Hola amigos soy Oscar, os contare las aventuras de Marian mi compañera de casa, como recordareis esta es una joven madre soltera de 19 años, físicamente es pelirroja atractiva y pecosa, mide 1.65 de estatura, tiene cuerpo delgado pero bien formado la calculo 55 Kg, su carácter es algo fuerte pero lo compensa con la dulzura en el trato diario, su hija es una muñequita rubia de seis meses y pico, con ojos verdes como su mama, estoy cogiendo cariño a la pequeña pues conmigo es toda sonrisas. Pero vayamos al asunto, como recordareis Miriam se ganaba un dinerillo haciendo de puta mientras paseaba a la nena por el cercano parque público, sé que suena fatal pero es cierto, la mañana que lo descubrí apenas podía creer lo que veía, ya tenía algunas sospechas pero comprobarlo me produjo un choque emocional, de echo evité mirarla o conversar durante aquella tarde y el día después, pero el siguiente era sábado y la joven salió por la mañana a pasear a la niña como un día más. La curiosidad me pudo y decidí seguirla, dentro de mi cabía una duda, ¿lo que había visto era un episodio esporádico de puterio o una costumbre asentada? Antes de dar un mal paso tenia que comprobar los hechos, la seguí a distancia en su recorrido diario por las veredas arboladas, todo era normal y la joven no hacía nada sospechoso, paseo lento, juegos con la niña, charla con conocidas etc, Fue de nuevo al llegar cerca de los servicios cuando me puse en guardia, cerca de la caseta estaba José el abuelito del otro día, pero acompañado por otro abuelo conversando en plan confidencial sentados en un banco, en un determinado momento José señaló brevemente con un dedo a Marian y el otro la observó valorándola. Tuve el presentimiento de que algo pasaría en los servicios, supongo que sabéis de qué tipo de sensación hablo, así que me fui al aseo femenino y repetí la operación del otro día, quitando rollos de papel higiénico para asegurarme que la pelirroja fuera a la cabina adecuada, después pasé al aseo masculino y tras meterme en la cabina preparé el móvil para grabar, pocos minutos después escuche los pasos de Marian e instantes después varias pisadas masculinas, active la cámara y asome un poco el móvil. Marian estaba sentada en la taza, la puerta abierta y los dos abuelitos de pie en el marco, ambos eran de parecido tamaño y ambos tenían el pelo gris, si bien Jesús era algo más grueso y usaba un gorro claro de ala estrecha, las ropas de ambos eran modestas pero limpias, José decía en ese momento: -
¡Pero qué guapa estas rojita, esa camiseta blanca te realza las peras.
¿Peras? ¡Más bien naranjas y de las gordas! –dijo el otro, mirándolas con deseo. -
Gracias –respondió la pelirroja, añadiendo- ¿solo vais a mirar o qué?
Vale guapa no te mosquees –dijo José- yo hoy no quiero nada, con lo de anteayer ya voy servido para el fin de semana, pero este amigo es Jesús y quería
probarte, te advierto que le he contado como lo haces de bien y ya sabe tus tarifas. ¡Vaya! Pues encantada Jesús, supongo que también te habrá dicho que debes ser muy discreto y no hacer nada que me delate ante las otras madres, -
¡Si ya me lo a explicado! –respondió Jesús.
-
¿Qué vas a querer como primera vez?
Una pajilla pero con tus tetas, me encantaría una cubanita bien hecha –dijo el otro abuelete con los ojos saliéndose de las orbitas. -
Pues me parece bien, vale José sal del servicio y que tú amigo pase y cierre.
-
Pensaba que me dejarías mirar.
¡Si claro y te la cascas mirando gratis –contestó Marian- por no mencionar que tres personas en una cabina no pasan desapercibidas, anda sal que ya te contara Jesús lo que le voy a hacer. -
¡Vaale! Pasadlo bien –el abuelito resignado salió y cerró la puerta.
Marian cogió el dinero y lo guardó, a continuación se quitó la camiseta dejando sus pechos al aire bajo la atenta mirada de Jesús, busco en el bolso hasta hallar la botellita de aceite para bebes y se puso una buena dosis en las manos, se froto los pechos despacio sosteniendo la mirada lasciva del hombre, seguidamente hizo un gesto al hombre para que se acercase, este tras abrir y bajarse un poco los pantalones y el eslip obedeció, estaba ya empalmado tras el espectáculo con lo cual su verga de tamaño medio quedo a escasos centímetros del torso femenino, la pelirroja se puso algo más de aceite y tomó la polla en sus manos. Marian tomo en sus manos aceitadas la verga, procediendo a untarla con suaves movimientos de sus dedos, con la mano izquierda frotaba el tallo y movía ligeramente la piel de arriba hacia abajo, al mismo tiempo usaba la derecha para frotar el glande con la palma, sus dedos tamborileaban el prepucio en derredor y bajo la corona como si le hiciera cosquillas, el hombre cerro los ojos mientras soltaba un gemido fruto del placer que sentía, aquello duro un par de minutos, el tío estaba de lo más excitado y toco la cabeza femenina atrayéndola, la pelirroja entendió y soltó la verga cogiéndose los pechos con las manos. Jesús estaba maravillado, su cara era una imagen del deseo cuando arremetió con su polla por el canal mamario, el móvil grababa la escena, aquel prepucio amoratado surgía y se volvía a hundir entre los globos carnosos salpicados de pecas, Marian agitaba los pechos en una soberbia paja, el aceite facilitaba el frotamiento, el hombre jadeaba suavemente y se ponía de puntillas apoyando las manos en los hombros de la joven, unos chorritos de leche surgieron de los pezones bajo la presión de las manos, aquello salpico el vientre masculino y lubrico el movimiento haciéndolo más rápido, lo cual excito aún más al hombre
pues su verga se movió frenética entre las tetas de la pelirroja, el veterano no tardo en gruñir y jadear en voz alta, chorros blancos surgieron tumultuosos salpicando la barbilla y cuello de la joven Marian, el esperma resbalaba por aquel torso juvenil en viscosos hilos blancos empapando su tetas. Mientras Jesús se recuperaba apoyado en la puerta contemplo la escena, La joven pelirroja se limpiaba el torso con papel higiénico mientras sonreía, al acabar se inclinó y tras coger un poco más de papel le tomo de nuevo la polla, antes de limpiarla se metió su prepucio menguante en la boca y chupo los restos de semen entre suspiros del hombre, que apenas podía creer su suerte. -
Uuuf, ¡que boca! –dijo Jesús temblando de gusto.
Espero que te haya gustado y vuelvas a por mas –contesto Marian tras dejar la verga. Eso dalo por hecho bonita, intentare repetirlo al menos dos o tres veces al mes. -
Me gustáis los abuelitos, sois muy agradecidos.
Salí del lavabo sentándome en un banco a repasar la grabación, desde allí vi salir a Jesús que se reunió con su amigo alejándose ambos charlando animadamente, Marian no tardo en reunirse con las otras madres y ponerse a hablar un buen rato, el resto del paseo fue tranquilo sin paradas largas ni más clientes, ya cerca de mediodía regresamos a casa, aunque yo me perdí unos minutos entrando en un bar cercano para no despertar sospechas. Más tarde después de comer y dormir a la pequeña, la pelirroja se sentó a mi lado en el sofá para ver la tele, yo vestia una camiseta azul y un pantalón de chándal, , intentó entablar una conversación pero yo apenas contestaba más que monosílabos, aquella joven había pasado en mi conciencia de pobre jovencita a puta descarada, me sentía defraudado y por tanto el mosqueo que sentía me impedía ser cordial. Desperté un par de horas después, la peli era un rollo y debí quedarme dormido, ella aun lo estaba, inclinada y con la cabeza apoyada en mi brazo, tenía una de sus manos sobre la mía y la otra en el reposabrazos del tresillo, escuché ruidos en la cocina y supuse que sería Juan el otro compañero de casa, seguramente estaría preparándose la cena para llevársela a su trabajo en el Bingo. El peso de la cabeza pelirroja sobre mi hombro me gustó, gire unos centímetros el cuerpo para contemplar bien su rostro relajado, el movimiento la hizo inclinar la cabeza hacia atrás, asi pude contemplar bien su cara, esa frente alta, los ojos cerrados, aquellas mejillas salpicadas de pecas, su barbilla fina, la naricilla estrecha y recta del tamaño justo, contemple su boca algo abierta y sin pintar, aquellos labios me resultaban tentadores, la mire un buen rato con sentimientos contradictorios, por un lado deseaba besarla, por otro recordaba aquel rostro en las grabaciones del teléfono, mientras se follaba a José en los servicios, también recordé aquella linda
boca llena con la verga y el semen de Miguel el corredor, además del tío de aquella misma mañana, acerque un poco la cara notando su respiración en mi barbilla. Juan salió en ese momento de la cocina, el hombre tiene buen carácter, es algo regordete, tiene 30 años y moreno con el cabello como un cepillo, llevaba pantalón de pijama y camiseta, traía un par de tapers en la mano camino de su habitación, le hice un gesto y se paró al pasar al lado del sofá diciéndome en voz baja; -
Menuda escena, parecéis padre e hija.
-
Me he despertado y estaba así dormida –respondí.
Es normal, cuando volví esta madrugada la escuché en su habitación y la niña lloraba, así que debe haber sido una noche movidita para ella. -
La dejare dormir un poco más, ¿ya te vas al curro?
Si colega, lo que tarde en cambiarme y salir, no sé a qué hora volveré pues es sábado –dijo guiñándome un ojo- ya sabes lo que suele pasar con las bingeras maduritas sin suerte. -
Que suerte tienes cabrito, ¡aprovecha!
Juan fue a su habitación dejándome sonriente, claro que sabía lo de las bingeras maduras sin suerte ni dinero para pagar el taxi de vuelta a casa, el mismo me lo había contado con pelos y señales, si caías bien a una perdedora te insinuabas discretamente, si aceptaba te esperaba tomando algo por cuenta tuya hasta el cierre, después la llevabas a su casa en tu coche y redondeabas la noche con un polvo, lo dicho el Juanito tenia suerte y un pequeño harén de perdedoras maduritas todavía guapas. Volví mi atención a Marian, más concretamente a su barbilla y cuello, aquella piel fina y suave moviéndose levemente al compás de la respiración, parecía reclamar multitud de caricias, siempre fui un romántico, me costaba enmarcar aquel rostro angelical en el clásico estereotipo de puta callejera, casi sin darme cuenta mis ojos siguieron bajando por sus hombros, ella llevaba una holgada camisetita blanca de tirantes finos y un corto pantaloncito de pijama de color rosa fuerte, no pude evitar pasear mis ojos por su escote, los pechos abultaban generosos bajo la tela, eran de tamaño medio, aunque hinchados por el tema de la lactancia y me habían llamado la atención en numerosas ocasiones, pero tenerlos ahí al alcance de la mano me estaba excitando, me atraía el movimiento de estos al compás de su respiración, además la tela holgada me permitió entrever sus aureolas rosáceas mientras los pezones presionaban la tela, tuve una visión fugaz del semen de aquel maduro salpicando y resbalando por aquellas tetas, eso había sido hacia unas horas, ahora la chica parecía totalmente inocente aunque tentadora. Por suerte la niña lloró en su habitación, Marian no pareció enterarse, su cara relajada apenas se alteró, por lo que me levanté con cuidado y fui a ver a la pequeña, mientras cambiaba sus pañales escuche la Voz de Juan en la puerta del cuarto diciendo:
-
¡Me voy tío! ¿Qué tal la nena?
-
Está bien pero algo irritada.
Oscar tío, estas hecho un padrazo ¡y por duplicado! me da que eres algo blando. ¡Gracias capullo! Con Marian agotada y la pequeña llorando no me quedaban opciones. Supongo que llevas razón –contestó sonriente- pero si cedes a menudo acabaras haciendo de niñera permanente, tenlo en cuenta. -
Ya lo sé – respondí algo más serio.
-
Pues lo dicho que me abro, pásalo bien con las chicas.
-
Pásalo tú mejor con las maduras, y cuídate.
Juan se fue y yo acabe de cambiar y acunar a la pequeña, tras devolverla dormida a su cuna volví al salón, la pelirroja apenas había cambiado de postura, me senté a su lado pero dejando un poco de separación entre ambos, fue inútil, supongo que fue mi peso o el crujir del sofá, Marian pareció resbalar lateralmente hasta quedar apoyada en mi brazo izquierdo, su mano derecha me cogió la muñeca, su cabeza se asentó en mi brazo a la altura del codo con un gemido, aquella postura me molestaba un poco, así que moví el brazo dejando su cabeza sobre mi muslo a modo de almohada, la mano quedo sobre el hombro de la joven. ¡No la mires, no recuerdes, no desees a esta hermosa joven! La conciencia me estaba dando la tabarra, la parte noble me decía que la respetara, por ella y por la pequeña, el ambiente domestico debía ser seguro y confortable para ambas, pero la parte mezquina de la conciencia también argüía, ¿por qué ir de putas lejos si tenía una en casa? ella podía aliviarme gratis o al menos a menor precio si cuidaba de la niña, además su cuerpo me ponía bastante, ¿se lo propondría? y si lo hacía ¿cómo respondería? podría aceptar o montarme un escándalo, me imagine avergonzado ante el dueño de la casa, él podría dar crédito a la joven y hacer que me fuera, en ese caso solo tendría que enseñarle las grabaciones del móvil y Marian seria expulsada sin duda, ¿tendría el futuro de la joven y su niña en mi conciencia? Di otro vistazo al cuerpazo de la pelirroja, ¿tendría posibilidades de montármelo con ella? Fruncí el ceño ante mi propia respuesta negativa, ¡NO! yo no podría follarme gratis a una tía así ni aunque beber mi semen curara el cáncer, soy un tío normal con un cuerpo aun fuerte y algunas entradas en el pelo, pero tengo mis limitaciones y 28 años más que este pedazo de chavala, eso sin mencionar mi espalda fastidiada ni que soy pensionista y sin demasiado dinero, supuse que de todos modos debía intentarlo, en el peor de los casos solo le daría la pasta que ya estaba dando a otra putita, pero me molaría seducirla por puro amor propio.
Perdido en mis pensamientos no me había dado cuenta de dos cosas, la primera era que mi mano había iniciado, por su cuenta, una serie de caricias por los hombros y parte de la espalda de la pelirroja, la segunda era que tenía una erección tremenda, sentí la pujanza de la verga dentro del pantalón, pero dada la postura Marian debía sentirla entre la oreja y la coronilla, estaba a punto de moverme para cambiar de postura cuando la joven se movió levemente, puso una mano en mi rodilla y tras hacer un par de ruidos soltó un bostezo, vi como abría los ojos pestañeando asombrada y dijo: -
Humm, me he dormido.
-
Bueno de eso hace más de una hora, debías estar muy cansada.
-
Si esta noche la pequeña no me dejaba en paz.
Su voz era suave, me miraba a los ojos tras mover un poco la cabeza, sentí mi verga contra su coronilla, pero la pelirroja no hizo nada por cambiar de postura, solo añadió: -
He sentido caricias en mi espalda.
-
Era yo, lo siento si te he molestado, apenas me di cuenta de que lo hacía.
No es molestia sino más bien placer, me gustaría que siguieses pero he de ver a la pequeña. Hace un rato lloró, pero estabas roque y no te despertabas, así que la atendí y después de cambiarla hice que se durmiera. -
¿Fue luego cuando pusiste mi cabeza en tu muslo?
No fue aposta –debí de sonrojarme- apoyabas la cabeza en mi hombro y fuiste resbalando, al llegar al antebrazo me moví y quedaste como estas ahora, no cambie de postura para no despertarte. -
Parece que no hubo mala intención.
Marian había respondido en plan niña juguetona moviendo ligeramente la cabeza a los lados, debía de sentir mi erección contra su cabeza, yo desde luego que la sentía a ella y no podía apartar mis ojos de los suyos, la boca se me resecaba a causa del deseo, dije con voz ronca: -
Bueno, uno de los dos debería moverse.
Yo estoy cómoda, pero echo de menos tus manos en mi espalda y te siento algo… tenso. Tu eres una mujercita muy bonita y yo aunque parezca tu padre no lo soy, solo un hombre con sus necesidades y…
-
¿Deseos? –su mirada seguía fija en mis ojos, estudiando sus reacciones.
¡Si deseos! Si te molestan lo siento, pero eres joven y hermosa, déjame levantarme y pasemos página, aquí no ha pasado nada. Llevas razón, vale iré a ver a la niña, no te muevas y te traeré una cerveza como premio por hacerte cargo de la nena. Se incorporó delante de mí estirándose felinamente, su cuerpazo apenas cubierto se recortaba contra la luz del televisor, sentí su calor, olfatee su perfume sutil, estuve a punto de alargar los brazos hacia su cintura y atraerla, pero me contuve como pude aunque mi erección se hizo dolorosa, ella miraba de reojo y sonrió levemente antes de alejarse con paso lento hacia la cocina, sus caderas se movían algo exageradamente sabedora de que mis ojos la seguían. No tardó en volver con una cerveza fría, me acaricio el pelo mientras me la daba desde atrás, juro que sentí una de sus tetas en la coronilla mientras decía con voz susurrante: -
Ahora vuelvo, mientras refréscate un poco pues debes tener la boca seca.
Asentí mientras se metía en la habitación, Marian tenía razón, boca seca, la tensión alta y una erección como la de un chaval, mi decisión de entrarla e intentar algo era tan firme como la dureza de mi polla, escuchaba como trasteaba en la habitación y jugaba con la niña, la espera se me hizo eterna, me tome la cerveza viendo chorradas y películas repetidas en la tele, la pelirroja tardó media hora en venir a mi lado, hizo algo que jamás había intentado, se me sentó sobre mis muslos de lado, yo quedé estupefacto, ella sonriéndome a dos palmos de la cara dijo: -
¿Ya estas más tranquilo Oscar?
-
Humm…¿sinceramente? No.
-
Vaya, al final me vas a resultar un salidillo- su sonrisa se hizo más intensa.
-
Es que no soy de piedra pelirroja y tú estás… ¡pero que muy bien!
-
Habrá que darte algún premio por cuidar a la niña, como compensación.
Decidí en ese momento ser más audaz, si íbamos a jugar a calentar al otro no me quedaría quieto, pase mi brazo izquierdo por su espalda aprovechando para bajar uno de los tirantes de su camisetita con mis dedos, ella pareció ignorar el gesto pero se dejó acariciar el hombro, nuestros ojos se encontraron, los mios con interés, los suyos chispeaban de picardía, mis dedos seguían acariciando su hombro pero deslizándose hacia el cuello de la joven, ella no tardó en cerrar los ojos e inclinarse hacia mi cuerpo, momento en que aproveche para acercar mi cara y besarla en la oreja.
-
Huuumm –Exclamo Marian, dejándose hacer- aahhm, siii.
-
¿Quieres que siga?
-
Si por favor, me gusta mucho. -respondió la pelirroja.
La complací durante unos minutos, mi mano izquierda se paseó por su espalda tanto por encima como por debajo de su camiseta, llegando desde su nuca y cuello hasta la cintura, yo veía sus pezones totalmente erectos pujantes contra la tela, oía sus suspiros, tenía peligrosamente cerca sus atractivos labios, finalmente decidí dejar actuar a mi mano derecha, acaricie con ella sus pechos, un gemido alto me indico cuanto la gustaba la caricia, los dedos no podían abarcar bien aquellos senos hinchados, metí la mano bajo la tela sintiendo por fin su calor, no tardé en pellizcar uno de los pezones y su dueña se dejó caer gimiendo contra mi pecho. Me gustaba el cariz que tomaba la situación, pero mientras mis manos no cesaban de acariciarla y cada vez más excitado por sus gemidos y suspiros, yo pensaba en cómo ser alguien especial para Marian, la chica actualmente iba sobrada de pollas y de posturas, la había grabado mamando y follando, incluso tenía pendiente un polvo para el día siguiente con el corredor, rápidamente me di cuenta de algo que seguramente no tendría a menudo y que me abría posibilidades, ¡la comería el chochete! Eso seguramente si que lo echaría de menos, al menos yo no había visto que nadie se lo pidiera, pero a fin de esquivar recriminaciones dije: -
Me parece que esto se nos esta yendo de las manos Marian.
¡No pares por dios…! – vi su pecosa cara a centímetros de mis ojos, le temblaban los labios tentadores cuando añadió- ¡Me estas poniendo a cien! -
¿Estas segura nena?
-
¿Cállate y sigue joder! Me tienes ardiendo.
Aquello me dejo claro el tema y disipó mis dudas, si la pelirroja quería correrse yo lo haría posible, deje de acariciarla para abrazarla con fuerza a la vez que me incorporaba levemente, ante nosotros estaba la mesa baja del comedor, lugar habitual del mando a distancia y varias revistas, la hice sentar en ella y me incliné entre sus piernas, ante mi estaban los bajos de su pantaloncito corto de color rosa fuerte, una mancha de humedad resaltaba el color haciéndolo mas oscuro sobre su coño, acaricié la unión de sus muslos con el pubis sobre la tela, lentamente aparté el obstáculo, el aroma a hembra cachonda llegaba a mis narices, era intenso, mis dedos se humedecieron al o con la tela empapada de fluidos vaginales, en segundos había echado a un lado el liviano obstáculo del pantaloncito y el tanga, ambos casi chorreando. Miré hacia arriba, Marian estaba allí sentada, ligeramente inclinada y apoyada en sus codos, podía ver su liso vientre y más allá la camiseta donde abultaban sus tetas con los pezones insultantemente erectos, la cara delataba deseo con sus atractivos labios entreabiertos, percibía claramente sus suspiros; no esperé más y
volví mi atención al conejo depilado de mi víctima, su monte de venus era abultado con aquella atractiva rajita en medio bien dibujada, pasé la lengua por ella saboreando el flujo, a la vez presionaba lateralmente abriéndola para descubrir bien el terreno a lamer, su chochete era de un atractivo color salmón, el clítoris no era muy grande, pero comenzaba a asomar de su funda, los labios vaginales eran cortitos pero muy sensibles, recorrí toda la zona con mi lengua varias veces, cada vez con más fuerza y ganas antes de aplicar toda mi boca sobre aquel coño ansioso de placer, lamí con ganas toda la zona haciendo el vacío, no me corté en hacer ruidos de succión o chapoteo, aquello la puso frenética y escuche sus gemidos, centré mi atención en chupar el clítoris mientras metía un dedo en la vagina, rotándolo ligeramente a la vez que iniciaba un lento vaivén. Escuché sus grititos y jadeos de gusto, advertí como caían objetos y revistas cuando la fallaron las fuerzas y se dejó caer hacia atrás, quedando atravesada sobre la mesa, naturalmente aquella caída no me detuvo en mis quehaceres, la pelirroja me empapaba la cara con su salsa intima, aquel sabor me enardecía, así que redoble la velocidad de lengua y dedo en sus bajos, sentí temblar su coño contra mis encías, su vagina parecía estrujarme el dedo en cada vaivén, procedí a meter un segundo dedo dentro, entrándolos y sacándolos en toda su longitud a buena velocidad, para colmo Marian comenzó a agitar el vientre pidiéndome entre jadeos que no parase, sentí una de sus manos en mi cabeza presionando mientras la joven gritaba que estaba a punto de correrse, efectivamente y bajo mis intensas caricias el orgasmo no se hizo esperar, sentí en la boca un sabor mas intenso, el cuerpo de la joven se estremeció repetidamente y su dueña jadeó con fuerza, su voz enronqueció al gritar: -
¡Me corooo… ahhh… ahhhss, asiii… aahhy.
Naturalmente no pare de repente, solo fui ralentizando mis movimientos dactilares y orales hasta reducirlos del todo, sabía que aquello prolongaría su orgasmo y placer durante uno o dos minutos, lo suficiente para que me recordara como un buen comecoños y buena opción para futuras ocasiones. Me incorpore secándome la cara y pude ver bien a la pelirroja, esta yacía desmadejada tras el orgasmo, dado el escaso ancho de la mesa pude ver que la joven solo tenía apoyado el culo y hasta media espalda en su superficie, dejando colgar tanto las piernas como brazos y cabeza, rápidamente rodee el mueble y me bajé el pantalón, a estas alturas mi rabo había perdido algo de erección al centrarme en dar a la chavala una buena mamada, había llegado el momento de recuperar el vigor, aquella boca entreabierta me había dado ideas. Flexione las rodillas dejando la polla ente su boca, sentí su aliento en la piel, ella aún mantenía los ojos cerrados ignorando lo que se la venia encima, seguidamente metí las manos bajo su camisetita y tome sus pechos, los acaricie sin dudar centrándome en subir hacia los pezones, aquel doble pellizco la hizo gemir y abrir los ojos, vio mi verga y pelotas sobre sus ojos y se alarmo un tanto, pero antes de protestar o decir nada yo había impulsado el miembro contra sus labios, Marian reacciono estupendamente pues lo acepto sin protestar, sentí la verga hundiéndose en aquella boca caliente, su lengua se movía ágilmente por el glande, transmitiéndome sensaciones intensas y muy placenteras, yo intente devolverla el
favor acariciando sus pechos sin pausa; durante unos minutos mantuvimos aquella posición, mi polla alcanzo el máximo esplendor en aquella boca, al mismo tiempo que mis bolas chocaban con su nariz, ella estaba tan excitada como al principio, a juzgar por el tamaño de sus pezones que yo no podía dejar de acariciar y apretar, pero un ligero calambre en la espalda me obligaba a cambiar de postura. -
¿Quieres cambiar un rato cielo?- pregunté.
-
Si gracias –contesto Marian- se me va la sangre a la cabeza.
La sujeté ayudándola a levantarse, estaba algo mareada según dijo, aproveche aquel abrazo para buscar sus labios y la di un beso en plena boca en el que colaboró ardientemente, después me soltó y se acercó al sofá apoyándose con una mano mientras se quitaba el pantaloncito y el tanga a la vez, ver aquel culo alto y bien hecho, durito y muy blanco con algunas pecas en su piel, me hizo el efecto de reclamo, me acerque por detrás y la hice inclinarse mientras guiaba la verga hacia su coñito, ella se dejó hacer mientras se arrodillaba en los asientos apoyando la cabeza en el respaldo, mi polla entro sin problemas en su vagina aun húmeda, pude sentir perfectamente la presión de su estrecha grieta al penetrarla, ella gimió de nuevo abriéndose cuanto pudo para facilitarme la entrada, en tres envites había conseguido metérsela hasta la raíz, ella se mojaba cada vez mas y nuestros suspiros delataban el placer que sentíamos. Oohh es algo grande, para mí –exclamo la pelirroja entre dos suspiros- pero me gusta. Nunca se me han quejado, espera y veras como te ajustas al tamaño con el tiempo. -
Eso espero, aahh… sigue, dámelo todo.
