Impacto Ambiental de las Prácticas de Cosecha Forestal y Construcción de Caminos en Bosques Nativos Siempreverdes de la X Región de Chile
ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACION Roma, 1995
ESTUDIO MONOGRAFICO DE EXPLOTACION FORESTAL Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no implican, de parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites.
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Indice
Agradecimientos Prefacio Resumen 1 INTRODUCCION 2 ANTECEDENTES GENERALES 2.1 Localización del área de estudio 2.2 Regulaciones al sector forestal en Chile 2.2.1 Legislación forestal actual en relación a bosques nativos 2.2.2 Nueva Ley de Bosque Nativo 2.2.3 La ley sobre Bases del Medio Ambiente 2.3 Recurso forestal nativo de la X Región 2.4 Producción del bosque nativo de la X Región 3 PLANIFICACION DE LA COSECHA 3.1 Planificación de largo plazo 3.1.1 Clasificación de terrenos en clases de fragilidad 3.1.2 Análisis del transporte 3.1.3 Evaluación financiera 3.2 Planificación operacional 3.2.1 Elementos disponibles 3.2.2 Trazado de caminos y localización de canchas 3.2.3 Espaciamiento entre canchas 3.2.4 Dirección de volteo y planificación de vías de saca 3.2.5 La selección del equipo de cosecha 3.2.6 istración 3.2.7 Mano de obra 4 INGENIERIA DE CAMINOS 4.1 Accesibilidad en bosques nativos 4.2 Planificación de la red de caminos 4.3 Características de diseño de los caminos
4.3.1 Pendiente longitudinal 4.3.2 Curvas horizontales 4.3.3 Perfil transversal. Ancho de calzada y ensanches 4.4 Construcción de caminos forestales 4.4.1 Trazado de caminos 4.4.2 Desmonte y estacado 4.4.3 Movimiento de tierras 4.4.4 Obras de drenaje 4.4.5 Estabilización de calzadas 4.4.6 Mantenimiento 4.4.7 Resumen de costos 5 COSECHA 5.1 Métodos de corta, tipo forestal siempreverde 5.1.1 Corta final con método a tala rasa 5.1.2 Corta final con método de selección 5.1.3 Método de Cortas de Protección 5.1.4 Cortas intermedias 5.2 Sistema de cosecha 5.3 Tala 5.4 Madereo 5.4.1 Madereo con Tracción Animal, bueyes 5.4.2 Madereo Mecanizado 5.4.3 Torre de madereo 5.4.4 Resumen de costos puesto cancha de acopio 5.5 Carguío y transporte mayor 5.5.1 Carguío y operaciones en cancha 5.5.2 Transporte 5.6 Enriquecimiento o plantación 5.7 Aspectos sobre recurso humano 5.7.1 Fuerza de trabajo del sector forestal 5.7.2 Salarios típicos e incidencia en los costos de producción 5.7.3 Campamentos 5.7.4 Seguridad 6 DESCRIPCION AMBIENTAL DE LA X REGION 6.1 Medio ambiente físico afectado 6.1.1 Geomorfología 6.1.2 Clima 6.1.3 Suelos
6.1.4 Hidrología 6.1.5 Aire y Ruidos 6.2 Medio ambiente biológico afectado 6.2.1 Flora y Vegetación 6.2.2 Fauna 6.3 Ambiente socio económico 6.3.1 Uso del paisaje 6.3.2 Sectores productivos 6.3.3 Infraestructura 7 IDENTIFICACION Y VALORACION DE IMPACTOS 7.1 Metodología de análisis ambiental 7.1.1 Metodología general 7.1.2 Evaluación de impactos 7.2 Principales impactos sobre el ambiente físico 7.2.1 Suelos 7.2.2 Hidrología 7.3 Efectos sobre el ambiente biológico 7.3.1 Vegetación 7.3.2 Fauna 7.4 Efectos sobre el ambiente social 7.4.1 Cambios en el uso del paisaje 7.4.2 Aspectos socioeconómicos 7.5 Cantidad, calidad y manejo de las emisiones 7.5.1 Residuos asimilables a los urbanos 7.5.2 Residuos inertes 7.5.3 Residuos tóxicos y peligrosos 7.5.4 Volumen total de los residuos 7.5.5 Manejo de los residuos 7.6 Valoración de impactos 7.6.1 Evaluación de impactos al componente suelo 7.6.2 Evaluación de impactos al componente agua 7.6.3 Evaluación de impactos al componente vegetación 7.6.4 Valores de impacto ambiental para el componente fauna 7.6.5 Evaluación del componente socioeconómico 7.6.6 Evaluación global
8 TECNOLOGIA DE COSECHA APROPIADA PARA UN MANEJO SUSTENTABLE DEL RECURSO FORESTAL NATIVO 8.1 Planificación integral de la cosecha 8.1.1 Clasificación de los terrenos por fragilidad 8.1.2 Planificación de vías de saca 8.1.3 Empleo de torres de madereo 8.1.4 Construcción de caminos ajustada a áreas frágiles 8.1.5 Estabilización de taludes 8.1.6 Cumplimiento de los planes de manejo 8.1.7 Otras medidas para mitigar los impactos 8.2 Establecimiento de zonas protegidas 8.3 Nivel de empleo y programas de capacitación 8.4 Mejoramiento de las condiciones de vida 8.5 Monitoreo e investigación 9 CONCLUSIONES 10 BIBLIOGRAFIA
Agradecimientos La Subdirección de Explotación y Transporte de la FAO desea agradecer de manera particular al autor de este estudio, Sr Jorge Gayoso Aguilar, Profesor de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Austral de Chile. Este estudio monográfico es un esfuerzo de colaboración conjunta entre la mencionada Facultad y esta Subdirección. El trabajo fue realizado bajo el marco conceptual para la investigación de tecnologías de explotación forestal que respetan el medio ambiente para el aprovechamiento sostenible de bosques tropicales, un programa que la FAO inició en 1990. Los trabajos sobre el terreno se realizaron principalmente durante 1994 tanto en condiciones de verano como de invierno. Durante la ejecución de este trabajo tuvo importancia la participación de Timo Korhonen, Oficial Profesional Asociado de la FAO y de Kicki Johansson de la División de Actividades Industriales de la Oficina Internacional de Trabajo, quienes contribuyeron a la recolección de información y al examen de las diferentes situaciones que se presentaron. También se agradece el interés y el apoyo al proyecto demostrado por Torsten Frisk, Oficial Regional Forestal, Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. Se reconoce especialmente la colaboración de las empresas forestales que proporcionaron información con respecto a sus operaciones y dieron las facilidades para observar sus actividades y tomar datos en sus explotaciones, en particular a Forestal Tornagaleones Ltda., EMASIL S.A., Terranova S.A., Forestal Los Lagos S.A., Bosques y Maderas S.A., INFOREST S.A., Cabildo S.A. y Forestal Mininco S.A.. Se dan las gracias también a los profesionales Roberto Krauss, Jorge Contreras, Carlos Amstein, Boris Castillo por los valiosos comentarios y por haber facilitado la toma de datos en sus respectivas empresas. Por último se desea agradecer la colaboración de todos aquellos que de una u otra manera han contribuido a hacer posible este trabajo, en particular a los Sres Gustavo Torres, Yenny Martínez, Juan Carlos Carracedo, Gabriel Rodríguez y Víctor Morales, asistentes del Prof Gayoso, que lo han apoyado con paciencia y buena voluntad. Rudolf Heinrich, Jefe Subdirección de Explotación y Transporte Forestales FAO
Prefacio Este es uno de los estudios monográficos realizados por la Subdirección de Explotación y Transporte Forestales de la FAO que tiene por objeto promover las prácticas forestales sostenibles que respetan el ambiente en los bosques naturales y en las plantaciones forestales. El objetivo principal de estos estudios es documentar operaciones exitosas que tengan el potencial de mejorar la utilización forestal, reducir el despilfarro de los recursos forestales y minimizar los impactos ambientales asociados a las operaciones de explotación forestal. Este informe documenta las operaciones forestales que comprenden sistemas y técnicas de cosecha, transporte y construcción de caminos forestales en bosques siempreverdes de la X Región de Chile y evalúa el impacto negativo de las cosechas y de la construcción de caminos forestales sobre el medio ambiente. En base a la literatura existente, las revisiones, las observaciones a nivel de campo, los estudios monográficos, así como a las regulaciones vigentes en Chile, se hacen sugerencias para: mejorar el aprovechamiento de los bosques y para reducir desperdicios, disminuyendo así el impacto que las operaciones forestales tienen sobre los rodales, suelos y terrenos. También se incluyen proposiciones para el uso de sistemas y tecnologías más apropiadas que tomen en cuenta la participación de las poblaciones locales. Tales sugerencias están en conformidad con los principios enunciados en el código de la FAO para las prácticas de explotación forestal que tiene como objetivo promover la utilización de métodos y sistemas de explotación que respetan el medio ambiente en apoyo a la ordenación y al desarrollo forestal sostenibles. Esta es una pequeña contribución como respuesta al Plan de Acción de la Declaración de Río, Agenda 21, Capítulo 11, que contiene las siguientes áreas prioritarias: A. Mantenimiento de las múltiples funciones de todos los tipos de bosques, tierras forestales y regiones forestadas. B. Aumento de la protección, ordenación sostenible, y conservación de todos los bosques y aumento de la cubierta vegetal en las tierras degradadas, mediante la rehabilitación, la forestación, la reforestación y otras técnicas de restauración. C. Promoción de métodos eficaces de aprovechamiento y evaluación para recuperar el valor íntegro de los bienes y servicios derivados de los bosques, las tierras forestales y las tierras arboladas. D. Establecimiento o fortalecimiento de la capacidad para la planificación, la evaluación y la observación sistemática de los bosques y de los programas, perspectivas y actividades conexas, incluidos el comercio y las operaciones comerciales. Detrás de la tapa de la publicación figura una lista de estudios monográficos que fueron publicados hasta la fecha en las series de Estudios Monográficos de Explotación
Resumen Este trabajo comprende dos aspectos principales. Primero recoge lo esencial de las actuales practicas de cosecha forestal y construcción de caminos en bosques siempreverdes de la X Región de Chile, describiendo los métodos, la organización del trabajo, la productividad de los sistemas y costos referenciales. Una segunda parte presenta una evaluación cualitativa del impacto ambiental de estas faenas de cosecha sobre los diferentes componentes del medio ambiente natural e incluye una proposición de medidas y tecnologías mejoradas para mitigar los impactos negativos de las operaciones de cosecha y construcción de caminos forestales sobre el medio ambiente. Esto, sobre la base de un análisis descriptivo, una revisión bibliográfica, información de empresas, la observación de operaciones y la experiencia del autor en estudios de casos. Además el análisis general hace referencia a las regulaciones a las que están sometidos en Chile este tipo de proyectos de cosecha forestal y comprende una descripción general del ambiente afectado en el área de estudio. Las acciones de cosecha forestal que generan mayor impacto sobre el medio ambiente son las cortas a tala rasa, la construcción de caminos y el madereo terrestre en temporada húmeda. Los principales impactos negativos identificados sobre el medio ambiente natural se refieren a la reducción de la superficie cubierta por los bosques siempreverdes y la progresiva degradación de los mismos (entre otros, la reducción del número de especies nativas, el aumento de malezas alóctonas invasoras, alteración de la composición florística y su estructura, la reducción de Sinusias epifíticas). Como consecuencia de la destrucción del habitat se percibe la afectación de la fauna de mamíferos mayores y algunos vertebrados identificados como En Peligro, Vulnerables y Raros. En cuanto al medio ambiente físico los principales impactos son la compactación, la remoción y la erosión del suelo, con la consecuente alteración de la calidad físico química de las aguas. Desde el punto de vista socio económico, persiste en tomo a las cosechas de bosque nativo un bajo nivel de empleo de la mano de obra local, insuficiente nivel de capacitación, en general bajas condiciones del nivel de vida y seguridad de los trabajadores y sus familias y, mayor presión sobre las infraestructuras públicas de comunicaciones, educación y salud. Sin embargo, no todo es negativo especialmente si se observa el mayor crecimiento de la actividad económica en general y el aumento de los puestos de trabajo. Además, los niveles de impacto no son aún extremos y se está a tiempo para introducir técnicas ambientalmente más apropiadas. El ordenamiento territorial, la tipificación de los terrenos forestales en niveles de fragilidad potencial a la degradación por procesos de cosecha, el mayor empleo de las torres de madereo y, la aceptación de regulaciones o código de prácticas de cosecha asociado a esas fragilidades ayudarán al manejo sustentable de este recurso.
1 INTRODUCCION A pesar que en los últimos diez años la práctica forestal en Chile ha tenido un fuerte desarrollo a nivel nacional, se mantiene una marcada diferencia entre las cosechas de bosques de plantación y las efectuadas sobre el bosque nativo. En las primeras ha habido una mejoría substancial en los últimos años en cuanto a la planificación estratégica, la construcción de redes de caminos permanentes, el estudio e incorporación de nuevas tecnologías, la mecanización de las faenas, la mantención de los niveles de producción en la temporada húmeda y el aumento en los niveles de productividad, un mejor desarrollo de la seguridad y calidad de vida del trabajador forestal, y cierto interés por cuidar la productividad de los sitios y el ambiente en general. Esta evolución no ha llegado en la generalidad al bosque nativo, el que mantiene por décadas una cosecha tradicional preferentemente selectiva con una mecanización parcial de sus procesos, ausencia o bajo nivel de planificación de mediano y largo plazo, insuficiente accesibilidad por caminos tanto en cantidad como en calidad, bajo nivel de las condiciones de vida del trabajador forestal, ausencia de información técnica y de costos de los procesos, además de incierto manejo silvicultural post cosecha. Todo lo que ha conducido a una degradación de los bosques con el consecuente impacto sobre los diferentes componentes ambientales (Fuentes, 1994). Se suma al efecto generado por la cosecha con fines industriales, los 6,1 millones de m3 de consumo de maderas nativas con fines energéticos y en años recientes la utilización del bosque nativo para la producción de astillas destinadas al mercado internacional de la pulpa (CORMA, 1994b). Las diferencias llegan también al interior de las cosechas del bosque nativo siempreverde, especialmente en cuanto al nivel tecnológico que aplican las empresas forestales en relación a las limitadas posibilidades de los medianos y pequeños propietarios, o según la cosecha se practique en bosques propios o de terceros. Esto significa que las técnicas de cosecha son heterogéneas y no se ha desarrollado una solución de común aceptación. Por otra parte, entre los silvicultores existe conciencia que los bosques templados siempreverdes son un recurso limitado a nivel mundial y manifiestan preocupación por el deterioro y destrucción de los bosques nativos, así como la sustitución por monocultivos (CONAF, 1994f). Así han surgido algunas agrupaciones en su defensa o para promover el manejo sustentable de este recurso y divulgar información científica. Otros más conservacionistas, proponen suspender las cosechas mientras no se disponga de bases científicas suficientes para hacer una silvicultura sustentable, la actual sería escasa y discordante (CONAF, 1994c). La discusión de la cosecha de los bosques nativos ha alcanzado a sectores de la opinión pública, quienes han cuestionado recientemente proyectos de cosecha forestal sobre áreas cubiertas de bosque nativo por las implicancias ambientales que ellos tendrían en su realización. Aún cuando la ley de Medio Ambiente no ha entrado en vigencia, algunas empresas ya han decidido en forma voluntaria realizar algunos estudios sobre el impacto ambiental de sus proyectos (Meneses et al, 1992; INFOR, 1990 y 1991; CONAF, 1994i; Meneses y Gayoso, 1995). Estos estudios de impacto ambiental han tenido por objetivo la identificación, predicción e interpretación de los potenciales impactos relevantes que los proyectos forestales producirían sobre el medio ambiente físico, biológico y social en caso de ser ejecutados, así como la previsión, corrección y valoración de los mismos.
Si bien estos trabajos aún no tienen el desarrollo de los grandes estudios que se realizan en países industrializados, han servido para identificar los problemas principales, tomar conciencia de la necesidad de estudios acabados de línea de base, buscar técnicas de cosecha mejoradas con la finalidad de generar un menor impacto al medio ambiente y propender al manejo sustentable del recurso forestal. Este trabajo tiene por objeto ayudar a recolectar información dispersa y sistematizar su ordenamiento bajo una misma perspectiva de análisis. En síntesis recoge lo esencial de las actuales prácticas de explotación forestal y construcción de caminos en bosques siempreverdes de la X Región de Chile. Esto, sobre la base de un análisis descriptivo, una revisión bibliográfica, información de empresas y la observación de operaciones. Además se presenta una evaluación cualitativa del impacto ambiental de estas faenas sobre los diferentes componentes del medio ambiente e incluye una proposición de medidas y tecnologías mejoradas para mitigar los impactos negativos de las operaciones de cosecha y construcción de caminos forestales sobre el medio ambiente. Para efectos de este estudio el análisis se ha centrado en las cosechas que se consideran tradicionales y más frecuentes, practicadas por las empresas forestales de la X Región.
2 ANTECEDENTES GENERALES
2.1 Localización del área de estudio 2.2 Regulaciones al sector forestal en Chile 2.3 Recurso forestal nativo de la X Región 2.4 Producción del bosque nativo de la X Región
2.1 Localización del área de estudio El área de estudio comprende los bosques siempreverdes que se distribuyen por toda la X Región de Chile, la que se extiende entre 39° y 42°30' latitud Sur a lo largo de unos 230 kilómetros, entre el océano Pacifico y la cordillera de Los Andes, ocupando una superficie de 7,3 millones de hectáreas, figura 2.1. Si bien las observaciones de terreno se concentran en nueve sitios principales, con la ayuda de la revisión de literatura se intenta cubrir las situaciones más comunes y representativas de la cosecha de este tipo forestal en la X Región, cuadro 2.1. Figura 2.1 Ubicación del bosque del tipo forestal siempreverde en la X Región de Chile. Fuente: Donoso (1989).
Cuadro 2.1 Identificación de las áreas de muestreo en la X Región Comuna
Ubicación
Altitud m.s.n.m.
Microregión climática
Coordenadas geográficas
Pilmaiquén
Panguipulli
CAN
1100
1007
71°53'-39°48' (*)
Putraique
Los Lagos
CAN
600
1007
72°28'-39°53'
San Juan
Los Lagos
CAN
600
1007
72°26'-39°55'
Chaihuín
Corral
CCO
300
1023
73°24'-39°57'
La Esperanza
Futrono
CAN
600
1007
72°07'-40°05'
Rucatayo
Entrelagos
CAN
600
1007
72°24'-40°35'
Rupanco
Puerto Octay
DI
150
1008
72°30'-41°02'
Lugar
Llahuecha
Puerto Montt
Tepuhueico Chonchi
DI/CAN
200
1007
72°39'-41°24'
CCO/TM
300
1026
74°00'-42°50'
CAN = Cordillera de Los Andes; DI = Depresión Intermedia; CCO = Cordillera de la Costa; TM = Terrazas marinas; m.s.n.m = metros sobre nivel del Bar (*) se incluye aunque corresponde al tipo forestal Coigüe-Raulí-Tepa, dado que el tipo de corta de protección y sistema de cosecha es similar al siempreverde
2.2 Regulaciones al sector forestal en Chile
2.2.1 Legislación forestal actual en relación a bosques nativos 2.2.2 Nueva Ley de Bosque Nativo 2.2.3 La ley sobre Bases del Medio Ambiente
En los párrafos siguientes se anotan sólo aquellos aspectos que se consideran esenciales para la comprensión de las prácticas actuales de cosecha en los bosques naturales siempreverdes de la X Región de Chile.
2.2.1 Legislación forestal actual en relación a bosques nativos La legislación forestal en Chile comprende dos leyes, la Ley de Bosques de 1931 y la Ley de Fomento Forestal de 1974. i) Ley de Bosques Esta Ley prohibe la corta o destrucción de bosques nativos que cumplan una función de protección de suelos y aguas, esto es en las proximidades de vertientes, cursos de agua y terrenos con pendientes superiores a 45 por ciento. Por ejemplo, prohibe la corta de árboles y arbustos nativos situados a menos de 200 metros a lo largo de las orillas de cursos de agua permanentes desde su origen hasta el plano. Sin embargo, estas prohibiciones no son absolutas ya que puede solicitarse cortas en dichos sectores por causa justificada y previa aprobación de un Plan de Manejo. De hecho en la práctica actual no se hacen exigibles y la nueva legislación reducirá la prohibición de corta de bosques y matorrales nativos a sólo 30 ó 60 metros a cada lado de los cursos de agua permanentes atendiendo a la fragilidad de los suelos. ii) Ley de Fomento Forestal El manejo del bosque nativo chileno se rige según el Decreto Ley No 701, de 1974, y el reglamento, el D.S.N°259 de 1980 (CONAF, 1981). Este cuerpo legal define los tipos forestales nativos y las intervenciones lícitas para cada uno de éstos. En lo fundamental, obliga al propietario forestal a presentar a la Corporación Nacional Forestal (CONAF) planes de manejo para cualquier acción que signifique la corta de bosques. La aprobación y el control de los planes de manejo y las actividades forestales allí detalladas, el cumplimiento de la legislación actual forestal y la aplicación de sanciones y multas corresponde a CONAF. El plan de manejo comprende diferentes programas, en el caso de la corta de bosque incluye el
programa de corta acompañado del correspondiente programa de protección. Desde otra perspectiva, esta es la misma ley que posibilitó un impulso a las plantaciones y a la industria forestal bonificando 800 mil hectáreas con un total de US$136 millones. Hoy se discute en el Parlamento modificaciones a este cuerpo legal, con la finalidad de facilitar el al subsidio a los pequeños propietarios forestales, a fomentar la protección y recuperación de suelos erosionados y forestación en suelos frágiles (Chile, 1995; CONAF, 1995a). El objetivo esencial de los planes de manejo es fomentar el uso racional del recurso y asegurar la reposición del bosque. Para ello, estos planes exigen un estudio técnico que debe describir las siguientes acciones: el tipo de intervención a realizar, los métodos de regeneración contemplados, las medidas de protección contra plagas, incendios, deterioro de cuencas, tratamiento de residuos y mantenimiento de caminos (CONAF, 1981). Existe además para el caso específico del tipo forestal siempreverde normas de adhesión (voluntarias) para la corta final y de ordenación de la regeneración de los bosques adultos. Estas cortas finales tienen los siguientes objetivos: poder intervenir sin alterar significativamente las condiciones de sitio, permitir cosechar un volumen de madera atractivo desde un punto de vista financiero y generar condiciones adecuadas para que se establezca un bosque nuevo, posible de manejar desde temprana edad. Estas normas permiten la tala rasa en fajas alternas de 30 metros de ancho o en fajas sucesivas cuando se haya establecido la regeneración. Alternativamente es posible la corta de protección uniforme, permitiéndose la extracción máxima de un 70% del área basal o cobertura total (CONAF, 1994b).
2.2.2 Nueva Ley de Bosque Nativo Una nueva Ley del Bosque Nativo se encuentra en discusión en el Parlamento desde abril de 1992 y cuya promulgación se espera para 1995, donde han surgido divergencias entre la visión empresarial y, otra más ambiental ecologista. Este proyecto de fomento y recuperación del bosque nativo tiene como objetivo fundamental incentivar el ordenamiento de los bosques nativos y la forestación con especies autóctonas, a fin que éstos alcancen un rendimiento sostenido y cumplan plenamente sus múltiples funciones. Así, el Estado de Chile bonificará acciones de manejo y forestación, según se sometan a determinadas reglas (CONAF, 1995b).
2.2.3 La ley sobre Bases del Medio Ambiente La Ley N° 19300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente, promulgada en marzo de 1994, es una ley marco que norma el sistema de evaluación de impacto ambiental (EIA), define las responsabilidades istrativas de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA) y establece los proyectos o actividades que obligadamente deben realizar estudios o declaraciones de impacto ambiental (Chile, 1994). Establece además los procedimientos y contenidos de los estudios de impacto ambiental (EsIA), la participación de la comunidad, procedimiento para la dictación de las normas de calidad ambiental, así como las responsabilidades y sanciones en casos de daño ambiental. Esta ley se espera entre en vigencia a fines de 1995 con la promulgación de los reglamentos respectivos. De acuerdo con esta normativa, los proyectos de explotación forestal en suelos frágiles, en terrenos cubiertos de bosque nativo, industrias de celulosa, pasta de papel y papel, plantas astilladoras, elaboradoras de madera y aserraderos, todos de
dimensiones industriales, requieren someterse al sistema de evaluación de impacto ambiental.
2.3 Recurso forestal nativo de la X Región El recurso forestal en Chile alcanza a 23 millones de hectáreas, de las cuales 7,5 son bosques nativos potencialmente productivos, 1,7 corresponden a plantaciones y el resto a áreas silvestres protegidas, figura 2.2 (INFOR et al, s.f.b). De la superficie de bosques nativos se estima que 4,8 millones de hectáreas corresponden al tipo siempreverde (Donoso, 1989) y casi la mitad son bosques de protección (Cabrera, 1992).
Figura 2.2 Recurso forestal de Chile 1993 (INFOR et al, s.f.) La X Región de Chile con una extensión de 7,3 millones de hectáreas posee una importante parte de este recurso forestal con 4,3 millones de hectáreas, de las cuales un 83% corresponde a bosque nativo potencialmente productivo, 3% a plantaciones y el restante 14% a áreas protegidas, figura 2.3. Dentro del bosque nativo de la X Región, se encuentra la mayor concentración del tipo forestal siempreverde con aproximadamente 1,3 millones de hectáreas (González, 1991). El actual volumen en pie de los bosques nativos productivos de Chile se estima en aproximadamente 915 millones de m3 (INFOR, 1991) y en base a manejo de tipo sostenido se podría producir anualmente 18 millones de metros cúbicos. Siendo los incrementos medios anuales de aproximadamente 0,2 a 0,8 m3 por hectárea, cero incremento para bosques sobre maduros y entre 3 y 5 m3 por hectárea en bosques nativos de segundo crecimiento, significaría rotaciones de 150 a 200 años (Cabrera, 1992). En bosques del tipo siempreverde, bajo un sistema de extracción selectivo se obtienen aproximadamente 50 m3 de madera en trozos por hectárea destinado a uso industrial.
Figura 2.3 Recurso forestal de la X Región
2.4 Producción del bosque nativo de la X Región El consumo de madera en trozos de la industria forestal en Chile alcanzó a 18,8 millones de m3 en 1992 más otros 10 millones de m3 por consumo de leña (INFOR et al, s.f.a; CORMA, 1994b). La X Región en 1993 aportó con 5,6 millones de m3, de los cuales 5 millones correspondieron a bosque nativo y sólo 0,6 a plantaciones (INFOR et al, s.f.b). De la cosecha de nativo sólo el 14% estuvo destinado a la industria del aserrío, tableros y chapas, el 13% a la producción de astillas y el restante 73% a leña, figura 2.4. El 41 % de la producción de astillas a nivel nacional corresponde a especies nativas y de éstas un 93% se exportan. En la X Región la exportación de astillas se inició recién en 1990 y desde esa fecha el volumen exportado ha crecido en forma sostenida. De los 50 a 60 millones de dólares que exporta la X Región en productos forestales, el 62% correspondió al producto astillas. Este crecimiento está asociado a la demanda internacional de astillas de madera, fundamentalmente desde Japón, lo que ha generado discusiones en relación a consideraciones de tipo ecológico y económico en el uso de los recursos y bosques nativos (Cabrera, 1992). De las cifras anteriores se desprende que el consumo de madera nativa en la región es bajo y está orientado a productos de bajo valor agregado. Si bien se cuestiona la producción de astillas, muchas veces puede ser la única posibilidad para financiar el manejo del bosque nativo.
Figura 2.4 Consumo de madera en trozos en la X Región, Chile
A nivel nacional la corta de madera para leña representa una superficie equivalente a 48 mil hectáreas anuales, concentrándose el consumo en las regiones del sur de Chile. En la X Región del consumo de madera con fines energéticos, el 56% corresponde al uso residencial para cocción de alimentos y calefacción, estimándose en 3 m3/año el consumo per cápita (INFOR et al, s.f.b). Sin embargo, un estudio específico en la zona sur de la región, en la Isla Grande de Chiloé, logró determinar que el consumo de leña alcanza un valor medio de 6,4 m3/año per cápita y del orden de 25 a 30 m3/año por vivienda, constituyéndose en el principal energético (SINERGOS, 1993). Este consumo se considera elevado y puede estar asociado a una alta tasa de ruralidad, mala calidad energitérmica de las viviendas, rigurosidad del clima y a que la leña es el único energético local. Sin lugar a dudas esta situación produce una importante presión por los recursos nativos de la zona. El estudio "Evaluación del consumo de leña en Chile" señala que el consumo de leña en Chile ha ido aumentando en los últimos 17 años a razón de 3,2% anual, hecho que para el consumo residencial se encuentra asociado al incremento de la población (CORMA, 1994b). Como una forma de aliviar el problema, igual estudio sostiene que la utilización de los desechos forestales e industriales podrían lograr sustituir un 40% del consumo anual para leña. Desde la perspectiva industrial, la X Región posee 538 aserraderos, de ellos sólo 7 son medianos con una producción individual entre 10000 y 20000 m3/año y el resto son pequeños o muy pequeños. Un 82% del total corresponde a aserraderos móviles y un 35% de estos últimos se encontraban paralizados en 1993. Los otros centros industriales corresponden a 9 plantas de tableros y chapas y 10 centrales de astillas. De acuerdo con información de CONAF a 1991, en la X Región un 56% de las cosechas corresponderían al tipo forestal siempreverde y estarían autorizadas a explotarse con plan de manejo aprobado, 52609 hectáreas para el período 90-96, esto es el 3,9 % de la superficie de este tipo forestal (González, 1991). Cabe destacar que esta superficie se reparte en unas 800 unidades prediales, de las cuales el 65% son menores de 50 hectáreas y sólo el 3% son mayores de 500 hectáreas. En base a estadísticas de 1990 se obtuvo que un 61 % de la corta correspondió a corta selectiva, 13,5% habilitación terrenos agrícolas, 18% a corta de protección, 1,2% a tala rasa y el resto a cortas intermedias, figura 2.5. Figura 2.5 Cosecha según tipo de corta, año 1990, X Región (González, 1991)
Se percibe como tendencia actual una transformación de las cortas selectivas hacia cortas de protección homogénea, mientras la tala rasa en fajas se realiza aún a nivel de ensayo y persiste la habilitación de terrenos agrícolas.
3 PLANIFICACION DE LA COSECHA
3.1 Planificación de largo plazo 3.2 Planificación operacional
3.1 Planificación de largo plazo
3.1.1 Clasificación de terrenos en clases de fragilidad 3.1.2 Análisis del transporte 3.1.3 Evaluación financiera
Dado que los bosques nativos siempreverdes sometidos a cosecha son propiedad de empresas forestales o particulares, la inversión en accesibilidad es altamente dependiente de la disponibilidad de capital. Los medianos y pequeños propietarios al no disponer de los medios para construir la infraestructura y realizar el proceso de cosecha, prefieren vender la madera en pie. En este último caso, el resultado es una red de caminos de temporada con la menor inversión posible. En cuanto a la extracción, la selección de los equipos no queda definida tanto por el terreno sino por la oferta de equipo de los contratistas. Esta es la razón por la cual si bien muchos de los terrenos son más adecuados para madereo con torres (teleférico), persiste el empleo de yuntas de bueyes, tractores agrícolas y forestales. Otro aspecto que ha limitado el desarrollo de planificaciones es la rigidez impuesta por el abastecimiento de industrias predeterminadas. En este sentido en la determinación de la tasa de corta y el tipo de producto tienen prioridad los objetivos de la industria por sobre los del predio forestal. La planificación estratégica de largo plazo de la cosecha ha estado ausente en general de los proyectos de bosque nativo. Sólo en los últimos años y tanto por las necesidades de planificar los nuevos y mayores abastecimientos industriales como por las demandas de las normativas ambientales, algunas Empresas del bosque nativo han comenzado a realizar planificaciones de mediano y largo plazo. Así, la planificación comienza por recolectar y analizar la información de la oferta de madera tanto en especies, cantidad, calidad e información dasométrica, además de la topografía, condiciones climáticas, geología y edafología. El método considera una clasificación de los terrenos en clases de fragilidad potencial a la degradación, la generación de áreas homogéneas tanto de cosecha como de protección y conservación, la generación de alternativas de caminos, el análisis del transporte y la evaluación financiera. Como resultado se obtiene los planes anuales de corta, la red de caminos y tasa anual de construcción, y la rentabilidad del proyecto bajo un predeterminado nivel de restricciones ambientales. Para este análisis son suficientes el uso de escalas 1:50000 ó 1:20000 (Ebert, 1993; Gayoso et al, 1995; Meneses et al, 1992; Meneses et al, 1994). El costo aproximado de la planificación estratégica en predios de más de 2000 hectáreas, sin considerar el costo del inventario forestal y ortofotocarta, puede alcanzar de 4 a 10 US$/ha según el grado de detalle y nivel de la tecnología empleada.
En los párrafos siguientes se detalla este método por considerarse una importante herramienta de planificación orientada al manejo sustentable de los recursos nativos.
3.1.1 Clasificación de terrenos en clases de fragilidad Mediante claves prefijadas o la generación de índices se analiza la pendiente del terreno y grado de uniformidad de las laderas, la textura, eventualmente la densidad aparente y la resistencia al corte de los suelos, las características del substrato y geología del lugar, la profundidad del perfil, el tipo de drenaje y la condición de humedad del suelo, y la cantidad e intensidad de las precipitaciones (Lewis et al, 1991; Carr et al, 1991; Gayoso e Iroumé, 1991a; Gayoso, 1993b; Gayoso et al, 1994). Para predecir el potencial de degradación se estima el riesgo o susceptibilidad de compactación del suelo, desplazamiento o remoción por los equipos o arrastre de trozas, erosión hídrica y deslizamiento de tierras. La fragilidad a la degradación considera la susceptibilidad inherente de un sitio a la reducción de la productividad forestal por actividades de manejo. La ocurrencia y grado de los procesos de degradación se estiman de acuerdo a las características de cada lugar y a la intensidad de la corta, sistema de extracción y al tipo de operación. Para efecto de este análisis se determinan cuatro niveles de riesgo potencial o susceptibilidad a la degradación: leve, moderada, alta y grave. Para facilitar la evaluación, las áreas bajo estudio se estratifican en áreas homogéneas, para lo cual se efectúa una superposición de la información geomorfológica, edafológica, geológica y climática. Finalmente se agrega como último paso la tipificación de la vegetación. Una herramienta útil para este trabajo es el empleo de sistemas de información geográfica (GIS), figura 3.1. En general el método entrega una evaluación objetiva de la fragilidad, identifica el proceso de degradación y los factores del sitio que más contribuyen, lo cual posibilita la confección de pautas de prácticas de cosecha o acciones de mitigación. Establecidos los riesgos a los diferentes tipos de degradación, se establece además un indicador global de fragilidad que integra los cuatro riesgos señalados para cada unidad. De acuerdo con Lewis et al (1991), dado que un leve riesgo para un tipo de degradación no puede imprimir un alto riesgo en otro, puede argumentarse que la fragilidad global será igual al más limitante de los riesgos individuales. Esto es, el mayor riesgo determina el nivel de susceptibilidad a la degradación. Sin embargo, el método no considera el balance entre los impactos sobre sitio y fuera de él, el potencial de manejo para minimizar impactos actuales, o el potencial para rehabilitación del sitio. Por lo tanto, una vez derivada la degradación global se ajusta de acuerdo a las consideraciones de manejo. Se asigna un menor peso relativo al riesgo de compactación debido al rango de opciones de manejo relativas al equipo y planificación disponible, y que no produce efectos fuera del sitio. Igual consideración se tiene en cuenta para el riesgo de erosión debido a que los procesos de corta en bosque nativo dejan niveles apreciables de cobertura vegetal remanente.
