INDICE Introducción
3
Capítulo I
4
Historia
4
El Futuro de la Oratoria
4
Estilo Ático
4
Importancia y fines de la oratoria
5
Capitulo II Andócides Isócrates Iseo de Atenas Esquines Licurgo Demóstenes Hipérides Dinarco Capitulo III Filosofía de la Oratoria en el Periodo Ático Conclusiones: Recomendación Bibliografía
6 6 8 9 10 11 12 14 15 18 18 28 29 30
INTRODUCCIÓN 2
Es el periodo de los oradores ático se tuvo como esencia un conjunto de principios y técnicas que permiten expresarnos, principalmente de manera oral, con claridad, facilidad y sin temores, ante un público numeroso y variado, con la intención de transmitir determinado mensaje. En este trabajo abordaremos la oratoria del periodo de los oradores áticos, la importancia de la misma, donde se inicia y evoluciona en el tiempo, tipos y características, fines de la oratoria, las cualidades del orador, y nombraremos algunos de ellos.
HISTORIA Ya en tiempos de Homero en los siglos IX - VIII a. C, el arte de la oratoria era
considerado
de
gran
valor
en Grecia.
En
la Ilíada,
el
guerrero Aquiles era descrito como un buen orador. La oratoria nació en Sicilia y se desarrolló fundamentalmente en Grecia, donde fue considerada un instrumento para alcanzar prestigio y poder político. Había
unos
profesionales
llamados
logógrafos que
se
encargaban
de
redactar discursos para los tribunales. Hasta el siglo V a. C, sin embargo, el arte de la oratoria no fue definido formalmente, cuando el orador siciliano Corax comenzó un estudio formal de la retórica junto
a
su
pupilo Tisias.
En
llamado Gorgias de Leontino visitó Atenas y
el
año
427 a. C,
pronunció
un
otro
siciliano
discurso
que
aparentemente fascinó a los ciudadanos. La aproximación «intelectual» a la oratoria de Gorgias (que incluía nuevas ideas, formas de expresión y métodos de argumentación) fue continuada por Isócrates, un educador y retórico del siglo
3
IV a. C. Con el tiempo, la oratoria se fue convirtiendo en un objeto de estudio central en el sistema educativo griego. El más famoso de estos logógrafos fue Lisias. Sin embargo, Sócrates creó una afamada escuela de oratoria en Atenas que tenía un concepto más amplio y patriótico de la misión del orador, que debía ser un hombre instruido y movido por altos ideales éticos a fin de garantizar el progreso del estado. En este tipo de oratoria llegó a considerarse el mejor en su arte a Demóstenes. El trabajo de los oradores áticos inspiró posteriormente el movimiento retórico aticista, con un estilo menos ornamentado que el clásico.
EL FUTURO DE LA ORATORIA Vemos como a nivel nacional e internacional los viejos tratados de oratoria, griega y romana cobran inusitada vigencia para ser aplicados casi con desesperación por millones de personas que pugnan por dominar con eficacia el arte de expresarse con claridad y facilidad ante un público numeroso y variado. Por supuesto, dichos textos son modernizados y adaptados a las necesidades del hombre del siglo XXI de tal modo que el interesado pueda resaltar su personalidad y convertirse en líder del llamado Tercer Milenio. ESTILO ÁTICO El estilo ático o estilo humilde que es el que se observa en un discurso que se caracteriza por una gran corrección de lenguaje, y al mismo tiempo, por una expresión muy sobria, sin grandes lujos formales, ni imágenes poéticas, ni giros, ni ironías, ni metáforas en general. Lo que le importa al orador sobre todas las cosas, es la claridad conceptual, y es por eso que evita el lujo y el adorno de su expresión. 4
IMPORTANCIA Y FINES DE LA ORATORIA En año el 450 a. C. el pensador ateniense Pericles acuñó magistralmente la frase "El que sabe pensar pero no sabe expresar lo que piensa, está en el mismo nivel del que no sabe pensar" , frase inmortal que hoy cobra alarmante vigencia pues al verificar las estadísticas, comprobamos que en nuestro medio, son escasas las personas que tienen la habilidad de hablar con efectividad y firmeza, a fin de transmitir sus pensamientos e impresiones sin que el miedo les paralice el cuerpo, cuando están frente a un público numeroso y variado. En nuestra condición de instructores de oratoria, podemos asegurar que hablar en público no es algo imposible o inalcanzable, la facultad elocutiva requiere como cualquier otra facultad del hombre, cultivo y educación. Tengamos presente que una persona que no sepa expresarse correctamente ante los demás, esta condenada a fracasar y a ser relegada a un plano inferior, en cambio los que si dominan el arte de la elocuencia están destinados a sobresalir y a triunfar en todas las esferas de su vida. Es importante recordar que el hombre es el único ser viviente que habla y que la palabra es uno de los dones más extraordinarios que posee, éste le permite manifestar la prodigiosa riqueza de su alma y establecer relación con sus semejantes. Por ello, llama la atención que en los centros escolares y de educación superior no se ponga especial atención en la enseñanza de la expresión oral. Se nos enseña a leer y a escribir, pero nunca se nos enseña a "hablar" y mucho menos a hacerlo en público y con las técnicas apropiadas.
