Usted que me enamora
Salvador Pliego
Copyright © 2015 COPYRIGHT by Salvador Pliego. All rights reserved. México Todos los derechos reservados. Este libro no puede ser parcial o totalmente copiado o reproducido de cualquier forma sin autorización del autor.
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ÍNDICE
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Introducción
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Usted
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Biografía del autor
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Introducción 1.- ¿Por qué? Todos los días que abrimos una ventana hacia la realidad escuchamos o leemos noticias. La mayoría de ellas son tristes: guerras, conflictos, injusticias, muertes… Pero yo creo que hay otra realidad, la que todavía sigue siendo un sueño para muchos: la del amor. ¿Por qué, me pregunto, he de someterme a la primera y no a la segunda? Creo, y estoy convencido, que es cuestión de elección, que aunque los más poderosos, los que rigen el poder de las naciones o las economías por su capacidad de riqueza, dicten la historia por el camino de la violencia, siempre hay una respuesta alternativa. Profeso la doctrina de la no violencia de Gandhi y la reconciliación que dejó como enseñanza Mandela: hay que dar la lucha, la lucha pacífica: la del amor… ¡Esa es mi bandera! Desde mi trinchera, desde este grito que me nace, desde este corazón que a mil me late, yo pulso y lucho, engendro mi bandera: el amor.
2.- ¿Por qué? Hace años que la poesía dejo de circular por las calles. La poesía de hoy se ha vuelto elitista. La gente común se quedó con Neruda, García Lorca, Hernández, Nervo… los clásicos de antaño. Los nuevos poetas de la lengua castellana son poco leídos. Pareciera que cada uno se esfuerza por hacer la imagen poética más compleja, más abstracta y más surrealista posible. Mientras las academias y grandes escuelas literarias les aplauden, para la gente sencilla pasa inadvertida. Resulta entonces que la poesía ya no se vende. Las grandes editoriales no se comprometen con ningún poeta pues saben que no van a vender mucho. Los recitales poéticos, por lo general, son encuentros de unos cuantos oyentes. Y la gente de la calle sigue recitando a sus clásicos. Volver a la sencillez, donde al pan le llamamos pan y al beso, beso. Volver a sentir que la palabra nace, no de la abstracción más pura, sino del sentimiento hondo. Que tiene el significado de la lágrima o del suspiro, porque a ambos le llamamos por su nombre y la gente así los reconoce. Que si esto es volver al romanticismo... ¡No importa! Crear para
la gente sencilla: la de la calle y las fábricas, para las mujeres que hacen el nido en el arrullo de sus casas y amamantan la palabra con su sonrisa diaria; para los que trabajan en la tierra construyendo los frutos dulces de las primaveras y los que con sus ojos, con su mirar fresco y simple, se llevan el pan hacia la boca y la boca a la armonía del beso. Sí, el amor no reconoce laberintos ni complejos argumentos, ni postula alocuciones más allá del sentimiento. ¡Simplemente, se da! Y se da en el mirar del compromiso, en las manos que acarician, en el corazón revoloteando. ¡Es tan sencillo el amor, tan simple y tan humano!…
3.- ¡Sí, usted que me enamora!…
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USTED
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I
Disculpe, creo que al abrir usted los ojos se le escapó una mariposa. Sólo vengo a devolvérsela.
II Desde que escuché que el mundo es maravilloso, me puse a pensar en usted. Y, sí, ¡es maravilloso!... De vez en cuando le agrego el tinte de sus ojos.
III
¡Levante su hermosura, que hoy está de largo mi alegría y viene de gala a enamorarla!
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IV Siento que es enorme mi mundo junto al suyo: usted pone su mano en mi frente, yo pongo el corazón donde su tacto. Por eso, qué linda es usted llena de vida: me pinta la noche, me da cita con un mundo al que yo llamo alegría. Y todo porque extiende mi vida a su caricia.
V Créame, me estoy enamorando. Si tiene sentido o no, es asunto de correspondencia. Créame, que nada tiene altura sino el corazón que siento, y por eso canto y vuelo, respiro y vuelo. Créame, a usted la quiero… ¡Así, así de simple!… Y lo que vivo nace en mí. Créame, yo soy testigo, a usted la quiero.
