Frases de San Antonio de Padua 1. Jesús es un nombre dulce que alimenta la esperanza; nombre que es, como dice San Bernardo, júbilo para el corazón, melodía para el oído y miel para la boca. 2. Si tú predicas a Jesús, Él ablanda los corazones y dulcifica las ásperas tentaciones. Si piensas en Él, domina tu corazón. Si lo lees, sacia tu mente. Frases de San Antonio de Padua 3. Tan pobre como es la mesa que carece de pan, así la vida ms ejemplar resulta vacía si le falta amor. 4. El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree. 5. Cristo nos ha sido dado por el Padre para que al vivir por él, lo amáramos; sin él vivir es morir. Frases de San Antonio de Padua 6. Dos cosas, el amor de Dios y del prójimo, hacen perfecto al hombre. 7. La acción, sin la oración, no tendrá ni luz ni sabor. 8. La fe debe estar animada por el amor. Frases de San Antonio de Padua 9. Dios fija la mirada en el corazón cuando infunde la luz de la contemplación. 10. Quienes quieran adquirir la fe en Dios, la caridad hacia el prójimo, la penitencia hacia sí mismos, es necesario que vivan en la quietud del espíritu y en la dulzura de la contemplación. Frases de San Antonio de Padua
11. Si injurias a un niño, si lo provocas, si lo golpeas, pero después le muestras y ofreces una flor, una rosa o cualquier cosa similar, él olvida rápidamente la ofensa, abandona la ira y corre a abrazarte. De igual modo, si has ofendido a Cristo pecando mortalmente, o lo has injuriado, si le ofreces la flor del arrepentimiento, la rosa de una confesión llena de lágrimas, que son la sangre del alma, Él, Cristo, ya no se acordará de tu ofensa, te perdonará la culpa y correrá a abrazarte y a besarte. 12. Quien un día quiera participar al gozo del banquete celestial en el paraíso, que considere la potencia del Señor, la sabiduría de Dios, la misericordia del Padre, considere la potencia para temer, la sabiduría para conocer, la misericordia para confiar.
Frases de San Antonio de Padua De los Sermones de Cuaresma ¡Qué grande es la vanagloria de creerse que pueda el hombre hacerse Dios! ¡Desgraciado! Por haber querido vanamante divinizarte te has rebajado hasta infrahumanizarte. ¡Oh bondad de Dios! ¡Oh dignidad del penitente! Aquél que habita en la eternidad habita en el corazón del humilde y en el espíritu del penitente! Frases de San Antonio de Padua Me confieso con un hombre, pero no como a un hombre, sino como a Dios. David tiró por tierra a Goliat con la honda y una piedra; así Cristo con la honda de la humanidad y la piedra de la Pasión venció al diablo. Casa de Dios llaman también a la confesión por la reconciliación del pecador. En ella se reconcilia el hombre con Dios, como se reconcilia el hijo con el padre cuando éste le recibe en la casa paterna.
Frases de San Antonio de Padua Si en la casa de la confesión se hace oir la sinfonía del canto y de la compunción amarga, responde inmediatamente al unísono el coro de la divina misericordia para perdonar los pecados. Roguemos al mismo Jesucristo, Hijo de Dios, y pidámosle insistentemente nos conceda llegar con espíritu contrito al desierto de la confesión y merezcamos recibir esta cuaresma, el perdón de nuestras iniquidade
“¡Qué grande es la vanagloria de creerse que pueda el hombre hacerse Dios! ¡Desgraciado! Por haber querido vanamante divinizarte te has rebajado hasta infrahumanizarte. (San Antonio de Padua) “¡Oh bondad de Dios! ¡Oh dignidad del penitente! Aquel que habita en la eternidad habita en el corazón del humilde y en el espíritu del penitente!” (San Antonio de Padua) “Me confieso con un hombre, pero no como a un hombre, sino como a Dios.” (San Antonio de Padua) “David tiró por tierra a Goliat con la honda y una piedra; así Cristo con la honda de la humanidad y la piedra de la Pasión venció al diablo.” (San Antonio de Padua) “Casa de Dios llaman también a la confesión por la reconciliación del pecador. En ella se reconcilia el hombre con Dios, como se reconcilia el hijo con el padre cuando éste le recibe en la casa paterna.” (San Antonio de Padua “Si en la casa de la confesión se hace oír la sinfonía del canto y de la compunción amarga, responde inmediatamente al unísono el coro de la divina misericordia para perdonar los pecados.” (San Antonio de Padua) “Roguemos al mismo Jesucristo, Hijo de Dios, y pidámosle insistentemente nos conceda llegar con espíritu contrito al desierto de la confesión y merezcamos recibir esta cuaresma, el perdón de nuestras iniquidades.” (San Antonio de Padua) “Tan pobre como es la mesa que carece de pan, así la vida más ejemplar resulta vacía si le falta amor.” (San Antonio de Padua) “Hijo mío, si te pones al servicio del Señor, prepara tu alma para la tentación.” (San Antonio de Padua) “No es el juicio de los hombres que nos manifestará lo que somos. Los hombres se engañan y se dejan engañar; llaman al mal, bien y al bien, mal. Cada uno vale lo que vale delante de Dios y nada más.” (San Antonio de Padua) “La puerta del cielo es baja, y quien quiere entrar debe necesariamente inclinarse. Nos lo enseñó el propio Jesús, quien al morir, inclinó la cabeza.” (San Antonio de Padua)