Figura 3.1 Plano de fragilidad de terrenos forestales. Fuente: Meneses y Gayoso (1995) La clasificación del terreno en estos niveles de fragilidad tiene una dimensión espacial y ambiental, siendo posible establecer ciertos criterios para las prácticas de cosecha. En los proyectos de cosecha que han empleado esta metodología, las superficies calificadas con grave riesgo a la degradación no son intervenidas. A modo de ejemplo se presenta una descripción de los diferentes niveles tomando como base bosques nativos siempreverdes ubicados en la parte sur de la X Región (Meneses y Gayoso, 1995). i) Leve Susceptibilidad a la Degradación Corresponden a sitios que tienen baja susceptibilidad a la degradación, presentando bajo riesgo a los deslizamientos y remoción del suelo, y leve o moderado riesgo de
erosión superficial y compactación. Estos sitios tienden a estar en pendientes suaves a moderadas con suelos profundos. Skidders sobre orugas usados bajo condiciones favorables y con adecuada planificación y supervisión causan una baja degradación del sitio. Por lo tanto son apropiadas operaciones normales de cosecha sin restricciones. ii) Moderada Susceptibilidad a la Degradación Los terrenos presentan uno o más índices de riesgo moderados, o alto riesgo de compactación y erosión superficial. Estos sitios también tienden a estar en pendientes suaves a moderadas con suelos profundos. El madereo terrestre puede impactar moderadamente estos sitios. La construcción de caminos puede generar fallas menores en taludes y cierta erosión superficial. En pendientes moderadas, la degradación de sitios puede ser consecuencia de remoción de suelos y exposición de subsuelo; en pendientes suaves, puede generar degradación por compactación y amasado del suelo. Se sugieren ciertas modificaciones o restricciones a la práctica de cosecha para minimizar los impactos, tal como madereo sobre suelo seco, minimizar excavación durante la construcción de vías de saca, emplear skidders con neumáticos de alta flotación o tractores sobre orugas de baja presión al suelo. iii) Alta Susceptibilidad a la Degradación Estos sitios presentan uno o más niveles de alto riesgo o grave riesgo de compactación o erosión superficial, ocupan un amplio rango de pendientes, desde sitios muy abruptos susceptibles a deslizamiento, a pendientes suaves con suelos blandos y arcillosos particularmente susceptibles a compactación. Se incluyen en esta categoría los suelos delgados. El madereo terrestre con skidders sobre neumáticos o tractores oruga, aún en condiciones de temporada seca, tiene el potencial de causar una gran cantidad de degradación al sitio y considerables pérdidas de productividad forestal en el largo plazo. En pendientes abruptas, el madereo y construcción de caminos causa excesivo desplazamiento de suelo, fallas de taludes o grave erosión superficial. En pendientes suaves a moderadas, el madereo produce grave compactación o amasado. Estos sitios presentan severas restricciones para las prácticas de cosecha. Las estrategias para minimizar el impacto de la cosecha incluyen madereo con equipos de baja presión al suelo, planificación anticipada de las vías de saca o empleo de sistemas de madereo con cables. iv) Grave Susceptibilidad a la Degradación Estos sitios presentan grave riesgo de compactación, o grave nivel de riesgo al deslizamiento de tierras, o grave nivel de riesgo al desplazamiento, remoción y amasado del suelo. Estos sitios tienden a presentar pendientes abruptas o muy abruptas y tienen suelos delgados. El madereo terrestre puede causar grave degradación del sitio y consecuentemente grave pérdida de productividad forestal en el largo plazo. Aún el uso de sistemas de madereo con cables puede causar degradación sobre algunos sitios extremadamente frágiles. Se incluyen en esta categoría los suelos extremadamente húmedos y planos correspondientes a zonas de turberas y de densidades aparentes bajas (0,3 a 0,4 g/cm3). La construcción de caminos puede causar fallas extensas en taludes y erosión superficial extensa, resultando altos costos de mantenimiento y rehabilitación. Donde ocupen áreas suficientemente grandes, estos sitios debieran ser clasificados como ambientalmente frágiles en el inventario forestal y restringirse la corta del bosque y la construcción de caminos, mientras no se investigue o conozca con certeza las posibles consecuencias.
Se incluyen también en esta categoría las zonas de amortiguamiento o protección a ambos lados de cauces permanentes y cuerpos de agua.
3.1.2 Análisis del transporte Para la solución del problema de transporte que considera costos fijos y variables se elige el algoritmo heurístico propuesto por Sessions (1987). Este calcula el costo mínimo de la red usando un algoritmo de ruta crítica para resolver el problema de costo variable. La primera iteración minimiza los costos variables e ignora los costos fijos. Los costos fijos se introducen en el problema de costos variables reasignando los costos variables al final de cada iteración. Es decir, se convierten los costos fijos en costos variables equivalentes. La solución considera múltiples períodos de tiempo, convirtiendo el problema de mínimo costo a máximo valor neto presente. Mediante trazado sobre planos topográficos con el método del paso se establece un conjunto de rutas alternativas entre las diferentes unidades de cosecha (ofertas) y los puertos o plantas industriales (destinos). El análisis del transporte se hace activando los flujos entre las ofertas y los destinos para los diferentes productos (p.ej. trozas exportables, trozas debobinables o aserrables destinadas al consumo interno, trozas pulpables). El análisis emplea un modelo matemático de optimización de redes que minimiza el costo de transporte en valor neto presente. El algoritmo de tipo heurístico se puede resolver con el uso del software NETWORK II (Sessions, 1987). Los principales resultados incluyen la selección de la ruta óptima desde cada nodo de origen hasta la planta o puerto, los costos variables de transporte correspondientes a cada origen, los costos variables fijos y totales para cada unidad de oferta, el costo promedio y el volumen que pasará por cada segmento de camino (arco) anualmente, el año de habilitación de los caminos y los beneficios totales del plan de cosecha. Este procedimiento permite además descartar aquellas unidades que no permiten cubrir los costos de construcción de caminos y de operación. Esto es, identifica aquellas unidades de cosecha donde se obtiene un retorno negativo al extraer volumen.
3.1.3 Evaluación financiera La evaluación financiera se realiza considerando las restricciones del mercado interno y externo en cuanto a los productos y especies. El análisis considera los precios de mercado para los productos, el valor de las inversiones tanto la compra del predio como la construcción de caminos, el valor residual del predio al final del período de análisis, los costos de las faenas forestales de cosecha y transporte, y los gastos generales anuales por istración. El resultado es un flujo de fondos del proyecto, el que permite determinar la rentabilidad del mismo.
3.2 Planificación operacional
3.2.1 Elementos disponibles 3.2.2 Trazado de caminos y localización de canchas 3.2.3 Espaciamiento entre canchas 3.2.4 Dirección de volteo y planificación de vías de saca 3.2.5 La selección del equipo de cosecha 3.2.6 istración 3.2.7 Mano de obra
La planificación de las operaciones de cosecha en los bosques nativos siempreverdes de Chile es práctica común comprendiendo una o dos temporadas. Este es preparado por el responsable de la supervisión de las operaciones de cosecha y debe concordar con el plan de manejo aprobado por CONAF. El plan de manejo establece la cantidad de hectáreas autorizadas a cortar, las áreas de protección, el tipo de cortas y la base de parámetros para el control: identificación del rodal, superficie a cortar, año de la intervención, área basal y número de árboles a extraer y, año en el que se efectuará el enriquecimiento o plantación si procede (CONAF, 1981; Contreras, 1995). Donde hubo planificación estratégica, el plan operacional corresponde al plan anual detallado que permite llevar a la práctica la cosecha. Esta planificación operacional comprende tanto aspectos técnicos como económicos. Incluye entre otros: el trazado de los caminos principales, la selección y cantidad de equipos a emplear (volteo, arrastre, acondicionamiento en cancha, carguío y transporte), la mano de obra requerida, la estimación de los volúmenes por producto, la organización del sistema de cosecha y del trabajo, los campamentos, la estimación de los costos de las diferentes faenas, y el flujo de caja (Krauss, 1994).
3.2.1 Elementos disponibles Para la elaboración de los planes operacionales se cuenta con la cartografía base escala 1:50000 con curvas de nivel cada 25 metros que cubre la totalidad de la X Región. Las cartas incluyen entre otros la red hidrológica, la red de caminos, los rasgos relevantes del relieve, puntos acotados y los asentamientos humanos. También para la mayor parte de este territorio se dispone de las fotografías aéreas y ortofotos recientes (1993/94) escala 1:20000 e incluso a pedido es posible obtener ortofotos 1:10000 con cubiertas de curvas de nivel cada 10 metros. En forma adicional algunas Empresas complementan esta información con fotografías pancromáticas escala 1:10000, mediante las cuales se facilita la identificación de las diferentes asociaciones vegetacionales y rasgos del relieve. Otro elemento de apoyo indispensable es el inventario forestal, aunque en la mayor parte de los casos por las dificultades de y la gran heterogeneidad de los bosques siempreverdes, no logra ser suficientemente preciso.
3.2.2 Trazado de caminos y localización de canchas Una vez identificados los rodales a cortar, personal de la empresa forestal traza los caminos en las cartas con curvas de nivel empleando el método del paso, para luego trazarlos en el terreno. La red de caminos para abrir las áreas a cosechar responde entonces a estos planes anuales de corta y se construyen por etapas según se van requiriendo el mismo año o como máximo la temporada anterior a la intervención (Gayoso, 1993a). Ideal pudiera ser que establecidas las unidades de cosecha y asignado el equipo de extracción, primero se fijaran los puntos de acopio y luego los caminos. Sin embargo, la situación de heterogeneidad del bosque nativo siempreverde y el microrelieve no apreciable en las cartas hacen que la localización de los caminos obedezca a decisiones de campo y que las canchas sean ubicadas después de tener los caminos.
3.2.3 Espaciamiento entre canchas El espaciamiento entre canchas y tamaño de las mismas es muy variable y se establecen de acuerdo con las subunidades de accesibilidad y tipo de equipo de madereo, es común un mínimo de 300 hasta 800 metros. Se pudo observar en terreno canchas desde 0,2 hasta 1 hectárea y con 10, 20 y hasta 50 hectáreas tributarias por cancha. En topografías accidentadas los puntos de acopio se establecen generalmente en terrenos adyacentes a los caminos ya construidos.
3.2.4 Dirección de volteo y planificación de vías de saca Tal como se observó en las cosechas visitadas, en áreas de madereo terrestre no existe una planificación anticipada de la dirección de volteo, ni de las vías de saca. La decisión de la dirección de volteo queda en manos del motosierrista y la ubicación de vías de saca preparadas (con movimiento de tierras) la define el jefe de faena directamente en el terreno durante la corta. En el caso de cortas de protección y selectivas el volteo es dirigido con el fin no afectar los árboles remanentes. Las restantes vías de saca las decide el propio operador del tractor arrastrador. En el caso de cortas selectivas y protección sólo se cuida que la distancia de madereo no sobrepase los 500 metros aunque en varias ocasiones se midió distancias hasta 800 metros. Las pendientes longitudinales alcanzan valores máximos entre 20 y 25 por ciento. En laderas es común tener vías preparadas con movimiento de tierras cuando la pendiente lateral así lo exije. El ancho de estas vías no supera los 4 metros en la mayoría de los casos. En el caso de cortas para sustitución o tala rasa, por el mayor volumen tributario se establecen canchas más próximas, alcanzando las distancias medias de madereo valores de 200 metros, con máximas que no superan los 500 metros. Aquí las vías se dejan a la iniciativa del operador del tractor arrastrador y rara vez obedecen a una planificación previa. El resultado es una alta densidad de huellas, de 500 a 900 m/ha, especialmente en condiciones húmedas, dado que una vez que la huella se ha hecho profunda el operador elige una nueva alternativa.
3.2.5 La selección del equipo de cosecha Tal como se señaló en la planificación de largo plazo, esta selección queda a juicio del contratista y no siempre está asociada a la pendiente del terreno y el tipo de bosque, producto o largo de las trozas. En muchas ocasiones también lo restringe la disponibilidad de los equipos en la zona. En todo caso es común dejar al madereo terrestre con tractores sobre orugas y neumáticos hasta pendientes de 30 por ciento. En pendientes mayores fue posible ver aún el madereo con yuntas de bueyes trabajando en vías de saca con pendientes longitudinales hasta 45 por ciento y deslizamiento manual sobre el suelo con ayuda de la fuerza de gravedad.
3.2.6 istración Tanto la construcción de caminos como la cosecha se encarga a contratistas especializados. Se establecen contratos que fijan las responsabilidades para hacer cumplir el Plan de Manejo y cautelar un mínimo de condiciones de seguridad y calidad de vida para el trabajador forestal, además del cumplimiento de metas de producción. Para asegurarse el cumplimiento del contrato y controlar la producción, la Empresa instala supervisores en cada faena. Siendo la situación más conflictiva la marcación de los árboles que deben quedar o cortarse, y dado que la responsabilidad final ante
CONAF es del propietario del bosque, es común que esta tarea sea entregada a un contratista distinto o realizada por la propia Empresa.
3.2.7 Mano de obra La selección y contratación de personal para las faenas son responsabilidad del contratista. Este, la mayor parte de las veces prefiere o debe recurrir a la contratación de mano de obra calificada fuera del área de atracción de la cosecha, o bien es personal que ha capacitado y mantiene por largos períodos, moviéndolos de faena en faena. El resto del personal menos calificado es personal comúnmente de temporada y se contrata en poblados próximos a las faenas. El contratista igualmente es quien organiza el trabajo. Los campamentos son centralizados y proporcionados habitualmente por la empresa forestal asegurando así mejores condiciones de vida y evitando que el contratista pueda hacer ahorros sacrificando la calidad de vida del trabajador forestal. La alimentación es proporcionada por contratistas especializados a todo el personal de los diferentes contratistas, pagada por el contratista pero fiscalizada por la empresa forestal (Contreras, 1995). Completa el plan operativo la planificación del carguío y transporte que la generalidad de los casos corresponde a contratistas diferentes de los de cosecha.
4 INGENIERIA DE CAMINOS
4.1 Accesibilidad en bosques nativos 4.2 Planificación de la red de caminos 4.3 Características de diseño de los caminos 4.4 Construcción de caminos forestales
La situación general de los caminos forestales en bosque nativo no es diferente a las restantes operaciones forestales. Se aprecian grandes diferencias en cuanto a la tecnología empleada y los niveles de inversión según se trate de empresas forestales o propietarios particulares medianos y pequeños. Los párrafos siguientes describirán las técnicas actualmente observadas a nivel de empresas.
4.1 Accesibilidad en bosques nativos En Chile tradicionalmente se llega al bosque nativo cuando se desea cosecharlo. Así, la accesibilidad forestal del bosque nativo se ha limitado a facilitar la extracción de la madera y sólo en escasas oportunidades ha servido funciones distintas a la productiva, como por ejemplo vía de comunicación entre comunidades indígenas. Esta situación determina que los costos de extracción y transporte de madera en trozas alcance a más del 40% de los costos de la madera puesto planta (Gayoso, 1993a; Casagrande, 1995). La accesibilidad de los bosques siempreverdes se logra en la actualidad sólo por caminos. Cincuenta años atrás se empleaba en la zona el transporte de maderas por balsas utilizando la corriente de algunos ríos y hubo también algunos ejemplos de carriles de madera con carros tirados por animales. El estándar de estos caminos varía según se construyan en bosques propios o de terceros, según se trate de una empresa forestal o un propietario individual. En general los caminos se usan durante el verano, pero debido a que siempre se presentan lluvias, obliga a estabilizar con gravas los caminos de y principales. Completa la accesibilidad una red de caminos de temporada sin estabilizar. Según la calidad del bosque, el valor de las especies y el volumen de transporte, se llegan a encontrar caminos construidos con un alto estándar con inversiones que superan los 25000 US$/km, permitiendo un tránsito durante todo el año. Los pequeños propietarios deben conformarse con caminos de temporada con un bajo nivel de inversión, correspondiente a un bajo estándar (2000 US$/km). En el pasado era común encontrar redes camineras en bosque nativo con densidades de 5 m/ha, lo que conducía a distancias de madereo de 1000 a 1200 metros, las que se cubrían con bueyes o los antiguos y pequeños tractores de orugas. Hoy sin embargo, las nuevas planificaciones presentan intensidades de 15 m/ha y más (Contreras, 1995; Ebert, 1993; Meneses y Gayoso, 1995). En estas nuevas planificaciones una parte importante son caminos permanentes para asegurar el transporte aunque sea en la época estival. Las Empresas si bien no deciden la intensidad de red por análisis de optimización, definen la localización según viabilidad técnica, tratando de instalar la mínima cantidad necesaria para acceder de acuerdo a los métodos de madereo a emplear. Esto tiende
a cambiar y se conocen al menos seis ejemplos de importancia donde la planificación de los caminos es parte integral del plan general de cosecha en bosques nativos.
4.2 Planificación de la red de caminos En general en situación de terrenos planos y moderadamente ondulados se dice que manda el bosque por sobre el terreno. Los caminos se planifican directamente en el campo y son transitorios. El trazado no requiere del uso de ningún instrumento y se trata sencillamente de marcar una faja, por donde el bulldozer hará el camino. En terrenos montañosos la dificultad de la topografía ha llevado a una mejor planificación de los caminos. Comúnmente el trazado no es posible sin recorrer en detalle la zona, además del análisis de la cartografía y fotografías correspondientes. Se puede decir que aquí manda el terreno por sobre el bosque. La planificación preliminar de los caminos se hace sobre ampliaciones de la cartografía regular escala 1:50000 con equidistancias de 25 metros o sobre ortofotocartas a escalas 1:20000 ó 1:10000 con curvas de nivel cada 20 ó 10 metros (Gayoso, 1987; Meneses et al, 1992; Ebert, 1993; Meneses et al, 1994; Gayoso et al. 1995). Tal como se ha señalado una vez identificadas las zonas de corta, mediante el "método del paso" se instalan trazados alternativos sobre el plano con curvas de nivel, figura 4.1 (Gayoso, 1987; Dietz et al, 1984). Estos trazados se prueban en el campo con el fin de ratificar su viabilidad técnica, dado que la cartografía no permite apreciar el microrelieve ni la presencia de mantos rocosos a poca profundidad que obligarían a cambiar de trazado. Nuevamente en oficina se decide la alternativa más económica y se vuelve al terreno para estacar la alternativa seleccionada. El empleo de GPS (Sistema de Posicionamiento Global por enlace satelital), tecnología de reciente empleo en Chile, puede llegar a ser una herramienta útil para localizar o levantar los trazados de caminos en el campo (CONAF, 1994d; GEOCOM, s.f.).
Figura 4.1 Red de caminos por el método del paso. Fuente: Ebert (1993) La localización de los caminos a media ladera, en valles o cumbres depende del sistema de madereo. Teniendo en cuenta la forma convexa del perfil topográfico típico de Chile - que marca una línea de cambio entre las pendientes suaves y las fuertes, muchos caminos se localizan siguiendo este borde. Los caminos en bosque nativo se clasifican según la temporalidad en caminos de temporada o fondo común y permanentes o estabilizados con calzada de grava. El orden de importancia lo da el volumen de madera que se transportará por los caminos: de y primer orden generalmente permiten más de 20000 m3/año, de segundo orden entre 2500 y 20000 m3/año, de tercer orden menos de 2500 m3/año.
4.3 Características de diseño de los caminos
4.3.1 Pendiente longitudinal 4.3.2 Curvas horizontales 4.3.3 Perfil transversal. Ancho de calzada y ensanches
Los caminos prediales en el caso de bosques nativos, generalmente se diseñan para camión sin carro. En los s a los predios o adyacente a caminos públicos pavimentados se construyen canchas intermedias donde se hace transferencia de la carga a camiones de mayor tonelaje. En general, los diseños de los caminos existentes se pueden calificar de bajo estándar por cuanto deben acomodarse a la topografía, originando 10 y más curvas por kilómetro, con radios mínimos de 10 a 15 metros y pendientes longitudinales máximas de 15% y más, todo lo que se traduce en bajas velocidades de tránsito y alto costo operacional de transporte. Los elementos del diseño actual se resumen en el cuadro 4.1.
4.3.1 Pendiente longitudinal La pendiente longitudinal máxima de los caminos se asocia con la dificultad que ofrece la topografía, en ocasiones se prefiere alcanzar una cota determinada con una fuerte pendiente y luego de alcanzada se mantiene el trazado siguiendo la curva de nivel, aunque esto último sea una limitante para posibilitar un expedito drenaje. Por la topografía donde se ubican los bosques, muchas veces es posible establecer para los caminos forestales una dirección preferente de viaje cargado hacia los destinos, de tipo descendente. En estas condiciones los caminos permanentes en bosque nativo presentan como pendiente longitudinal máxima 15%, pendiente que se aprecia sólo en tramos cortos y en la dirección de salida. Los tramos con contra pendiente son poco frecuentes y con pendientes que no superan el 10 por ciento. Cuadro 4.1 Elementos de diseño de caminos forestales en bosques nativos de la X Región Tipo de camino y principal Secundario Terciario - pendiente longitudinal máxima (%) <10 <15 <15 - curvas horizontales (m) >25 >10m >10 - pendiente transversal (%) 3-5 3-5 - ancho plataforma (m) 8 6 4 - ancho calzada (m) 5 4 4 - carpeta estabilizada (cm) 25-40 20-30 - talud corte, tierra 1:2 1:2 1:2 - talud corte roca 1:4 1:4 1:4 - ancho cuneta (m) 1 0,5-1 - tipo alcantarilla menor t.c.c. madera madera Elemento de diseño
t.c.c. = tubería de cemento vibro comprimido
Tres son las consideraciones principales en la fijación de la pendiente límite: adherencia suficiente de las ruedas de tracción con la calzada, potencia suficiente del motor del camión y costos del camino y transporte. Así, la pendiente se fija por una parte por el tipo de camión, que en general tiene suficiente tracción y potencia para vencer pendientes mayores. Pero en condiciones de humedad o carpetas sueltas, debido al menor coeficiente de tracción no es fácil vencer pendientes de más de 15 por ciento, especialmente en el viaje vacío. Por otra parte a mayor pendiente, menor será la velocidad y mayor el consumo de combustible. Otra consideración en áreas de altas precipitaciones y lluvias erosivas como en la X Región y suelos de textura fina, en pendientes sobre 8%, se deben esperar procesos erosivos de importancia obligando a elevados costos de mantenimiento (Gayoso, 1990a). La pendiente longitudinal no debiera ser menor de 2% con el fin de facilitar el drenaje. Se observaron numerosos ejemplos de tramos muy húmedos por ser muy planos, los que terminan por hacerse intransitables en períodos con lluvias.
4.3.2 Curvas horizontales Las curvas horizontales en los caminos forestales en Chile son curvas circulares, comúnmente con radios superiores a 15 metros. Sin embargo, muchos de los trazados con base en caminos antiguos presentan radios mínimos de 10 metros, lo que obliga a bajar la velocidad y considerar extensos ensanches. En cuanto al peralte se dan dos situaciones: una no considera peralte, debido a que son caminos de baja velocidad (menor de 25 km/hora), facilita el trabajo de mantenimiento con motoniveladora y no genera problemas de desacomodo de la carga (estiba); la otra considera la asignación de peraltes entre 5 y 10%, los que se fijan por la experiencia del operador del bulldozer. Se debe reconocer que lo habitual no es trazar la curva, sino que dadas las alineaciones se deja al operador de la máquina de movimiento de tierras la confección de la curva. El resultado en la práctica es muchas veces una curva de forma parabólica otras veces simplemente se trata de seguir la forma natural de la topografía. La pendiente longitudinal en las curvas se disminuye con la finalidad de evitar el efecto "esquinas" que hace perder habilidad de tracción en algunas configuraciones de camiones con 5 o más ejes. Los ensanches se consideran hacia el interior de la curva y generalmente son de 1 hasta 2 metros como máximo.
4.3.3 Perfil transversal. Ancho de calzada y ensanches El perfil transversal está caracterizado por el ancho de la calzada y plataforma, la pendiente transversal, las cunetas y el ángulo de los taludes de corte y derrame. El volumen de tránsito en los proyectos actuales de cosecha nativa no superan los 10 a 20 viajes diarios en la temporada alta. Esto lleva a la construcción de caminos de una vía con un ancho de calzada estabilizada de 4 metros sobre plataformas de 6 metros, figura 4.2. Las dificultades que podría presentar el cruzamiento de vehículos se supera instalando ensanches cada 200 a 300 metros, los que a veces se construyen ensanchando las curvas hacia el exterior. Estos ensanches se hacen de 25 a 30 metros de largo por 2 metros de ancho. Desde el punto de vista de los costos parece más conveniente aceptar las demoras o mayor tiempo de viaje por sobre lo que significa invertir en un mayor movimiento de tierras y mayor ancho de carpeta. Excepcionalmente un proyecto reciente ha construido caminos de dos vías con calzadas de 6 a 7 metros sobre plataformas de 9 a 10 metros de ancho, pero hoy se discuten desde la perspectiva ambiental (Meneses y Gayoso, 1995).
Figura 4.2 Caminos permanentes de una vía en bosque nativo (Coñaripe) El perfil transversal considera una pendiente transversal o bombeo de 3 a 5% desde el eje hacia los lados del camino. El diseño de taludes basado en estudios geotécnicos es poco común en caminos forestales y sólo cuando se presentan deslizamientos se recurre a ensayos de mecánica de suelos (Gayoso, 1994c). El ángulo de los taludes se decide siguiendo la experiencia en la zona, llegando a diferenciar sólo dos condiciones de acuerdo con la naturaleza del suelo: taludes 1:2 (63,4°) para tierra común y 1:3 a 1:4 para materiales rocosos. En algunas oportunidades según la altura del talud, por la alta variabilidad de los suelos y la presencia de sectores húmedos el talud no resulta adecuado y se presentan deslizamientos. Sin embargo por razones económicas se prefiere trabajar con un menor factor de seguridad en el diseño, persistir con ángulos mayores y reparar en forma individual los taludes dañados, antes que diseñar todo el camino con un menor ángulo, lo cual llevaría a aumentar el volumen de tierras. Otras veces, sobre roca fragmentada o meteorizada, al abrir el camino en la temporada estival presentan estabilidad que luego pierden con la llegada de las lluvias. En bosques nativos cordilleranos son comunes taludes de 6 y más metros. No se observaron técnicas como la construcción en terrazas.
4.4 Construcción de caminos forestales
4.4.1 Trazado de caminos 4.4.2 Desmonte y estacado 4.4.3 Movimiento de tierras 4.4.4 Obras de drenaje 4.4.5 Estabilización de calzadas
4.4.6 Mantenimiento 4.4.7 Resumen de costos
La construcción de caminos forestales en las empresas forestales se encarga habitualmente a contratistas especializados, los que deben ajustarse a un conjunto de bases técnicas generales y específicas que detallan la forma cómo debe realizarse cada etapa del proceso constructivo y la calidad de obra esperada. Sin embargo, persiste aún mucha construcción informal en los predios pertenecientes a medianos y pequeños propietarios, donde la técnica queda depositada en la buena voluntad de los ejecutantes. En los párrafos siguientes se describen las faenas más comunes en torno a los principales proyectos forestales.
4.4.1 Trazado de caminos El método empleado para trazar los caminos en bosques nativos siempreverdes es similar al empleado en todo el país para bosques de plantación y corresponde al "método de la línea cero" (Pestal, 1977). Es decir, se traza la línea que representa corte cero o línea que se apoya sobre el terreno. En Chile es común establecer el 100% de la plataforma del camino en corte. El método emplea instrumental simple que comprende un clisímetro para medir el ángulo vertical, una brújula para medir el Azimut y una huincha de distancia de 30 metros. Con este método se levanta los datos de las poligonales del terreno, los que permiten posteriormente estimar los volúmenes de movimiento de tierras. El trazador, un ayudante conocedor de la zona y un fajero trazan el eje y eventualmente los bordes de la faja que va a contener el camino dejando marcas con cinta plástica o pintura cada 20-30 metros. La cuadrilla según las dificultades del terreno y soto bosque es capaz de trazar de 0,8 a 1,2 km/jornada a un costo de 100 a 150 US$/km.
4.4.2 Desmonte y estacado i) Desmonte Luego de trazado el camino, se corta los árboles en una faja de 10 a 20 metros de ancho. Es común encontrar alrededor de 500 tocones por kilómetro con diámetros entre 10 y 100 centímetros, los que deben ser removidos. Hoy raramente se desmonta el árbol completo con la maquinaria para movimiento de tierras, ya que se prefiere cosechar y aprovechar los árboles de la faja en forma previa. El destronque con excavadora hidráulica llega a ocupar el 11 % de los tiempos productivos del movimiento de tierras (Buckley, 1991), mientras que esta incidencia puede llegar al 20% con bulldozer (Terranova S.A., 1990b). ii) Estacado Una vez materializada la faja, volteado los árboles de ésta, generalmente se vuelve a estacar el eje del camino para facilitar el trabajo del operador de la máquina de movimiento de tierras. Es poco común ver estacados completos en estos caminos forestales, ya que se deja mucha libertad al operador de la máquina. Este muchas veces es un operador experimentado que con sólo una pequeña orientación es capaz de construir buenos caminos. Lo normal es estacar el eje del camino o la línea de
corte cero cada 20 metros mediante estacones de 0,6 metros de longitud y 7,5 centímetros de diámetro.
4.4.3 Movimiento de tierras i) Bulldozer Las máquinas más empleadas para el movimiento de tierras en el bosque nativo son tractores niveladores (bulldozer) de potencias entre 150 y 220 HP montados sobre zapatas (orugas), figura 4.3. Actualmente se utilizan máquinas de nueva generación como los equipos Caterpillar Serie II o Komatsu D65EX-12. Los tractores están equipados con una hoja de 4 metros de ancho y una capacidad de 4 a 7 metros cúbicos. Por lo general operan con zapatas de ancho estándar (510 mm), pesan de 18 a 24 toneladas y las presiones al suelo alcanzan valores de 50 a 60 kPa. Además están equipados de un desgarrador de tres dientes que se emplea para remover terrenos duros y soltar tocones. Los caminos forestales en bosque nativo son generalmente caminos de ladera y la construcción se realiza dejando el 100% de la plataforma en corte firme mediante la técnica llamada "bote al lado", para asegurar la estabilidad de la calzada en terrenos con pendiente. Es decir, la tierra removida excedente debe quedar completamente extendida sin dejar cordón al lado del terraplén o se bota inmediatamente hacia el lado inferior de la ladera, constituyendo el derrame. El tractor trabaja siempre aprovechando la pendiente, esto es, desde la parte alta hacia la parte baja del camino. Según la altura del corte, se va realizando en forma gradual en sucesivas pasadas, cuidando ir conformando el talud de corte en el ángulo recomendado. Finalmente realiza un afinamiento o perfilado de la subrasante, considerando ocasionalmente la confección de la cuneta ya que normalmente se realiza en un trabajo posterior con la motoniveladora. El material derramado queda suelto sobre la ladera acomodándose naturalmente al ángulo de reposo del material. En las áreas cordilleranas es común que el movimiento de tierras alcance a la estrata de material rocoso. El volumen de movimiento de tierras es función de la pendiente lateral del terreno, del ángulo del talud de corte y del ancho de la plataforma en corte firme, cuadro 4.2.
Figura 4.3 Movimiento de tierras con bulldozer, técnica "bote al lado" (Riñihue)
Cuadro 4.2 Volumen de movimiento de tierras en m3/km según pendiente y ancho de plataforma y estimación del requerimiento de horas bulldozer. Angulo de talud de corte 1:2 (63,4°). Pendiente del terreno (%) 15 30 45 60
Ancho de la plataforma 5m 6m 7m 3 3 m /km m /km m3/km 2027 2919 3973 4412 6353 8647 7258 10452 14226 10714 15429 21000
El rendimiento de los bulldozer en la técnica "bote al lado" depende principalmente de la potencia, la pendiente lateral del terreno, el tipo de suelo, la presencia de rocas y la experiencia del operador. A medida que la pendiente lateral aumenta, aumenta el volumen por metro de camino, el bulldozer trabaja a plena carga con menores desplazamientos, lo que se traduce en mayor rendimiento. En los últimos años la productividad en general ha aumentado por la mejor organización del trabajo y la incorporación de equipos de mejor tecnología. Es común lograr rendimientos de más de 100 m3/hora, cuadro 4.3. Un estudio reciente señala que la rotura del suelo y desplazamiento de la tierra hacia el lado ocupa 68% de los tiempos de producción, el perfilado 25%, el restante 7% son demoras (Morales y Quirós, 1994). Las demoras se refieren a las directamente asociadas al proceso productivo y no incluyen las reparaciones mayores o detenciones mayores a 30 minutos. Las demoras corresponden a traslados (28%), labores de mantenimiento o relacionadas con la máquina (41%) y el resto a descanso o demoras relativas al operador, figura 4.4 (Cabezas, 1994). Hoy se dan dos modalidades de contrato para el movimiento de tierras, un valor fijo por metro cúbico movido o bien el arrendamiento de los equipos por hora. La primera opción tiene la ventaja de asegurar un costo de construcción antes de iniciar la faena, no depende de la experiencia del operador, ni es necesario un control permanente de la máquina, pero exige hacer una cubicación estimativa antes y una real después de realizado el movimiento de tierras para comprobar la cantidad de obra y, un control de calidad de lo ejecutado. Cuadro 4.3 Rendimiento de bulldozer y excavadoras en movimiento de tierras Incluye destronque bosque adulto. Bulldozer (m3/hora) Tipo de suelo Pendiente lateral (%) 140 HP 190 HP 215 HP (1) (2) (3) Arcilloso 10 96 102 20 149 132 30 155 50 190 Limoso blando 50 223 20-60 264(4) Roca granítica oxidada 60 140 -
(1) y (2) Arrué, 1991 (2) Cabezas, 1994 (4)165 HP, Quirós y Morales, 1994
Figura 4.4 Distribución de tiempos, movimiento de tierras con bulldozer Dado que los caminos se construyen con la plataforma en corte, para efectos de medición y pago sólo se considera el volumen de corte cubicado en banco (antes de remover). La tendencia hoy es hacia este sistema, aunque en más de un ejemplo ha significado un mayor costo que el arrendamiento debido a una subestimación de los rendimientos. La modalidad de arrendamiento obliga a un control permanente de la máquina aunque se paga por horómetro, debido a que el operador puede gastar horas en exceso sin un mayor rendimiento en producción o efectuar más movimiento de tierras que el necesario. El costo del movimiento de tierras se viene a conocer una vez finalizado el trabajo y puede sufrir marcadas diferencias con lo presupuestado. Sin embargo, con un adecuado control y la fijación de volúmenes máximos a pagar por kilómetro es posible regular esta modalidad. El costo por movimiento de tierras varía desde 1000 US$/km en condiciones fáciles a más de 8000 US$/km en pendientes escarpadas con presencia de roca. Se estima que los costos del movimiento de tierra debieran ser mayores en la X Región como consecuencia de la mayor cantidad de días de lluvia en los cuales no se puede operar las máquinas. Sin embargo, la abundante oferta de maquinaria y el desplazamiento de contratistas desde otras zonas en los últimos años, ha significado la estabilización y unificación de las tarifas. Basado en esta consideración y ante la ausencia de una mayor cantidad de datos locales se incluyen en el cuadro 4.4 los costos de máquina y producción tanto de la X como de la VIII Región de Chile. Cuadro 4.4 Costos horarios y producción en movimiento de tierras Costo horario Costo producción US$/hora US$/m3 Bulldozer 190 HP 65 0,29-0,46 (1) 0,55-0,60 (2) Bulldozer 165 HP 50 0,55-0,60 (2) Excavadora 118 HP 44 0,51 (1) 0,55-0,60 (2) Excavadora 128 HP 63 0,61 (3) 1,19 (4) Maquinaria
(1) Cociente entre el valor arrendamiento de la máquina y el rendimiento, VIII Región (Cabezas, 1994)
(2) Valor fijo contratado por unidad de producción (3) Cociente entre el valor arrendamiento de la máquina y el rendimiento, X Región (Contreras, 1995) (4) Material rocoso con empleo de martillo hidráulico, X Región (Contreras, 1995)
ii) Excavadora hidráulica Actualmente Chile ha incorporado el uso de las excavadoras hidráulicas a la construcción de caminos forestales, las que se muestran más eficientes para terrenos con laderas de pendientes fuertes, taludes de corte de gran altura, alta presencia de tocones y terrenos calificados como frágiles, figura 4.5. Cuando trabajan juntos excavadora y bulldozer, la excavadora realiza la apertura de una "picada" o faja angosta lo cual facilita el trabajo posterior del bulldozer. La excavadora además trabaja los taludes y el bulldozer termina el movimiento de tierras con una nivelación. Sin embargo, desde el punto de vista económico el empleo conjunto de estos dos equipos resulta en un mayor costo del camino por kilómetro (Cabezas, 1994). La excavadora trabajando sola, es ineficiente tanto en productividad como en calidad en la fase de perfilado de la subrasante ya que invierte en esta actividad un 30% de los tiempos productivos (Fundación Chile, 1991). Estudios comparativos dan resultados encontrados respecto de las ventajas de la excavadora por sobre el bulldozer en cuanto a rendimiento y costos. En el cuadro 4.5 se entregan algunos datos de rendimiento obtenidos recientemente (Cabezas, 1994; Contreras, 1995; Fundación Chile, 1991). Ocasionalmente en condiciones de materiales rocosos se observó el reemplazo del balde por un martillo hidráulico, mediante el cual fue posible fraccionar y remover sectores con roca, evitando el uso de explosivos. Esto es válido para rocas con cierto grado de meteorización. Otra ventaja del uso de las excavadoras es el mejor trabajo en la superficie de los taludes de corte (peinado) los que quedan con una mejor terminación. Sin embargo, debe tenerse presente que en plataformas angostas (4-5 m) la excavadora tiene dificultades para maniobrar. En caminos forestales es poco común el alisado de taludes con motoniveladora. El trabajo con excavadora presenta similares tiempos improductivos o demoras que el bulldozer (12%), de los cuales el 29% corresponde a descanso o demoras personales, 44% a mantenimiento o relativas a la máquina y 27% a traslados (Cabezas, 1994).
