necesitaba ampliar mi panorama, por lo cual recurrí a algo que hago en casos extremos difíciles. En mi casa, tomé una cuchara y puse a hervir cocaína, ajusté mi brazo con una manguera de hule y me inyecté directo en la vena. Palabras empezaron a llegar a mi mente, 158
frases de libros que había leído, voces e imágenes llenas de objetos crudos y violentos, pintando un panorama más allá del normal me hizo trasmitirme un escenario… como varios ilusionistas necesitan un escenario que planteé la situación, y hacer al público fijarse en ciertas cosas, más jamás en las que deberían. Los entes son seres curiosos, son apegados solamente a gente que es mentalmente débil o susceptible, gente que ha pasado por tragedias… Rosalba perdió a sus padres en un accidente de autobús. Sin embargo, su hermana no ha tenido episodios de este tipo, la pérdida de alguien es algo traumático, Rosalba habló de problemas entre ella y Eduardo, la pérdida del bebé, la causa más probable es ella ha sido quien ha sufrido a mayor grado. Y cargado con una pena superior, eh ahí la mente susceptible, una persona con miedo es capaz de ver y sentir las cosas más horribles producidas por la mente, un fenómeno mental. Por otro lado, el descenso abrupto de la temperatura, las rejillas de la ventilación no estaban igual de frías que el resto de la habitación… histeria colectiva. Sin darme cuenta, fui invadido por una sugestión del caso, tal como dijo Astorga. Es como si pareciera que quisiera que fuera realmente un hecho sobrenatural, solo para justificar mi miedo. Sentía la sangre escurrir por mi nariz, la vista se me borraba y ante mis ojos podía ver las escenas más perturbadoras que había visto en casos anteriores, la habitación de los caminantes nocturnos, el edificio en llamas, los niños quemados, el cuarto de seguridad cubierto de sangre de los hermanos, el cadáver del inspector. Sin darme cuenta, caí desmayado. Sentía como si alguien colocara su mano en mi frente y juro que 159
escuché la voz de Sarah diciendo “Despierta”. Al escuchar eso, abrí de golpe los ojos, mi ropa estaba cubierta de la sangre que escurría de mi nariz. Sin embargo, cuando miré por mi ventana, noté que estaba oscuro afuera, miré mi celular y tenía treinta y seis llamadas perdidas. Pero eso no fue lo que me alarmó, fue la hora, eran las tres cincuenta de la madrugada.
Rápidamente devolví la llamada que tenía del teléfono de Rosalba, al otro lado de la bocina estaba el señor Galicia. -Joven Ícaro… ha ocurrido algo horrible. -¿Qué sucedió? -Acabo de traer a Rosalba al hospital… ella fue atacada de nuevo. -¿En qué hospital está? -En el Hospital Civil. Está muy grave, tengo mucho miedo. -Voy para allá. Tan rápido como me fue posible llegué a la recepción, pregunté en que área estaba y al contestarme, vi como varias patrullas llegaron al lugar. Fui a esconderme cerca de ahí para escuchar lo que los policías decían. -Casi mata a su esposa. 160
-Desgraciado hijo de puta, ya quiero tenerlo en mis manos y darle su merecido. Como pude me metí a los vestidores y me puse una bata blanca. Tome una libreta que encontré, corrí hacia donde estaban los policías, pero ellos estaban solo mirándose entre sí, llegaron tarde. Eduardo se había ido de ahí. Sin embargo, yo quería algo más… necesitaba ver a Rosalba. Fácilmente entré a la habitación y pude ver la tabla del estado del paciente, estaba en un profundo coma, había perdido mucha sangre provocada por múltiples mordidas en diferentes partes del cuerpo, y presentaba fuertes golpes. Las marcas señalaban que fue de un hombre y a puño cerrado, este tipo de golpes dejan marcas en las manos del atacante, de ser Eduardo deberá tener marcas en las manos. Tenía que encontrarlo antes que la policía lo hiciera. Marcaba al número de Rosalba y al sonar noté que el ring tone provenía de un bote de basura del pasillo principal del hospital, Eduardo debió tirarlo para evitar ser rastreado. El tiempo estaba en mi contra, tenía que actuar contra reloj, así que abandoné el hospital y me dirigí a casa de Eduardo y Rosalba, esta estaba ya acordonada por la policía. Me quedé un momento ahí para ver si salían de la casa con él, pero estos salieron sin nada de la casa, necesitaba saber la dirección de la casa de su hermana, se supone que ahí pasó la última noche.