Vaya si se lo di, la tome de las caderas y empuje a fondo una y otra vez, ella se agitaba y contraía las paredes internas masajeándome la verga como podía, ambos jadeábamos inmersos en el placer, parecíamos dos posesos que no podían parar de follar, minutos después ella exhalo un grito y se corrió agitándose como loca, intente aguantar sus estremecimientos y puse las manos en sus pechos acariciándoselos con ganas, no podía parar de entrar y salir de su coño, mi propio orgasmo llegaba rápido, pero no me detuve y conseguí que la joven gozara de nuevo antes de llenar su vagina con mi corrida, esta fue muy intensa y larga, solte tanto esperma que chorreaba por mi polla aun estando insertada profundamente en mi joven amiga. Aquel orgasmo compartido nos dejó exhaustos, momentos después nos sentamos en el sofá semidesnudos y Marian me limpio la verga con su boca, después se me abrazo y dijo: La mezcla de sabores me encanta Oscar, pero la próxima vez quiero beber tu leche. -
¡No me seas guarrilla Marian!
No es guarreria Oscar, ¡mira parecerá una tontería! pero estoy convencida de que reconoceré al hombre de mi vida por el sabor de su leche, siempre lo he sabido. -
Pues deberás haber probado a muchos por lo que me contaste.
-
Si a muchos… y nada de momento, pero no me rindo y tú… ¡nada déjalo!
Dices que no te rindes, eso quiere decir que aun sigues… digamos que probando tíos. Alguno que otro ha caído, pero ya hablaremos de eso, tengo que pedirte algún favor. -
¿De qué tipo? Ya sabes que dinero tengo poco.
¡No hombre! Es por si me puedes cuidar a la niña alguna tarde, ya te iré contando… Sí que me lo contaría, pero algo más adelante pues la niña se puso a llorar e interrumpió la charla, en resumen la chavala me gustaba y habíamos echado un polvo, el futuro se me presentaba bien, ya veríamos como se desarrollaban los acontecimientos. Continuara…
Bien amigos, esta entrega se ha hecho esperar por problemas personales y economicos, (un mes y pico en que solo me salía uno o dos párrafos a la semana) añadidos a una depresión post cornamenta y las fiestas familiares, añadid esto al tema del paro y haceros una idea, ¡En fin! espero que el siguiente capítulo no se haga esperar mucho. Voy remontando y este año va a ser la leche. Sed felices por fin fui nena 1 Después de tanto tiempo se cumplió mi sueño de debutar como nena. tengo 42 años soy casado desde hace 17 años, hace un tiempo comencé a fantasear con maduras, primero me imaginaba cogiéndolas después comencé a imaginar ser ellas, de ahí hasta ponerme las tangas de mi esposa no paso mucho tiempo. Descubrí esta pagina y me encanto fue allí ,cuando me quedaba sola, que empece a vestirme con ropita sexy y sacarme fotos para mostrar. llegaron miles de mjes pero no estaba preparada para asumir este rol, me gustaban y me gustan maduros.
No tengo cuerpo de mina, aunque si una cola bastante carnosa, no podía depilarme tampoco , por lo que diría mi esposa, un par de veces estuve a punto de ser descubierta por lo que deje todo por un tiempo. Pero ocurrió algo, mi esposa se fue a unas vacaciones anticipadas este fin de semana, salio a tucuman con los chicos desde el jueves hasta el lunes, salia por la mañana temprano,por lo que me daría tiempo y sin preocuparme porque me descubran tendría tiempo para dar rienda suelta a mis transformaciones.El jueves mientras cargaba en el auto las cosas que llevarían, se acerco un vecino que solo saludaba amablemente a ayudarme,el es un hombre de 60 años, canoso, bastante grandote, de manos gruesas, muchos vellos canosos en el pecho, se notaba muy viril, charlamos un rato preguntando donde estaba partiendo y esas cosas, le conté que la que se estaba yendo era mi esposa y mis hijos. cuando salio mi esposa e hijos, me despedí de ellos y mi vecino me invito a comer luego, que no tenia con quien almorzar y que el día viernes era su cumpleaños, yo estaba decidida a no aceptar pues quería aprovechar el tiempo vestida de nena, pero insistió y acepte, aunque pensaba solo pasar un momento. Aproveche parte de lo que quedaba por la mañana en vestirme de nena y chatear un poco como patricia( que es mi nombre de nena). al mediodía me diriji a su casa que esta pegada a la mía, compre una botella de malbec. Almorzamos un lomo al champiñon bastante delicioso que el mismo cocino, charlamos de cosas intrascendentes y luego de personales aunque siempre con respeto y algo de timidez de ambos.fue cuando me contó que era viudo desde hacia 10 años y que sus hijos vivían en bs as, y no había formado pareja, ni había tenido relaciones desde que su esposa murió, esas revelaciones y las dos botellas de vino que llevábamos me excito y comencé a fantasear con que el. ya en la tercera botella y ambos algo en pedo me pregunto si conocía alguna pagina donde conocer personas para relacionarse ( me dijo personas y no mujeres), por supuesto que le conté de esta pagina y me pidió que le ayudara a crear un perfil y a manejarse en esta pagina. creamos un perfil y le enseñe lo básico y le mostré como poner fotos en su perfil, pero no le conté cual era mi nick. ya en ese momento estaba bastante excitada y borracha, pero todavía en mis cabales, por lo que me despedí para ir a vestirme y meterme alguna zanahoria chica en mi cola.
Cuando llegue a casa me puse una mini ajustadisima blanca semitransparente, una blusita suelta, una tanga negra re-chiquita, medias blancas tipo bucaneras,y unos tacos rojos de mi esposa algo ajustados pero me quedaban bárbaros, me pinte los labios y me puse una peluca negra de corte carre, no pude maquillarme mas pues estaba bastante borracha.
Entre a varias paginas de videos pornos de cross, y luego entre a ossex, allí leí mis mjes y veía mis os cuando recibí un mensaje de mi vecino Jose ( asi se llama). jose: hola como estas; que linda fotos tenes. yo: hola, muchas gracias. Jose: mira soy nuevo en esto, hace unas horas solo me dijeron de esta pagina y la verdad que estoy aca desde ese momento y vos tenes la mejor cola. Yo: gracias aunque creo que exageras Jose: la verdad que no, como podría hacer para verte por cámara? Yo: por el video chat pero a veces esta lleno y no podes entrar. inténtalo y si podes entrar me avisas: (yo podía entrar pues era dorada) un rato después me mando un mje que ya estaba en el video chat entre y puse la cámara atrás mio así podía verme la colita. cuando vi su camara casi me muero, estaba sentado delante de la camara con el torso desnudo lleno de vellos y fuerte, le enseñe como hacer para que el pueda verme, y cuando por fin entro me dijo que estaba mejor de lo que suponía yo estaba muy excitada. la conversación fue caliente aunque con respeto, yo sabiendo quien era el y creyendo que el no sabia de quien era yo. después de un rato me dijo que se retiraba a descansar pues había tomado un poco, yo también estaba cansada así que quedamos en vernos por cam esa noche a las 22 hs. me fui a dormir vestida de nena ya eran como las 6 de la tarde.antes de dormir me hice una buena paja. Desperte cerca de la 9 de la noche, me dolia la cabeza aunque estaba mas excitada que hacia unas horas, asi que fui al baño y me meti en la bañera para relajarme, use unas sales aromaticas relajantes, arregle los vellos pubicos y retire los pocos que me quedaban en mi colita, me hice una enema y estaba limpita, estaba muy emocionada , como si fuese una cita. procedi a vestirme opte por una tanguita blanca, las mismas medias bucaneras blancas, me puse una mini de colegiala, y una blusa blanca, me maquille bastante, me puse la peluca pero hice dos coletas con dos moños muy delicado.
Acomode la camara y entre a la pagina, el estaba conecatado. esta vez lo salude yo. Yo: hola como estas Jose: hola divina, te estaba esperando. Yo: que galante sos, nadie espero por mi. Jose:puedo verte por el video? Yo; trata de entrar y cuando lo logres me avisas tardo un rato largo pero por fin me dijo- ya entre_ entonces entre yo. Jose: estas hermosa pareces una nena muy mimosa Yo: ay gracias Jose: quiero verte ya Yo: no se aun no se si estoy lista para esto: Jose: por lo sexi que estas y por como te moves yo estoy seguro que si. Yo: seria lindo que nos vieramos pero mira que soy casado y tengo otros problemitas( no habia reparado que el estaba vestido con traje y corbata, afeitado y bien peinado como para salir) Jose:que decis queres que nos veamos ahora? Yo: si me gustaria..pero..-entonces el se levanto y no se lo veia en la cam Yo: estas? donde fuiste? Creí que lo habían llamado o algo cuando sono el timbre de casa, me sobresalte, no sabia que hacer, sali despacio aunque los tacos me delataban , me acerque a la mirilla de la puerta y estaba el parado con una botella de champaña, me puse muy nerviosa no sabia que hacer, me habia descubierto? que deberia hacer? el insistio con el timbre y dijo- por favor abrime asi charlamos- sali corriendo , me puse unos pantalones jogging y una camisa ancha y larga , me saque la peluca y trate de sacarme el maquillaje, le dije que esperara un momento. la verdad jamas
estuve tan nerviosa, me desmaquille como pudey le abri la puerta, el entro me dio un beso en la mejilla y dijo- creo que tenemos que hablarsigo en el siguiente relato, besos por fin fui nena 2 Abrí la puerta y allí estaba el, con su imponente cuerpo, sus grandes manos, estaba de traje y con la champaña. paso. Jose: quiero hablar con vos. Yo: porque?....para que?-conteste temerosa y nerviosa. Jose: sentate- ordeno yo lo hice, no sabia como reaccionar, negaría todo por supuesto, pero estaba como en una nube, se me cerraba el pecho me costaba respirar. Supe que el sabia. Jose; primero quiero decirte que se todo. Yo: pero...no es lo que pensas...yo...Jose: espera, no hables , dejame hablar a mi y después decís lo que quieras.-yo solamente asentí con la cabeza, no podía mirarlo a los ojos, solo quería huir de allí. Jose: esta vez te hablare a ti hombre, pero sera la ultima vez- me quería morir creí que me quería extorsionar- se que te vestis de mujer, se que te gusta seducir, no quiero aprovecharme de eso, jamas te perjudicaría, jamas haría algo que te dañara, así que tu secreto esta a salvo conmigo-quería desaparecer del mundo pero cada palabra suya me tranquilizaba. Jose: solo te pido a cambio esta noche. Yo: no entiendo...queres..? Jose: quiero cenar con patricia, charlar con patricia, festejar mi cumpleaños asi. solo te pido eso y no te molestare mas. solo haré lo que me pidas pero esta noche quiero eso. estas dispuesta? La verdad no tenia opción, o creí no tenerla. Yo: esta bien, acepto.
Jose: bien, me ire a comprar algo para cenar y algo de alcohol asi pasamos mi cumpleaños, vuelvo en 20 minutos, espero que sea suficiente para que estes listadiciendo eso se levanto y salio. Estaba como zombi, solo atine a volver a vestirme de mujer pero esta vez en vez de la pollerita, elegi un vestido de noche, es negro bastante ajustado desde la cintura para abajo y arriba muy sobrio, es bastante bonito y la verdad es para cenar, volví a colocarme la peluca negra tipo corte carre, volví a maquillarme, cuando estuve lista estaba realmente preciosa( aunque queda mal que yo lo diga) prepare la mesa y lo espere. Llego. me miro y dijo- la verdad estas mas linda de lo que imagine o vi en la camara- yo solo sonrei, tome las cosas y prepare los platos para cenar. Cenamos tranquilamente, me trato como una dama, me servia vino, charlamos como una pareja que se estaba conociendo, la verdad me sorprendió lo natural que fue para mi comportarme como mujer, charlamos cosas triviales y agradables. luego de cenar y levantar la mesa,me pidió que ponga un CD de música lenta, sirvió dos copas de champaña y brindamos. Yo. feliz cumple jose.- dije mientras acercaba mi rostro para darle un beso pero el no corrió la cara me me dio un beso en los labios suavemente, casi casto que me produjo una corriente eléctrica en todo el cuerpo. lo abrace y el a mi Jose: gracias patricia es realmente hermosa la velada que estamos pasando. me permitis bailar con vos? Yo: si jose , por favor. Me tomo de la cintura me atrajo hacia el y yo lo abrace por el cuello. Bailamos un rato sin decirnos nada solo disfrutaba estar abrazada a el, sentia su aroma, apoyando mi cara en su pecho porque a pesar de estar con tacos me sacaba media cabeza, es muy grandote. En un momento le pedi ir al baño, cuando me mire al espejo me vi y volvieron mis dudas, mis temores, y me puse mal. volvi al comedor para decirle que ya habia cumplido, pero el se adelanto y volvio a abrazarme para seguir bailando. Yo: jose creo que ya cumpli con vos.... Jose: que pasa patricia, la pasas mal conmigo? Yo: no es eso..solo que no soy puto, me gusta estar con mi esposa...estoy confundida( me salio hablar en femenino)-lo decia mientras me salian unas lagrimas.
Jose: te prometi que no te joderia, pero no llores princesa, me gustas mucho pero no quiero que sufras. me tomo el rostro e hizo que lo mirara, seco mis lagrimas con sus dedos y me volvia a besar, me derritio, me di cuenta que no habia vuelta atras, que seguiria con esto, estaba cumpliendo mi sueño. yo lo bese tambien dulce y suavemente, luego ya mas fuerte, su lengua aspera intentaba penetrar a mi boca y lo deje, nuestras lenguas se enredaban, se saboreaban, estaba en el cielo. sentia sus mans acariciar mi espalda, mi colita, mis caderas, que placerrrr. .....Nos besábamos ardiendo ambos, caímos en el sofá, me acariciaba y yo a el, le saque la corbata y el saco, el me subía el vestido, me acariciaba las piernas, la colita mmmmm que sensación. ya no pensaba en nada solo era patricia y el mi hombre. en un momento el se desprendió la camisa y comencé a besar su pecho peludo, el abrió su bragueta. apareció un pene grueso, rotundo, negro, no estaba en su total erección pero era enorme, casi el doble que el mio. lo mire a los ojos y el a mi con sus ojos me dijo todo lo que quería que haga y por supuesto yo estaba dispuesta a eso y mas. me arrodille entre sus piernas y acaricie su pene, fui acercando mis labios lentamente, estaba tan excitada pero trate de disfrutar el momento, así bese la cabeza lo lamí, me la metí en la boca, la llene de silaba, se la mame como siempre quise hacerlo, senti como se agrandaba su chota en mi boca. Jose: no sigas que me vas a hacer acabar mi amor.....ahhhh...que rico. YO: acabame que tengo ganas de tu lechita, aparte tenemos todo el fin de semana...chuip..chuip.. Jose: ahhhh.. te acabo mi amorrr....ahhhh el primer chorro casi me ahoga, que cantidad de leche tenia, parecía una manguera, me la saque y me lleno la cara de leche. extrañamente yo también acabe, fue como una descarga eléctrica, ni me había tocado pero acabe como nunca. trague toda la leche que tenia en la boca y junte con mis dedos lo que estaba en mi cara y me la tome también, le limpio el pene con mi boca,estaba rendida y el también. parecía que no podría levantarse, tuve temor que se fuera en ese momento pero me acaricio me subió encima de el y me beso.
Jose: no puedo creer lo buena que sos en esto..¿estas segura que jamas lo hiciste? Yo: si mi amor es mi primera vez. queres que nos duchemos así nos acostamos a descansar tranquilos? Jose: dale vamos.. fuimos al baño abrazados, embriagados de alcohol y de lujuria. Me enamoro que siguiera tratándome como una dama, que no cambio en ningún momento, fue genial. Llegamos al baño, mientras el se desvestía abrí la ducha, me saque el vestido y la peluca, aunque no la tanga, ni las medias y el corpiño. Jose: voy a orinar..._me dijo. pero no lo deje tome su mano lo hice entrar a la ducha, me arrodille frente a el y lo mire. entendió lo que quería al instante. Jose: estas segura patri? Yo: si jose..tenes que marcar a tu mujer a tu hembra con tu olor. comenzó a orinarme primero en el pecho después yo solita guié su chorro hacia mi boquita y tome su lluvia dorada. tenia un sabor agrio bastante , me encanto, tome parte de su orina, se que soy una chancha pero era lo que sentía. después de orinar me hizo para y volvió a besarme. Termine un poco antes que el de ducharme, ya desnuda, deje que terminara y sali a secarme y ponerme algo cómoda para dormir en mi cama con el.la cama que compartía con mi esposa seria testigo de mi iniciación total como nena. Me puse una tanguita blanca de tul transparente, un camisolin blanco tambien, medias bucaneras blancas, una peluca rubia muy linda enrulada.me maquille suavemente aunque con un labial rojo furioso. Me acomode en la cama y lo espere. salio al ratito desnudo, me vio y se le empezo a parar la chota nuevamente, se acosto al lado mio , nos besamos suavemente pero con mucha lengua y saliva, nos acariciamos, se la volvi a chupar y vi (tambien senti) como se puso durisima. me acomodo con mis piernas abiertas, me puso un almohadon bajo mi cola, saco un aceite para bebe de la mesita de luz. me unto con ello toda mi colita y me dilato con un dedo, luego dos,me dolio un poquitin pero lo disfrutaba y gemia, no nos dijimos nada. cuando creyo que ya estaba lista se unto el pene generosamente con ese mismo aceite.
Jose: ahora vas a ser mi mujer, sere suave , te dolera un poco pero ttrata de disfrutarlo, no te haria daño mi amor. Yo: dale jose que no aguanto mas las ganas de que estés dentro mio. apoyo la cabezota en mi agujerito, era como una espada a punto de penetrar la carne. comenzó a empujar y mi colita cedió rápidamente por el trabajo de dilatación anterior. crei que había pasado lo peor y que no me dolería nada pero solo era el principio. cuando empujo un poco mas senti todo el dolor temido, su barra de carne se abria paso, no entraria mas era demasiado, me mordi los labios tratando de aguantar el dolor , puso mas aceite y me tranquilizo, ya habia entrado mas de la mitad, me sentia totalmente completa y el dolor no cedia pero era un sacrificio que estaba dispuesta a aguantar y tambien a disfrutar. comenzo a moverse lentamente, me miraba y me besaba veia mis lagrimas y me acariciaba. Entonces comprendí que ya era una mujer, su mujer, y lo disfrute, cmientras se movia yo gemia, me salian los gemidos naturalmente, eran gemidos ya no de dolor sino de gozo. Jose: asi bebe asi goza que sos mia Yo:mmm ahhhh....si papi soy tuya toda tuya...segui llename mi amor.....ahhh mmmm ya me habia acostumbrado y lo sentia dentro me alegro tanto que lo abrace y bese locamente. se movia mas y disfrutaba mas, cuando llego su descarga sentí su pene crecer mas aun y me acabo, me lleno de leche caliente. yo también acabe manchando mi tanguita y su panza llegamos juntos, el no la saco sino que dejo que mi colita expulse su pene, nos besamos nos acariciamos y nos dormimos abrazados, como dos amantes( ya lo eramos) besitos, les contare lo que pasa entre nosotros dentro de poco. Mi segundo hombre y otras cositas. Hola, como están, les recuerdo que me llamo patricia y esta no es una continuación de mi historia pasada (espero que hayan leído mis relatos anteriores por fin fui nena1 2 3 y4) aunque en parte lo es, espero que disfruten y sepan que es totalmente real lo que conté y lo que les cuento ahora. Y disculpen que mis historias sean largas.
Estábamos, con mi amante algo distanciados por celos de ambos. Una mañana tenía unas ganas enormes de verlo. Invente unas reuniones en mi trabajo, que me tomarían todo el día. Salí de compras para sorprender a mi novio. Fui a un local donde venden lencería y aparatos sexuales, compre unas medias cortas que me llegaban un poco arriba de las rodillas, esas que usan las nenas ahora, son a líneas gruesas de color rojo y celeste, también una pollerita colegialas lisa de color blanca con unos vuelos de tul celeste claro, una tanguita blanca chiquita, un corpiño también blanco, una camisa azul Francia y una corbatita blanca, compre también una peluca de color negro caoba. Cuando salí del local me sentía excitada y con unas ganas enormes de ser nuevamente suya. Tenía llave así que deje mi auto en un estacionamiento a unas cuadras de casa para que nadie sospechara nada. Cuando llegue a su casa entre por atrás, pero escuche sonidos un poco extraños, jadeos para ser más precisa, así que trate de no hacer ruido, lo que vi me dejo pasmada, estaba mi esposa arrodillada con su mini subida a la cintura por lo que se le veía la tanguita, su camisa totalmente desabotonada mostrando sus grandes pechos, le estaba chupando la pija a mi amante. Me quería morir me sentí muy decepcionada, pero no de mi esposa sino de el, ya me cogía a mi ahora se la estaba por garchar a mi esposa. -que bien la chupas putita, como vamos a gozar mi amor-le decía José a mi esposa mientras esta lo miraba y él le acariciaba la cabeza. Yo no aguante más y salí rápidamente, estaba consternada, decepcionada y muy enojada. Fui a mi casa, escondí mi ropita en el cuarto que a veces usamos para cuando vienen visitas, y se que es la menos visitada, la puse detrás de unas cajas de zapatos, no me esforcé mucho en esconderlas, sería mi estado de conmoción. Me senté en el sillón de entrada y espere hasta que llegara mi esposa, no sabía cómo reaccionar, si decirle que la vi, pero como justificaría estar allí, me daban vueltas miles de reacciones, aunque la verdad no estaba enojada con ella, es más la entendía, sabía que ella es una mujer muy sexual y yo no le doy mucho, y aparte comerse una gran pija como la de José no es para despreciar. Me sentía enojada con él. Estaba en esos pensamientos y un par de horas después entro mi esposa. Se sorprendió al verme, y la verdad la vi muy asustada. Pero fingí que me dolía la cabeza y no me sentía muy bien . le pregunte donde estaban los chicos, me dijo que fueron a casa de una amiga a jugar con los de ella, y de donde venía ella, me mintió que salió a ver unas cosas que quería comprar. La vi muy nerviosa, pero decidí no seguir acosándola. Luego fui a ducharme y allí llore en silencio, llore mi decepción. Al día siguiente salí a trabajar y José me esperaba en la calle, me hablo para saludarme pero yo solo lo mire con bronca y no le conteste. Trabaje todo el día sin
poder sacarme de la cabeza la escena de mi mujer chupando la pija de José, al principio me enojaba pensar en ello pero luego la verdad me excito mucho, no se si es normal eso pero me paso, me gusto ver a mi mujer haciendo eso aunque no que fuera con mi amante. Llegue a casa a las 20 hs y para mi sorpresa estaba un tio de mi esposa en casa, el es de un pueblo a unas 4 hs de la nuestra, tiene una quinta bastante linda con pileta y muchas comodidades, nos saludamos y pregunte que hacia en casa, me conto que tenia unos tramites en la ciudad y que de paso quería invitarnos a pasar unos días en su casa ya que su esposa estaba sola y quería ver a los chicos y a mi esposa. Yo les dije que no podía ir ya que tenia muchas cosas que hacer, mi esposa trato de rechazar la oferta, seguramente para seguir cogiendo con José, pero no pudo porque mis hijas quería ir y le insistieron por lo que no pudo negarse, así que decidimos en viaje en las primeras horas del dia siguiente que era viernes. Acomodamos a juan (el tio de mi esposa) en el cuarto de huéspedes y nos dormimos. El viernes temprano mi esposa preparo las cosas y salió al campo, volvería recién el martes ya que las nenas están de vacaciones, yo salí a trabajar y juan me dijo que saldría a hacer sus trámites y ver si podía hacerlos rápido y volver el sábado a su casa, me imagine muchas cosas que hacer cuando el se fuera, como encarar a José o hacerme la tonta pero no sabia aun. Cuando volvía a casa, volví a cruzarme con José que quería hablarme, yo le dije que el sábado hablaríamos que yo le avisaría para que pase por casa ya que me esposa había viajado. Note algo de decepción en su rostro al saber que mi esposa se fue, lo que hizo que yo me sintiera mal, entre a casa enojada, y me olvide que juan estaba allí. Entre y me serví un vaso de wisky, entonces apareció juan. -epa, sobrino, con alcohol no se borran los problemas-bromeo -la verdad no, pero relaja-conteste. -ok, entonces me sirvo uno y te acompaño si no te molesta-para nada, sírvase con confianza- agregue. -gracias, pero por favor no me trates de usted que me hace sentir lejano-dijo. -lo siento, esta bien juanSe sirvió y se sentó a mi lado en el sillón, charlamos y mentí que tenía problemas en el trabajo y que me ponían algo enojado. Tomamos unos tres vasos cada uno y me dijo que había comprado un poco de asado para que comiéramos pero como
estaba lloviendo no podría hacerlo fuera y que lo prepararíamos al horno, me gustó la idea y nos pusimos a preparar las cosas. Me conto que su tramite no había podido salir por lo que tendría que quedarse hasta el lunes o martes si no me molestaba. -para nada juan , mejor asi nos conocemos un poco mejor- me sorprendieron mis palabras, quizás fuera el alcohol pero fue con un poquito de doble intención. -espero que asi sea- dijo mientras servía dos vasos de vino. Juan es un hombre de campo, es alto, mas bien flaco aunque bastante fibroso y musculoso con manos enormes y muy ásperas y curtidas, usa bigotes y es de mucho pelo en el pecho bastante enrulados como su cabello aunque ambos entrecanos. tiene 62 años pero la verdad esta muy bueno, nunca me había fijado en el hasta esa noche. Mientras preparamos la comida fui a ducharme, en el baño mientras me caía el agua pensé en como seria en la cama, si le gustarían los gay y esas cosas. Me depile los pocos vellos que tengo en las piernas y las axilas, como uso mis genitales sin vellos solo me puse mucha crema en mi cuerpo para que este mas suave mi piel. Me vestí solo con una camisa larga y me puse un bóxer ajustado solamente. Cuando Sali ya la mesa estaba servida. Pero en ese momento me pregunto. -sabes encontré unas bolsas con lencería, ropa de nena muy erótica y una peluca. De quien es? Dude un instante en responder pues sabia que sabría que no es de mi esposa. -es?mía..la compre para una amiga mia- dije aunque algo nerviosa por lo que supe que no me creyó. Aunque seguimos charlando como si nada aunque el ya me miraba distinto. Comimos charlamos, tomamos un par de vinos mas y nos dispusimos a levantar la mesa y lavar los trastos y ver tele un rato. Mientras yo lavaba él acomodaba las cosas y miraba como estaba apoyada sobre el lavado con una pierna algo flexionada y sacando por mi postura mi cola cuando sentí su mirada y gire mi cabeza sin perder la postura y lo mire, el sin dejar de mirarme la cola y luego los ojos me sonrio y yo coquetamente baje mis ojos a mis caderas y lo volvi a mirar a los ojos y también le sonreí como diciendo que me gustaba que me mirase asi, tan ,digamos golosamente, fue cuando dijo algo que me termino de derretir.
