Las Mujeres Sud Y El Sacerdocio 1 3x6229

Las Mujeres SUD y el Sacerdocio Los Precedentes Bíblicos para el Sacerdocio Melodie Moench Charles DIALOGUE: A JOURNAL OF MORMON THOUGHT, Vol. 18, Num. 3-Fall 1985

I He oído muchas mujeres SUD abordar el tema de las mujeres y el sacerdocio, protestando que no quieren poseer el sacerdocio porque no tienen ningún interés en repartir la Santa Cena o la realización de algún otro deber eclesiástico. Me atrevo a decir que muchos hombres, que tienen el sacerdocio no quieren particularmente tenerlo tampoco, y que algunos de ellos tampoco tienen ningún interés en repartir la Santa Cena. Pero la reticencia de algunos hombres difícilmente sería una buena razón para impedir que todos los hombres posean el sacerdocio. En lugar de preguntar, “¿Quiero tener el sacerdocio?” las mujeres y los hombres deben abordar el tema con la pregunta “¿El negar el sacerdocio a las mujeres refleja la voluntad eterna de Dios?” Permítanme abordar esta cuestión observando sacerdocio en las escrituras SUD, incluidas las que acepta con la comunidad judeo-cristiana más grande, el Antiguo y el Nuevo Testamento. Las Escrituras nunca declaran de forma explícita que a las mujeres se les puede permitir poseer el sacerdocio o que se les prohíbe tenerlo. En lugar de ello, hacen un recuento de quien posee o debería poseer el sacerdocio en un momento determinado, y lo que esos poseedores del sacerdocio hacen o deberían hacer. Por lo tanto, un estudiante de las escrituras SUD, encuentra inferencias, precedentes, y la información ambigua que debe ser interpretada sobre que las mujeres posean el sacerdocio, pero ninguna respuesta directa a la pregunta (Hansen 1981; Hutchinson 1981). Permítanme en primer lugar dar alguna información sobre la forma en que cada comunidad bíblica definía el sacerdocio, enseguida resumiré quién poseía el sacerdocio en esas comunidades. A continuación voy a considerar esa información haciendo las preguntas: ¿Esa práctica, o enseñanza, bíblica refleja la voluntad de Dios para con su pueblo en todo tiempo, y en consecuencia, considera o debe la Iglesia SUD considerarla normativa y vinculante hoy? ¿Seguimos, debemos seguir, lo que dicen las Escrituras acerca de quién puede poseer el sacerdocio?

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MELODIE MOENCH CHARLES, quien posee una maestría en Estudios del Antiguo Testamento de la Harvard Divinity School y es madre de tres hijos, es líder de la guardería en barrio, Aurora Hills (Colorado). Su artículo y los dos siguientes estuvieron en un sobre las Mujeres SUD y el sacerdocio, patrocinado por D IALOGUE en el Simposio Sunstone, Agosto 1984, Salt Lake City.