5
CAPITULO II Machado, Eduardo (2013), nos decía en su obra Recopilacion de los Oradores que fueron diez oradores del periodo atico
1
de los cuales mencionaremos a los
siguientes: ANDÓCIDES Andócides (440 - 390 a. C.) fue uno de los primeros oradores áticos, miembro de una antigua familia aristocrática ateniense que se hacía descender del dios Hermes. Fue acusado de haber tomado parte en la mutilación de los hermas en 415 y de haber profanado los Misterios de Eleusis. Machado, Eduardo (2013) Obra Han llegado hasta nuestros días tres de sus discursos: El primero, Sobre su regreso, pronunciado en la ekklesía probablemente en 410 a. C., cuando abogó sin éxito que se suprimiera la limitación de sus derechos; El segundo, Sobre los misterios, fue escrito en 399 a. C., cuando, tras la rehabilitación en sus plenos derechos por la amnistía de 403 a. C., se defendió con éxito contra la pretensión de que continuara sujeto a la anterior limitación (el sexto discurso de las obras de Lisias parece que es parte del proceso); es interesante como relato ocular de un suceso curioso en la historia de Atenas. El tercer discurso, Sobre la paz, es un discurso político que insta a la paz con Esparta en 390 a. C., el cuarto año de la Guerra de Corinto.
_____________________ 1
Machado, Eduardo (2013) Recopilación de los Oradores
6
Lisias a pesar de haber nacido en Atenas, fue meteco y nunca gozó del derecho de ciudadanía ya que su padre, Céfalo, era de Siracusa. En el año 404 a. C., el régimen oligárquico de los Treinta Tiranos privó a Lisias y a su hermano Polemarco de todas sus posesiones. Cuando mataron a este último, Lisias huyó a una población vecina. Regresó a Atenas en el año 403 a. C., tras la derrota de los Treinta Tiranos y el restablecimiento del gobierno democrático. Emprendió entonces acciones legales contra Eratóstenes, el tirano responsable de la muerte de su hermano. Platón alude a Lisias y a su familia en La República y en el Fedro. Obra Lisias se ganó la vida como logógrafo, escribiendo discursos para los litigantes y transformándose en la figura más destacada de la oratoria judicial ática. Su biografía se refleja en la doble vertiente de su obra: por una parte, dedicado a la enseñanza de la retórica y a escribir discursos por encargo; y, por otra, consagrado a la tarea política de la restauración de la democracia en Atenas y a la persecución de los tiranos mediante sus discursos. Llegó a escribir 233 discursos, de los que sólo se ha conservado una treintena. Los más conocidos son Contra Eratóstenes, Defensa en el juicio contra Simón y Sobre el asesinato de Eratóstenes. Estilo Tenía un talento incomparable para adaptar sus discursos al carácter de sus clientes. Los rasgos más destacados de su estilo, como demuestran las obras que de él se conservan, eran la pureza, la sencillez y la claridad.
7
ISÓCRATES Machado, Eduardo (2013). Isócrates de Atenas, 436 a. C. - ibíd. 338 a. C., orador, logógrafo, político y educador griego, creador del concepto de panhelenismo. Biografía Nació en el año 436 antes de Cristo, en el demo de Erquía, en el Ática, durante la octogésimosexta Olimpiada, bajo el arcontado de Lisímaco de Mirriunte. Era hijo de Teodoro y Hedyto, y tenía dos hermanos, Telesipo y Diomnesto, y una hermana, Ánaco. Su padre poseía esclavos que fabricaban flautas, quizá también otros instrumentos musicales, y este comercio le aseguró una fortuna que le hizo pertenecer a una clase media pudiente; sabemos esto porque poetas cómicos como Aristófanes le recordaron este humillante oficio. Sus tres hijos recibieron una excelente educación gracias a su desahogada situación económica, que además le permitió ser corego. Isócrates asistió en Atenas a los debates y discusiones de Sócrates y los cursos de Pródico, Tisias, Terámenes y, también, Gorgias, que estuvo en Atenas en 427 a. C. en calidad de embajador tras un viaje a Tesalia. También se cuenta entre sus maestros a Pródico de Ceos y Tisias de Siracusa. Isócrates se transformó en un seguidor en los aspectos formales de Gorgias y en los ideológicos de Sócrates. Platón lo alabó en el Fedro. Perdió la herencia paterna en la guerra contra Esparta, por lo que no tuvo más remedio que ponerse a trabajar en la enseñanza. Dirigió una escuela de oratoria en la isla de Quíos, y al volver a Atenas, hacia el año 403 a. C., trabajó como logógrafo, y escribió discursos judiciales y políticos por encargo; no inició una carrera política, ya que era tímido, de complexión menuda y débil y con poca voz. Sin embargo, fundó en el año 392 a. C. una importante escuela de oratoria que se hizo muy 8
famosa, no sólo por la eficacia de su instrucción, sino también por el hecho emanado de su formación socrática y platónica de incluir en su plan de estudios la educación ética del ciudadano, en lo que se distinguió claramente de sus principales competidores, los sofistas, cuya falta de referentes éticos atacó. La finalidad de esta reforma educativa era en el fondo propiciar una regeneración política, pues Isócrates perseguía la unificación de Grecia como única forma de evitar la invasión de los persas, es la idea central de su famoso Panegírico, compuesto el año 380 a. C. Obra La Antigüedad le atribuyó una sesentena de discursos, de los que la mitad solamente serían auténticos: Dionisio de Halicarnaso creyó que 25 y Cecilio 28. Se han conservado seis compuestos en su actividad de logógrafo, dos elogios, muy característicos del gusto sofístico por los encomios paradójicos, y lo que se podría llamar manifiestos políticos. Los discursos propios de un logógrafo que se han transmitido con su nombre son acaso muestras usadas en su escuela para ejemplificar sus enseñanzas ISEO DE ATENAS Iseo de Atenas ca. 420 a. C. - 340 a. C.), fue uno de los diez oradores áticos. Se especializó en escribir discursos para ser leídos frente a los tribunales. Unos pocos de estos se han conservado hasta nuestros días. Usaba el estilo simple de Lisias de Atenas, utilizándolo como medio de argumentación en complejas cuestiones de orden jurídico.2 __________________ 2
Dobson, J.(1919). Los oradores griegos.