“Cuando el hombre espiritual se siente agobiado por la tentación, por alguna terrible sugestión diabólica, levántese pronto para la lucha y eleve su mente a las cosas celestiales.” (San Antonio de Padua) “Quien hace ostentación de los propios dotes y de sus buenas acciones, comete una especia de idolatría, que es el más grande de los pecados, porque llega a negar la gracia de Dios, se atribuye lo que únicamente es don de Dios.” (San Antonio de Padua) “Sólo en caso de necesidad y después de habernos corregido a nosotros mismos, se puede reprender a los demás.” (San Antonio de Padua) “Preferid más ser amados que temidos. El amor dulcifica lo amargo y aligera el peso insoportable. El temor, al contrario, nos hace intolerables hasta las cosas más insignificantes.” (San Antonio de Padua) “La avaricia roba, hiere y chupa la sangre. ¡Maldito el avaro! Poseído por la codicia del dinero, esa plata miserable que encierra el genio del mal, el avaro husmea doquiera el olor de la ganancia, oprime al pobre y desangra al desgraciado. No tiene corazón en el pecho. No ve la angustia de las lágrimas. No siente piedad. Sus manos chorrean sangre: sangre de los pobres, viudas y huérfanos. Sus vestidos están tejidos de robos y rapiñas. Su opulencia es su condenación. Aplastad al ladrón infame bajo las piedras de la maldición.” (San Antonio de Padua) “Espinas son las riquezas. Y cuando pinchan hacen brotar la sangre. Bestias feroces son los pérfidos usureros, que roban y devoran. Raza maldita, se han desarrollado y esparcido por todas partes. No respetan ni al Señor ni a los hombres. A veces tienen la osadía e hipocresía de dar limosna que chorrea sangre de pobres.” (San Antonio de Padua) “El que posee bienes, que utilice lo necesario para comer y vestir, el resto entréguelo al hermano necesitado, por el que Cristo murió. Si no da, si hace el tacaño ante la necesidad del pobre, peca mortalmente, no está en él la gracia de Dios, ya que si la tuviese, sería generoso con el hermano.” (San Antonio de Padua) “¡Ay de los que tienen la despensa y los graneros repletos y el ropero bien provisto, mientras los pobres de Cristo, hambrientos y desnudos, gritan desconsolados ante sus puertas, no obteniendo más que algunas migajas de lo sobrante!” (San Antonio de Padua) “La naturaleza nos engendra pobres: desnudos nacemos y desnudos morimos. La malicia humana ha creado a los ricos y el que quiere serlo cae en la red tendida por el diablo.” (San Antonio de Padua) “Oh pobreza, fuente de alegría cuando es auténtica, tesoro que los hijos del diablo desprecian y odian, ¡tus encantos hacen saborear delicias eternas a los que en verdad te aman!” (San Antonio de Padua) “Debemos a menudo meditar la Pasión del Señor. De ello debemos servirnos como de un sudario, para secar el sudor de nuestras fatigas y la sangre de nuestros sufrimientos. En toda prueba debemos recordar los ejemplos de paciencia que nos dio Jesús.” (San Antonio de Padua) "Si tú predicas a Jesús, Él ablanda los corazones y dulcifica las ásperas tentaciones. Si piensas en Él, domina tu corazón. Si lo lees, sacia tu mente." (San Antonio de Padua) "Jesús es un nombre dulce que alimenta la esperanza; nombre que es, como dice San Bernardo, júbilo para el corazón, melodía para el oído y miel para la boca.” (San Antonio de Padua)
“Quien se humilla en el pensamiento de la muerte, pone en orden toda su vida, y está atento a todo lo que le rodea. Sacude de sí la ociosidad, se da ánimo, en los trabajos y confía en la misericordia del Señor, y dirige el curso de la existencia hacia el puerto de la eternidad.” (San Antonio de Padua) “Con la muerte volvemos a Dios, como el navegante entra en la tranquila bahía del puerto. Escapados de la tempestad del mundo, nos refugiamos en la paz de la vida inmortal. Volvemos a Dios como el niño lloroso se recuesta contra el seno de su madre que lo acaricia y enjuga sus lágrimas. Del llanto de este mundo los justos entran en la gloria, donde Dios „enjugará toda lágrima‟.” (San Antonio de Padua) “¡Vivir sin Jesús es morir! ¡Jesús, nombre dulce y consolador, esperanza de eterna dicha! ¡Es alegría al corazón, melodía al oído, miel a los labios!” (San Antonio de Padua)
