Las Notas Seguidamente vamos a dar un ejemplo de cómo se tienen que digitar las notas en la quena. Estos ejemplos no son inamovibles, cada instrumentista tiene que buscar aquel en el que su quena consiga la nota con la mejor afinación, para ello se ponen, sobre todo en la 3ª octava varias digitaciones para una misma nota, hay que probarlas todas y dependiendo del instrumento, o de la facilidad, que cada uno encuentre en ellos, optar por uno u otro. No cabe duda que por poco interés que se ponga, seguro que encontraremos otras posturas para una determinada nota, que se ajustan mejor a nuestro instrumento o a nuestra forma de interpretar. Seguidamente os mostramos las digitaciones de las notas que son comunes a las dos primeras octavas. La diferencia, sólo estriba, en soplar con más intensidad para conseguir la segunda octava; hay quenistas que lo consiguen destapando mínimamente el orificio de la parte trasera de la quena, el que tapamos con el dedo pulgar de la mano izquierda.
Estas notas, como decíamos anteriormente, son iguales las únicas que varían son el sol más grave que se hace con todos los orificios tapados, digitación de la izquierda, y el sol de la segunda octava, digitación de la derecha, este sol también se puede tocar tapando, también, el orificio que taparía el dedo anular de la mano derecha; cada instrumentista buscará el que mejor se adapte a su quena.
Como se puede observar faltan las alteraciones de dichas notas más la nota Fa, esto es porque la quena más común tiene la tonalidad de Sol Mayor.
Ahora pasamos a mostrar las digitaciones de las alteraciones de la escala de Sol Mayor o su relativo Mi menor.
Como ya se podrá observar al tener todas las notas de la escala cromática podremos tocar con nuestra quena en cualquier tonalidad, en algunas, al principio, con mas dificultad que en otras. Vamos a empezar con una mota, puede que la más fácil de ejecutar, por ejemplo: el MI, ya que sólo hay que sujetar la quena con el dedo índice y el pulgar de la mano izquierda y como cuanto más corto sea el tubo mucho más fácil es de hacer sonar la nota. Hay que conseguir un mi brillante, nítido y redondo sin asperezas, una vez conseguido lo mantenemos durante unos segundos, cuatro o cinco, procurando que no varíe la afinación y procurando, internamente, sentir la nota. Cuando ya consigamos que la nota no baje ni suba y que suene limpia es cuando pasamos a realizar este ejercicio con todas las notas de la octava baja en principio. El ejercicio es cada grupo de dos notas, estos los realizaremos de forma individual e independiente, ya los haremos todos juntos cuando estemos seguros en la digitación y en la forma de atacar cada nota. Primero los haremos de una manera ligada con un solo flujo de aire para pasar después a tocarlos sin ligadura.
Hay que tocar estos grupos de dos notas, tantas veces como sea necesario hasta conseguir los grupos con un buen sonido de las notas, claras y afinadas. Las tocaremos de una manera, más bien, ligadas, como se puede comprobar falta el grupo Mi-Sol sostenido, este grupo en la primera octava no lo vamos a proponer ya que el último orificio de la quena, no es en un principio un orificio de tocar, sino que es de afinación del instrumento, aunque como apreciaremos con la experiencia, si se utiliza y lo usaremos para conseguir determinadas notas. Si al cabo de los primeros días de realizar este sencillo ejercicio notamos que las notas, a veces, no suenan con la calidad que queremos, no importa, es porque ya tenemos el oído acostumbrado a un buen sonido y por eso rehuye cuando el sonido no es todo lo perfecto que deseamos. Cuando tengamos superado el ejercicio con la primera octava pasaremos a interpretarlo con la segunda octava. Vamos a intentar realizar este ejercicio, poniendo especial cuidado en la sonoridad de las dos octavas, hay que procurar que el sonido, en cuánto lo que se refiere al volumen, suenen igual, sin que se note un cambio brusco en el color e intensidad. Este ejercicio nos dará un bonito sonido equilibrado y sin brusquedades, hay que tener en cuenta que la quena por sus características tiene mucho más volumen en la segunda y tercera octava que en la primera.
A hora ya vamos a intentar hacer el Sol sostenido de la primera octava, recordar que su digitación es todos los orificios tapados excepto el último el que tiene a su cargo el dedo meñique de la mano derecha, al que sólo hay que cubrir medio orificio; en esta nota hay que agudizar el oído ya que únicamente de esa forma conseguiremos darla perfectamente afinada.