9
ESQUINES Esquines, fue un político y orador ateniense nacido en Atenas en 389 a. C. y muerto en Samos en 314 a. C. Fue uno de los diez oradores áticos. Esquines fue un duro rival de Demóstenes, al que se enfrentó política y judicialmente. Esquines representaba la facción promacedonia de Atenas, mientras que Demóstenes reclamaba la guerra contra Filipo II. Dobson, J.(1919). Biografía No están claros los datos concernientes a su parentesco y a sus primeros años, aunque parece probable que sus padres, aunque pobres, fuesen respetables. El padre de Esquines fue Atrometos, un profesor de letras de la escuela elementaria. Su madre, Glaukothea, asistía en los ritos religiosos de iniciación para los pobres. Después de ayudar a su padre en la escuela, pasó un tiempo como actor, y sirvió en el ejército, en donde se distinguió. También ocupó varios puestos de alguacil en tribunales, y en particular en el Boulé. Entre las campañas en las que participó Esquines se encuentra la de Fliunte en el Peloponeso (368 a. C.), la batalla de Mantinea del año 362 a. C., y la campaña de Foción en Eubea (349 a. C.). La caída de Olinto (348 a. C.) llevó a Esquines a la arena política, y fue enviado en una embajada para levantar al Peloponeso contra Filipo II de Macedonia. En la primavera de 347 a. C., Esquines se dirigió a la asamblea de los Diez Mil de Megalópolis, Arcadia, urgiéndoles para unirse y defender su independencia en contra de Filipo. Sin embargo, en el verano de 347 a. C. formó parte de la embajada de paz enviada a Macedonia, momento en el que parece que Filipo logró ponerle completamente de su parte.
10
Sus dilatorias durante la segunda embajada, 346 a. C. que había sido enviada para ratificar los términos del tratado de paz entre Atenas y Macedonia hicieron que fuese acusado por Demóstenes y por Timarco de alta traición. Esquines contraatacó acusando a Timarco de haber perdido el derecho de hablar frente al público como consecuencia de sus relaciones en la juventud, que le habían dejado una reputación de prostituto, Timarco había sido el eromenos de muchos hombres en la ciudad portuaria del Pireo. Esquines tuvo éxito: Timarco fue sentenciado a atimia y fue destruido políticamente, según Demóstenes. Este comentario fue más tarde interpretado por Pseudo-Plutarco en sus Vidas de los Diez Oradores como que Timarco se había ahorcado tras abandonar la asamblea, si bien este hecho es discutido por algunos modernos historiadores. LICURGO Dobson, J. (1919). Licurgo, en griego antiguo 396 a. C.-323 a. C., fue un orador ático que nació en Atenas alrededor del 396 a. C., y que fue hijo de Licofrón, quien perteneció a la aristocrática familia sacerdotal de los Eteobutadas. No debe confundirse con el legislador espartano, del mismo nombre. 3
____________________ 3
Dobson, J.(1919). Los oradores griegos.
11
Biografía En la escena política, jugó un papel tras la derrota ateniense en la Batalla de Queronea (338 a. C.) frente al ejército del rey macedonio Filipo II. Tenía entonces 52 años, y se ignora lo que hizo antes de esta fecha, en la que se le concedió una magistratura durante un periodo de cuatro años. Fue reelegido dos veces: estuvo en total 12 años dirigiendo las finanzas públicas. Se ocupó con un rigor absoluto de éstas, del ejército, y de la construcción de edificios públicos. Atenas le debe, entre otras cosas, el acondicionamiento del gimnasio del Liceo y del Teatro de Dioniso. Intentó exaltar el patriotismo del cuerpo cívico contra Macedonia. Obras Se han conservado varias obras retóricas. Son los alegatos de las defensas pronunciadas en los procesos políticos. Una gran parte son eisangelias, procedimientos excepcionales por alta traición. DEMÓSTENES Demóstenes griego, fue uno de los oradores más relevantes de la historia y un importante político ateniense. Nació en Atenas, en el 384 a. C. y falleció en Calauria, el 322 a. C. Dobson, J.(1919). Sus dotes de oratoria constituyen la última expresión significativa de las proezas intelectuales atenienses, y permiten el a los detalles de la política y la cultura de la Antigua Grecia durante el siglo IV a. C.
4
_____________ 4
Dobson, J. (1919). Los oradores griegos.