-que piel tan suave tenes, y encima sin nada de pelos.- yo solo volví a sonreírle solamente, y el se acercaba a mi posición quedando apoyado sobre la mesa a centímetros mio. -puedo tocarte la pierna para sentir si es tan suave como parece?- me dijo pero mas como una pregunta como un anticipo de lo que haría. No conteste nada solo segui mirando hacia adelante pero abriendo muy poquito mis piernas y sacando mi colita casi imperceptiblemente. Cuando apoyo sus grandes manos sobre mis muslos se me escapo un gemidito. Sentí lo aspero de sus manos, las dos pues con la otra mano tocaba mi otra pierna, comenzando a acariciarlas lentamente el ya casi apoyado en mi. -mmmmm son mas suaves de lo que creí, ?SOBRINA?- que feo es sentirse descubierta pero la verdad cuando tenes confianza que liberador es, y yo sin saber porque sentí muchísima confianza en él. Esperando parar un poco o disimular que quería ser suya gire con la intención de pararlo, pero cuando lo hice estaba tan cerca que me quede a centímetros de él, que inmediatamente tomo mi cintura y me miro, solo atine a esconder mi rostro en su pecho y el ya decididamente me acariciaba las piernas y la cola. Cuando lo mire el solo me dijo- anda a vestirte con lo que esta escondido en la pieza - hipnotizada Salí de su asedio y me encamine hacia su cuarto. -antes que te vayas decime tu nombre de mujercita. -patricia-le dije mirándolo provocativamente. Llegue al cuarto y en un segundo me desnude y me cambie. La verdad que la ropita me quedaba muy bien mejor de lo que creí, Salí rápido y fui a mi cuarto a usar un poco de maquillaje de mi esposa, solo me puse un poco de base, me pinte los ojos, y los labios de rojo intenso, la peluca estaba muy bien también aunque hice un par de coletas a los costados para parecer mas colegiala. Estaba muy linda, la pollerita es recorta y resaltaba mi cola mas aun cuando me puse los zapatos rojos de mi esposa, que son de unos tacos de 7 cm. Cuando llegue al living, el estaba sentado en el sillón con un vaso de vino en sus manos, tenia la camisa desprendida y ese aire de ganador, de dominante. -que barbara estas sobrinita, me gustas mucho -muchas gracias tio- le dije algo turbada y excitada. -veni acércate- dijo, mientras yo caminaba lentamente y muy sensualmente a el.
Cuando estuve paradita a su lado comenzó a acariciarme las piernas, las caderas, sin dejar de mirarnos a los ojos, no hacia falta palabras, solo queríamos disfrutarnos. El se levanto y me abrazo, acerco sus labios a los mios y nos besamos, como una pareja, como amantes. Sentía su lengua dentro de mi boca y enrosque la mia también, el me acariciaba toda y yo tocaba su pecho duro y peludo, luego yo bese su pecho, su pancita, desabroche sus pantalones e cayo casi instantáneamente a sus pies, no tenia calzoncillos, apareció su pijota ante mi, es gruesa y muy negra, larga, apetitosa, llena de pelos. Me arrodille mire su pija y sus huevos que son gigantes, lo volvi a mirar y asi mirándolo a los ojos me la meti en la boca, primero la engullí, la llene de saliva, chupaba primero lento, luego como poseída, la chupaba fuerte luego lamia, que manjar. -como chupas patricia, como me gusta mi amor. -chuip..chuip..chuip- conteste. Antes de que acabara me levanto, me beso, me giro, me lamio el cuello desde atrás, yo solo gemia como loquita, bajo a mis pompis, las separo corrió mi tanguita y me metio su lengua, allí sin necesidad de nada mas acabe como loca, pero el siguió en lo suyo, casi me caigo del placer. El siguió con su tarea aunque agrego un dedo primero luego dos, me estaba matando de placer, después me hizo subir al sillón, arrodillada sobre este, y con mis manos en el respaldo, continuo con su tarea. Yo sabia que se venia la mejor parte asi que le pedí que me pusiera mucho aceite de bebe que había traído conmigo del dormitorio. Me lleno de aceite volvió a meter dos dedos en mi agujerito y se preparo a penetrarme. Lo hizo lentamente, entro primero su cabeza aunque costo un poco ya que debimos intentarlo dos veces. Cuando por fin entro comenzó a moverse lentamente acostumbrándome a su pija. Pero de repente me embistió muy fuerte tanto que me hizo gritar del dolor pero la verdad me encanto. -como te la comes sobrinita, que hembrita sos mi amor.-decia -ahhhhh?ayy?seguiiiii?.ahhh- solo decía yo. Entonces fue que mire a un gran espejo que esta en la pared donde se reflejaba la escena, era como una película, yo asi en cuatro patitas sobre el sillón y el bombendome desde atrás, que linda escena fue. Me acabo después de un rato largo de embestirme y de haber acabado yo una vez mas. Fue increble como me sentí, tan mujer, tan deseada, tan putita. Lo que paso luego se los cuento en otro relato, que la verdad fue muyyyy excitante y cumplio con creces mis mas intimas fantasias.
Besos, Patricia. ¿Acaso tienes alguna idea de lo que siento? ¿Sabes lo que pienso cuando te observo? ¿Quieres volver a jugar conmigo? Es común escuchar o darse cuenta que los seres más deseados sobre este planeta son las mujeres. Esto se cree gracias a que las personas que regularmente expresan sus opiniones sexuales son hombres, pero también existimos mujeres que tenemos malos pensamientos con alguien, que soñamos y fantaseamos igual o peor que los más pervertidos que hayas conocido. ¿Lo deseo?, si, bastante. ¿Lo deseas tú?, no lo sé. Lo único que realmente sé es que no has olvidado nuestros juegos de infancia. Venidos de la misma familia, nuestros padres son hermanos, nosotros somos como hermanitos, crecimos juntos, fuimos a la misma escuela, compartimos eventos importantes, simplemente, nunca nos hemos dejado. -Los hermanos se protegen y tú eres como mi hermana- siempre lo decía tu hermano mayor Carlos cuando jugábamos. No sé si te acuerdes de Carlos y Jorge cuando tenían 8 años. Eran niños muy inquietos, bastante precoces, los cuales siempre buscaban protegernos a mí y a tu hermana Luz. ¿Recuerdas el tipo de protección que nos daban? Sé que jamás olvidarás el día que llegaste a tu casa, no había nadie, por lo que subiste a la habitación de Carlos y al entrar viste como él y Jorge nos mamaban los pequeños senos a mí y a tu hermana Luz. -¿Qué están haciendo?- preguntaste sorprendido. -Cosas de grandes- te gritó Carlos. -Pero tú tienes 12 años y ellas tienen 10- respondiste con tus inocentes palabras de un niño de 7 años, tu edad en ese entonces. Con gran coraje, Jorge te sacó de la habitación a empujones además de amenazarte con herirte si avisabas a alguien de lo que habías visto, no eras lo suficientemente “grande” para jugar con nosotros. Siempre nos observabas abriendo un poco la ventana, tu curiosidad era mucha, querías saber el tipo de cosas que hacían los grandes. Si te quedó duda te contaré
lo que pasaba tras esa puerta: Carlos y Luz son tus hermanos, todas las tardes Jorge y yo, tus primos, íbamos a jugar a tu casa. Nunca queríamos aceptarte en el equipo porque eras demasiado pequeño. Sé que sabías que el jugar futbol era solamente un pretexto para hacer tiempo en lo que los de tú familia se iban de casa todos los días a la misma hora por lo que nos quedábamos solos. En cuanto eso pasaba y la última persona por fin se iba simplemente te dejábamos afuera y subíamos corriendo a la habitación de Carlos: era hora de jugar. Al entrar adoptábamos cada uno nuestro rol. Al principio Carlos y Jorge nos besaban a mí y a Luz, jugábamos a ser novios por lo que yo siempre era con Carlos y Luz con Jorge. No sé si sepas que desde los 6 años nos hacían hacer esto. Imagina la edad a la que di mi primer beso. Nuestras mentes habían sido pervertidas por la televisión y amistades de ellos, la inocencia de nuestra niñez poco a poco se terminaba. Después, nos levantaban las blusas, (aún no usábamos sostén) y nos pasaban las lenguas por los diminutos pezones, los mordían y jalaban. Nos lastimaban mucho pero no les importaba. Éramos demasiado ignorantes en algunos aspectos por lo que sacaban revistas porno que robábamos de las habitaciones de tus demás hermanos e inclusive de nuestros tíos para ver que más nos podían hacer. La posición que más veíamos que los actores hacían era la de perrito pero al ser tan pequeños y ver la manera en la que se colocaban consideramos que las penetraciones se hacían por atrás, o sea, vía anal. No teníamos ni idea de que era por la vagina. Jamás pudieron penetrarnos a pesar de hacer el intento pues creían que podían embarazarnos. Sé que probablemente te suene muy tonto y ridículo lo que te cuento pero estábamos descubriendo el mundo del sexo, nos producía un placer enorme a pesar de nunca consumar los actos. Lo único que hacían era desnudarnos, ponernos en la cama, subirse sobre nosotros completamente sin ropa y besarnos, incluso, nos hacían besarnos a tu hermana y a mí. Nos comíamos los senos entre ella y yo, nos tocábamos el culo, un poco la vagina, era muy agradable, supongo que esos fueron mis inicios en la bisexualidad quien sabe si ella lo haya olvidado. Permanecíamos haciendo esto hasta que escuchábamos los autos llegar. La adrenalina de vestirnos y salir como sin nada era simplemente divertida, emocionante, excitante. No quiero ni imaginar qué hubiera pasado si nuestros padres hubieran descubierto que sus hijos se reunían para hacer este tipo de “orgías”. Las cosas si las practicas diariamente pueden generar una rutina o una adicción. Lo segundo pasó conmigo. Los juegos que tenía con tu hermano, mi primo, siguieron hasta que yo tenía 12 años y el 14. Te confieso que jamás me penetró aunque obviamente él quería hacerlo, pero lo que pasó fue que en ese entonces yo tuve mi primer noviecito, lo que le molestó mucho. Nuestra manera de convivir
obviamente era más allá que familiar pero yo no podía permitir que la gente se diera cuenta que mi primo me celaba mucho más de lo normal. De cierta manera terminé mi relación con él para evitar buscarme problemas, pues creía estar enamorado de mí y yo de él, por eso no le dirigí la palabra hasta que cumplí 15 años. A los 14 años yo tenía las hormonas al borde de la locura: era una adolescente muy sola, abandonada por mi familia. Necesitaba desahogarme, quería sentir esa misma adrenalina que tu hermano me hacía sentir. Mi novio en ese entonces quería follarme pero eso no me provocaba ningún tipo de excitación, yo quería algo más, deseaba iniciarte en el incesto, enseñarte, descubrirte. No era casualidad el hecho de invitarte a mi casa a ver películas y que buscando entre los casetes saliera una película de adultos la cual veíamos hasta el final justificándome con que yo no sabía que ese contenido estaba ahí. Quería ver tu reacción, necesitaba saber si en realidad estabas dispuesto a hacer travesuras conmigo. El morbo que me provocaba la idea de sentir adrenalina de nuevo fue más fuerte que yo. Por eso mismo te invité a dormir conmigo en la casa de nuestra tía. Sabes, esa noche pudimos haber sido descubiertos, yo, literalmente te violé. Recuerdo que esperamos a que la tía durmiera, tú estabas en la cama de abajo, yo en la de arriba. En plena madrugada cuando la escuché roncar te desperté: -Levántate y sube- te susurré en voz muy baja para que ella no escuchara. Subiste, y con miedo te recostaste a mi lado. Eras ya un niño “grande”, listo para jugar a lo mismo que tus hermanos y yo jugábamos, estabas listo para hacer todas esas cosas que nos habías visto hacer. Comenzamos, toqué tu cara, tus manos, estabas helado, me imagino que nervioso igual que yo cuando empecé a jugar por primera vez. Nos empezamos a besar, a pesar de tu inexperiencia, lo hacías bastante bien. Ansioso me metías la lengua, la movías muy rápido. Sin que yo te lo pidiera te metiste entre mis piernas, los dos debajo de las cobijas y me quite la blusa. Yo ya tenía 14 años por lo que mis pechos estaban mucho más desarrollados, el título de la chica con los senos más grandes me correspondía a mí en la escuela a la que asistía. Nunca olvidaré la forma en la que me mordías los pezones, como te perdías en mis senos, los disfrutabas pero a pesar de eso no sabías cómo penetrarme, estaba mega excitada y muy bajo gemía. Yo, conocía perfectamente la manera en que podías por fin hacerme mujer pero prefería dejarlo así, ya que en mi mente había un poco de cordura entre todo el incesto que había vivido.
Sin embargo tú querías hacérmelo por lo que decidí dejarte hacer el intento así que me puse en cuatro, me bajaste rápido mi pijama hasta los tobillos, me impresionó mucho que comenzaras a tener una erección, estabas acercándote a los 13 años de edad, imagino que era normal tú reacción. Me abriste las nalgas con las manos, dejando expuesto mi culito virgen y sin lubricar ni nada intentaste meterla. Por la oscuridad, la situación, los nervios o quizás el miedo de que nos escuchara nuestra tía que dormía frente a nosotros, no te diste cuenta, por eso hoy te lo confieso: SI ME LA METISTE. No sé cuánto, tu verga estaba en crecimiento aún, sólo sé que me dolió y gustó, me ardía un poco, no sabía si estabas consiente de esto pero supongo que sí porque en cuanto sentiste la presión de estar adentro, te recostaste sobre mí, haciéndome caer boca abajo elevando mis caderas y empezaste a moverte torpemente, sin duda, estabas follándome el culo. -¿Te la estoy metiendo?- me preguntabas una y otra vez susurrándome al oído. -Quiero que gimas- decías también. Yo simplemente te decía que sí con la cabeza, te hice taparme la boca con tu mano para que no me escucharan a pesar de que se notaba el ruido de la cama por nuestro vaivén. Creo que tuve un orgasmo esa noche, no tengo muy claro si ocurrió o no. Tuvimos este tipo de juegos durante aproximadamente medio año, siempre buscabas una oportunidad para sugerirme que jugáramos. Teníamos nuestro escondite en un pequeño cuarto dentro de la casa de nuestro abuelo donde diario nos veíamos, yo le decía a mi madre que estaría con tu hermana mientras tu simplemente te salías de tu casa, nos reuníamos y en cuanto me veías me tumbabas, quitándome rápido la blusa, incluso recuerdo que una vez me la rompiste y tuve que ocultarme bajo un suéter para que mi madre no lo notara. Sin duda, esos momentos me daban mucho placer, sobre todo cuando escuchaba a alguien cercas, intentábamos guardar silencio pero no te importaba, tú seguías follándome el culo cuanto querías. Para tu desgracia crecí, tuve nuevas parejas las cuales me hicieron verte como alguien insignificante, sencillamente te olvidé. Hace unas semanas, después de estos años pude ver quién realmente eres ahora. Sé que has notado que tu hermano me cuida mucho, no igual que antes ya que no ha intentado seducirme de nuevo aunque sería bueno recordarle lo que me hacía haber si lo repetimos de nuevo, pero eso es otra cosa. En nuestras mentes están esos recuerdos de infancia y en tu mente también. El verte pasar por mi casa, mientras corrías, haciendo tu serie de ejercicios diarios me dejó en claro que tu cuerpo ha cambiado, me sorprendiste. ¿Te acuerdas de mi actitud la semana pasada en casa de nuestro abuelo? La manera en que yo actuaba contigo, como te veía, la razón de cuestionarte sobre tu vida sentimental.
Si tenías la duda, oficialmente te confirmo que ese día estaba coqueteándote, molestándote, tratando de atraer tu atención y lo conseguí. No puedo creer que estás más alto que yo, que tengas un cuerpo mucho más musculoso, que tengas tanta fuerza como para jugar un poco más agresivo. De todo eso y más me di cuenta cuando empezamos a jugar en la sala, tuve que salir corriendo hasta la parte de atrás de la casa, quería que me atraparas. Por fin me aprisionaste: -¿Recuerdas a lo que jugábamos de pequeños?- dijiste. Me dejaste congelada con esa pregunta, me tenías contra la pared, me sujetabas de las muñecas que se encontraban a la altura de mis hombros. En medio de nuestro juego no me permitías irme, me aprisionabas contra tu cuerpo, nos veíamos fijamente a los ojos y por un momento creí que me besarías. No supe qué responder, estaba muy sorprendida, Me encontraba a tu disposición pero tú únicamente sonreíste mientras me soltabas y te ibas dejándome sin palabras. Mi corazón latió a mil, me puse nerviosa, sudaba, pasaban demasiados pensamientos por mi mente pero lo más importante, la adrenalina que me provoca el incesto volvió a surgir y con mucha fuerza, con la fuerza de una pasión prohibida hecha a base de lazos familiares. Por eso te pregunto: ¿Tienes alguna idea acaso de lo que siento? Siento unos deseos terriblemente grandes de recordar juntos todo lo que hacíamos, siento deseo, ansias, coraje por no poder hacer lo que quiero contigo. Me encantaría que supieras todo lo que te escribí, quiero saber que hay en tu mente. Empiezo a sentir adrenalina nuevamente. ¿Sabes lo que pienso cuando te observo? Pienso en esos juegos de infancia, ya no en tu hermano ni en nadie, sólo en ti, en lo mucho que has crecido, en lo que ha de ser probar tus labios, tu cuerpo, pienso en cómo será tu verga, tamaño, textura, cuanto puede hacerme gemir, pienso en ti sobre mí. Si supieras todas las veces que me he pajeado estos días imaginando que vienes a mi casa y por fin follamos. Estoy a punto de proponértelo: vamos a la casa del abuelo, a tu casa, a nuestro escondite secreto donde nos tocábamos, a donde me pidas pero fóllame ya. De hecho, después de escribirte esta carta te aseguro que me voy a volver a pajear pensando en ti. ¿Quieres volver a jugar conmigo? Claro que quieres, lo sé, lo puedo sentir. No nos vemos igual que antes después del día que me preguntaste eso, tu mirada en mi escote y en mi cuerpo es de
lujuria. Me encanta provocarte, tener esos juegos contigo donde siempre terminas acorralándome contra la pared o subiéndote sobre mí, creo que voy a enloquecer. Ahora tengo 20 años y tú tienes 17, casi la edad adulta aquí en México. Nunca he tenido a nadie más pequeño que yo porque no me gustan pero es que deseo demasiado estar contigo, que me des un regalo especial: tu virginidad. Solamente debo esperar a que cumplas tus 18, pronto, muy pronto serás mi niño grande, lo suficientemente grande para poder follarte a tu prima, casi tu hermana. Como dijo Carlos alguna vez: “los hermanos se protegen y tú eres como mi hermano” así que prepárate, se acerca mi turno de por fin protegerte. Viajar en Subte versus tren, ser contadora o maestra jardinera… Mica, Maestra de grado (ya no ejerciente), tambien supervisora de otras maestras y Contadora de varios colegios; siempre se había dicho a sí misma y a sus interlocutores ocasionales o íntimos, que viajar en tren no era lo mismo que en subte. Cada mañana o cada tarde en el tren, no solo no se podía elegir aunque sea de la forma más pobre pero elección al fin, al lado de quien viajar. El tren en horas laborales-pico, transporta mucha de esa gente portante de cuerpos, olores, hedores y densidades que ella no aprueba. Entre amigos intimos, se divertía a veces bromeando irónicamente que en el tren se viaja apoyado/a por quien no querés ni deseas. Y solía decir: -El subte es distinto… -Jajajá…. Algo mínimamente, si querés; podes elegir... JajajáFuera de éstas bromas, que delante de sus amistades allí mismo concluían, cada vez que ella iniciaba su descenso por las escaleras de los subtes, en su inconsciente, su mente reiniciaba esa rutina habitual, observando como al pasar las paredes y columnas del recinto; observaba también pero muy cada tanto, los movimientos ocasionales de las personas, en general de los varones, no descartando a veces alguna que otra mujer. Aunque se lo preguntasen, ella sin estar mintiendo, no sabría contestar. No era novedad lo que su distendido o distraído pensar intentaba encontrar; a ciencia cierta: la puerta siempre entornada y sin llave o trabas de una sala aislada y pocas veces visitada al día, un hueco, un reservorio de espacio solitario y suficiente para no ser vista y también quizás para "ser vista mínimamente”... y hasta tal vez no tan “mínimamente vista” por alguna de esas personas que su mente seleccionaba y evaluaba día a día". Esta actitud la mantenía con un estado de ánimo especial. Nadie, ni siquiera sus “sutilmente observados y observadas” lo notaba. Ella quizás tampoco se daba
cuenta que en una parte de su cuerpo se producían leves y sutiles cambios térmicos corporales... Y con eso se sentía muy bien. Esa nota en el periódico de aquel día, de aquel suceso de conocimiento publico que a todos e incluso a ella les produjo repudio, había quedado enraizada y dando vueltas en su mente, pero al pasar de los días fue desviándose del rechazo, acercándose lentamente cada vez más hacia lo opuesto. La fantasía; su fantasía se hacia presente. Una vez desde la parte final de los andenes, observó detenidamente los túneles que no formaban parte de la estación. Se dijo así misma, que era un lugar muy tentador y no peligroso ya que había notado la presencia de un pequeño pasillo o corredor separado de las vías por una baranda. Pero decidió que definitivamente era muy sucio, frio y ruidoso al paso de los trenes bajo tierra. Volviendo a la idea anterior de la noticia del periódico, donde se informaba que habían violado a una chica en una de las bocas de subte más citadinas. Mica, se dijo y preguntó a si misma: ¿A donde vamos?, ¿En que mundo vivimos? y sintió un rechazo total. !!! Pero a medida que pasaban los días, ya no era tal… El rechazo se iba desvaneciendo. En una de sus cotidianas incursiones, se dijo... Con mi estilo de vestimenta de una Profesional Contadora o de mujer elegante aunque muy llamativa, muchas personas me mirarían... pero ergo, nunca me sucedería eso que fantaseaba; eso que quería... Viajar chorreada de placer, en vez de aburrida y tener que sostenerse obligada y fijamente de las manijas de los pasamanos. Mmmmmm… Pensaba:
-¡Que mejor mientras viajas en el subte!!!! Que tener una dura verga que te mete por detrás y te sostenga desde adentro... -¿A que mujer sensual y sexi, no le gustaría viajar así? Bien calentita desde dentro hacia afuera, producto de una durísima verga que te impida tambalearte. Después de todo por su menuda altura (1.58 mts) y peso corporal (48 Kg) podía ser manejada fácil y adecuadamente por alguien de 1.80 u algo más. Mientras lo pensaba sostenida de las malditas argollas/manijas o del pasamano, guiñaba un ojo a un imaginario o imaginaria cómplice.
Dedujo y se dijo que desde su otra profesión, con un aspecto de maestra con mal sueldo, no favorecía la situación. Algo intermedio que evidenciara su alto erotismo sin parecer una inculta roquera o una princesa de la revista Hola, era lo adecuado. Un fin de semana y por un jeans roto bajo su glúteo que llevaba puesto y la moda de usar bolsillos grandes y en lugares poco habituales, le dio la idea de colocar en esa zona rota un gran bolsillo con unos broches a presión sobre la rajadura del jean, así podría ir a un colegio como si nada y luego cuando ella lo creyera necesario ya habiéndose alejado de los institutos en que trabajaba, quitando el bolsillo, su glúteo derecho algo al descubierto haría las sugerencias. Se le ocurrió también que podría hacer una rajadura al jean por debajo de sus ingles y cubrirlo también con esos “bolsillos quitables”. Esos provisorios delantero sumado a lo trasero, daría mas estímulo a los “ratones de alguien”. También en ocasiones podría recogerse el pelo en la nuca y dejaría un largo mechón de pelo cubriendo solo uno de sus ojos y mejilla. Eso incrementaría estímulo a terceros… y mucho más a ella misma. Decidió sin ponérselo a evaluar, construir como quería ser abordada. ¿Abordada o violada mejor dicho? Bueno, violada/violada no, sino garchada con vehemencia y bien fuerte. Y que quien se la quisiera garchar así y en esos lugares y plataformas creyese absolutamente que ella aborrecería que le hagan eso. Bah, que quien se le acercase a tal fin, creyese que la estaría no violando pero al menos sometiéndola… total ella por dentro sabría que no seria así. Alguien quien/es tengan esa fantasíadeseo, dentro de los limites de la legalidad y sanidad. En fin, después de todo seria quien ella eligiera, quien ella indujera con su psiquis, sin mediar palabra Encontró que anotar sus pensamientos en un borrador de su libro diario le seria muy útil. Así lo hizo y tomó apuntes en cuanto se le aparecían las ideas. El jean debería ser holgado para que se le baje fácil; al menos que le sea quitado de una de sus piernas o en su defecto que sea sencillo para su supuesto atacante que le agrande las rajaduras ya existentes. Unas botas altas de taco aguja serian más estimulantes. Anotó también que las botas con jean holgado perderían erotismo, entonces la alternativa seria una minifalda, pero así tampoco podría ir vestida a trabajar. Solucionó su pensar con que de usar botas, el jean debería estar recogido por debajo de sus rodillas o recortado con flecos a la misma altura… Comprendió así, que botas de taco aguja altos pero cortas tipo botinetas adecuarían mejor su erotismo.