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VI
Quizá el amor sea eso, o el quererla sea su mundo que al mío le comparte. De igual forma me sabe decirle que la quiero, decirle que usted tiene la llave de esta puerta, de una cerradura vieja, tan vieja y maltratada, que solamente su cariño puede lubricarla.
¿Para quién, debo decirle, para quién son esos besos? ¡Quizá el amor sea eso y usted tiene la llave, usted tiene el cerrojo, usted tiene mi puerta!
VII Bermejo mi corazón, lleno de ilusiones, no tiene otra razón más linda que mirarla, porque no hay palabras más bonitas que decirle: Usted, corazón, me colma de fantasías. Y mi mente divaga, y un beso a su corazón le suple. 6
VIII Hagamos de cuenta que usted me mira, que yo le comparto una caricia, que usted me sopla su rostro y yo lo introduzco por debajo de mi piel que igual le mira, que usted baila sus ojos en mis hombros y yo intento abrazarles para que no murmuren un intento de escaparse, que, de hecho, usted mueve mi existir hacia el tope y yo agarro las nubes para no volarme más arriba, que, en fin, le diga que sus manos son la locura de mis manos y su sonrisa, la puerta de mi dicha. ¿Ve, entonces, por qué distraigo mis quehaceres para ir barriendo yo mi vida, y limpiarla y sacudirla, para que usted habite esta casa y se acurruque en ella y abra de mi pecho sus ventanas?
IX
¡Vamos, yo la hago mía! La beso… Y usted cierra los ojos. La beso… Y la sueño tal cual usted se mira. ¡Y la beso! Dígame, al besarla, ¿qué es lo que usted se imagina? 7
X Si a ti te llamo usted y la palabra en su tacto me responde, el no se vuelve un sí, la sombra es una luz resplandeciente, siento que el nudo en mi garganta se convierte en avecilla y no deja de aletearme, y todo porque tú, usted, acerca sus labios a mis labios, los roza, y un beso suyo, tuyo, me bombea el corazón desde su boca.
XI
Lo que valoro de usted es su capacidad de responderme, que diga que son ganas lo que el latir contiene, porque la he elegido y por lo mismo me ha elegido a hacer de esta rutina una memoria imborrable.
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XII
Usted que me enamora y llena de sorpresas mi mente y mis caminos, no le bajo el cielo, ni la estrella, ni le doy la luna hecha de rosa. Le doy, a cambio, estas ganas de quererla, de llevarla a la casa donde albergo un sentimiento por nadie igualado: el de verla a usted sonriente, bailando por la vida, saltando, porque entiende que el amor lleva su nombre y equivale a más de un cielo, y es más grande que el brillar del firmamento. Y todo porque usted me pinta: me pinta el corazón, me pinta todo el pecho, me pinta un beso por quererla… ¡Usted me pinta el alma, me pinta y enamora!
XIII
¿Cómo es que puede usted, con una simple mirada, sacarme el corazón y que se ponga a corretearse con el alba?
XIV
A esa combinación suya de ojos, brazos, boca, instantes y sentimientos, le llamo: mi pasaje a la alegría… Y van en un Discovery, en plena caminata espacial hacia el infinito.
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XV
Usted perdone, aquí se lee el universo, se escribe un firmamento y se resuelven algoritmos de alegría. Y en caso de que usted se acerque, todo eso se convierte en poesía.
XVI
Si usted dijera que no, ¡qué importa!, yo sabré quererla a usted de mil maneras; igual su no o su sí que nunca expresa. De todas formas tiene usted un lugar en mi necio corazón e impertinente, que a su no le dice sí… y es mi forma de quererla.