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Astorga podría ayudarme a eso. Tan rápido como se me fue posible, llegué a su casa. El reloj marcaba ya las seis de la mañana. -Al fin te dignas a aparecer. -Astorga, necesito la dirección de Teresa Solano. -Esta es-dijo dándome una hoja- Me adelanté un poco cuando leí la nota en internet. -¿Qué nota? La noticia se había dado a la luz, ya bajó el encabezado de “Mujer es gravemente golpeada por esposo y huye” -La nota dice que Eduardo Galicia golpeó ferozmente a su esposa y después de dejarla en el hospital, huyó. ¿Crees que él fue? -Tenía esa idea, pero dudo que sea así, no tiene rasgos de ser una persona de ese tipo. -Una cosa más, Ícaro. En una foto salió esto- dijo mostrándome una foto en una de sus pantallas-Esta sombra, por así llamarle, tiene una forma extraña, es cómo un hombre. Comparé las fotos que Rosalba te dio, y sale en todas ellas esa sombra extraña. Ícaro, hay algo en esa chica que, sin lugar a dudas, me hela la sangre. No sé qué 162
es esto, tengo más de siete años como perito forense. Tomando todo tipo de fotografías, Y jamás había visto fotos de este tipo. -Debe haber algo más. -Ícaro… hay cosas que no se pueden explicar tan fácilmente ¿Qué pasara si Rosalba no sobrevive? ¿Cómo defenderías a Eduardo? Este caso va más allá de cualquier otro en el que has trabajado, simplemente es un callejón sin salida. -Debo ir a casa de Teresa para buscar evidencia. -Ícaro… por favor, ten cuidado, deberías meditarlo un poco antes de intentar involucrarte más en este caso. -Debo encontrar la evidencia necesaria y encontrar a Eduardo antes de que la policía lo haga, Astorga. No tengo tiempo para esas cosas. Antes de ir a casa de Teresa, pasé a la oficina por algunos materiales en caso de encontrar evidencia. Pero al llegar ahí, encontré algo. O más bien, alguien. -Señor Galicia… -Lo siento, no sabía a donde más ir, la policía me está buscando por todas partes ellos creen que le hice eso a mi esposa. -Déjeme ver sus manos por favor. 163
-¿Tampoco me crees? -Solo quiero cerciorarme. Me mostró sus manos y, efectivamente, no había marca alguna de que pudiese él haber herido a Rosalba. -¿Ahora me cree? -Debe entender que este caso es muy extraño, debo ver toda posibilidad de esto, aún queda una persona más que podría ser una sospechosa. -¿Teresa? -Correcto. -Pero ella no estaba en la ciudad, apenas llega hoy y… su hermana menor está en el hospital luchando por su vida, pensará también que fui yo quien le hizo eso. -Yo creo en usted, señor Galicia. Buscaré evidencia para poder sacarlo adelante, iré a casa de Teresa, fue ahí el último ataque, ¿No es así? -Sí, pasamos la noche ella y yo ahí. -¿Qué fue lo que vio? -Lo siento pero no vi nada. Era de madrugada, ya pensaba que habríamos librado por lo menos esta noche, solo me levanté para ir al baño, joven Ícaro. No pasaron ni tres minutos. Cuando regresé a la habitación ella estaba ya herida y jadeando como si la estuviesen estrangulando. 164
-¿Estrangulando? -Si… le juro que cuando abrí la puerta ella abrió de golpe los ojos, como si la estuvieran matando en un sueño. -¿No había nadie más en la habitación? -Solo nosotros dos en toda la casa. -Resolveremos esto juntos, señor Galicia. -Hijo…sé honesto conmigo, por favor. ¿Cómo obtendrás pruebas de algo que no se puede ver? -Buscaré la manera, mientras quédese aquí y, por favor, no salga. Sin perder el tiempo me dirigí a la casa de Teresa en Vallado viejo, el lugar es como una zona atrapada en el tiempo. Es, técnicamente, una pequeña isla en medio del río y un paso deprimido y por el otro extremo de este último, estaban las abandonadas vías del tren. Y en medio de esta colonia, estaba la antigua toma de agua del ferrocarril. La casa de Teresa se encontraba a unos metros de ese icónico monumento a lo que antes era el trasporte más eficiente del país. Como era de esperarse, había ya varios policías rondando la casa. Cuando son casos de esta naturaleza, son bastante eficientes, por la fama tal vez. Repentinamente, se me acercó por la espalda una mujer. -Tú debes ser Ícaro.