Figura 4.5 Empleo de excavadoras hidráulicas en caminos forestales (Coñaripe) Cuadro 4.5 Movimiento de tierras con excavadora, rendimientos en caminos forestales Tipo de suelo
Pendiente (%)
Suelo limoso Suelo limoso Suelo arcilloso Suelo arcilloso y roca granítica oxidada Suelo arcilloso y roca oxidada Suelo arcilloso y roca metamórfica fragmentada Roca, martillo hidráulico
10 55 50 60 80 40-70 40-70
Excavadora (m3/hora) 118 HP 128 HP 76(1) 86(1) 106-123(3) 86(1) 86(3) 104(2) 53(2)
iii) Explosivos En las áreas de bosque nativo ubicado en la Cordillera de Los Andes es común encontrar frentes de roca sana que requiere el empleo de explosivos para su remoción. Es una faena de la cual no se tiene mayor información, excepto que su costo alcanza de 8 a 10 US$/m3 de roca. Esto incluye la perforación con barrenos neumáticos, la tronadura y el movimiento del material removido. Este trabajo se contrata a empresas especializadas en el manejo de explosivos.
4.4.4 Obras de drenaje i) Cunetas
La mayoría de los caminos forestales de la X Región incluye una cuneta lateral de tipo triangular en el lado y pie del talud de corte, de aproximadamente 80 a 100 cm de ancho y 30 a 50 cm de profundidad. Si el material del fondo de la cuneta es rocoso, generalmente se deja construida como parte del proceso de movimiento de tierras. De lo contrario finalizado éste, en la etapa de perfilado de la subrasante se da el bombeo a la plataforma y construye la cuneta mediante el empleo de motoniveladora. Por esta razón fue difícil obtener datos de rendimiento y costo independientes para la construcción de cunetas, el que se estima en 200 US$/km. Las cunetas requieren descargar hacia puntos más bajos o quebradas naturales. Si ésto no es posible, se descargan a través de alcantarillas que cruzan el camino. La distancia entre descargas de cunetas se fija por las condiciones del terreno, la pendiente del camino, las curvas, los cursos naturales y posible volumen tributario de agua, generalmente no superan los 100 metros. Las cunetas de los caminos forestales en bosque nativo siguen la pendiente longitudinal del camino, no son revestidas y el material del fondo corresponde al material del lugar. Sólo ocasionalmente se coloca algo de grava o material rocoso para evitar erosión y socavamiento por la fuerza del agua. En un importante número de casos se observaron cunetas tipo rectangular o trapezoidal de pequeñas dimensiones, 40 cm de ancho y profundidades variables de 20 a 40 centímetros. Esto generalmente estaba asociado a plataformas estrechas. ii) Fosos y contrafosos En situaciones de terrenos planos y húmedos se construyen fosos laterales para drenar el agua del cuerpo del camino profundizando la napa freática. Son fosos de 1 a 1,2 m de ancho y profundidades de 1 m o más, construidos con retroexcavadora hidráulica. El rendimiento de la excavadora en estas condiciones no supera los 35 m3/hora, esto es aproximadamente 1,25 US$/m3. Los contrafosos o contracunetas se construyen en la cabeza de los taludes de corte y tienen por finalidad controlar las escorrentías superficiales, evitando que lleguen a la superficie del talud causando erosión. iii) Alcantarillas Las alcantarillas son canalizaciones que cruzan transversalmente el camino y permiten la evacuación de cursos de agua natural y la descarga de cunetas. La sección se determina en base a la estimación del caudal a evacuar - para lo cual se consulta a los lugareños sobre las máximas crecidas - y por la experiencia constructiva que se ha logrado en la zona. El número de alcantarillas depende primero de los cruces naturales de cursos de agua y segundo de las descargas obligadas de las cunetas. Es común encontrar valores medios de 5 alcantarillas por kilómetro o 30 a 40 m/km, las que generalmente se construyen a continuación del movimiento de tierras. Una excepción son las alcantarillas ubicadas en cursos de agua permanentes, las que se instalan antes. Los materiales más usados son la madera para la alcantarilla rústica de rollizos y las tipo puente, el cemento vibro comprimido y el acero galvanizado corrugado para las tuberías. Las alcantarillas tipo puente se construyen en lugares donde la profundidad no permite la instalación de tubos o donde se requieren tubos mayores de 50 cm de
diámetro. Las alcantarillas rústicas y tipo puente construidas de madera son la más comunes en los caminos forestales de los bosques nativos siempreverdes. Alcantarillas rústicas o tipo "patagona". Estas se construyen con troncos huecos o grupos de 6 a 8 troncos colocados transversalmente al camino siguiendo el curso de la corriente, los que se cubren con materiales locales o ripio, figura 4.6. Se instalan cuando los flujos son pequeños y los caminos no serán permanentes. Pueden durar un par de temporadas, son muy sencillas, rápidas y económicas de construir, usan sólo materiales locales y se construyen durante la etapa de movimiento de tierras. Alcantarillas tipo puente construidas con rollizos. Están constituidas por dos rollizos de 30 a 40 cm de diámetro colocados transversalmente y separados 1 a 2 m, sobre ellos se colocan a modo de tablero rollizos de 20 a 25 cm de diámetro uno al lado del otro y se tapa con material del lugar o ripio. La construcción requiere sólo de un motosierrista y materiales locales. Se prefiere la especie coigüe (Nothofagus dombeyi) por su mayor duración cuando quedan en o con la tierra y humedad. Los rollizos se alambran para evitar que se separen al recibir carga. Alcantarillas tipo puente con vigas de madera aserrada. Una vez realizada la excavación de 1 a 2 metros de ancho y 0,6 a 0,90 m de profundidad, según se trate de caminos ripiados o de tierra, se instalan dos rollizos de 30 cm de diámetro o basas de 30×30 cm colocadas y ancladas transversalmente, figura 4.6. Sobre éstas se colocan cinco vigas longitudinales separadas a 0,9 m y sección de 20×30 cm o rollizos de 25 cm de diámetro. Luego se clavan las vigas transversales de madera aserrada o tablero de resistencia de 3,6 m, de sección 7,5×20 cm ó 7,5×25 cm, colocadas de plan y separadas 5 cm una de otra para permitir la aireación y evitar la pudrición. Finalmente se termina con un rodado o dos huellas de 0,8 a 1,0 m de ancho cada una y 5 a 7,5 cm de espesor. Los clavos utilizados son de fierro de construcción de 10 mm de diámetro y 20 cm de largo. Donde el curso de agua es más importante o más torrencial estas alcantarillas toman las características de un puente, es decir los muertos se reemplazan por cabezales y estribos (Mininco S.A., 1993). El costo de las alcantarillas de madera tipo puente alcanza de 200 a 300 US$/alcantarilla.
Figura 4.6 Alcantarillas: tipo patagona en Chiloé
Figura 4.6 Alcantarillas: tipo puente en Chiloé Alcantarillas de tubos rígidos de cemento comprimido. Son menos frecuentes que las alcantarillas de madera en los caminos actuales de bosques nativos, pero por la escasez de la madera de roble (Nothofagus obliqua) tradicionalmente empleada y por la facilidad de instalación de los tubos de cemento, su uso será cada vez más común. Las alcantarillas se instalan en una zanja de una profundidad igual a tres diámetros y ancho igual al diámetro más 30 cm a cada lado para permitir la colocación de los tubos, figura 4.7. El fondo de la excavación debe quedar liso, compacto y con una pendiente entre 3 y 6 por ciento. Si el fondo es rocoso la tubería se coloca sobre una capa de arena de 10 cm de espesor, si el fondo está constituido por material de baja capacidad de soporte (CBR<5%), es reemplazado en una profundidad de 30 cm por material estabilizado.
Figura 4.7 Alcantarilla de tubos de cemento vibro comprimido (Riñihue) (A)
Figura 4.7 Alcantarilla de tubos de cemento vibro comprimido (Riñihue) (B) Las tuberías rígidas de cemento vibro comprimido corresponden a tubos de 30 a 50 cm de diámetro interno, resistencias de 1900 a 2800 kg.m. Los tubos se unen y se emboquillan con mortero de cemento. La instalación se termina con un relleno colocado por capas de 20 cm y compactado adecuadamente. En la entrada y salida de la alcantarilla se construye una protección para sostener la tierra. El largo de la alcantarilla debe ser tal que la salida entregue el agua 1 m más afuera de la plataforma, esto es comúnmente entre 7 y 10 metros. Las alcantarillas en cursos de agua natural se instalan perpendicularmente al camino o siguiendo el curso de agua, las alcantarillas que corresponden a descargas de cunetas se instalan formando un ángulo de 30° con el transversal del camino. Predomina la excavación e instalación de alcantarillas en forma manual mediante cuadrillas de tres a cuatro hombres que alcanzan rendimientos de 12 a 15 m/jornada (Arrué, 1991). De los tiempos totales 64% corresponde a excavación, 20% a colocación de tubos y 16% a relleno y compactación. En la excavación se emplea ocasionalmente pequeñas retroexcavadoras montadas sobre tractores agrícolas, pero por lo general por el poco volumen y gran cantidad de tiempos de espera no resulta económico. En los caminos forestales de bosques siempreverdes se construyen de 30 a 40 m/km con un costo de 30 a 70 US$/m, lo que representa de 12 a 15% del costo total del camino (Mininco S.A., 1994; Terranova S.A., 1990b). Alcantarillas de tuberías flexibles de lámina de acero galvanizado corrugado. Son las menos empleadas debido a su alto costo. La sola tubería sin instalar para 0,4 m de diámetro cuesta 100 US$/m. La instalación es similar que para tubos de cemento, excepto la unión de los tubos que es empernada. La ventaja frente a las tuberías de
cemento es su menor peso, lo que hace fácil su transporte e instalación, especialmente para diámetros mayores de 50 centímetros. iv) Badenes Muchos de los ríos de cordillera son torrenciales, de poco caudal en verano y cuentan con un lecho de rocas o piedras, razón por la cual es posible construir badenes para cruzarlos. Tienen la desventaja que anualmente hay que reconstruirlos, pero no son gran inversión ya que se requiere sólo unas horas de bulldozer. Son menos frecuentes, debido a que muchas veces las orillas no son lo suficientemente firmes, lo que lleva a construir puentes. v) Puentes de madera El requerimiento de puentes por las condiciones topográficas y la abundancia de cursos de agua de cierta importancia en las áreas de bosques nativos alcanza de 2 a 3,5 m/km (Terranova S.A., 1990c). Los puentes de madera son de una vía y comúnmente tienen 6 a 20 m de longitud. Los puentes que superan los 8 metros se construyen de más de una luz o tramo. El diseño es más bien estándar, variando sólo la cantidad y dimensiones de las vigas longitudinales. Los cabezales están constituidos por un muerto o rollizo de gran dimensión asentado sobre una base firme y anclado con cables. Este recibe 5 a 6 vigas longitudinales, generalmente rollizos de 35 a 50 cm de diámetro o basas labradas de 35 × 40 cm, que se fijan a los cabezales con clavicotes o pernos de 19 mm de diámetro y 60 cm de largo. Sobre ellas se clava el tablero de resistencia de 4,0 m de ancho constituido por piezas dimensionadas de 10×20 cm colocadas de plan y clavadas con clavicotes de acero de 10 mm de diámetro. Sobre este tablero va el rodado constituido por dos huellas de 0,8 a 1 m cada una, de 3" de espesor, figura 4.8. En general los puentes de madera son sencillos de construir, se requiere de un perito en puentes ("maestro"), un motosierrista y tres ayudantes, dos tecles y una yunta de bueyes o tractor para lanzar las vigas. Se estima que se requieren 4 a 6 jornadas por metro de puente según se construyan estribos de alas o no, es decir un puente de una luz de 8 a 10 m puede construirse en 10 días.
Figura 4.8 Puente de madera de una luz en caminos forestales Las especies de madera más usadas en su construcción son el roble (Nothofagus obliqua), el coigüe (Nothofagus dombeyi) y últimamente por escasez de ellas, eucalipto (Eucalyptus globulus). Para preservar la madera seca contra la pudrición se pintan con productos bituminosos, principalmente carbolineo. El costo de construcción de puentes sencillos de una luz alcanza de 500 a 600 US$/m, de los cuales 25% corresponde a mano de obra y 60% a materiales, el resto son arriendo de equipos (Terranova S.A., 1990a; Mininco S.A., 1994). Si incluye la construcción de estribos el costo puede superar los 1000 US$/m.
4.4.5 Estabilización de calzadas A pesar de ser la etapa más costosa de la construcción de caminos forestales, en las cosechas de bosques siempreverdes no ha alcanzado aún los niveles de profesionalismo que se observan y exigen en las faenas de bosques de plantaciones. Es común que el costo de estabilización represente de 60 a 70% del costo total del camino (Terranova S.A., 1990b; Mininco S.A., 1994). Los caminos principales para cosechas de nativo, aún cuando se trate de cosechas de temporada seca, exigen la estabilización para asegurar el transporte debido a que es frecuente tener veranos lluviosos y por la presencia de suelos de baja capacidad de soporte. En terrenos de laderas muchas veces con el movimiento de tierras se llega a una fundación suficientemente firme, requiriéndose una delgada capa de ripio para contar con un camino transitable. Si el suelo es más profundo, las exigencias son mayores y se llega a colocar hasta más de 30 cm de material pétreo. i) Aridos Los materiales más usados para estabilizar son gravas de canto rodado (ripio), roca fragmentada en estado natural y roca chancada artificialmente. En la cordillera de Los Andes existe abundancia de rocas intrusivas y graníticas y en la Depresión Intermedia lo son los depósitos aluviales y fluvioglaciales. A lo largo del valle de los ríos y en general en todo el valle central de la X Región es posible obtener a poca profundidad yacimientos de ripios de buena calidad. Muchas veces en su estado natural los ripios presentan granulometrías bien graduadas y escaso sobretamaño, cumpliendo con las exigencias que establecen las bases técnicas para la construcción de caminos, cuadro 4.6. En general el proceso de obtención en pozo considera el escarpe para la eliminación de la capa de suelo que lo cubre, soltar el material y una clasificación para eliminar el sobretamaño sobre 7,5 cm. El costo de producción de áridos no chancados varía entre 2,5 a 4,0 US$/m3. La clasificación se hace generalmente haciendo pasar por gravedad el material a través de una malla de acero con ayuda de un cargador frontal, figura 4.9. Cuando el material no presenta una adecuada cantidad de finos, esto ocurre generalmente cuando el material proviene de playones de río, se agrega aproximadamente un 5% arcilla. Esto ayuda a dar adherencia al material y a sellar la carpeta. Cuadro 4.6 Ripio de pozo en la X Región y banda granulométrica especificada Fuente: Gayoso, 1990a.
Tamiz (mm) 76 50 37 25 12 4,76 2,38 0,59 0,42 0,075
% que pasa Banda especificada Muestra de pozo 100 100 76-100 88 64-84 76 52-72 67 30-50 49 19-39 37 11-31 31 5-20 21 4-17 14 4-10 6
Figura 4.9 Obtención y clasificación de áridos de pozo (San José de la Mariquina) Las características comúnmente exigidas a los materiales son (Gayoso, 1993a): - tamaño máximo 6 a 7,5 cm - contenido de finos menores de 0,075 mm, entre 4 y 10% - límite líquido del mortero bajo 0,4 mm, máximo 35% - índice de plasticidad entre 4 y 9% - cumplimiento de la banda granulométrica - 60% capacidad de soporte CBR medida al 95% del Proctor Modificado El valor de capacidad de soporte CBR (California Bearing Ratio) de los materiales de canto rodado es variable pero alcanza de 60 a 70% e incluso más (Gayoso, 1992a; Gayoso, 1990a). Es común observar en las bases técnicas exigencias de CBR mínimo 60 por ciento. Los materiales chancados a pesar de ser estructuralmente más apropiados que los ripios, son poco habituales en la construcción de caminos forestales en bosque nativo debido a su mayor costo de producción, el que alcanza cifras de 10 a 16 US$/m3 y a la abundante oferta de ripios (Terranova S.A., 1990c; Mininco S.A., 1994). Sin embargo, donde no hay ripios o las distancias de transporte son mayores, el chancado ha
llegado a ser una opción. Aunque en el caso de la Cordillera de la Costa de la X Región, existen pocos lugares donde hay roca sólida para chancar, ya que las rocas de la Costa son de origen metamórfico y no sirven a este propósito por ser del tipo mica esquisto, muy fraccionables, laminares y fácilmente meteorizables. Hay también algunos ejemplos de utilización de cuarcitas propias del complejo metamórfico, aunque sólo han resultado apropiadas para tránsito liviano. Otro material en uso en los caminos de bosques nativos en la X Región es la roca fragmentada de origen metamórfico ubicada en la Cordillera de los Andes. Esta roca a diferencia de la costera es más sana, menos micácea. Como todo material metamórfico tiene la tendencia a la fragmentación por lo cual es más adecuado para bases y subbases que para carpetas de rodado. El material se obtiene de los cortes de camino mediante excavadora y aunque heterogéneo ofrece soportes superiores a 58% CBR (Gayoso, 1992b). La elección de cuál material usar es hoy principalmente una decisión económica, ya que el costo de transporte de los áridos es el principal ítem del costo de la estabilización, con aproximadamente 0,3 US$/m3/km. Esto lleva generalmente a emplear materiales locales aún renunciando a una mejor calidad. ii) Proceso constructivo Preparación de la subrasante. Antes de colocar el ripio, se perfila la subrasante con empleo de motoniveladora dejando un perfil transversal bombeado y luego se compacta con rodillo pata de cabra o liso, de peso estático no inferior a 5,5 toneladas. La compactación se efectúa a humedad óptima, precediéndose a regar si fuere necesario, hasta alcanzar como mínimo el 95% de la densidad máxima determinada por ensayo Proctor Modificado (Gayoso, 1990a; Mininco S.A., 1993). A pesar que la compactación de la subbase se traduce en un menor requerimiento de espesor de carpeta, es una práctica que aún no se generaliza en la construcción de los caminos forestales de bosque nativo. El costo de la preparación de la subrasante varía de 0,1 a 0,3 US$/m2 (600 a 1780 US$/km) y el rendimiento de la motoniveladora alcanza a 0,7 km/hora. Acordonado del material. El ripio transportado en camiones tolva de 5 a 10 m3 de capacidad, se deposita en volúmenes uniformes a lo largo del camino para poder obtener los espesores y anchos especificados. El material es acordonado por medio de motoniveladora, se agrega arcilla si es necesario, y se mezcla hasta obtener completa uniformidad en el cordón. Finalmente es esparcido en una capa uniforme. El rendimiento de la motoniveladora en el trabajo de acordonado es de aproximadamente 0,3 km/hora, en revoltura 0,16 km/hora y en extendido 0,35 km/hora (Arrué, 1991). Compactación. El ripio se compacta en condiciones de humedad óptima empleando un rodillo liso vibratorio hasta lograr un 95% de la densidad máxima dada por el ensayo Proctor Modificado o hasta una densidad relativa mínima de 80 por ciento. Generalmente es necesario aplicar riego para lograr la humedad óptima del material. El rodillado se hace partiendo por los bordes y siguiendo hacia el centro de la calzada, traslapando las franjas un mínimo de 30 centímetros. La calzada terminada se entrega pareja con un perfil transversal bombeado de igual pendiente que la subbase. La formación de la carpeta sin incluir el costo del material, pero incluyendo acordonado, revoltura, extendido y compactación tiene un costo de 2450 US$/km o 1,5-2 US$/m3 de ripio (Terranova S.A., 1990b; Gayoso, 1992a; Mininco S.A., 1994).
En construcciones más rústicas, los camiones depositan el ripio directamente sobre la subrasante tal como quedó de la etapa de movimiento de tierras y la distribución del ripio se hace con el bulldozer. El camino se entrega al tránsito sin una compactación previa, dejando este proceso al propio paso de los vehículos. iii) Espesor de la carpeta de rodado Los espesores de la carpeta varían según el volumen de madera a transportar y las condiciones de soporte de la subrasante. Es común observar espesores compactados entre 20 y 40 centímetros. Si bien el dimensionamiento de carpetas por el método de la AASHTO (American Association of State Highway Transportation Officials) es habitual en caminos forestales de bosques de plantación, en bosques nativos el espesor se determina sólo en base a la experiencia ganada en la zona (Gayoso, 1994b). iv) Construcción en terrenos de baja capacidad de soporte Envaralados o planchados de madera. En terrenos planos generalmente húmedos y blandos, suelos profundos, llega a ser imposible colocar la capa de ripio, ya que se incrusta en la fundación perdiendo su valor estructural. Cuando la capacidad de soporte es igual o inferior a 3% CBR, se recurre a la técnica tradicional del "envaralado", que consiste en colocar transversalmente al eje del camino rollizos de 20 a 30 cm de diámetro y 4 a 5 metros de ancho sobre el terreno nivelado, figura 4.10. Luego las trozas se recubren con material del lugar o material granular. A veces se utilizan residuos de cosecha, metro ruma o incluso desechos de aserradero. El costo del planchado sin incluir la capa de recubrimiento alcanza a 12 US$/m. Geotextiles. En 1989 ya se empleaban geotextiles en la construcción de caminos forestales en la X Región, sin embargo su uso sigue siendo esporádico. Las razones se encuentran en la vigencia de la técnica del envaralado, aunque hoy por el uso alternativo para pulpa que tiene la madera que se usa en la confección de los mismos hace pensar en un mayor empleo de los geotextiles. El geotextil se extiende sobre la subrasante de suelo natural, perfilada y libre de residuos que pudieren rasgar la tela, y sobre éste se distribuye y compacta el agregado granular. Los geotextiles que presentan mejor resultado son los de tipo "punzonado" y resistencia a la tracción mayor de 90 kg/5cm. El costo de los geotextiles empleados con éxito en la construcción de caminos forestales es de 1,3-1,5 US$/m2. A este valor hay que agregar la instalación y el costo de la capa de ripio. Estabilización química de suelos. En Chile en los últimos años se han desarrollado numerosas experiencias empleando aceites sulfonados para estabilizar suelos arcillosos en caminos forestales (RRP, CON-AID, ISS). Dado que ninguna de ellas se ha realizado en áreas de bosques nativos, y sólo dos en la X Región, no se puede decir que haya resultados concluyentes respecto de los éxitos y fracasos.
Figura 4.10 Tradicional "envaralado" para zonas de baja capacidad de soporte (Entrelagos) (A)
Figura 4.10 Tradicional "envaralado" para zonas de baja capacidad de soporte (Entrelagos) (B) En general se piensa que los mejores resultados han ocurrido sobre suelos arcillosos de la Cordillera de la Costa, mientras los mayores fracasos son sobre suelos volcánicos (Pernas et al, 1991; FORVESA, 1993). El costo de la estabilización química del suelo alcanza 4000 US$/km, a lo que hay que sumar los costos de construcción de una delgada carpeta de rodado. v) El problema del polvo en el verano y la estabilización
Por el tipo de suelo de origen volcánico, de textura limosa o arenosa fina, los caminos en condiciones de temporada seca presentan una capa suelta de 20 a 30 cm, que con el paso de los vehículos genera densas nubes de polvo. Esto trae como consecuencia inseguridad al tránsito, problemas mecánicos por mayor desgaste de rodamientos y filtros y, un aumento del riesgo de afecciones en las vías respiratorias del personal expuesto. Las técnicas usadas para controlar el polvo van desde el riego permanente con agua hasta la colocación de una delgada capa de 8 a 10 cm de material granular. La bibliografía señala como controladores de polvo diferentes sales higroscópicas (sal común, cloruros de magnesio, cloruros de calcio y otros productos químicos conocidos como RRP, CURASOL, HÜLS BL 801, SACOFLOR, BIOSOL, BINDERSOL). Sin embargo, las pruebas realizadas hasta ahora en los suelos volcánicos no han mostrado el control esperado.
4.4.6 Mantenimiento El mantenimiento de los caminos forestales se aborda de dos maneras. Uno es el mantenimiento periódico que se hace una a dos veces en el año, antes de iniciar la temporada de transporte y durante ella, dependiendo de las necesidades. El mantenimiento mecanizado se contrata a empresas contratistas especializadas y consiste en recargar la calzada con material adicional en los puntos donde es necesario, limpiar cunetas y alcantarillas, eliminar los derrumbes de taludes y motonivelar la calzada. El otro, es un mantenimiento que generalmente está a cargo de la propia empresa forestal y corresponde al mantenimiento diario que se hace en forma manual con una persona y una carretilla cada 4 a 6 kilómetros. Esta persona tiene por finalidad tapar hoyos, eliminar derrumbes y obstrucciones de las cunetas y alcantarillas. La práctica demuestra que es un mantenimiento muy efectivo y de bajo costo, razón por la cual está hoy muy difundido. El costo medio anual de mantenimiento de una red de caminos que recibe tránsito de invierno varía entre 6 y 10 por ciento del costo del camino. Este se estima es mayor a menor inversión inicial y mayor participación de tránsito en condiciones húmedas. Además del mantenimiento de los caminos prediales las empresas forestales deben asumir o al menos contribuir al mantenimiento de los caminos públicos comunales.
4.4.7 Resumen de costos La construcción de caminos forestales en la forma detallada en los párrafos anteriores para una red de 20 m/ha, significa un costo de 300 a 500 US$/ha, que puede llevar a una incidencia de 2 a 5 US$/m3 de madera producida. En el cuadro 4.7 se resumen los costos de las diferentes etapas del proceso constructivo. Cuadro 4.7 Resumen de costos de construcción, caminos forestales en bosque nativo Etapa Trazado Desmonte Movimiento de tierras Cunetas Alcantarillas (30-40m/km) Puentes (2m/km) Preparación subrasante Producción ripio
US$/km 150 - (1) 6500 (2) 200 2250 1100 1200 5600
(%) 0,6 27,0 27,6 0,8 9,3 4,5 14,6 5,4 23,3
Transporte ripio Construcción carpeta Total
4000 3000 24000
16,6 12,5 57,8 100,0 100,0
(1) Esta partida se incluye en los costos de cosecha (2) Incluye destronque 1 US$/tocón de diámetro >40 cm Como se aprecia en el cuadro 4.7, el componente principal del costo de un camino forestal permanente corresponde a la estabilización. Actualmente no incluyen costos como protección de taludes y derrames, construcción de pequeños diques y disipadores de energía en las descargas de alcantarillas, ni los costos por desactivación de caminos.
5 COSECHA
5.1 Métodos de corta, tipo forestal siempreverde 5.2 Sistema de cosecha 5.3 Tala 5.4 Madereo 5.5 Carguío y transporte mayor 5.6 Enriquecimiento o plantación 5.7 Aspectos sobre recurso humano
5.1 Métodos de corta, tipo forestal siempreverde
5.1.1 Corta final con método a tala rasa 5.1.2 Corta final con método de selección 5.1.3 Método de Cortas de Protección 5.1.4 Cortas intermedias
5.1.1 Corta final con método a tala rasa El método de corta a tala rasa no es aplicable según la legislación para el tipo forestal siempreverde. Sin embargo, existe un resquicio legal que lo permite y es a través de la solicitud de cambio de uso del suelo, dado que la ley permite explotar bosque nativo para habilitar terrenos con fines agrícolas, sin obligación de reforestar con especies similares. Así, terrenos planos como el caso de bosques siempreverdes del subtipo forestal ñadi y otros bosques siempreverdes ubicados en lomajes suaves pueden ser convertidos en bosques de plantación con especies como Pinus radiata y Eucalyptus sp. entre otras. La legislación actual no establece superficie límite para este tipo de corta o sustitución en terrenos con pendientes bajo 30 por ciento. Sólo para el rango entre 30 y 45% se establece que la corta no superará las 20 hectáreas, debiendo dejarse entre sectores una faja boscosa de al menos 100 metros (CONAF, 1981). Terrenos sobre el 45% de pendiente no se pueden cortar a tala rasa. Sin embargo, la nueva ley del bosque nativo en trámite legislativo, impedirá la sustitución en terrenos de más de 30% de pendiente y de los bosques nativos de alto potencial productivo, determinará como tope máximo para la sustitución un máximo de 25% del bosque nativo existente en cada predio y además establecerá la obligatoriedad de manejar o forestal una superficie equivalente a la sustituida. Además cuando la superficie de sustitución exceda de 500 hectáreas, el propietario deberá acompañar al plan de manejo un estudio de impacto ambiental (Chile, 1992).
5.1.2 Corta final con método de selección El método de corta selectiva es aplicable al tipo forestal siempreverde y permite la extracción de hasta el 35% del área basal del rodal, debiendo establecerse como mínimo 10 plantas de la misma especie por cada individuo cortado, o 3000 plantas por hectárea del tipo forestal, en ambos casos homogéneamente distribuidas. Una nueva corta selectiva en el mismo rodal se puede efectuar una vez transcurridos 5 años desde la corta anterior. No existen restricciones en cuanto a la pendiente para aplicar el método. La Ley permite la extracción de árboles individuales o de grupos de árboles, en cuyo caso la superficie que ocupen no puede ser superior a 0,3 hectáreas y con fajas entre rodales de a lo menos 50 metros (CONAF, 1981).
5.1.3 Método de Cortas de Protección La ley identifica en principio como corta de protección, una corta gradual del rodal en una serie de cortas parciales, para dar origen a un rodal coetáneo a través de regeneración natural, la cual se inicia bajo protección del antiguo rodal. Este tipo de corta queda restringido a pendientes menores de 60 por ciento (CONAF, 1981). Actuales normas de adhesión para corta final en el tipo forestal siempreverde precisan tres métodos alternativos (la corta en fajas, la corta en bosquetes y la corta homogénea) atendiendo a la factibilidad técnica de obtener la supervivencia de la especie y el control del riesgo de erosión (CONAF, 1994b). Se limita el tamaño máximo de los rodales para aplicar este método en 50 hectáreas y se fijan tres métodos a emplear según el subtipo forestal y características dasométricas. En cuanto a la regeneración en general se trata de regeneración natural, siendo alternativa la plantación de especies del mismo tipo forestal o "enriquecimiento" a una densidad de 800 plantas/ha complementando la regeneración natural. Según el subtipo de siempreverde y suelo se preferirán especies tales como raulí (Nothofagus alpina), coigüe (Nothofagus dombeyi), ulmo (Eucryphia cordifolia), tepa (Laurelia philippiana), etc., a una distancia entre plantas de 3,5×3,5 m ó 3×4 m. Esta plantación se estima más necesaria e inmediata después de la corta cuando hay riesgo de invasión por quila. i) Método de fajas alternas o sucesivas Las normas de adhesión precisan que el método de tala rasa en fajas alternas o sucesivas consiste en voltear todos los árboles que se encuentren dentro de una faja boscosa de no más de 30 m de ancho. En fajas alternas el bosque que queda entre fajas de tala no debe tener menos de 30 m de ancho. En las fajas sucesivas se debe haber establecido regeneración de a lo menos 2500 plantas/ha de especies forestales del tipo forestal homogéneamente distribuidas con una altura mínima de 1 m, antes de establecer la faja siguiente. En caso de bosques con más de 20% de especies tolerantes con diámetros menores de 40 cm se sugieren fajas de hasta 60 metros, pero dejando en pie las especies tolerantes (CONAF, 1994b). ii) Método de bosquetes En este caso la corta en bosquetes alcanzará como máximo a no más de 20 m de radio (0,125 ha), y quedará rodeado de bosque hasta que la regeneración esté
establecida en el área, esto es, 2500 plantas por hectárea de especies del tipo forestal, homogéneamente distribuidas y con una altura mínima de 1 metro. iii) Método de protección uniforme Este método de corta de protección como cosecha final del bosque consiste en una corta en dos etapas. Una primera corta de semillación o tala de una porción de los árboles en una superficie determinada, asegurando un nivel de cobertura homogénea del suelo que permita proteger la regeneración que se establecerá en el sitio posterior a la explotación. Esta etapa permite la extracción máxima de un 70% del área basal o de la cobertura total en una primera intervención o corta de semillación. La segunda etapa o corta final de los árboles remanentes podrá hacerse por volteo o anillado de los árboles en pie, según el riesgo de afectar la regeneración, cuando esté establecida con al menos 2500 plantas homogéneamente distribuidas con una altura promedio de 1 o 2 m, según exista menos o más del 20% de presencia de especies tolerantes de diámetros menores de 40 cm (CONAF, 1994b). La primera etapa en este tipo de corta luego de identificar los sectores a explotar es la marcación de los árboles que se extraerán del bosque. En este caso el criterio fundamental es asegurar el nivel de cobertura dejando en pie una masa boscosa cualitativamente semejante a la inicial, más allá de un criterio netamente productivo. De esta forma, los árboles que se cortan no son sólo aquellos que acumulan los mayores volúmenes del rodal o presentan la mejor forma.
5.1.4 Cortas intermedias Después de cortas selectivas y protección se realizan cortas intermedias que corresponden a cortas de limpieza, liberación, raleo, mejoramiento y sanitarias. El objetivo de éstas es habilitar la superficie intervenida para el posterior enriquecimiento o favorecer la regeneración, además regular la cobertura y distribución espacial del bosque.