XVII
Yo no cuento estrellas en la noche. Cuento el lunar de su mejilla tantas veces que termino incorporando el universo a su mejilla. 10
XVIII
¡Ah!... Sólo si usted quisiera… Su boca… ¡Qué tentación la mía! Bajar sus cuestas, subir por sus laderas, dejarle mi nombre para que usted a él le platicara, mientras yo le respondiera que es usted tan bella. Caerme de rodillas… su boca… mirarla mientras habla. Y con esa tentación desbordar el ansia, agitarme hasta la insuficiencia del derrame, hasta la obsesión más inimaginable de la absoluta demencia, en la locura de mis nervios, en la ansiedad de mis desvelos, hasta lo profundo del amor y de su boca…
¡Ah!... Su boca… Su boca… ¡Qué tentación la mía! Sólo si usted quisiera…
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XIX
Le dije: ¡Muchacha hermosa, guapa y bonita! Usted era el encanto, la mar en tantas rosas, las abejas florecidas.
Por mis ojos, mil praderas y la sombra del álamo que se llovía. Las piedras su baile palpitante le vestían de tul, de alegre, de muchacha, y cabriolas al verde le ofrendaban.
Muchacha linda… ¡Era todo! ¡Era todo! Y el polvo de la tierra chapeaba al río con su melodía.
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XX
Usted me permanece -¡ve, qué linda, qué linda!-, me da un amor en blanco, me hace soñar alientos de un pulso inimaginable, de un suspiro tan sutil que no le toca ni a sus manos.
¡Ya ve, qué linda, qué linda! Usted que llueve aromas, usted que habla ternura: usted me hace ser hombre y me hace a mí que exhale.
¡Ya ve, qué linda, qué linda cuando llueve y qué linda al empaparme! Cada gota suya me envuelve y me arropa, me hace sentir presente, me hace sentir que hay algo, que hay algo aquí llamando, llamándome a seguirla, llamándome a quererla: usted me permanece, usted, ¡usted que me desvive!
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XXI ¿Usted sabrá, lo digo adentro de mi nada, de mi todo, y no reparo en repetirlo, en decírselo callado, hablando, mirándole a los ojos, tocándole esas manos, besándole su rostro, suspirándole a su imagen, sabrá cómo la quiero?
¿Sabrá usted, entonces, que no hay lugar que pueda contenerme el pecho al adorarla, que no hay nadie con boca que al hablarle a usted le mande no palabras sino rosas, porque todas salen de mi boca hacia su boca?
¿Sabrá usted, ahora, que yo la quiero adentro, afuera, en este mundo, en esta tierra, en estos brazos, para darle a usted mi boca?
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XXII Mire usted, que yo haría un faro desde su cuello hasta su vientre y ahí alumbraría algún azul, el sueño de una vela, el éxtasis de unas redes, para escuchar el canto de una ola y el pleamar cuando estalla en su morada.
XXIII Vengo aquí a sus brazos, porque quiero y la quiero. Me impacta el amarle: su mundo me desdobla y batallo por su boca que acredita mi camino.
Avalan sus caricias esta forma de quererle, donde todo se consagra juntándose de codos, besándose las manos, uniéndose los labios.
Porque quiero y la quiero no hay más impudicia: es usted el paso a un nuevo sentimiento, a una nueva escuela de tierra que se labra, a un ministerio donde hay pan de hacer justicia.
Porque quiero y la quiero se desvanece mi hambre, y es que se unen nuestros ojos caminando por las calles, los que nunca se acongojan por ser pueblo y ser de nadie, y porque van gritando: la quiero… ¡Y eso es justicia!, ¡Eso es de gente!... ¡Eso es amarle!
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XXIV Ya ve que sí, que amarle es lindo, que algo suena y que el corazón bombea, que son estrofas de vino y rosas.
Ya ve que sí, que está en mí, y que es un mundo tenerla aquí, que hay algo suave para inspirarse, que brota un pecho para colmarse.
¡Ya ve que sí, la quiero en mí!
XXV Hubo una vez que usted, y los bosques y los castillos y las flores; Hubo una vez que usted fue un cuento, y una imagen y un sueño y un relato.
Mas, después de aquel encuentro, los dos fuimos una imagen, un sueño y un relato… y un bosque y un castillo y unas flores.
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XXVI A usted, y yo quisiera, decirle frente a frente, que usted me convalida el derecho de quererle, la forma de acercarme a un mundo inigualable, compuesto por sus manos, rehecho por su aliento, aquel que configura entre dos la travesía de hacerse sentimiento por la ruta concebida.