Ahora lo intentaremos comenzando esta serie de tres notas en el mi de la segunda octava. Como ya hemos pasado a tocar las notas de la segunda octava, la más potente y brillante de la quena, tendremos que poner especial cuidado en que el volumen de las notas sea el mismo para las dos octavas y procurando que no haya, apenas, cambio de volumen, conseguido esto le sacaremos un bonito sonido a nuestra querida quena.
El sonido de la 1ª octava tiene que ser redondo con potencia y brillante y el de la 2ª no tan chillón y que suene con cierta arrogancia y majestuosidad, con clase. Una vez conseguido esto pasaremos a intentarlo con la 3ª octava esta es la más chillona y estridente de la quena, hay que procurar poner los cinco sentidos en esta octava para que no se nos estropee el sonido en comparación con las dos anteriores mas graves. El secreto para conseguir el sonido de la 3ª octava es la velocidad que hay que imprimir al aire que introducimos en la quena, hay que practicar diariamente y conseguir que ese sonido de la 3ª octava no sea demasiado estridente, no hay que dudar, que practicando estos ejercicios y controlando el volumen de la 3ª octava conseguiremos cada vez un sonido más homogéneo y agradable.
El control de la afinación de cada nota es un trabajo al que hay que prestar mucha atención: Tocar la nota La y mantenerla (recordar que para dar el La de la tercera octava hay que destapar el orificio de la parte de atrás) todo el tiempo que se pueda sin que baje la afinación, cosa que como podremos comprobar fácilmente, varía si se relaja la
intensidad del soplo. Una vez conseguido el La pasaremos al Si y así sucesivamente hasta conseguir todas las notas. Al principio parecerá que necesitan una cantidad exagerada de aire, aunque mas que cantidad es potencia en el soplo. Vamos a dar ahora las digitaciones para la tercera octava, hay que recordar que estas digitaciones varían mucho de una quena a otra, desde aquí recomendamos las fabricadas por el gran luthier Albán Zapata que vive en París y que hace unas de las mejores quenas que hay en el mercado en caña japonesa, que es de gran dureza, y que consigue un timbre sin asperezas y de gran profundidad.
Las notas de la 2ª y 3ª octavas hay que tocarlas perfectamente afinadas pero con un volumen suave, esto llevará, en un principio, algo de tiempo, pero controlándolo influirá notablemente en el sonido final.
Las Escalas Una vez conseguidas todas las notas con limpieza y seguridad hay que empezar a trabajar otro de los elementos para llegar a ser un buen quenista: el movimiento e independencia de los dedos. Un buen ejercicio para ello es hacer escalas, ya que son buenas para el calentamiento del instrumento a la par de los dedos y los labios. Los dedos hay que procurar tenerlos relajados y cuando los levantemos de la quena no separarlos mas de dos centímetros y justo encima del orificio que tienen a su cargo. Vamos a empezar haciendo esta escala y completándola posteriormente, cuando ya dominemos esta, con notas de la tercera octava.
Cuando ya la realicemos sin problema intentaremos hacerla en otras tonalidades. Cada día ensayaremos una nueva. Aquí ponemos unos ejemplos: Escala de Re Mayor o Si menor:
Escala de La Mayor o fa sostenido menor:
Escala de Mi Mayor o Do sostenido menor:
Escala de Si Mayor o Sol sostenido menor:
Escala de Fa sostenido Mayor o Re sostenido menor
Escala de Do Mayor o La menor:
Escala de Fa Mayor o Re menor:
Escala de Si bemol Mayor o Sol menor:
Escala de Mi bemol Mayor o Do menor:
Escala de La bemol Mayor o Fa menor:
Escala de Re bemol Mayor o Si bemol menor:
Escala de Sol bemol Mayor o Mi bemol menor:
Recordar que las escalas que terminan en sol bemol las acabaremos en el la, por razones obvias de la tesitura de nuestra quena, cosa que nos nos ocurrirá si tocamos con una quena de las llamadas en sol ya que están afinadas un tono mas bajo que nuestra quena modelo.