5.2 Sistema de cosecha Tradicionalmente el sistema de cosecha empleado en bosque nativo se basa en la producción de trozas (cut-to-length). En el pasado se entraba a seleccionar el mejor árbol y la mejor troza, quedando el resto en el bosque. Hoy persiste la confección de trozas, lo que por una parte se debe al gran tamaño de los fustes, que pueden alcanzar más de 6 m3/árbol y 25 m de longitud, la heterogeneidad en la calidad y la irregularidad en la forma de los fustes de algunas especies, el limitado tamaño máximo de las cargas de arrastre según los equipos (bueyes, tractores agrícolas con huinche y torres de madereo), la topografía accidentada y la actual preocupación por evitar el daño al rodal remanente y la regeneración. Por otra parte, no menos importante es la relativa estandarización que imponen las industrias receptoras de la madera en cuanto a diámetros y largos de las trozas. Dada la alta heterogeneidad de los bosques siempreverdes resulta difícil caracterizar una situación promedio de las operaciones de corta. Para efecto del análisis que sigue se presenta la intensidad y caracterización de nueve situaciones de corta en la X Región, localizadas en la Cordillera de la Costa, Depresión Intermedia y Cordillera de los Andes, cuadro 5.1, figura 5.1. Cuadro 5.1 Características de la corta en bosques siempreverdes
Figura 5.1 Bosque siempreverde sin intervenir (foto izquierda: Riñihue).
Figura 5.1 Bosque siempreverde sin intervenido (foto derecha: Riñihue) Los productos que generalmente se obtienen del bosque siempreverde son trozas debobinables, trozas aserrables, trozas pulpables y leña. Los dos primeros productos se preparan en largos que van desde 1,8 hasta 4,8 m, generalmente en múltiplos de 0,3 metros y, se clasifican en diferentes calidades según sean cilíndricos u ovalados, por la presencia de nudos, fibra recta, partiduras y pudrición. Las trozas pulpables se preparan a 2,44 m, aunque ocasionalmente se aceptan largos de 1,22 metros. Las especies que tienen una mayor importancia relativa en el volumen cosechado son tepa (Laurelia philippiana), tineo (Weinmannia trichosperma), ulmo (Eucryphia cordifolia), coigüe (Nothofagus dombeyi), olivillo (Aextoxicon punctatum) y manió (Saxegothaea conspicua). En bosques de terceros el valor pagado por la madera en pie varía de 1,1 a 1,5 US$/m3, mientras que el valor de transferencia interna para bosques propios no supera 0,4 US$/m3. Las faenas de cosecha en bosque nativo, para el caso de las empresas forestales, se realizan a través de contratistas especializados. Estos reciben el bosque con los caminos hechos y trabajan en los sectores definidos por la empresa según el correspondiente plan de manejo. En los capítulos siguientes se describen las diferentes etapas del proceso productivo o sistema que incluye volteo y trozado, extracción, trabajo en cancha de acopio y carguío y transporte.
5.3 Tala El volteo de los árboles en el bosque nativo siempreverde se realiza en forma manual, empleando motosierras de 7 a 8 HP de potencia y 24" (61 cm) de longitud de espada (Husqvarna, Sthil). La mayor parte de los árboles en las cortas selectivas y de protección superan los 35 cm de diámetro alcanzando comúnmente hasta 100 y 120 centímetros, figura 5.2. Ocasionalmente para despunte y desrame se emplean motosierras más pequeñas. La cuadrilla de volteo se compone tradicionalmente de un motosierrista y un ayudante hachero. Las funciones del ayudante son varias, debe despejar el área alrededor del árbol que se volteará, preparar una vía de escape para el motosierrista y él mismo, y ayudar en el volteo para evitar que se trabe la motosierra. Otras funciones del ayudante son desramar el árbol caído en el caso que el diámetro de las ramas permita la operación con hacha, medir y marcar las trozas. El motosierrista determina la dirección de caída y realiza el corte en dos etapas. Primero el corte de caída, un corte en forma de cuña hasta 1/5 o 1/4 del diámetro, el cual determina la dirección del volteo. El segundo corte lo hace en forma transversal desde el lado opuesto al primero y en forma ligeramente descendente, llegando hasta unos centímetros sobre el corte de caída. Generalmente al ejecutar el segundo corte el motosierrista deja una primera porción del fuste sin cortar, como medida de seguridad para mantener la posición del árbol hasta que termine el corte. Una vez talado el árbol el motosierrista desrama las ramas más gruesas y luego procede a trozar el árbol. La selección de la dirección de caída en este tipo de bosque no corresponde habitualmente a una planificación previa para facilitar el madereo, sino que se ajusta a las posibilidades que presenta el propio árbol, la topografía y en el caso de cortas selectivas y de protección cuidando no dañar la vegetación remanente.
Figura 5.2 Volteo con motosierra en bosque siempreverde (K. Johansson).
Figura 5.2 Volteo con motosierra en bosque siempreverde - Trozado (Entrelagos) Para efectos de entender las cifras que siguen, el concepto de "hora" corresponde a hora planificada o tiempo total, mientras "hef" se refiere a hora productiva efectiva sin considerar las demoras. El rendimiento de la cuadrilla de volteo en condiciones de temporada estival para árboles de diámetros medios de 60 a 70 cm, alcanza de 8 a 11 m3/hora y 20 a 24 m3/hora en trozado, lo que hace que en la faena conjunta de volteo y trozado se alcancen rendimientos 35 a 45 m3 por jornada, cuadro 5.2 (Terranova S.A., 1989; Krauss, 1994; Gayoso, 1995c). El rendimiento en temporada invernal puede bajar 25% a 40% y la jornada de trabajo por las condiciones de luz natural no supera las seis horas (Gayoso et al, 1991). Galindo (1984) presenta rendimientos en volteo de sólo 4 a 5 m3/hora para árboles de dimensiones menores (0,3 a 0,5 m3/árbol). Por el contrario, la productividad del volteo en cortas selectivas tiende a ser mayor que en cortas totales debido al mayor tamaño de los árboles. En todo caso en las cortas protección y tala rasa se prefiere cortar en dos etapas, primero una corta selectiva de los diámetros mayores y especies destinadas a los productos debobinables y aserrables, y luego como faena aparte el bosque restante. Es común que dentro del sistema trabajen dos cuadrillas de volteo por cada tractor en arrastre. El rendimiento en el volteo es muy variable no sólo por las diferencias en el tamaño de los árboles, sino también por la especie. Existen marcadas diferencias en cuanto a la dureza de las maderas, la forma del árbol y su copa, la presencia o no de sotobosque,
la presencia o no de regeneración, el tipo de corta, cuidado de los árboles remanentes y la topografía. Cuadro 5.2 Rendimientos de la cuadrilla de volteo según tipo de corta Tipo de corta m3/hef m3/hora Selectiva 16,2 (1) 11,2 (1) Protección en fajas 8,4 (2) Protección homogénea 10,9 (2) Tala rasa 9,5 (3) 6,5 (3) hef = hora productiva efectiva; hora = hora planificada (1) Gayoso, 1995c (2) Rodríguez, 1994 (3) Terranova S.A., 1989
Basado en estudios de tiempos según diferentes fuentes se estima que las demoras o tiempo improductivo alcanza a alrededor de un 30 por ciento (Galindo, 1984; Gayoso, 1995c). Para volteo y trozado realizado con la misma cuadrilla, un 16% del tiempo productivo corresponde a desplazamiento, habilitación de fajas y limpieza de la base del árbol, 17% al volteo propiamente tal y el 67% restante al desrame, descope y trozado (Gayoso, 1995c). La alta incidencia del trozado justifica una segunda cuadrilla dedicada sólo a esta actividad. Los fustes de menor diámetro son madereados como troza larga hasta la cancha de acopio donde son retrozadas por la segunda cuadrilla. El trozado se hace en distintos largos, de acuerdo al producto final a obtener. Son pocos los contratistas que efectúan un control estricto de las faenas con el objeto de introducir modificaciones para lograr mayor productividad o mejorar la organización del trabajo. Como el sistema de pago se basa en las tarifas acordadas por unidad de producto, el control se restringe a determinar las cantidades producidas. Menos comunes son los estudios de tiempos y estudios de costos, los contratistas se conforman con saber si ganan o pierden dinero, pero sin saber qué partes del proceso rentan menos y cuáles más. Dado que la productividad varía según el tipo de corta, también varía el costo unitario según se trate de cortas selectivas o a tala rasa. El costo del volteo y trozado según la bibliografía varía entre 1,2 y 2,5 US$/m3 (Terranova S.A., 1989; Krauss, 1994; Meneses et al, 1994). Los componentes principales de este costo corresponden a las remuneraciones del motosierrista y ayudante, alcanzando al 55 por ciento, cuadro 5.3. En el cuadro 5.4 se detalla el costo horario de una motosierra de 8 HP. Cuadro 5.3 Distribución del costo de volteo (Krauss, 1994; Cortés et al, 1995) Item US$/Jornada US$/m3 (1) (%) Motosierra/equipo 26,32 0,88-0,59 38,5 Salario motosierrista 21,25 0,71-0,47 31,1 Ayudante hachero 16,25 0,54-0,36 23,8 Implementos seguridad 4,50 0,15-0,10 6,6 Total 68,32 2,28-1,52 100,0
(1) Estimado en base a rendimiento de 30 y 45 m3/Jornada Cuadro 5.4 Costo horario motosierra 8 HP Item Costos fijos - depreciación
US$/hora (%) 0,48 17 0,48
- interés inversión 0,04 Costos operacionales 2,81 83 - combustibles 0,84 - lubricantes 1,53 - reparaciones 0,44 TOTAL 3.29 100
5.4 Madereo
5.4.1 Madereo con Tracción Animal, bueyes 5.4.2 Madereo Mecanizado 5.4.3 Torre de madereo 5.4.4 Resumen de costos puesto cancha de acopio
El madereo corresponde al desplazamiento de la troza desde el lugar de volteo hasta la cancha de acopio. Para ello se utilizan distintos tipos de equipo dependiendo de las condiciones del terreno, tipo de suelo y tamaño de las trozas. En los bosques siempreverdes el madereo es mayoritariamente terrestre (arrastre) con empleo de yuntas de bueyes y tractores. A pesar de lo accidentado del terreno el empleo de torres de madereo (teleféricos) ha sido muy ocasional. Dos son las situaciones más comunes: arrastre directo de las trozas por un equipo único y equipos combinados. En este último caso generalmente las yuntas de bueyes concentran la carga a lo largo de una vía de saca preparada, trabajando en distancias que no sobrepasan los 50 metros, luego los tractores realizan el arrastre o desembosque hasta la cancha de acopio. En el caso de equipos únicos, el empleo de tractores forestales sobre neumáticos y orugas se reserva a pendientes bajo 30-35%, en pendientes superiores se observa el madereo ladera abajo con bueyes hasta pendientes de -45% y los tractores agrícolas con huinche en el madereo ladera arriba.
5.4.1 Madereo con Tracción Animal, bueyes En Chile el empleo de los bueyes en la cosecha forestal ha disminuido notoriamente a partir de los años 80. Sin embargo, en los bosques nativos siempreverdes mantienen aún un rol de importancia, especialmente en los bosques de medianos y pequeños propietarios. Los bueyes se emplean por parejas o yuntas y la carga es fijada por una cadena a un yugo que descansa sobre la nuca de los animales, figura 5.3. Los bueyes usados en la práctica forestal se caracterizan por poseer una contextura fuerte, cuello corto y grueso (Otavo, 1984). El peso de cada buey fluctúa entre 500 y 700 kilogramos. De acuerdo a Otavo y Gayoso (1984) los bueyes se desplazan a una velocidad de 1,4 a 1,8 km/hora tanto en viaje vacío como cargado, con una fuerza de tiro de 11 a 29% del peso corporal, lo que en arrastre ladera abajo se traduce en una capacidad de carga de hasta 1,5 toneladas y una potencia equivalente de 1,5 a 2,0 kW (2 a 2,7 HP). Para cargas mayores se emplean dos o más yuntas trabajando en conjunto. Los requerimientos energéticos de una yunta de bueyes trabajando en bosque nativo
alcanzan de 6 a 7 TND/jornada (TND = total de nutrientes digestibles), lo que es equivalente a una ración alimenticia de 1,3 a 1,4 fardos/día de heno (35-39 kg/día). Trabajar con estos animales en terrenos con pendientes requiere un adiestramiento de 2 a 3 años. Por lo general los bueyes son de propiedad del boyerizo y las empresas contratan el servicio por jornada, menos veces se hace un contrato a destajo.
Figura 5.3 Madereo con bueyes en terreno escarpado (Riñihue) El tamaño de las cargas varía de 0,5 a 1,3 m3 para trozas aserrables y debobinables, mientras que en maderas pulpables es apenas de 0,3 m3 (Gayoso, 1995c). Se ha llegado a registrar cargas de 1,8 m3, pero esto es posible sólo en pendientes fuertes a favor y suelos húmedos. La distancia de madereo varía desde unos pocos metros hasta 50 metros cuando trabaja juntando carga para el tractor y hasta más de 200 metros cuando trabaja sola. En observaciones recientes se pudo medir yuntas trabajando en vías de saca con pendientes hasta 45%, donde las trozas literalmente deslizan generando situaciones de alto riesgo para los boyerizos que operan la yunta desde el frente. Bueyes y boyerizos conforman un equipo único, donde los bueyes entienden instrucciones a través de diferentes voces, y el deslizamiento se controla alargando o acortando la cadena de amarre. En arrastre de trozas debobinables y aserrables, la productividad para una distancia media de madereo de 41 metros (30-70 m) y pendiente de la vía 30%, alcanza a 3,8
m3/hef ó 2,3 m3/hora planificada (Gayoso, 1995c). Los rendimientos son mayores según aumenta la carga por ciclo y disminuyen con el aumento de la distancia de madereo, figura 5.4 (Galindo, 1984). Para 100 y 300 metros de distancia de madereo el rendimiento medio no supera los 14 y 7 m3/jornada respectivamente (Krauss, 1994). Madereando trozas pulpables se espera una productividad 20% menor. El tiempo de trabajo de las yuntas de bueyes no supera de 5 a 6 horas efectivas para una jornada total de 8 a 9 horas y, del tiempo productivo el 50% corresponde a tiempos terminales, cuadro 5.5. A pesar del bajo rendimiento y las limitaciones en cuanto al tamaño de la carga que obliga a trozar excesivamente los diámetros mayores, el madereo con bueyes es un sistema que sigue siendo utilizado en bosque nativo por la disponibilidad de yuntas en la X Región, la habilidad de los boyerizos, las condiciones del terreno y la baja inversión que se requiere. Sin embargo, debe señalarse que las empresas están reemplazando los bueyes por tractores en terrenos planos y pendientes bajo 30%, relegando su empleo a los lugares inaccesibles para los equipos mecánicos como sectores de altas pendientes y para faenas de recuperación de madera en sectores ya explotados (trozas pulpables y leña). Por otra parte, los bueyes son prácticamente la única alternativa para los pequeños propietarios que hacen explotaciones forestales a baja escala. Dependiendo del rendimiento, el costo de madereo con bueyes varía de 1,6 a 4,1 US$/m3, siendo el costo del personal un 65% del costo total, cuadro 5.6. Los principales componentes del costo horario de la yunta de bueyes se resume en el cuadro 5.7. Figura 5.4 Productividad de yuntas de bueyes según distancia. Fuente: Galindo (1984)
Cuadro 5.5 Distribución de tiempos en el ciclo de madereo con bueyes % del tiempo total (1) (2) Viaje sin carga 13 13 Carga 12 18 Viaje cargado 16 13 Soltar carga y acomodo troza 18 20 Demoras 41 36 Etapa del ciclo
(1) distancia media madereo 41 m, pendiente 27-32% (Gayoso, 1995c) (2) distancia media madereo 73 m, pendiente 5% (Galindo, 1984)
Cuadro 5.6 Costo del madereo con bueyes en bosque nativo Componente US$/Jornada US$/m3 Yunta de bueyes y aperos 10,0 0,54 Salario del boyerizo 18,8 1,02 Total 28,8(1) 1,56(2) (1) Krauss, 1994 (2) estimado de 2,3 m3/hora y jornada de 8 horas
Cuadro 5.7 Costo horario de la yunta de bueyes. Actualizado de Galindo (1984) Item US$/hora (%) Costos fijos 0,48 38 - mortalidad y riesgo 0,13 - interés inversión 0,09 - amortización aperos 0,26 Costos operacionales 0,77 62 - alimentación 0,70 - veterinario y otros 0,07 TOTAL 1,25 100
5.4.2 Madereo Mecanizado Madereo terrestre. En la extracción de madera nativa se aprecian diferentes tipos de tractores; desde tractores agrícolas con huinche, tractores articulados sobre neumáticos con huinche y garra (grapple), bulldozer tradicionales con huinche, los nuevos trackskidders, tractores sobre orugas de alta velocidad, y hasta un forwarder. i) Tractores agrícolas En años recientes se ha visto el empleo de tractores agrícolas con huinche en la cosecha de bosques nativos (Ford 6640, Zetor 7245 y 7745). Son del tipo 4×4 y 65 a 75 HP de potencia, con huinche electro hidráulico (Igland o Farmi) de 6 a 8 toneladas de fuerza de tiro para cable de 12 mm y 60 a 70 metros de longitud, montados sobre neumáticos 11,2×24" (delanteros) y 16,9×30" (traseros). Se emplean en el madereo ladera arriba, huincheando las trozas hasta orilla de camino, figura 5.5. Una vez allí, se troza si es necesario y se arrastra 20 a 50 metros hasta la cancha de acopio. Generalmente se sube una, máximo dos trozas por vez y el tamaño de la carga varía entre 0,5 y 1,5 m3, con un valor medio de 0,7 metros cúbicos. La cuadrilla está constituida por cinco personas: un operador, un motosierrista y un ayudante a orilla de camino y dos estroberos en bosque. Uno de éstos últimos debe subir para regresar el cable al bosque. Los rendimientos varían entre 5,4 y 6,6 m3/hef según la distancia de arrastre con el huinche, las condiciones del terreno (sotobosque), el volumen de la troza, la distancia de arrastre hasta el acopio y la necesidad de acomodo de la troza en la cancha (Gayoso, 1995c). Los tiempos improductivos varían considerablemente entre 10 y 50%, aunque con más frecuencia entre 30 y 40%, lo que deja la productividad entre 3,7 y 4,6 m3/hora planificada. Los tiempos parciales para cada etapa del ciclo muestran que la fase de carga que incluye el retorno del cable al bosque, el estrobado y el huincheo hacia la orilla del camino toma la mitad de los tiempos productivos, cuadro 5.8 (Gayoso, 1995c). Los costos del madereo con tractor agrícola consideran el arriendo por horas del tractor agrícola y el costo del personal de la cuadrilla, cuadro 5.9 (Krauss, 1994). Analizando los excesivos costos unitarios como consecuencia de los bajos rendimientos, no es claro el empleo de tractores agrícolas en el futuro si no va acompañado de un proceso de planificación y control de la faena tendiente a elevar su productividad.
Figura 5.5 Tractor agrícola con huinche (Riñihue) Cuadro 5.8 Tiempos parciales en el ciclo de madereo con tractor agrícola Fuente: Gayoso (1995c) % del tiempo total (1) (2) Viaje tractor sin carga 13 10 Momento de carga 47 44 Viaje tractor con carga 18 27 Descarga y acomodo en cancha 9 9 Demoras 13 10 Tiempo total por ciclo (min) 6,61 9,10 Otros antecedentes Distancia media madereo (m) 65 76 Volumen por ciclo (m3) 0,63 0,73 Pendiente terreno (%) 38 58 Pendiente camino (%) Plano Plano Etapa del ciclo
(1) tractor Zetor c/huinche Igland (2) tractor Ford c/huinche Farmi
Cuadro 5.9 Costo del madereo con tractor agrícola en bosque nativo Fuente: Gayoso (1995c) Componente US$/Jornada US$/m3 Tractor agrícola y operador 160,0 5,56 3 Estroberos 56,3(1) 1,96 Total 216,3 7,52 (1) El motosierrista se incluye como costo del trabajo en cancha
ii) Tractores articulados sobre neumáticos
Los tractores articulados sobre neumáticos (skidders) de más amplio uso en el bosque nativo tienen motores turbo alimentados de cuatro tiempos, 4 a 6 cilindros con potencias entre 90 y 177 HP, sistema de inyección de combustible directa con bombas e inyectores individuales, peso 10 a 12 toneladas, equipados con pala topadora, arco maderero y huinche (Caterpillar 518, John Deere 640, Tree Farmer C7F, Timberjack). Predomina el skidder de 130 HP montado sobre neumáticos estándar 23,1×26", 10 telas de acero y presión de inflado 25 psi (172,5 kPa) con presión básica aproximada al suelo de 180 kPa, figura 5.6. El huinche posee 15 toneladas de fuerza de tiro y aproximadamente 100 m de capacidad de cable de 16 mm de diámetro. Ocasionalmente se observó el uso en bosque nativo del mismo equipo pero con garra. Los tractores sobre neumáticos se emplean preferentemente en terrenos con pendientes menores de 30% y condiciones secas de suelo. En la práctica común en bosques siempreverdes de la X Región los suelos se presentan húmedos y con baja capacidad de soporte, como consecuencia los tractores se entierran, incrementando la resistencia al rodado y perdiendo fuerza de tiro. Para obviar esta situación se ha comenzado a utilizar neumáticos de alta flotación, esto es mayor diámetro y ancho (24,5×32") e incluso se ha llegado a adosar un doble juego de neumáticos para operar en la temporada de invierno.
Figura 5.6 Tractor sobre neumáticos en temporada seca. Con garra (Entrelagos).
Figura 5.6 Tractor sobre neumáticos en temporada seca. Con huinche (Neltume) El ciclo de madereo comprende cuatro momentos principales: el viaje vacío desde que deja la cancha y hasta que suelta el cable en la zona de carga; la carga, incluyendo llevar el cable hasta las trozas preestrobadas, acondicionamiento y amarre de las trozas y arrastre con el huinche hasta el tractor; el viaje cargado, desde que inicia el movimiento hasta que se detiene en la cancha de acopio de trozas y suelta el cable; la descarga y ordenamiento de las trozas en la cancha. La productividad de los skidders está influenciada por la distancia de madereo, la pendiente de la vía, el volumen de la carga, el número de trozos de la carga, el número de juegos de estrobos, la pendiente de la vía, las condiciones de humedad del suelo y del dispositivo de carga (huinche o garra). Para bosque nativo la literatura muestra un amplio rango de productividad para tractores con huinche, desde 6 m3/hora en condiciones de invierno a más de 17 m3/hora en condiciones secas, cuadro 5.10. Para un tamaño medio de carga de 3,3 m3 formado por uno o dos fustes de 7 a 15 m de longitud y distancias de arrastre entre 70 y 150 m en temporada estival, se midió un rendimiento de 17,7 m3/hora planificada con un 33% de tiempo improductivo (Gayoso, 1995c). Mediciones para similares condiciones de carga y 50 m de distancia de madereo, pero con empleo de garra mostraron productividades de 29,5 m3/hora.
También existen diferencias según el tipo de corta, siendo menores los rendimientos para tala rasa en fajas con relación a corta de protección homogénea, esto se debe, a que en las primeras se utiliza más el huinche para evitar transitar excesivamente el área de la faja, resultando un mayor tiempo en el momento de carga. Además como se cortan todos los árboles, el tamaño medio de la carga por ciclo disminuye, cuadro 5.10. Sin embargo, de acuerdo a lo informado por contratistas, los estándares de rendimiento para distancias medias de madereo de 200 m (50 a 400 m) y considerando todas las situaciones que ocurren a lo largo de un mes, dan productividades de 1800 a 2200 m3/mes, lo que se traduce en sólo 10 a 12 m3/hora. Una de las actividades comunes no registradas en los estudios de tiempo es la preparación de las vías de saca. En temporada invernal o suelo muy húmedo a consecuencia de las lluvias, en general los rendimientos suelen bajar al 40%, incluso muchas veces sencillamente no se puede transitar con neumáticos estándar. El uso de cadenas para barro si bien dan más tracción a los skidders, no dan más flotación ni evitan el ahuellamiento y alteración del terreno. Cuadro 5.10 Rendimiento de tractores sobre neumáticos Antecedentes Potencia (HP) Temporada Dispositivo carga Tipo de corta
Cat 518 Cat 518 (1) (2) 130 130 invierno verano huinche garra huinche tala rasa selectiva
Distancia media de madereo (m) 205 365 Rango pendiente de la vía (%) 5-20 10-35 Volumen medio de la carga m 3 3,2 4,1 3 Productividad m /hef 7,1 4,0 Productividad m3/hora planificada 6,0 3,4
50 107 6-16 10-20 2,7 3,3 28,9 25,5 26,4 17,2
John Deere (3) 177 verano huinche protección Fajas homogénea 146 251 5-20 5-20 2,1 3,4 14,4 18,5 11,1 16,1
(1) Terranova S.A., 1989; (2) Gayoso, 1995c; (3) Rodríguez, 1994
La cuadrilla de madereo, independiente del equipo terrestre generalmente se compone de un operador, 2 estroberos en bosque que amarran las trozas en la zona de volteo y 1 estrobero en cancha de acopio para soltarlas. Mientras el skidder va con la carga a la cancha, los estroberos ubican las trozas siguientes en el terreno y con un juego adicional de estrobos hacen un preamarre de las trozas, lo que contribuye a bajar el tiempo de carga de la máquina. El estrobero por lo tanto tiene además gran responsabilidad en la productividad por cuanto preselecciona el tamaño de la carga. La descarga es realizada en la zona de acanche a orilla de camino o en cancha de acopio por el tercer estrobero o un componente de la cuadrilla de trozado. El skidder arrastra las trozas o fustes completos desde el bosque a la cancha donde son trozados en diferentes largos y productos. Los tiempos terminales, esto es el momento de carga y el ordenamiento de la madera en cancha llevan una parte importante del ciclo de madereo y es determinante en el logro de una buena productividad, cuadro 5.11. Así, el tamaño y ubicación de la cancha, y la disponibilidad de un equipo complementario de ordenamiento en cancha (yunta de bueyes/trineumático) son igualmente incidentes en la productividad del skidder. El operador del skidder además de tener la responsabilidad de la máquina se encarga en el terreno de escoger las vías de saca y construir las fajas de madereo.
Cuadro 5.11 Tiempos parciales en el ciclo de madereo con tractor articulado, temporada verano % del tiempo total (1) (1) (2) (2) Dispositivo de carga huinche garra huinche huinche Tipo de corta S S P.F. P.H. Viaje tractor sin carga 14 23 13 19 Momento de carga 23 27 21 9 Viaje con carga 30 26 36 34 Descarga 12 14 17 25 Demoras 21 10 23 13 Tiempo total por ciclo (min) 9,91 4,33 11,55 12,59 Etapa del ciclo
S = selectiva; P.F. = protección en fajas; P.H. = protección homogénea Las columnas del cuadro 5.10 y 5.11 son correspondientes entre sí (1) Gayoso, 1995c; (2) Rodríguez, 1994
El ciclo productivo en el skidder con garra difiere del convencional con huinche, debido a que no se requieren estrobos y consecuentemente tampoco estroberos en bosque y cancha. El personal necesario comprende el operador y un ayudante. El equipo es el que se debe acercar a la troza para cargar y no como en caso del huinche donde éste acerca la troza al tractor. Este tractor arrastra comúnmente fustes completos o trozas largas, las que son posteriormente trozadas en cancha. Si bien su ventaja está en el menor empleo de personal y una marcada mayor productividad, no todos los terrenos son adecuados a este equipo. Microrelieve, pendientes y maderas delgadas y trozas cortas hacen menos recomendable el uso de skidder con garra. En los cuadros 5.12 y 5.13 se presentan los costos horarios y de producción para tractores sobre neumáticos. Correspondiente al mayor rendimiento del tractor con garra, para las condiciones medidas, se llega a menor costo de producción. Ambos tractores presentan un costo varias veces inferior al obtenido para los tractores agrícolas. Sin embargo resulta difícil comparar los diferentes equipos sólo en cuanto al costo de producción, debido a que cada uno cumple un segmento determinado dentro del proceso productivo y se asocia a diferentes condiciones de bosque y terreno. Cuadro 5.12 Distribución de los costos en un tractor forestal de 120 HP sobre neumáticos, huinche Partidas US$/hora (%) Costos de posesión 13,82 38,6 - Depreciación 7,32 - Interés 4,59 - Seguro y patentes 1,91 Costos de operación 17,88 49,9 - Combustibles y lubricantes 12,32 - Neumáticos 0,39 - Reparaciones y servicio 4,39 - rios (cables y otros) 0,78 Costos de personal 4,13 11,5 - remuneraciones operador 4,13 Total 35,83 100,0
Cuadro 5.13 Costo del madereo con tractor articulado en bosque nativo
US$/hora US$/m3 US$/hora US$/m3 con huinche con garra Tractor y operador 35,83 2,02 35,83 1,22 Estroberos 7,04(1) 0,40 2,34(2) 0,08 Total 42,87 2,42 38,17 1,30 Componente
(1) considera 2 estroberos en bosque y uno en cancha (2) considera 1 ayudante en bosque
iii) Tractores arrastradores sobre zapatas (orugas) Los tractores con zapatas empleados en la cosecha de bosque nativo en Chile son los convencionales bulldozer equipados con huinche, los nuevos trackskidders y los de orugas de alta velocidad. Tractores con orugas de alta velocidad. El equipo más usado corresponde al FMC o KMC 220 de 197 HP de potencia, 13 toneladas de peso, arco y huinche de 18 toneladas, figura 5.7. En general son tractores más rápidos que los convencionales CAT, permiten mayor volumen de carga que los tractores comunes sobre neumáticos, logrando mayor productividad. Pero por otra parte es una máquina de mayor inversión, mayor costo operacional y se observa algunas dificultades de exceso de servicio y recambio de piezas en el tren de rodado. Si bien pueden funcionar en condiciones húmedas de suelo, en la X Región igualmente se entierran. Información directa obtenida de los contratistas permiten señalar que se emplean hasta distancias de madereo de 400 a 500 metros, con volúmenes de carga de 6 a 8 m3/ciclo y rendimientos sobre 20 m3/hora1. El equipo se observó trabajando en terrenos con pendientes hasta 30-40% y en terrenos planos húmedos, tanto en temporada seca como en invierno. 1) Com.per. Contreras, 1995. EMASIL S.A. Tractores convencionales con huinche y los nuevos track-skidders de Caterpillar. Se observaron equipos con potencias de 116 HP (Cat D4H TSK), 120 HP (Cat D5H) y 165 HP (Cat D6HII), entre 13 y 17 toneladas de peso, equipados con huinche de cable y cadena/estrobos, montados sobre orugas de ancho estándar entre 460 y 510 mm que entregan presiones básicas al suelo de 58 a 66 kPa, figura 5.7. En general presentan buen desplazamiento aún en condiciones de suelos húmedos, lo que posibilita trabajar casi todo el año, son comparativamente más lentos que los tractores sobre neumáticos, y aunque permiten llevar cargas medias a altas, su rendimiento es bajo. Se les observó trabajando en distancias de madereo entre 200 y 700 metros. Son equipos muy estables y son capaces de trabajar en pendientes hasta 40 por ciento. En condiciones de suelos blandos y época invernal al igual que los restantes equipos terrestres provocan profundos ahuellamientos y remoción de suelo. Un ensayo de faenas en bosque siempreverde para temporada húmeda, mostró para potencias semejantes, que el tractor sobre orugas puede superar en 50% el rendimiento del tractor sobre neumáticos, debido a la mayor flotación, adherencia y tracción sobre suelos barrosos, cuadro 5.14 (Terranova S.A., 1989). Este equipo sin embargo, presenta un mayor costo horario por su mayor inversión inicial y mayor consumo de combustible. No existen mayores antecedentes de rendimientos y costos de los diferentes tractores sobre cadenas, sin embargo su uso se ha ampliado debido a que posibilitan la extracción en toda época. Cuadro 5.14 Rendimiento de tractores sobre zapatas (Terranova S.A., 1989)
Antecedentes Cat D5H Tipo de corta tala rasa Potencia (HP) 120 Dispositivo carga huinche Temporada invierno Distancia media de madereo (m) 228 388 Rango pendiente de la vía (%) 5-20 10-35 Volumen medio de la carga m 3 5,1 4,5 3 Productividad m /hef 11,4 7,5 Productividad m3/hora planificada 9,5 6,2
iii) Tractores transportadores y autocargadores (Forwarder) El empleo de tractores forwarder ha sido ocasional en el bosque nativo. El equipo con tracción 6×6 ha mostrado ser adecuado en temporada estival para los suelos de la X Región cumpliendo tareas de desembosque por vías preparadas hasta distancias de 1 kilómetro y 25% de pendiente. En opinión de contratistas, un equipo similar de tracción 8×8 podría resultar una alternativa donde es difícil construir caminos y los suelos son de baja capacidad de soporte. El único antecedente informado señala un costo de 7 a 8 US$/m3 para forwarder trabajando en distancias de 600 a 1000 metros1. 1) Com. per. Fernando Schultz. INFOREST, 1995
Figura 5.7 Tractores sobre zapatas. Trozos suspendidos (KMC, Riñihue)
Figura 5.7 Tractores sobre zapatas. Trozos arrastrados (trackskidder Cat D4H, Riñihue)
5.4.3 Torre de madereo A pesar de interesantes ejemplos en el pasado, hoy fue posible encontrar en funcionamiento sólo un caso de empleo de torres de madereo (teleféricos) en bosque nativo, en madereo ladera arriba. Dos parecen ser las causas principales de esta situación: primero, el gran tamaño de los árboles y trozas obligan a equipos mayores que hoy están escasamente disponibles en el país y segundo, el tipo de corta selectiva, la calidad del bosque y bajo volumen a extraer por hectárea conducen a costos mayores que los obtenidos con métodos tradicionales. Sin embargo, la topografía de los bosques remanentes, la necesidad de un abastecimiento continuo durante todo el año y las restricciones ambientales llevarán en el futuro próximo a un mayor empleo de torres en el bosque nativo. La tecnología está en uso en bosques de plantación y no será difícil adecuarla a las exigencias del bosque nativo, en el país existen más de 100 torres en funcionamiento (Murphy y Gayoso, 1992). El equipo observado corresponde a una torre SIGU Modelo II fabricada en Chile con asesoría canadiense, de una inversión de US$187.000, con un mástil de 14 m de altura, motor Cummins de 152 HP, carro mecánico Christy para 5 toneladas, cable soportante de 22 mm de diámetro y 500 m de longitud, cable de tracción de 16 mm y 800 m y, cable de retorno de 8 mm y 1200 m de longitud. La instalación se ajusta al sistema denominado multitendido con uno o dos apoyos intermedios. La cuadrilla de trabajo estaba constituida por un operador de torre, 2 estroberos y 1 jefe de línea en bosque, 1 estrobero y 1 motosierrista en cancha y un capataz (foreman). A veces se implementaba un motosierrista en el área de estrobado para allanar los obstáculos que impiden el madereo lateral. El trabajo de volteo se realiza dos a tres días antes de la instalación por una cuadrilla diferente. Los árboles se voltean formando un ángulo agudo con relación a la dirección
de la línea para facilitar la extracción. Debido al denso sotobosque se requiere a veces habilitar fajas laterales. Un primer seguimiento de esta faena de madereo con torre en bosques del tipo siempreverde, en temporada de invierno, permitió caracterizar las condiciones de la cosecha y obtener una primera estimación de costos y rendimientos, cuadro 5.15 (Triviño, 1994). Los tiempos productivos del ciclo ocuparon sólo 46% de los tiempos totales, la instalación y cambios de línea el 13% y el resto correspondió a demoras de diversa índole. La productividad media obtenida durante el período de medición alcanzó sólo a 24 m3/jornada, mientras la productividad media obtenida del contratista en base a información de ocho meses de funcionamiento, dio 670 m3/mes con un costo medio de producción puesto cancha de 24,54 US$/m3 (incluye el volteo). Estos rendimientos considerados bajos, pueden obedecer a las dificultades que ofrece el sotobosque y la pendiente en el momento de carga, al tipo de corta selectiva, las mayores distancias y a la falta de mayor experiencia. Cuadro 5.15 Caracterización del madereo con torre en una faena de invierno en bosques siempreverdes de la X Región (Triviño, 1994) Componente Unidad Rango Promedio Diseño de la instalación - superficie por instalación ha 0,50-3,8 2,22 - superficie por línea ha 0,26-1,6 0,93 - líneas por instalación n° 2-3 2,38 - longitud del corredor m 190-400 283 - distancia madereo lateral c/lado m 20-30 s.i. - pendiente del terreno % 50-80 68 - volumen por línea m3 37,70-146,3 73,8 Caracterización del ciclo - volumen por ciclo m3 0,2-4,8 1,22 - número de trozos por ciclo n° 1-3 2 - tiempo total min 1,0-36,0 8,8 Tiempos de instalación - cambio de instalación horas 1,8-4,3 2,83 - cambio de línea horas 1,0-2,01 1,31 Rendimiento - nominal base horas horómetro m3/hh s.i. 5,7 3 - estándar base hora planificada m /hora s.i. 3,9 s.i. = sin información
Este ejemplo por su baja productividad no debe llevar a descartar el empleo de torres en el bosque nativo. Muy por el contrario, demostró técnicamente que el sistema es operativo en cortas selectivas incluso bajo las peores condiciones de clima y, que el madereo de grandes trozas también es posible. Cierto es también que el sistema obliga a una alta capacitación del personal, especialmente del jefe de línea y, a planificar cuidadosamente el área y cada instalación. Por otra parte, las dificultades de la topografía y las restricciones ambientales obligarán a un mayor uso del madereo con torres. Sirva también de ejemplo, otros antecedentes medidos para una torre idéntica pero de fabricación canadiense (Cypress 1400) operando en tala rasa de bosques adultos de eucalipto. Allí, los tiempos productivos efectivos alcanzaron al 58 por ciento, el tiempo para cambio de instalación y cambio de línea sumaron 21%, las demoras 12% y la
preparación de materiales al inicio y término de la jornada 9 por ciento. De esta forma los rendimientos en madereo ladera arriba para 2 toneladas por ciclo alcanzaron 20 ton/hora para distancias de 100 m y 16 ton/hora para 300 m (Lineros et al, 1990).