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II Algunas observaciones generales sobre el sacerdocio están en orden. Por favor, dese cuenta que lo que digo sobre el sacerdocio en cada libro de las Escrituras es una simplificación y una generalización, comprimiendo la información de diferentes períodos de tiempo. Aunque el sacerdocio puede ser eterno, no es inmutable (Hebreos 7:12). En todos los libros de Escrituras, el sacerdocio se desarrolla y evoluciona. Ni el personal ni sus funciones siguen siendo los mismos a lo largo de ninguna escritura SUD. Por ejemplo, la noción de quién puede realizar el sacrificio ritual evoluciona dentro de cada escritura. Temprano en el Antiguo Testamento, el privilegio es amplio: todas las clases de hombres lo hacen sin ninguna conexión hecha con el sacerdocio. El privilegio se estrecha gradualmente, hasta que finalmente sólo a los sacerdotes, que pueden reclamar descendencia de Aarón, se les permite. En Moisés y Abraham, en la Perla de Gran Precio, los patriarcas bíblicos sacrifican, mientras que José Smith cita a Moroni, que en algún momento los hijos de Leví se volverá a ofrecer una ofrenda en justicia (Moisés 5:05, 20; 06:03; Abr. 2:17-18; JSH 1:69). En el Libro de Mormón, el pueblo obedece la ley de Moisés, incluyendo el sacrificio de animales (Mosíah 02:03), hasta que Cristo anuncia en persona que ha cumplido la ley de Moisés. Por lo tanto, en vez de ofrecer el sacrificio de animales a Dios, el pueblo debe ofrecerle un corazón quebrantado y un espíritu contrito (3 Ne. 9:17-22). En el Nuevo Testamento, el sacrificio evoluciona desde ser una prerrogativa de los sacerdotes en el templo de Jerusalén, a ser la prerrogativa de Cristo, que se sacrifica, y lo hace sólo una vez. Por otra parte, los sacrificios judíos cesan después que se destruyó el templo. Doctrina y Convenios es escrito en un momento en que no se practica el sacrificio de animales, pero promete que en el futuro, tal sacrificio volverá a ser ofrecido por los hijos de Leví (13:01; 128:24). Las actividades explícitamente relacionadas con el sacerdocio en las escritas incluyen realizar rituales, predicar, enseñar, y gobernar la Iglesia. No encuentro ejemplo alguno donde se invoque el sacerdocio cuando alguien manifiesta dones espirituales o realiza milagros como sanar a los enfermos o levantar a los muertos. En su lugar estos individuos a menudo invocan el poder de Dios o Cristo, o afirman que el poder de Dios, Cristo, o la fe hace posible su acción.

III ¿Qué es el sacerdocio en el Antiguo Testamento? En Éxodo 19:6 Dios conviene con los israelitas que, si le obedecen, serán un reino de sacerdotes, una nación santa, es decir, un pueblo apartado de los demás pueblos. El sacerdocio entonces, es una cualidad o una condición de santidad, de carácter sagrado, y pureza, de estar más alejado de lo profano que los demás. Este concepto se reflejaba en el Nuevo Testamento y la noción cristiana moderna de un sacerdocio de todos los creyentes (vea 1Pedro 2:5, 9. Y Apoc. 1:6). Las demandas de pureza ritual son tan estrictas que ninguna nación podía ser pura siempre, así que los sacerdotes, obedeciendo la estricta ley, representan al pueblo. Esta pureza califica a los sacerdotes para realizar funciones especializadas en donde ocurre el o con Dios (Cody 1969, 119). Cody sostiene también que el sacerdocio puede ser 2