“El nombre de Jesús es superior a todo nombre, porque delante de él se dobla toda rodilla. Si lo predicas, ablanda las voluntades más obstinadas. Si lo invocas, dulcifica las más ásperas tentaciones. Si piensas en él, se te ilumina la inteligencia. Si lo lees, te alimenta el corazón.” (San Antonio de Padua) “Cristo, el sol divino, estaba protegido por la nube, la Virgen María, y emitía sus rayos de oro, a través de los ojos y del semblante de su Madre. Sí, el semblante de María está lleno de todas las gracias, grato a los ojos de Dios y espejo para todos los hombres.” (San Antonio de Padua) “María es como el arco-iris, señal de reconciliación entre Dios y los hombres. Es como un capullo de rosa que abre sus pétalos en pleno invierno; como un lirio que crece junto a la corriente de las aguas; como un incienso que esparce suaves aromas. Ella es un cáliz de oro cubierto de piedras preciosas, un olivo que jamás pierde su follaje, un ciprés que se eleva sobre todos los árboles del bosque.” (San Antonio de Padua) “María es como la estrella de la mañana en medio de la oscuridad de las nubes, y el curso de su vida brilló como resplandece la luna en la plenitud de su luz. Como el sol, envía también ella fúlgidos resplandores.” (San Antonio de Padua) “La fe y la esperanza son las dos alas del alma, con ellas se eleva de las cosas terrenas y asciende de lo visible a lo invisible.” (San Antonio de Padua) “¿Saben cuál es el poder más bello y más laudable? Es aquel que domina a sí mismo su propia soberbia.” (San Antonio de Padua) “La esperanza es la aceptación de los bienes futuros.” (San Antonio de Padua) “El rostro de Dios está impreso en nuestra razón.” (San Antonio de Padua) “La habitual contemplación de Cristo paciente y despreciado, y el recuerdo de sus sacrificios, hacen insensibles los placeres y gozos de la tierra.” (San Antonio de Padua) “El lobo devora con gusto a su presa; así el demonio busca, sobre todo, manchar la pureza.” (San Antonio de Padua) “Después de haber cometido tantos pecados al alma infeliz no le queda otro remedio que la confesión.” (San Antonio de Padu
El rosario de San Antonio (ver imagen en esta página) esta formado por 39 cuentas distribuidas en 13 grupos de 3 cuentas. Cada grupo de 3 cuentas se inicia con una
invocación y a continuación se reza un padrenuestro en la primera cuenta, un avemaría en la segunda y un gloria en la tercera. Concluidos los 13 grupos de cuentas, se finaliza el rosario con el rezo del Responsorio. ORACIÓN PREPARATORIA. Por la señal de la Santa Cruz… Señor mío Jesucristo... Abrid, Señor mis labios para bendecir vuestro Santo nombre y el de vuestra Santísima Madre, la Bienaventurada Virgen María al rezar los Trece Padrenuestros, Avemarías y Glorias en honor de vuestro siervo Antonio, cuyas virtudes deseo, con vuestra gracia, copiar en la tierra, para después gozar de vuestra gloria en el cielo. Amen. INVOCACIONES.
1ª. San Antonio de Padua, apóstol por la Fe, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria. 2ª. San Antonio de Padua, Patriarca por la Esperanza, ruega por nosotros.Padrenuestro, avemaría y gloria. 3ª. San Antonio de Padua, serafín por la Caridad, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria. 4ª. San Antonio de Padua, que practicasteis la Mansedumbre y la Humildad de Jesús, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria. 5ª. San Antonio de Padua, ángel por la Castidad, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria. 6ª. San Antonio de Padua, prodigio de Penitencia, ruega por nosotros.Padrenuestro, avemaría y gloria. 7ª. San Antonio de Padua Espejo de Obediencia, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria. 8ª. San Antonio de Padua, mártir por la Paciencia, ruega por nosotros.Padrenuestro, avemaría y gloria. 9ª. San Antonio de Padua, querubín por la Oración, ruega por nosotros.Padrenuestro, avemaría y gloria. 10ª. San Antonio de Padua, celador de la Justicia, ruega por nosotros.Padrenuestro, avemaría y gloria. 11ª. San Antonio de Padua, dechado de Templanza, ruega por nosotros.Padrenuestro, avemaría y gloria. 12ª. San Antonio de Padua, perla de Pobreza, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria. 13ª. San Antonio de Padua modelo de Constancia, ruega por nosotros.Padrenuestro, avemaría y gloria.