5.4.4 Resumen de costos puesto cancha de acopio A nivel de contratista no fue posible determinar costos diferenciados por producto. Es probable que para trozas debobinables y aserrables no exista diferencia, sin embargo la empresa forestal incentiva la preparación de las primeras pagando un mayor precio. La preparación de maderas pulpables o metro ruma tiene un costo menor dado que ocurre muchas veces como una intervención complementaria entregada a un contratista diferente y basada en madereo con bueyes. En la figura 5.8 se presenta un resumen de los costos acumulados para la madera puesta en cancha de acopio, lo que permite la comparación con el pago que reciben los contratistas para cada producto.
Figura 5.8 Resumen de costos de producción según sistema de madereo El precio máximo pagado a los contratistas por las trozas puesto a orilla de camino o cancha alcanza a 13,50 US$/m3 para trozas debobinables, 9,35 US$/m3 para las trozas aserrables y 7,30 US$/m3 para las trozas pulpables (Krauss, 1994).
5.5 Carguío y transporte mayor
5.5.1 Carguío y operaciones en cancha 5.5.2 Transporte
5.5.1 Carguío y operaciones en cancha Previo al carguío, las trozas generalmente se trozan, clasifican y miden de acuerdo al producto que se obtendrá de ellas y según la industria destinataria. Esta actividad es realizada por un motosierrista, un despicador o hachero que elimina restos de ramas de los fustes y un calibrador o persona que mide y marca los productos. El ordenamiento en cancha se hace generalmente con el mismo equipo de madereo y eventualmente con apoyo de una yunta de bueyes. Hasta hace sólo unos pocos años era tradicional observar carguío manual de trozas con ayuda de una yunta de bueyes, figura 5.9. Sin embargo, hoy todas las faenas emplean cargadores frontales (Caterpillar Modelo 966F Serie II) y grúas hidráulicas móviles (Prentice 150, Barco 80). La operación de carguío se realiza en las canchas de acopio o directamente sobre el camino si el acopio se hace en sus orillas. El carguío se programa en conjunto con el transporte y los equipos se desplazan entre las canchas según se haya acumulado volumen suficiente. Según la intensidad de la faena se llegan a cargar 10 camiones diarios por grúa, aunque el rendimiento alcanza de 25 a 28 m3/hora para trozas aserrables o debobinables y 30 a 40 m3/hora para trozas pulpables1. Correspondiente a estos rendimientos se paga de 1,0 a 1,4 US$/m3 de madera pulpable y 1,6 a 1,8 US$/m3para trozos aserrables y debobinables. 1) Com. per. Krauss, 1955. Forestal Tornagaleones Ltda.
Figura 5.9 Carguío manual con ayuda de una yunta de bueyes (Futrono).
Figura 5.9 Grúa hidráulica sobre camión 6×6 (Entrelagos)
5.5.2 Transporte En cosecha del bosque nativo siempreverde, el transporte desde las canchas de acopio dentro del predio hasta los destinos se realiza generalmente con camiones simples sin carro, de 2 o 3 ejes (4×2, 6×2 y 6×4) y hasta distancias de más de 120 kilómetros. Esto no siempre obedece a limitaciones de diseño de los caminos internos sino también de los caminos comunales externos al predio. En temporada húmeda las empresas forestales permiten sólo la entrada de camiones doble puente (6×4), ya que los de ejes sencillos destruyen el camino con más facilidad. Los camiones de dos ejes cargan 8-9 m3 (7 a 10 trozas) y 14,5 m3 los de 3 ejes, figura 5.10.
Figura 5.10 Transporte con camiones doble puente con y sin carro (Olmopulli)
Figura 5.10 Transporte con camiones doble puente con y sin carro (Entrelagos) En ocasiones, con la finalidad de hacer más eficiente el transporte a mayores distancias, se construye canchas de acopio intermedias en los s de los predios o adyacentes a caminos públicos pavimentados, desde donde se transporta con camión y carro a los centros industriales y puertos. Otras veces los caminos prediales son de temporada y bajo estándar, siendo necesario contar con una cancha central externa como amortiguamiento o regulación del flujo a planta cuando el transporte interno debe suspenderse en días de lluvia. Estas canchas posibilitan también acopiar madera al fin de la temporada para sostener parte del abastecimiento de invierno, aunque debido a la susceptibilidad de la madera al ataque de hongos, no es posible retener la madera por mucho tiempo sino se cuenta con sistemas eficientes de riego. Este transporte quebrado obliga sin embargo a un mayor costo por el descarguío y carguío adicional, el costo fijo de la cancha y desclasificación de la madera, que no siempre parece justificarse. También se pudo observar en senderos y caminos con baja capacidad de soporte y aún en condiciones de humedad, el empleo de camiones con tracción a todas las ruedas. El único camión 6x6 en uso en Chile corresponde al equipo URAL, de procedencia rusa y evolucionado de tecnología militar, equipado con centrales de inflado, figura 5.11. Este camión de 220 HP y bajo costo (US$42500) permite cargar hasta 8-10 toneladas, posee un dispositivo hidráulico que permite una autodescarga y es capaz de vencer hasta una pendiente de 30° en condiciones favorables de adherencia. Más de cincuenta unidades circulan en la X Región trabajando en distancias de transporte desde unos pocos kilómetros hasta casi 30 kilómetros. A partir de mediciones practicadas en senderos prediales se logró determinar rendimientos entre 9,17 m3/hora efectiva y 3,93 m3/hora para distancias entre 1 y 5 kilómetros (Gayoso, 1995c). El costo del transporte por camión depende principalmente del tipo de producto, distancia a planta industrial y número de viajes diarios. Es conocido que a pesar de una razonable planificación del transporte, ocurran 3 a 4 horas diarias de tiempos muertos por camión, correspondientes a tiempo de espera en bosque para cargar, tiempo de carga, tiempo de espera en planta para descargar y tiempo de descarga (Casagrande, 1994). En una misma carga no se mezclan productos diferentes. Para
transporte de trozas aserrables son comunes valores de 6 a 12,5 US$/m3 para distancias de 40 a 170 kilómetros. Una función usada para determinar tarifas de transporte hasta 50 kilómetros es la siguiente (Meneses et al, 1994): CT = 0.8 + 0.15 * DTR + 0.17 * DTT donde: CT = costo transporte, US$/m3 DTR = distancia de transporte sobre caminos de ripio, km DTT = distancia de transporte sobre caminos de tierra, km Sin embargo, el costo de transporte a distancias cortas - menos de 5 km - con camiones 6x6 haciendo de tractor transportador puede alcanzar a más de 2 US$/m3/km.
5.6 Enriquecimiento o plantación Se denomina enriquecimiento a una plantación de relleno que se establece en fajas en las áreas intervenidas por la cosecha selectiva. Esta plantación si bien no pareciera ser necesaria, se hace con la finalidad de ganar tiempo, dado que la regeneración natural demora generalmente entre 5 y 10 años para establecerse y además, para asegurar la presencia de una especie más valiosa. Así, se abren manualmente fajas, donde la vegetación se corta y saca, luego se plantan 800 a 1100 plántulas de roble (Nothofagus obliqua) y raulí (Nothofagus alpina) de 1 año (70 cm de altura) provenientes de viveros y repiques (Contreras, 1995). La apertura de fajas suele traer problemas de competencia con algunas especies como quila (Chasquea quila) y maqui (Aristotelia chilensis). El costo de las fajas y el enriquecimiento se estima en 350 US$/ha (Meneses et al, 1994).
5.7 Aspectos sobre recurso humano
5.7.1 Fuerza de trabajo del sector forestal 5.7.2 Salarios típicos e incidencia en los costos de producción 5.7.3 Campamentos 5.7.4 Seguridad
Este capítulo incorpora la investigación realizada en Chile por Ms. Kicki Johansson de la División de Actividades Forestales de la Oficina Internacional del Trabajo (ILO), como apoyo al estudio sobre cosecha forestal del bosque nativo siempreverde de la X Región de Chile (Johansson, 1994).
5.7.1 Fuerza de trabajo del sector forestal En 1993 la fuerza de trabajo en el país alcanzaba a 4,78 millones de personas, de las cuales 102000 se empleaban en el sector forestal (INFOR et al, s.f.b). En la X Región según Censo de 1992, la población alcanzabas 953330 habitantes con una ruralidad del 40,63%, una fuerza total de trabajo de 317000 personas y con 11660 empleadas
en el sector forestal. De éstas la actividad de silvicultura y extracción ocupó 2500 personas, representando el 21,4% de la fuerza ocupada en la actividad forestal. Se estima además que la fuerza laboral del sector forestal del país aumenta a una tasa del 1,9% anual (Sarrás, 1993). Sin embargo, en base a una producción de 5 millones de metros cúbicos de maderas nativas en la X Región y teniendo en cuenta una productividad para una faena mecanizada en bosque nativo de 6,6 m3/jornada/hombre (Krauss, 1994), se obtiene que la fuerza de trabajo dedicada a la silvicultura y extracción supera las 3000 personas. Debido a la existencia de faenas no mecanizadas que son más intensivas en el uso de recurso humano, las cifras deben ser aún mayores.
5.7.2 Salarios típicos e incidencia en los costos de producción A pesar del incremento de la actividad forestal en la X Región y la demanda por mano de obra calificada, no se aprecia una mejoría en los niveles salariales del trabajador forestal que se desempeña en la cosecha del bosque nativo. Los salarios ocurren desde el sistema de pago mensual, pasando por un salario base más una prima por producción, hasta salarios a "trato" en base sólo a unidades de producto. El nivel del salario varía principalmente con la función del trabajador, siendo comunes los siguientes montos (Krauss, 1994): Jefe de faena Operador tractor Motosierrista Boyerizos Estrobero Calibrador Hacheros y ayudantes
750 US$/mes 500 US$/mes 425 US$/mes 375 US$/mes 375 US$/mes 375 US$/mes 325 US$/mes
A estas cifras hay que agregar aproximadamente un 30% de leyes sociales que cubren la semana corrida, días lluvia, seguros, fondo salud, fondo pensiones y vacaciones. Además de 2,6 US$/jornada/hombre por concepto de alimentación. Los costos de la mano de obra en faenas de cosecha forestal en bosque nativo representan más del 30% de los costos de la madera puesto cancha. Esta estimación se basa en una faena semimecanizada con una producción de 5400 m3/mes que incluye 41 personas en tres frentes de cosecha, con 20 días útiles de trabajo promedio por mes (Krauss, 1994). La incidencia de la mano de obra involucrada considerando sólo la fuerza de trabajo directa en bosque, sin incluir la istración, alcanzó a 2,9 US$/m3. El costo de istración resulta difícil de determinar, pero se estima que por parte del contratista alcanza de 0,5 a 0,6 US$/m3, más la supervisión por parte de la empresa forestal con un costo de aproximadamente 0,35 US$/m3. La jornada de trabajo más común en temporada estival comprende dos períodos, entre las 8:00 y 12:00 y las 13:30 y 19:00 horas, con un total de 9,5 horas. Sin embargo, muchas de las faenas de extracción con animales no superan las 5 horas efectivas y no más de 6 a 7 horas en el caso de extracción con skidder. Los días de trabajo productivo en el mes alcanzan de 20 a 22 días en el caso de trabajar en un solo turno, esto es con el sistema llamado 25/5, es decir 25 días continuos en el campamento y 5 para que los trabajadores viajen a sus respectivos hogares. De los 25 días de campamento hay que rebajar 4 días de descanso y dos medios días por la preparación de la salida y adecuación al regreso.
5.7.3 Campamentos En los últimos años las condiciones de vida del trabajador forestal han evolucionado favorablemente, aunque en las cosechas del bosque nativo no se aprecian los mismos avances que las logradas en bosques de plantaciones. Las condiciones siguen siendo muy heterogéneas entre las empresas, aunque los propios trabajadores han ido fijando exigencias mínimas para aceptar los trabajos. Los campamentos van desde rústicos hasta módulos muy elaborados, figura 5.11. Comprenden dormitorios de 6 a 30 personas, cocina, comedor, sanitarios y sólo en un sitio se pudo constatar duchas con agua caliente (Meneses y Gayoso, 1995). En faenas de todo el año se incluye calefacción por medio de estufas a leña. Los campamentos se prefieren del tipo "campamento central", los que alcanzan una permanencia de varios años en el mismo lugar. Generalmente es un lugar adyacente a caminos principales permanentes que asegura el normal abastecimiento de insumos. Las diferentes cuadrillas son transportadas diariamente desde este lugar hasta los frentes de trabajo. El costo de cada unidad de un campamento modular tipo container para 8 personas, alcanza a US$ 5000. Mientras un campamento prefabricado de madera para 45 personas tiene un costo de US$ 12500.
Figura 5.11 Campamentos en bosque nativo. Tradicional (Futrono).
Figura 5.11 Campamentos en bosque nativo. Modulares (Chiloé) (A)
Figura 5.11 Campamentos en bosque nativo. Modulares (Chiloé) (B)
5.7.4 Seguridad Los trabajadores forestales en Chile están cubiertos contra accidentes y enfermedades profesionales, dado que la ley obliga al dueño de la faena a contratar el seguro social contra riesgos de accidentes de trabajo y además a hacerse responsable solidario en caso de accidente (Sarrás, 1993). El índice de accidentabilidad en las empresas forestales en el año 1990 alcanzaba a 19,2%, duplicando la tasa de otros sectores productivos del país (Torres, 1991), igual situación mostraba la tasa de riesgo (Sarrás, 1993). Los subsectores silvicultura y servicios de cosecha toman un 50% de las tasas de accidentabilidad y riesgo del sector forestal. Si bien no fue posible obtener una estadística de los accidentes graves y fatales, la percepción por lo que ocurre en la X Región, es que existen y son más frecuentes que lo deseable. Las principales causas del alto porcentaje de accidentes forestales puede deberse a las difíciles condiciones de terreno y el clima húmedo en que se desarrolla la cosecha del bosque nativo, al sistema de pago a "trato", y a factores sociales. De acuerdo a las estadísticas se observa que los accidentes son consecuencia de una carencia en la planificación de las actividades, inexistencia de una supervisión adecuada, bajo nivel de escolaridad y desconocimiento del método o técnica de trabajo (Sarrás, 1993). De allí, que en los últimos años las mutuales y asociaciones de seguridad estén empeñadas en fomentar programas de capacitación conducentes a la prevención de los accidentes del trabajo y el desarrollo de medidas de seguridad en las faenas. Sin embargo, de las visitas practicadas en enero de 1994 no se pudo constatar esta capacitación a los trabajadores de contratistas del sector bosque nativo (Johansson, 1994). En cuanto al uso de los implementos de seguridad, se aprecia que éste rodea principalmente al motosierrista que está equipado con pantalón anticorte, casco, gafas protectoras, protectores de oídos, guantes y zapatos de seguridad. Si bien generalmente el uso de los equipos de seguridad es política de las empresas forestales y, así se estipula en los contratos, en la práctica no siempre se cumple (Johansson, 1994).
6 DESCRIPCION AMBIENTAL DE LA X REGION
6.1 Medio ambiente físico afectado 6.2 Medio ambiente biológico afectado 6.3 Ambiente socio económico
La descripción de los componentes ambientales se agrupa según medio ambiente físico, biológico y social afectado. El análisis se centra sólo en aquellos subcomponentes que son o pueden ser afectados más directa y significativamente por las acciones de cosecha del tipo forestal siempreverde en la X Región. Así por ejemplo, se ha dejado para un análisis más específico la problemática del subcomponente socio cultural, a pesar que se reconoce cierto impacto global sobre el campesino, la tenencia de la tierra, la estructura social y valores culturales del pueblo indígena mapuche de la Región.
6.1 Medio ambiente físico afectado
6.1.1 Geomorfología 6.1.2 Clima 6.1.3 Suelos 6.1.4 Hidrología 6.1.5 Aire y Ruidos
6.1.1 Geomorfología Las áreas de bosques siempreverdes en la Décima Región corresponden a terrenos desde topografías planas a muy quebradas, ubicadas preferentemente en las pendientes de la Cordillera de la Costa en el oeste y la Cordillera de los Andes en el este, hasta más o menos 1000 metros sobre el nivel del mar, y en áreas de drenaje restringido de la Depresión Intermedia situada entre los dos cordones montañosos. La Cordillera de los Andes está constituida fundamentalmente por rocas intrusivas y graníticas que se estructuraron por procesos tectónicos del Terciario Superior y por la acción erosiva de glaciaciones. La altura promedio del cordón andino en la X Región es de alrededor de 2000 metros. La Depresión Intermedia es una falla de origen tectónico de 50 a 100 km de ancho, formada por sedimentos fluvioglaciales y depósitos eólicos de edad cuaternaria, en la que se presentan una cadena de lagos de origen glacial. El cordón montañoso Cordillera de la Costa está estructurado básicamente por rocas metamórficas de edad paleozoica y precámbrica, con alturas que no sobrepasan los 1000 m (Villagrán, 1993). Los terrenos montañosos presentan mayoritariamente perfiles convexos y laderas rectas, de longitudes cortas a medias, acompañados de contornos topográficos desde convexos a cóncavos.
Desde la perspectiva de este estudio vale la pena mencionar que el bosque siempreverde de mejor calidad y mayor volumen se ubica en aquellos lugares que se han mantenido inaccesibles y que corresponden en general a las topografías más accidentadas y escarpadas. Sin embargo, esos terrenos de posición topográfica alta y fuertes pendientes, al quedar desprovistos de vegetación presentan la probabilidad de deslizamiento de tierras.
6.1.2 Clima El clima de la Región es del tipo templado lluvioso con influencia mediterránea. Las precipitaciones anuales varían entre los 1500 mm en la Depresión Intermedia y 4000 mm en las cuencas cordilleranas, las que se concentran en el período de mayo a septiembre (CIREN, 1994; Villagrán, 1993). El aumento de la precipitación anual con la variación de altitud del terreno ha sido estimada en unos 1300 mm/km. Los vientos dominantes son del Oeste y Sur durante el verano, y del Norte en invierno. En términos anuales la temperatura media del área es bastante estable, con gradientes negativos hacia el sur, variando entre los 9 y 11 °C para alturas inferiores a los 300 msnm. No obstante el efecto oceánico, toda el área presenta períodos con heladas entre abril y septiembre, las que aumentan alejándose del litoral. Entre los meses de octubre a marzo se presenta un leve déficit hídrico. Los factores limitantes son prolongados períodos de heladas y heladas tardías, las intensas precipitaciones pluviales concentradas en parte del otoño e invierno y la alta erosividad de las lluvias las que alcanzan a más de 370 Kg.m/m2 (Wischmeier y Smith, 1978; Iroumé et al, 1989; Menzel, 1993). De acuerdo a antecedentes de CIREN (1994), los bosques siempreverdes de la X Región ocupan geográficamente lo que se define como microregiones N° 1008, 1007, 1023, 1026, las que corresponden a las zonas climáticas N° 3, 4, 5 y 6. Los parámetros que caracterizan estas zonas se resumen en el cuadro 6.1. Desde el punto de vista de las operaciones de cosecha forestal, se tipifican tres temporadas por el grado de severidad que ofrece el clima: una estival seca de tres meses (diciembre a febrero), una intermedia o húmeda de tres meses (octubre, noviembre y marzo) y una muy húmeda de seis meses (abril a septiembre). Por lo común en estos últimos seis meses se suspenden las actividades de extracción y transporte en cosechas de bosque nativo. Sólo algunas empresas que poseen bosques propios y han construido caminos permanentes mantienen algunas explotaciones de invierno, sin embargo deben aceptar una fuerte caída de la productividad y mayores costos. Cuadro 6.1 Parámetros climáticos de las microregiones del área de estudio (CIREN, 1994) Parámetros climáticos
Unidad
Zonas climáticas 3
4
5
6
Temperatura máxima
°C
14,9 11,5 15,6 13,5
Temperatura mínima
°C
5,9
Temperatura media
°C
10,0 6,9 10,6 9,6
Radiación solar Precipitación total anual
2,9
6,7
6,6
cal/cm /día 300 282 267 252 2
mm
2427 3991 2506 2667
Humedad relativa
%
Evapotranspiración potencial
mm
Déficit hídrico
mm
Excedente hídrico
mm
Número anual de heladas
n°
81
78
84
87
724 576 665 583 8
0
10
0
1712 3415 1815 2084 19
85
9
13
Período de receso vegetativo
días
173 286 151 184
Días libres de helada
días
213
67
268 246
6.1.3 Suelos Los suelos son derivados principalmente de sedimentos del Cuaternario, donde lo más importante para la evolución de los mismos han sido capas periglaciales y capas volcánico eólicas. Existen marcadas diferencias en la antigüedad del origen de los suelos volcánicos, entre ellos se reconocen arenas volcánicas, trumaos de cenizas recientes (andosols-andepts), ñadis (acuepts-placandepts-gleysols) y otros de cenizas más antiguas - del Pleistoceno sobre rocas metamórficas - con suelos más evolucionados tipo rojo arcillosos (nitisols-palehumults-rhodoxeralfs). También están presentes suelos sedimentarios marinos, suelos metamórficos de la vertiente occidental de la Cordillera de la Costa y excepcionalmente suelos de origen granítico. Los perfiles muestran suelos desde delgados a muy profundos de texturas franco a franco limosas en superficie a limo arcillosas y arcillosas en profundidad y drenaje interno bueno. Los trumaos y ñadis se caracterizan por su alta porosidad con densidades aparentes bajas (0,3-0,6 g/cm3), gran capacidad de retención de agua y altos contenidos de materia orgánica en la estrata superficial. Los paleosuelos rojo arcillosos se caracterizan por ser muy profundos y tener altos contenidos de arcilla (hasta 80%), con densidades aparentes entre 1,0 y 1,4 g/cm3 (Villagrán, 1993; INIA, 1985) Como resumen se puede decir que los suelos en la mayoría son susceptibles a la degradación, especialmente por la posición topográfica alta, textura fina, alto contenido de poros y baja capacidad de soporte. En general los suelos no presentan grandes carencias de elementos nutritivos. Sin embargo, como consecuencia del uso de la agricultura y la ganadería, se constata un agotamiento del suelo debido a que la salida de algunos nutrientes no fue acompañada de la correspondiente fertilización, por ejemplo bajo nivel de fósforo. En iguales situaciones es comprobable erosión laminar y compactación. Las prácticas actuales de preparación de sitios para plantar y el común empleo de quemas han agravado los procesos erosivos. Los suelos cubiertos con vegetación nativa se consideran estables y en equilibrio desde el punto de vista físico y nutricional. En el extremo sur de la zona de estudio (Chiloé), la fertilidad de los suelos es más baja, siendo el fósforo el elemento más crítico. Los prolongados períodos húmedos hacen que la descomposición de la materia orgánica sea lenta y tienda a producirse una acumulación en el suelo, tal que se mantiene en forma no asimilable directamente por las plantas (Alcayaga et al, 1975). Los suelos con bosques siempreverdes no se han clasificado en cuanto a la fragilidad en categorías de susceptibilidad a la degradación por actividades de cosecha, pero se piensa que no menos de un 40% se ubica en las categorías alta y extrema. Este juicio se obtuvo de las visitas a terreno y de la aplicación del método sobre unas 100000 hectáreas en la X Región, cuadro 6.2.
Cuadro 6.2 Estratificación de superficies en niveles de fragilidad potencial del suelo Fuentes: Meneses et al, 1992; Meneses y Gayoso, 1995; Ebert, 1993; Gayoso et al, 1995 Sectores en la X Región Geomorfología
Niveles de fragilidad (ha) Bajo Moderado Alto Extremo Subtotal
Chaihuín-Río Bueno
(CCO)
16798
20672
12618
10086
60174
Tepuhueico-Chiloé
(CCO)
3684
11758
5810
3406
24658
El Carmen
(CAN)
990
168
362
320
1839
La Esperanza
(CAN)
1497
1457
1428
1212
5594
Otros
(CCO)
-
3185
2334
-
5519
(ha)
22969
37240
22552
15024
97784
(%)
23.5
38.1
23.1
15.3
100
Totales
CCO = Cordillera de la Costa; CAN = Cordillera de Los Andes Las situaciones de mayor fragilidad están asociadas mayoritariamente a las condiciones de pendiente del terreno mayores al 60% y profundidad del perfil de suelo menores de 40 cm, dado que la condición climática se puede considerar semejante en toda la región. La otra situación de fragilidad la presentan suelos muy húmedos con densidades aparentes entre 0,3 y 0,5 g/cm3. Se aprecia en general que asociado a los mayores niveles de fragilidad del suelo mayores son los impactos causados por la extracción terrestre. El nivel extremo de fragilidad considera las áreas de protección de cauces, que sin ser inestables se reservan como franjas de filtraje dejando entre 30 y 60 m a cada lado de los cursos de agua permanente, aproximadamente 7% de la superficie analizada en el cuadro 6.2.
6.1.4 Hidrología Las principales cuencas del área corresponden a los ríos Valdivia, Bueno, Llico, Maullín, Petrohué, Puelo y Yelcho. Estas incluyen numerosos e importantes cuerpos de agua y no presentan déficit de balance hídrico, lo cual genera una red de drenaje abundante en toda la región (REG, 1984). Debe mencionarse que existen zonas planas con problemas de drenaje y donde la napa freática se ubica a nivel superficial, denominadas ñadis. A pesar de la disponibilidad de agua en las cuencas, debido al crecimiento de la actividad económica y al cambio de cultivos tradicionales de secano a cultivos bajo riego, en algunas subcuencas se encuentran suspendidas nuevas autorizaciones de uso de las aguas superficiales por encontrarse totalmente asignadas (Gayoso et al, 1994). Esto lejos de ser un problema de escasez de agua se trata de un problema de istración del recurso agua, en una zona que tradicionalmente ha tenido abundancia. El agua de estas cuencas en general es muy pura, salvo en parte del río Valdivia (Niemeyer, 1982). Las únicas oportunidades en que las aguas arrastran sedimentos son después de fuertes precipitaciones en los meses de mayo a julio, especialmente si se ha efectuado construcción de caminos en las proximidades de los cauces.
Los mayores problemas de calidad de agua que afectan a los ríos y lagos del área, se deben principalmente a las descargas domésticas con escaso o ningún tratamiento, descargas de residuos industriales líquidos, deforestación o prácticas agrícolas con uso de fertilizantes, herbicidas e insecticidas. En general las aguas para uso de la población reciben tratamiento de cloración y cumplen con los requisitos de las normas chilenas NCh 691-Of.78 y NCh 777-Of.71; se trata de aguas blandas a muy blandas, con pH fluctuante entre 7,0 y 7,6. Sólo en la parte sur de la X Región, en la Isla Grande de Chiloé, las aguas presentan un color amarillento, algo turbias y con presencia de espuma, lo que denota poca oxigenación y presencia de materia orgánica (Meneses y Gayoso, 1995). A pesar de ello, según la norma NCh 777- Of.71 pueden calificarse como aptas para ser utilizadas como fuente de abastecimiento de agua potable.
6.1.5 Aire y Ruidos En las zonas rurales de la X Región se puede decir que no existe contaminación del aire. La contaminación atmosférica se debe básicamente a las emanaciones de gases tóxicos producidos por los sistemas de calefacción doméstica e industrial, la quema de residuos sólidos y la quema de zonas cubiertas con vegetación. También durante el período estival se presentan dos situaciones que afectan levemente la calidad del aire: el período de quemas controladas que dependiendo de la magnitud de los humos pueden generar algunas molestias a la población; y, el movimiento de los vehículos de transporte de la madera que por la naturaleza de los suelos y calidad de los caminos de tierra y ripio, genera nubes de polvo a lo largo de ellos y, que además al cruzar pequeños poblados provoca situaciones de incomodidad e inseguridad. Menos relevante resulta la contaminación acústica que es causada principalmente por la emisión de ruidos móviles. Esto está directamente relacionado con la intensidad del flujo vehicular, estado de los caminos y el funcionamiento de la maquinaria en el bosque. Su efecto tiene cierta incidencia sobre la fauna en general y sobre algunos núcleos poblacionales.
6.2 Medio ambiente biológico afectado
6.2.1 Flora y Vegetación 6.2.2 Fauna
6.2.1 Flora y Vegetación i) Flora La enorme variación del medio ambiente en la X Región conduce a una gran diversidad florística (Quintanilla, 1974; Ramírez y Figueroa, 1987; Donoso, 1989). De acuerdo con Meneses y Gayoso (1995), basado en el análisis de bosques de la zona sur de la X Región, el componente ambiental flora está formado por 119 especies: una hepática, cinco musgos, 21 helechos, tres gimnospermas (árboles aciculifolios), 67 dicotiledóneas (especies planifolias) y 22 monocotiledóneas (plantas de hoja angosta), cuadro 6.3.
