CARTA A UN COLEGA MAESTRO Estimado compañero maestro. La docencia es sin duda uno de los trabajo que más llenan de satisfacción a quienes dedicamos nuestra vida a servir a los demás con vocación y entrega, a quienes creemos que nuestro trabajo es digno de reconocerse y a quienes tenemos la esperanza de que de nuevo llegara el día en que el maestro sea reconocido por la sociedad como un elemento importante en la misma. Pero tenemos que ser los mismo docentes quienes llenemos de dignidad nuestra labor con nuestro actuar dentro y fuera de las aulas. Ser un buen maestro implica enseñar a nuestros alumnos como aprender y no que aprender; enseñar a pensar y criticar, no que pensar y aceptar sin critica alguna la sociedad en la que vive y de la cual forma parte; a desarrollar la inteligencia y no solo el sentido interno de la memoria. Un buen maestro señala y reconoce las cualidades y habilidades de sus alumnos, desarrolla confianza con sus alumnos, misma que le permitirá motivar a que los alumnos se esfuercen en su tarea educativa; toma en cuenta el esfuerzo y el progreso, no solo el resultado final. El menospreciar el trabajo de los alumnos y remarcar los errores o carencias con las que cuentan no ayudan en su proceso, es mejor subrayar los éxitos y no los fracasos, permitirle al alumnos que desarrolle sus áreas de oportunidad ayudará en su desempeño. El buen maestro procura hacer clases amenas e interesantes, en las que el alumno participa de manera activa en su proceso de aprendizaje, pues es él el principal actor de este proceso y el único responsable de ello. Es importante escuchar a nuestros alumnos con atención e interés, el buen maestro no calla a los alumnos cuando tratan de expresarse. Como maestros debemos desarrollar en los alumnos el aprecio por ellos mismos, desarrollar el autoconocimiento pues esta es una forma de conocer sus habilidades y posibilidades de desarrollo que le permitirán triunfar en la vida. Y finalmente un buen maestro tiene en cuenta que antes de formar un buen estudiante, debe buscar formar un buen ser humano. Sin duda hay muchas situaciones que se generan dentro de nuestras aulas que truncan lo que deberíamos hacer para llegar a ser un buen maestro, pero estoy convencida que no hay imposibles y que sea cual sea la problemática a la que nos
enfrentemos dentro de nuestras escuelas cuando tenemos la vocación, el amor a nuestra labor y trabajamos con ética podemos lograr todo lo que nos propongamos. Éxito estimados colegas. Saludos cordiales. Sara Lucía Gutiérrez Sarabia