Sabía que faltaba aun establecer que llevaría puesto arriba para completar su uniforme de erótica victima. En los días subsiguientes se dedico a observar más personas, siempre solo unos minutos. Esos minutos que la ponían físicamente distinta... transcurrían semanas y a nadie encontraba para elegir como adecuado. Un muchacho de unos 20 años, varias veces se acercó intentando seducirla. Aceptando su negativa, alejándose unos metros y aguardando todas las veces hasta que ella se retirara mientras continuaba observándola. Un día y otros 2 ó 3 subsiguientes, Vivian la observó. Vio que algo distinto había en esa mujer. Y lo comentó días después a Areik, con quien compartía algunos esporádicos viajes en ese transporte (además de los ocasionales e intensos otros momentos) que se sintió un par de veces motivada a observar con detenimiento a otra mujer que se cruzaba en la estación de subte. Agregando que se sentía bien al observarla, pero que más que nada quería que él la viera… En su interior seguramente Vivian quería ser ella una cómplice veedora de un Areik observante con detenimiento de esta nueva mujer nombrada. A Vivian le gusta y le encartaría ver a “su amigote” actuando con esa mujer dado que era muy sapiente que algún día después, ella misma se beneficiaria sexualmente por Areik en un “” de tal situación. Mica continuaba cada tanto pensando en prendas. Una blusa de algodón blanco de tiras finas y escote pronunciado, hacían juego con el resto de la ropa y un chaleco de cuero oscuro, sin impedir que se viera como importante mostraría que sus pequeñas lolas estaban duras y erguidas aun y notorias en su pequeño y muy bien proporcionado cuerpo; mas aun ya que jamás usaba sostén porque le gustaba que se las vieran y le encantaba esa sensación de la tela rozando sus pezones. El resto de la ropa se sucedía cada tanto como lo iba apuntado como alternativas en su borrador. Tenia muy claro que a sus 44 años poseía un cuerpo privilegiado por la naturaleza. Luego de haber ido cambiando su indumentaria a otras variantes a través de los días y en una oportunidad en que el trabajo se extiende muchas mas horas de lo habitual; llegó a la estación y bajando a los andenes, allí mismo vio pasar sin saberlo al ultimo tren del día. Se sentó a esperar en vano al próximo. Si bien ella elegía su atuendo periódicamente, ese día no estaba teniendo muy en cuenta que estaba vestida como lo había ido idealizando de a poco en su borrador. Y se quitó los “bolsillos rios delantero y trasero” de su jean tajeado, solo por costumbre e inercia,
sin estar atenta a ello. Disfrutando inconscientemente de las pequeñas ráfagas suaves de aire que acariciaban su entrepierna por delante y por detrás. Notando la presencia de 10 o 12 personas que por sus posiciones y actitud estaban aguardando al transporte de sentido contrario. Recaló en las ropas de una mujer que llevaba un largo sacón de hilo y ropas muy ajustadas por debajo; no era bonita pero si muy atractiva… muy llamativa y estaba en compañía de un hombre alto de 1.80 o 1.90 quizás, que se encontraba medio de espaldas a ella, pero fue solo con la mujeraza esa con la que cruzó visión y ambas se mantuvieron la mirada. Pensó en que esa mujer tenía que ver con sus instintos. Por un momento volvió a sentir esa sensación interna ya mencionada pero distrayéndose dado que no era una mujer lo que la tenía en vilo y tampoco jamás antes había estado en intimidad con otra mujer. En eso notó ingresar al andén a un hombre de aspecto juvenil, y excelente estado físico… Voló su imaginación; por un momento sopesando si ese tipo seria su fantasía, sin percatarse en su distracción que éste luego de observarla dos o tres minutos, le estaba pasando por delante y le arrebataba el bolso huyendo y escabulléndose hacia el final del anden por una puerta que dejó mínimamente abierta. Corrió tras éste unos cuantos metros, deteniéndose al ver que una de las manijas de su bolso estaba como trabada en la puerta, quiso acercarse pero tenía miedo. En ese ínterin se percata que ya había pasado el subte en sentido contrario. Quiso gritar que la ayuden pero la sensación de estar totalmente sola apagaba su intento. Comprendía su soledad en ese andén. Se sobresaltó un poco al sentir que la llamativa hembra en que se había detenido su mirada antes, estaba allí mismo abrazándola y no consolándola; ella lo supo pero sentía calor en ese abrazo y lo necesitaba por el susto. El varón, a quien aun no había visto su rostro, dijo ir él a observar por detrás de esa puerta, llamándolas para que se acercaran al descubrir solo el asa del bolso tirada allí. Vivian sin dejar de abrazarla condujo a Mica hacia ese recinto, descubriendo ambas la soledad muy cálida de ese ambiente y de ese pasillo contiguo. Él dio un solo medio paso hacia adelante, haciéndole sentir a Mica una subida de adrenalina; ella bajando su cabeza un poco de costado y sin perder de vista el cuerpo del hombre al que aun no se atrevía a mirarlo a la cara, inconscientemente apoyó sus dos manos sobre una de las de Vivian bajándosela y llevándola a esta a acercarse a una de sus lolas…. Vivian giró muy sutil a Mica haciendo que esta apoyara sus brazos en la pared y percatándose de la flojedad de su cuello acercó su boca por allí y rozándoselo con los labios le dijo suave al oído, inaudible para él, pero muy contundente para Mica:
-Los voy a ayudar… y él te va a reventar-
Se estremeció. Tembló. Su cuerpo se bañó de sudor y lubricación. Perdió el control del paso del tiempo. No pudo darse cuenta que Vivian mientras la sostenía por el cuello y maxilar con una de sus manos, estaba masturbando a Areik con la otra. Sintió la masculinas manos bajándole solo un poco el chaleco por su espalda, quedando sus brazos algo trabados y luego las mismas manos que rasgaban mas su jean y su tanga por detrás descubriendo sus glúteos y dejando libre su intimidad sexual. Todo la excitaba. Todo la mojaba más y más. Bajó mas su mirada, viendo como sus pezones se endurecían y erectaban notoriamente aun por debajo de la blusa. Le fascinó al ver eso. Sin terminar de disfrutar esta sensación, sintió la mano de Vivian que tapaba su boca y tras esto, como una verga dura de un ancho mayor al que ella esperaba, se metía no tan suave en su virgen ano. Quiso gritar. No pudo. Le dolió fuerte hasta la tercer o cuarta embestida… las siguientes le brindaron especial placer. Giró como pudo la cabeza, para ver por primera vez a su penetrador aun desconocido. Le gustó el rostro que vio. El de un hombre muy convencido de lo que estaba haciendo y comenzó a gozar mucho al sentir como la friccionaban por dentro y el aumento de calor en su estrecho agujerito con a esa barra de carne entrándole y saliéndole por allí mismo. Para ella fue una eternidad de placer. En realidad fueron solo dos minutos. Su agujerito ardía. Unos suaves y tersos dedos inspeccionaron muy breve su tajo y escuchó a Vivian decir: -Está toda mojada por delanteAreik le terminó de retirar sus jeans averiados y elevó un poco a Mica separando sus pies del suelo y apoyándola mas contra la pared; pudiendo metérsela ahora fácilmente en la conchita al tenerla aun de espaldas a él. Rasgó la blusa de la mujer hacia abajo dejando a descubierto esas armónicas tetitas, de donde también la aferraría sobándolas y pellizcando sus pezones. El calor interno de sus lolas endurecidas y sus pezones dilatados, en contraste con los casuales roces con la pared fría, incrementaron mucho su excitación. Los movimientos algo circulares y de penetración directa continuaron imparables en reiteración y dureza. Mica no aguantaba más. Y al oír a Areik decirle:
-Espero que cada vez que viajes parada, sientas la sensación que estoy detrás de ti, sosteniendo tu cuerpo solo con mi pija bien dura dentro de tu conchitaLo que oyó disparó su calentura, gritó un largo “Sssiiiiiiiii” y comenzó a jadear imparable; haciendo todos los esfuerzos posibles desde su posición para clavarse esa verga ella misma lo más duro y lo mas adentro de su concha que pudiese… Tembló, tembló y tembló… Un nuevo y más largo ”ssssssiiiiiiiiiii”; definió el intensísimo orgasmo que se apodero de ella. Vivian y Areik, se comunicaban a la perfección con gestos. Mica pidió bajarse y recordó haber notado como durante todo ese momento Areik realizaba pequeños gestos con sonrisas tenues o la brillantez de sus ojos y Vivian accionaba, ejecutaba sus indicaciones o dirigía sutiles cambios en los movimientos o posiciones de la sometida mujer… Areik, miró a Vivian y esta indicó con solo un movimiento de su mano y dedo extendido, la siguiente función de Mica. Ella entendió allí sus códigos de comunicación. Sin preguntar nada, Mica se agachó hasta el suelo gateando unos pasos acercándose a Areik que se había alejado un poco para terminar de bajarse sus pantalones. Otra nueva mirada entre ellos y Vivian tomándola férreo pero suave del cabello la incitó a girar aun gateando y se acercara a las masculinas piernas. Ariek se agachó algo para entrarle nuevamente penetraciones en esa caliente raja y por el culito.
desde
atrás,
alternando
Vivian situada de frente a ella ahora la sostenía por sus antebrazos… Mica aun con las rodillas en el suelo, le pidió casi sumisa y suplicante a Vivian, que se descubriera y le mostrase esas enormes lolas mientras él le daba duro por ambos orificios. A lo que ésta accedió con una condición: -Tenés que elegir, porque el solo verlas va a significar perderte la leche tibia que está por llegar-
La amiga de Areik, sin dejar de mirarlos a ambos, sonrió con enorme picardía, sus ojos brillaron y sin aguardar la respuesta de elección de la muchacha, se desabrochó la camisola, liberando el premio solicitado por Mica.
Ante los movimientos consecuentes de ella, trasmitidos a Vivian por las embestidas del macho que se la estaba cogiendo, Mica ante cada penetración alternativa por sus dos agujeros, se desesperaba por mordérselas, o lamerlas. El no poder tocar y solo poder mirar el vaivén acompasado de esas masas duras y tubulares de suave carne, la excitaba aun más. Al girar su visión un segundo hacia un costado, Mica se percató de la puerta abierta y la presencia en el anden contrario de su veinteañero seductor (que se le acercó varias veces) junto a otro muchacho de su misma edad; observantes ambos estaqueados de como se la estaban cogiendo… Descubrir a los 2 observantes a corta distancia la excitó también, sabia a ciencia cierta que esos espías no harían más que mirar hasta que se terminara todo. Por 5 segundos pensó que quizás hasta intentarían participar, aunque seguramente el macho que la estaba penetrando, los inhibiría con su sola presencia y actitud. Volvió a concentrarse en su “penetrador” y disfrutar y gozar de eso. Con un nuevo y muy breve gesto facial hacia arriba, Vivian infundió a Mica, que nuevamente y sin preguntar, elevó sus manos atrapando la pija que la esperaba y con su boca a engullirse esa inflamada barra de carne. Areik se deleitaba ahora, mientras su pija era lamida por los costados, succionada por labios calientes o estirada constantemente hacia arriba y abajo y una lengua que se enroscaba constante alrededor de su glande. También con una sola mirada logro que Mica, que no dejaba de mírarlo expectante a los ojos, entendiera del momento de volver a participar en algo y de lamer sus huevos. Recordándole a esta ocasional y nueva compañera, que la leche era su premio por la ayuda hacia ella, Vivian se agachó para amamantarse de esa ya muy caliente y explotante verga. Los jadeos de Areik anunciaron lo que venía. Luego de tomarlas a ambas por el cabello, dos o tres chorros de leche saltaron hacia las gatunas hembras, ingresando casi todo en la hambrienta boca de su amiga. Desde ya que Vivian con su característica firmeza y suavidad no dejó de tomar por el mentón a Mica para lamer de su rostro las gotas que allí salpicaron. Mica ahora solo podía observar como Vivian siguió mamándose esa golosina de carne caliente ante cualquier resto de leche que pudiera quedar y todo lo mas que pudiera retenerla en sus labios, antes que esa dura verga, fuese aflojándose. Al finalizar su faena de succión, Vivian obsequió un largo beso de lengua a la extasiada y sorprendida Mica, quien aceptó sin razonar imaginando que asi, algo de leche podría recibir. Vivian realizó otro último gesto de comienzo de despedida para con Mica, metiendo un sus dedos en la boca de la pequeña mujer y con su propia saliva frotó suave y sutil sobre uno de los pezones de Mica, produciéndole un alto estremecimiento. Vivian sabía perfectamente lo que hacía. Ese aislado
gesto último haría dejar a la recién bautizada de” muy puta mujer”, con obligados deseos hacia ella. Acomodando todos sus ropas, Areik indicó que la acompañarían hasta conseguir un transporte. No esperó respuesta alguna. Miró a Vivian y ésta al segundo se quitó su largo saco para cubrir a Mica por su deteriorado jean, hasta que se subiese a un taxi. Ella aun conmocionada, ellos con picardía sonrientes… nada hablaron al salir de la estación. Mica evaluaría muy rápido que fue la mejor cogida que recibió en su vida y quería nuevamente encontrarlos…
Aun aguarda volver a verlos. En sus siguientes viajes en ese medio de transporte, Mica no deja de recordar todo ese suceso completo y en especial ese último saludo de Vivian. Ese último acto, frotando su dedo con saliva en su pezón, le había producido casi un 2do orgasmo en ese solo instante. Comprendía y asumía, que la alta experiencia de esos amigotes entre sí, le hacían sentir algo similar, a que podría convertirse en esclava sexual de Vivian. Comenzó a sentir iración y seguramente más adelante un deseo muy fuerte le uniría hacia esta mujer. Razonar esto, a Mica le generaba constante excitación en los trayectos de sus viajes. Cada tanto sacudía su cabeza, para poder limitar los irrefrenables deseos de masturbarse allí mismo y delante de los otros pasajeros. Comenzaba a pensar seguido, que hacerlo delante de este público era una manera de compartirles a estos, el placer de su vivencia y de su excitación. No comprendía bien el porque sentía ganas que los demás supieran cuanto había gozado. Solo sentía la necesidad que al menos ese hombre Ariek, volviera a encontrarla y le dilatara sus agujeros más y más aun. Esta incompatibilidad, de querer contar sus preparativos para eso y la realización de la vivencia, era otro ingrediente importante para que su excitación perdurara cada mañana y cada tarde y se estirara en el paso de los días; llevándole realmente a veces, a masturbarse en algún toilette de su trabajo, en el primer momento que tenia libre.
Solía ingresar al reservado de un toilette sentándose en donde pusiese simular estar en un asiento de tren o subte, y colocando frente a ella una revista de esas de inicio de año con mucha gente en las tapas, comenzaba a imaginar que esos eran las personas del subte/vagón a quienes quería mostrarles como se sentía. Ya con esto comenzaba a frotarse y acariciarse tal cual lo hacía despierta en sus sueños en el transporte mientras viajaba. En algunas ocasiones recreaba aquel suceso, arrodillándose en el suelo y apoyando su brazo sobre los sanitarios, introducía sus dedos en su agujero trasero otras veces algún elemento grueso que se asimilara a la verga de Ariek. Cuando alguien ingresaba también al otro recinto separado del toilette, en su imaginación estas personas se convertían en la simulación de los dos adolecentes espiones imposibilitados de participar en aquella estación por acción disuasiva de mi duo de sometedores. Todos sus orgasmos, que siempre eran 2, llegaban de la misma manera: uno en el momento que recreaba a Viviana acariciándole el pezón con su dedo y el otro cuando comenzaba a sentir el fragor de la representación de Ariek, con aquello que Mica se introdujera ella misma en su ano. Con el paso del tiempo, esto se distanciaba más, pero algunas veces en que debía quedarse más tiempo en su trabajo, sabiendo que ya no tendría subtes para su regreso, aun habiéndose masturbado por la mañana, por el recuerdo que el haber perdido ese ultimo tren fue lo que provoco aquel suceso, volvía a masturbarse antes de abandonar su trabajo, estas solían ser las mas intensas ya que habiendo descubierto la existencia de una cámara de seguridad, podía bloquear la visión de la misma y del guardia, abriendo una puerta y lo hacía directamente en la oficina, detrás de esa puerta, de una u otra forma el guardia de seguridad estaba tranquilo ya que sabía que esa puerta que bloqueaba la visión había sido abierta por la única persona que quedaba en la oficina y esto no generaba inconvenientes. Por cierto que la puerta le daba la intimidad suplente de ese pasadizo en los andenes del subte y el pensar que el guardia podría llegar a venir un día, se convertía en su mente de nuevo en los posibles espiones. Todo se había vuelto un círculo vicioso de pensamientos. Sus recuerdos la llevaban a masturbarse con ellos y la masturbación le llevaba a volver a recordar. Cuando estos pensamientos le aparecían, siempre quería volver a su casa, asegurándose de hacer todo lo necesario en sus masturbaciones, para sentir al sentarse en algún asiento del transporte, ese típico dolor anal que tanto la excitaba, a modo de compañía de viaje. Un viernes de esos que se quedaba en la oficina hasta tarde y que se había masturbando tanto por la mañana, como por la tarde y otra antes de retirarse, creyó ver desde el bus en que viajaba, a Vivian y Ariek junto a otra mujer muy similar a ella misma. Se sintió celosa porque esa otra 3ra mujer se parecía demasiado a ella. O porque no sabía a ciencia cierta si los haba visto de verdad o
era el dolor anal que se ella se auto-procuraba como acompañante de viajes, que le estaba haciendo ver visiones. Bajó del bus en la parada siguiente y camino en sentido contrario, para poder acercarse a ellos y comprobar su vision y claro... ser su acompañante también si se podía. O al menos asegurar brindarse alguna forma de comunicación a futuro. Se sentía emocionada y con mucha adrenalina. Llegó al lugar donde creyó verlos. El lugar era real, el vendedor de flores que también había creído ver de reojo muy cercano a ellos, estaba allí. Ellos no. Dio vueltas alrededor de sí misma, tratando de divisarlos cerca. Al parar de esas vueltas o unos pasos para aquí y para allá, se percató que algo hacia presión fuerte tanto en su raja trasera como en la delantera. Al mirar para abajo se dio cuenta que era ella misma que se presionaba así con sus 2 manos al dar vueltas y vueltas. Sintió enojo y desesperación mezclados. También vergüenza, al verificar que el florista la estaba observando con las manos en esos lugares. Quiso huir del lugar y dio unos pasos pero reparó en que este hombre podría ser testigo y haberlos visto. Desandó sus pasos y le preguntó sin vueltas por ellos. Se los describió como recordaba o creyó verles. Agregando. -la mujer más baja de estatura, se parecía a mí en físico y mi mismo cabello y color rubio rojizoA lo que el florista le respondió: - Es muy raro esto. Los 2 integrantes de la pareja que Ud. menciona; estaban aquí recién, no pude dejar de observarlos. Hay en ellos,algo inusual. Pero no hubo una tercera persona con ellos en ningún momento.-Repito que es rara esta situación, Ud. parece conocerles muy bien a los otros dosMica respondió: - Me pareció verlos dese el bus en que viajaba. A lo que el florista respondió sin comprender mucho, pero con curiosidad: -Las dos personas que dice; estaban aquí recién. Fue difícil dejar de observarlos. Tienen algo distinto al resto de la gente. En especial la mujer, como que algo sale de ella.Mica le observaba con malestar como deseando que se apure en terminar de hablar, pero expectante y con la ansiedad de recibir toda información posible. El florista concluyó:
-Es así como ud dice. Vi que la mujer le señaló algo al hombre. Ambos observaron hacia un autobús que pasaba y se miraron sin hablar como comunicándose con la mente muy hacia sus adentros. Hay algo difícil de deducir en esas 2 personas. Haber pensado en eso, me distrajo como para ver donde fueron, pero creo que entraron en la galería de ropas de aquí al lado. Mica, se dió cuenta que al finalizar de hablar, esta persona dirigía sus ojos hacia la mitad de su cuerpo. Entonces notó que estaba de nuevo presionando su entrepierna y acariciándose o frotándose su cadera izquierda, con sus propias manos. Sin saber si agradeció o no la información recibida, apuró sus pasos hacia la Galería de ropas, sin entender mucho el porqué esa persona, el florista, había visto tantos detalles. Respondiéndose a sí misma que quizás la sensualidad de ambos le fue notoria. Comenzó a recorrer la galería. Lentamente en sus pasos y aceleradamente en su interior y en su mente; mirando con precaución dentro de cada negocio. Volteándose cada tanto para verificar, si ellos pasan por detrás desde un local que aun no había revisado ó, si las ropas que veía de reojo en las vidrieras eran lo que realmente ella estaba viendo. Le daba la sensación que las prendas expuestas eran de calle pero muy especiales... y en realidad eran solo ropa de diversidad común a todo paseo de compras. En 2 de los locales estaba segura haber visto indumentarias fetiche de látex o vinílicos y al retrotraer sus pasos y verificar, veía que eran vestidos de gala o simplemente ropa de jeans. Todo lo que pasaba por su mente era confuso y la mantenía excitada pero con mucha ansia. Se sentía a cada paso, muy mucho observada. No por el resto de la gente, sino solo por dos personas a las cuales no lograba identificar. En un momento dado estaba convencida haberlos divisado a través del reflejo en una vidriera. ¡Eran ellos sí!; las mismas ropas que al verlos desde el bus y esos mismos ojos con una visión tan particular en ellos; la mirada con leve sonrisa y muy penetrante y dominante de Ariek y la mirada de potente atracción y de fiel secuaz de Vivian. Se detuvo ante un gran espejo que reflejaba casi todo el recinto, a modo de poder espiar todo sin que alguien se diera cuenta de ello. En ese momento tuvo fantasías. Que esos ojos que sentía que la observaban eran de ellos y que en algún momento inesperado, en cuanto ella pasara por algún lugar semi apartado o dentro de a algún local, Vivian le haría saber su presencia incentivándola con esas miradas conminantes irresistibles y casi dictatoriales, o indicándole algún lugar adecuado allí mismo, donde Ariek esperaría y la someterían sexualmente otra vez y más duramente entre ambos.
Sintió una sanción distinta en su cuerpo; un enorme calor y una mínima perdida de conciencia siguiente. Un minuto después, que para ella fue una eternidad, al bajar la vista vio su jean notoriamente mojado y la humedad le traspasaba el pantalón. Había tenido por primera vez un leve orgasmo, así, parada, sola y sin tocarse. Se cruzó a ese negocio y nada... Ni en los alrededores. Pero estaba muy segura que estaban allí. Mica no gustaba que el enojo le quitara esa sensación que tanto la satisfacía... la excitación. Tal cual le sucedió en toda su inspección de la galería, ella gozaba mucho ir caminando y sentir como sus pensamientos hacían que su entrepierna se humedeciera y el calor de su sexualidad inundara su cuerpo. También gozaba caminar sabiendo que esos jugos mojaban levemente sus ropas, sin que se le notara, aunque en esta oportunidad si se le viera. No solo no le importo sino que estaba a gusto; después de todo también a veces quería hacerles saber a los demás de lo muy puta que era y se sentía. Finalmente había recorrido todo sin hallarlos. Entonces sí, se vio frustrada. Y Enojada más que nada. Saliendo de la galería el paisaje citadino había cambiado. Menos gente, menos autos, otras gentes. Se sentó en un bar con mesas en la vereda, optando sin análisis previo por la del borde, donde pasaban bien cerca los autos. Al acercarse el camarero, le solicitó un café y un coñac. El hombre la miró extrañado y ella no respondió. Al alejarse éste, se preguntó a sí misma el porqué de haber solicitado esa bebida que en su vida antes probó. Habiendo consumido primero y raudo al café y luego de unos sorbos mas espaciados de esa bebida que le generaba cierta inconsciencia, unas manos evidentemente femeninas por la suavidad al acercarlas a su piel con total convicción, taparon sus ojos. Al primer o, Mica imaginó a Vivian en esas manos; su cuerpo se e estremeció entero volviendo a sentir las endorfinas que llenaban su mente y su cueva sexual se humedecía nuevamente. Una gran pausa en ese acto le generaba un hilo de traspiración recorriendo la zanja de sus pechos y sus pezones endurecidos y visibles a cualquier transeúnte. El susurro de aliento cálido al oído y de poderoso imán a su sexualidad que le decía:
-Te hemos sentido y sabemos que todo el tiempo Ariek estuvo dentro tuyo y nos gusta mucho eso- Ariek está ahora con la dueña de ese local que te detuviste tanto; le gustan tus pensamientos y muy probable los haya practicado con ella, para vos. Mica solo balbuceó. No lograba tomar decisiones. La mujer prosiguió: -Estaremos mucho más adentro tuyo; así de duro como tanto te gusta o deseas. En el momento preciso te encontraré o te haré acercarte, tal cual lo hice hoy. Las manos extrañas liberaron sus ojos. Rodeando a Mica mas hacia la calle y acercando su mejilla a la de ella en una casi imperceptible caricia, la mujer le susurró nuevamente al oído. -No tienes idea de las ganas que he tenido de lamer todo ese jugo que se juntó en tu jean hoy entre tus piernas, cuando estabas frente al espejo. También, me humedecí por igual al verte asíAtónita, Mica no dejaba de mirar la boca, las tetas y pezones tan cercanos de Vivian; se distrajo solo un instante al ver el auto estacionarse junto a la mesa. Subiéndose y al cerrar la puerta, Vivian se introdujo uno de sus índices en la boca y mirando en línea los ojos de Mica, lo fregó por el cristal de su ventanilla muy suave, lento y hacia abajo, gozando su accionar y dejando que la saliva mostrara la marca en el vidrio. Mica sintió otro estremecimiento y que le estallaban sus pezones... La intrigante mujer se alejó sin dejar de mirar a Mica a los ojos, hasta donde el avance del auto le permitió. Su vista queda clavada en la calle como siguiendo indefinido el recorrido de ese auto que ya no estaba allí, tardando un buen rato en reaccionar al sentir algo de dolor en sus pezones, sin que eso fuera cuestión del clima ya que hacía calor. Apretándoselos firme y suave con el antebrazo con la intención que bajaran su dureza, dejaran de notarse y se disipe ese dolor pequeño pero intenso; una exhalación profunda la distiende por completo y se pregunta: el porqué de verle y mirarle a Vivian o la cercanía de su piel o su voz; le generan tanto deseo de ser penetrada duro por Ariek, pero siempre con la presencia de la secuaz Vivian; cuando ésta nunca había estado en sus planes de ser abordada con sexo en sus viajes en el transporte público.