Cuadro 6.3 Flora de la X Región, área de bosques siempreverdes Fuente: Meneses y Gayoso (1995) Grupo
Especie (Nombre común)
Hepáticas
Marchantia berteroana (Marchantia)
Musgos
Dendroligotrichum dendroides (Musgo pinito) Hypopterigium thouinii (Paragüita del sapo) Rigodium implexum (Lana del pobre) Sphagnum magellanicum (Esfagno) Weimouthia mollis
Helechos
Asplenium dareoides (Apio del monte) Blechnum magellanicum (Quil-Quil) Blechnum blechnoides (Palmilla) Blechnum chilense (Costilla de vaca) Blechnum penna-marina (Punke) Gleichenia litoralis (Hierba loza) Hymenoglossum cruentum (Sanguinaria) Hymenophyllum caudiculatum (Helecho película) Hymenophyllum dentatum (Helecho película) Hymenophyllum krauseanum (Helecho película) Hymenophyllum pectinatum (Helecho película) Hymenophyllum peltatum (Helecho película) Hymenophyllum plicatum (Helecho película) Hymenophyllum secundum (Helecho película) Hymenophyllum sesilifolium (Helecho película) Hymenophyllum tunbridgense (Helecho película) Hypolepis rugosula (Palmilla de hualve) Lophosoria quadripinnata (Ampe) Polypodium feuillei (Hierba del lagarto) Polystichum chilense (Pesebre) Serpyllopsis caespitosa (Helecho película)
Gimnospermas
Pilgerodendron uviferum (Ciprés de las Guaytecas) Podocarpus nubigenus (Manió macho) Saxegothaea conspicua (Manió hembra)
Dicotiledóneas
Amomyrtus luma (Luma) Caldcluvia paniculata (Tiaca, Triaca) Dasyphyllum diacanthoides (Palo santo) Drimys winteri (Canelo) Embothrium coccineum (Notro) Eucryphia cordifolia (Ulmo) Gevuina avellana (Avellano) Laureliopsis philippiana (Tepa) Lomatia ferruginea (Fuinque) Luma apiculata (Arrayán)
Myrceugenia ovata (Pitrilla) Myrceugenia planipes (Picha-picha) Nothofagus nitida (Coihue de Chiloé) Nothofagus dombeyi (Coihue) Tepualia stipularis (Tepú) Weinmannia trichosperma (Tineo) Baccharis magellanica (Radín) Baccharis racemosa (Vautro) Baccharis sphaerocephala (Chilca) Berberis buxifolia (Calafate) Berberis darwinii (Michay) Berberis hilicifolia (Michay grande) Crinodendron hookerianum (Chaquihue) Desfontainia spinosa (Taique) Fuchsia magellanica (Chilco) Gaultheria phyllireifolia (Chaura) Luma gayana (Chin-chin) Myrceugenia chrysocarpa (Pitrilla dorada) Myrceugenia parviflora (Petrilla) Misodendron angulatum (Injerto) Nothofagus antarctica (Ñirre) Ovidia pillopillo (Lloime) Pernettya insana (Hued-hued) Pernettya linifolia (Chaura) Pernettya mucronata (Chaura) Pernettya poeppigii (Chaurilla) Pernettya pumila (Chaurilla) Rhaphithamus spinosus (Huayún) Ribes magellanicum (Zarzaparrilla) Rubus geoides (Miñe-miñe) Senecio otites (Tutuco) Ugni molinae (Murtilla) Campsidium valdivianum (Voqui bejuco) Elytropus chilensis (Quilmay) Ercilla sincarpellata (Voqui auca) Griselinia racemosa (Yelmo) Griselinia ruscifolia (Yelmo) Hydrangea serratifolia (Laurela) Mitraria coccinea (Botellita) Pseudopanax laetevirens (Curaco) Acaena ovalifolia (Cadillo) Anemone hepaticifolia (Anemona) Dysopsis glechomoides (No conocido) Gnaphalium cheirantifolium (vira-vira) Gunnera tinctoria (Pangue)
Myrteola barneoudii (Huarapo) Nertera granadensis (Chaquirita del monte) Ranunculus minutiflorus (Botón de oro) Senecio acanthifolius (Senecio) Asteranthera ovata (Estrellita) Sarmienta repens (Medallita) Desmaria mutabilis (Quintral del tineo) Eremolepis verrucosa (Injerto) Lepidoceras kingii (Injerto de la tepa) Tristerix tetrandrus (Quintral del maqui) Drosera uniflora (Rocío de sol) Pinguicula antarctica (Violeta del pantano) Monocotiledóneas Chusquea nigricans (Quila enana) Chusquea uliginosa (Taihuén) Fascicularia bicolor (Poe) Philesia magellanica (Coicopihue) Chusquea quila (Quila) Luzuriaga marginata (Coralito) Luzuriaga polyphylla (Azahar del monte) Luzuriaga radicans (Coralito) Carex canescens (Cortadera blanca) Carex magellanica (Cortadera) Carpha alpina Codonorchis lessonii (Azucena del campo) Juncus procerus (Junquillo) Juncus scheuchzerioides (Junquillo) Marsippospermum grandiflorum (Quilmén) Oreobulus obtusangulus Schoenus rhynchosporoides Scirpus inundatus (Can-cán) Uncinia phleoides (Clin-clín) Uncinia tenuis (Clin-clín) Uncinia erinacea (Clin-clín chico) Greigia landbeckii (Ñocha)
Prácticamente todas las especies de la X Región son endémicas, es decir, están representadas únicamente en el Centro-Sur y Chile Austral y en el extremo Sur de Argentina (Brion et al., 1992). Sus áreas de distribución son bastante restringidas, por lo que pueden ser afectadas con facilidad por cambios ambientales. Sin embargo, ninguna de las especies vegetales prospectadas tiene problemas de conservación. Lo anterior significa que las poblaciones de ellas son bastante abundantes, como para que corran peligro de extinción. Ninguna de ellas se encuentra en los listados de flora en peligro, preparados por la Corporación Forestal Nacional de Chile (Benoit, 1989). ii) Vegetación
Según Oberdorfer (1960) se distinguen dos grandes formaciones vegetales: bosques laurifolios templados (Wintero-Nothofagetea) y bosques caducifolios subantárticos (Nothofagetea-pumilionis-antarcticae). Dentro de los bosques laurifolios es posible distinguir tres tipos forestales: Bosque Valdiviano o Siempreverde (38-43°LS), Bosque Nordpatagónico (43-47°S) y Bosque Subantártico (47-55°S) El bosque laurifolio valdiviano o siempreverde se distribuye preferentemente a lo largo de la Depresión Intermedia y faldeos de ambas cordilleras, desde el nivel del mar hasta aproximadamente 800 m de altitud. Es un bosque rico en especies arbóreas (a lo menos 21) y el más heterogéneo en lo que respecta a asociaciones florísticas y composición del dosel. La altura del dosel arbóreo usualmente sobrepasa los 30 metros. Las epifitas, principalmente helechos, musgos y líquenes, son extraordinariamente abundantes sobre los troncos en pie y en el suelo (Villagrán, 1993). Los bosques del tipo forestal siempreverde son parte de los bosques templadolluviosos de esta zona, representando un tipo de ecosistema único caracterizado por la alta pluviosidad. Cabe destacar que Chile posee la cuarta parte del área de bosques lluviosos templados en todo el mundo. En la latitud sur 40° se concentra la mayor diversidad de especies arbóreas, tipos forestales y endemismos. La concentración de la riqueza de especies forestales en un área tan restringida se debe a que en esta área subsistieron condiciones más estables durante el Cuaternario. Se distinguen asociaciones forestales dentro de este bosque: bosque mixto de roblelaurel-lingue (Nothofago-Perseetum); bosque de olivillo (Aextoxiconetum); bosque de coigüe-ulmo (Dombeyo-Eucryphietum); bosque coigüe-tineo y avellanillo (LomatioWeinmannietum). La gran diversidad de los bosques siempreverde ha hecho que se intente una división de ellos en cinco subtipos (Donoso, 1981): a) Ñadis, b) Olivillo costero, c) Siempreverde con intolerantes emergentes, d) Siempreverde de tolerantes, e) Renovales de canelo. ii) Sinusias epifíticas Los bosques siempreverdes, especialmente las formaciones boscosas de la Isla de Chiloé, presentan una abundante flora y vegetación epifítica que cubre totalmente los troncos y ramas de los árboles. Estas comunidades son totalmente dependientes del habitat que ocupan, por un lado el soporte que le dan troncos y ramas, eludiendo así la competencia de otras especies y, por otro, la humedad atmosférica reinante en el interior del bosque, que les permite sobrevivir en dicho sustrato, fisiológicamente muy seco. Por otra parte, la intensidad lumínica que se atenúa desde el dosel arbóreo hacia los estratos inferiores, establece una clara segregación en altura, que se traduce en una zonación espacial de las especies. Así hepáticas y musgos crecen en la parte inferior, helechos y coralitos se ubican en la parte intermedia y la medallita, una planta superior, se instala en los niveles más altos del dosel (Meneses y Gayoso, 1995). En algunos bosques que han sido intervenidos, se desarrolla formando masas impenetrables la bambusácea Chusquea quila, que alcanza de 5 a 10 metros de altura bajo el dosel.
6.2.2 Fauna Sobre la base de cierta similitud florística, los bosques de la X Región presentan gran similitud en cuanto a las especies de mamíferos registrados a lo largo de la costa entre Nahuelbuta (37° LS) y la Isla de Chiloé (43° LS). La fauna de la X Región posee un
carácter especial debido a la situación de aislamiento derivada del levantamiento de la Cordillera de los Andes y la formación del desierto de Atacama. Esto favoreció la conservación de formas endémicas. La configuración actual de la fauna es el resultado de complejos y prolongados procesos de diversificación adaptación y migración, entre otros. Además ha estado sometida a las transformaciones de orden paleogeográfico y paleoclimático experimentadas en el continente. El detalle que sigue de las especies asociadas a los bosques siempreverdes se basa en tres fuentes principales y que corresponden a estudios ambientales realizados en áreas de la Cordillera de la Costa entre Valdivia y Chiloé (Meneses et al, 1992; Meneses y Gayoso, 1995; Gayoso et al, 1994). i) Mamíferos De acuerdo a información bibliográfica se puede señalar que en los bosques siempreverdes se encuentran 20 especies de mamíferos, incluidas tres especies de murciélagos. De este total de especies, el 40% está formado por roedores, 30% por carnívoros, 15% por murciélagos, 10% por marsupiales y 5% por cérvidos (Gayoso et al, 1994). Se encuentran representantes de los Ordenes Marsupialia, Quiróptera, Rodentia, Carnívora y Artiodáctila (Osgood, 1943). A éstos se agregan aquellos mamíferos eventualmente posibles de estar presentes en los lagos y ríos, cuadro 6.4. Cuadro 6.4 Mamíferos asociados a los bosques siempreverdes de la X Región Fuente: Meneses y Gayoso (1995) Familia
Especie (nombre común)
Microbiotheriidae Dromiciops australis (Monito del monte) D.A. gliroides Caenolestidae
Rhyncholestes raphanurus (Comadrejita trompuda)
Vespertilionidae Myotis chiloensis (Murciélago oreja de ratón) M.ch. chiloensis Histiotus montanus H.M. magellanicus (Murciélago orejudo) Muridae
Oryzomys longicaudatus (Lauchita de los espinos) O.1. philippii Abrothrix olivaceus (Ratoncito oliváceo) A.o. brachiotis Abrothrix sanborni (Ratoncito peludo) Geoxus valdivianus (Ratón topo de la selva) G.v. chiloensis Auliscomys micropus (Pericote austral) Irenomys tarsalis (Rata arborícola) I.t. tarsalis
Canidae
Dusicyon fulvipes (zorro chilote) Pseudalopex griseus-Canis (chilla)
Felidae
Felis guigna (Huiña) Felis concolor (Puma)
Cervidae
Pudu pudu (Venado o pudú)
Capromydae
Myocastor coypus (coipo) M.c. melanops
Mustelidae
Galictis cuja (Quique, hurón o comadreja) Lutra provocax (Lobito de río o Huillín) Conepatus chinga (Chingue)
Los pequeños mamíferos, especialmente los de hábitos arborícelas desarrollan parte importante de su ciclo vital en los doseles de los árboles y por lo tanto requieren que se dejen remanentes de bosque denso y árboles viejos con oquedades en sus troncos, que produzcan semillas y frutos. ii) Avifauna Veinticinco especies en 13 familias se encuentran regularmente en el bosque siempreverde, de las cuales siete especies están caracterizadas como especies dependientes de grandes árboles, 11 asociadas al sotobosque, 15 especies son mutualistas, polinizadoras y dispersadoras de semillas y 15 son endémicas, cuadro 6.5. Como señala Meneses y Gayoso (1995), todas las especies de aves están asociadas con los bosques húmedos y densos. Difieren esencialmente en el tipo de nidificación en árboles en altura o en el sotobosque entre los matorrales. El 60% de estas especies es endémica de los bosques templados. Las familias mejor representadas son Tyrannidae (4 especies), Rhinocrytidae (4 especies) Furnariidae (3 especies) y Picidae (2 especies). Como se señalara anteriormente, muchas especies comunes están involucradas en mutualismos con plantas. Sephanoides galeritus (Trichilidade) un picaflor, transporta polen de 8 taxa de plantas que visita, constituye un polinizador muy efectivo. Las aves se presentan en verano y primavera con densidades de 1,6a 2,4 individuos por hectárea. En invierno, aunque siempre presente, sus densidades disminuyen, constituyendo del 10 al 20% de la avifauna (Smith y Ramírez, 1993). Elaenia albiceps, el fío fío, es la especie mayor dispersora de semillas de muchas especies de plantas en los habitat de bosque de esta región y además puede polinizar algunas especies. Ambas son consideradas especies clave por Armesto et al (1987). Las restantes especies aparecen como mutualistas ocasionales. Las especies ornitófilas representan el 18% de las especies leñosas del bosque siempreverde. Esta avifauna se caracteriza por la alta frecuencia de especies que anidan en cavidades; el 27% utiliza cavidades en grandes árboles o construye nidos techados, las restantes son especies que anidan en el sotobosque, en la espesura, bajo árboles caídos o en el suelo, cuadro 6.6. Cuadro 6.5 Avifauna asociada a los bosques siempreverdes de la X Región Fuente: Meneses y Gayoso (1995) Familia Falconidae
Especie (nombre común) Milvago chimango (Tiuque) M.Ch. temucoensis
Columbidae
Columba araucana (Torcaza)
Psittacidae
Enicognatus leptorhynchus (Choroy)
Trochilidae
Sephanoides galeritus (Picaflor)
Picidae
Colaptes pitius (Pitío) Picoides lignarius (Carpintero chico) Campephilus magellanicus (Carpintero)
Furnariidae
Syrviorthorrhynchus desmursii (Memoriosa) Aphrastura spinicauda (Rayadito de Chiloé) Pygarrhichas albogularis (Carpintero carmelita)
Rhinocryptidae Pteroptochos tarnii (Huet huet) Scelorchilus rubecula (Chucao) Eugralla paradoxa (Churrín de la Mocha) Scylatopus magellanicus (Churrín del Sur) Tyrannidae
Pyrope pyrope (Diucón) Elaenia albiceps (Fío fío) Anairetes albiceps (Cachudito) Colorbamphus parvirostris (Viudita)
Hirundinidae
Tachycineta leucopyga (Golondrina)
Troglodytidae
Troglodytes aedon (Chercán)
Muscicapidae Turdus falcklandii (Zorzal común) Emberizidae
Zonotrichia capensis (Chincol común) Curaeus curaeus (Tordo común)
Fringillidae
Carduelis barbatus (Jilguero) Phrygilus patagonicus (Chanchito)
Elaenia albiceps, la única especie migrante neotropical en esta avifauna, es la más abundante. Las próximas más comunes son Aphrastura spinicauda y Sephanoides galeritus; la siguiente es Scelorchilus rubecula, un residente de todo el año. Las especies Turdus falcklandii, Troglodytes aedon y Zonotrichia capensis son especies más abundantes en los bordes que dentro del bosque. Cuadro 6.6 Algunas características de las especies de aves presentes en bosques nativos del sur de la X Región (F= frugívoro, P= visita flores, polinizadores) Fuente: Meneses y Gayoso, 1995 Avifauna de Chiloé
Endémicos Mutualistas Nidif. árbol. Nidif. suelo Densidad
Milvago chimango
XF
Columba araucana
X
Enicognatus leptorhynchus
X
0,31 0,27 X
0,51
Sephanoides galeritus
XP
Colaptes pitius
XF
X
XF
X
0,09
XF
X
0,14
Picoides lignarius
1,63
Campephilus magellanicus
X
Syrviorthorrhynchus desmursii
X
Aphrastura spinicauda
X
X
1,79
Pygarrhichas albogularis
X
X
0,12
Pteroptochos tarnii
X
XF
X
0,44
Scelorchilus rubecula
X
XF
X
1,79
X
0,41
Eugralla paradoxa
X
X F?
Scylatopus magellanicus Pyrope pyrope
X
Elaenia albiceps X
Tachycineta leucopyga
X
0,22
X
0,41
XF
0,20
XF,P
3,54
Anairetes albiceps Colorbamphus parvirostris
X
X
0,27
X
0,05
X
Troglodytes aedon
0,56 X
Turdus falcklandii Zonotrichia capensis
XF
X
XP,F?
X X
0,32
Curaeus curaeus
X
XP,F?
Carduelis barbatus
X
XP,F?
0,27
Phrygilus patagonicus
X
X P?
0,59
0,15
6.3 Ambiente socio económico
6.3.1 Uso del paisaje 6.3.2 Sectores productivos 6.3.3 Infraestructura
6.3.1 Uso del paisaje Hacia 1800 casi toda la vegetación original de la región valdiviana fue de bosques. La ocupación humana se inició en las zonas planas de la Depresión Intermedia, en zonas costeras accesibles. Los indígenas (mapuches) que practicaron agricultura de pequeña escala cerca de los grandes ríos debieron cortar y quemar bosque (Fuentes, 1994). A partir de la colonización alemana en 1846 y hasta la primera mitad del presente siglo, se llevó a cabo una acelerada transformación del paisaje debido al uso extenso del fuego para abrir terrenos para la ganadería y cultivo del trigo. Como la tierra no era fertilizada después de una o dos cosechas, era utilizada como pradera por algunos años (Villagrán, 1993). Desde los años 50 se fomenta el mejoramiento de las tierras ya habilitadas extensivamente, introduciendo la agricultura y ganadería intensivas. Como uso forestal, históricamente ha dominado la corta selectiva de los árboles de más valor comercial. En las últimas dos décadas se ha desarrollado la industria forestal, basada en especies madereras introducidas (pino insigne y eucalipto), donde la tendencia ha sido la ampliación de las áreas forestadas con estas dos especies exóticas. Aunque estas plantaciones se establecieron en muchas áreas deforestadas, una proporción importante de las plantaciones ha ocupado áreas originalmente cubiertas por bosques nativos secundarios y primarios. Esta tendencia de sustitución de bosques nativos por plantaciones tiende a extenderse a toda la X Región, abarcando una proporción importante del área de bosques laurifolios templados y terminando con los últimos remanentes de bosques mixtos y otros tipos forestales escasos (Villagrán, 1993). Por otra parte, una comparación cuantitativa de la cobertura boscosa mediante fotos aéreas de 1961 y 1980, no mostró cambio o diferencias significativas para diferentes transectos en la X Región (Fuentes, 1994). Esto sin embargo, no muestra cómo ha
aumentado la extracción selectiva y es posible que los resultados hayan variado después de 1980 debido al crecimiento de los asentamientos humanos y la industria forestal.
6.3.2 Sectores productivos La región dispone de 4,6 millones de hectáreas de suelos con aptitud productiva, de las cuales alrededor de un 46% son favorables para la producción agropecuaria, en tanto el 54% restante es de aptitud forestal. La región posee actualmente un 47% del bosque nativo nacional, del cual el 72% es bosque explotable. Sin embargo por problemas de sobreexplotación o carencia de manejo adecuado, está sujeto a tasas de bajo crecimiento medio. En relación a la superficie actual plantada alcanza aproximadamente a 162000 ha, representando alrededor de un 8,4% del total nacional. Existe una marcada diferenciación productiva entre las distintas áreas territoriales, como resultado de un proceso espontáneo de especialización. Así en el sector silvícola se ha desarrollado en la parte norte, usando como centro de servicios la ciudad de Valdivia. La actividad agropecuaria se concentra en la provincia de Osorno y la parte norte de LLanquihue. Hacía el sur de la Provincia de Llanquihue y en la Provincia de Chiloé, se ha desarrollado la actividad pesquera extractiva e industrial derivada, además de la salmonicultura. La paulatina generación, a partir de 1980, de una oferta exportable de productos primarios, provenientes de las actividades silvícola, pesquero extractiva, de acuicultivos, así como de algunos cultivos agrícolas no tradicionales de la región, junto con incentivar la incorporación de mejoras tecnológicas, ha determinado una diversificación y aumento de las exportaciones globales de la región, empujando a su vez el desarrollo de servicios conexos, principalmente vinculados al control de procesos, control de calidad, transporte y distribución de los productos (Para información más detallada del sector forestal, ver capítulo 2). El componente recurso humano, especialmente lo referido a fuerza de trabajo y condiciones de vida del trabajador forestal es analizado con cierto detalle en el capítulo 5.7.
6.3.3 Infraestructura La red de caminos públicos se clasifica en dos grandes grupos según la tuición y istración del mantenimiento: la red básica atendida en forma centralizada por el Ministerio de Obras Públicas a través de la Dirección de Vialidad y la red comunal de responsabilidad de las Municipalidades, cuadro 6.7. La red de caminos públicos de la X Región a 1990 era de 11402 kilómetros, lo que significa una densidad de 16 km/100 km2 (1,6 m/ha). De estos caminos un 73% corresponde a caminos con carpeta de ripio, 15% a caminos de tierra y el 12 % restante a caminos con pavimento de hormigón o asfalto. Cuadro 6.7 Extensión de la red caminera pública, X Región Tipo de carpeta
Red (%)
Red Total
Básica Comunal
(km)
Hormigón/Asfalto
98
2
1324
Ripio
25
75
8338
Tierra
5
95
1740
Total
30
70
11402
La red básica y sus puentes se encuentran en buen estado de conservación y no presentan limitaciones al transporte terrestre de carga forestal, hasta los máximos de carga por eje establecidos por ley. Sin embargo, la red de caminos públicos comunales, especialmente los caminos secundarios, corresponder! en 100% a caminos sin pavimentar, se encuentran en deficiente estado de conservación y limitan el transporte a la temporada seca. El mantenimiento de los caminos públicos comunales próximos a los predios forestales generalmente llega a ser de costo de las propias empresas forestales con el fin de garantizar un tránsito expedito. Un 90% de los puentes de esta red son de madera y casi la mitad se encuentra en regular estado de conservación, restringiendo la carga máxima de los camiones a 18, 12 y hasta sólo 6 toneladas (Gayoso e Iroumé, 1993a). Esto en muchos casos constituye una severa restricción al desarrollo del transporte forestal, el que se ve obligado a emplear equipos más pequeños y aceptar un mayor costo. Como solución se observa un transporte quebrado entre el bosque y los centros industriales y el establecimiento de acopios intermedios para efectuar la necesaria transferencia de la madera a camiones de mayor tonelaje.
7 IDENTIFICACION Y VALORACION DE IMPACTOS
7.1 Metodología de análisis ambiental 7.2 Principales impactos sobre el ambiente físico 7.3 Efectos sobre el ambiente biológico 7.4 Efectos sobre el ambiente social 7.5 Cantidad, calidad y manejo de las emisiones 7.6 Valoración de impactos
7.1 Metodología de análisis ambiental
7.1.1 Metodología general 7.1.2 Evaluación de impactos
7.1.1 Metodología general Aún sin ser un estudio formal de evaluación de impacto ambiental (EIA), que habría involucrado considerables recursos humanos y económicos, especialmente para establecer la línea de base y mejorar los niveles de calidad y cantidad de información, la metodología general de este trabajo mantiene cierta similitud con aquellas de común aceptación en estos estudios. La evaluación comprende: - la definición de las acciones de los proyectos de cosecha forestal del bosque nativo siempreverde, las que ya fueron descritas en los capítulos 3, 4 y 5 - la descripción del área de estudio en relación a los aspectos del ambiente que son o pueden ser afectados por las acciones de cosecha, principalmente suelo, hidrografía, vegetación, fauna y ambiente social, correspondiente al capítulo 6 - la identificación de efectos y la predicción de la magnitud de los cambios sobre el ambiente, que considera una preidentificación de efectos, resultado de trabajos anteriores y revisión de antecedentes bibliográficos, y la elaboración de una matriz de interacción entre las acciones y los componentes ambientales - la evaluación de los impactos, que consiste en la valoración de los efectos a través de un índice de impacto ambiental elaborado siguiendo la metodología de los Criterios Relevantes Integrados (CRI) - la identificación y proposición de medidas mitigadoras con el fin de atenuar o evitar altos niveles de impacto El área de estudio para los fines de la evaluación, más que los lugares de muestreo considera la globalidad, esto es toda la X Región y dentro de ella el bosque con más presencia, el tipo siempreverde. Para poder comprender la importancia de los cambios
que la actividad forestal ha operado o puede imponer sobre los componentes ambientales se describe los efectos más relevantes de los ambientes físico, biológico y social. Con el fin de lograr una mejor predicción de la magnitud de los cambios en el componente ambiental suelo, especialmente intensidad y extensión de la remoción y compactación, se practicaron mediciones de campo en cuatro sitios representativos del bosque siempreverde.
7.1.2 Evaluación de impactos En general se sigue la metodología de los Criterios Relevantes Integrados (Buroz, 1994), elaborándose índices de impacto ambiental para cada efecto identificado en la matriz de acciones y subcomponentes ambientales. Esta metodología se ha aplicado a proyectos específicos con una base grupal conformada por especialistas en vegetación, fauna, suelo, hidrología, sociología, antropología, economía, evaluación ambiental y cosecha forestal. Sin embargo, en esta oportunidad ante la imposibilidad de reunir al grupo para discutir cada impacto desde la perspectiva de este estudio, el autor se ha permitido considerar la opinión escrita de los especialistas en trabajos anteriores, consciente de las limitaciones que ello conlleva (Unda et al, 1990; INFOR, 1991; Meneses et al, 1992; Iroumé et al. 1992; Gayoso et al. 1994; Meneses y Gayoso, 1995). En forma específica este método considera en una primera fase la calificación de los efectos según los siguientes criterios (Buroz, 1994; Meneses y Gayoso, 1995): Tipo de acción que genera el cambio. Carácter del impacto. Se establece si el cambio en relación al estado previo de cada acción del proyecto de cosecha es positivo o negativo. Intensidad. Se refiere al vigor con que se manifiesta el cambio por las acciones del proyecto. Basado en una calificación subjetiva se estableció la predicción del cambio neto entre las condiciones con y sin proyecto. El valor numérico de la intensidad se relaciona con el índice de calidad ambiental del indicador elegido, variando entre 0 y 10. Extensión o influencia espacial. Es la superficie afectada por las acciones del proyecto de cosecha tanto directa como indirectamente o el alcance global sobre el componente ambiental. La escala de valoración es la siguiente: Extensión
Valoración
Generalizado
10
Local
5
Muy local
2
Duración del cambio. Establece el período de tiempo durante el cual las acciones propuestas involucran cambios ambientales. Se utilizó la siguiente pauta: Duración (Años)
Plazo
Valoración
>10
Largo
10
5-10
Mediano
5
1-5
Corto
2
Magnitud. Es un indicador que sintetiza la intensidad, duración e influencia espacial. Es un criterio integrado, cuya expresión matemática es la siguiente:
Donde: I = intensidad W I = peso del criterio intensidad E = extensión W E = peso del criterio extensión D = duración W D = peso del criterio duración
Mi = Indice de Magnitud del efecto i WI + WE + WD = 1 Reversibilidad. Capacidad del sistema de retornar a una situación de equilibrio similar o equivalente a la inicial: Categoría
Capacidad de reversibilidad
Irreversible
Valoración
Baja o irrecuperable Impacto puede ser reversible a muy largo plazo (50 años o más)
10
Parcialmente reversible
Media. Impacto reversible a largo plazo
5
Reversible
Alta. Impacto reversible a corto plazo (0 a 10 años)
2
Riesgo. Se refiere a la probabilidad de ocurrencia del efecto sobre la globalidad del componente. Se valora según la siguiente escala: Probabilidad Rango (%) Valoración Alta
>50
10
Media
10-50
5
Bajo
1-10
2
El índice integral de impacto ambiental VIA. El desarrollo del índice de impacto se logra a través de un proceso de amalgamiento, mediante una expresión matemática que integra los criterios anteriormente explicitados. Su formulación es la siguiente:
Donde: R = reversibilidad wr = peso del criterio reversibilidad RG = riesgo
wrg = peso del criterio riesgo
M = magnitud
wm = peso del criterio magnitud
VIA = Indice de Impacto para el componente o variable i. Además wr + wrg + wm = 1 Los pesos relativos asignados a cada uno de los criterios corresponden a los siguientes: W
intensidad
= 0.40
W
extensión
= 0.40
W
duración
= 0.20
W
magnitud
= 0.61
W
reversibilidad = 0,22
W
riesgo
= 0.17
Significado. Se refiere a la importancia relativa o al sistema de referencia utilizado para evaluar el impacto. Consiste en clasificar el Indice o VIA obtenido, según las siguientes categorías: Indice Nivel o significado > 8,0
MUY ALTO
6,0 - 8,0 ALTO 4,0 - 6,0 MEDIO 2,0 - 4,0 BAJO < 2,0
MUY BAJO
7.2 Principales impactos sobre el ambiente físico
7.2.1 Suelos 7.2.2 Hidrología
Se acepta que el ambiente físico comprende principalmente los componentes geomorfológico, clima, suelo, agua y aire (Estevan, 1980). Algunos autores incluyen también el paisaje, aún cuando estos últimos puede ser considerados parte del ambiente sociocultural (MOPU, 1981). Las operaciones de cosecha del bosque nativo traen una mayor presión sobre el medio ambiente físico debido a las acciones necesarias para el manejo, cosecha y repoblamiento. Los efectos directos sobre cada área cosechada se manifiestan en un aumento de los niveles de compactación, erosión superficial, amasado y desplazamiento del suelo, cambios en la hidrología del área, cambios microclimáticos y una disminución de la fertilidad. Por otra parte los efectos indirectos o fuera de cada área de cosecha afectan entre otros, el régimen y balance hídrico de las cuencas, la producción de aguas en cuanto a calidad, la producción de sedimentos y cambios en la profundidad de napas freáticas entre otros. En forma puntual y generalmente como consecuencia del transporte se altera los niveles de ruido y contaminación del aire (Gayoso, 1995b).
La severidad de estos efectos sobre o fuera de cada área de cosecha varían en magnitud según la intensidad, la duración y extensión del cambio, y por el grado de reversibilidad de las consecuencias. Casi siempre los efectos sobre el componente ambiental físico son primarios porque se ubican en el inicio de las cadenas de efectos y comúnmente tienen consecuencias sobre los componentes biológico y social (Buroz, 1994). Esta es la razón por la cual medidas preventivas, mitigantes y correctivas a los impactos del componente físico tienen mayor eficacia.
7.2.1 Suelos A nivel global, el diagnóstico del estado actual del recurso suelo en la X Región muestra que los principales problemas de degradación del recurso están relacionados con la degradación biológica y la erosión hídrica (CONAMA, 1993). El primero, influenciado por la deforestación y las quemas que contribuyen a una fuerte disminución de la materia orgánica, el segundo por la topografía montañosa, la intensidad de las precipitaciones, la explotación indiscriminada del bosque y la habilitación de suelos de aptitud forestal para la agricultura y ganadería. En prioridades siguientes se mencionan la degradación física o compactación y la expansión de los asentamientos humanos. Desde la perspectiva de las operaciones de cosecha en bosque nativo no menos importante es la remoción de suelo causada por el tránsito de maquinaria y la construcción de caminos. i) La erosión hídrica y la extracción de madera De acuerdo con IREN (1979) los ecosistemas naturales de la X Región presentan un 21% de su superficie con niveles de erosión grave o muy grave y otro 34% con erosión moderada. La situación de estabilidad coincidente con los niveles de erosión leve o latente, está relacionada principalmente con el mayor nivel de cobertura vegetacional. La tasa de pérdida de suelo es función de la energía cinética del agua, la que depende del volumen y velocidad del agua que escurre. Por lo tanto, y especialmente por la topografía accidentada donde se ubica el bosque siempreverde, se espera moderadas a altas tasas de erosión en los primeros años después de la corta con el consecuente mayor aporte de sedimentos a los ríos y lagos, figura 7.1. La erosión será más intensa en las cortas a tala rasa y corta de protección en fajas y menos en las cortas de protección homogénea. La corta selectiva al no alterar significativamente los niveles de cobertura no incrementa per se las tasas de erosión, sin embargo persiste la influencia generada por las vías de saca y la construcción de caminos. La erosión hídrica además de significar una disminución del volumen de suelo, reduce la capacidad de retención de agua, la materia orgánica y los elementos nutritivos, reduciendo la fertilidad y la actividad de la flora y fauna del suelo (CONAMA, 1993). Empleando la ecuación universal de pérdidas del USLE se estimó la pérdida de suelos que ocasionaría una tala rasa, estratificada por categoría de pendiente (Wischmeier y Smith, 1978). El cuadro 7.1 resume las estimaciones basadas en la textura, estructura, permeabilidad y materia orgánica del suelo. Esta considera además el límite superior del rango de pendiente (S), un factor de erosividad de lluvias (R) igual a 370 (J/m2/mm/h), una longitud de laderas (L) de 300 metros, un factor de cobertura y manejo (C) incluido el subfactor de práctica de control erosivo (P), C * P== 0,001. La pérdida de suelo llega hasta 8,9 ton/año/ha para el año siguiente a la corta y sin quema de desechos, valor que al segundo año bajaría a 0,74 ton/año/ha para estabilizarse en los años siguientes en valores cercanos a la situación bajo bosque adulto, esto es 0,07 ton/año/ha (Meneses y Gayoso, 1995; Iroumé et al, 1989). Estas
pérdidas de suelo originadas por la actividad forestal si bien importantes, son sin lugar a dudas menores que las tasas que presenta la agricultura tradicional. Por otra parte, en el caso de la tala rasa en fajas debe considerarse que este impacto ocurre por una sola vez al menos en la edad de rotación esperada de 60 años o más, esto es un promedio de 0,15 ton/año/ha adicionales a la tasa de pérdida considerada normal. Sin embargo, todos estos valores deben considerarse sólo como referenciales, dado que no existen antecedentes suficientes para ajustar la ecuación de pérdidas a la zona que se estudia. Sin perjuicio de los valores calculados, el alto contenido de materia orgánica de los suelos, muchas veces superior a 20%, colocarían a los suelos en la categoría no erodable. Aún en situación de remoción del horizonte orgánico, se esperarían valores menores a los anotados.
Figura 7.1 Erosión hídrica. Consecuencia de roce y quema de vegetación nativa (Chaihuín).
Figura 7.1 Erosión hídrica. Consecuencia de inadecuada canalización de aguas y exceso pendiente longitudinal en caminos (Chaihuín) (A)
Figura 7.1 Erosión hídrica. Consecuencia de inadecuada canalización de aguas y exceso pendiente longitudinal en caminos (Chaihuín) (B)
Cuadro 7.1 Tasas máximas de pérdida de suelo después de cosecha forestal estimadas según la Ecuación Universal de Pérdidas de Suelo
TASA DE PERDIDA DE SUELO ton/ha/ano LUGAR TIPO DE SUELO
PENDIENTES (%) 3
15
30
45
60
Putraique
L
0,05
0,45
1,48
3,12
5,34
Liquiñe
L
0,07
0,63
2,08
4,36
7,48
Chaihuín
SiC
0,09
0,75
2,47
5,19
8,90
Rupanco
SiL
0.08
-
-
L= franco; SiC = arcillo limoso; SiL = franco limoso En la X Región no hay registros de erosión bajo bosque nativo, por lo que la predicción del impacto de la cosecha en los bosques nativos siempreverdes se basa en antecedentes medidos en áreas adyacentes cosechadas o con cobertura de bosques de plantación. A pesar que son escasos los antecedentes de investigación de erosión en terrenos forestales en Chile, se puede proveer con certeza un aumento considerable de las pérdidas de suelo producto de las prácticas de cosecha y preparación de suelos. Iroumé et al (1989), en suelos arcillosos sometidos a precipitaciones de más de 2000 mm/año, trabajando sobre parcelas experimentales, bajo la condición sin cobertura después de tala rasa y quema de desechos, determinaron pérdidas anuales de 1563 kg/ha, 1878 kg/ha y 3926 kg/ha para pendientes de 30, 50 y 60% respectivamente. En Chile, se ha detectado que la erosión de los suelos por mal manejo constituye un importante problema ambiental (Hajek et al, 1990), lo cual está estrechamente asociado con otros problemas como la tala rasa de bosques nativos e introducidos, el arrastre permanente de sedimentos de los ríos y el deterioro de suelos por las quemas. Carrasco (1988) ha observado problemas de erosión en la cuenca del Bío Bío, especialmente en los suelos que tienen sobre un 30% de pendiente y donde la pluviometría supera los 1200 mm anuales, debido a los métodos que se emplean, como quema de desechos, compactación del suelo y construcción de caminos forestales. Peña et al (1993) si bien miden pérdidas de 1,89 a 3,12 ton/ha/año en parcelas con pendientes de 8 a 18 por ciento, estiman probable que las pérdidas de suelo puedan alcanzar entre 55 y 120 ton/ha/año en situaciones de laderas de 25 a 30% y gran longitud en el año peak siguiente a la tala rasa. En el caso de las cortas a tala rasa, aunque en fajas, tiene mucha importancia la forma en que se manejan los residuos. Oyarzún (1993) analiza los efectos de dos tratamientos sobre las pérdidas de suelo para cosechas a tala rasa de plantaciones de Pinus radiata. La tasa de erosión anual medida en kg/ha alcanzó a: Tipo Tratamiento
Año 1991 Año 1992
control bajo dosel
11
41
tala rasa con quema
859
623
tala rasa con residuos
570
133
Las mayores pérdidas se observaron en los tratamientos con quema, comprobando su efecto degradante. Iroumé et al (1989) en pendientes del 30% midieron pérdidas de suelo después de tala rasa y quema de desechos casi 12 veces mayores a las obtenidas en condiciones de cobertura arbustiva. Los valores medidos bajo bosque se encuentran dentro del rango de erosión geológica para cuencas con bosques no alterados, esto es menores de 70 kg/ha/año. Debe destacarse que los grandes
volúmenes de pérdida registrados el primer año disminuyen drásticamente a partir del año siguiente, debido al rápido recubrimiento del suelo con pastos y plantas herbáceas (Iroumé et al, 1989; Oyarzún, 1993). Entre las acciones comunes de la cosecha, sin duda que la construcción de caminos de madereo y pueden acelerar la erosión superficial y el movimiento de masas, figura 7.1. A nivel nacional no hay estudios que relacionen la construcción de caminos con la erosión y la producción de sedimentos, sin embargo investigaciones realizadas en terrenos montañosos de Norte América lo han demostrado claramente (Rice et al, 1979; King y Tennyson, 1984; Swift, 1984). La pérdida de suelos por erosión hídrica a partir de los caminos forestales, según el tipo de suelo, la pendiente del camino y la longitud del tramo, puede alcanzar valores medios anuales del orden de 1,6 a 11 kg/m2 de superficie de camino, o bien extrapolando a un área forestal con una densidad de caminos de 16 a 30 m/ha, de 37 a 160 toneladas por km2 y año (Fahey y Coker, 1989). En el año peak de construcción de caminos esta tasa puede alcanzar valores mayores a dos veces a los aquí señalados. Las pérdidas son mayores en aquellos caminos que alteran el flujo normal de cauces naturales y que se construyen con fuertes pendientes longitudinales, con sistemas de drenaje inadecuados y con excesiva remoción y exposición de suelos en los taludes de corte y terraplén. Por lo tanto, la estabilización de calzadas, la construcción de cunetas y alcantarillas, la disminución del movimiento de tierras y el empleo de la maquinaria adecuada pueden ayudar a disminuir la pérdida de suelo y el deslizamiento de tierras. En resumen, las causas principales de la erosión por la cosecha del bosque nativo es el madereo en laderas, el madereo en el sentido de la máxima pendiente, el madereo no planificado que altera una gran superficie del suelo, el madereo en temporada húmeda, el empleo de maquinaria pesada que genera remoción del suelo y la construcción de caminos y canchas de acopio. Esta situación se ve agravada en los lugares donde se practica la sustitución del bosque nativo por especies introducidas, actividad que comprende actualmente acciones de roce y quema. Sin embargo, la corta de protección dejando niveles de cobertura mayores al 30% del dosel superior, la presencia de sotobosque y una capa protectora de hojarasca (litter) y el manejo adecuado de los residuos de la cosecha, puede conducir a aminorar las tasas de pérdida de suelo por erosión hídrica. ii) Remoción y compactación de suelos por el madereo La cosecha del bosque nativo siempreverde se basa casi exclusivamente en el madereo terrestre, esto significa que el suelo recibe presiones entre 50 y 300 kPa según se trate de animales, neumáticos estándar o de alta flotación, zapatas estándar o de baja presión al suelo, cuadro 7.2. La presión de o se transmite hacia las capas más profundas del suelo provocando su densificación. La presencia de una capa de raíces, ramas y hojarasca puede ayudar a distribuir las cargas, disminuyendo la presión unitaria. Las presiones disminuyen en el suelo con la profundidad y esto es más notorio mientras más denso es el suelo. Sin embargo, los suelos blandos de la X Región no son propicios para provocar una buena distribución de las cargas, razón por la cual las presiones se transmiten hacia las capas más profundas generando compactación y remoción del
suelo. Los ahuellamientos son más profundos a mayor presión del equipo, menor capacidad de soporte del suelo y mayor contenido de humedad, figura 7.2. Cuadro 7.2 Presiones básicas al suelo entregadas por los equipos de madereo Equipo Bueyes
Rodado Pisada
Peso (toneladas) Presión (kPa) 0,6-0,8
250-300
Tractor agrícola
Neumáticos
3,0-4,0
120-150
Skidder estándar
Neumáticos
10,0-12,0
180-200
Skidder alta flotación Neumáticos
10,0-12,0
60-80
Tractor bulldozer
12,9-17,7
52-66
Orugas
Las huellas dejadas por los tractores alcanzan comúnmente de 300 a 900 m/ha, de 3,5 a 4 m de ancho y profundidades variables hasta 60 cm y más, cuadro 7.3 y 7.4. La profundidad de las huellas y dragado del suelo depende además del número de pasadas del equipo, aunque el mayor efecto se produce en las primeras pasadas (Gayoso e Iroumé, 1991b). Cuadro 7.3 Extensión de las vías de saca y superficie alterada por el madereo Fuente: Gayoso (1995d)
Figura 7.2 Ahuellamiento profundo causado por skidder con neumáticos de alta flotación, temporada intermedia (Puerto Montt).
