MÉTODO /MANIOBRA DE GUYON… DEMUESTRA UN DESPLAZAMIENTO (Peloteo) Paciente acostado decúbito dorsal 2. El médico sentado del mismo lado del riñón que explorará. 3. Coloque en la región lumbar del examinado su mano izquierda, si se trata de palpar el riñón derecho, con los dedos a 5 ó 6 cm de la línea media, de manera que quede sobre la fosa renal y ejerza contra ella una presión moderada y constante 4. La mano derecha se coloca en la pared anterior, por debajo del reborde costal, sobre el límite externo del recto anterior de ese lado. 5. Los dedos deben quedar en un plano paralelo a la pared abdominal, el médico hace la presión con la yema de los mismos, no con la punta, y los mantiene erectos, la mano derecha debe ir profundizándose hacia la pared posterior, impulsando los dedos solo en la inspiración hasta llegar a palpar el riñón de ese lado, cuando está descendido o aumentado.
Palpación Abdominal Usando nuestras manos, asiendo con nuestros dedos, palpando con delicadeza, tenemos la posibilidad de captar una gran cantidad de información: la suavidad de la piel, su humedad y untuosidad, la temperatura, lo blanda o dura que pueda ser una superficie, si se desencadena dolor con la presión que ejercen nuestros dedos, si se palpa algo que se puede delimitar. Hay una estrecha relación entre el uso que le damos a las manos y lo que nos entrega la vista. Miramos algo, lo tocamos, y así, vamos extrayendo información. Casi se confunde lo que obtenemos palpando con lo que se capta al mirar. Son actos que se efectúan frecuentemente en forma conjunta. Respecto a la forma de palpar, puede variar según de qué se trate. Para la temperatura, se podría usar el dorso o la palma de la mano; para delimitar una masa, se usarán los dedos; para captar vibraciones, podría convenir usar la palma o el borde cubital de las manos; etc. La forma de palpar tiene algo de técnica y de arte. No es necesario ser tosco; tampoco desencadenar dolor en forma innecesaria.
Al asir una masa entre los dedos podremos definir su tamaño, su dureza, si sus bordes están bien delimitados, si se desplaza sobre los planos profundos, si con la presión se produce dolor, si es una masa única o resulta de la confluencia y fusionamiento de varias masas. Además, al combinar la palpación con la inspección, se puede apreciar si la piel está enrojecida o con un aspecto de "cáscara de naranja", si existen trayectos fistulosos, si la vasculatura está aumentada, etc. El paciente, cuando está acostado, habitualmente se examina por su lado derecho porque la mayor parte de las personas son diestras y, así, pueden usar su mano derecha. También tiene ventajas para examinar la punta del corazón y el bazo. De todas maneras, es conveniente lograr destrezas para examinar por cualquiera de los dos lados. A través de las manos se pueden transmitir infecciones de un paciente a otro. Debido a esto, es muy importante lavarse las manos después de examinar a cada enfermo (y por lo tanto, antes de examinar al siguiente). En los hospitales existen gérmenes de alta virulencia y resistentes a múltiples antibióticos. En estos lugares se deben respetar estrictamente las medidas que están dirigidas a prevenir la transmisión de infecciones (lavado de manos, uso de guantes, delantal, mascarilla, etc.). La medida más importante, es el lavado de las manos.
Signo de Blumberg El signo de Blumberg es la descompresión brusca dolorosa del abdomen y tiene gran importancia en revelar irritación peritoneal. Puede ser característico, en la fosa ilíaca derecha, por ejemplo de una apendicitis.1 También es conocido como signo del rebote.
Maniobra En la exploración del abdomen, el signo de Blumberg se investiga haciendo presión suave y profunda con la punta de los dedos unidos cubriendo unos 2 cm, para luego y súbitamente retirar la mano observando si la maniobra produce dolor agudo.2 El estiramiento brusco del peritoneo parietal irritado, al causar el efecto de rebote, origina ese dolor. Es posible que la leve sacudida realizada durante la técnica de la percusión del abdomen o cuando el paciente tose, desencadene el mencionado dolor agudo.