12
Demóstenes aprendió retórica mediante el estudio de los discursos de oradores anteriores. Pronunció sus primeros discursos judiciales a los veinte años de edad, cuando reclamó a sus tutores que le entregaran la totalidad de su herencia. Durante un tiempo, Demóstenes se ganó la vida como escritor profesional de discursos judiciales y como abogado, redactando textos para su uso en pleitos entre particulares. Demóstenes se interesó por la política durante esa época, y fue en el 354 a. C. cuando dio sus primeros discursos políticos en público. Dedicó sus años de plenitud física e intelectual a oponerse a la expansión del reino de Macedonia. Idealizaba a su ciudad y luchaba por restaurar la supremacía ateniense y motivar a sus compatriotas para oponerse a Filipo II de Macedonia. Buscó preservar la libertad de Atenas y establecer una alianza contra Macedonia en un intento sin éxito de impedir los planes de Filipo de expandir su influencia hacia el sur, conquistando las ciudades-estado griegas. Dos años antes de la muerte de Filipo, Demóstenes tuvo un papel capital en el levantamiento de Atenas y Tebas contra el rey macedonio y su hijo, Alejandro III, en la batalla de Queronea, si bien sus esfuerzos no tuvieron éxito cuando la revuelta se encontró con una enérgica reacción macedonia. Más aún: para prevenir una revuelta similar contra su propio líder, el sucesor de Alejandro, el diádoco Antípatro, envió a sus hombres para que acabaran con Demóstenes. Demóstenes, sin embargo, se suicidó con el fin de evitar caer en manos de Arquias, confidente de Antípatro. El llamado Canon Alejandrino, compilado por Aristófanes de Bizancio y Aristarco de Samotracia, reconoce a Demóstenes como uno de los 10 mayores logógrafos y oradores áticos. Según Longino, Demóstenes "perfeccionó al máximo el tono del discurso idealista, pasional, abundante, preparado, rápido. Cicerón le aclamó como "el orador perfecto" al que no le faltaba nada y Quintiliano le alabó dirigiéndose a él como lex orandi, la norma de la oratoria y diciendo de él que inter omnes unus excellat, se encuentra solo entre el resto de oradores.
13
HIPÉRIDES Discípulo de Platón e Isócrates, según una tradición nunca confirmada, fue un gran orador, político y abogado, que, entre otras muchas actividades, colaboró con Demóstenes en su oposición a la supremacía macedonia. En el 343 a. C. denunció ante el pueblo a Filócrates, responsable de la paz del mismo nombre, por corrupción, pero Filócrates huyó antes del juicio por miedo a la más que probable sentencia desfavorable. Tras la derrota de Atenas en Queronea (338 a. C.), participó en la defensa de la ciudad por medio de su famoso y controvertido decreto por el cual se concedía la libertad a los esclavos y la amnistía a desterrados, así como otra serie de medias de carácter excepcional, encaminadas a enfrentar un eventual ataque de Filipo II, que, no obstante, nunca llegó a producirse. Murió asesinado por orden de Antípatro, regente de Grecia tras la muerte de Alejandro Magno, en castigo a su promoción de la Guerra Lamiaca, con el objeto de librar a Grecia y, especialmente, a su patria Atenas, del dominio macedonio. Como orador fueron famosos sus discursos en memoria de los caídos en la mencionada Guerra Lamiaca (323 a. C.) y en defensa de la hetera Friné, acusada por Eutias, un galán desdeñado por ella, de haber hecho una sacrílega parodia de los misterios de la diosa Deméter, hecho castigado con la muerte; como no conseguía persuadir a los jueces, se cuenta que Hiperides desnudó el busto de la mujer ante ellos. Los jueces, sobrecogidos de temor religioso por el asombroso parecido de la hetera con la diosa Afrodita, decretaron su absolución. 5 Dobson, J. (1919). ______________ 5
Dobson, J. (1919). Los oradores griegos.
14
Obra En los años 2005 y 2008, se han publicado las editiones príncipes de dos discursos suyos identificados en el Palimpsesto de Arquímedes y de los que no se conocía prácticamente nada: el Contra Timandro y el Contra Diondas. Ambas obras arrojan nueva luz sobre la figura del orador y ofrecen datos y hechos histórico-sociales de la última mitad del siglo IV a. C. hasta ahora ignorados o escasamente documentados. DINARCO Dinarco, Corinto, ca. 361 a. C. - ca. 291 a. C.) fue el último de los diez oradores áticos, hijo de Sóstrato (o, según la enciclopedia bizantina Suda, de Sócrates). En lo concerniente a los aspectos generales de su vida, dependemos de la obra de Dionisio de Halicarnaso: Sobre Dinarco, cap. 2, 3 y 9. Dinarco nació en Corinto, pero se marchó a Atenas para estudiar retórica con Teofrasto. Dobson, J. (1919). A partir de 336-365 trabajó siempre con mucho éxito como logógrafo, un escritor de discursos para los tribunales. Al ser extranjero residente en Atenas (meteco), no pudo desarrollar una carrera política ni tampoco le estuvo permitido hablar directamente en los tribunales. Tras la Guerra Lamiaca y con los grandes oradores de la época, Demóstenes e Hipérides, ya fallecidos, Dinarco se quedó solo y ejerció la supremacía en esa actividad tan lucrativa.6 ______________ 6
Dobson, J. (1919). Los oradores griegos.