No cabe duda que estos ejercicios tienen diferentes grados de dificultad, no hay que desmoralizarse porque alguno no nos salga todo lo bien que deseáramos, hay que intentarlo todos los días al empezar a tocar y al cabo de poco tiempo comprobaremos las mejoras ostensiblemente. Las primeras semanas haremos solamente escalas con dos octavas y si es preciso, por no llegar a hacerlo con una sola toma de aire, acabándola en un si o en un re en vez de la propuesta que hacemos en las escalas de acabar siempre en el sol de la primera octava. Esta es una propuesta para conseguir un buen sonido en la quena una melodía conocida y de fácil ejecución. Hay que prestar especial cuidado en la afinación, los progresos, al cabo de pocos días, los apreciaremos enseguida.
Esta melodía, y todas las que aparezcan en este método, hay que tocarlas una octava por encima, ya que para no obligarnos, por comodidad, a usar muchas líneas superior adicionales. Vamos a probar, ahora, con este fragmento de una muy conocida melodía de Rabel procurando al tocarla darle un determinado sentido y color a nuestro sonido con la quena, el color y sentimiento que la propia melodía nos indica.
Como podremos observar la melodía no suena con todo el carácter que debería, y eso es porque le falta el vibrato, que es una variación muy pequeña del sonido y que consiste en subidas y bajadas de afinación del tono de la nota y del volumen de ésta. Para la obtención del vibrato existen varias técnicas, aunque la más deseable y agradable es la que se produce por el diafragma en la presión que hacemos para expulsar el aire. También se puede hacer con la garganta, aunque puede emitir sonidos no deseados y con los labios aunque no son nada recomendables. Para comprobar que los hacemos bien, toquemos con nuestra quena la nota Re, para lo cual sólo necesitamos la mano izquierda y pongamos la otra sobre el abdomen y empujando éste es como obtendremos el vibrato, ahora mantengamos la mano sobre el abdomen pero sin ejercer presión alguna e intentemos hacer el movimiento anterior pero sin la ayuda de la mano. Una vez conseguido hay que empezar dando de dos a tres vibraciones por segundo, para ir subiendo paulatinamente hasta cinco o seis. Primero lo intentaremos con notas largas pero sin cortar el vibrato al pasar de una nota a otra. Ahora vamos a proponer una serie de melodías o ejercicios primeramente en las tonalidades de mi menor y sol mayor, para una vez superadas con facilidad ir pasando a otras tonalidades fáciles si menor, re mayor, fa mayor, re menor,…
Estos ejercicios son muy importantes ya que nos acostumbraran el oído a otras tonalidades a su sonido peculiar y a su digitación, llegado este momento no hay que desmoralizarse, el camino que ya se ha recorrido es largo, lo que queda es sólo trabajo, cuanto más tiempo se le dedique antes conseguiremos mejores resultados, pero el tiempo no hay que aplicarlo irregularmente, sino de una manera constante con sólo una hora de trabajo diario los resultados son plenamente satisfactorios, que duda cabe que a más horas mejores resultados, pero para empezar, con una hora diaria nos bastará. Con el tiempo seguro que le dedicaremos mas tiempo, ya que es muy reconfortante, cuando una melodía ya nos empieza a sonar agradablemente. Primero empezaremos haciendo series de blancas con vibrato, para pasar más tarde con las negras, corcheas,… cuando lo hayas conseguido podremos decir que el sonido ya tiene cierta personalidad. Hay que procurar que el vibrato suene en las octavas superior igual que en la octava baja y tiene que salirnos de una forma tan natural como el mismo sonido de la quena. Hay que recordar que el vibrato es parte del sonido no algo que añadimos a él. Cuando nos cansemos con estos ejercicios no olvidar las palabras del gran músico español P. Casals: El vibrato es un medio para expresar la sensibilidad, no una prueba de sensibilidad. Una buena prueba es hacer una melodía, que sin vibrato sonará a nuestros oídos completamente vacía, vamos a probar con un fragmento del God save the Queen (Dios salve a la Reina). Podemos comprobar como cambia el sentido, color y forma si la tocamos sin vibrato, intentemos hacerla ahora con vibrato, ahora sí que es el God save the Queen. Para esta prueba podemos escoger cualquier himno nacional ya que son melodías que al hacerlas sin vibrato suenan totalmente vacías además que la dificultad que tienen es casi siempre escasa.