Signo de chase Dolor en la región cecal, provocado por el paso rápido y profundo de la mano de izquierda a derecha, a lo largo del colon transverso, mientras se ejerce una presión profunda sobre el colon descendente con la otra mano. Es un signo de apendicitis. El término abdomen agudo se refiere a un cuadro grave de emergencia médica, caracterizado por síntomas y signos localizados en la cavidad abdominal principalmente dolor de no mayor de 8 horas de evolución, que hacen sospechar la existencia de una enfermedad grave que afecta a alguno de los órganos intraabdominales, y que posiblemente necesite resolución quirúrgica. Por lo general es debido a razones infecciosas o inflamatorias, fenómenos de obstrucción intestinal, traumatismos o neoplasias. La resolución de este cuadro, la mayoría de las veces, implica la realización de una cirugía abdominal.
Signo de Donnelly: Dolorpor la compresión sobre y por debajo de l punto de McBurney, estando lapierna derechaen extensión y aducción(en las apendicitis retrocecales)
Signo de Jacob:En la apendicitis aguda la fosa iliaca izquierda no es dolorosa a la presiónprofunda de la mano,pero si alretirar bruscamente esta (se produce un dolor intenso).
Signo de Rovsing: La presiónen el lado izquierdo sobre un punto correspondiente al de McBurney enel lado derecho, despiertadolor en este (al desplazarse los gases desde el sigmoides hacia la regiónileocecal se producedolor por la distensión del ciego).
Signo de Thomayer: En las inflamaciones delperitoneo, el mesenterio del intestino delgado secontrae y arrastra a los intestinos hacia la derecha; de ahí que estando elpaciente en decúbitosupino, el ladoderecho s ea timpanito y el izquierdo mate.
Signo de Aarón: Sensación de dolor en el epigastrio o en la región precordial por la presión en elpuntode McBurney.
Signo de Homans El signo de Homans es un signo semiológico utilizado en el diagnóstico de la trombosis venosa profunda de los inferiores. Fue descrito en 1954 por el Dr John Homans1 (1877-1954) y consiste en la aparición de dolor en la pantorrilla cuando se hace dorsiflexión del pie en pacientes con trombosis venosa profunda. El signo se busca con el paciente acostado en posición decúbito supino (boca arriba), rodillas extendidas y tobillos en posición neutra; el examinador coloca una mano sobre el tercio distal del muslo, sujetándolo, y la mano opuesta en el calcáneo, controlando la dorsiflexión de la articulación tibioperoneoastragalina (tobillo) con el antebrazo. Se considera que el signo es positivo cuando hay dolor en la pantorrilla o en la región poplítea a la dorsiflexion del tobillo. Algunas variaciones de este signo se realizan con la pierna en flexión. La presencia de este signo sugiere el diagnóstico de trombosis venosa profunda. Su sensibilidad es baja, oscilando entre un 8 y un 54%. Su especificidad también es baja (39-89%). Se dice que el Dr. Homans no consideraba este signo como una prueba de gran valor diagnóstico.2 El signo ha ido perdiendo utilidad clínica con los años gracias a la aparición de nuevas ayudas diagnósticas como la ultrasonografía (ecografía dúplex) de los inferiores.
Maniobra de Homans Sirve para evaluar el estado de los inferiores y detectar una Trombosis venosa o lesiones producidas cuando una mujer dió a luz. Esta maniobra se realiza porque generalmente la mujer en trabajo de parto dentro de un hospital, estuvo con los inferiores en alto por mucho tiempo. Las pantorrillas en los estribos pueden dañarse, y es rutina del equipo de salud, asegurarse de detectar tempranamente alguna anomalía vascular.