Remoción en temporada húmeda con skidder equipado con doble neumático (Rupanco) Cuadro 7.4 Profundidad de huellas y volumen desplazado. Fuente: Gayoso (1995d) Profundidad Ancho Tipo de corta
Pendiente terreno (%)
Equipo media máxima medió m
m
m
Volumen removido o desplazado m3/m
m3/ha
tala rasa(1)
plano
SKn/Sko 0,32
0,95
3,3
1,21
1085
tala rasa(2)
plano
Sknaf
0,28
0,60
5,5
0,83
498
tala rasa(2)
plano
Sko
0,27
0,40
4,0
0,43
258
selectiva(3)
20-40
Sko
0,42
0,65
3,5
1,39
422
selectiva(4)
20-40
Sko
0,48
1,20
4,8
2,28
380
SKn = tractor skidder sobre neumáticos; Sknaf = tractor skidder sobre neumáticos dobles; Sko = tractor sobre orugas (1) Llahuecha; (2) Rupanco; (3) San Juan, Contreras (1995); (4) San Juan, sólo huellas principales Gayoso (1995d) Además de las vías de saca, se debe agregar las áreas ocupadas por los caminos, canchas y las huellas de convergencia a las mismas, lo que agrega 4 a 7% de superficie alterada adicional, figura 7.3 (Contreras, 1995; Gayoso era/, 1991a; Gayoso e Iroumé, 19930). Las huellas de convergencia a las canchas son las que registran mayor daño con una profundidad media de 1,3 metros, esto debido a que concentran el mayor número de pasadas (Contreras, 1995). Es preciso hacer notar también que los tractores, una vez que la huella se hace profunda y el lomo central amenaza con colgar al tractor, el operador rebaja el segmento central utilizando la pala topadora, continuando en las siguientes pasadas la profundización del ahuellamiento. No se conoce de otros ahuellamientos tan profundos informados por la literatura local. Comparando los niveles de alteración en cortas a tala rasa, entre áreas de cosecha en bosque nativo y bosques de plantación, se puede señalar que el porcentaje de superficie alterada es menor en las primeras. Gayoso et al (1991a) determinaron que entre caminos, canchas y vías de saca no planificadas para madereo con skidders se llega a cubrir hasta un 53,5% de la superficie total cosechada en bosques de plantación. Sin embargo, la intensidad del volumen removido de suelo es marcadamente mayor en las áreas de nativo (Gayoso, 1995d). La severidad del daño donde ha habido remoción profunda dejando el suelo mineral expuesto es casi irreversible en forma natural. La desactivación de vías de saca cortándolas transversalmente y favoreciendo el desarrollo de vegetación ayuda a controlar sólo el proceso erosivo siguiente.
Figura 7.3 Superficie alterada por el madereo terrestre, corta selectiva
Como resultado del tránsito de la maquinaria forestal sobre el suelo se prevé un aumento de la densidad aparente de las capas superficiales, la exposición de suelo mineral y una disminución de la fertilidad del sitio, cuadro 7.5. Cuadro 7.5 Medición de la compactación y módulo de resistencia al corte en áreas de bosques siempreverdes, X Región (Gayoso, 1995d)
Existe una fuerte intensidad de la compactación bajo huella de los diferentes equipos, aún en huellas de segundo orden. Los equipos de rodados especiales si bien entregan una menor presión al suelo, bajo condiciones de extrema humedad generan igualmente compactación como consecuencia del amasado del suelo. En las huellas principales la compactación va asociada con una drástica remoción de los horizontes superficiales del suelo, transformando esta área en improductiva. Esto sugiere seleccionar temporadas estivales de cosecha en aquellos suelos de mayor susceptibilidad a la compactación. Además, debido a que las primeras pasadas del equipo de madereo causan la mayor parte de la compactación, resultará conveniente planificar las vías de saca anticipadamente (Gayoso e Iroumé, 1991b; Krag et al, 1993). La compactación trae consigo un aumento de la cohesión y consecuente aumento de la resistencia al corte, lo cual dificulta el establecimiento y desarrollo de la regeneración, cuadro 7.5. Otra consecuencia es la disminución de la permeabilidad por disminución de los macroporos, lo cual significa menor disponibilidad de agua en el suelo y aumento de la escorrentía superficial (Gayoso e Iroumé, 1993b). La intensidad de las alteraciones varía con la humedad del suelo y el número de repeticiones de carga. A mayor grado de saturación en el suelo, mayores las pérdidas de porosidad, figura 7.4. Figura 7.4 Pérdida de porosidad asociada a la humedad del suelo, intensidad y número de repeticiones de la carga. Fuente: Gayoso et al, 1991a)
Esto es especialmente grave en condiciones de temporada húmeda donde se espera la mayor alteración del suelo. Algunas empresas forestales que trabajan en la cosecha del bosque nativo han seleccionado orugas de zapatas de baja presión al suelo, neumáticos de alta flotación e incluso han incorporado doble neumático. Otros han disminuido la longitud de los trozas, otorgado mayor participación al trabajo combinado con yuntas de bueyes y tractores o sencillamente han decidido no transitar el suelo en condiciones de máxima saturación (Gayoso, 1995b). En áreas cosechadas con torre de madereo se pudo apreciar la formación de huellas angostas causadas por el madereo semi suspendido de las trozas, pero que en suma no ocupan más de 3% de la superficie cosechada. Además del impacto al suelo hay una notoria caída de la productividad de los equipos y consecuente aumento de los costos. La reserva de los terrenos más frágiles para cosechar en la temporada estival, facilitaría el desplazamiento, disminuiría los costos y afectaría menos el suelo. El daño por compactación tiene una recuperación en forma natural sólo a muy largo plazo por la acción de la meteorización mecánica y biológica. Subsolados y técnicas culturales pueden ser efectivos para recuperar parcialmente los suelos alterados. iii) Remoción de suelos y deslizamientos por caminos Estimaciones a partir del perfil transversal del camino permiten establecer que la remoción de suelo varía con la pendiente del terreno, el ancho de la plataforma y la longitud de caminos por unidad de superficie. Para plataformas de 6 metros de ancho, el volumen removido alcanza de 2000 m3/km para 10% de pendiente lateral hasta 25400 m3/km en terrenos de 70 por ciento, figura 7.5. También, en terrenos planos con suelos orgánicos es necesario remover hasta encontrar una mejor calidad de subrasante lo que significa una remoción de 64 m3/ha. Para densidades de caminos de 20 m/ha en terrenos de pendientes de 40 a 60%, los volúmenes desplazados por el movimiento de tierras alcanzan valores de 245 a 420 m3/ha. El empleo de un diseño
poco ajustado con la fragilidad de los terrenos puede elevar aún más las pérdidas de suelo, como es el caso de caminos de reciente construcción con plataformas de 10 m de ancho. La obtención de áridos de pozo contribuye igualmente a la remoción de suelo, figura 7.6. Otra situación que contribuye al movimiento del suelo son los deslizamientos originados por la construcción de caminos en terrenos con pendientes y substrato inestable, incrementando la producción de sedimentos, figura 7.7
Figura 7.5 Volumen de movimiento de tierras en zonas de pendientes
Figura 7.6 Remoción para obtención de áridos (Chiloé)
Figura 7.7 Deslizamientos en taludes (Riñihue)
7.2.2 Hidrología Las acciones que comprende la cosecha de los bosques nativos siempreverdes afectan el componente ambiental agua, derivado del impacto directo sobre los componentes ambientales suelo y vegetación, con los cuales ésta se relaciona. El grado de impacto ambiental producido depende también de la severidad de las condiciones climáticas y la topografía. Debe considerarse en el análisis que la X Región comprende una extensa red hidrológica y numerosos e importantes lagos, de los cuales obtiene el recurso agua para abastecimiento de agua potable y posibilita el desarrollo de la acuicultura. Esto además del creciente uso turístico y recreacional de este recurso. i) Cambios en la intercepción, escorrentía y caudal La disminución de los niveles de intercepción como consecuencia de la tala de árboles causa un aumento de la escorrentía superficial. En casos extremos y dependiendo de la superficie talada puede favorecer el anegamiento temporal de áreas bajas como consecuencia de una tala masiva, lo que afecta la regeneración y la microfauna del suelo. En períodos de tormentas, la mayor cantidad de agua de escorrentía genera un aumento de la erosión y arrastre de sedimentos a los cursos y cuerpos de agua, afectando su calidad físico-química. En cuerpos de agua pequeños esto puede afectar la micro flora y fauna acuáticas, figura 7.8, (Meneses y Gayoso, 1995).
Figura 7.8 Aumento de la escorrentía, erosión y producción de sedimentos El bosque siempreverde en la X Región intercepta 800 a 900 mm de precipitación anual, es decir, un 35% de la precipitación media anual (Menzel, 1993). Por ello, la corta de árboles se ha considerado como acción degradante. Por ejemplo, el primer año siguiente a una corta a tala rasa en fajas, llega en forma directa al suelo un aporte adicional de 9 millones de litros de agua por hectárea cosechada. Igualmente, dado
que la evapotranspiración de este bosque consume entre 500 a 600 mm/año (Menzel, 1993), las cortas a tala rasa dejan disponible un volumen de 5 a 6 millones de litros por hectárea intervenida, incrementando los caudales y su torrencialidad. Sin embargo, los métodos de corta selectiva y de protección no conducen a modificaciones de importancia en el balance hídrico. Al menos en las áreas cortadas la cubierta vegetacional se recupera en el corto a mediano plazo, restableciéndose así los niveles de intercepción, las tasas de evapotranspiración y por lo tanto los niveles de escorrentía previos a la intervención. Otras acciones de la cosecha que afectan negativamente la intercepción de la precipitación y escorrentía son la construcción de caminos y canchas y las cortas de liberación y raleos productivos. Sin embargo, los valores de los impactos son menores, dado que la superficie que involucran en la actualidad es poco significativa. Se considera además como un impacto de carácter positivo la regeneración, enriquecimiento y crecimiento del bosque secundario. Se estima que la superficie de intervención del bosque nativo en la X Región en relación al tamaño de las cuencas, es pequeña. Aunque, en casos determinados puedan incidir un aumento del caudal local a nivel de microcuencas como consecuencia de la disminución de la intercepción y evapotranspiración y el aumento de la escorrentía superficial. La cosecha, por concepto de eliminación de vegetación, es la acción de mayor peso en esta evaluación. La construcción de caminos y canchas, así como las liberaciones y raleos productivos también contribuyen al aumento del caudal, pero en menor grado. ii) Ascenso del nivel de la napa freática Partiendo de la base que en la X Región las cuencas no presentan déficit hídrico, en áreas planas el superávit de agua puede traducirse en inundaciones temporales e incluso permanentes por aumento del nivel de la napa freática, figura 7.9. De acuerdo a Meneses y Gayoso (1995), esta situación puede afectar a la vegetación por falta de aireación radicular, así como al suelo involucrado en cuanto a procesos pedogénicos y microflora y fauna de éste. Esto podría afectar además la fisonomía del lugar y la fauna asociada. No obstante, el impacto ambiental negativo que afecta a este subcomponente es de significado medio, considerando que la magnitud actual de las áreas de cosecha en los proyectos mayores no superan las 100 a 200 ha anuales. Además, resulta de mucha importancia el establecimiento detallado de acciones en el Plan de Manejo, que fijan las tasas máximas de corta anual, técnicas apropiadas de ordenamiento de desechos y restablecimiento de la vegetación, entre otros.
Figura 7.9. Anegamientos por mayor disponibilidad de agua e insuficiente canalización iii) Calidad físico-química del agua Se ha podido observar en la temporada de invierno, que el mayor impacto que genera la cosecha del bosque nativo y la construcción de caminos es la producción de sedimentos. Estos pueden alterar la calidad físico química del agua, aumentando la turbidez y disminuyendo la concentración de oxígeno disuelto, lo cual puede tener efectos perjudiciales en las poblaciones de fauna y flora acuática y la disminución de la calidad de su habitat. La destrucción de los bosques, el aumento de la actividad económica y la transformación de tierras se relaciona con el riesgo potencial de eutroficación de los lagos (Soto, 1994). Sin embargo, en general los lagos de la X Región de Chile están poco afectados con bajo contenido de nutrientes, baja densidad de algas y bajo valor de clorofila (Campos, 1984; Soto, 1994). Con la finalidad de atrapar los sedimentos, se establecen franjas de protección de 30 a 60 m de ancho en todos los cursos de agua, áreas donde no se permite practicar ningún tipo de cosecha ni construcción de caminos. Por otra parte, no se preveen contaminaciones graves de sustancias tóxicas ni alteraciones significativas de la calidad química de las aguas producto de las acciones de cosecha del bosque nativo siempreverde. El manejo del bosque nativo no comprende actualmente uso de fertilizantes y herbicidas de uso tan común como en el establecimiento de plantaciones de eucaliptos. Además, se espera que la tasa de cambio de las alteraciones producidas no sean de larga duración, ya que se supone un rápido restablecimiento de la vegetación en las áreas cosechadas. Por ello, el impacto ambiental de la cosecha sobre el subcomponente ambiental calidad físicoquímica del agua, aunque es de carácter negativo, es de significación moderada.
7.3 Efectos sobre el ambiente biológico
7.3.1 Vegetación 7.3.2 Fauna
7.3.1 Vegetación La cosecha del bosque siempreverde debe ser analizada según sea el tipo de corta. En situaciones de corta a tala rasa tanto para habilitación de terrenos agrícolas y sustitución por especies de rápido crecimiento como las cortas de protección en fajas significan la eliminación del 100% de la cobertura arbórea, siendo allí donde el impacto adquiere su máxima expresión. En cambio en las cortas selectivas y cortas de protección homogénea, aún cuando intensas tienen un efecto menor sobre el componente ambiental vegetación. En el caso de cortas de protección y selectivas adquiere importancia el mayor o menor daño que el proceso de cosecha genera sobre los árboles remanentes y la regeneración, por encima de las variables del componente. Como lo señala el especialista botánico en Meneses y Gayoso (1995), los efectos más apreciables que causan las acciones de la cosecha de los bosques siempreverdes sobre la flora son por un lado la reducción del número de especies nativas y, por otro, el aumento de malezas alóctonas invasoras. La reducción de las especies nativas es una consecuencia directa de la cosecha y construcción de caminos. Sin embargo, ninguna de las especies vegetales prospectadas en la X Región tiene problemas de conservación. Por otra parte, al despejar los terrenos, destruyendo la cubierta arbórea, se deja terreno libre que puede ser invadido por malezas foráneas, que generalmente son de difícil erradicación. i) cambios en la composición del bosque y daño a los árboles remanentes Una primera medición en cortas selectivas del tipo forestal siempreverde, aún cuando no tiene la rigurosidad de un diseño experimental acabado, muestra que el daño por cosecha en los árboles remanentes no supera el 10 por ciento (Gayoso, 1995d). Esto para condiciones de bosque con pendientes de 20 a 35%, escaso dosel intermedio y madereo con bueyes. No hay antecedentes sobre daño a la regeneración establecida (1-2 m), aunque prácticamente no se observó. Sin embargo, Contreras (1995) comparando inventarios pre y postcosecha sobre doce parcelas de 1500 m2 estudia el cumplimiento de una corta de protección homogénea en bosques siempreverdes propuesta por el Plan de Manejo, y determina el daño sobre el rodal remanente, cuadro 7.6. El resultado muestra que ocurre una alteración en la composición del bosque, con una corta concentrada en algunas especies de mayor interés y sanidad, aunque la corta total queda por debajo de la autorizada en el Plan de Manejo (8% menos volumen). Al observar la distribución espacial se pudo comprobar la distribución homogénea del dosel, sin embargo el exceso de cobertura debe removerse en una corta sucesiva con el fin de otorgar las condiciones de abertura y luminosidad que exigen las especies más intolerantes a la sombra. Definiendo como daño leve las lesiones físicas recuperables (pérdida de ramas o daño menor en corteza) y daño grave a los que es conveniente eliminar (pérdida completa de la copa, pérdida de corteza), se obtuvo que 15,6% de los árboles con diámetro mayor de 10 cm resultaron con daño grave y 28,8% tuvieron daño menor por volteo y madereo, figura 7.10.
Cuadro 7.6 Comparación de la composición del bosque antes y después de la intervención Fuente: Contreras (1995) Bosque original Bosque residual Especie (arb/ha) Volumen m3/ha (%) (arb/ha) (%) (1) (2) (3) Tepa
82,5
32,0
92,7
62,3
55,6
33,9
Coigüe
4,5
1,7
19,8
11,3
1,7
1,0
Ulmo
10,5
4,4
38,1
13,3
9,4
5,8
Mañío
60,7
23,6
122,5
12,1
60,0
36,6
Olivillo
58,4
22,7
68,2
26,2
5,0
3,1
Tineo
12,9
5,0
28,1
11,4
7,2
4,4
Otras
27,2
10,6
33,6
0,7
25,0
15,2
Total
257,7
100,0
403,0
137,3
163,9
100,0
(1) Promedio (2) Volumen total s.s.c. (3) Volumen aserrable s.s.c.
Figura 7.10 Daño grave al rodal remanente por volteo (Riñihue)
Figura 7.10 Daño grave al rodal remanente por madereo (Neltume)
Figura 7.11 Daño por volteo y madereo por corta de protección sobre los árboles remanentes. Promedio de 12 parcelas. Fuente: Contreras (1995) El objetivo del bosque residual en las cortas de protección es dar un resguardo al suelo y generar semillas para que se forme un estrato de especies acompañantes que mantengan la diversidad de especies en el bosque. Sin embargo, por la lentitud con que se establece la regeneración natural y la baja presencia de especies de interés, se observó en la práctica un enriquecimiento con especies nativas. Esto se realiza el año subsiguiente a la cosecha previa preparación de fajas colocando 800 a 1100 plántulas de roble (Nothofagus obliqua) y raulí (Nothofagus alpina). Así, se espera obtener bosques con el doble de la productividad actual en rotaciones de 40 años (Contreras, 1995). Este nuevo bosque de mejor forma y sanidad podría ser manejado en forma sustentable. ii) Efectos en la dinámica regenerativa del bosque siempreverde El método de corta selectiva ha sido el que tradicionalmente se ha empleado para cortar el bosque siempreverde. De múltiples ejemplos, es posible aseverar que puede causar serios daños al bosque si se aplican criterios exclusivamente económicos al momento de su planificación, generando un rodal residual fuertemente empobrecido al extraer sólo lo mejor del bosque (Novoa, 1985; Muñoz, 1984; Donoso, 1989). Además la tolerancia e intolerancia a la sombra de las especies componentes hace surgir comúnmente un bosque con una composición distinta al bosque original. Muchas veces la baja intensidad de las intervenciones no permite la regeneración de las especies intolerantes de mayor interés comercial y otras cortas más intensas conducen a la formación de un denso sotobosque invadido por quila (Chusquea quila) y otras especies invasoras, las que retrasan el establecimiento de la regeneración. Muñoz (1984) analizando los bosques siempreverdes de la Isla Grande de Chiloé, señala que los rangos de extracción media de 30 a 50 por ciento del área basal son los más favorables para asegurar una regeneración adecuada tanto en cantidad como en calidad especialmente para el subtipo forestal siempreverde con intolerantes emergentes. El asentamiento de la regeneración natural se produce en el rango de 6 a 10 años después de la cosecha, aunque Novoa (1985) precisa que su establecimiento definitivo requiere más de 10 años. Sin embargo, bosques fuertemente alterados no tienen la posibilidad de restaurarse en forma natural a no mediar una acción dirigida de repoblamiento. En el caso de Chiloé, al cortar bosques siempreverdes a tala rasa, la recuperación de ellos se realiza mediante la regeneración masiva del canelo (Drimys winteri) que, actuando como pionero, forma extensos renovales. Estos bosques de canelo son poco estables en el tiempo, ya que posteriormente son colonizados por especies más estables, como tineo (Weinmannia trichosperma), coigüe de Chiloé (Nothofagus nítida) y mañíos (Saxegothaea conspicua), figura 7.12 (Meneses y Gayoso, 1995). A pesar que a partir de 1990 la CONAF ha intensificado las actividades de fiscalización dedicadas a detectar cortas ilegales correspondientes a cortas realizadas sin planes de manejo aprobados y al control de los planes vigentes, persiste un alto grado de incumplimiento de las normas legales. De 381 cortas ilegales detectadas en 1993, 323 correspondieron a bosque nativo. En el 95% de los casos los infractores fueron personas naturales y sólo el 5%
correspondió a empresas forestales. Por su parte el control de planes de manejo vigentes en 1993 arrojó que un 55% de la superficie intervenida presentó incumplimiento. Sin lugar a dudas que este no cumplimiento dificulta el establecimiento de la regeneración y el manejo sustentable del recurso (CONAF, 1994e).
Figura 7.12 Regeneración establecida en tipo siempreverde iii) Efecto sobre comunidades acompañantes En las sinusias epifíticas son muy importantes los "Helechos películas" de la familia Hymenophyllaceae, que por su especial fisiología, resisten pasivamente el desecamiento. Esto los hace muy sensibles a la apertura del dosel superior, ya que al disminuir la humedad y aumentar la luz, son fácilmente desplazados por plantas superiores, de mayor agresividad. De hecho estas especies no pueden sobrevivir en árboles aislados o en un bosque ralo manejado. Por lo anterior, donde se corta el bosque a tala rasa hay que esperar su desaparición total (Meneses y Gayoso, 1995). En bosques manejados, con menor cobertura y estratificación estas sinusias epifíticas no pueden establecerse, porque al cambiar la estructura, es muy difícil su regeneración y cuando ella se produzca, seguramente no será en base a las especies primitivas. Sobre este componente botánico, las acciones forestales de la cosecha forestal, pueden causar la reducción en el número de especies y de los individuos de las mismas, al destruir sus habitat.
También el espectro biológico de las formaciones boscosas sufre profundos cambios cuando se destruye el dosel arbóreo, ya que pasan a dominar los arbustos, que forman densos matorrales secundarios. Generalmente, las hierbas desaparecen al no poder competir con especies alóctonas. Sin embargo, el cambio más drástico se produce en la proporción de trepadoras o lianas, forma de vida que se mantiene en un límite discreto de desarrollo en el bosque, pero que cuando se corta el dosel prolifera en exceso, y si los rodales remanentes son muy pequeños, puede terminar por ahogarlos. La cosecha según la intensidad de la corta, afecta las formas de vida especialmente las trepadoras al aumentar la abundancia de ellas, las que incluso podrían afectar la vegetación arbórea (Meneses y Gayoso, 1995).
7.3.2 Fauna Los comentarios que siguen se basan en estudios de impacto ambiental realizados para dos proyectos de cosecha de bosques nativos siempreverdes y uno de establecimiento de plantaciones en la X Región y por lo tanto corresponden a los especialistas en fauna (Meneses et al, 1992; Gayoso et al, 1994; Meneses y Gayoso, 1995). La fragmentación del bosque tiene a menudo efectos sobre la comunidad de aves y de pequeños mamíferos a través de la destrucción del habitat. La pérdida de habitat boscoso coloca a una proporción importante de especies de aves en una situación de alto riesgo, por el alto nivel de endemismo que caracteriza a la mayoría de ellas (Meneses y Gayoso, 1995). La perturbación del bosque reduce las posibilidades de alimentación y refugio de las especies, tanto para pequeños mamíferos que usan nidos o cuevas como para aves y marsupiales arborícelas. Así, la remoción de árboles antiguos reduce la existencia de nudos o protuberancias que ofrezcan sitios para el nidaje de las aves. Por otra parte, una alta proporción de plantas leñosas usan a las aves como vectores de polen y semillas (Armesto y Rozzi, 1989; Smith y Ramírez, 1993). Las plantas polinizadas o dispersadas por aves en un bosque fragmentado con poblaciones reducidas de aves mutualistas están sujetas a fallas reproductivas y patrones alterados de flujo génico. Así, el mantenimiento de poblaciones de aves mutualistas tiene importantes repercusiones recíprocas para la comunidad de plantas. i) Efecto sobre la diversidad y abundancia de mamíferos y aves Teniendo en cuenta que las cortas del bosque nativo siempreverde han sido preferentemente selectivas, a excepción de la habilitación de terrenos para la agricultura, la eliminación de vegetación afecta en forma leve el nivel poblacional y la diversidad de los mamíferos mayores, cuyos ámbitos de hogar y territorios son amplios. El efecto es moderado y transitorio para aves y mamíferos pequeños, que son desplazados a otros sectores. El efecto sobre el habitat redundará en pérdida de refugios tanto en árboles que serán cortados, como en el sotobosque. El ruido de las maquinarias puede contribuir a una dispersión mayor de la fauna existente en el área. Todo lo anterior significa que se verá más afectada la abundancia de individuos que la diversidad. El peso de la maquinaria, el arrastre y transporte de trozos destruye nidos, cuevas y madrigueras de las especies que utilizan el sotobosque. Producen efecto levemente deletéreo en el nivel de la población. Agregúese el efecto de la polución de los gases de los combustibles que afectan la vegetación y hojarasca, destruyen la fauna de invertebrados, fuente de alimento de roedores y aves.
Las cortas a tala rasa constituyen la acción de mayor impacto de la cosecha forestal sobre el componente faunístico. Se modifica el habitat para especies de aves, mamíferos arborícelas (mono del monte, Irenomys) afectando zonas de nidificación y de alimentación de especies frugívoras, insectívoras, fungívoras. El ordenamiento de desechos y la preparación del suelo agudiza el deterioro del sistema de cortas a tala rasa en fajas. El suelo que deja es inhabitable por un tiempo prolongado. No obstante puede ser fuente de refugio para el animal que sobrevive y para el que recoloniza, como pequeños mamíferos y aves que nidifican en el suelo. Esto es válido si la acumulación de ramas y desechos se hace en la orilla de la faja explotada. ii) Efecto sobre la abundancia de las especies en peligro de extinción, vulnerables y raras El efecto más grave es la reducción de especies En peligro o Vulnerables o que pueda llevar a alguna a la categoría de vulnerable y en peligro de extinción. Las especies que por sus características pudieran ser posiblemente afectadas serían los dos Marsupiales Dromiciops australis, especie arborícela, categorizada por CONAF como Rara y Rincholestes raphanurus presente en matorrales, como En peligro de extinción, y la especie del Orden Rodentia Geoxus valdivianus, categorizada como Rara. Tres especies de aves están en la categoría de Vulnerables (Columba araucana, Enicognatus leptorhynchus y Campephilus magellanicus). Ryncholestes raphanurus es una especie escasa, la única representante del género, secretiva, que vive escondida en los matorrales y presenta torpor invernal, elementos que hacen de ésta una especie muy vulnerable a cualquier manipulación que se realice del habitat. Pudiese ser seriamente afectada si la cosecha se lleva a cabo en épocas en que el animal se encuentra aletargado. Las otras especies tanto aves como mamíferos que están en la categoría de especies vulnerables y raras presentan efectivamente un efecto mayor tanto en diversidad como en abundancia que las especies más comunes. La existencia de un mayor número de bordes y espacios abiertos facilitará la labor depredadora de D. fulvipes.
7.4 Efectos sobre el ambiente social
7.4.1 Cambios en el uso del paisaje 7.4.2 Aspectos socioeconómicos
Tal como se señalara en el capitulo 6, el análisis comprende los efectos más significativos de la cosecha forestal sobre el componente ambiental socioeconómico. En este sentido teniendo en cuenta la magnitud de las intervenciones actuales, en su mayoría cortas de tipo selectivo, se identifican los siguientes efectos: cambios en el paisaje, incremento de la oferta de trabajo, aporte al sector productivo, mejoramiento de la calidad de vida, presión sobre la infraestructura pública y surgimiento de una opinión pública.
7.4.1 Cambios en el uso del paisaje El mayor cambio en el componente uso del paisaje en la X Región tiene su origen en acciones distintas a la cosecha tradicional de los bosques nativos, ellas son la
habilitación de tierras para uso agrícola ganadero y la conversión en bosques de plantaciones exóticas. Aún cuando a través de una encuesta en la X Región, la gente opinó que el mayor problema ambiental era la deforestación (Hajek et al 1990), una investigación del INFOR mostró que durante el período 1960 a 1990 la superficie sustituida de bosques nativo en Chile no superó el 2,7% de las existencias, afectando sólo el 0,6% en la X Región (CORMA, 1994c). Por lo tanto, la apreciación del público puede tener más sentimiento que realidad. Sin embargo, existe la percepción que a partir de los años 90, como consecuencia del aumento de la actividad económica en la zona la tasa de deforestación y sustitución del bosque nativo se ha incrementado. Además, la cosecha informal de bosques nativos que suministran anualmente 3,6 millones de m3 de leña a la región confirman este temor. La extensa distribución de la misma hace difícil su control y puede pasar desapercibida, pero se debe tener en cuenta que muchos fenómenos ambientales ocurren como consecuencia de una acumulación de intervenciones individuales pequeñas. Otro aspecto que limita una evaluación es la ausencia de una cuantificación de las actuales existencias de bosque siempreverde. Recién durante 1997 estará finalizado el nuevo catastro del bosque nativo de Chile, que precisará sobre las superficies y calidades de los bosques productivos (CONAF, 1994h). De lo anterior se desprende que el impacto de la cosecha actual de bosques siempreverdes, siguiendo los tipos de corta autorizados, no conducen a una modificación importante del paisaje. Sin perjuicio de ésto, se debiera estimular el desarrollo de una instancia que permita evaluar los planes y decisiones de manejo a escalas espaciales y temporales mayores que las prediales.
7.4.2 Aspectos socioeconómicos En general los impactos de los proyectos de cosecha forestal sobre los aspectos socioeconómicos de la X Región se consideran positivos, al igual que cualquier actividad productiva, aunque de significado bajo a medio. Fuerza de trabajo. La silvicultura y extracción del bosque nativo genera el 1 % de la demanda de fuerza de trabajo en la región, y corresponde a la cuarta parte de todos los empleos del sector forestal. Si bien el porcentaje parece pequeño, es importante si se considera que incide en el ámbito rural o de pequeñas comunidades y genera no menos de tres empleos indirectos por cada uno directo. Aspectos negativos lo constituyen el bajo empleo de la mano de obra local y la estacionalidad del trabajo. Muchas veces se ha constituido en una crítica la no contratación de mano de obra local en los proyectos de cosecha del bosque nativo. Sin embargo, los contratistas forestales que se desempeñan en este sector prefieren buscar gran parte de la mano de obra calificada en la VIII Región del país, zona que ha enfrentado mayores niveles de competitividad y por consiguiente se refleja en trabajadores con mejores productividades y una mejor moral de trabajo que los lugareños. Sin embargo, siendo trabajadores que provienen de la cosecha de bosques de plantación, se ven enfrentados a un trabajo generalmente más difícil por el mayor tamaño e irregularidad de las copas de los árboles que les exige nuevas habilidades (Johansson, 1994). A lo anterior se suma que el trabajo en operaciones de cosecha en el bosque nativo es marcadamente estacional, concentrado en los meses de verano, lo que repercute en la estabilidad y continuidad de los trabajos desincentivando la capacitación. Estadísticas
nacionales muestran además que los trabajadores forestales tienen una alta rotación cercana al 30% anual (Torres, 1992). Capacitación. En los últimos años no ha variado la situación de la capacitación, persiste el bajo nivel de educación promedio de los trabajadores forestales de la X Región - el que no alcanza a la enseñanza básica completa - lo cual es un impedimento para que la mayoría de ellos pueda hacer uso integral de la capacitación existente (Wilhelm, 1989). Además, la lejanía de los Centros de Capacitación ha implicado que los grupos interesados con menores recursos financieros no puedan acceder a este tipo de servicio. La capacitación entonces se efectúa tradicionalmente en el propio trabajo, donde ayudantes y estrobadores se contratan para llegar a ser motosierristas y operadores de máquina (Johansson, 1994). Los contratistas poco seguros de contar con los mismos trabajadores la temporada siguiente, tampoco hacen esfuerzos por invertir en capacitarlos. Por consiguiente se observa hoy, un bajo nivel de capacitación y bajo empleo de fuerza de trabajo local en las faenas forestales, traduciéndose también en bajos niveles de productividad. Esta carencia se manifiesta incluso en el nivel de formación de los propios contratistas, los que difícilmente han recibido entrenamiento en las cuestiones técnicas y gestión de recursos. Condiciones de vida. En general las condiciones de vida del trabajador forestal asociado al bosque nativo son bajas. Se percibe un impacto positivo de la cosecha forestal sobre este subcomponente en lo que respecta a las condiciones laborales, sobre todo a nivel de campamentos, los que gradualmente se ven cada vez más implementados (casino, dormitorios, baños, agua caliente y calefacción). Persisten sin embargo marcadas diferencias con los niveles ofrecidos en la cosecha de bosques de plantación. La cosecha del bosque siempreverde no actúa directamente sobre los componentes de la calidad de vida y el efecto negativo de sus acciones se consideran de escasa significancia sobre el sistema de servicios sociales: educación, vivienda y salud. Por otro lado, al generar fuentes de empleo está indirectamente mejorando las condiciones para elevar el nivel de vida de una parte de la población. Pero esto es sólo probable, aceptándose siempre un impacto positivo de poca significancia. Sectores productivos. El sector forestal nativo contribuye de manera importante al PGB de la región y genera un efecto multiplicador en el área de servicios. En este sentido y dado que su costo de oportunidad es bajo, su impacto se considera positivo. Un sector que podría competir por iguales recursos podría ser el turismo, aunque sus flujos no debieran verse afectados dadas las actuales tasas anuales de cosecha del bosque. Infraestructura para la actividad productiva. Es lógico suponer una estrecha relación entre la actividad comercial y la productiva. En primer lugar, las cosechas demandan una serie de insumos, varios de los cuales se deben adquirir localmente (alimentación y vestuario). En segundo lugar, el comercio se incrementa por la mayor capacidad adquisitiva de la población. Se estima que la cosecha de bosques siempreverdes significa aproximadamente un monto en salarios de US$ 8 millones anuales, entre obreros temporales, permanentes y istrativos. Los servicios privados con la mayor actividad tienen un incentivo para su establecimiento. De hecho el proyecto necesita de variados servicios, tanto directamente productivos como indirectamente. Así, el impacto es mayoritariamente positivo, a excepción de la mayor presión y sobre la infraestructura pública de caminos y servicios. Por ejemplo, el mayor
tránsito de camiones con carga pesada sobre la red caminera anticipa su destrucción, crea situaciones de riesgo e inseguridad, lo que impacta negativamente a los s en general.