Al pedir la cuenta al camarero, éste le informaría que fue cancelada por la exultante mujer que se había acercado a ella. Mica se sintió halagada y nuevamente seducida por la extraña mujer. Necesitaba hacer urgente una nueva pausa de esos álgidos pensamientos para regresar a su casa, evaluando la hora que era y si hacerlo en bus o en tren. Razona que en tren es mas cómodo y rápido pero en un bus son menos las personas que puedan mirarle de frente, lo cual sería adecuado para poder serenarse algo y no dar lugar a nuevos o mas de sus pensamientos sexuales intensos. Se decide por el bus dirigiéndose andando hacia la parada mas cercana, pero luego de andar unas calles se percata que estaba en la puerta misma de la estación de trenes. Sacudiò su cabeza. Una vez dentro del tren se dijo a sí misma como si fuera una charla entre amigas: -Me siento tan agotada, como si hubiera tenido sexo con 20 personas. El solo hecho de sentarse y al momento de hacerlo, le recordó el maltrato a gusto que se había propinado ella misma en su agujerito trasero. Sabía muy bien por las mismas prácticas anteriores, tratar de acomodarse solo le brindaría mas de lo mismo, siempre placer y deseos de “más”. Con el pensamiento placentero de esa sensación y recordando solo un instante las 3 veces que se había masturbado ese día, Mica se queda adormecida unos minutos. Despertándose ante un saludo masculino: –Hola Mica. ¡Hey vecina! ¿que haces aquí tan tarde??? – Fabian era amigo desde muy chicos con ella, se conocían bien, ademas habían tenido algunos escarceos cuando adolecentes. -Te he obsevado un buen rato ya que abordé el tren unas estaciones atrás. Fue grato disfrutarte dormitar desde los asientos de en frente. Sin que te enteraras .-Tambien te he visto pasar algunas veces por varias calles cercanas a nuestros empleos y se te ve muy sexy… Con un andar muy distinto últimamente. (diría Fabián) Mica le agradeció los halagos sonrojándose algo, porque con Fabián, si bien nunca se interesaron por ser pareja, él siempre sabía como llevarla a la excitación en forma rápida. Y agregó inconclusa a propósito: -… Ambos sabemos…A partir de allí Fabián comenzó una andanada de seducción hacia su amiga. Aunque Mica estaba con su mente en otras personas y otras vergas para sus
agujeros, lo dejaba y se lo permitía, porque se tenían mucha confianza desde años, además de gustarle que el hiciera eso. No estaba poniéndole total atención dado que lo que él decía; Mica lo relacionaba con la otra pija que hoy no había podido tener, hasta que Fabián pronunció una frase especifica y cambiaba todo de nuevo. - Hoy te ves como si hubieses tenido sexo muchas vecesEl razonar que hoy, todo parecía tener relación con todo, que todos sabían exactamente lo que ella pensaba, hacia crecer su confusión pero también su excitación. Ante el silencio y mirada fija y permisiva de Mica, Fabián continuó: -Nos conocemos mucho... recuerdo bien tus aromas sexuales; medio metro de distancia… Es que hueles a mucho sexo, hoy-
Y hoy, aun a
-¿y sabes qué? Nosotros no hemos tenido sexo anal, si tu quieres, me gustaría hacerte el culito. La idea de comenzar dilatándotelo con mis dedos aquí mismo en el tren y luego continuar haciéndolo por las calles, me excita mucho. En la mente de Mica volvían a aparecer todos los pensamientos del día, los sucesos de ella sola, la presencia de Vivian... todo junto, todo mezclado y amontonado. Y continuaba excitándose. Si bien quedaba solo una estación de recorrido para que ambos bajaran, Fabián ya estaba introduciendo su mando por dentro del jean de Mica. A ella le salió de adentro de las entrañas una frase que no había elegido decir. -Hoy no Fabian... Mi culito ha sufrido hoy. Porfi, sé muy suave allí. Todo el recorrido del viaje he tenido presente lo que hoy ha sucedido en mi agujeritoSe sintió avergonzada y vulnerada pero más excitada al mismo tiempo. Y le permitió seguir acariciando su entrepierna y también a sus tetas en el minuto que quedaba de viaje. Al bajar del tren le pidió a su amigo que le acompañara a su casa a pocas calles de allí y que no insistiera. Que hoy, NO. (No podía explicarle, que por más que él la excitara, ella quería otra barra de carne distinta dentro de ella). Fabián asintió. A punto de ingresar a su casa, Mica pensó por un momento en invitar a Fabián a entrar y obsequiarlo con una masturbación que ella podría hacerse a sí misma,
mientras el solo mirase. Pero además de sus pocas fuerzas, No le pareció justo esa oferta para su amigo y entonces calló. Èl la despidió. Y Apenas cerrar la puerta, oyó a Fabián nuevamente: -Aun detrás de la puerta puedo sentir que tus aromas a sexo están aumentandoNo le respondió, y quitándose los pantalones recostada en la puerta, pensando que él podría estar aun detrás del otro lado oyéndole y así dedicarle esa oferta que no ofreció; comenzó a frotar con ambas manos su tajo y el clítoris. Se sentía totalmente descontrolada. La idea de abrir la puerta y encontrarse con la pija dura de Fabián, arrodillarse a chupársela se mezclaba con la imagen de Vivian, lamiéndola por todos lados; y por supuesto Ariek entrándole por debajo... la llevó al éxtasis. No se podía mantener más en pie: Acercándose al sillón de living y se arrodilló para apoyar su cabeza en el sofá y simular más cómoda, todo lo que pasaba por su mente. Se sucedieron uno tras otro sus actitudes para con ella misma, sus propios dedos otra vez entrando en su agujero más chico y otros por delante ocupados en su raja y clítoris. Oler su propia tanga empapada de sus jugos vaginales del día y poder lamerla como así se lo había dicho que quería hacer Vivian; fue el punto determinante que le daba un corto pero intenso orgasmo. Era la 4ta vez que se masturbaba en un solo día. Quedó exhausta. Recordando la tranquilidad que le daba que iba a ser avisada o buscada por esas dos especiales personas, se desplomó durmiéndose casi al instante allí en el suelo, al lado de su sofá. Capítulo 12: Eduardo: Con el tiempo encima no me quedaba ni una sola oportunidad para ir al supermercado, Carlos sabrá que le mentí, pero veré que excusa invento, porque si sabe que vine a ver a Alberto, me va mucho peor. ¡Poh! Que no te preocupe eso, ¡Tu padre y Carlos están en la misma habitación! Apresúrate, si no quieres que tu muchacho cometa la metida de pata del año. -¡Llegué! –Corrí desde la entrada de la escuela hasta la habitación, casi no podía respirar-¡Eduardo! –Exclamó mi padre- Que gusto verte –Se levantó para darme un fuerte abrazo- Hijo, ¿Cómo has estado? –Acariciaba mi espalda y se separó después de unos segundos-
-Hola papá, ¿Desde cuándo tanto amor hacia mí? –Lo miré extrañado y muy cansado-Desde que me has demostrado que si puedes con los estudios –Me pegó suave en el hombro-Mira tú –Miré a Carlos-No sabes lo mucho que me enorgulleces hijo –Me senté junto a él en el sofá- Vas muy bien –Sonreía para mí-Gracias papá, pero no seas tan cariñoso, que ya te pareces a mi madre –ReíAunque gran parte de lo que sé ahora, se la debo a Carlos –Levanté la mirada, estábamos algo nerviosos, pero todo fluía normal-Es lo que le decía, estuvimos hablando y me di cuenta de que es buen chico – Carlos miraba el suelo, estaba rojoMiré a mi padre con algo de miedo, la última vez que sentí algo parecido era un niño, sin embargo, lo miro tan tranquilo que es inquietante, como si quisiera abusar de su autoridad sobre mí. -¿Y de que hablaban? –Me inquieté- Digo, porque Carlos no es una persona que le guste mucho conversar. -De sus orígenes, además, conmigo ha hablado hasta de mas –Frunció el ceñopero bueno, le digo que en lo personal soy un fanático de las playas y la comida de su país–Sonrió-Que bien papá –Fingí una sonrisa-Tengo que resolver un problema con la empresa y los inversionistas son de aquí, hay una junta en menos de una hora, me tengo que ir, pero vendré de nuevo a la noche, quiero llevarlos a cenar chicos –Se paró del sofá y caminó hacia la puerta-Un gusto conocerlo señor –Carlos le dio la mano para despedirse-El gusto es mío muchacho –Ya quería que se fuera, si mi padre supiera que al chico que le está dando la mano es mi pareja no quiero ni pensar lo que sería capaz de hacer- Lastima que aquí no venden comida tan buena como la que preparan en tu país. -Pues mi abuela me enseño algunos trucos –Le di un pellizco en la espalda. Carlos sólo me regreso a ver con una mueca de dolor en la cara-
-¿Enserio? Pues no se diga más, hoy vendré en la noche a cenar aquí, sorpréndeme chico -¡Ay Carlitos cuando vas aprender a no hablar de más!-Bueno papá, te vemos en unas horas –Éste Carlos, no sabe cómo y cuándo no opinarSe despidió de nosotros y salió de cuarto, no lo podía creer, no sé cómo puede ser tan doble cara, si no lo conociera diría que es una persona amable, cariñosa, pero vamos, que sé que no es así, tan sólo porque ahora no se avergüenza de mí, porque ahora no corre el riesgo de que alguien descubra que su hijo era un pelmazo para la escuela. -Al fin –Suspiré y me dejé caer en el sofá-Me asusté –Mi chico se echó a un lado- ¿Por qué no me dijiste que tu padre vendría a visitarnos? –Se acomodó de modo que quedara frente a mí-Ni yo sabía osito –Estaba estresado, mi padre es un hombre muy estricto- Ya quiero que se vaya-. -Parece una buena persona, no exageres… -Hmmm –Volteé los ojos- No lo conoces, eres muy fácil de engañar Carlitos – Sonreí-No soy tan iluso –Acarició mi mentón-Sí, y yo soy un súper héroe –Dije irónico-Para mí lo eres –No dejaba de verme-Tonto –Apreté una de sus mejillas-Feo –Sonrió y se acercó a mis labios para unirlos con los suyos, impugnándome su sabor de nuevo- Ahora tenemos que apurarnos a limpiar toda la habitación –Se separó de mí, dejándome sediento de sus labios, note una sonrisa burlona en su rostro, pero cuando iba a ponerse de pie cayó al suelo-. -Jajaja, eso te pasa por jugar sucio –Comencé a burlarme-Malo –Se puso de pie y me sacó la lengua-Cuando te lo propones era muy infantil, vamos a limpiar y por andar moviendo la boca tendrás que hacer las quesadillas –Me paré del sofá-
-Hablando de quesadillas –Me miró curioso- ¿Dónde están las cosas que te encargué del supermercado? –Oops, vamos cerebro inventaste algo más, tu puedes…………………………………………………………. Alberto: Eduardo se fue, me quedé parado mirando el picaporte de la puerta, analizando y dándome cuenta de que tenía la razón, lo mejor ahora sería descansar un poco, esto del ascenso me tenía más que tirado, Edel no ayudaba mucho y con todo eso junto en mi mente, sentía que iba a explotar. Me di la vuelta, allí estaba él, recargado sobre la pared junto a la ventana, me miraba de una forma extraña, tal vez porque aún me quedaba la marca de por donde habían pasado las lágrimas. -Lo siento Edel, pero no quiero saber nada de esto por un rato… -No preocupar Americano, yo entenderte lo que pasa –Se acercó a mí-Siento mucho lo que viste –Estaba avergonzado-No decir mas –Sonrió y sobó mi hombro- ¿Querer hablar conmigo? No me haría daño hablar con alguien, así que acepte su ayuda, quería ser escuchado y despejarme un poco. -¿Quién ser Carlos? –Edel se sentó frente a mí en la mesa-¿Recuerdas al muchacho que venía conmigo en el auto cuando casi chocamos? – Edel asistió- Él es Carlos, es mi estudiante –Parecía no entender-Si es estudiante, ¿Por qué venir ese hombre enojado? –Eduardo parecía un poco mayor para aún estar estudiando todavía-Él también es estudiante, son compañeros de cuarto –Aclaré- Eduardo se molestó porque yo me comporté muy mal con Carlos, creo que mejor dicho, desquité mi furia con él, y no tuve por qué, es buena persona y me pasé de la raya. La reacción de Edel pareció cambiar, me miraba avergonzado, tal vez se dio cuenta de que una gran parte del estrés que llevaba dentro de mí era por su culpa, pero yo no negué ni afirme nada, no tenía por qué, al final el único culpable era yo por no poder controlarme. -Soy su tutor legal y pase lo que pase con él, está bajo mi responsabilidad –Edel se sorprendió-
-¿Eso como pasar? -Su padre falleció cuando era pequeño, su madre lo abandonó y un montón de cosas más que no me gusta mucho recordar –Hice una pausa- Digamos que es un chico esta del otro lado del sol, es muy sensible, despistado, muy tímido y es por eso que me siento así de culpable-Ahora entiendo –De nuevo sobó mi hombro- Ahora disculparme yo –Parecía honestoNo dije nada, pero intuía a lo que se refería, lo único que hice fue poner mi mano sobre la de él y regalarme una torpe sonrisa. Estuvimos así por un rato, le platiqué como fue que conocí a Carlos, lo importante que era para mí, pero nada más, no entré en detalles que no le conciernen, entre ellos, la relación que sostenía con Eduardo. …………………… Eduardo: Llegué del supermercado, Carlos se apresuraba para acomodar una que otra cosa del cuarto, no se miraba tan desordenado ahora, parece que se estaba tomando muy enserio la visita de su suegro, a mí me mantenía muy preocupado, espero que no se quede más de una hora, mejor aún, espero que no venga. No quiero decirle nada a Carlos por miedo a ponerlo nervioso también, es lo último que quiero, mejor actúa normal. -¿Ya está todo listo verdad? –Acomodé los cojines del sofá-Sí, sólo falta freír la comida, pero nada más, lo haré cuando termine de bañarme –Lavó sus manos- ¿A qué hora vendrá tu papá? –Las secó en su camisa-Creo que alrededor de las 9 de la noche, eso espero – Apenas van a ser las 8 de la noche, será mejor que nos demos un baño. -Primero yo porque tengo cosas que hacer aún, y tardo menos –Acepté, tenía una sorpresa para el-. A los pocos minutos se metió al baño, esperé a escuchar el agua caer para quitarme la ropa y sigilosamente meterme tras él. Era común que nos ducháramos con la puerta abierta, así que esto lo hizo aún más fácil. Corriendo el riesgo que mi padre llegara, desplacé la cortina y pude irar el cuerpo desnudo de mi chico, su cara estaba llena jabón.
-¿Eduardo? –Volteó pero no podía verme debido al jabón, yo no contesté- Eduardo, no me gustan este tipo de juegos, ¿Eres tú? –Me quedé mudoMe acerque rápido a él, pasé mi brazo por su espalda y lo apreté hacia mí. Carlos no decía nada, no podía ver, sólo sentir, escuchar como el agua de la regadera rebotaba en el suelo. Lo arrinconé contra la pared, evitando que sus ojos se limpiaran. Él trataba de reconocer mi silueta, no lo logro y con el tacto fue tocando mi cuerpo, sus manos resbalaban muy fácil por mi pecho. -¿Eduardo? –Dijo tímido-Shhhh... Juguemos un rato Lo coloqué debajo del chorro de agua otra vez, el jabón escurría por toda su piel de leche, he tenido la dicha de verlo como Dios lo trajo al mundo muchas veces, y cada vez que lo hacía no dejaba de asombrarme, me encantaba todo de él. Cuando su cara estuvo limpia por completo difícilmente pudo abrir sus ojos, el color miel me miro inocentemente, no podía aguantar un segundo más, tenía que comerme esos carnosos labios. El primer tacto fue celestial, su boca semiabierta se encontraba con la mía, lista para él, para compartir de nuevo el sabor que solo nosotros conocíamos. Jugando con el fluido, nuestras bocas resbalaban, nuestras enfrentándose y nosotros disfrutábamos del ritual. Era tanta ambos sentíamos que nuestras vergas chocaban una contra la dura que una piedra, y la de Carlos parecía metal en su punto de
lenguas estaban la calentura que otra. Estaba más fusión.
Llevé mi mano hasta sus genitales, apreté su pene, subí y bajé su pellejo, él seguía besándome mientras me tomaba de los cabellos. Mi movimiento se hizo aún más rápido, su miembro crecía en mi mano. Separó sus labios de los míos para recostar su cabeza en mi hombro, comenzó a soltar entrecortados gemidos que me indicaban que estaba disfrutando. Una de sus manos rodeó mi cuello, la otra atravesaba por mi espalda, aferrándose a mí para no caer. -Eduard-do… -Se movió un poco para besar mi cuello- O-oooh…. –Dio un alaridoSolté su pedazo de carne, sentí un alivio en mi mano, parecía estar devorando mi piel. Regresé a sus labios y le di tremendo beso, arrinconándole contra la pared otra vez, ahora él tomó mi verga con ambas manos, comenzó a masturbar muy lento, lo besé nuevo y el movimiento se aceleró, sentía sus suaves manos subir y
bajar cada vez más a prisa, pero cuando estaba a punto de tirar toda mi leche, se detuvo. -Follame –Me sorprendió su petición, me miró a los ojos, no me mentía, quería que lo follara-Como tú digas –Sonreí-Ahora mismo –Me besó de nuevo- Hazlo ya, soy tuyo –Mordió mis labios-Eres mío y de nadie más, tu eres mío, solo mío –Le di la vuelta, él se recargo en la pared, abrió un poco sus piernas y me dio su culo a disposiciónLe di una nalgada en esos suaves y blancos glúteos, uno de ellos tiene un hermoso lunar que me encanta besar. Carlos quería que le diera caña, bueno, sus deseos son órdenes para mí. De un golpe la deje caer. Su culo ya se había acostumbrado a mi herramienta, pero aún estaba algo apretado. -Ah-ahhhhhhh –Grito adolorido- ¡Me duele mucho! –Trato de zafarse pero no lo permití- ¡Eduardo sácala me arde! –Insistió-No Carlitos, tu solo relájate, veras que así te gusta más –Empecé a besar su cuelloLa había clavado de golpe, después me moví muy lento, comenzando un vaivén más que desesperante, sentía las paredes de su culo raspar mi pene, no quería lastimarlo así que poco a poco aumente el ritmo. -Un poco más… -Dijo entre dientes-¿Ya no te duele? –Comencé a reír- ¿Quieres que te monte aún más rápido? – Acaricié su cintura-No sé qué me pasa, solo sé que necesito que me penetres –GemíaNo soy nadie para negarle algo a mi príncipe, aumenté la velocidad, gracias al presemen que mi verga producía, podía moverme con mucha más facilidad dentro de él. Arrancándole más de un suspiro cada vez que daba una embestida. -Te voy a decir alguna reglas –Empecé a salirme de él-La primera –La metí de golpe a su estrecho ano- Tu eres mío ¿Entendido? –No me moví-
-Ahhhhhhhh –Suspiró al sentir mi invasión- S-si…. –Volví a sacar mi verga casi por completo, dejé el glande dentro-La segunda –Otra vez me clave en sus entrañas- Tendrás que complacerme cada vez que yo quiera ¿Entendido? -Ohhhhhh… -Gemio otra vez- S-s-si –Dijo difícilmente. Una vez más comencé a salir-Número tres –Por poco metía hasta mis huevos en su culo, pero esto chocaron contra su esfínter- Siempre te protegeré mi lindo osito –Y me quedé estático, el gemía cansado, yo me recargué en su espalda, envolviendo mis brazos en su cuerpo-. El o entre ambos era indescriptible, una combinación de querer penetrarlo hasta que el día terminara, y tenerlo abrazado hasta el jodido final de los tiempos, no sé cómo hacia eso, no sé si tenía algún truco, pero que me importa, ahora lo único que sé es que teniendo su suave y esplendido cuerpo junto a mí, puedo desbordar mi más bajo instinto animal y a la vez puedo hacerlo subir al cielo. Volví a posición inicial, mi verga recibió la orden de empezar a moverse frenéticamente, escuchando aullidos de placer de mi hombre, aumenté el paso. El agua corría por nuestros cuerpos, aumenta el ruido que producía el golpeteo de nuestras pieles. -Así bebé, cometela –Mi polla entraba y salía de una manera perfectaIntroduje de una forma descomunal, tampoco tan salvaje, pero si más aventada de las anteriores. Acariciando su espalda el abría un poco más su piernas, y se arqueó para besar mis labios. Tenía su espalda pegada en mi pecho, permitiendo que mi herramienta entrara mejor. -Ohhhhhhhhh –No paraba de gemir, el agua seguía corriendoBombeé ahora más calmado, sentía como su esfínter apretaba mi tallo, mi pene estaba a punto de estallar, era tan la excitación, no podía aguantar más pero trataba de hacerlo, aunque fue en vano por que sentí su culo contraerse, eso basto para derramar hasta la última gota de leche dentro. -Uhhhhhh…. Mierda….. – Carlos gemía y yo también, supe que él había eyaculado primero, ese fue mi morbo, saber que era capaz de que con mi verga acariciando su interior provocaba que se corriera sin siquiera tocarse-. -Buen niño –Pegué mi pecho a su espalda otra vez y comencé a morder sus hombros, besé su oreja y en segundos abandoné su interior-.
-Disculpa –Dijo en tono bajo-¿A ahora por qué tonto? –Comencé a reír-Por ser tan así –Se volteó -¿Tan cómo? –Sonreí- ¿Tan lindo? ¿Tan pasional? ¿Tan morboso? ¿Tan cerdo? – Dicho esto lo besé, estaba consiente que era la primera vez que me pedía que lo follara y que tal vez se sentía extraño, pero a mí me gusta, me encanta saber que lo caliento como él hace conmigo-. -Gracias feo –Sonrió- Pero ahora tenemos que bañarnos que tu padre no tarda en llegar –No saben el morbo que me daba que el dijera eso- Así que me pondré algo de shampoo –Y cuando se dio la vuelta por poco resbalaba, por suerte pude tomarlo del brazo y evitar que callera-. -¿Estas mareado? –Lo miré preocupado-No, lo que pasa es que... –Y cuando trato de ponerse de pie casi resbalaba de nuevo- ¡Hay algo resbaladizo en el suelo! ¡No me puedo mantener! –Parecía molesto, me di cuenta de que era su semen, me comencé a reír-Es tu semen, cochino, por eso esta resbaloso, porque un osito de por ahí dejo toda su leche en el piso –Traté de sostenerlo para que no resbalara de nuevo-. -Ayúdame, esto esta resbaloso –También comenzó a reír-Y yo que pensaba que eran mareos de embarazo –Carlos me miro asustado- Ya tenía pensado hasta comprar la cura –Comenzamos a reír-. ……………………….. Carlos: Estaba apurado, moviéndome de un lado para el otro. La cena estaba lista, quería que todo se mirara bien, aunque estaba seguro que el padre de Eduardo no sabía nada, quería dar una buena impresión, pero con lo que me dijo pienso que ya la tiene, no importa, me preocupa mucho y ya quiero que esta noche termine. -¿Estas nervioso? –Me miró Eduardo y tomó mis manos-Supongo que sí, muy nervioso –Sus manos también estaban frías-Veras que todo saldrá bien, tu sólo actúa normal, que mi padre no sospechara nada –Trató de calmarme y de alguna manera lo lograba-
-Es que es mi culpa, si no hubiera movido la boca, no estaríamos así… -Claro que no, de todos modos teníamos que ir a cenar con él y sería más incómodo estar en público –Me sonrió y acarició mi mejilla- Ahora respira y todo saldrá bien –Depositó un beso en mis labios. Era tan dulce, tan seguro-. En un rato sonó el timbre, terminé de servir la comida y la tapé, hice lo mejor que pude. Eduardo fue a abrir la puerta, me quedé en la cocina, si era su padre, venia vestido de una forma muy casual, eso me tranquilizo aún más, parece que la noche iba a ser calmada. El señor nos saludó, pasó a la cocina y revisó los sartenes, parecía con hambre, era muy confianzudo y a pesar de ser alguien tan “de alta categoría”, no hacia ningún feo a lo que preparé, mejor aún, mi sorpresa fue cuando vi que tenía muchas ansias de probar. -Tú vas muy bien en la escuela supongo –Comentó su papá-Sí señor, luché mucho para conseguir esta beca –Él me sonrió-Me alegro mucho por ti –Tomó una manzana y le dio una mordida- Me imagino que ha de ser difícil, muchos adolescentes son muy duros con los becados-. -Aquí la gente es muy, como te explico, mierda –Decía Eduardo- Dejaban a Carlos a un lado no sólo por ser becado, sino también por no poder hablar muy bien el inglés, porque es latino –Decía indignado-Sí, pero ya aprendí a ignorar esto, al principio fue una molestia, pero poco a poco te acostumbras y no pasa nada –Dije mientras servía la cena-. -Eso habla muy bien de ti niño –Mordió de nuevo la manzana- No como otros que teniendo la oportunidad ni siquiera la aprovechan –Miro a Eduardo, pero este ignoró su comentario-Eso depende de cada quien, créame que yo estudio por necesidad, porque necesito de esto para salir adelante –Me senté junto con ellos a la mesa-. La noche fue pasando normal, fui entendiendo un poco la forma en que actuaba el padre de Eduardo, noté una que otra indirecta hacia su hijo, me extraño, pero también me sorprendió el comportamiento de Eduardo, muy serio y sin contestar a nada que no fuera relacionado con la escuela, me quedó claro que no tenía ganas de pelear y que las cosas podían fluir mejor sin ningún tipo de tensión.
-La cena te quedó deliciosa niño –El hombre había comido hasta el último pedazoMe tendrás que dar la receta a ver si la cocinera de la casa puede hacer algo igual, o enséñale a Eduardo, claro, si no es mucho abusar –Sonrió-Claro que no, tenga por seguro que Eduardo sabrá hacer quesadillas cuando regrese en Verano a su casa –Levanté su plato, el mío y el de Edu-. -Tampoco me quieras tener de cocinero –Eduardo frunció el ceño-Ya hijo –Dio una palmada en su espalda- Quiero que sepas que estoy muy orgulloso de ti –Apretó su hombro- De como haz evolucionado en tan poco tiempo, no sé, parece magia, parece que quisieras ahora si prepararte para un futuro – Alborotó su cabello-Ya papá, que no soy un chamaco –Comenzaron a reír, yo sólo mire la escena desde la cocina-También a ti –Regresó a verme- Te agradezco por ayudar a mi hijo y que no te quede duda, que si necesitas algo puedes pedírmelo, estoy en deuda –Su mirada parecía sincera- Y espero que no le sueltes la mano, no quiero pedir mucho, pero me harías un enorme favor –Me regaló una cálida sonrisa, y yo pues soy muy sensible, me aguanté, no me gustan muchos las escenas así, preferí estar a distancia-. El hombre estuvo acompañándonos un rato mas, donde nos habló un poco del problema que tenía con la empresa, pero que ya se había resuelto, expresando también que estaba muy satisfecho porque su hijo haya tomado Arquitectura, ya que es una de las bases principales de su compañía. Acabando así por ofrecerme trabajo, garantizándome que cuando saliera de la Universidad yo tendría las puertas abiertas en su empresa, me llegué a sentir mal, ambos le estábamos mintiendo y él nos estaba ofreciendo todo a los dos, pero sería mejor así, a decirle lo que en verdad pasa. -Me tengo que ir –Vaya, la larga jornada estaba a punto de terminar, nos paramos del sofá- Fue un gusto conocerte Carlos, y verte de nuevo hijo, ahora me voy – Caminó a la cocina, me dio un apretón de manos y acarició de hombro; abrazo a Eduardo-. -Pa, te voy a acompañar a la entrada –Sugirió Eduardo, su padre aceptó-. Acompañé a su padre hasta la puerta, Eduardo entro al baño antes de ir a dejarlo a la entrada de la Universidad. Al final de cuentas me cayó muy bien, tiene su carácter, pero sabe cómo tratar a su hijo, a veces, no siempre. La cosa iba bien y la velada me dejó un buen sabor de boca.