visto como una función o arte más que una condición. Por ejemplo, si un Levita es un sacerdote depende de si está obrando como tal (Cody 1969, 59). Debido a que los sacerdotes son más puros que otras personas, que tienen un poder superior para comunicarse con lo sobrenatural, y por lo tanto, median entre lo divino y los seres humanos (ID 3:877). ¿Quién posee este sacerdocio? Los varones descendientes de Levi lo posee, de acuerdo a Éxodo 32:25-29, porque son más celosos en obedecer a Dios que los demás israelitas. Después, los zadokitas, cuyo origen israelita es cuestionable, poseen posiciones sacerdotales más importantes que las de los levitas. Todavía después, personas que afirman ser levitas descendientes de Aarón realizan las funciones más importantes (Cody 1969, 89, 134, 146). Debido a que el sacerdote tenía que ser tan íntegro y lo más perfecto posible, quienes desempeñan la función principal de ofrecer el sacrificio no puede ser cojos, jorobados, o enanos, ni pueden tener la vista defectuosa, rostros mutilados, un miembro demasiado largo, un pie lesionado o una mano, sarna o testículos aplastados (RSV Lev. 21:16-21). ¿Qué es el sacerdocio en el Libro de Mormón? Es una entidad cósmica que existe eternamente. Como explica Alma, “Este sumo sacerdocio [es] según el orden de su Hijo, el cual orden existía desde la fundación del mundo, o en otras palabras, es sin principio de días ni fin de años, preparado de eternidad en eternidad” (Alma 13:7). La descripción del sacerdocio de José Smith como “un principio sempiterno” (HC 3:386) adapta el sacerdocio en las tres escrituras exclusivamente mormones. Al igual que en el Antiguo Testamento, los que poseen este sacerdocio se espera que sean excepcionalmente santos y puros. Sin embargo, la pureza en el Libro de Mormón está más éticamente centrada que en el Antiguo Testamento, donde es ritualmente, físicamente enfocada. El propósito principal del sacerdocio es ayudar a las personas a aceptar a Cristo como su salvador y vivir de acuerdo con sus enseñanzas. ¿Quién posee este sacerdocio? El Libro de Mormón no muestra preocupación por el linaje como criterio para poseer el sacerdocio. Los números ayudan a determinar los poseedores del sacerdocio cuando Alma ordena un sacerdote por cada cincuenta personas que él ha bautizado (Mosíah 18:18). Los hombres que poseen el sacerdocio son "solo" preordenados por Dios, por haber ejercido una fe sumamente grande, hicieron buenas obras, eligieron bien, se arrepintieron, y fueron justos delante de él (Mosíah 23:17; Alma 13:03). Inmediatamente después de la aparición de Jesús, los doce discípulos nefitas escogidos por Jesús parecen ser los únicos poseedores del sacerdocio. ¿Qué es este sacerdocio en la Perla de Gran Precio? Como en el Libro de Mormón, es una entidad cósmica que existe eternamente. Es también un vehículo para el poder de Dios. Algunas personas son “herederos legítimo” de él y algunas personas “están malditas en relación a él” (Moisés 6:7; Abr. 1:2-4, 18, 20-24, 26-27). ¿Quién posee este sacerdocio? Noé (Moisés 8:19), Abraham y “los padres,” es decir, los patriarcas bíblicos (Abr. 1:2-4, 18, 31). ¿A quién se le niega? A los descendientes de Caín, y a los hijos de Canaan, que son descritos como negros (moisés 7:8, 22) y a los descendientes de Cam (Abr. 1:20, 22-24, 26-27), supuestamente todos son el mismo pueblo. ¿Qué es el sacerdocio en el Nuevo Testamento? La mayoría de las referencias al sacerdocio son referencias al sacerdocio judío. La gran excepción es Hebreos, que explica que el sacerdocio que posee el mismo Cristo es infinitamente superior, y por lo tanto cumple y elimina, el sacerdocio judío. Durante la mayor parte del período del Nuevo Testamento, al parecer no hay sacerdocio cristiano que los mortales posean. Aunque los Evangelios 3