15
Durante el gobierno de su amigo y protector Demetrio de Falero, alcanzó su máximo encumbramiento y los años 317-317 fueron los más prósperos de su vida. En la caída de Demetrio Faléreo en (307-306) y la restauración de la democracia por Demetrio Poliorcetes, Dinarco, sospechoso por su riqueza y quizá aún más por su amistad con los que abolieron la democracia, fue condenado a muerte y tuvo que exiliarse a Calcis en Eubea. Dionisio conocía 87 de los discursos atribuidos a Dinarco y de 60 de ellos confirmó su autoría. Sólo poseemos tres considerados auténticos por los especialistas: Contra Demóstenes, Contra Aristogitón, y Contra Filocles, todos ellos relacionados con las investigaciones de la desaparición del dinero depositado en Atenas para Hárpalo en (324-323 adC) por el Areópago, el cual después de consultar, informó que nueve hombres habían recibido sobornos de Hárpalo, (el tesorero fugitivo de Alejandro), y designó fiscales para el caso. Dinarco escribió para uno o más de los fiscales los tres discursos antedichos. Tres discursos incluidos en la lista de Dionisio de Halicarnaso se encuentran en el corpus de Demóstenes (Orationes 45, 46 y 58), pero los especialistas no creen que puedan atribuirse a Dinarco. Las simpatías de Dinarco fueron en favor de una oligarquía ateniense bajo control macedonio; pero ello podría recordar que él no era ciudadano ateniense. Esquines y Démades no lo tuvieron como excusa. En el asunto de Hárpalo, Demóstenes era sin duda inocente, y, probablemente, fue otro de los acusados. Sin embargo, Hipérides, el más ardiente patriota, estuvo del mismo lado que Dinarco. Bajo la regencia de su viejo maestro, Demetrio de Falero, Dinarco ejerció gran influencia política. Dinarco señala el declive de la oratoria ática. Demostró ser poco original excepto en una cierta habilidad para el uso de metáforas nueva. 16
Imitó a sus precedesores, sobre todo a Demóstenes Hermógenes, lo llama krítinos Dēmosthénēs, un Demóstenes de bagatela, pero no desarrolló un estilo propio. Conocía la técnica de la composición en prosa y dominaba todos los trucos del oficio de orador. Fue competente hasta cierto punto, pero su obra es descuidada y falta de gusto. El orden de sus discursos resulta incoherente. Sus frases son largas y sin forma, de algunas figuras retóricas, e.g. epanalepsis y asíndeton, hace un uso desmesurado, y su invectiva es tan sumamente exagerada que pierde todo su significado. Sobre el 292, gracias a las negociaciones de su amigo Teofrasto, pudo regresar a Atenas. Ya prácticamente ciego, se quedó a vivir en casa de su amigo Próxeno, a quien al poco tiempo denunció para recuperar un dinero que se le había extraviado en la casa, la única vez que Dinarco estuvo en los tribunales. Éste es el último dato de su vida que conocemos. Dinarco murió en Atenas hacia el 291.
17
CAPITULO III FILOSOFIA DE LA ORATORIA EN EL PERIODO ATICO Meleros, Antonio (1996. La palabra es un poderoso soberano que, con un cuerpo pequeñísimo y completamente invisible lleva a cabo obras sumamente divinas. Puede, por ejemplo, acabar con el miedo, desterrar la aflicción, producir la alegría o intensificar la compasión. Tal fue el pensamiento de Gorgias en el Encomio de Helena en torno al lógos, la palabra, a la que reconoció un carácter divino por las reacciones que puede obrar en el ser humano. Esta concepción de la palabra está estrechamente relacionada con la teoría y la praxis de la retórica. En efecto, los siglos V y IV a. C. en la antigua Grecia y, en especial en Atenas, significaron el punto culminante de las posibilidades persuasivas de la palabra. ¿Qué actividad pública o qué manifestación cultural estuvieron exentas del abrazo retórico? Nada fue ajeno al quehacer de la elocuencia, ya fuera para persuadir o para demostrar verosímil o verdaderamente sobre los asuntos propiamente humanos. 7 Y es que, desde la perspectiva antropológica más amplia, el hombre es un ser retórico. Basta con que se quiera comunicar algo para que se echen a andar los procesos de la retórica y de la oratoria. Por este simple, pero a la vez trascendente hecho, es por el que, entre otros que aquí trataremos de subrayar, los estudios sobre la retórica y la oratoria son indispensables en la medida en que ofrecen un conocimiento sobre las múltiples posibilidades de la expresión humana. Meleros, Antonio (1996)
________________ 7
Meleros, Antonio (1996), Sofistas. Testimonios y fragmentos, Madrid.
18
Es en este marco donde queremos insertar el libro coordinado por Paola Vianello de Córdova, el cual reúne trabajos de Silvia Aquino López, Mariateresa Galaz Juárez, de la misma Paola Vianello y de Gerardo Ramírez Vidal; se trata de un libro que ofrece una panorámica específica sobre la oratoria griega y un grupo de oradores áticos, cuya actividad intelectual se desarrolló durante el s. V: Antifonte, Andócides, Lisias, Isócrates e Iseo. Los estudios clásicos pueden ser, de modo general, de dos tipos, unos que quedan circunscritos en la filología como hermenéutica que se agota en sí misma, y otros que echan mano de las herramientas filológicas para comprender no sólo el mundo de ayer, sino, lo que a nuestro juicio es más importante, el de hoy. El libro la oratoria griega y los oradores áticos del primer periodo pertenece al segundo caso. Es oportuna la distinción fundamental que plantea este libro entre, primero, el concepto de oratoria, no como el arte de pronunciar discursos”, sino como “la práctica social de hablar en público , es decir, todos aquellos elementos que se refieren a los discursos pronunciados, y, en segundo lugar, el concepto mismo del arte de la retórica, surgido de la intensa práctica de hablar en público y cuyo significado específico se refiere a “la teoría y el arte del discurso persuasivo en la vida pública y política en la Atenas democrática de mediados del siglo V y luego durante todo el IV. En efecto, de entrada, Paola Vianello traza de manera breve el puente entre la tradición clásica y el mundo actual cuando señala que “la importancia que tuvo la expresión en la Grecia antigua y el papel que jugó la oratoria en la vida política y en casi todas las expresiones culturales de esa civilización” abarcan un radio de acción mucho mayor, debido al desarrollo humano que se aprecia en los adelantos tecnológicos que han revolucionado el modo de comunicación entre los hombres. En otras palabras, aquella retórica que nació, en los albores del siglo V, como una necesidad socioeconómica, se ha diversificado al mismo ritmo que el progreso 19
