Soledad Sonora 4f2a17

La presencia de algunos motivos del "Cántico espiritual", de San Juan de la Cruz, en la Soledad sonora, de Juan Ramón Jiménez

El poemario Soledad sonora1 es un comentario en verso al "Cántico espiritual", de San Juan de la Cruz, y comenta especialmente la lira de la fuente. Hay otras alusiones a otros versos del mismo poema místico, como, por ejemplo, el título mismo del poemario juanrramoniano es un verso del "Cántico espiritual". Mas citaré antes la lira de la fuente: "¡Oh cristalina fuente, / si en esos tus semblantes plateados / formases de repente / los ojos deseados / que tengo en mis entrañas dibujados!" Hay tres términos claves ahí que Juan Ramón Jiménez repensó poéticamente: 1) fuente, 2) semblantes, y 3) plateados. El poeta, al lado de la fuente celeste y clara, llora la dulce rima inédita de algún poeta muerto (1.15.923), como San Juan de la Cruz; el poeta andaluz sueña que un chorro de agua canta en la luz de este día (1.3.911); pero ¿qué canta? Canciones muertas de fuentes de otro mundo (3.8.1008). La fuente juanrramoniana es la dulce rima (inédita) de San Juan de la Cruz (algún poeta muerto). La fuente es una luna triste que el poeta siente, tibia, sobre su frente (3.17.1017). Antes JRJ dijo: "Mi frente tiene luz de luna" (1.9.917). Al decir "frente" menciona metonímicamente su "semblantes" (rostro); al mencionar "luz de luna" dice "plateados". La luna es de plata (1.15.923). JRJ llama a la luna "fuente de plata" (1.24.932). Otro verso declara solemnemente que la copla del agua es plata (2.14.965). En juicio analítico el poeta andaluz sentencia que "la luna platea" (3.1.1001). Esta luna es plenilunio (3.28.1028; 3.30.1030). La lira sanjuaniana de la fuente sería la primera y la paradigmática lira de la unio mystica, porque JRJ poetiza acerca de: "¡Oh su sexo con luna! ¡Esencia indefinible / de su sexo con luna!" (3.3.1003). El sexo es la metáfora por excelencia de la unión mística. En los semblantes plateados de la cristalina fuente el poeta andaluz leyó el éxtasis, porque: "mi desfallecimiento" --dijo-- "se extasía en la luna" (3.31.1031). En otros versos declama: "Nadie oye, más que el éxtasis divino de los cielos, / este coloquio tuyo, ¡oh! dulce fuente, y mío..." (3.17.1017). 1

Juan Ramón Jiménez. Primeros libros de poesía. Ed. de Francisco Garfias. Madrid: Aguilar, 1959; pp. 899-1033.

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JRJ piensa que los semblantes plateados de la cristalina fuente son la luna plateante (otro burrico Platero), que como un ojo llora luz en la noche oscura de su alma. JRJ versa en otro poema: "Eras pálida y mate. Y te daba luna / en los ojos, y el viento jugaba en tus cabellos..." (3.33.1033). El poeta andaluz dice "que cuando te acarician los ojos de la luna / te llenas toda de pensamientos de plata" (1.12.920). El "tú" implícito en el "te" y en el "llenas" es femenino como la "fuente", pues ella es "toda". Los ojos de la luna son ojos lunáticos: "La luna de cristal va, verde, clara, nueva, / como una reina loca entre los abedules..." (3.14.1014). El poeta andaluz habla acerca de su Sí-Mismo: "Vive una mujer dentro de mi carne de hombre; / siete ríos de plata prestan ritmo a mi lira" (1.9.917). Los séptuples ríos parecen surgir de los semblantes plateados de la cristalina fuente sanjuaniana; los orificios de la cara son siete: las dos cuencas de los ojos, las dos fosas nasales, la boca y los túneles de las orejas. Las liras de San Juan de la Cruz prestan ritmo simbolista a la lira juanrramoniana. Esa mujer intracarnal: "la poesía, mujer de bruma, es la esencia indeleble de la vida" (3.999). Me parece reconocer el verso becqueriano, dirigido a la mujer: "Poesía eres tú". La mujer de bruma es la fuente: "y en la fuente de bruma, el velado diamante / canta canciones muertas de fuentes de otro mundo..." (3.8.1008). JRJ se pregunta: "Su cantante platería, / ¿qué suspira o qué recuerda?" (2.18.972). Mas el poeta andaluz asevera que el binomio poeta (animus) y poesía (anima) es la cristalina fuente de semblantes plateados. JRJ, en efecto, identifica la mujer con la fuente, un sueño de plata y una nostálgica azucena: "¿Lloras, y no te oigo, nostálgica azucena, / mujer, sueño de plata, lirio encendido, fuente?" (1.24.932) La "Noche oscura" de San Juan culmina con la mística amada que deja su ciudado entre las azucenas olvidado. JRJ sueña: "Ríos de luna verde parecen los senderos, / y en su corriente vaga de pensamiento y pena, / me voy a un horizonte cuajado de luceros / en una barca de blancura de azucena" (3.24.1024). La fuente, como la mujer-poesía, llora versos o platea: "Plateando va y llorando" (2.18.971). Aquella barca de blancura de azucena es la poesía. El poeta andaluz canta: "Tendrá una voz de mujer / vacilante, arrulladora, / plata con llanto y sonrisa" (2.6.953). La cristalina fuente de semblantes plateados se metamorfosea, en la Soledad sonora, en el ruiseñor juanrramoniano, que glosa "la dulce filomena" sanjuaniana. San Juan de la Cruz declama: "El aspirar del aire, / el canto de la dulce filomena, / el soto y su donaire, / en la noche serena, / con llama que consume y no da pena". JRJ: "¡Fuente seca y 2

