Tema La Sinceridad e5f1r

Tema la sinceridad Hermanos y hermanos, hoy quiero compartir con ustedes una breve reflexión sobre la sinceridad, espero que nos ayude a ver si nosotros somos como cristianos somos sinceros con nosotros mismos, con el prójimo y con Dios. Quiero comenzar preguntándoles ¿saben que es la sinceridad? O mejor dicho ¿Qué entienden ustedes por sinceridad? (esperar la respuesta de algunos hermanos, y luego continuar) La sinceridad es una aptitud que consiste en mostrar y reflejar siempre la verdad, de todas nuestras acciones, pensamientos, sentimientos y lo que somos para con los hombres y para con Dios, sin ocultar nuestros defectos y sin esconder aquellas cosas que no nos agradan o producen vergüenza y humillación. En otras palabras podemos decir que: un hombre o mujer que es sincera es aquella que es honesto, sencillo, humilde, de corazón recto, sin doblez, sin hipocresía, integro, justo, valiente, sin maldad. Por el contrario una persona que no es sincera es aquella que es: hipocresía, mentirosa, que aparenta, sin verdad, orgullosa, vanidosa, soberbia, que habla con sarcasmo, etc. En la sagrada escritura encontraremos varios pasajes donde se menciona la sinceridad, como por ejemplo: a. 1 corintios 5. 8: Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad. b. 2 corintios 1.12: Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo y mucho más con vosotros. c. 2 corintios 2.17: Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo. d. filipenses: para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo. e. Hebreos 10. 22: acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y de lavados los cuerpos con agua pura.

f. Mateo 5.8: Bienaventurados los de limpio corazón porque ellos verán a Dios Pero me llamo la atención esta cita de la carta a los Gálatas la cual dice: No se engañen, Dios no puede ser burlado, puesto que todo lo que el hombre siembra eso cosecha. (Gal 6,7). Una de las características más importantes del verdadero Hijo de Dios es la sinceridad. Una ejemplo claro de sinceridad es el rey David, pues pese a todos los errores que cometió, comprendió lo importante que es ser sincero delante del Señor, porque el Señor lo ve lo que hay en el corazón de cada uno, no le podemos ocultar nada. En ocasiones fueron situaciones duras que tuvo que pasar para comprender este principio, pero se dio cuenta que no había forma de ser conforme al corazón de Dios si no es por medio de la sinceridad. Ya el profeta Samuel lo manifiesta en la elección de David como rey “cuando Eliab estaba ante Samuel, se dijo: sin duda es el elegido de Yaveh, pero Yaveh le dijo: no mires su estatura ni su apariencia, pues yo lo descarto, porque los hombres se fijan en la apariencia pero Yaveh conoce el interior” (1Samunel 16,68). Y es que ¿A quién no le gusta que le sean sinceros?, creo que todos nosotros buscamos que las personas que nos rodean sean sinceras con nosotros, aunque la sinceridad muchas veces puede ser un poco dura, debemos aprender a que por medio de ella llegaremos a ser mejores personas y mejores cristianos. Hoy en día vivimos un tiempo en donde la sinceridad se está ocultando, en donde el pecado se está convirtiendo en un experto para aparentar y en donde la verdadera relación personal con Jesús se esta perdiendo. Y la ver dad es que en una relación donde no hay sinceridad, es una relación que poco a poco se ira desgastando y lejos de fortalecerse se puede echar a perder. Por ejemplo cuando no hay sinceridad en las parejas, hay desconfianza, hay tristeza, temor y angustia, que la otra persona me falle. Surge una pregunta muy importante que debemos hacernos cada uno de nosotros, que estamos aquí. ¿Estamos siendo sinceros con Dios? Creo que la mayoría nos olvidamos de ser sinceros con nosotros mismo, porque no queremos reconocer que somos limitados y que nos equivocamos, con los demás porque en muchas ocasiones les ocultamos la verdad, o peor a un terminamos haciéndoles daño, y mas aun con Dios porque creemos que con llevar una vida acomodada en los espiritual es lo que agrada al Señor y realmente es un engaño. Porque, el no ser sinceros con Dios y conmigo mismo nos lleva a querernos engañar, creemos que con asistir a la Iglesia y alabarlo, es suficiente para que el nos conceda sus bendiciones, cuando realmente nos estamos olvidando que fuera de las cuatro paredes también hay un mundo en el que debemos ser luz y en donde tenemos que ser la sal que le

de sabor. También el Señor nos llama a seguirle, a serle fieles, nos llama a amarnos unos a otros, pero en realidad no somos sinceros con el Señor, porque no le seguimos, no somos perseverantes, en muchos de nosotros no hay actitudes de perdón y muestras de amor, aparentamos ser buenos cristianos porque vamos a misa, a la hora apostólica, rezamos el rosario, comúlganos, pero decimos mentiras, criticamos al hermano, no nos comprometemos con la misión evangelizadora de la Iglesia. Hermanos siempre debe resonar en nosotros esta frase de los gálatas: No se engañen, Dios no puede ser burlado, puesto que todo lo que el hombre siembra eso cosecha. (Gal 6,7). Amado hermano, te pido con todo mi corazón, que seas sincero con Dios, que reconozcas tus errores y debilidades delante de El, que no quieras tapar el sol con un dedo y creer que todo está bien, cuando muy dentro de ti sabes que las cosas no están saliendo como tendrían que ser. Cuando sabes que estas llevando una vida cristiana mediocre, es tiempo que dejes de aparentar y te decidas a vivir realmente como cristiano, imitando a Cristo, manera de vivir, siendo autentico ante Dios ante los demás. Amen