-Estoy listo –Salió Eduardo del baño-Apresúrate por que se me hace tarde –Lo apuró-. -Ya voy –Se acercó EduardoComo siempre acostumbraba, Eduardo antes de salir me tomó de la cintura y me dio un beso en los labios, sólo que esta vez se le olvido un pequeño detalle, ¡Su padre estaba enfrente de nosotros!, Me quedé helado. Cuando Eduardo se despegó de mis labios lo único que hice fue mirarlo aterrorizado, no podía ver a su padre, estaba seguro que nos había visto. -Creo que será mejor que mañana hablemos –Escuché la voz seria y fría de aquel hombre-Papá, puedo explicar… -Pero no lo dejó hablar-Sí, mucho que explicar –Volteé para verlo, su mirada era fría para con nosotrosNo me iré hoy, tengo que tener esta conversación contigo mañana, de hombre a lo que sea que tú seas –No podía dejar de analizar sus gestos, parecía muy molesto, parecía decepcionado de ambos-. Dio un golpe tras cerrar la puerta, no podía siquiera hablar, ambos estábamos mudos, y pensar que la noche estaba a punto de terminar, que todo estaba saliendo mejor aún de lo que pensábamos. Eduardo me miró, yo lo miré confundido, ese pequeño error podía costarnos tanto. Mierda. -Eduardo –Me acerqué- Se dio cuenta… -Miré el suelo-Lo siento Carlos, no era mi intención –También se acercó a mí y me abrazó-. Una bomba de pensamiento explotó en mi cabeza, llenándome de dudas, de preguntas, de situaciones que aparecían de todos los lugares y podrían hasta llegar a ser absurdas. Odiaba ser así, odiaba pensar así, pero en ese instante era lo único razonable, sentía como si todo se hubiera jodido. -Tengo miedo –Comenzaron a salir mis lágrimas, mi cabeza se apoyaba en su regazo, sus brazos me estrujaban-No, no digas tonterías osito –Y su tono de voz se quebró, al escucharlo decir eso note que sus lágrimas también comenzaron a derramarse-. -¿Qué va a pasar?- Dije entre sollozos, no podía evitar sentirme así de triste-
-Nada que nosotros no permitamos –Trató de tranquilizarme, pero esta vez no lo logró, el tan solo pensar que su padre estaba frente a nosotros cuando me tomó de la cintura, y me depositó un beso justo en los labios, no podía quedarme quieto, no podía dejar de torturarme con la idea de que mañana tendrá que hablar con él-. Me olvidé de todo, de la mesa, de la comida, de los trastos sucios, me dediqué a sentir el abrazo de Eduardo, a agradecer el roce de nuestras pieles desnudas, lo sentía todas las noches, pero ahora era distinto, no había nada sensual, nada erótico, solo nos sentíamos vulnerables, y aunque él tratara de ocultarlo estaba seguro que también se sentía igual. ……………………………. Eduardo: Lo único que recuerdo de la noche anterior es que justo después de que mi padre se fuera, lo que hicimos fue abrazarnos como dos tontos. No quería mostrarle como me sentía, pero ambos nos quedamos sin habla, lo abracé fuerte, muy fuerte. Mi padre me mandó un mensaje temprano por la mañana, me avisó que tendría que ir a las 11 a la escuela. Calos y yo nos levantamos alrededor de las 8 A.M. Ambos estábamos callados, un poco distanciados, necesitaba algo de aire, así que decidí salir un poco antes de la hora en la que mi padre me había citado. Necesitaba pensar, hacerlo solo, porque si tenía a mi osito cerca me dolería más ver la realidad. Nos despedimos como siempre, lo tomé de la cintura y le di un beso en la boca, que rica se sentía, suave, húmeda, cálida, como siempre me daba una sensación de cariño, de sinceridad. Nuestro beso se prolongó por un rato, ninguno de los dos queríamos separarnos, yo estaba seguro que nada podía pasar, pero no sé por qué tenía miedo. -Regreso en unas horas osito –Me separé de sus labios-Te amo –Me abrazo-Te amo –Besé su frente- Todo va a estar bien –Coloqué mi mentón en su cabello-. Salí de la habitación, mi vista iba hacia el suelo, no quería ver caras grisáceas, tonterías cotidianas, tendría que hablar con mi padre acerca del amor de mi vida, de alguien de mí mismo sexo, ¿Cómo me iba a entender? Sería muy difícil hacerlo razonar acerca de esto, pero vamos Eduardo, no te des por vencido, date cuenta
de que, es tu vida, ¿Dejaras que alguien más la dirija? Nunca te importó en lo más mínimo lo que tus padres opinaran, pero ahora, ahora es diferente, no puedes comparar uno con lo otro, son dos polos opuestos. -¡Booo! –Escuché que alguien grito a mi lado, me asusté, estaba a punto de dejar caer un golpe pero me di cuenta de que era Luke-Estuve a punto de partirte la cara –Mi voz sonaba apagada, pero la preocupación aún estaba centrada en mi mente-No lo creo, me adoras hermano –Colocó su mano en mi hombro- Edu, tu sabes tanto como yo que nosotros hemos vivido meses inolvidables –Empezó a recitar una “poesía”- Meses que quedaran en nuestras mentes, en nuestros corazones…. -Déjate de cosas Luke… - No aparté la vista de mi camino-Si –Trató de calmarse- Iré al grano, pero quiero que sepas que de acuerdo al reglamento que está en la Constitución política de los Estados Unidos de América, tienes que presentarme a la amiga de tu compañero de cuarto –Luego entendí que se trataba de Michelle, incluso me pareció extraño que no me lo hubiese pedido antes-. -Sí, espérate unos días –Dije aun sin ganas de hablar, y parece que Luke se había dado cuenta-¿Qué te pasa hermano? –Pasó su brazo por mi cuello- ¿Mal de amores? –Me sobó la cabeza-Tengo que hablar con mi padre de un tema delicado –Casi ni lo miré-Uhhhhh –Me jaló el cabello- Esas platicas son las que se tienen que evitar, bueno –Se quedó pensando- También las de las novias -Se suponía que tenía que ser un chiste pero no me causa nada de gracia-No estoy de humor Luke, enserio –Parece que la angustia se reflejara en todo mi ser-No pues con tan solo verte me da más sueño y flojera que con la música de Lana Del Rey –Me dio un suave golpe en el hombro, ya iban dos, si lo hacía de nuevo no dudaría en regresarlo- Sabes que, tú me tienes que acompañar, ya me picó el gusanito de la curiosidad. Ni se cómo le hizo, pero cuando me di cuenta ya me tenía en la ¡¿Biblioteca!? Si, hasta a mí me sorprendió, el primer lugar que hubiese imaginado hubiera sido la
cancha, o ya de plano los baños, ¿Desde cuándo Luke entraba en la biblioteca? Peor aún, ¿Desde cuándo sabía si teníamos biblioteca? -Ahora te sientas –Y me aventó a un pequeño sillón que estaba junto a la mesa, tomó una silla de esta y la colocó frente a mí, se sentó y me escuchó atento-. -No sé qué quieres saber –Me hizo una cara de “Es obvio no te hagas pendejo”-Mira, quiero saber –Tomó una calculadora, ¿De dónde salió esa calculadora? ¿Cuánto es 1+1? –Me miró sarcástico-Te dije que no estoy de humor –Empecé a mirar por la ventana, la biblioteca estaba vacía, domingo en la mañana, la mayoría tal vez y aun dormía-Soy tu amigo Eduardo –Tocó mi rodilla- Tal vez sea un adicto al sexo, morboso, mal educado, irresponsable, pero una cosa si puedes estar seguro, sé guardar secretos –Parecía honesto, y no pensé mucho, me costaba itir que necesitaba un consejo, no podía ir con Alberto, tampoco podía hablar con Carlos, saldríamos más lastimados-. -Bien –Lo miré- Tu ganas Luke, confiaré en ti, espero que me entiendas –Suspiré y me acomodé en el sillón-¡Suelta la sopa tú! –Me apresuraba, parecía frustrado-Te aclararé lo que pasa, y antes que nada decirte que es verdad, todo lo que dicen afuera –Hice una pausa- …Todo lo que dicen de mí y Carlos es verdad…. –Hubo un largo silencio, muy agobiante, muy confuso-. -Entonces…. –Me miró confundido- Déjame y me ubico, ¿Carlos es tu compañero de cuarto? -Sí, él es Carlos…. -Y tú me estás dando a entender que…. –Frunció el ceño-Haces esto más complicado Luke –Era inútil, tenía que decirle ya- Pues que él y yo somos pareja –Dije esto casi susurrando en su oído-¿Pareja cómo? –Este sí que era un burro, o tal vez se hacia el estúpido-Tenemos algo, mantenemos una relación, ¡Follamos! –Pues ya que, no me importaba decirlo, aunque tampoco lo grité, sólo que me estaba desesperando, sé que tal vez no fue la forma correcta de expresarme. A buen entendedor pocas palabras y parece que Luke no era de esos-.
-Ahhhh….. ya ya…. –Rascó su cabeza- ¿Y eso que tiene que ver? –Me quede mirándole por un rato, el parecía divertido, muy calmado y sin hacer ningún gesto de disgusto ante mi confesión-¿Cómo que qué? ¿No te parece raro? –Luke negó- ¿Asqueroso? ¿Promiscuo? ¿Mal? –Y a todas mis preguntas Luke negó-Claro que no, tu sabrás que harás con tu vida hermano, y yo, como tu amigo, tengo que respetar, si tu estas cómodo con Carlos, si sientes algo que no puedes controlar –No mentía, y me llenó de valor escuchar sus palabras- En el corazón no se manda –Golpeó su pecho-Me hubiera gustado que mi padre reaccionara así… -Volteé la mirada-Owww…. Ahí la cosa cambia. Tienes que entender, y a mí me sorprende, créeme que mucho –Sonrió- Nada más mírate, tienes porte de todo un macho, y a las escondidas te pintas las uñas –Se echó a reír-¡Cuidadito con lo que dices! –Lo tomé del cuello y lo amenacé-Tranquilo… Es sólo una broma –Se puso nervioso, pero lo solté, yo estaba algo nervioso también- Volviendo a lo de tu padre, te repito, tienes que entender, ellos como padres quieren controlar la vida de sus hijos, pero vamos –Me dio un leve golpe en el hombro- Nada pierdes con hablar, inténtalo. Tú puedes campeón -Y me dio un zape-. -Me sorprendes, yo que pensé que eras un cabeza hueca –Le devolví el golpe, por alguna razón me sentía en más confianza-Pero…. ¿Tu padre como sabe? –Pregunto curioso- ¿Acaso los encontró en plena acción? –Me miró travieso-¡No! –Trate de verme molesto, pero no pude- Un poco más de respeto…. –No podía ocultar la sonrisa en mi cara- Es que por un accidente, nos besamos frente a el –No pude evitar ruborizarme-Mmmmm…. –Se quedó pensado- Pues no tiene nada de malo, yo me beso con mis amigas a cada rato y nadie lo mira raro –Sacó la lengua- Dile que es un ritual de amigos fanáticos de Dora la Mamadora que siguen a Marina y los diamantes – Comenzó a reír como loco en plena biblioteca, la señora que estaba en la recepción creo que tiró dos litros de saliva de tanto callarnos, fue tanto así que nos tuvieron que sacar del edificio-. Caminamos solo unos pasos más, nos acercábamos a la fuente cuando vi el auto de mi padre estacionado a unos cuantos metros de esta, me puse nervioso, la
sangre se me hizo agua, quería evitar a toda costa esa conversación, quería tomar a Carlos y llevarlo lejos conmigo, donde nadie supiera de nosotros. -Creo que llegó la hora –Susurré a Luke-Suerte hermano, sea lo que salga de esto, cuentas conmigo –Dio una palmada en mi espalda y después se echó a correr-. -Gracias… -Dije entre dientesSiempre he tenido inquietudes en la vida frente a lo desconocido, a lo prohibido, a lo políticamente incorrecto y me ha gustado investigar….indagar….., en definitiva saber lo que se escondía detrás de esos velos misterios. Además, nunca he sido mujer de un solo hombre, es decir, que aunque tengo pareja me encanta tener aventuras extra matrimoniales. Las he tenido de todas clases, divertidas, morbosas, peligrosas, aburridas…. Y con todo tipo de hombres, guapos, jovencitos, amigos del grupo, compañeros de trabajo, de todo un poco pero desde hace ya varios años no he cambiado de amante y podría decir que somos tal para cual, nos gustan casi las mismas cosas, nos gusta sobretodo el sexo. Practicarlo, disfrutarlo, saborearlo, aprenderlo….y sobretodo sobretodo experimentar nuevas sensaciones. Cuando follamos nos gusta fantasear de que nos gustaría hacer, a quien te follarías a quien no…. Y un día me dijo que le encantaría verme follar con otros hombres, porque sabe que yo disfrutaría mucho y él más de verme en esa situación. Al principio no me gustó mucho la idea pero he de reconocer que en el fondo sentí curiosidad. Una mañana estando en el trabajo me llamó y me dijo que estaba por la zona que me invitaba a comer, me citó en un restaurante conocido por la gente de negocios porque tiene salas privadas. El hecho me llamó la atención pero tampoco le presté más interés. A la hora indicada entré por la puerta. Yo no sabía que iba a comer con él pero me gusta ponerme guapa todos los días, es algo que practico a diario como el que es fiel a una religión, pues puedo permitírmelo en todos los aspectos, tengo un nivel económico solvente, buen gusto para vestir y un cuerpo que mi amante dice que si pudiera….. me follaría a todas horas porque le encantan mis tetas, suaves y tersas, mi culo duro y respingón y mis piernas duras como el acero. Siempre me dice que soy muy guapa, no se si será del todo cierto pero dado mi éxito con los hombres….algo de cierto habrá.
El modelo que elegí sin saber lo que me esperaba no podía haber sido mejor……, llevaba un vestidito escueto, mucho escote y algo cortito pues era verano y aquí hace mucho calor, un buen sujetador de esos que hacen un escote que invita a poner en marcha la imaginación de cualquiera, un mini tanguita para que no se marcase bajo el vestido y como no!!! Unos unos zapatos con mucho tacón que estilizaban mi figura de una manera espectacular y todo ese conjunto envuelto en mi perfume, el que me identifica, ese que mis amantes dicen que solo lo puedo llevar yo pues lo han olido en otras mujeres y dicen que no es igual, que es solo para mi. El camarero me acompañó a la estancia reservada, abrió la puerta y allí estaba él, tan guapo y elegante como siempre, pero no estaba solo. Se levantaron los dos para recibirme, mi amante y yo nos besamos en la boca, un piquito pues no era momento de hacer alarde de nuestros deseos y acto seguido me presento a su colega. Se llamaba Conrado, aunque no había oído ese nombre en mi vida…. Puedo asegurar que jamás se me olvidaría. No estaba nada mal, un tipo alto y bien vestido, despedía elegancia por todos y cada uno de los poros de su piel, vamos que mi imaginación empezó a trabajar a toda máquina. Mi amante y yo nos miramos. De inmediato supe el sentido de aquella reunión. Sin previo aviso el muy cabrón me había cogido por sorpresa, quería ver mi reacción, quería saber como saldría de aquella encerrona, se iba a enterar, el sorprendido sería él. Sentados ya en la mesa me dejaron elegir a mi el vino… “si, por favor, un par de botellas del mejor vino blanco que tenga”. Cuando llegó con las cubiteras , las copas y el vino, le dije que ya servia yo, que se marchase el camarero y que por favor cerrase la estancia y colgase el cartel de no molestar pues la reunión se iba a alargar más de lo previsto. Cuando nos quedamos solos los tres…. El silencio era total, mi amante esta alucinando pues yo había tomado las riendas de la situación al minuto uno y Conrado…. Conrado era una víctima y no lo sabía. Me levanté serví el vino de los tres y me quedé de pie mientras ellos seguían a la mesa sin saber muy bien por donde seguir…. O mejor dicho por donde empezar…
Yo de pie frente a ellos resbalaba mi dedo índice por el borde de la copa mientras les miraba con aires de grandeza y como no! Con un vicio brutal, ya me había puesto en situación y no me iba a parar nadie. Metí mi dedo dentro de la copa y lo impregné de ese líquido color oro lo introduje en mi boca de la manera más sexy que os podáis imaginar y pude saborearlo poco a poco, metiendo y sacando el dedo una y otra vez , cerrando los ojos….. estaba delicioso, no quería imaginar lo que valdría cada botella, aunque pensándolo bien….. era barato, pues una putita como yo valía muchísimo más. Mi boca estaba caliente y el contraste con el frio vino fue extremo, tanto que se me erizó la piel, eso provocó una reacción en cadena pues acto seguido noté que mis pezones tomaban vida y mi coñito empezaba a despertar ….. Tomé un trago quería notar rápido el efecto del alcohol en mi cuerpo para desinhibirme del todo, aunque no me faltaba mucho pues me daba cuenta que era yo la que llevaba las riendas de la situación y eso me daba alas. Mi amante estaba encantado era como si durante tiempo y tiempo me hubiese estado enseñando a hacer estas cosas y hoy estaba ahí sola frente a dos hombres uno de ellos un completo desconocido. Sin dejar de mirarlos, bajé mi mano hacia mi escote y noté el sudor de mi piel, era verano y hacía mucho calor, pero en aquella habitación…. Hacía más todavía. Recogí esas pequeñas gotitas que mi cuerpo escupía para dárselas a probar a Conrado, no dijo nada, simplemente entre abrió la boca y dejó que le introdujese los dedos en ella. “MMmmmmmmm” fue lo máximo que acertó a decir y yo ya estaba poniéndome muy muy pero que muy cachonda así que cuanto antes entrase en acción mejor. Me senté a horcajadas encima de él y como el vestido era tan cortito se me subió más de la cuenta dejando al aire mi suave culito en el que se podía ver ahora sí, mi tanguita…. Mi amante tiró de él, quería tocarme de alguna manera pero yo me giré y le dije que ahora no era su turno, quería centrarme por completo en Conrado, quería gozar y disfrutar de la situación que me habían preparado. Le besé en la boca, mmmm sexy muy sexy primero abrí mis labios y los junté con los suyos, y poco a poco fui metiéndole la lengua, se dejaba hacer…. Se dejaba llevar, así que le dí un morreo de esos que te dejan muerto, de esos que pides a gritos más y más, sin dejar de besarlo mientras con una mano le iba acariciando la cabeza y la espalda, la otra la bajé hasta su entrepierna…guuuaaaaaaaaaauuuuu como tenía la polla…. Enorme, grandísima, con unas ganas terribles de ser liberada de su pantalón.
Con mucha destreza le desabroché y rápidamente pude dar libertad a tanto vicio contenido. La cogí con mi mano y empecé a pajearle, todo eso sin parar de besarle de la manera más salvaje, porque quería, porque me apetecía y sobretodo porque era el deseo de mi amante, quería dar satisfacción a los dos a la vez, cada uno iba a disfrutar a su manera. Yo notaba como estaba de mojado mi tanguita y cuando eso pasa…… ya no puedo parar me vuelvo muy muy loca y quiero de todo y más. Me lo retiré hacia un lado y me metí la polla de Conrado de un solo movimiento, Diossssssssss me lo estaba follando a saco, si seguí así pronto se correría dentro y no es lo que yo quería, así que aminoré el ritmo y le dije que si se corría me iría de la sala y los dejaría allí plantados a los dos. El gemía, sus manos me sobaban sin parar, me bajó el tirante del vestido, me quitó el sujetador y empezó a lamer mis tetas, a morder mis pezones, no daba abasto y yo disfrutaba porque sabía que yo le gustaba y mucho, y eso me hacía sentir como una auténtica diva. Yo me arqueaba hacia atrás dado que él me cogía por la cintura con una mano y la otra la paseaba sin parar por todo mi pecho, me acariciaba… me excitaba y todo eso con su polla dentro de mí. Me di cuenta que iba a correrse así que me la saqué y empecé a lamérsela….. Conrado no daba crédito a lo que le estaba pasando, en cuestión de media hora estaba viviendo la situación más heavy de su vida, ahí estaba el, su colega y la amante de su colega en plena orgia y todavía no habíamos terminado, él nos miraba a los dos sin saber muy bien que decir, por eso se dejaba llevar sin más. Cuando noté los primeros sabores de su lechita ácida cogí mi copa de vino, di un largo trago, le di a beber a él también y cuando terminó bajé la copa hasta la punta de su polla y eyaculó dentro sin piedad. Fueron largos chorritos de semen los que se mezclaron con los restos del vino…… (continuará) Antes que empezar mi relato quiero agradecerles infinitamente a todos aquellos que me han mandado sus fotos, mensajes, deseos, etc. Los invito a que valoren mis relatos si todos los que me escriben valoraran en la página ya tendría muchas valoraciones, me gusta, me prende saber de ustedes. Este relato no tiene mucho que sucedió y fue con una persona que conocí por correo electrónico de aquí, de todorelatos.
Recibo al día muchos, mucho correos y no todos alcanzo a contestar como debiera, a veces me llaman la atención algunos comentarios y me detengo en ellos más que en otros pero siempre contesto todos. Los que me han leído y seguido saben que no hay nada que más me excite en este mundo que sentirme muy puta, saberme puta, que me traten como tal, y esos mensajes que a veces parecen subidos de tono son con los que más me entretengo también quiero que sepan que detesto las faltas de ortografía, así que si un correo las tiene simplemente lo paso por alto. Escribo aquí uno de los que recibo que me prenden de solo leerlos y aunque parece mentira esta persona en particular no ha querido conocerme en persona, ¿por qué? No lo sé, yo ya le dije que quiero conocerlo. “Hola putita linda espero te encuentres bien y que sigas igual de buena mamita, en verdad no me canso de ver tu culito y tus hermosas tetas y lo que buenísima estas putita mmmm que rica, me encantaría ver tu puchita ver si la tienes peludita o rasuradita, ver tu clítoris en fin toda tu panochita digna de una puta como tú. Espero que tengas un buen inicio de semana lleno de sexo y que te dejen más que satisfecha de tanta lechita amor, que disfrutes como te maman el culito, que te cojan con la lengua tu culito wwuuuuaaauuuu seria fabuloso y me imagino que has de tener una boquita de mamadora que dejas las vergas brillositas de saliva mmmmm que rico putita”
Este y muchos otros mensajes me llegan al correo, gracias por las fotos y las palabras de aliento, en verdad me prende mucho saber todo lo que harían, ahora si al relato. Noche de puta. Había recibido ya varios correos de él, Jorge me escribía a menudo y lo que me gustó en él es su modo particular de decirme las cosas, dominante, sin faltas ortográficas y decidido, compartí mi teléfono y a veces me mandaba fotos de sus chicas, cuando se la mamaban en el preciso momento en que lo estaban haciendo, UFF, se antojaba como no. Mandaba videos y las hacia decir en ellos “Indira mira de lo que te estás perdiendo, mmmm, deliciosa, está muy rica, ¿quieres?” Cuando decía todo eso la chica abría la boca y se devoraba la verga de Jorge, muy rico, me presumía que tenía una deliciosa verga en la boca, él daba, no pedía, eso me gusto y yo daba con mucho gusto, le respondía con fotos y correos subidos de tono. Recuerdo que la primer semana de Diciembre me mantuvo caliente de lunes a viernes con mensajes y videos, este tipo cogía casi a diario y cuando no, se masturbaba y me mandaba fotos, algo que me gusto y les platicaré fue el Jueves 4 de Diciembre, recuerdo me mando fotos estando yo en la oficina, como me calenté bastante busqué algo para frotarme en él, tome un plumón gordo y lo puse en mi
asiento, me movía sobre él para sentir algo, solo lograba calentarme más, cruzaba las piernas para sentir el roce “humano”. Le comenté lo que sucedía por whatsapp a la vez que le enviaba una foto del plumón, él me hizo preguntas de mi lugar de trabajo, cuantos compañeros hombres había, como era mi oficina, etc. Por eso supo del nuevo chofer, un chico de unos 24 años flaco, muy atento y muy lindo. El chofer estaba a la disposición de nosotras y de algunos empleados para realizar mandados de oficina además de poder llevarnos a algún lugar si no queríamos manejar o por lo complicado que es el tráfico y encontrar estacionamiento en esta ciudad enorme del DF. Jorge me pidió que me tocará debajo de los calzones, que le mostrara mis dedos llenos de jugos, ay dios como me calienta recordarlo, estando en mi escritorio disimuladamente metí mi mano bajo mi vestido y me talle con los dedos sobre el calzón, me llevé los dedos a la nariz y olía bastante a sexo, a panochita, fresca, rica, ansiosa por ser devorada. Me paré a acomodar algo de mi librero por lo que me di la vuelta y metí bajo mi vestido la mano, agarre completa mi panochita y me metí dos dedos, estaba muy húmeda, moví rápido mis dedos produciéndome un placer increíble, el clásico sonido, plash, plash, plash de cuando se meten los dedos un una vagina abierta, mojada y caliente. Es excitante tocarte en un lugar no permitido, me he masturbado varias veces en la oficina a la “vista” de todos, uff, me tengo que contener para no gemir como puta, este relato lo estoy escribiendo en mi oficina por ejemplo y cada qué puedo bajo la mano para sobarme la panochita o me acaricio las tetas con los antebrazos. Saqué los dedos de mi interior, estaban mojados, oliendo a sexo, les tome una foto para mandársela a Jorge. El me respondió. -
Dices que eres muy olorosa ¿no es así?
-
¿Cuantos dedos te caben en la puchita mami?
-
Ahorita como estoy la mano completa yo creo papi
Jaja, te metería el puño para sentir tus jugos putita
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Aja
Hazlo, mándame foto de ti, estoy caliente
Mejor aprovechemos esa calentura, ¿harías algo por mí?
Lo que quieras, tu mandas.
Quiero que vayas al baño y te masturbes, con ambas manos, que saques jugos, que te los embarres en las manos, NO termines, solo te tocaras y calentarás al máximo, luego sales y tomas una carpeta con documentos para decirle a tu chofer que les saque copias, asegúrate de dejar muy impregnado tu olor en la carpeta.
Mmmm se le va a antojar
Es la idea, que tenga la duda si es olor a sexo o no, tú sabrás que seguramente olerá esa carpeta y sabrás que es tu olor, tus fluidos, posiblemente se haga una en tu honor, será el comienzo de la tortura hacia él, nunca sabrá quién eres en realidad, una puta.