7.5 Cantidad, calidad y manejo de las emisiones
7.5.1 Residuos asimilables a los urbanos 7.5.2 Residuos inertes 7.5.3 Residuos tóxicos y peligrosos 7.5.4 Volumen total de los residuos 7.5.5 Manejo de los residuos
Como en todo proceso productivo, las actividades y técnicas empleadas en las operaciones de cosecha del bosque siempreverde generan emisiones. Estas, según sea su manejo, pueden afectar los diferentes componentes ambientales. En los párrafos siguientes se identifican los principales residuos y se agrupan en: residuos asimilables a los urbanos, residuos inertes y, residuos tóxicos y peligrosos. La estimaciones de tasas de residuos por metro cúbico de madera producida se hace en base al análisis de un proyecto de cosecha forestal específico en bosques nativos siempreverdes (Meneses y Gayoso, 1995). El análisis no considera los desechos propios de la cosecha, aunque según sea el manejo de ramas, corteza y hojas, puede afectarse positiva o negativamente los componentes suelo, regeneración y habitat de fauna entre otros. Tampoco se consideran las emisiones de ruidos, polvo y gases.
7.5.1 Residuos asimilables a los urbanos Estos residuos se encuentran formados por restos orgánicos procedentes tanto de campamentos como de talleres de mantenimiento y corresponden fundamentalmente a plásticos, restos de alimento, papel y cartones, textiles y gomas. Presentan una tasa de emisión anual estimada de 0,022 Kg por metro cúbico de madera producida. Además de 0,0003 m3/m3 por eliminación de neumáticos y gomas.
7.5.2 Residuos inertes Los residuos inertes se caracterizan por su inocuidad, estando constituidos por ciertos tipos de chatarras, vidrios, escorias, cenizas, abrasivos, polvos metálicos y otros provenientes principalmente de las actividades de mantenimiento. Estos residuos presentan un valor estimado de emisión de aproximadamente 0,17 Kg/m3 de madera. Pueden incluirse como desechos inertes los equipos y máquinas de cosecha y construcción de caminos, los que de acuerdo con su cantidad y vida útil muestran un valor anual de 0,41 Kg de acero por unidad de madera cosechada.
7.5.3 Residuos tóxicos y peligrosos Corresponden a cualquier residuo que por sus características de inflamabilidad, corrosividad o toxicidad se constituya en un desecho que ponga en riesgo la salud
humana y el medio ambiente. Dentro de estos se encuentran aceites lubricantes, aceites hidráulicos y grasas usados en motores y sistemas de transmisión de maquinarias, además de los solventes y aceites utilizados en mantenimiento. La emisión en este caso son desechos líquidos (aceites) y gaseosos (emisión de dióxido de carbono por combustión de petróleo). La tasa estimada de emisión anual de aceites y fluidos hidráulicos es de 0,16 litros por m3 de madera extraída. Parte de los residuos líquidos orgánicos, como los aceites lubricantes, tienen alternativas de reutilización en otros procesos. El dióxido de carbono puede ser estimado a partir de la cantidad de combustible utilizado anualmente, el que presenta un valor de aproximadamente 3,25 l/m3.
7.5.4 Volumen total de los residuos Se estima que al menos el 27% de la producción de maderas nativo de la X Región se realiza con un nivel tecnológico que genera residuos como los antes señalados. Es decir para producir 1,35 millones de m3 de madera, se espera las siguientes emisiones anuales: - 30 toneladas de residuos asimilables a los urbanos - 400 m3 de neumáticos - 230 toneladas de residuos inertes - 277 toneladas de chatarra de acero reciclable - 216 m3 de desechos líquidos (aceites y fluidos) - dióxido de carbono correspondiente a 4,4 millones de litros de combustible
7.5.5 Manejo de los residuos En la mayoría de las faenas de cosecha en bosque siempreverde no existe programas para manejo de emisiones ni depósitos ad hoc. Sin embargo, no todo queda en el bosque, ocasionalmente se hace una recuperación de aceites quemados para su reutilización con otros fines y la chatarra se regresa para reciclaje. Otras situaciones de manejo son la construcción de vertederos para los residuos orgánicos, parte de los residuos inertes y otros asimilables a los urbanos. Las aguas servidas se conducen preferentemente a pozos negros y pocas veces a fosas sépticas. A pesar del insuficiente manejo y considerable volumen de residuos, por ahora se estima de bajo significado.
7.6 Valoración de impactos
7.6.1 Evaluación de impactos al componente suelo 7.6.2 Evaluación de impactos al componente agua 7.6.3 Evaluación de impactos al componente vegetación 7.6.4 Valores de impacto ambiental para el componente fauna 7.6.5 Evaluación del componente socioeconómico 7.6.6 Evaluación global
La valoración que se presenta en los cuadros siguientes sigue la metodología de los Criterios Relevantes Integrados (CRI) y se practica sólo para los principales efectos sobre los componentes ambientales. El método pretende sistematizar y
objetivar la calificación del impacto, basado en el juicio que especialistas en edafología, hidrología, botánica, fauna, economía y sociología han expresado en estudios de casos en la X Región de Chile. A pesar de la rigurosidad del método, puede existir un cierto sesgo en la valoración de los impactos al haber estado ausente la discusión transdisciplinaria habitual al final de la evaluación. Otra restricción deriva de la escala espacial regional empleada en el análisis, a pesar de la heterogeneidad de la X Región, lo que puede conducir a suavizar o a exagerar algunos efectos. No obstante lo anterior, los resultados permiten identificar las acciones más degradantes de la cosecha en los bosques siempreverdes, los subcomponentes ambientales más afectados y el tipo de efecto, con lo cual es posible proponer medidas mitigadoras. Resumiendo, se procedió a calificar un determinado efecto bajo cada criterio con el cual fue posible calcular el índice integral de impacto ambiental (VIA). Este último se traspasó a una escala de significación de simple interpretación (para mayor detalle ver método en capítulo 7.1). Las acciones se integran en cuatro grupos principales: construcción de caminos y canchas, cosecha, carguío y transporte y, manejo de desechos. Las emisiones se consideran asociadas a las acciones y su efecto es evaluado en los correspondientes componentes ambientales. La acción cosecha se ha tipificado según tipo de corta en tala rasa, selectiva y protección, agrupando a su vez las acciones de tala, trozado, desrame, madereo y ordenamiento en cancha de acopio. Caminos, canchas y transporte si bien difieren según el tipo de corta, no lo hacen significativamente según su efecto sobre los componentes ambientales. Para el caso de cortas a tala rasa se analiza el efecto de las quemas y el arrumado de desechos en fajas. La simbología empleada en los cuadros es la siguiente: C = carácter
RE = reversibilidad
MA = muy alto MB = muy bajo
EX = extensión
RG = riesgo
AL = alto
DU = duración
VIA = índice de impacto ME = medio
MAG = magnitud SIG = significado
NE = neutro
BA = bajo
7.6.1 Evaluación de impactos al componente suelo Teniendo presente que el grado de impacto al suelo está asociado a los subcomponentes ambientales derivados según la fragilidad del mismo, se evaluó separadamente cada uno de ellos. No se evalúa la categoría "susceptibilidad grave a la degradación" debido a que en estos terrenos no se practica cosecha alguna y los bosques se destinan a protección. La apreciación objetivada de los efectos ambientales, esto es las notas asignadas a cada criterio, el VIA calculado y el significado se presenta en los cuadros 7.7, 7.8 y 7.9, donde: fragilidad 1 = leve susceptibilidad a la degradación; fragilidad 2= moderada susceptibilidad a la degradación; fragilidad 3= alta susceptibilidad a la degradación (para mayor descripción ver capítulo 3.1.1).
Cuadro 7.7 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, efecto ambiental compactación del suelo
Cuadro 7.8 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, efecto ambiental remoción del suelo
Cuadro 7.9 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, efecto ambiental erosión hídrica del suelo Las acciones más alterantes sobre el componente suelo son la construcción de caminos y la cosecha a tala rasa, por la generación de los efectos de compactación, remoción y erosión de alto significado. Los impactos son mayores a mayor fragilidad del componente. Esto puede resultar extraordinariamente grave en el futuro, dado que gran parte del bosque siempreverde remanente se sitúa en terrenos de fragilidad media y alta. Dentro de la construcción de caminos el mayor aporte al impacto se atribuye a la técnica constructiva "bote al lado", la magnitud de volumen de movimiento de tierras, la inestabilidad de los taludes, las limitaciones de las obras de drenaje y el escaso mantenimiento. Los efectos asociados a la construcción de caminos se consideran muy locales, de largo plazo e irreversibles, por ello adquiere gran importancia la adecuada planificación y diseño de los mismos.
En cuanto a la cosecha propiamente tal, el mayor impacto sobre el suelo lo genera el arrastre de trozas con tractores. La no planificación anticipada resulta en una alta densidad de vías de saca y alta ocupación de la superficie que queda removida y compactada. Se acentúa el impacto a mayor intensidad de la corta y a mayor humedad en el suelo. Sin embargo, esto es menos crítico desde una perspectiva global considerando que tradicionalmente las cortas selectivas, de protección e intermedias representan el 85% de las cortas del tipo forestal siempreverde en la X Región. El ordenamiento de desechos en fajas después de tala rasa se consideró como atenuante de la erosión hídrica y por consiguiente de carácter positivo.
7.6.2 Evaluación de impactos al componente agua El análisis del componente agua comprende principalmente las aguas superficiales y los efectos que se valoran están relacionados con el cambio de los niveles de intercepción y escorrentía en relación con la erosión hídrica y la producción de sedimentos. Ubicándose los bosques siempreverdes en una zona de superávit hídrico, el aumento de caudales se consideró negativo por el aumento de la torrencialidad de los cauces y riesgo de inundaciones, cuadros 7.10 y 7.11.
Cuadro 7.10 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, efecto cambios en la intercepción, escorrentía y caudal
Cuadro 7.11 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, efectos nivel de napa freática y calidad físico-química del agua Los impactos de mayor significación corresponden a la corta a tala rasa y posterior quema de desechos ya sea para la habilitación de terrenos agrícolas o sustitución por especies de rápido crecimiento. La eliminación total de la vegetación trae consigo la eliminación de la intercepción con e! consecuente aumento de la escorrentía superficial, efecto que se manifiesta en toda la superficie cosechada y con mayor intensidad el año siguiente a la corta. En los años siguientes y a medida que se restablece la vegetación la situación tiende a la normalidad en el mediano plazo. El
arrumado de desechos siguiendo las curvas de nivel al favorecer la infiltración y atrapar sedimentos causa un efecto de carácter positivo.
7.6.3 Evaluación de impactos al componente vegetación El impacto sobre la vegetación se evalúa para los subcomponentes flora, vegetación y sinusias epifíticas, cuadros 7.12, 7.13 y 7.14. Este último por la importancia que adquiere en los bosques húmedos de la parte sur de la X Región (Chiloé). Los principales efectos analizados son la reducción de especies nativas, el aumento de especies de malezas y la alteración de la composición de los bosques. La intensidad de los efectos es generalmente máxima debido precisamente a que la acción de cosecha es una acción directa sobre la vegetación y cualquier modificación de la condición original se considera negativa desde una perspectiva ecológica. Esto puede ser discutible, ya que un manejo adecuado del bosque puede conducir a la obtención de un bosque más sano y de mejor productividad, que desde otra perspectiva puede ser considerado un efecto positivo.
Cuadro 7.12 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente ambiental flora Consecuente con lo planteado anteriormente, la acción más alterante es la cosecha a tala rasa como consecuencia de la corta de árboles. Por la dinámica regenerativa del tipo forestal o cambio de uso del suelo esto significa una reducción de las especies nativas y la entrada de malezas.
Cuadro 7.13 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente ambiental vegetación
Cuadro 7.14 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente Sinusias epifíticas De acuerdo a los indicadores de impacto que se presentan en los cuadros anteriores, el subcomponente ambiental más afectado negativamente por la cosecha de bosques siempreverdes en las zonas húmedas de la X Región, es el de Sinusias epifíticas, seguido por la degradación del bosque. La alteración de la estructura y composición del bosque no sólo es importante desde el punto de vista ecológico sino también desde el económico. Este efecto es generalizado debido a que la corta selectiva ("floreo") de este tipo forestal es mayoritaria y puede transformarse en irreversible. El carácter de las cortas de protección sobre la estructura y composición del bosque es ambivalente, aunque debiera ser preferentemente positivo. Esto debido a que la corta si bien se orienta a obtener un mejor bosque en una perspectiva sustentable, puede reducir algunas especies del espectro biológico.
7.6.4 Valores de impacto ambiental para el componente fauna La estructuración del análisis del componente fauna se hace en base sólo a los subcomponentes ambientales mamíferos y aves, aún cuando en la X Región existen otros de importancia como reptiles, peces, anfibios y microfauna. Lamentablemente la escasa información de base no permitió incorporarlos en el análisis. Los efectos considerados son la reducción de la diversidad y la abundancia. También como una forma de apreciar el impacto sobre el habitat de mamíferos y aves se analizan por categoría ecológica y por último se califica el efecto de las acciones de cosecha sobre la abundancia de especies protegidas, cuadros 7.15, 7.16, 7.17 y 7.18.
Cuadro 7.15 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente ambiental mamíferos
Cuadro 7.16 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente aves
Cuadro 7.17 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente categoría ecológica, efecto reducción de habitat
Cuadro 7.18 Valores de Impacto Ambiental según método CRI, subcomponente especies protegidas, efecto abundancia Sin duda que la acción que más impacto causa sobre el componente fauna es la cosecha a tala rasa, tanto por la corta de árboles como por el arrastre de trozas y
tránsito de maquinaria que reducen o alteran el habitat. Como consecuencia, la abundancia de mamíferos se ve más afectada que la diversidad de ellos. En cuanto al subcomponente especies protegidas, se presenta mayor impacto para las especies en peligro de extinción y mamíferos y aves vulnerables.
7.6.5 Evaluación del componente socioeconómico Para evaluar el componente socioeconómico resulta difícil segregar la cosecha en acciones parciales, ya que todas ellas en conjunto se traducen en efectos sobre los subcomponentes ambientales. Esta es la razón por la cual el análisis siguiente, cuadro 7.19, considera la cosecha como una acción única. Cuadro 7.19 Valores de impacto ambiental según método CRI cosecha forestal sobre componente socioeconómico SUBCOMPONENTES EVALUACION SOCIOECONOMICA C IN EX DU MAG RE RI VIA SIG Cambios en el paisaje
- 1
5 10
4,4
5
2 3,9 BA
Demanda fuerza de trabajo
+ 3
5 10
5,2
10 5 6,0 AL
Condiciones y calidad vida
+ 2
2 10
3,6
10 5 4,8 HE
Sectores productivos
+ 5
5 10
6,0
10 5 6,5 AL
Infraestructura vial
- 2
5 10
4,8
2
5 4,0 HE
Opinión pública
- 3
5 10
5,2
2
2 3,6 BA
Los indicadores de impacto determinados en esta evaluación muestran, según el cuadro 7.19, que los impactos negativos son de baja significación y su carácter es discutible según la escala temporal de análisis. Es el caso de la infraestructura vial, si bien existe mayor presión sobre la red caminera de la X Región, lo cual puede considerarse negativo, en el largo plazo debiera conducir a una mayor inversión pública y mejores caminos con un beneficio para todos. La opinión pública también se puede considerar ambivalente en cuanto al carácter, según el punto de vista considerado. Los medios de comunicación, como vehículo de la opinión pública, tienden a destacar las denuncias de agrupaciones pro defensa del bosque nativo en relación al componente ambiental vegetacional, por sobre los beneficios del componente social. Los principales impactos positivos son el aporte al producto geográfico y dinamismo de la economía regional, además de la generación de empleo. Un bajo impacto positivo se percibe también sobre las condiciones y calidad de vida, aunque esto no debe llevar a equívocos. Si bien se aprecia un cambio positivo, ello no significa que se ha logrado superar el insuficiente nivel de capacitación de los trabajadores forestales, las bajas condiciones de vida y seguridad de las faenas.
7.6.6 Evaluación global Al aplicar una numérica como la empleada en las matrices anteriores, puede entrar la tentación de llegar a representar los 223 cruces causa-impacto, en un solo número. Aún cuando a través de una técnica grupal o método Delphi se determinen las ponderaciones a cada cruce y se reduzcan las interdependencias, el resultado puede ser poco práctico. Un alto impacto en un subcomponente no puede ocultarse por una situación de normalidad en los restantes.
A pesar de las limitaciones que significa la división de los componentes en distinto número de subcomponentes y efectos, se puede decir en general que las situaciones de muy alto y alto impacto negativo representan un 16% de los cruces totales. De ellos el 41 % afecta al componente suelo, 24% al componente fauna. 19% al componente vegetación y el resto al agua. Igualmente se puede deducir que el origen del mayor impacto es atribuible en 73% a la cosecha a tala rasa y posterior quema de desechos y 19% a la construcción de caminos y canchas. Este impacto es el determinado en las áreas bajo cosecha. Para ser justos se debe reiterar las cifras entregadas en los antecedentes, donde se señala que la intervención de bosques siempreverdes en la X Región alcanza una tasa anual del 0,6% de las existencias y que de este total sólo un 14,7% corresponde a cortas a tala rasa. Este último porcentaje mayoritariamente representa habilitación de terrenos agrícolas que posteriormente constituirán bosques de plantación. Por otra parte el 7% de los cruces muestran impactos positivos, concentrándose la mayor parte de ellos en los beneficios socioeconómicos asociados a esta actividad económica en la Región. En resumen, la cosecha del bosque nativo siempreverde en Chile genera impactos específicos originados fundamentalmente por el vector tecnológico y por consiguiente susceptible de ser atenuados con el empleo de técnicas de cosecha más apropiadas. En el capítulo siguiente, basándose en los impactos de más alta significación se proponen las correspondientes medidas mitigadoras.
8 TECNOLOGIA DE COSECHA APROPIADA PARA UN MANEJO SUSTENTABLE DEL RECURSO FORESTAL NATIVO
8.1 Planificación integral de la cosecha 8.2 Establecimiento de zonas protegidas 8.3 Nivel de empleo y programas de capacitación 8.4 Mejoramiento de las condiciones de vida 8.5 Monitoreo e investigación
Correspondiente con los impactos de más alta significación señalados en el capítulo anterior, se propone una serie de medidas mitigadoras tendentes a aminorar los diferentes efectos que la cosecha genera sobre los componentes ambientales. La magnitud de los impactos sobre el ambiente físico depende principalmente de la fragilidad de los terrenos y las tecnologías que se emplee en las operaciones de cosecha forestal. Los mayores impactos sobre el ambiente biológico son consecuencia de la intensidad y tipo de corta, el manejo posterior del bosque y la falta de áreas protegidas. Frente a esta situación, resulta imprescindible la clasificación de los terrenos forestales en categorías de fragilidad potencial a la degradación del medio físico, previa a la implementación de los proyectos de cosecha, con la finalidad de poder ajustar las acciones a los respectivos niveles de fragilidad de los terrenos, reducir los impactos ambientales y establecer las zonas de protección o reservas dentro de los predios. Concordante con el origen de estos impactos, las medidas mitigadoras se orientan a la aplicación de tecnologías ambientalmente más aceptables. Destacan la planificación integral de la cosecha, la planificación de las vías de saca, el empleo de maquinaria de baja presión, torres de madereo, técnicas y estándares de construcción de caminos, y manejo de desechos ajustados a la fragilidad de los terrenos. La aplicabilidad de estas recomendaciones sugiere la preparación de un "Código de prácticas de cosecha forestal" ligado a las leyes de fomento forestal o al menos normas de adhesión voluntaria. Aún cuando los principales impactos al medio ambiente de la X Región no son responsabilidad principal del sector productivo forestal, deberá hacerse los esfuerzos para modificar algunas prácticas de cosecha para hacer de ellas una actividad sustentable. Sin embargo, para que este esfuerzo tenga los resultados esperados deberá emprenderse en forma integrada con las demás actividades productivas que la sociedad desarrolla en la región.
8.1 Planificación integral de la cosecha
8.1.1 Clasificación de los terrenos por fragilidad 8.1.2 Planificación de vías de saca
8.1.3 Empleo de torres de madereo 8.1.4 Construcción de caminos ajustada a áreas frágiles 8.1.5 Estabilización de taludes 8.1.6 Cumplimiento de los planes de manejo 8.1.7 Otras medidas para mitigar los impactos
Las posibilidades que ofrece la planificación de operaciones con respecto a ciertas restricciones que ofrecen los suelos, consideran la intensidad, estándar y localización de los caminos forestales, el tamaño y forma de la unidad de cosecha, la oportunidad en el año y período de corta y el madereo, la selección del sistema, equipo y procedimiento de madereo y transporte y otras medidas que serían parte del Código de Prácticas de Cosecha.
8.1.1 Clasificación de los terrenos por fragilidad La incorporación de la tipificación del ambiente físico en categorías de fragilidad potencial a la degradación como parte del proceso de planificación estratégica de la cosecha, traerá como beneficio la mejor asignación de equipos, la adecuada selección de las áreas de cosecha y tipos de corta y, posibilitará una más exacta estimación de los costos y beneficios. Esto contribuiría a la formulación de proyectos ambientales de intervención del bosque nativo y por lo tanto conceptualmente de bajo impacto, no siendo necesario para ellos la aplicación de nuevas medidas de mitigación. La prioridad entonces está en la prevención por sobre acciones correctivas.
8.1.2 Planificación de vías de saca En cuanto al suelo, resultan efectivas medidas tales como la planificación de las vías de saca, lo que conduce a una menor cantidad de superficie alterada por el tránsito de las máquinas. Si se asocia a equipos de baja presión básica al suelo se disminuirá también la intensidad de la compactación. Diseñar además los caminos de madereo evitando la máxima pendiente, sin movimiento de tierras. Una vez terminada la intervención se desactivarán las vías de saca cortándolas transversalmente de tal forma de impedir la socavación por agua. También se tratará de favorecer la reimplantación de la vegetación en las áreas compactadas.
8.1.3 Empleo de torres de madereo El empleo de torres de madereo en el bosque nativo debe generalizarse debido a la gran proporción de terrenos escarpados, la alta susceptibilidad de degradación de los suelos y las condiciones climáticas adversas. Ello deberá pasar por una especialización de los contratistas y una continuidad de las faenas a lo largo de todo el año, lo que a su vez podrá dar mayor estabilidad a la fuerza de trabajo empleada.
8.1.4 Construcción de caminos ajustada a áreas frágiles El diseño y construcción de los caminos debe considerar medidas mitigadoras, las que comprenden evitar los trazados en áreas de fragilidad muy alta o con pendientes fuertes, disminuir tanto como sea posible el movimiento de tierras, disminuir el ancho de la plataforma, evitar la construcción de caminos en las franjas de protección de cursos de agua, disminuir el volumen y velocidad del agua en las cunetas, recubrir cunetas cuando se superen las pendientes críticas de socavación, compactar y
mantener las carpetas de rodado. Considerar en todos los caminos la adecuada canalización de las aguas y localizar las descargas de cunetas y alcantarillas que sea necesario construir, con el fin de dar una salida rápida al agua y evitar la acumulación de grandes volúmenes que tienen una mayor fuerza erosiva.
8.1.5 Estabilización de taludes Para asegurar la estabilidad de los taludes, donde sea posible se propone disminuir los ángulos de los taludes de corte, construir en terrazas en aquellos taludes más altos, colocar camellones de filtraje sobre los derrames, estabilizar mecánica y biológicamente los taludes. En caso de hidrosiembra incluir junto con el fertilizante y ligante, una mezcla de semillas de gramíneas y leguminosas de crecimiento rápido, poca altura, raíz profunda, densa y durable.
8.1.6 Cumplimiento de los planes de manejo El cumplimiento de los planes de manejo debe ser un imperativo, pero para lograrlo debe estar en conocimiento de todos los actores y así, hacerlos responsables por cada fase del proceso de cosecha. El hecho de realizar las cortas a través de contratistas no exime a las empresas de su responsabilidad, por lo tanto ellas deben incorporar como parte integrante de los contratos sus políticas ambientales y de manejo sustentable. Premios y multas a los contratistas pueden incentivar su cumplimiento. Si bien las mayores exigencias pueden traducirse en mayores costos directos, deberá analizarse en perspectivas de mediano y largo plazo. Ello obligará a aumentar la productividad de los sistemas de cosecha, hecho que se considera posible con una mejor organización de las faenas y la capacitación del recurso humano.
8.1.7 Otras medidas para mitigar los impactos - Respetar las franjas de filtraje o protección a ambos lados de los cursos de agua permanente, con anchos variables entre 20 y 100 m según la fragilidad del terreno adyacente. - Evitar el volteo de árboles hacia el interior de las franjas de protección a ambos lados de los cauces. Ajustar las operaciones de cosecha en las zonas de mayor fragilidad, de tal forma de no maderear sobre los cursos de agua y evitar cruzarlos. - En tala rasa en fajas, arrumar los desechos de la cosecha siguiendo las curvas de nivel formando hileras cada dos metros y evitar la quema de ellos. - Restringir las operaciones de cosecha en los períodos húmedos para permitir el madereo sin un notorio ahuellamiento o compactación del suelo o en caso de ser necesario emplear equipos de alta flotación o baja presión al suelo. - Mantener periódicamente la calzada, cunetas y alcantarillas de los caminos permanentes y clausurar, desactivar y reforestar aquellos que se abandonen. - Construir empalizadas, enrejados y diques menores con la finalidad de atrapar sedimentos en la base de taludes de derrame y cursos de agua. - Controlar permanentemente las actividades de cosecha para asegurar el cumplimiento adecuado de las proposiciones.
- Manejar adecuadamente los residuos líquidos (aceites), prevenir derrames de combustibles y manejar las aguas servidas.
8.2 Establecimiento de zonas protegidas Desde la perspectiva global de la X Región se requiere ampliar la representación del Bosque Siempreverde y subtipos en el Sistema Nacional de Areas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), situación que está en proceso de implementación. A nivel predial el establecimiento de las áreas de protección debe corresponder con aquellos terrenos de mayor fragilidad a la degradación, franjas de filtraje o protección de cauces a ambos lados de los cursos de agua permanente y cuerpos de agua y, corredores vegetacionales interconectados para la fauna de mamíferos mayores.
8.3 Nivel de empleo y programas de capacitación La explotación del bosque nativo genera una fuente importante de empleo para la región, aunque estacional. Para evitar el carácter temporal de las actividades forestales se sugiere planificarlas para lograr una distribución en el tiempo, de forma tal de asegurar cierta continuidad en el empleo a los trabajadores. Teniendo presente la alta exigencia de calificación que impone la cosecha del bosque nativo al trabajador forestal y la ausencia de personal entrenado en las áreas adyacentes a los proyectos de cosecha, resulta prioritario establecer programas de capacitación. Estos deben estar orientados no sólo al aumento de la productividad, sino especialmente a la transferencia de técnicas ambientalmente más apropiadas, al manejo del bosque nativo y regeneración, al desarrollo de técnicas de trabajo más seguras y a incentivar el uso de elementos de seguridad en las faenas. La mayor calificación debe conducir a una mayor estabilidad en el empleo y mejoramiento de los niveles de ingreso.
8.4 Mejoramiento de las condiciones de vida El profesionalismo del trabajador forestal debe ir acompañado del desarrollo de mejores condiciones de salud, alimentación, vivienda y recreación. Esto pasa por la construcción de campamentos que cumplan normas internacionalmente aceptadas en cuanto a volumen espacial por persona, personas por habitación, disponibilidad de agua corriente, agua caliente, electricidad, calefacción y servicios higiénicos. La alimentación debe considerar una dieta especialmente diseñada en base al gasto energético generado por esta actividad. No menos importante es el desarrollo e implementación de actividades de recreación y evitar que los trabajadores pasen períodos muy prolongados lejos de sus hogares.
8.5 Monitoreo e investigación La implementación de las diferentes medidas de mitigación o técnicas de cosecha ambientalmente apropiadas para un manejo sustentable del recurso forestal, requieren de una evaluación en el tiempo. Ello, para verificar que las medidas se vayan instrumentando a lo largo de la ejecución de las cosechas y para constatar el grado de efectividad de la aplicación de las mismas. Así, el programa de seguimiento y control podría pasar a ser parte del Plan de Manejo.
Entre otros los controles podrían considerar el cumplimiento de la intensidad, especies y distribución de la corta, daño al rodal remanente, establecimiento de regeneración, densidad y superficie ocupada por caminos, canchas y vías de saca, volumen de remoción de suelos por cosecha y caminos y, turbiedad de aguas. El desarrollo de este estudio permitió detectar importantes vacíos de información, lo que limitó las predicciones de los efectos y proposición de medidas correctivas adecuadas. Esto sugiere la realización de estudios de complementación de información o comprobatorios de línea de base con los cuales poder confrontar el nivel de cambio de los componentes ambientales. Entre ellos, aún es necesario seguir investigando sobre la dinámica regenerativa de los diferentes subtipos de siempreverde, la viabilidad técnica y económica de las cortas de protección en fajas, la clasificación de los terrenos en niveles de fragilidad, la interacción suelo máquina, inventarios de fauna y flora acuícola, calidad físico química de las aguas de lagos y lagunas.
9 CONCLUSIONES Los bosques nativos siempreverdes de la X Región presentan una alta heterogeneidad florística y estructural, ubicados en distintas condiciones geomorfológicas. La cosecha de este tipo forestal representa la actividad forestal principal de la X Región con una tasa anual de corta que se estima moderada. Es característica la corta selectiva del bosque con empleo de un vector tecnológico de amplio espectro, aunque esencialmente de tecnologías intermedias. Son comunes el volteo con motosierras, el madereo con bueyes y tractores, el carguío mecanizado y transporte con camiones de tamaño medio. En lo principal, a pesar de cierta evolución en los últimos años, se aprecia un bajo nivel de planificación estratégica y operacional de la cosecha, baja productividad en las diferentes faenas, una fuerza de trabajo que requiere mayor capacitación, mejores condiciones de vida y seguridad, desconocimiento de directrices orientadas a mitigar los impactos ambientales y bajo nivel de conocimiento e implementación de prácticas de manejo sustentables. La evaluación de impacto ambiental muestra que la cosecha del bosque nativo siempreverde en la X Región genera un impacto de significado medio a bajo. Los principales impactos negativos sobre los componentes biofísicos son generados, por el exceso de corte y derrame de tierras de la construcción de caminos, la inestabilidad de taludes, la tala rasa de árboles, el arrastre de trozas y tránsito de maquinaria. Sobre el suelo se identifican un aumento de la compactación, remoción y erosión. Sobre el agua, se denota la alteración del balance hídrico y la calidad físico química de las aguas como consecuencia de la modificación de los niveles de intercepción, evapotranspiración y escorrentía. Sobre la vegetación, la cosecha origina la alteración de la estructura y composición del bosque, la reducción de especies nativas y especialmente las especies Sinusias epifíticas y, posibilita la entrada de malezas. Sobre la fauna, la reducción y alteración del habitat significa una disminución de la abundancia de especies, especialmente sobre los mamíferos y aves protegidas. Los beneficios de la cosecha se manifiestan en el crecimiento de la actividad económica en general y el aumento de los puestos de trabajo. Para atenuar los impactos indeseados se sugiere implementar un Código de Prácticas de Cosecha que incluya técnicas mejoradas y medidas preventivas, tales como la adecuación de la intensidad de la corta, de los equipos de madereo, del diseño y construcción de caminos a la fragilidad potencial del medio ambiente físico. El empleo de sistemas de madereo con torre en los terrenos con más de 35% de pendiente, el establecimiento de áreas de protección y corredores de habitat, la regulación o establecimiento de tasas límite de corta anual por microregiones y en general el cumplimiento de los planes de manejo ayudarán también a la sustentabilidad del recurso. Igualmente, el establecimiento de programas de capacitación tanto para trabajadores como contratistas, el mejor desarrollo de las condiciones de vida y seguridad en las faenas, podrán llevar a elevar la productividad dentro de una perspectiva de desarrollo sustentable. Por último se considera necesario complementar la información ambiental faltante e implementar programas de seguimiento como parte de los Planes de Manejo, para
verificar el cumplimiento de prácticas mejoradas y la efectividad de ellas en la mitigación de los impactos.
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ESTUDIOS MONOGRAFICOS DE EXPLOTACION FORESTAL Estas publicaciones se pueden obtener solicitándolas a la Subdirección de Explotación y Transporte Forestales (FOPH), FAO, Viale delle Terme di Caracalla, 00100 Roma, Italia Intermediate technology in forest harvesting: agricultural tractor with winch, 1988* Intermediate technology in forest harvesting: agricultural tractor and forest trailer with mechanical crane, 1988* Plastic log chute in steep terrain thinning operations, 1989* Integrated small-scale forest harvesting and wood processing operations, 1990* Forest harvesting with small-scale mobile cable system, 1991* 1. Reduction of wood waste by small scale log production and conversion in tropical high forest, 1992 2. Cosecha de hongos en la Vil Región de Chile, 1992 3. Uso de bueyes en operaciones de aprovechamiento forestal en áreas rurales de Costa Rica, 1995 4. Use of the construction crane for wood extraction on mountainous terrain, 1995 5. Elephants in logging operations in Sri Lanka, 1995 6. Impacto ambiental de las prácticas de cosecha forestal y construcción de caminos en bosques nativos siempreverdes de la X Región de Chile, 1995 * Volúmenes no numerados
D/V9727S/1/12.95/500