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En efecto, era Teresa. Quien estaba aun con una maleta en sus manos y una mochila en su espalda. -¿Cómo sabe quién soy? -Eres solo un niño… algo bueno debes de tener para que mi hermana recurriera a ti, o quizás estaba muy desesperada. Vámonos de aquí. Caminamos hacia las vías del tren, nos dirigíamos a la estación abandonada. Pensaría cualquiera que estaría infestada de gente sin hogar, pero estaba completamente vacía, por dentro era más amplia de lo que parecía. Ambos nos acomodamos en una banca y Teresa dejó caer sus maletas con disgusto. -Imagino sabe el estado actual de su hermana. -Imaginas bien-dijo encendiendo un cigarrillo-supongo te preguntarás porque estoy tan calmada y no estoy allá con ella. -Es correcto. -Mira, no espero que creas algo de lo que te diré. Ella y yo cuando éramos niñas fuimos testigos de una tragedia en autobús al venir aquí, no sé si conozcas Durango, pero al igual que Culiacán, esa ciudad es una joyita en cuestión de gente mal habida. El tráfico de blancas, el narcotráfico, la delincuencia en sí, allá es muy alta. Nuestros padres querían sacarnos de ese hostil ambiente al venir a esta inmunda ciudad, supongo que antes las cosas no estaban 166
tan mal. Antes o, por lo menos, mejor que en Durango. A lo que voy es que en ese autobús también venia gente indeseable también justo como de la que intentábamos huir. Eso fue hace ya doce años, yo tenía dieciséis y ella once. Todos murieron cuando el conductor se quedó dormido al volante. Por alguna razón, Rosalba y yo quedamos vivas, no sufrimos ni un sólo rasguño, pareciera como si estuviéramos protegidas por algo o alguien. Decidí mejor no pensar en eso e iniciar a ser realistas y averiguar cómo salir adelante con mi hermana. Al llegar aquí, buscamos un trabajo que nos pudiera solventar a las dos, y rápidamente conseguimos trabajo como ayudantes en el mercado y pudimos pagar la renta de la casa donde actualmente vivo, parecía que teníamos un reinicio que la vida nos dio esa segunda oportunidad para poder vivir una vida plena o al menos eso pensaba yo. Rosalba inició a hablar sola a momentos, despertaba riendo o hablando con alguien que no estaba ahí, pensaba que era un juego de hasta que esas presencias se hacían más fuertes, cerraban puertas, golpeaban las mesas, tiraban cosas, pero jamás había pasado de ahí. Hasta que un día, Rosalba me despertó llorando y me dijo que esas cosas estaban con nosotros en el autobús cuando ocurrió el accidente y que sobrevivimos porque ellos querían divertirse con nosotras, fue cuando la pesadilla inició. A veces se hacían presentes criaturas muy extrañas, cómo demonios, con los hombros hinchados y cabeza pequeña e inmensas garras. Alguno otros tenían aspectos de hombres mayores, otros no tenían siquiera una forma humana. Justo cuando pensaba que jamás nos libraríamos de eso 167
apareció un chico, Eduardo. Rosalba y él iniciaron a salir y por alguna razón las presencias desaparecieron por mucho tiempo. Con el tiempo, ellos dos se casaron e iniciaron a vivir juntos. Yo me hice cargo de un local en el mercado, el cual surtió un gran número de ventas e inició a prosperar de manera tremenda. Por su lado, Rosalba estaba por ser madre, pero al noveno mes tuvo un aborto espontáneo mientras llegaba a casa. Cuando eso paso, mi negocio se fue en picada y la vida marital de ella y Eduardo también. Rosalba me dijo que las presencias jamás se fueron, que ahora la atacaban cuando dormía y que fueron ellos quienes le provocaron ese aborto. Ella y yo reñimos, y nos