Está bien lo haré pero aún haré algo mejor, lo llevaré al almacén, tengo que sacar unos documentos viejos, allí el podrá oler cuanto quiera y podrá ver un poquito, solo un poquito. Ya regreso …
Ese día me calenté mucho y no terminé, en la noche me masturbé pero eso nunca es suficiente para mí, el chico de la oficina es más atento conmigo, me lleva fruta, me trata muy bien y yo solo deje que me oliera un poco y le restregué mi culo y las tetas “accidentalmente” al mover cajas y al pasar por estrechos pasillos del almacén, quería que me cogiera pero me contuve, nadie conocido lo va a volver a hacer, nadie. El sábado a las 4 de la tarde me llegó un mensaje de él con una foto al Whatsapp: Tengo la verga parada, jugosa y deseando que la tuvieras entre tus piernas. Acompañada de una foto, se veía brillosa, larga, grande, UFF.
Se ve rica, le respondí.
¿Qué harás hoy putita? Ya fueron muchos correos y fotos y creo que es tiempo de dar el siguiente paso.
Uff, mi entrepierna se mojó solo de imaginarlo, No sé, respondí, ¿quién te dijo que quiero llevarlo al siguiente nivel?
No me lo has dicho pero sé que se te antoja porque eres una mujer muy caliente y todo el día estás en busca de aventuras con gente que no te pueda reconocer. Además eres una putita deliciosa que merece ser cogida varias veces no por uno, si no por más tipos.
Llevaba 6 días exactamente sin que alguien me lo hiciera, 6 días para mi es mucho y tenía las ganas a flor de piel así que respondí lo más cuerdo que una mujer caliente puede responder ante algo así: ¡ Donde y a qué hora !
Así me gustan las mujeres, putitas, calientes y sin prejuicios, ¿por dónde estás?
Después de intercambiar algunas charlas respecto a nuestras ubicaciones nos quedamos de ver en el bar de una plaza cercana a donde vivo, ya había ido algunas veces allí, es un lugar bonito, oscuro, con cierta privacidad y hay mesas de billar para pasar el rato.
-
En tres horas te veo allí.
Sale, voy a llevar a unos amigos eh, para que te luzcas.
¿Okeeeey? Mi entrepierna palpitaba de la emoción, manos a la obra.
Cuando quiero hacer locuras tengo que mantener mi mente ocupada pensando en sexo por lo que lo primero que hice fue abrir correos que recibo y calentarme leyéndolos, fantasías de algunos de ustedes que me hacen mojarme, no puedo evitar siempre que puedo meterme un dedito y tocarme los senos. Me metí a bañar, me tocaba por todos lados, estaba ardiente, muy ardiente, me puse un vestido cortito apenas unos 5 dedos debajo de mis nalgas, era pegado de tela elástica color rojo, la parte de arriba era un poco holgada con un escote en triángulo que al agacharme se me verían mis tetas colgadas y parada con el ajuste del sujetador de encaje rosa se me veían muy ricas, soy talla 34B, tacones altos y unas bragas coquetas de encaje rosas (adoro el encaje y muchas gracias a los que me han enviado unos jueguitos coquetos y se los he regresado ¡olorosos!), dos pulseras en la mano derecha, un collar con un dije, aretes largos, me maquillé muy bien y metí dos tangas en mi bolsa. Antes de salir me vi al espejo, me veía muy bien, toda una niña fresa y muy puta que va al antro en busca de algún macho que se la coja como lo que es, una puta. Tomé un abrigo y vi una tarjeta en una mesita, una tarjeta de un taxista, de uno de los muchos que me han llevado y traído y que alguna vez he dejado que alguno me coja, me faje o me vea. No recordaba bien quien era pero le marqué, en 25 minutos estaba allí por mí, era un vochito y como saben aquí en el DF les quitan el asiento de adelante para que el pasaje suba atrás al tener solo dos puertas, tenía en el centro el clásico espejo enorme con el cual veía completamente el asiento trasero. Al subir volteó completamente para verme “pasar” al asiento trasero al sentarme la mini se subió y dejo ver por completo mis piernas y un triangulito coqueto, crucé las piernas y se me alzó más el vestidito y aunque no se distinguía del todo se podía ver un poco sombreado mi calzón. -
Le di la dirección y me dijo, ¿te acuerdas de mí?
Ups, no, le dije, solo vi tu tarjeta y te marqué.
Ah, bueno yo te traje hace no mucho tiempo a tu casa, venías un poco tomada, te ayude a salir del taxi y a entrar a tu casa.
Ahh ¿sí? - Debió ser una de mis tantas salidas en que regreso un poquín tomada y muy cogida pensé.
No recuerdo la verdad pero gracias, porque eres de confianza te he marcado de nuevo, seguro que te fuiste después de dejarme en casa ¿verdad?
Claro, solo te lleve a la puerta, traías un vestido amarillo y no traías ropa interior.
-
WoW, - comencé a recordar vagamente ese día, recuerdo que me ayudaba y a la vez me tocaba las tetas accidentalmente pero también recuerdo que no pasó nada con él, solo eso, lo que no recuerdo es porque no pasó nada …
¿Recuerdas?
Claro, no sé cómo agradecerte lo de ese día, - si es que había algo que agradecer porque con la sobada de tetas seguro que ni la dejada me cobró.
Ya lo has hecho al llamarme, con solo volver a verte me conformo, estuve esperando tu llamada durante casi un mes, después me resigne y hoy de la nada me marcas.
-
Qué lindo, me llamo Indira, - al hacerlo me voltee hacía el y pudo ver un poquito de mi calzón y obviamente todas mis largas piernas blancas las veía con lujuria por el retrovisor.
Mucho gusto Indira.
Lo recorrí, un poco más bajo que yo, calvo pero no viejo, como unos 37 o 40 años por mucho.
Estaba caliente, acaba de leer correos y sabía a lo que iba así que ¿por qué no empezar desde ahora? Me resbalé un poco en el asiento y eso hizo que mi vestido se subirá más aún, sentía mis nalgas en el asiento y por el frente obviamente se me veía todo y mi vista se posó en la ventana.
Indira, sabías que estas hermosa, sé que te lo han dicho muchas veces antes pero quería que supieras que desde ese día no puedo dejar de pensar en ti, estabas tan sexy, tan, mujer, no sé cómo decirlo, estabas como para comerte ese día.
Ah, ¿solo ese día? – Haciendo un movimiento como posando, él tuvo que voltear a verme y me vio todo, la falda arriba enseñando mi calzón de encaje, mis tetas paradas y grandes y una sonrisa de diablilla que sé que los vuelve locos.
No bueno hoy estás espectacular, pero yo tenía en mente ese día porque es el único que te he visto.
¿Y qué me viste? – jaja lo ponía en jaque con mis preguntas.
No bueno, era inevitable no ver nada, puesto que no traías sostén y se transparentaba todo, además que tu vestido era muy pequeño, si vi, pero nunca me aprovecharía.
Pues que mal, - deberían ver su cara, como diciendo “puta madre que pendejo” jaja
¿Tú me quieres volver loco verdad? Según yo actúe bien al no intentar nada contigo ese día puesto que estabas tomada, eran casi las 6 de la mañana y te veías muy cansada, y ahora me dices ¿QUE MAL?
-
- jaja La verdad no me acuerdo bien de ese día, me pudiste haber violado y seguro no te decía nada, pero que bueno que eres un chico respetuoso.
¿Que bueno? Ya me arrepentí, jaja
Jaja, reí también.
Platicamos todo el camino de cosas sin sentido pero algo que me agradó mucho de él fue su sentido del humor, me hacía doblar de la risa con sus ocurrencias, todo el camino estuvimos risa y risa, obvio nunca me cubrí por lo que todo el tiempo le enseñaba mi calzón, mis piernas y como me doblaba de risa veía la redondez de mis tetas. Nunca dejo de verme el retrovisor no sé cómo no chocamos. Casi sin darme cuenta ya estaba en la plaza a donde iba, se metió y le dije que era en el tercer piso, subió por el estacionamiento techado, ya saben semi oscuros y solitarios, se estacionó en un cajón pegado a la pared muy cerca de la entrada, yo comencé a acomodarme la ropa. -
Te ves hermosa así no la subas
-
Jaja, no me voy a bajar así
¿A qué hora sales?
No sé, vine con unas amigas pero en caso de que me tenga que regresar a casa te prometo que te llamo.
Acomodé mi ropa y vi el taxímetro, 119 pesos creo, comencé a buscar en mi bolsa y me detuvo la mano diciéndome que no era nada. (Que lindos son los taxistas con mujeres exhibicionistas ¿no?, rara vez me cobran) Sentí su mano sobre mi muñeca, rasposa, me encantan las manos rasposas, él no era feo y yo estaba caliente como casi siempre, acomodé mi pelo, le sonreí y le dije “gracias” a la vez que intentaba dar un primer paso para salir a la puerta. Me vio a los ojos, era rara la situación, tensa ahora, como que ambos queríamos algo más pero él no daba el paso, ni la situación se prestaba.
Bajo rápidamente para abrirme la puerta, se pasó al frente y yo caminé hacia la puerta, él la abrió y tuve que salir semi agachada con el vestido acomodado pero de frente me vio bastante mis tetas, como se estacionó cerca a otro vehículo el espacio era reducido, la puerta no abría completamente y al salir quede muy pegada a él, casi me aprisionó con su brazo derecho, se pegó lo más que pudo al otro vehículo y al pasar le embarré las tetas y con su mano izquierda abajo pudo rozar mis piernas. Me voltee y le planté un beso de despedida en la mejilla, su mano quedaba a la altura de mi puchita así que al pegarme a él pudo sentirla ligeramente, me había calentado un poquito la situación y le dije, te marco más tarde para que me lleves. Caminé hacia la entrada moviendo mi culito sabiendo perfectamente que él me veía de espaldas, todavía antes de entrar voltee y el seguía allí parado, le dije “bye” con la mano y me metí. Caminé hacia el bar, estaba 30 minutos retrasada, los que pasaban al lado mío se volteaban completamente para verme por atrás, eso me calienta mucho, que me vean con descaro, que se les antojen mis nalgas, mis tetas, mi boca. Entré al bar, la “hostest” me pregunto si ya me esperaban, le dije que seguramente sí. En eso recibo una llamada al móvil, era él. -
Hola mi amor, ¿Dónde andas?
-
En la entrada, ¿en qué mesa estás?
Ya te vi.
Alcé la mirada y estaba en la parte de arriba, subí a donde estaba y como me lo advirtió por teléfono estaba con dos amigos. Hola le dije plantándole un beso en la mejilla e hice lo mismo con los otros dos que se pararon a saludar. Eran unos tipos muy lindos, educados y muy simpáticos, tomamos varias copas, me preguntaron mil cosas, bromeaban, jugábamos a retos, preguntas o beber, en fin la verdad me la pase de lujo con ellos, en cada oportunidad que tenían me tomaban del antebrazo, ponían una mano en mí pierna, si nos parábamos por algo ponían su mano en mi cintura rodeándola, en fin me tenían a punto con tanto toqueteo. En el bar había un billar y comenzamos a jugar, yo traía el pelo suelto y me estorbaba este para jugar correctamente, recordé una de mis películas favoritas donde una chica jugando billar se alza el vestido y se quita las pantie enfrente de dos chicos para amarrase el pelo con ellas dejando alucinados a los tipos, dejo aquí un link donde pueden ver la escena (https://www.youtube.com/watch? v=Cioh-bV6Ew8).
Mi cabeza pensó en el momento en que la chica de la peli lo hacía y se me ocurrió recrear la escena, me detuve, deje el taco recargado en la mesa y frente a mis tres chicos me alce el vestido lo suficiente para tomar de ambos lados mi pantie, al hacerlo se me veía más de la mitad de ella por él frente, la bajé seductoramente cuidando siempre que me vieran, uno de ellos no pudo evitarlo y se agarró el paquete, tomé mi pantie la moví en círculos con una mano y me dispuse a ponérmela de liga en el cabello, ahí estaba yo, en una vestido sexy sin bragas frente a 3 chicos, y ellos sabían que no traía nada debajo de la tela delgada del vestido. Tomé de nuevo mi taco y me lo metí entre las piernas y le puse “tiza”, con el movimiento parecía que lo estaba montando, mis amigos no sabían que hacer, si mirarme con descaro o hacerse los desatendidos ya que en todo momento yo los veía a los ojos, mis tetas estaban hinchadas de la calentura y mi pezón se marcaba sobre el vestido, uffff. Continuamos jugando un buen rato, me hice un poco la que no sabía mucho del juego, ya saben los chicos se ofrecen a enseñarle a una, hicimos equipos de dos y mi “pareja” en cuestión me “ayudaba” agarrando el taco conmigo y por supuesto refregándome su verga en mi vestido delgado sintiendo mis nalgas casi casi al natural, mi panochita estaba ya muy húmeda con esos arrimones, se peleaban el derecho de ser mi compañero puesto que me “ayudaban” muy bien. Tenía a los tres con la verga bien parada, podía sentirlo a través de mi vestido, mis tetas casi se salían cuando me agachaba a realizar un tiro y así mantenía a todos contentos, el que me ayudaba por atrás y los que veían por el frente. A veces los tiros me quedaban complicados y tenía que agacharme de más, al hacerlo sacaba las nalgas y el vestido se me alzaba mucho, si nadie me ayudaba se sentaban en las sillas de atrás para intentar verme el culo, imagino que alguna vez si me lograron ver el comienzo de la panochita con mis poses. Tenía a mis amigos muy felices y yo estaba super caliente, ya tenía varias copas de más, pusieron música movida y uno de ellos me invitó a bailar, me solté el pelo dejando mi calzón en la mesa, bailamos en un rinconcito, yo bailaba muy sexy restregando mis nalgas a él y él obviamente agradecía poniendo su mano en mi vientre sin moverla, así cuando me agachaba sobaba mis tetas, de frente me le restregaba y el metía su pierna entre las mías, mi panochita y su piel solo estaban separadas por la tela de mi vestido y de su pantalón, su verga estaba durísima y al bailar hacíamos movimientos muy eróticos, un vaivén delicioso, si no hubiera tela entre nosotros fácilmente me pudiera ensartar su rica verga. Los demás también bailaban conmigo, a veces uno por uno a veces de dos en dos, ya me metían mano descaradamente, siempre encima del vestido, sobaban mis nalgas, mi puchita, mis tetas, mi vientre, lamian mi oreja, mi cuello y yo tocaba sus vergas encima del pantalón, uno de ellos tenía una muy gorda, muy rica, ya estaba encharcada de abajo, los que han leído mis otros relatos saben que soy una mujer muy olorosa de muchos fluidos, sentía como escurrían mis jugos y como no traía calzones los sentía un poco en mi piel fuera de mi puchita, las escenas ya
eran muy subidas de tono para el lugar por lo que Jorge propuso ir a otro lugar más “íntimo” para seguir la fiesta. Pagaron la cuenta y salimos rápidamente, el lugar estaba bastante lleno y al pasar varios tipos me veían con descaro y otros más atrevidos me rozaban con los dorsos de las manos, me encanta ser el centro de atención así que me movía lo más puta que podía, en eso recordé que había dejado mi calzón en la mesa y les pedí que me esperaran un momento, ya estábamos en la puerta de salida y me regrese de nuevo pero esta vez sola por lo que muchos tipos se atrevieron a más sobre todo al darse cuenta que no decía nada. Al pasar un negro alto me tomó de la cintura y me dijo: Pásale mamita al momento que me daba el paso tenía yo que restregarle mi culo en su verga, uff, que rico, otros se me embarraban, yo estaba realmente caliente y al llegar a la mesa ya estaban sentados dos tipos y estaban tomándole foto a mi calzón, los enfrente y les dije, lo olvidé con cara de pícara. Ellos se quedaron con la boca abierta al ver mi atrevimiento y sin más me los puse frente a ellos que no dejaron de verme la entre pierna, al ponérmelos me embarre todos los flujos que tenía escurridos en mi panochita y eso me calienta mucho, sentirme mojada. Intentaron invitarme una copa pero les dije que algún otro día, insistieron pero me di la vuelta y de nuevo pase por los toqueteos encantadores de desconocidos. Por fin llegué de nuevo a la puerta de salida con mis tres amigos dispuesta a todo, estaba muy caliente y quería, necesitaba una buena cogida. Al entrar al vehículo me abrieron la puerta y me senté atrás con Mario, era una camioneta muy bonita, amplia, avanzaron hacia un motel conocido de la ciudad, en el camino Mario me venía fajando y nos besábamos de lengua muy rico, me metía mano y me sobaba las tetas, ya había bajado parte de mi vestido y me metía mano bajo el sostén, los otros dos estaban ansiosos y decían que se arrepentían de no haberse ido atrás. En un semáforo se nos emparejó otro coche con 3 adolescentes que tocaron el claxon y aplaudieron al verme semi desnuda, todo reimos y ellos sacaban la cabeza de su auto para “ver”, Mario bajo el vidrio trasero y me presumió mientras me dedeaba sobre el calzón empapado, yo mordí mi labio y veía a los otros chicos quienes gritaban “chichis pa la banda” y sin más baje mi sostén y les mostré mis tetas, redondas, paradas, blancas y con mis pezones parados, Mario me hizo a un lado el calzón y me metía los dedos, y ahí estaba yo con mi cara de puta mostrándome a esos adolescentes, antes de que terminara el alto se me ocurrió regalarles mi tanga ya que me había excitado bastante que me vieran de puta, me la saque despacio, me limpié todos mis fluidos y extendí la mano para aventárselas. Ellos agradecieron, la olieron y se la embarraron en el pantalón como cogiéndola, uy, estaba yo muy caliente, Mario también se calentó mucho ya que tenía la verga bien dura y el pantalón le estorbaba, como poseída le desabroché el pantalón y se
la saque a través del bóxer, uy, se veía deliciosa, ya ansiaba una en mi boquita y sin más me agache a darle una mamada súper ensalivada, me la metía hasta adentro mientras él me dedeaba por atrás. Me comí su verga un buen rato, me decía cosas que me excitaban como: que puta eres, Jorge nos había contado de ti pero nunca le creímos, te encanta la verga perrita, me daba nalgadas, me pegaba con su verga en la cara, me jalaba de mis cabellos para meterme su verga completa hasta hacer horcadas, como me encanta eso, sentir una verga hasta adentro de la garganta mientras me insultan, no sé porque me prende mucho que me digan guarradas. Me zafe de su instrumento y sin más me le monté, a él ni tiempo de reaccionar le dio, cuando se dio cuenta ya estaba yo abierta de piernas encima de él intentando meterme su verga en mi puchita, cuando intentó reaccionar dijo: ehhh, espera puta me falta el condón, en ese momento yo ya tenía más de la mitad de su verga a dentro y me movía como putita, solo me agarró las tetas y me jaló hacia abajo ensartándome completa, yo le gemía en el oído diciéndole cosas: que rico papi, cógeme, soy tu puta, ahhh, que grande, así así papi, métemela, ahhh, ay papi, si, si, dámela, estaba realmente muy muy caliente El me respondía dándome nalgadas y diciendo que era una puta: ¿te gusta sentir la leche adentro verdad putita?, estas bien abierta pinche puta, mientras metía un dedo aparte de su verga en mi panochita. Me encanta sentirme llena, el tamaño de su verga gorda más un dedo extra me hacían llegar al cielo, nos movíamos los dos muy rico, eso más la súper calentura que traía hicieron que me viniera por primera vez, ay, que rico, lo recuerdo y se me encharca Gemí como puta, como perra en celo: si papi, lléname de tu lechita, ¡preñame! Soy una puta, me encanta la verga, soy una puta, siiii, asiiii, dame, ahhh, ahhhhh, ahhhhhh, movía me pelvis para meterme aún más todo, el mordía mis pezones fuerte y lamía mis tetas. Eres bien puta, ¿cuantas vergas se ha comido esta panocha tan abierta puta?, no pude responder la pregunta con certeza puesto la verdad es que no sé, pero le respondí algo aproximado sabiendo que le calentaba mi putería: No sé papi, más de mil diferentes tal vez, me encanta coger con desconocidos, que me usen, que me llenen de leche así como tu… El no aguanto más y me inundó literalmente de lechita, sentía una gran gran cantidad de semen, sentía como se inflamaba su verga y me aventaba los chorros de lechita adentro de mi mientras me decía: que puta, eres, que puta eres, te voy preñar zorra, siguió aventándome chorros de leche, conté más de 5, vaya que si venía cargado pensé. Me seguí moviendo encima de él, con él rendido, su tamaño comenzó a encogerse y yo sentía mi pepa jugosa así que me zafé de él, puse mi mano en mi panochita
para no manchar el asiento con el semen que salía de mí, recolecté lo que pude y me lo tragué frente a todos. Los otros dos vieron la escena con lujuria, sus miradas decían todo, los bultos en sus pantalones más. Mierda, dijo Jorge, hay retén adelante, tendremos que rodear, Emilio, que así se llamaba el otro tipo le dijo espera, me paso para atrás mientras, jaja rieron los otros dos. Me senté en medio, Mario tenía la verga de fuera y estaba reposando su venida, Jorge continuó de chofer mientras Emilio me metía mano por mis tetas, me acosté hacia atrás con Mario para limpiar su verga, nunca me ha gustado dejar mal arreglado el lugar de trabajo jaja. Al recostarme sobre Mario de espaldas le entregué todo el frente a Emilio, subí mi piernas sobre él y el me empezó a dedear, al principio se cortó un poco porque sentía la lechita de su amigo, pero luego metía sus dedos y me los daba a lamer y yo gustosa lamía, después comenzó a lubricarme el culito con el semen, me volvió la calentura, tenía el vestido en la cintura, ya no tenía sostén ni calzones por lo que estaba prácticamente desnuda, la verga de Mario comenzó a reaccionar de nuevo y yo la lamía gustosa. En eso sentí en mis piernas una nueva verga, larga, fresca, que rico, la quería adentro, me di la vuelta para mamar la de Mario poniéndome en 4 dándole total libertad al otro que hiciera de mi culito y mi panochita lo que quisiera, él no lo dudó ni un momento, se sacó el pantalón y se acomodó detrás de mí, sacó de un condón pero yo agarre su pito con mi mano y me lo metí de golpe, él se quedó con el condón en la mano mientras yo me movía hacia atrás metiéndome su verga en la panocha. Vaya putita dijo, yo me movía hacía atrás para meterme toda esa verga en la puchita, sentirla, es delicioso, mamando y siendo penetrada es lo máximo, Emilio no duró mucho imagino que por la calentura que ya traía y se derramó dentro de mí, me llenaron de nuevo la panochita de leche rica, yo me sentía llena de adentro de tanta lechita que sacaba. Con su pene aún duro, porque no se le bajo la calentura jalaba semen hacia mi culito y metía la cabeza de su pene en él, que rica sensación, por fin llegamos al motel, Jorge nos dijo, calmaditos que ya llegamos. La camioneta tenía vidrios entintados así que imagino que no se veía mucho de afuera hacia adentro pero aún así nos quedamos sin movernos, yo con la boca llena de pito y con la cabeza de mi amante ocasional dentro de mi culito. Al cerrar la puerta del garaje del motel Emilio me la metió completa por el culito, me tomó de sorpresa por lo que pegué un gritito, ayyy. Rentaron una suite muy linda con alberca en el medio, yo bajé de la camioneta ensartada por Emilio, él era más chaparrito que yo pero hacía pesas por lo que me
cargó sin problemas, me llevó literalmente ensartada de mi culito adentro, los demás rieron por la escena. Al entrar me quite el vestido quedando completamente desnuda y me recargaron en el potro del amor que había en la habitación, Emilio ahora si me dio por el culo bien rico mientras Mario se sentaba en el potro poniendo su verga a la altura de mi boca y tetas por lo que le hice una rusa exquisita, tenía a los dos en el cielo, recibía nalgadas y bofetadas con verga bien rico, estuvimos así unos 5 minutos cuando Jorge suplico porque le dejaran algo mientras se metía a la alberquita. Me zafé de mis machos y caminé hacia Jorge quien me esperaba jalándosela sentado en la alberca, yo me agache a mamársela hasta ponérsela muy dura, me abrí de piernas cosa que me encanta y me la metí en la panochita, me movía encima de él muy rico, en círculos, los otros dos estaban ya dentro de la alberca también sentados jalándosela viendo la escena. Jorge me lamía las tetas y me mordía los pezones, yo gemía como perra en celo en su oído: ¿esto querías papi? ¿Querías tenerme encima de ti como una putita? Cógeme, dame más papi, soy tuya, estoy ardiendo, quiero más. En verdad estaba muy caliente, soy una nena muy muy putita que no se llena fácilmente. Les propuse un juego, quería que me la metieran lo más que pudieran así que el que se viniera me pagaría, todos rieron y estuvieron de acuerdo, de esta manera los monté uno a uno y cuando ellos sentían que se iban a venir me zafaban y me iba con otro, el primero que se viniera tendría que pagar 500 pesos. Pase por todos varias veces, me ponían de espaldas de frente, me la metían por el culo, me dedeaban, me nalgueban, se las chupaba, me golpeaban con su pene, uno por uno me cogían, estuvimos así como 20 minutos cuando Emilio comenzó a bufar dentro de mí, me vas a dejar seco mami, me decía mientras me apretaba las tetas fuerte y yo no dejaba de moverme encima de él y gemirle al oído, se vino bien rico y yo también, me zafé y me pase con otro, así con la pepa llena de lechita, a estas alturas ya no les daba asco simplemente me recibían y me la metían hasta el fondo, además eran amigos, pasé de nuevo por los otros dos y al regresar con Emilio para mi sorpresa aún la tenía muy parada, WoW, ¿dos venidas y aun como fierro? Antes de montarme encima de él le dije que me pagara, señalo su pantalón y al esculcarlo encontré un paquetito de pastillas azules, jaja, descubrí su secreto pero no dije nada, me metí una a la boca con un trago de refresco y le di una a Mario y a Jorge, ellos se dieron cuenta de la pastilla pero lo aceptaron. Ya estaba un poco cansada de cabalgar tanto así que me sequé y me acosté en la cama y les dije que quien quisiera podía pasar a visitarme y así lo hicieron, nuevamente recibí uno a uno pero esta vez yo recostada en la cama, era muy rico y placentero, solo cerré mis ojitos y sentía cuando uno entraba, se estaba un rato, me cogía, se movía me mordía las tetas, me lamia los pezones, me dedeaba y así hasta que se venía dentro de mí, luego se salía y entraba otro más, para mi esa es una experiencia única, me recuerda a la primer vez que hice eso con tres o cuatro
amigos, estaba tomada por eso no me acuerdo muy bien cuantos, jiji, pero me cogieron toda una noche en la prepa, fue delicioso. No sé cuántas veces se vinieron, tal vez 5 o 6 cada uno, pero fueron más las que se metieron en mí, perdí la cuenta pero fueron muchísimas, las pastillas fueron una excelente elección, mi panochita, mi culito y mis tetas ya me dolían pero como buena soldada mientras la lucha siga yo seguía poniendo de mi parte y sobre todo “mis partes” jaja. A veces me daban dos al mismo tiempo o los tres, uno por atrás y otro por delante, ya nadie me besaba eso sí, mi boca debería oler a bastante semen de todo lo que tragaba y chupaba, mi panochita y mi culito eran un poema, escurrían semen, me escurrían por las piernas y mis nalgas, me sentía sucia, usada, una puta en toda la extensión de la palabra. Nos dieron las 5 am, yo me quedaba dormida por ratos y me despertaba una verga en mi panochita, solo sonreía y aprisionaba con mis piernas el hombre que me la estaba metiendo, me tomaron videos, fotos, grabaron mis gemidos, etc. De repente sentí mucho escozor en mi vagina, un ardor rico, y al darme cuenta me estaban metiendo dos vergas en mi panochita, me la abrían muchísimo y eso me calentó de inmediato, gemí como loca, me abrieron las piernas como nunca, sentir dos, es delicioso, me encantó muchísimo, se movían y se apretaban entre ellas y al mismo tiempo hacían una presión muy grande dentro de mí, me vine delicioso, saque muchísimos fluidos, entre el mar de semen que tenía adentro y la extrema calentura que me hicieron sentir con sus dos penes dentro me vine muchísimo. Ahora si estaba agotadísima, mis amantes igual, me quedé profundamente dormida, escuche que se iban pero yo preferí quedarme, se despidieron de mí y me dejaron dinero para el taxi. Me desperté a eso de la 1 de la tarde, me dolía todo, la vagina la tenía hinchada, el culito me ardía, uf, vaya cogidota que me dieron pensé. Me metí a bañar, me vestí nuevamente, no encontré mi sostén, pero si me puse un calzón puesto que siempre traigo en la bolsa. Mi vestido estaba hecho una piltrafa, arrugado y manchado de semen supongo. Pedí un taxi, al verme el taxista me pregunto si estaba yo bien, imaginen mi cara de desvelo y resaca con un vestido en esas condiciones, marcando mis tetas ya que no traía sostén, creo que pensó que me violaron o algo así, jaja, todo de maravilla le dije con una sonrisa pícara. En el camino me venía viendo las piernas y tetas, solo me recosté y deje que mirara, me quería hacer platica pero yo venía muerta y se lo hice saber, solo me dijo, ok, entiendo, hoy estas muy cansada pero ¿me podrás decir cuánto cobras?, la verdad me gustaste, no es muy común encontrar a prostitutas tan buenas me dijo, a lo mejor te marco y nos vemos.