Será que usted me lleva atado de sus manos. Será que a usted me une mi derecho a la alegría, la férrea voluntad que brota del pretexto de dos bocas cuando se dan la cara, cuando se inculpan siempre por no besarle a un labio, por no sentir que palpan la piel estremecida; y se vuelven como locas, tocándose, desesperadas, sintiendo como una se encarna sobre otra, turbando hasta los ojos que se pierden abatidos.
A usted, y yo quisiera, besarle palmo a palmo. Será que usted conjuga su boca en mi alegría. Será que usted da nombre al quehacer de mi sonrisa. ¡Qué bien se siente la vida al quererle!
Usted, yo pienso, es la secuencia resuelta a un algoritmo puro, a ese pasodoble que une compás y movimiento, la que al besarla pone en marcha la luz en mi ventana. ¡Qué bien que usted concilia su boca en mi sonrisa!
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XXVII Si usted, de prisa, me dijera de repente, que este amor la envuelve locamente, yo iría tras su mundo, lenta, lentamente, con el miedo en la mano y esa prisa de querer acariciarle.
XXVIII Yo la invito a que usted me quiera. A cambio, insanamente, tendrá esa locura de mi mente, la que abrió un paréntesis en un beso para que solamente sus labios lo entendieran.
XXIX No me diga que tiemblo por usted cuando el corazón se sale y pasea alegremente. Lo que pasa es que usted ha puesto su casa en mis adentros y ha abierto todas las ventanas.
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XXX Un día, un día en que usted vaya y sacuda mi boca, la estruje, la muerda, le diga: “Éste es un beso”… y la quiera, yo diré que tengo labios, diré que tengo boca, y una lengua, la suya, que platica por mi boca.
XXXI Si en usted mi boca se entretiene, no diga no ni haga reparos; tal vez algo, no sé, querré decirle y estremecerla por un rato.
XXXII Yo pongo aquí mi hombro para que ponga usted su mano; a modo de entendernos: yo pongo aquí mi pecho y usted el corazón adentro. 19
XXXIII Con el infinito pensar de mis mañanas, un día tocaré sus labios. Y sin demora, pondré ahí mi sofá de cuero, mis almohadas y todos mis delirios.
XXXIV Si usted me diera a saborear su boca, ¡cuántas palabras nuevas introdujera yo a mi boca!
XXXV Cuando usted su boca acerca y un nudo en mi garganta se revienta, siento que no son mis ojos ni mis labios, sino mi alma que se escurre hasta su boca, y es entonces que mi pecho es el que estalla a modo de abrigarla, a modo de abrazarla, a modo de besarla.
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XXXVI Cuando me rebaza la alegría y la sensación de usted me recorre piel adentro, prendo sus ojos… y hago que al latir mi corazón alumbre.
XXXVII Cuando usted se acerca, me subo hasta su hombro y le soplo, le soplo, le soplo en el cuello. Usted voltea y risueñamente me dirige un beso… Me hace sonrojar, emocionarme… hace hasta que tiemble. Y le soplo, le soplo, le soplo más al cuello. ¡Sí, ve qué linda es la manera de quererle! ¡Ve qué hermoso es el amor que nos sorprende! Si, ¿acaso usted siente cuando mi corazón se asoma y le sonríe?
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XXXVIII
De repente, usted me mira, se me pone enfrente y me hace nudo el corazón. En un instante, todo cambia, la vida es otra, se va poniendo azul el sol. No es que quiera decirme tanto… Usted me mira, se pone enfrente, hace que el viento sople y me silbe, como una vela que empuja el corazón.
Y yo la miro, me pongo enfrente, le doy la mano… le doy mi vela, algún timón, para que flote en mi corazón.
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XXXIX
Usted es lo más lindo que el mundo me haya dado: el hecho de tenerla, el sentimiento en grande. Usted es lo que anhelo y mi triunfo por la vida, el pacto que he ganado a fuerza de buscarla, a fuerza de encontrarla y a fuerza de quererla.