humano y los distintos modos de interpretar al mundo. No es exagerado decir, a pesar de los juicios de Platón y de Kant, de los cuales Ramírez Vidal se ocupa de rebatir en el capítulo Oratoria y retórica, que la retórica en muchos sentidos es medida de la capacidad intelectual del hombre. Y es que la expresión de la cultura griega es, prácticamente al mismo tiempo, el desarrollo y la manifestación de la palabra. Vianello esboza con claridad un recorrido de la poesía homérica hasta los siglos V y IV, donde la línea central es la caracterización de la palabra o bien la práctica social de hablar, que alcanza su esplendor en el trabajo de aquellos sofistas que tenían como centro de su enseñanza el uso de la palabra y en el de los logógrafos que, como en el caso de Iseo, autor del que se ocupa Mariateresa Galaz, se especializaban en casos muy concretos de la logografía, llevados al plano de la práctica de la oratoria forense Otro puente entre la tradición retórica griega y el mundo actual lo ha expuesto con atinado acierto Gerardo Ramírez Vidal, cuando señala la equivocada comprensión que, en diversos ámbitos de la civilización occidental, redujo a la retórica a una cuestión figurática o tropológica, es decir, a la simple nomenclatura de las figuras retóricas que si bien tienen un sentido en la conformación del estilo y en la composición estética, no es reductible a esta circunstancia, pues ello lleva a considerar que cuando se habla de oratoria o de retórica se cae en el terrible error de considerar al texto o discurso como mera palabrería. Dice Ramírez Vidal: Meleros, Antonio (1996). Esta creencia de que la retórica poseía un carácter puramente ornamental y objetivos amorales tuvo una amplia difusión durante la Edad Media; e incluso actualmente se utiliza muy a menudo con el mismo sentido, de modo que en nuestro pensamiento el vocablo se nos presenta como sinónimo de demagogia, palabrería, de adorno vano. 8 ____________________ 8
Meleros, Antonio (1996), Sofistas. Testimonios y fragmentos, Madrid.
20
La hostilidad hacia la retórica tuvo su origen en su desarrollo mismo, sobre todo en los comentarios de Platón, pero hay que advertir que este mismo filósofo se sirvió de elementos propios de la retórica no sólo para la expresión de su pensamiento, sino también como un camino del mismo proceso filosófico que él propuso. Como quiera que sea, la retórica no nació ni como filosofía ni como parte de la estética, sino que su génesis técnica se originó de una necesidad concreta: defender la propiedad de la tierra; este hecho, que subraya Ramírez Vidal, fue extendiéndose hasta alcanzar un espacio propio en la educación del ciudadano ateniense. A este respecto, los sofistas jugaron un papel fundamental, junto con los rhétores y el interés enciclopédico de Aristóteles, quien no soslayó la importancia de la retórica al escribir el tratado homónimo, amén de las referencias que sobre este asunto es posible analizar en la Poética e, incluso, en sus tratados de lógica. Entre los primeros sofistas que hicieron de la palabra su instrumento de reflexión y de trabajo se encuentra Antifonte, de quien se ocupa Gerardo Ramírez en la segunda parte del libro. De este modelo de intelectual del siglo V, como lo llama Ramírez Vidal, se conservan más datos sobre su vida y testimonio de sus textos que de cualquier otro sofista de la misma época. Los discursos conservados de Antifonte y las noticias sobre sus intereses filosóficos y científicos permiten afirmar que a este pensador nada de lo humano le era ajeno, y que puso al servicio de la retórica su inteligencia y su experiencia. Y qué decir de las ideas del Estagirita vertidas en sus tratados de ética, en los que Paola Vianello ha seguido el concepto de ethos y ha recalcado su vínculo con la Retórica. En efecto, uno de los aspectos que ha ocupado el interés de Vianello de Córdova ha sido el análisis del carácter, tanto del orador como del auditorio, y como parte de su investigación puede leerse el apartado Oratoria y ethos. El ethos es el carácter del que habla, lo cual define el estilo como parte constitutiva de una prueba persuasiva, pues a través del elemento ethopoiético, se representa el carácter y define al sujeto que será percibido como verosímil o no, 21
dependiendo de la persuasión a través del ethos que pueda ejercer en el auditorio. Éste, a su vez, también tiene su propio ethos, cuyas características son objeto de análisis por parte de la retórica, pues es un nexo que conlleva la persuasión al oyente. No omite señalar la autora que a pesar de la importancia del ethos como prueba propia del arte, Aristóteles la colocó en un segundo término, después de las pruebas entimemáticas. Todd, S. (2000). Un orador, para ser digno de crédito, debía poseer phrónesis (sentido práctico prudencia), areté (virtud) y eúnoia (benevolencia). Hay que entender que estas cualidades tienen un pie en el campo de la ética y otro en el campo de la retórica. La combinación de ambos daría como resultado un orador que no sólo es capaz de alcanzar el buen éxito en su empresa persuasiva, sino que, siempre en el marco de un carácter bien delineado, sería prácticamente un paradigma, tal como luego lo concibió Quintiliano en su Institución Oratoria.