Jaja, hasta puta pensó que era, respondí: 2,500, no me alcanza dijo, pero juntaré este fin de mes. Ni modo, junta y me marcas le dije, vi un marcador de CD debajo de su estéreo, me saqué las bragas frente a él pudo verme todo, apunté mi número en ellas y se las di. Cuando gustes papi, obvio no me cobró la dejada. Me sentía la más puta de todas las putas. Diecisiete años habían transcurrido desde el último verano que Javier pasó en la casa de sus tíos en el campo. Aquel verano había sido especial para el chico, el verano en el que el cumplió trece años, en el que su cuerpo infantil empezó a cambiar, mostrando los primeros vellos púbicos, una época en la que la sensación de ardor en sus partes íntimas se tornaba cada vez más intensa. Fue entonces cuando empezó a desarrollar un nuevo sentimiento hacia su tío; aquel hombre al que él iraba, se convirtió en objeto de secreto deseo para el muchacho. A pesar de que los condicionamientos morales le torturaban, en esa época Javier experimentó una pasión irresistible por el esposo de su tía, por los olores de este, por algún vello que quedaba atrapado en los pliegues de la ropa interior, por los restos de orina y semen que quedaban en el calzoncillo del adulto. Tío y sobrino se reencuentran diecisiete años más tarde, a finales de los noventa. Muchas cosas habían pasado en el país y en la vida de ambos. Javier había dejado atrás al niño tímido que fue, para convertirse en un atractivo joven de treinta años, mientras que a su tío tan solo le faltaba un año para cumplir sesenta. Javier era un hombre recién divorciado de una mujer inglesa, que había conocido durante su último año de estudios en Londres, con la que convivió varios años y que le había dado un hijo de dos años; mientras que el maduro había enviudado, la tía de Javier había fallecido el verano anterior, tras años de lucha contra una grave enfermedad, en los que su tío se había desvivido intentando lo imposible para que se curara, los tratamientos más caros, los mejores especialistas, pero en vano fue su lucha. Su esposa le había dado su mayor riqueza, a su hijo Alfredo, que por aquella época era un adolescente de dieciséis años y desde el fallecimiento de su madre vivía interno en un colegio. El maduro quería lo mejor para su hijo; tras la muerte de su mujer él no podía dedicarle el tiempo que debiera, y por otra parte, no tenía ganas de buscar sustituta a su esposa, así que pensó que la mejor alternativa sería que estudiara en un internado, quería que tuviese una buena formación, que fuese a la universidad. Fue duro para padre e hijo tener que separarse puesto que ambos se adoraban, pero el maduro pensó que si Alfredo seguía en el campo, difícilmente podría centrarse en los estudios; si quería estudiar inevitablemente tendría que volar. Si de mayor deseaba volver y trabajar la tierra de su padre, ya tendría tiempo para hacerlo. Ahora se conformaba con verlo un fin de semana al mes, en
el que él viajaba a la ciudad, y los períodos vacacionales que el chico pasaba en el pueblo. Javier no pudo acudir al entierro de su tía pese al cariño que le profesaba; no era fácil en aquella época desplazarse desde Londres a un pueblo perdido de España y ausentarse del trabajo. Tras su separación decidió poner tierra de por medio e instalarse en España, en Inglaterra dejaba un hijo de dos años al que podría ver siempre que deseara. Pensó que lo mejor para él sería rehacer su vida en su país, y curar las heridas de su separación matrimonial cerca de los suyos. Su profesión de ingeniero y su dominio del inglés le abriría fácilmente las puertas de cualquier trabajo. Antes de empezar a trabajar Javier había decidido pasar unas semanas con su tío en el campo, necesitaba relajarse y cargar pilas, así que no se lo pensó dos veces cuando recibió la llamada de su tío, proponiéndole que pasara una temporada en la finca. La casa era demasiado grande para él tras la marcha de su hijo al internado. Javier volvía a la casa de sus veranos diecisiete años más tarde, multitud de sensaciones se agolpaban en el pecho del joven, nervios, nostalgia, pero al mismo tiempo una tremenda alegría. Mientras hacía el viaje en autobús recordó aquel poema de Machado que tanto le gustaba; tal vez él, al igual que el poeta, volvía a aquella casa buscando una ilusión cándida y vieja. La idea de compartir unos días con su tío, le provocaba sentimientos contradictorios ¿Habría cambiado mucho su tío? Ocho años que no se veían. La última vez había sido en una reunión familiar en la ciudad, en período navideño. A Javier le apetecía compartir con su tío, ayudarlo en las faenas del campo, charlar como dos amigos. Cuando el autobús llegó a la estación del pueblo, allí estaba su tío, esperándole. Este estrechó a su sobrino entre sus brazos y lo besó en la mejilla. Tras meter el equipaje en el viejo todoterreno, iniciaron su viaje hasta la finca del tío, que se encontraba a tres kilómetros del pueblo. Durante el breve trayecto hablaron animadamente, que si estaba cansado, cómo había sido el viaje, si tenía hambre, etc. Mientras, Javier lanzaba furtivas miradas a su tío, se veía mayor, su cabello, antes castaño, era ahora gris, las entradas más pronunciadas, el cabello escaseaba en la coronilla dando paso a una calva considerable en esa zona. Sin embargo, su tío seguía siendo un hombre atractivo, su cuerpo aún era fuerte, robusto, conservaba la misma espalda ancha, el porte erguido, cierto que tenía un poquito de barriga, pero esto, pensó Javier, no hacía más que aumentaba la virilidad de su tío. Observó los brazos del maduro al volante, brazos fibrosos, cubiertos de una espesa mata de vello rizado y canoso, como su cabellera. Su tío seguía con la costumbre de llevar dos botones de su camisa abiertos, y a través de ellos el joven pudo comprobar que el vello que tanto le fascinó de pequeño, se había vuelto canoso y salía ensortijado por debajo de su cuello. Tenía su tío patillas largas y entrecanas, sin embargo la barba la llevaba recién afeitada, olía a aquel “after shave” de siempre. No cabe duda de que su tío era fiel a sus hábitos, camisa a cuadros, vaqueros, old spice después del afeitado. Tuvo la sensación de que nada había cambiado y eso pareció gustarle, puesto que se sentía más seguro.
Al llegar a la casa, fue el tío el encargado de bajar el equipaje del land rover, su orgullo masculino no permitió que su sobrino lo hiciese, parecía quererle demostrar al sobrino, que a pesar de tener cincuenta y nueve años, todavía seguía siendo un macho fuerte que no necesitaba de ayuda. Se dirigió a la habitación donde Javier iba a alojarse durante su estancia en la casa y allí depositó la maleta. Javier recordó que esa era su vieja habitación, la de sus veranos, y con su mirada agradeció a su tío que le alojara allí. -Te dejo para que deshagas tu equipaje y te tumbes un rato a descansar - dijo el tío desde el umbral de la puerta. Javier le sonrió y cuando el tío cerró la puerta, se tumbó en la cama de aquella habitación donde había pasado tantos veranos. Observó durante unos instantes el mobiliario, algunas cosas habían cambiado, pero en esencia, la habitación seguía siendo la misma. Muchos recuerdos se agolparon en su mente, en aquel cuarto había experimentado sus primeras erecciones, desde allí había oído los ruidos provenientes de la habitación de sus tíos cuando estos hacían el amor, en aquel lugar deseó por primera vez a su tío, deseó que este abandonara el lecho conyugal y que entrase en su habitación a hacerle el amor, hubiese deseado ser la hembra de su tío, complacerlo, fundirse con él en aquella cama donde ahora reposaba mirando el techo, donde había eyaculado por primera vez, protegido por una servilleta que evitaba que su lefa adolescente manchara las sábanas. En esos pensamientos estaba Javier, cuando notó que su pene se tensaba dentro del pantalón, y no tuvo más remedio que girare hacia abajo, hasta que el sueño le venció. Eran las siete cuando su tío llamó a su puerta.
¿Has descansado muchacho? No he querido despertarte, necesitabas dormir.
Joder tío, menudo siesta, he estado durmiendo cerca de cuatro horas – dijo Javier mientras miraba el despertador de la mesilla de noche.
Vamos dormilón, te espero en la cocina. Voy a abrir una botella de vino para brindar por nuestro reencuentro.
En unos minutos estoy contigo – respondió el muchacho.
Cuando llegó a la cocina su tío le esperaba con dos copas de vino de la última cosecha.
Quiero ver si aún sigues siendo el mejor viticultor de la zona o has perdido dotes.
Ja, ja yo te voy a decir a ti si he perdido dotes – afirmó el tío dando una palmada a su sobrino en el hombro.
Vamos a brindar, por ti Javier, porque has vuelto a casa.
Por los dos, tío. Brindemos por nuestro reencuentro – afirmó el muchacho.
Ambos se miraron a los ojos y bebieron.
Sabes tío, estoy contento de estar aquí.
Yo también Javier, yo también
El maduro se acercó a su sobrino estrechándolo entre sus brazos. Quería demostrarle lo feliz que se sentía de tenerlo de nuevo en casa. Sentir los brazos cálidos y fuertes de su tío alrededor de su cuerpo hicieron que el corazón del joven latiera aún más. Javier sintió su pecho amplio junto al suyo, eran prácticamente de la misma estatura, tal vez su tío fuese un par de centímetros más alto que él y de complexión más fuerte. Las mejillas de ambos permanecieron juntas. Javier sintió la barba afeitada de su tío, su olor a old spice y el maduro pudo sentir la barba dos días del joven. Los viriles de ambos aban a través de la tela del pantalón, vaqueros los de su tío y de tela fina los de Javier. El miembro de Javier fue el primero en despertar, no estaba erecto, pero era perceptible a través de la fina tela del pantalón. - Joder, cómo pica la barba del niño- dijo el tío riendo y retirando la cara, evitando así que el abrazo de ambos se prolongara por más tiempo. - Vamos a cenar, que debes estar muerto de hambre Javier. Durante la cena hablaron de lo divino y de lo humano, de lo que habían hecho durante estos años, evitaron la enfermedad de la tía, y la conversación se prolongó en el salón, ante una copas de brandy que el tío guardaba para ocasiones especiales, y brindaron de nuevo, esta vez brindaron sentados en el sofá del salón, y como único testigo una televisión de fondo a la que nadie hacía caso. - Joder tío, creo que he bebido mucho y estoy algo mareado. - Aún eres muy joven para beber, muchacho- dijo el maduro riendo. - Que tengo treinta años- dijo Javier fingiendo estar molesto por la observación de su tío. Rieron los dos. El tío agarró del brazo al sobrino y lo atrajo a su lado. - Vaya el niño se emborrachó, seguro que aún tienes cosquillas. El tío comenzó a hacer cosquillas a su sobrino , como cuando era pequeño. El joven intentaba zafarse de los fuertes brazos de su tío, pero no lo conseguía, mientras
reía a carcajadas. En ese juego infantil, el cuerpo de su sobrino quedó bajo el de su tío. Mientras este hurgaba sus axilas, Javier se retorcía de risa como cuando era pequeño. - Para tío, te aprovechas porque estoy borracho- balbuceaba Javier sin poder evitar la carcajada. El tío siguió con el juego, esta vez introduciendo sus manos por debajo del polo del sobrino, primero por su vientre liso, subiendo hasta llegar a su pecho, en el vientre su sobrino tenía una ligera pelusilla, pero pudo comprobar que el pecho estaba poblado de vello más espeso y lacio. - Sobrino ¿ desde cuándo tienes pelos?- interrogó el tío riendo. - Joder tío, tengo treinta años. El tío continuó sin retirar la mano, pero ya no le hacía cosquillas, estas se habían transformado en caricias de un tío que estaba descubriendo el cuerpo de su sobrino. Al joven, pese a sus estado de embriaguez, le complacía sentir las fuertes manos encallecidas del adulto sobre su pecho. Abajo los penes de ambos parecían interesarse por el asunto. De repente al tío le entró miedo y retiró la mano. - Sobrino creo que te vendría bien dormir la borrachera, te llevo a tu cuarto. - Ahora quiero comprobar yo si tú tienes cosquillas, es mi turno- dijo Javier riendo. Sin pensarlo dos veces Javier empezó a hacer cosquillas a su tío por las axilas, los costados, la barriga, mientras ambos reían. No era su tío hombre de cosquillas. - Ríndete sobrino, no tengo cosquillas. - Veremos si tienes o no - dijo el sobrino riendo. Esta vez fueron las manos del sobrino las que se adentraron debajo de la camisa del tío. Pero en lugar de hacerle cosquillas, aprovechó para tocarle el cuerpo, acariciarle el vello del vientre, ascender por el pecho donde el pelo se hacía denso y rizado, pasarlas por encima de los pezones, llegar hasta las axilas. Mientras, el adulto facilitaba la tarea extendiendo los brazos. El tío sonreía y dejaba hacer a su sobrino. Javier a pesar de su estado de embriaguez disfrutaba de lo que estaba haciendo. Por su parte el pene del tío comenzaba a moverse dentro del pantalón. Javier sin dejar de mirar a su tío volvió a bajar por el pecho, por la barriga, por el ombligo e incluso se atrevió a traspasar con dos de sus dedos la barrera del cinturón, llegando a tocar un vello más crespo que el que había tocado hasta el
momento, el del pubis. Mientras, el pene de su tío estaba en estado de total erección dentro del pantalón. Tal vez por las risas, los nervios del momento, el licor tomado, a Javier le entraron arcadas, para el tío fue la señal justa para parar. Su sobrino estaba ebrio, seguro que estuviera sobrio, no se hubiera atrevido a acariciarle de aquella forma, tal vez mañana se arrepentiría, así que mejor dejarlo así. -Vamos Javier, necesitas irte a la cama, menuda borrachera has cogido. El tío cogió a Javier y lo llevó a la habitación como pudo, el joven no ayudaba ya que su estado de embriaguez le impedía mantener el equilibrio. Cuando lo depositó en la cama, procedió a desnudarlo para que así pudiera dormir mejor. Le quitó el polo, luego los vaqueros, los calcetines, las zapatillas deportivas y lo depositó entre las sábanas de la cama. Mientras hacía esto, el maduro que había perdido parte de su erección comprobó que su sobrino se había convertido en un buen mozo, tal vez un par de centímetros más bajo que él, 1’73m, unos 75kilos, de piel blanca, cabello castaño claro, nariz perfilada, boca pequeña, bonita sonrisa, dentadura perfecta, vello castaño claro en el pecho, pelusilla por las barriga, piernas mucho más fuertes que brazos, cubiertas también de vello castaño, manos finas de estudiante. Cuando el tío estaba a punto de abandonar la habitación de Javier, este abre los ojos, y le pide que no lo deje solo, que se quede con él, que le duele la cabeza y que está mareado. Su tío no puede negarse, sabe que el muchacho no está bien. Va a buscarle un vaso de agua y al regresar, se encuentra a Javier roncando. - Mejor- piensa el tío- así podrá descansar y recuperarse. No es buena idea dejarlo solo esta noche en tal estado, el chico no está acostumbrado a beber. El maduro se desnuda, desabotona su camisa, prosigue con el pantalón, calcetines, y se mete en la cama. Ocupó el lado libre que Javier dejaba en el lecho. Le tranquilizó pensar que su sobrino dormía profundamente, pues emitía suaves ronquidos. Pasado un tiempo, cuando el hombre ya había logrado conciliar el sueño, sintió como el cuerpo de su sobrino se aproximaba al suyo, el maduro acostumbraba a dormir boca arriba y notó como el muchacho se acurrucaba contra él, buscando el calor de sus pies y de su pecho, el hombre entendió que el joven tenía frío y pasó su brazo por debajo del cuerpo del muchacho atrayéndolo hacia él. Una de las manos del sobrino fue a parar sobre el pecho del tío, allí permaneció inerte, al mismo tiempo que colocó su rodilla izquierda sobre el calzoncillo del hombre. Todo esto provocó una tremenda erección, ya olvidada, en el sexo de su tío. A pesar de su mente fría, la excitación del maduro era máxima. Así, que dándose vuelta en la cama, se colocó frente hacia su sobrino; este seguía durmiendo; sin pensarlo dos veces, lo atrajo contra su pecho, la respiración de ambos se confundía, el maduro en penumbra buscó los labios de su sobrino y los
besó suavemente sin atreverse a introducir la lengua, abajo su sexo se tensaba en el calzoncillo. La situación empeoró cuando de repente el sobrino, buscando el calor del tío, introdujo una de las manos por la abertura de aquellos calzoncillos blancos . Tras minutos así, sin que ninguno de ellos se moviera, el maduro notó como su pene se agitaba de forma loca, sin que él lo tocara, no pudo evitar eyacular, y se derramó dentro del calzoncillo, la mano del sobrino continuó allí recibiendo gran parte de esa ducha de semen. Al día siguiente, cuando Javier despertó, se encontró solo en la cama, sabía que su tío acostumbraba a madrugar, le extrañó sentir algún tipo de crema que pringaba sus manos, las olió y supo que era semen. ¿Era su lefa? ¿Había tenido algún sueño erótico? o tal vez ¿era la leche de su tío? En la cama una gran mancha de semen testimoniaba que alguien había gozado la noche anterior. Hola, mi nombre es Perla, y esto que les relato es verdad, mi pareja y yo habiamos fantaseado con hacer un trio, solo que no nos decidiamos por como invitar a alguien mas, asi que sin planearlo sucedio. Era Diciembre, y las reuniones del trabajo de mi pareja no se hicieron esperar, su Jefe siempre fue muy atento y amable, en cada reunion nos atendia de lo mejor y me hacia piropos me me ponian un poco caliente, yo planeando un poco, le comente a Pablo (asi llamare a mi pareja para hacerlo mas intimo), que su Jefe no estaba de mal ver que si lo invitabamos a casa seguro lo convenceria de que participara con nosotros en nuestra fantasia; el no muy deacuerdo acepto, ya que pensaba que ua relacion con alguien tan cercano traeria problemas, asi que preparamos todo para una cena en casa e invitamos a Mario. Ese dia yo prepare una cena ligera, no queria que estuvieran muy llenos para poder disfrutar el postre, yo me prepare de la mejor manera, bañe mi cuerpo con una jabon perfumado que dejo mi piel suave, depile cada rincon de mi cuerpo para hacerlo mas sensual, y prepare un hermoso juego de lenceria que habia comprado expresamente para ese dia, era una diminuta tanga de color negro que hacia juego con un bra y un liguero de color negro, unas medias que llegaban a mi muslo, con un encaje en el resorte, y para cubrirme un delgado vestido de color Rojo, que se cruzaba por el frente y se amarraba solo con un liston del mismo color, cuando ellos llegaron Mario no pudo disimular su agrado hacia mi vestimenta, la cena paso sin mucha sorpresa, mas que las miradas curiosas de Mario hacia la abertura de mi vestido mostrando parted e mi pecho y el encaje de mi ropa interior, durante esta hablamos de la libertad y de lo rico que es llevar a cabo nuestros deseos y fantasias, que lo mejor que una pareja puede dar es la libertad de disfrutar los placeres del sexo, sin inhibiciones y con toda la seguridad de pasarlo bien, Mario le dijo a Pablo, lo afortunado que era de tener una mujer como yo, tan abierta y complasciente, a lo que pablo le dijo que era reciproco que no podia ser de otra manera, que yo le permitia libertades y que el tambien me permitia gozar como yo quicieray con quien quisiera, Mario solo se puso muy nervioso ante la confesion de Pablo, y solo atino en levantarse e ir al baño para no mostrar la ereccion que este comentario provoco. (esto lo supe por que en ese momento estaba en la cocina y
los deje solos, claro que Pablo me lo conto, y justo cuando yo regresaba vi a Mario correr hacia el baño tratando de cubrir su enorme paquete que ya se mostraba bajo su pantalon. Cuando regrese a la sala le indique a Pablo que buscara un pretexto para dejarme a solas con el y convencerlo de lo que queriamos hacer. Pablo sube la habitacion con el pretexto de buscar una pelicula que queria ver, y yo aprovecho para colocarme en la sala y acomodarme de tal manera que la liga de mis medias pudiera vers, habro aun mas el escotey espero a que salga Mario, el llega y me debora con la mirada, y me pregunta que donde estaba Pablo, le comento a donde se fuey el se sienta a mi lado me pone una mano en mi rodilla y me dice que lo disculpe pero que lo tengo muy excitado y que lo mejor sera irse, antes de que ocasione un problema, yo coquetamente le sonrio y le doy un beso en los labios, y le digo que no se preocupe que nosotros no tenemos ningun problema con que alguna otra persona se excite al vernos, le tomo su mano y la desliso por mis piernas para que las acaricie mejor, el empieza a sudar y no deja de voltear hacia la escalera, nervioso de que regrese pablo, en ese momento me grita que donde habia dejado su caja de peliculas a lo que yo respondo que esta en el armario, pero que tendra que sacar la mayor parte de las cosas, ya que esta hasta el rincon, y le pido que se tome su tiempo par aque no me haga reguero,. Aprovechando esto beso nuevamente en la boca a Mario y habro mis piernas para dejar que su mano llegue hasta mi chochito mojado, el cual el no tarda en llegar y en tocar por encima de mi tanga, definiendo con sus dedos el fino encaje que cubre mi tesoro, escuchamos que Pablo ya viene hacia la sala y yo le grito que por favor baje una frazada, ya que el frio me comienza, (cual frio si estaba que me derretia de calor al sentir las manos de este hombre recorrer mi cuerpo por primera vez), Pablo baja y nos acomodamos en el sillon grande Pablo de un lado, Yo y Mario del Otro, inicia la pelicula y apagamos la luz, me tapo las piernas con la frazada y finjo sentir mas frio, me cubro el cuerpo y me acomodo pegando mi cuerpo al de Mario, con el pretexto de que en esa posicion veo mejor la tv. debajo de la frazada llevo mi mano a la entrepierna de Mario y comienzo a sobarla, hasta sentir que no podia mas y que estaba a punto de romper su pantalon, le bajo discretamente el cierre y le pido a Pablo que ponga pausa y que nos prepare unos tragos, el se va hacia la cocina y yo aprovecho para levantarme y frente a Mario quitarme la tanga, metindola dentro de mi vagina y mojandola por completo de mis jugos, se la entrego en la mano, no sin antes pasarla por su nariz, el solo la guarda ya que Pablo viene de regreso con los tragos, despues de un brindis continuamos en nuestras posiciones, ahora es el quien lleva su mano hacia mis pechos y disimuladamente comienza a acariciarlos por debajo de la frazada, Pablo parece mas interesado en la Pelicula que en lo que pasa a un lado de el, por lo cual yo saco el miembro de Mario y lo comienzo a masturbar con mi mano, mientras con la otra busco la mano de Pablo, la situacion me tenia mas que caliente, yo ya no soportaba mas, Pablo seguia metido en la Peli, asi que e meti bajo la frazada y tome con mi boca el erecto pene de Mario que ya derramaba liquido preseminal, el cual yo trague y saborie con mi lengua haciendo que Mario pusiera los ojos en blanco, me desate el vestido y quede con mi liguero y bra, mamando ese rico falo que me sabia a gloria, de repente Pablo reacciono y me vio con la boca ocupada, a lo que el solo atino a decir " no me invitan ", y ni tardo ni peresoso comenzo a besarme el trasero el cual yo habia colocado a unos centimetros de el totalmente enpinada en el miembro de Mario, lo estaba gozando tanto la lengua de Pablo
jugaba con mis agujerosy me hacia gemir de placer, lo cual no se escuchaba ya que tenia la boca llena del pene de Mario quien en ese momento me desabrochaba el bra para dejar al aire mis preciosas tetas, estaba que no lo soportaba deseaba con ansia meterme una de esa dos ricas vergas que tenia cerca en mi y no pude mas que supicarle a Pablo que me Penetrar.......................... Bueno los dejo en este momento, ya que el solo hecho de recordarlo me ha puesto tan caliente que voy a desquitarme con lo primero que encuentre, pronto sbran mas de mi besos Perla