ruinosa, ya no eres más que piedra! / --¡oh antigua voz de plata, oh dulce y clara fuente!-- / ¡Un ruiseñor se asoma a tu fosa y la hiedra / cuelga de ti, lo mismo que una hermana indolente!" (1.34.942). El ruiseñor es el pájaro cuya garganta es de plata y su plata es lágrima (2.10.958). El poeta andaluz sueña que lloraba un ruiseñor en los rosales, y que la luna moría en el cálido cielo, entre un sueño de húmedos y dorados cendales (3.20.1020). JRJ, en su tristeza, cual una mujer blanca y doliente, teje guirnaldas vagas con las nocturnas flores, y con sus lágrimas hace rebosar a la fuente y despierta en el rosal a los dulces ruiseñores (3.21.1021). La mústica amada exclama: "De flores y esmeraldas / en las frescas mañanas escogidas, / haremos las guirnaldas, / en tu amor florecidas / y en un cabello mío entretejidas." Y esos dulces ruiseñores rememoran la dulce filomena de San Juan de la Cruz. En aquel rosal --dice el poeta que anda en luz--: "Canta otro ruiseñor", una de cuyas estrofas canta: "Qué tienes, ruiseñor, dentro de la garganta, / que haces rosas de plata de tu melancolía? / Pareces una errante guirnalda azul, que canta / todo lo que en la sombra es ensueño y poesía..." (3.27.1027). El otro ruiseñor nos recuerda el cuervo de Edgar Allan Poe: "el otro ruiseñor que en mi palacio anida / abre sus ojos negros y mira soñando...; / una ventana se abre, y en la hora dormida / surge otra voz doliente que solloza cantando... (3.27.1027). Otros versos sanjuanistas comentados poéticamente por JRJ es este: "Oh prado de verduras, / de flores esmaltado"; el poeta andaluz dice: "las florecillas del campo / esmaltan la orilla verde / del arroyo solitario" (2.5.952). En otro poema dice: "...de vez en cuando, si la luna aparece, / las flores que culminan se llenan de cristales" (3.18.1018). En la alucinante imaginación juanrramoniana la luna plateada esmalta y cristaliza las flores. El éxtasis queda simbolizado por la luna plateada. En un poema anterior al 3.18.1018 el poeta que anda alucinado declama: "[...] las flores / estaban preparando sus tonos a la luna" (3.7.1007). Y la última estrofa reza: "Y... silencio... En el agua tranquila de la fuente / los ecos de la luna y de las margaritas / eran de un esplendor musical y doliente / como si fueran flores y lágrimas benditas..." (3.7.1007). Se dice que San Juan de la Cruz murió elogiando las estrofas del Cantar de los cantares como si fuesen bellas margaritas. Y "margarita" en griego, significa "perla"; JRJ canta: "Los pájaros me la roban / y la cantan por las selvas, / la brisa la anda temblando, / la fuente la sabe en perlas" (2.30.992). La fuente, que es la luna plateada, es el éxtasis que sabe (a) poesía. 3

El título del poemario juanrramoniano comentado es la Soledad sonora; dicho título --como dijimos al comienzo-- responde literalmente a los versos sanjuanistas: "la músca callada / la soledad sonora". JRJ sueña: "¿Sin música? Con música. No hay nadie en el piano, / pero el ocaso sueño lo mismo que una lira..." (1.7.915). Sí, con música, pero como no hay nadie en el piano, la música es callada. Oigamos otro verso del poeta andaluz: "el verdor del jardín está limpio y sonoro" (1.32.940). Si el verdor del jardín es sonoro, entonces una especie de música callada y una soledad sonora, gracias al epígrafe, que JRJ copió de Quevedo y puso al incipit de la segunda parte, La flauta y el arroyo: "¡De humilde soledad verde y sonora!" El verso sanjuanista de la soledad sonora queda repensado en este otro: "¿Sois silencio hecho de voces, / o sois voces apagadas?" (2.1.947). El poeta andaluz declama acerca de: "Chopos de múscia verde" (2.18.972). Música verde es música callada. Finalmente, la juanrramoniana "soledad sonora" empata con este otro verso sanjuanista: "En soledad vivía, / y en soledad ha puesto ya su nido, / y en soledad la guía / a solas su querido, / también en soledad de amor herido." El poeta que anda en luz canta: "Un pajarillo ha venido / a la soledad; la nota/ de su garganta es de miel; / yerra, negro, entre las hojas... (2.28.990). Ese pajarillo se identifica con el ruiseñor a través de la plata: "Era el pájaro tan leve / como un pétalo; de grana / tenía teñido el pecho; / su garganta era de plata" (2.10.958). En su último poemario: Ríos que se van, en el poema titulado "Este inmenso Atlántico", JRJ dice: "La soledad está sola, / Y sólo el solo la encuentra / que encuentra la sola ola / al mar solo que se adentra" (300). La soledad está tan sola, que --parafraseando a San Juan de la Cruz diría--: que nadie la miraba. En mi tesis de maestría en filosofía, la cual trata acerca de Plotino, he repetido que la mirada mística de Numenio de Apamea es tratar solo con el Solo Bien (fr., 2); mientras que la mirada extática de Plotino (quien fue acusado de haber plagiado a aquél), consiste semejantemente en una fuga del sapiente solitario hacia el Solo. Lo Uno plotiniano es como el corifeo Apolo, que preside el coro de los mousikoí filósofos, que solos huyen del mundo hacia el Solo (En., 6.9.11, 50).

Prof. Rubén Soto Rivera Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras 21 de abril de 1998 4

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