LAS TRES AVEMARÍAS.
1ª. Virgen purísima antes del parto, ruega por nosotros. Avemaría. 2ª Virgen purísima en el parto, ruega por nosotros. Avemaría.
3ª. Virgen purísima después del parto, ruega por nosotros. Avemaría.
RESPONSORIO DE SAN ANTONIO. Tomando la medalla del Santo en la mano se concluye el rosario rezando el Responsorio y Oración de San Antonio. Si buscas milagros, mira: Muerte y error desterrados, Miseria y demonio huidos, Leprosos y enfermos sanos. El mar sosiega su ira, Redímense encarcelados, y bienes perdidos Recobran mozos y ancianos. El peligro se retira, Los pobres van remediados; Cuéntenlo los socorridos, Díganlo los paduanos. El mar sosiega su ira, Redímense encarcelados, y bienes perdidos Recobran mozos y ancianos. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Ruega a Cristo por nosotros, Antonio divino y santo, para que dignos así de sus promesas seamos.
Oración final. Haced, oh Señor, que la intercesión de vuestro Confesor San Antonio, llene de alegría a vuestra Iglesia, para que siempre sea protegida con los auxilios espirituales y merezca alcanzar los eternos gozos. Por Cristo, nuestro Señor. Amen.
Laudes Invitatorio Ant. Venid, adoremos al Rey de la gloria, Señor de los ejércitos. HIMNO
¡Salve, Antonio, venerado con el bello lirio blanco, el libro del Evangelio y el Niño Dios en los brazos! El candor en ti rebosa del corazón a los labios; con alma pura penetras la luz del Verbo encarnado. Sagrario de la Escritura eres por el Verbo santo martillo de la mentira y bálsamo de apenados. A ti los pobres se acercan buscando pan y milagros, porque eres pobre y sencillo, hermano entre los hermanos. Cristo sólo es tu prodigio, tu ciencia y poder sagrado, Cristo en tu fe y tu deleite, Cristo en tus brazos mostrado. ¡Honor a Cristo bendito, presente en su pecho amado; honor a Cristo en Antonio, que en Cristo fue consumado! Amén. Ant. 1. Todos se maravillaron de la sabiduría de sus palabras y glorificaron a Dios. Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I. Ant. 2. El Señor hizo milagros en mi favor, y me escuchará cuando lo invoque. Ant. 3. Alabaré al Señor con mi corazón y con mis obras; daré gracias al que me enseñó.
LECTURA BREVE Is 61, 1–2 El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor. RESPONSORIO BREVE R. Por su fidelidad * Se acreditó de profeta. Por su fidelidad. V. Y se manifestó fiel en su predicación. * Se acreditó. Gloria al Padre. Por su fidelidad. Benedictus, ant. Has honrado a tu siervo, Señor, y por su medio has obrado maravillas; tu nombre será glorificado. PRECES Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que nos ha mostrado en Cristo el camino de la salvación, y digamos: Dirige, Señor, nuestros pasos por el camino de la verdad. Padre santo, que deseas que vivamos de una manera digna buscando hoy tu beneplácito, –ayúdanos a dar frutos de buenas obras. Padre santo, que enviaste a tu Hijo al mundo para evangelizar a los pobres, –concédenos la gracia de anunciar tu reino. Padre santo, infunde en nuestros corazones tu sabiduría, –para que obre en nosotros y dé frutos en abundancia. Padre santo, que a todos nos llamas a la perfección en el amor, y quieres que seamos sal de la tierra y luz del mundo, –ilumínanos, para que te sirvamos en nuestros hermanos. Padre santo, enséñanos a descubrir tu presencia en todos los hombres, –para que ayudemos a los pobres. Padre nuestro. Oración Dios todopoderoso y eterno, tú que has dado a tu pueblo en la persona de san Antonio de Padua un predicador insigne y un intercesor poderoso, concédenos seguir fielmente los principios de la vida cristiana, para que merezcamos tenerle como protector en todas las adversidades. Por nuestro Señor Jesucristo.