distanciamos por mucho tiempo hasta estos días. Pero mi trabajo me forzó ir a buscar nuevas opciones fuera de Sinaloa y fue cuando todo esto ocurrió. A lo que voy, chico, es que no estoy con ella porque mi hermana ya estaba muerta desde hace tiempo, ella sabía que esto pasaría y yo también y nada ni nadie podía ayudarla. Quizá fue contigo para intentar ver si podía retrasar lo inevitable, qué ingenua. -Ella aún no muere. -Despierta chico, no hay nada más que hacer. Eduardo será procesado por intento de asesinato si es que no ya por asesinato. Estas cosas a veces pasan. Vaya, estamos en Culiacán, aquí los malos siempre ganan, dedicándote a lo que te dices dedicar ya deberías saber eso. Decidí no perder más mi tiempo, y me fui de ahí para buscar a Eduardo y planear algo juntos. Sin embargo, 168
cuando llego a la oficina, él ya no estaba ahí. Busqué en mi computadora y vi las noticias de último momento. Eduardo se había entregado a la policía. Sentía que había perdido en ese momento, pero algo más se me vino a la cabeza. La carta de Rosalba, tal vez ahí exista una prueba o algo en ella que pueda ayudar a exonerar a Eduardo, aprovechando que la policía ya lo había capturado, la vigilancia de su domicilio debe haber desaparecido. Cuando llego a su casa, efectivamente estaba sola, con mi ganzúa eléctrica abrí sin problemas la puerta principal y cerrándola detrás de mí. Sin perder tiempo, rápidamente busqué en los cajones y, tal como lo explicó Rosalba, ahí estaba la carta. Pero fue al leerla, mi desespero cobro bríos: “Eduardo… escribo esta carta con el único fin de despedirme, pero antes quiero decirte que entiendo tu posición y por qué peleábamos tanto en las últimas ocasiones. Desde que perdimos al bebé todo se inició a ir abajo, pero, por favor, no me odies. Sin embargo, quiero también agradecerte porque a pesar de todo, en ningún momento me dejaste sola, siempre estuviste ahí conmigo y si nuestra relación tuvo el final que tuvo, jamás cambiaria ni un solo instante de ella, Eduardo… cuando todas las cosas malas iniciaron a pasar yo sabía que iba a morir, y cuando supe eso, me volví una persona muy diferente a la que era. Y sé que te dije cosas horribles, y dañé a muchas personas a las que nunca quisiera dañar, cómo a ti y a mi hermana. A pesar de eso siempre creíste en mí, siempre estabas para ayudarme y yo me sentía tan estúpida e inútil por no poder compensarte por eso. No quiero que vivas el 169
resto de tu vida solo, quiero que busques a alguien más y seas feliz, pero siendo honesta no soporto la idea de que algún día me olvides. Más allá de cualquier cosa, Eduardo… siempre me hiciste muy feliz.” A pesar de lo conmovedoras que eran sus palabras, no había ninguna evidencia o señal de algo más. -¡Malditos!- grité desesperado- ¡Muéstrense! ¡Vengan por mí! En ese momento mi celular vibró, era un texto de Astorga: “Rosalba acaba de morir” Justo como Teresa había predicho. Pocas palabras describen lo que pasó después de eso, no pude hacer nada por Eduardo y fue condenado a pasar sesenta años en prisión, condena que al final terminó al día siguiente de que lo trasladaron al penal cuando lo encontraron apuñalado a Eduardo en su celda. Jamás logré siquiera darle la carta. Pero fue justamente ayer que pude por fin conciliar el sueño. Dentro del mismo me soñé que estaba en la parada de camiones en catedral esperando el camión, este llegó sorpresivamente rápido, subí a bordo. Y cuando buscaba un asiento donde sentarme, al final de la fila izquierda estaba Sarah sentada mirando por la ventana. Mis piernas temblaban sentía algo raro cuando la vi ahí, me senté a su lado y la vi detenidamente. -Hola- dijo ella. 170