muestran a Jesús nombrando a Pedro para ser la base de su Iglesia, comisionando apóstoles, y asignando a setenta personas para difundir sus enseñanzas, no relacionan dichas funciones al sacerdocio. Ni son ninguna de estas posiciones descritas como parte de una jerarquía en funcionamiento durante la vida de Jesús. Por lo que podemos decir de los textos, los títulos del Nuevo Testamento, como apóstol, obispo, pastor, evangelista, maestro, anciano y diácono describen inicialmente sólo funciones –funciones de servicio –no oficios del sacerdocio (vea Mesle 1984, Hutchinson 1981, ID 3:889-90). Pablo piensa de su apostolado no como poder, autoridad, o rango, sino como una responsabilidad asignada a él directamente de Cristo y Dios para servir a la humanidad al convertirles para Cristo (Rom. 1:4-5; 1 Cor. 9:15-18; 1 Cor. 2:17, 4:1; Gal. 1:15-17). Hacia el final del periodo del Nuevo Testamento, estas funciones han evolucionado en oficios que son parte de una jerarquía oficial de la iglesia (1 y 2 Tim. Y Tito). Después, aunque no en el Nuevo Testamento, estas funciones son identificadas como oficios del sacerdocio. ¿Quién posee el sacerdocio? Los judíos, pero después de la resurrección de Cristo su sacerdocio ya no es válido y ha sido cumplido. Cristo mismo posee el sacerdocio. Pero los papeles de servicio cristiano que evolucionan en oficios del sacerdocio parecen estar abiertos a cualquiera. El linaje aparentemente no es ninguna barrera. El sexo no es aparentemente ninguna barrera. Pablo dos veces “aplica la palabra griega que significa ‘diácono’ a mujeres. Para estar seguros, no hay certeza absoluta que en su uso de esta palabra él implicara que diaconisas serían ordenadas y realizarían las funciones en la iglesia reservadas a la orden de los diáconos en tiempos posteriores. Pero no hay ninguna razón para creer que los diáconos varones mencionados en Hechos y en otros lugares tampoco lo harían” (Meyer 1974, 60). Meyer también señala que los escritos de los Padres de la Iglesia dan fe de diaconisas en la historia temprana de la Iglesia, que se encargan de las mujeres enfermas, sirven de intermediarios entre el obispo y los femeninos de su rebaño, y ayudan en los bautismos de las mujeres. "Como es bien sabido, en la Iglesia primitiva los que van a ser bautizados entraban en las piscinas o arroyo desnudos.” Cuando el bautismo de niños se convierte en la norma, la necesidad de mujeres para bautizar a las mujeres desaparece (1974, 63-64, 74). El texto de Romanos 16:7 es ambiguo, pero la evidencia favorece que Junia fuera tanto mujer como apóstol (Hutchinson 1981, 65-66; Jerome 330; Brooten 1977, 141-42). Las traducciones de los textos al inglés a menudo ocultan su aplicación a las mujeres. ¿Qué es el sacerdocio en Doctrina y Convenios? Una entidad cósmica que existe eternamente, que es un vehículo para el poder de Dios (84:17, 20; 112:30-31; 121:36; 128:11,21; 132:7, 19, 44, 45, 59,64). ¿Quién lo posee? Los masculinos de la Iglesia. Algunos lo poseen o tienen asignaciones especiales en él “por derecho,” por ejemplo, los hijos de Leví, los hijos de Aarón, José Smith, Hyrum Smith, y Sión (que se conoce como ella) (D. y C. 13; 68:15-21; 86:8-11; 113:8; 124:91). La Declaración Oficial 2 permite explícitamente a "todos los varones dignos de la Iglesia... sin distinción de raza o color" poseerlo.

IV ¿Ha seguido la Iglesia los patrones establecidos en estas escrituras? ¿La Iglesia SUD sigue el modelo del Antiguo Testamento y ordena solamente levitas? ¿Zadokitas? ¿Hijos de Aarón? ¿Hombres sin defectos físicos?

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¿Sigue el modelo del Libro de Mormón y confiere el sacerdocio solamente a hombres preordenados por Dios? ¿Hombres de rectitud excepcional? ¿Aquellos directamente nombrados por Cristo? ¿Sigue el modelo de Perla de Gran Precio y prohíbe a los descendientes de Cam, Canaan, o Caín (gente negra) que posean el sacerdocio? ¿Sigue el modelo del Nuevo Testamento y restringe el sacerdocio a Cristo? ¿Permite que cualquiera que tenga el deseo o que se sienta llamado sirva? ¿Sigue el modelo de Doctrina y Convenio y permite a todos los hombres dignos que posean el sacerdocio? Yendo más lejos, ¿sigue el modelo de Doctrina y Convenios y espera que los presbíteros, con dieciséis años en la práctica actual, “prediquen, enseñen, expongan, exhorten,” y exhorten a todo miembro “a orar vocalmente y en secreto y a cumplir todos los deberes familiares”? ¿Sigue el modelo de esperar que los maestros, que en la práctica actual tienen catorce años, “velar siempre por los de la iglesia, y estar con ellos y fortalecerlos; y cuidar de que no haya iniquidad en la iglesia, ni aspereza entre uno y otro, ni mentiras, ni difamaciones, ni calumnias; y ver que los de la iglesia se reúnan con frecuencia, y también ver que todos cumplan con sus deberes” (20:46-47, 53-59)? ¿Sigue el consejo en 1Timoteo y espera que los diáconos, que en la práctica actual son de doce años de edad, sean “sean maridos de una sola mujer,” que gobiernen “bien a sus hijos y sus casas” (3:12)? ¿Qué modelo bíblico se sigue al permitir que a los diecinueve años de edad tengan el título de “anciano”?