8
Un maestro en el análisis y diseño del ethos lo fue sin duda Lisias. Este logógrafo ha venido siendo examinado también por Vianello de Córdova, de cuyo trabajo tenemos una prueba en su estudio y traducción del discurso I, Sobre el asesinato de Eratóstenes, publicado por el Instituto de Investigaciones Filológicas; en este libro hay un acercamiento a la vida y obra de este autor, que lleva por título Lisias: aspectos de la vida ateniense. El trabajo de Lisias es resultado de una mirada aguda que penetra en los individuos y su circunstancia para poder disponer de argumentos creíbles. Si bien es cierto, como apunta Vianello, que la producción de los oradores áticos es un testimonio importante de la vida ateniense en todos sus aspectos, también lo es que Lisias se distinguió por sus virtudes ethopoyéticas “que fueron reiteradamente alabadas por los críticos literarios de la Antigüedad”, en particular, sobresale el comentario de Dionisio de Halicarnaso. ___________________ 8
Todd, S. (2000). The Oratory of Classical Greece: Volume 2. Austin
22
Del magistral manejo ethopoyético de Lisias, Vianello ofrece como ejemplos el modo sencillo de vida seguido por los atenienses, la camaradería, los vínculos de amistad, sucesos de la vida cotidiana tales como pleitos domésticos o callejeros, calumnias y venganzas, en fin aquellas características que tanto en lo general como en lo particular conforman el ethos de una sociedad, un carácter que transita de la vida íntima a los linderos de la historia misma. El análisis de Vianello de Córdova sobre la formación y fines del ethos puede servir a sus lectores como contra-argumento de la crítica platónica “acerca del carácter amoral de la enseñanza sofística”, pues, como explica Ramírez Vidal, con base en el Gorgias de Platón, “la retórica tenía la finalidad de capacitar para hablar, con el fin de que sus discípulos [se refiere a los de Gorgias] llegaran a ser lo mejor en la sociedad de su tiempo, para bien de la ciudad y para el suyo propio, considerando en todo caso lo justo y lo injusto. Entonces, si el alumno hace un mal uso de lo que se enseña, la esencia de lo enseñado no es algo amoral en sí, antes bien, hay que comprender el lugar de cada área de enseñanza y el uso de cualquier índole que se haga. Lo mismo puede decirse de la filosofía. Con lo anterior hemos querido poner de relieve cómo lo expuesto por Paola Vianello y Gerardo Ramírez se complementa y ofrece tanto una idea más clara sobre la cualidad del orador, así como el carácter formativo de la retórica que es equivalente a otras áreas del pensamiento, como la filosofía misma. Ahora bien, en la Atenas de las profesiones, es decir, en el ambiente de los siglos V y IV, la especialización de la palabra a través de la tradición retórica, dio paso a nuevas formas de ocupación. En este libro, Silvia Aquino López da constancia del papel del logógrafo, el profesional del discurso, el equivalente en cierta medida al abogado que litiga en el contexto del derecho anglosajón, a través de su artículo Oratoria y logografía, y Mariateresa Galaz Juárez analiza, en 23
Oratoria y derecho, un aspecto particular de este mismo ámbito que es el de las leyes. Logografía y derecho van de la mano. El logógrafo, como apunta Aquino López, debía conocer tanto las técnicas de persuasión, como la conformación y aplicación del derecho. Con base en estos dos principios, el logógrafo debía poseer o desarrollar atributos como “sensibilidad para sacar provecho de la psicología y de la ideología colectiva del jurado; agudo sentido de la realidad para perseguir siempre su finalidad de ganar la causa, posesión del arte de la oratoria, entre otros que expone Silvia Aquino. Como se puede apreciar, la logografía fue una profesión altamente especializada y redituable, tal como lo comprueban los casos de Lisias, Isócrates y Demóstenes que rehicieron el patrimonio familiar perdido por circunstancias diversas. Se puede colegir a través de la exposición de Silvia Aquino que la labor logográfica tuvo tan floreciente desarrollo gracias a las políticas implantadas por la democracia, entre las que cabe resaltar “la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, y por lo tanto, cualquier persona víctima de una injusticia tenía derecho a la protección amplia de las leyes. Y a esto hay que añadir lo que Vianello señala en el primer apartado: la isegoría o derecho de palabra y la parrhesía o libertad de palabra . Smith, R. (1995). En efecto, este saber pensar fue también parte del legado de la retórica, tal como lo apuntó Silvia Aquino en otro capítulo de este libro que se titula “Isócrates: logógrafo y educador. Si bien algunos logógrafos por necesidad debían conocer el derecho, hubo otros, como Isócrates, que además tuvieron una actividad especial en el ámbito de la educación.
9
_____________ 9
Smith, R. (1995). New Look at the Canon of the Ten Attic Orators. p. 66-79.
24
Silvia Aquino ofrece en su trabajo una apretada síntesis de los discursos judiciales conservados de Isócrates y las cualidades que a ella le han parecido más relevantes. Con esto el lector puede hacerse una idea concreta, general y precisa sobre el quehacer logográfico de Isócrates. Igualmente importante resulta advertir que Isócrates tuvo una escuela de retórica, una especie de universidad en el sentido en que en ella se impartía una educación superior y se formaban profesores de retórica y “técnicos” de la discusión, y, en general, hombres cultos con buena capacidad de juicio que sabrían intervenir airosamente y con soltura en las controversias de la vida mundana. Isócrates tenía, en buena medida, una paideia bien definida que abogaba por una educación retórica, sin menoscabo del “logos como instrumento de la inteligencia” que daba herramientas útiles para la vida práctica, a diferencia de la escuela platónica que pretendía educar al hombre ideal para una sociedad igualmente ideal. Para Isócrates la mente podía adiestrarse a través de la práctica de las posibilidades que brinda la palabra, por lo que es continuador en gran medida de las ideas de los sofistas sobre la filosofía del lenguaje Meleros, Antonio (1996). Apuntábamos ya que la logografía de suyo era una especialización del uso de la palabra. Pues bien, dentro de este mismo marco florecieron ramas todavía más específicas que iban acordes con el interés particular de los logógrafos. Cada uno de ellos se distinguió por su particular estilo, pero también por los casos que aceptaban trabajar. Que la logografía iba de la mano con el derecho fue un rasgo esencial de la retórica judicial. Y esta idea es la que pone de manifiesto Mariateresa Galaz en su artículo “Oratoria y derecho”. La democracia como resultado de la convivencia y organización social de Atenas pudo ser posible, entre otras cosas, gracias a la observación y aplicación de las leyes. Para Mariateresa Galaz, el vínculo entre el derecho y la oratoria se halla en la persuasión en cualquiera de los tres géneros del discurso, el deliberativo, el judicial y/o el epidíctico. 10 ____________________ 10
Meleros, Antonio (1996), Sofistas. Testimonios y fragmentos, Madrid.