-Sarah… eres tú… -Sí, pero, ¿Quién eres tú? -Soy yo, D…- fue entonces que recordé que ella me conoció con otro aspecto- Ícaro, Ícaro Montoya. -Vaya, te apellidas igual que yo. -Qué coincidencia. -Ícaro… siempre me gustó ese nombre. -Lo sé, te recuerda a Ícaro de la mitología griega. -¿Cómo es que sabes eso? -Lo siento, es que me emociona mucho volverte a ver. -¿Me has visto antes? -Sonará extraño, pero extrañaba mucho tu voz. -¿De verdad? No siento que tenga una voz bonita. -Es hermosa. -Siento que te conozco de algún lugar… eres de la escuela. -Asistí a la misma escuela que tú hace cuatro años. -Entonces no nos conocemos de ahí. -Es complicado de explicar, no sé cómo es que estoy aquí contigo, a decir verdad. 171
-Todos tenemos que estar en alguna parte. -Sí… -¿A qué te dedicas, Ícaro? -Soy Consultista. -Entonces ayudas a la gente. -Siempre que puedo. -Eso es fantástico, siempre he pensado que si todos nos ayudamos el uno al otro, jamás nos faltará nada en nuestras vidas. -Pienso lo mismo. -Pero, ¿Hay alguien que te ayuda a ti? -Sí, o más bien tenía. -Eso es triste. -Algo. -Es por eso que tienes esa mirada melancólica supongo. -Es por muchas cosas, acabo de perder un caso muy extraño. -¿Cómo fue? -La chica que me contrató murió, y su esposo murió poco después. 172
-¿Cómo murió? -Bueno, es algo inusual. Todo apuntaba a un ente. -Entes… ¿Sabes cuál es el problema con ellos? -¿Cuál? -Es que si ellos ya te señalaron, jamás te dejaran ir. -La chica lo sabía. -Aun así fue a consultarte. -No entiendo porque, si ya sabía cómo terminaría todo. -Dices que era casada, ¿No? -Sí. -Quizás lo hizo por amor. -¿Como por amor? -Ícaro, el amor va de la mano con la esperanza. Cuando uno se enamora, lo primero que siente es la esperanza de que la otra persona sienta lo mismo por uno. Ella sabía que sería asesinada, por eso mismo no quiso asesinar la esperanza de su esposo para que, por lo menos, sus últimos momentos de vida sean con amor mutuo y con la esperanza de que todo saldría bien. -No lo había pensado así. -Quizás te hacía falta hablar conmigo. 173
-Siempre me ha hecho falta, Sarah. -Siento que hay amor en ti, Ícaro. Pero no hay mucha esperanza. Nunca dejes que una conquista te conquiste, ni que una derrota te derrote. ¡Oh! Esta es mi parada –dijo poniéndose de pie y caminando a la puerta del camión. -¡Sarah! - ¿Si? -De verdad lo siento… Ella se acercó a mí y puso su gentil mano en mi mejilla. -No te preocupes, yo estoy bien. Seguido de eso desperté, sentía un gran vacío en mí. Mi error tal vez fue que juzgué el caso solo con lo que podía ver, pero al final no fui siquiera capaz de comprender lo que estaba viviendo. Es entonces que vino a mí la petición de la que te comenté al inicio de estas páginas. Mi petición es Ruby, que por favor entiendas lo que haré. Ese sueño ha sido para mí una señal de dejar todo ya atrás, estos fracasos me han mostrado que en mi estúpido intento de querer cumplirle una promesa a alguien que ha muerto quedó en un simple y rotundo fracaso, no quiero cargar más muertes en mi vida y por tanto he decidido cerrar la oficina abandonada. He lanzado la llave al río desde la isla de Oraba, justo en aquél lugar que decíamos era para iniciar una nueva vida. Espero que lo entiendas. ATTE: 174
D.S.” Jamás había visto a Ícaro firmar con sus verdaderas iniciales. Esto era algo serio, tan pronto terminé de leer la carta, preparé mi maleta. Mi amigo me necesita.
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