V En resumen, entonces, ¿qué dicen las Escrituras sobre que las mujeres posean el sacerdocio? Nada directamente. Mientras que cada escritura, excepto para el Nuevo Testamento, parece asumir que los poseedores del sacerdocio son hombres, ninguna afirma explícitamente que los poseedores del sacerdocio tengan que ser sólo y por siempre varones, ni tampoco ninguna escritura describe ninguna conexión necesaria entre el poseedor del sacerdocio y la masculinidad. Si la Iglesia –cualquier iglesia –se mantuviera rígidamente en los modelos y precedentes bíblicos, nada se podría hacer por primera vez (McCabe 1977, 11). La revelación continua para satisfacer las cambiantes necesidades no tendría sentido. Los varones negros mormones no ejercerían ahora el sacerdocio, ya que la Perla de Gran Precio, sugiere fuertemente que no tienen derecho a poseerlo. La revelación canonizada del Presidente Kimball, recibida en 1978, es un buen ejemplo del rechazo de la Iglesia a un precedente bíblico por no reflejar la voluntad eterna de Dios. Al aceptar esta revelación, la Iglesia creó escritura nueva que remplaza a la antigua. En 1978, la cuestión se suscitó en la Iglesia de si las mujeres deben ser capaces de orar en la reunión sacramental. De acuerdo con la declaración del presidente Kimball en la reunión representantes regionales el 29 de septiembre, para encontrar una respuesta a esa pregunta, los hermanos consultaron las Escrituras. Como no encontraron ninguna razón bíblica para prohibir que las mujeres oraran en las reuniones sacramentales, se cambió la política existente. A las mujeres, desde entonces, se les ha permitido orar en cualquier reunión a la que asistan (Deseret News, 29 Sept. 1978; Salt Lake Tribune, 30 Sept. 1978). 5

De este modo, la Iglesia SUD ha rechazado precedentes con base bíblica sobre el sacerdocio y ha permitido una práctica porque las escrituras no la prohíben. Tal vez ha llegado el momento de que la Iglesia evalúe los precedentes bíblico sobre la cuestión de permitir que las mujeres posean el sacerdocio y determine lo que podría reflejar la voluntad eterna de Dios y lo que no. BIBLIOGRAFÍA Booten. Bernadette. "Junia . . . Outstanding Among the Apostles." In Leonard Swindler and Arleen Swindler, eds. New York: Women Priests: A Catholic Commentary on the Vatican Declaration. Paulist Press, 1977. Pp. 141-42. Cody, Aelred. A History of Old Testament Priesthood. Rome: Pontifical Biblical Institute. 1969. HC. Smith, Joseph, Jr. History of the Church. Ed. B. H. Roberts. 2nd ed. rev. 7 vols. Salt Lake City: Deseret Book Company, 1978. Hansen, Nadine. "Women and the Priesthood." DIALOGUE 14 (Winter 1981): 48-57. Hansen toma nota de la amplia participación de las mujeres en sus comunidades religiosas, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento, y la de los Últimos Días Santos haciendo caso omiso de esta participación. Tanto ella como Hutchinson concluyen que las Escrituras no contienen razones para negar el sacerdocio a las mujeres. Hutchinson, Anthony A. "Women and Ordination: Introduction to the Biblical Context." DIALOGUE 14 (Winter 1981): 58-74. Hutchinson discute en particular las restricciones paulinas y seudo-paulinas sobre las mujeres. ID. Interpreter's Dictionary of the Bible. 4 vols. plus 1 supplement. Nashville, Tenn.: Abingdon Press, 1982.

Jerome Biblical Commentary, R. Brown, J. Fitzmeyer, and Roland Murphy, eds. McCabe, Herbert. Quoted in introduction to Leonard Swindler and Arlene Swindler, eds. Women Priests: A Catholic Commentary on the Vatican Declaration. New York: Paulist Press, 1977. Mesle, Robert. "The Restoration and the Old Jerusalem Gospel." Artículo entregado en las Reuniones de la Asociación de Historia Mormona, May 1984, Provo, Utah; bosquejo en poder del autor. Meyer, Charles R. Man of God: A Study of the Priesthood. Garden City: Doubleday & Co., 1974.

Traducción: Max Ruiz M 6

Enero 2014

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