Usted es ese pacto de amor que se descubre: mi lágrima presente, mi sonrisa que desvive, la serena tarde de un beso inigualado.
¡A usted… a usted yo la he besado! Y le he besado el alma, le he besado un sueño. ¡Y cada beso ha sido un beso más alegre!
Usted es mi presea… ¡Usted es lo más lindo que el mundo me haya dado!
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XL
Entre a mi corazón y tóquele. Dígale que viene usted sin prisa; a quedarse. Que no es huésped, sino la dueña y quiere repintarlo; que trae en los labios una brocha, cuadros, adornos, nuevo mobiliario. Deje le entrego la llave, los latidos, la ilusión que tengo de amarle, el sueño de un beso que tuve al conocerla… y sobre todo, el cariño que he guardado desde siempre y abre mi ventana todas las mañanas, para que entre usted, ventile, recorra su casa, y sienta a mi alma profundamente enamorada.
XLI Traigo la mariposa en la mano, la que se le salió al abrir usted los ojos. Deje ponérmela en el pecho, para que vuele libremente donde a usted la quiero.
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XLII -¿Y usted, qué sueño tiene? -A usted.
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SALVADOR PLIEGO: Nacido en la ciudad de México. Con estudios en Antropología Social y una Maestría en Sistemas de Computación. Como escritor inicia su carrera a finales de 2005 y desde entonces ha publicado más de 20 libros. Fue premiado como segundo lugar en poesía por la ENSL en México y nominado como finalista por el II Certamen Internacional de Poesía “San Jordi” en España, 2006. Participó como jurado en el Primer concurso literario “Atina Chile” en 2007. Su poema “Espadas y papiros” fue entregado como parte de los premios otorgados al ganador del Segundo concurso de cuentos cortos HdH Medieval. De sus viajes ha recibido múltiples reconocimientos, entre otros, el de ser “visitante ilustre del Municipio de Urrao”, Colombia. Durante 2007 y 2008 participa activamente en el foro MundoPoesia, considerado uno de las más grandes de la red de Internet en cuanto a escritores, publicaciones y lecturas. En ese periodo es premiado en 18 ocasiones, entre ellas, otorgándosele el premio de Poeta del mes. En 2011 gana los siguientes premios: Ganador del premio de poesía Rubén Darío Rumbaut con el poema “Dulzura”, y “Primera mención de honor” en el concurso internacional de poesía “Trofeo Memorioso” organizado en Chiloé, Chile, con los siguientes poemas: Corcel de alas blancas, ¿Dónde los olivos? y Templanza. En enero del 2012 se le otorga el premio al primer lugar del Primer Concurso Literario Andrés D. Puello a su libro Crepitaciones, y en el mes de mayo se incorpora su poema “Oda a la risa” a libros de texto para el aprendizaje del español en Puerto Rico. La radio satelitevisión/Americavisión de Chile le otorga un reconocimiento “por su participación en la Poesía destacada, mes de septiembre 2012, de los programas radiales ‘Música y declamación de poesías’”. En abril de 2013 Radio Satelitevisión/Americavisión le otorga un nuevo reconocimiento como poesía destacada por su poema: Arde la poesía. En el mes de mayo, otro más por su
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poema “Desnudez de tu mirada”. Y en junio, un nuevo reconocimiento por el poema: Canción de viento y brisa. En mayo de 2014 recibe 3 reconocimientos en México: el primero de la Universidad Tecnológica de Huejotzingo y la Secretaria de Educación Pública (Puebla); el segundo de la Presidencia Municipal de Querétaro a través de su Instituto de Cultura, y el tercero del H. Ayuntamiento Constitucional de Tlalnepantla de Baz (Estado de México) a través de la Dirección General de Educación y Cultura y el Instituto Municipal de la Cultura y las Bellas Artes. En el mes de octubre se le notifica que su poema “Miguel Hidalgo” fue incluido en un dvd en conmemoración a Miguel Hidalgo, por parte del municipio Miguel Hidalgo, del estado de Hidalgo, México. A la fecha ha realizado lectura de su poética en Estados Unidos, México, Perú, Chile, Argentina, Colombia y España.
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