Procedimiento
La mujer en decubito dorsal con inferiores extendidos. La enfermera sostiene la parte posterior del muslo y lo eleva. Con la otra mano realiza la dorsiflexión del pie a 30 grados. Tambien se puede realizar apoyando el talón en la cama y realizando la dorsiflexión. Si hay dolor en la pantorrilla, la mujer tiene Signo de Homans positivo y posible trombosis Inspeccionar edemas, enrojecimientos, tumefacciones, calor, ulceras o varices. Registar.
TROMBOSIS VENOSA PROFUNDA La trombosis venosa profunda (TVP), consiste en la formación de un trombo dentro de una vena profunda que produce inflamación. Este trombo se forma principalmente a nivel de las válvulas venosas, porque es un lugar en donde la sangre tiende a estancarse. La trombosis venosa es seis veces más frecuente en las pacientes embarazadas en relación a las no embarazadas. El 75% de las mismas ocurren durante el embarazo y el 66% en el postparto, siendo más frecuente en las pacientes con cesárea que las que tuvieron parto vaginal. Es bueno saber que solamente del 1 al 8% de estas pacientes desarrollan tromboembolia pulmonar, una afección aún mas grave. La trombosis venosa profunda ocupa el segundo lugar (19.9%), después de la hemorragia y por encima de la hipertensión inducida por el embarazo, infecciones, cardiopatías, complicaciones anestésicas y las idiopáticas. Usualmente la zona afectada es la parte inferior de la pierna y el muslo, ( vena femoral o vena poplítea) pero también puede afectar a las venas profundas de la pelvis. A diferencia de las venas superficiales cercanas a la piel, las venas profundas se encuentran entretejidas dentro de los de músculos. Factores Condicionantes - Obesidad - Mayores de 35 años - Presencia de Várices y edemas en mienbros inferiores - Embarazos múltiples - Antecedentes de trombosis venosas, historia familiar de trombosis
- Aparición de embolia pulmonar sin causa aparente - Palidez, Cianosis Problemas Potenciales - Flictenas - Necrosis de miembro inferior - Tromboembolia pulmonar Métodos Diagnósticos - Ecografía Doppler - Resonancia magnética - Tomografía axial computarizada TAC - Venografía de contraste (para no gestantes) Tratamiento Durante el embarazo el tratamiento es istrando heparina no fraccionada (HNF) ó heparina de bajo peso molecular (HBPM). Los dos tipos de heparinas no atraviesan la membrana placentaria ni se excretan por la leche, por lo que es segura para el feto o recién nacido. También la Enoxaparina de bajo peso molecular es utilizada. Los efectos secundarios que se han encontrado con el uso prolongado de heparinas, es la desesmineralización ósea (más de dos meses de uso) que, tarda en recuperarse hasta un año después de ser suspendido el tratamiento. La aparición de trombocitopenia ha hecho que cada vez se tienda a considerar las heparinas de bajo peso molecular como las de primera elección Precaución: la Warfarina está contraindicada durante el embarazo pues atraviesa la barrera placentaria y es teratogénico para el feto en el primer trimestre del embarazo (microcefalia, atrofia óptica) y en el 2º y 3er trimestre puede causar hemorragias en el feto. Sin embargo, puede ser de utilidad en el postparto pues no se excreta por la leche materna. En caso de una una embolia pulmonar que haga peligrar la vida de la madre. El medicamento más utilizado es la estreptocinasa, la cual no atraviesa la barrera placentaria. Los Filtros de vena cava está indicados cuando la paciente no puede recibir la anticoagulación. A la hora de la colocación hay que tomar en cuenta que no existan trombos sueltos. Es muy importante recalcar que su colocación durante el embarazo causa una radiación importante para el feto. Cuando se decide establecer anticoagulación profiláctica en el postparto el tiempo de inicio varía de 3 a 6 horas para postparto eutócico (normal) y de 6 a 8 horas cuando se realizó cesárea.