25
En los dos primeros, es donde el conocimiento de las leyes hacía del logógrafo un especialista del derecho, pues debía disponer a éste de acuerdo con los recursos retóricos a fin de ganar la causa. Como el derecho ateniense era más bien de carácter general y muchas veces se hallaba supeditado a los decretos, la interpretación del logógrafo estaba encaminada a lograr el buen éxito de la causa presentada. Esto dio pie, como explica Mariateresa Galaz, a cierta reputación negativa hacia los logógrafos, pues se les veía como poco confiables. Como quiera que haya sido el caso, lo cierto es que la ley no fue algo que se aplicara a rajatabla, sino que el tratamiento retórico era lo que a final de cuentas pesaba en la decisión de los jueces. Ahora bien, dentro del terreno de la profesionalización del rhétor, Mariateresa Galaz ofrece un ejemplo a través de Iseo, un meteco avecindado en Atenas, cuyo estilo era preciso, claro, conciso, en fin, un purista del lenguaje. Pero de acuerdo con Galaz, esto no es lo más relevante, sino el hecho de que Iseo brinda información al lector moderno, sobre todo acerca de la legislación ateniense y de ciertos estados más de hecho que de derecho. En otras palabras, por medio de los discursos de Iseo se puede acceder a algo cercano a la jurisprudencia ática, entendido este término como el derecho en activo y no en la mera teoría. En efecto, Iseo se especializó en causas relacionadas con la propiedad, área de la logografía que hubo de redituarle excelente fama y reconocidos ingresos. En este sentido, los textos de Iseo constituyen una fuente seria acerca de problemas legales sobre herencia. A tal punto se reconoció desde la antigüedad la profesionalización de Iseo en este rubro que solamente se han conservado los discursos referentes a conflictos de herencias.
26
Meleros, Antonio (1996). Pues bien, el libro aquí reseñado es un esfuerzo que denota tanto el trabajo de investigación como la concisión didáctica de los autores para ofrecer a un público amplio, conocedor o no de la oratoria y de la retórica griega clásica, fundamentos que son claves para acceder a un aprendizaje más fino sobre las cuestiones aquí expuestas. En suma, Oratoria griega y oradores áticos del primer período es una puerta lo suficientemente abierta y sustentada como para permitir el paso al complejo y seductor mundo de los inventores del logos persuasivo.10
_____________________________ 10
Meleros, Antonio (1996), Sofistas. Testimonios y fragmentos, Madrid.
CONCLUSIONES:
Primera: La oratoria en el periodo de los oradores áticos nos da como conclusión que la oratoria es el conjunto de principios y técnicas que permiten expresarnos con claridad, desenvoltura y sin desconfianzas ante un público, la misma que nació en Sicilia y se desarrolló fundamentalmente en Grecia, donde fue considerada un instrumento para alcanzar prestigio y poder político. Destacan los siguientes tipos: Oratoria Social, Pedagógica, forense, Política, Religiosa, Militar, Artística y Empresarial.
27
Segunda: La oratoria presenta las características Acción oratoria, Estilo Ático o Humilde y Estilo Asiánico o Vehemens, además busca persuadir, enseñar, conmover y agradar. Tercera: Los estudios clásicos pueden ser, de modo general, de dos tipos, unos que quedan circunscritos en la filología como hermenéutica que se agota en sí misma, y otros que echan mano de las herramientas filológicas para comprender no sólo el mundo de ayer, sino, lo que a nuestro juicio es más importante, el de hoy. El libro La oratoria griega y los oradores áticos del primer periodo pertenece al segundo caso.
RECOMENDACIÓN Primero: En tanto la recomendación en el periodo ático es que el orador tuvo las siguientes cualidades ya sean cualidades físicas, el aseo personal, el vestido, la actitud mental positiva, Gozar de buena salud física y Gozar de buena salud psíquica. Segundo:
28
También en las recomendaciones y cualidades intelectuales la memoria, imaginación, Sensibilidad e iniciativa, mientras que en las cualidades morales, Puntualidad, Sinceridad, Congruencia y Lealtad.
Tercero: El prestigio de la oratoria fue muy importante cuya recomendaciones son los pilares de la política hoy en día para la formación e diferentes profesionales no por la oratoria sino por la axiología.
BIBLIOGRAFÍA
Añez, C. (2008). Oratoria, Barcelona-España Dobson, J. (1919). Los oradores griegos, Tejas-EEUU. Machado, E. (2013) Recopilación de los Oradores, México DF-México Martínez, E. (2003), Historia de la oratoria, Universidad San Agustin de Arequipa Perú 29
Meleros, Antonio (1996), Sofistas. Testimonios y fragmentos, Universidad la Sorbona Madrid-España. Smith,
R.
(1995).
New
Look
at
the
Canon
of
the
Ten
Attic
Orators. Mnemosyne 48.1 p. 66-79. Todd, S. (2000). The Oratory of Classical Greece: Volume 2. Austin: University of Texas Press.
30